Nadie puede hacerlo solo
El Rabino Isaac Luria fue el cabalísta más influyente en la historia del judaísmo. Vivió en el siglo XVI y ya en su propio tiempo se percató que su propio mundo -al igual que el nuestro- poseía muchas fallas. La gente sufría hambruna, enfermedades, guerras, intolerancia y odio. Al igual que nosotros hoy, Luria también se preguntaba ¿cómo puede Dios permitir que cosas tan terribles sucedan?
Pero lo más revolucionario de su pensamiento no fueron estas preguntas sino la respuesta que ofreció al mundo ante estos desafíos. Luria enseñó que en el fondo quizás Dios necesita de nuestra ayuda y no puede hacerlo todo solo. Para explicar esta idea tan audaz en la que Dios necesita del ser humano, Luria presentó una nueva narrativa sobre el origen del Universo
¡En el principio fue el caos!
Cuando Dios comenzó a crear el mundo planeó derramar una Luz Divina en cada elemento para hacerlo realidad. Preparó unas vasijas que tendrían como misión contener esta Luz Divina. Pero algo salió mal. La Luz fue tan intensa que las vasijas se resquebrajaron y estallaron en millones de pequeños pedazos. La palabra hebrea que Luria utilizó para explicar esta experiencia es shvirat hakelim, la ruptura de las vasijas.
Si lo que Luria enseñó es verdad entonces nuestro mundo es caótico porque está constituido por una Creación que salió mal y está saturada de fragmentos partidos. Cuando nos maltratamos y nos lastimamos permitimos que el mundo permanezca fragmentado. La misma experiencia podría aplicarse a quienes tiran comida sin sentir una molestia cuando son conscientes que hay gente que se está literalmente muriendo de hambre. Vivimos en un cúmulo de piezas rotas y Dios no puede repararlo solo.
¿Qué deberíamos hacer?
Esta es la razón por la cual Dios nos dio la libertad de elegir qué queremos hacer y cómo queremos vivir. Somos libres para hacer realmente lo que queramos con el mundo. Podemos permitir que toda la Creación permanezca rota. También podemos intentar reparar todo este desorden cósmico. La palabra hebrea que Luria utilizó para explicar esta experiencia reparadora es tikún, la reparación del mundo.
Nuestra misión en esta vida es descubrir aquello roto que está al alcance de nuestras manos para intentar repararlo. Lo errado, feo, doloroso y malvado está tejido con nuestra presencia en el mundo. Es parte nuestra nos guste o no. No podemos cerrar los ojos y decirnos “ese no es mi problema”. Como nos enseñaron los Rabinos en la Mishná: no estamos obligados a terminar la tarea pero tampoco libres de abandonarla. Esto implica que nadie es culpable pero todos somos responsables. Se espera de nosotros que hagamos lo máximo posible de la mejor manera que podamos.
¿Hay fecha de vencimiento para el sentido de nuestra vida?
Esta semana leímos nuevamente la Creación del Mundo en todas las Sinagogas. Las historias del Libro de Génesis (Bereshit en hebreo) no solo tienen una funcionalidad histórica sino mitológica y por ende eterna. Su sabiduría se repite una y otra vez en cada generación. Es un mensaje que no tiene fecha de vencimiento. Cuando Dios le dijo a Adam y Eva cuiden el Jardín del Edén, Dios le estaba diciendo a cada Adam y cada Eva eternos (dicho sea de paso ambos seres nunca conocieron religión alguna) que cada generación debe cuidar la Creación. Si rompemos este mundo no va a haber otro (Eclesiastés Rabbah 7:13).
Así que cuando vemos algo roto reparémoslo. Cuando encontremos un objeto perdido devolvámoslo. Cuando nos enfrentemos con algo que necesita ser hecho hagámoslo. De ese modo vamos a ir reparando el mundo y curando la Creación. Si todo el mundo operara bajo este paradigma realmente viviríamos en un Paraíso del modo que Dios lo imaginó originalmente. Si pudiéramos cambiar la pregunta “¿qué me llevo?” por “¿qué puedo ofrecer?” la historia sería otra. Si todo lo roto pudiera ser reparado entonces el engranaje cósmico encajaría pieza por pieza como un puzzle gigante. Pero, para que podamos comenzar la tarea de la reparación primero debemos asumir nuestras responsabilidades.
Me parece muy interesante esta enseñanza del rabino Luria, pero no comparto el que D-s necesite nuestra ayuda. Creo que seria muy arrogante de nuestra parte pensar que podriamos ayudar a D-s. Comparto el hecho de que es nuestra responsabilidad reparar lo que esta roto en el mundo.
Hola Alejandro,
gracias por tu comentario. Los judíos vivimos con una imagen paradójica de Dios puesto que por un lado creemos que es omnipotente y por otro lado tenemos kabanot (intenciones) que dicen que hacemos los mandamientos para unificar la separación de Dios en la Creación fallada del mito de Luria.
Pero me alegra que podamos coincidir en la responsabilidad de reparar lo que está roto más allá de nuestras creencias teológicas. Quizás podríamos decir que en realidad no solo ayudamos a Dios sino que principalmente hacemos los que hacemos CON Dios.
Saludos
Diego siempre un gusto sentirnos mimados por vos, el escribir algo para todos es siempre la forma de mimarnos , te deseo una buena semana llena de luz y buenas noticias, Abrazos desde Paraguay
¡Gracias Antonio!
Abrazos desde Hong Kong
Hola Diego,un gusto volver a encontrarnos;es verdad que Ds no necesita de nosotros para cuidar de su Creacion ya que El es el sustento de todo;pero nosotros a su ves somos parte de su creacion y conciente o inconcientemente estamos comprometidos a cuidar de ella y restaurarla atraves de la correccion,individual y colectiva entre todos.Shavua Tov!!Mazal Tov!!
Hola Sergio,
Muy bueno tu comentario. Efectivamente la mayoría prefiere sentir que curamos al mundo con Dios y no a Dios mismo.
Shavua Tov para vos también y ¡gracias por tu comentario!
Que bonita enseñanza, hay mucho que reparar, gracias.. Por compartir
Gracias por tus palabras y tu comentario Luzcy!
Shalom Diego, excelente articulo, en elcual nos vemos involucrados, con el mismo Creador, para repararlo no, porque seamos culpables sino porque es una obligacion, cuando entendamos que haciendole danio al projimo, nos hacemos danio a nostros mismos. Alli comensamos a repararnos y a colaborar con los demas, como siempre Diego, nos pones a pensar. y que bueno por ello.
Rene de Leon
Gracias Rene por tu comentario!
Saludos!
Diego
Shalom Diego.
Me parece bastante interesante el pensamiento del Rabino Isaac Luria. Comparto que el mundo fue hecho para nosotros para que cuidemos de el y reparemos lo que no esta bien. D-os nos dio el libre albedrío precisamente para actuar de acuerdo a las enseñanzas que vamos recibiendo conforme crecemos. La bondad siempre genera bondad, la ignorancia creará ignorancia. Al final del camino podremos ver que nadie somos culpables, pero TODOS somos responsables.
Gracias por compartirlo. Saludos desde la Ciudad de México.
¡Gracias José por tu comentario!
Esa frase no recuerdo dónde la escuché o la leí (creo que de Heschel) pero es buenísima: nadie es culpable pero todos somos responsables.
Saludos!
gracias por compartir tus conocimientos.saludos.