Tal vez el comentarista a la Tora más importante del mundo medieval no sea otro que RaShi. Más conocido por su acrónimo, su nombre completo es Rabbi Shlomo ben Itzjaki y vivió entre los años 1040 y 1105 en el norte de Europa. Estudio en las escuelas ashkenazim ubicadas en lo que hoy sería Alemania (especialmente en Worms) y luego traslado su conocimiento a su ciudad natal de Troyes en Francia. Una publicación completa sobre RaShi y su legado se encuentra aquí mismo en el blog titulada Patrones culturales de la tradición rabínica medieval – Parte I: Rashi y la interpretación de textos, el agregado de comentarios y el análisis de la literatura legalista.
RaShi no fue solamente un comentador de la Tora y la literatura rabínica. Eso sólo en la cantidad y calidad que lo hizo hubiese sido más que suficiente. Hasta el día de hoy nos asombramos con su erudición y muchas veces descubrimos que su comentario, el cual es etiquetado como el pshat (literalmente el «simple» en tanto no profundiza en alegorías ni misticismo), tiene poco de simpleza y por el contrario es de una sofisticación extraordinaria. Me atrevo a decir que gran parte de la Tora y sin dudas el Talmud sería inaccesible e inentendible para nosotros hoy sino fuera porque RaShi escribió su comentario.
Además de ser un comentador RaShi fue un «maestro» en el sentido pleno de lo que esto significa. Su legado dejó encendida una continuidad por la curiosidad y las ganas de conocer más de la Tora, el Talmud y la tradición judía. Su paso por esta tierra resume el rol más preciado que un educador puede dejar: el despertar la curiosidad y el asombro en sus discípulos. Si bien leemos cientos de veces lo que RaShi pensó, pocas veces nos detenemos a pensar que al fin de cuentas RaShi es un moré (un educador). Su rol de liderazgo está marcado por la función más elevada que un buen educador puede alcanzar en este mundo y eso es hacer que nuestros estudiantes sientan pasión por conocer más de lo que a nosotros también nos apasiona para poder aprender más sobre dicho tema de lo que nosotros mismos pudimos llegar a entender. Este legado quedo en sus propios discípulos quienes generalmente comienzan comentado sobre el comentario de RaShi, su maestro. Para lograr todo esta tarea se requiere una condición por parte del maestro que no abunda sino que escasea. ¿Cuál es la cualidad que más precisa el maestro para despertar la pasión, el asombro y la curiosidad en un estudiante? La respuesta la da RaShi mismo en el mejor comentario que escribe como Maestro de la Tora y que compartiré a continuación.
¿Cuál es la cualidad más importante de todas?
En el libro del Génesis (Bereshit) capítulo 28 versículo 5 RaShi comenta: «No sé qué viene a enseñarnos este detalle». Si creen que estoy siendo irónico se equivocan. Pirkei Avot, la colección de enseñas más filosóficas sobre nuestro comportamiento ético en la Mishna, subraya la importancia de aprender a decir «no lo sé». Pero la modestia intelectual de no saber algo no es apreciada hoy en día. Es más, no saber algo es entendido como un símbolo de debilidad. RaShi escribe comentarios a muchísimos versículos y también saltea algunos dejándolos sin comentarios. Generalmente cuando no comenta no es por vagancia o dificultad. Muchas veces RaShi considera que no hace falta explicar demasiado algunos pasajes porque deberían resultan obvios para nosotros como lectores. Así RaShi podría haber salteado este pasaje del Génesis que mencionamos y nadie hubiese dicho nada. Sin embargo hace algo más radical. Deja para la eternidad un mensaje que dice: «no lo sé, no lo entiendo». ¿Qué maestro hace y dice algo así hoy?
Encuentro cada vez más que muchas personas siguen hoy a un Rabino o una interpretación porque la misma parecería ofrecer certezas y respuestas resolutivas que cierran la pregunta. Pero esa no es la escuela de RaShi y la tradición rabínica del Talmud saturada de preguntas. Por eso al judío más tradicional poco le importan las respuestas sino las buenas preguntas. Para lograr gestionar la pregunta se requiere la cualidad más elevada de todas para despertar la curiosidad, la pasión y el asombro: la humildad.
En la tradición judía la humildad ante algo más grande que uno mismo y la sabiduría ancestral que lo anticipa es lo más celebrado. La humildad es el único adjetivo que conocemos de la Tora que Moshe poseía. Los rabinos mismos van a ir más lejos aún al declarar en un Midrash que incluso Abraham y los patriarcas eran más elevados que Moshe porque eran más humildes que él (Bereshit Rabba 6:4). Y es con esa misma humildad que RaShi, el más grande todos los comentaristas, nos deja estupefactos al declarar en forma abierta su ignorancia. Pero la ignorancia de RaShi consigue el objetivo más deseado por un maestro: despierta la curiosidad de legiones de comentaristas posteriores que intentan explicar o comprender lo que RaShi no pudo entender.
Dos clases de ignorancia
Es fascinante descubrir que el mejor comentario de RaShi es aquel en el que no comenta nada sino que declara con abierta y orgullosa ignorancia que su sabiduría le permite descubrir que siempre queda algo por intentar comprender y que se escapa de las manos. Claramente no es que RaShi no comenta sino que al escribir que no sabe qué aprender en esta ocasión, deja por escrito su mejor comentario. En la vida misma, como maestros propios de nuestro camino y nuestra influencia en otros, debemos siempre tener ignorancia reverencial articulada a través de la humildad. La persona sin humildad no puede aprender porque siente que ya sabe todo. No tiene curiosidad porque no queda nada que despierte su ignorancia. Por supuesto tampoco tiene pasión ya que es tan soberbio que su humildad está eclipsada y ya nada le causa asombro.
Heschel lleva toda esta idea a su punto más profundo al escribir sobre las dos clases de ignorancia en su libro «Dios en la Búsqueda del Hombre» (pag. 72). «Hay dos clases de ignorancia. Una es «obtusa, insensible, estéril», resultado de la indolencia; la otra es aguda, penetrante, esplendente. Una lleva a la fatuidad y la complacencia; la otra conduce a la humildad. De la primera tratamos de escapar, en la otra la mente halla reposo.
Cuanto más hondo buscamos, más cerca llegamos de saber que no sabemos. ¿Qué sabemos con certeza acerca de la vida y la muerte, el alma o la sociedad, la historia o la naturaleza? Hemos cobrado creciente y dolorosa conciencia de nuestra abismal ignorancia. Cincuenta años atrás ningún hombre de ciencia hubiera podido advertir que era tan ignorante como se saben hoy todos los científicos de primera linea. ¿No vemos acaso que todas las leyes exactas, al igual que todos los demás absolutos y conclusiones últimas son tan ilusorias como la vasija llena de oro en la punta del arco iris? Cuidaos de decir: hemos hallado la sabiduría. Quienes van en pos de la sabiduría no hacen más que dar vueltas en redondo, y al cabo de todos sus afanes terminan por volver a su primitiva ignorancia. Ninguna iluminación es capaz de barrer por entero del mundo el misterio. Desaparecida la oscuridad, las sombras permanecen.
Querido Diego, todos tus post como siempre instructivos sin desperdicios ,de cualquier punto que se lo mire, Saludos afectuosos!!
Humildad, ignorancia, curiosidad y asombro. Maestro es aquel que es discípulo. Que se pregunta, porque sabe que no tiene todas las respuestas y lo sabe. Brillante. Gracias.
Gracias por tus escritos siempre son bienvenidos y de gran bendición shalom
Shalom Diego es Hermoso cómo reflexión y paz al alma, aparte sabiduría, Shabbat shalom Diego Jazak Baruj.
Estimado y respetado Diego:
Es la primera vez que me atrevo a hacerle un comentarios con todo respeto. Antes déjeme decirle que soy un asiduo y empedernido lector de su blog, del cual he aprendido muchísimo.
Diego me parece que es muy cierto aquello de que al judío poco le deben importan las respuestas sino las buenas preguntas. Ahora bien, en lo que respecta a la segunda clase de ignorancia según Heschel usted termina el párrafo diciendo que en ella la mente halla reposo. Con todo respeto yo añadiría que no solo reposo sino paz, shalom. Pero esto no debe conducir a la «satisfacción». Le transcribo un comentario del Kostsker Rebe que me parece muy pertinente:
“Aumenta tu conocimiento aunque de este modo aumentes tu dolor. Es más: el verdadero conocimiento lleva a la insatisfacción. ¿Y qué? La insatisfacción constante es la esencia de la satisfacción humana. No te deja dormir pero le da sentido a la vida. Un gran sentido.”
Reciba un cordial saludo y que el ETERNO lo siga bendiciendo
Shabat Shalom
El comentario de Kostsker Rebe concuerda con lo escrito por Sh’lomó en Kohelet 1:18 – «porque en la mucha sabiduría hay mucha frustración, y quien añade conocimiento añade dolor»…
Exelente, para poner en práctica.
Como siempre un estudio profundo que HaShem le continúe dando sabiduría
Excelente meditación. La humildad es un joya rara vez encontrada. Como tu dices, creemos saber todo, sin saber nada. Nos cuesta mucho trabajo reconocer que no entendimos, que no sabemos. Admiro al maestro Rashi pues sus comentarios siempre son directos y claros. Es facil simular ser docto con palabras complicadas y exposiciones enredadas que la gente aplaude para no parecer ignorantes. Las respuestas claras y las preguntas sencillas, dejan un anhelo por seguir aprendiendo. Gracias Diego.
La Humildad como la virtud mas brillante. Gracias Diego por ratificar de manera tan pedagógica esa premisa.
GRACIAS DIEGO,EXCELENTE COMENTARIO SOBRE EL JUDIO QUIEN ES ESTUDIOSO EN SU FORMA DE PENSAR Y DE RESPONDER HUMILDEMENTE. AUN A SUS PROPIOS HIJOS LO INSTRUYE DESDE PEQUEÑO HASTA LA EDAD EN QUE ELLOS PODRAN DESEMBOLVERSE EN EL MEDIO QUE LOS RODEA,LOS PADRES SON LOS PRIMEROS MAESTROS EN SU ENSEÑANZA Y EDIFICACION DE SU PERSONA, SHALOM
MANUEL.
Saludos Diego: gracias por este nuevo artículo, una vez más, me sirve para escalar la escalera de Jacob, en mi crecimiento espiritual hacia la santidad y que así pueda mi neshamá cumplir su mision en este mundo.
En la Torá, “La voz del Sinaí”, que HaShem, Bendito Nombre, puso en mis manos, entre los muchos tzdikines que la comentan, el principal es el Sabio, Rashí.
Es muy cierto que el logro de todo maestro, debe ser, que sus discípulos hagan suyas, las enseñánzas que les transmite. Y despertar en ellos, el ancias de saber más del tema en cuestión.
Todo eso con humildad, sin que predomine demostrar sus conocientos con arrogancia. Y esperar como único reconocimiento, que transmitan ellos, a su vez, a otros esos conocimientos adquiridos.
Shabat Shalom
Yosef Mario
Muchas Diego, por la publicación.
Hay dos aspecto que llamaron mi atención inmediatamente:
1. Sobre el rol más preciado que un educador puede como legado a sus discípulos es el despertar en ellos, la curiosidad, la pasión, el asombro.
2. Hablar de las dos clases de ignorancia, como una resulta ser negativa y la otra es positiva para el ser humano.
Gracias Diego, por hacernos entender lo que la humildad aporta a la persona en el estudio de la Tora. Sinceramente el asombro nos conduce a seguir investigado en búsqueda de la verdad una y otra vez. Yo me asombro cada vez más y ello me hace seguir con compasión en el camino.
Cordialmente
Enrique de la Calle
Gracias.
Es muy difícil encontrar personas que instruyan, sin ningún interés.
Me edifici mucho la enseñanza.
sin duda la ignorancia es el paso o sintoma de todo fracaso o perdida de rumbo, importantísimo ser humildes para aprender lo correcto e incorrecto para ir por la senda correcta.
Muchas gracias Diego por esta reflexión…simple y a la vez profunda, la cual comparto. Un saludo afectuoso
Hola Diego,shalom. la sabiduría es una flama que permanece encendida y pocos son los dichosos, que adquieren el conocimiento suficiente para hacersen sabios;pero la humildad es un tesoro que te llena de paz y tranquilidad,y son dos puertas esenciales para enriquecernos espiritualmente.El sabio Rashi, me hizo acordar de Socrates el filosofo griego, quien siempre en sus debates dejaba en claro su famosa frese celebre,solo se que nada se. bendiciones Diego para ti y los tuyos.
Corto, claro y brillante es este artículo tuyo de RaShi .
No obtura ni tapa ….sino que «ABRE» .
Muchas gracias !
Berty
Buen día Diego, gracias por tu blog son muy instructivas tus publicaciones; había escuchado sobre el Rabino Rashi pero ahora entiendo el porque de su gran aprecio dentro de la comunidad judía.
Hashem te sustente siempre en su diestra Diego.
Soy un lector nuevo del blog y me acabo de enamorar de tanta esplendidez en el tema, en verdad se me desperto un gran apetito de aprender porque me senti supremamente ignorante.
Mi estimado Diego
Indudable la claridad del mensaje y cuanta falta nos hace hoy reflexiones como ésta en la que el énfasis está en esa palabra que se desdeña a menudo «Humildad»…gracias una vez más por refrescar la frágil memoria …Abrazos…
Buenas noches Diego! Te saluda Rodrigo desde Rosario, Argentina.
Desde hace bastante tiempo estoy suscripto a tu blog y siempre han sido de mucha ayuda para mi.
Aclaro que soy una persona que ama Israel y su cultura. Soy judío mesiánico y de verdad que nos apasiona conocer cada día más cuestiones que antes no nos habían sido permitidas.
Desde hace un mes que no recibo más, cómo cada Martes, tus enseñanzas y de verdad que las extraño.
Lamento ser un desagradecido, lo confieso. Ya que mientras sí los recibía cada semana, nunca fui capaz de, al menos, agradecerte con un mínimo mensaje.
Espero que estés bien y que puedas leer este mensaje y aceptes mis disculpas.
Y en lo posible, poder volver a retomar los hermosos estudios que recibía anteriormente.
Saludos y muchas gracias
Gracias Diego. Me gustó esta enseñanza. Siempre estamos en la BUSQUEDA; yo pienso que por mucho que avancemos siempre tendremos mucho que aprender; eso es humildad; reconocer que somos minúsculos ante la sabiduría del Eterno y cuando enseñamos también aprendemos. Retroalimentación
Mi nombre es Dilia Chacin; no Silvia; corrijo
Lo que ignoramos nos lleva a investigar y asi nuestro universo se amplia.
Mazel tov Diego.
Shalom
Así es – y que Así Sea… en toda persona que ama a Dios con corazón honesto.