Uno de los pilares fundamentales de mi vida como judío es que creo en la historia. Declarar algo así suena extraño porque todos creen en la historia. Todos creen que suceden eventos en el tiempo que van marcando la dirección del mundo en un sentido o el otro. Creer en la historia es algo obvio.
Sin embargo, creer en la historia significa para mi que el judaísmo que el patriarca Abraham practicaba no era históricamente igual al que Moisés practicaba cuando aún no se había entregado la Tora. El judaísmo que Moisés practicaba tampoco era exactamente el mismo que Rabbi Akiva practicaba luego de la destrucción del Templo cuando los Cohanim (Sacerdotes) se quedaron sin empleo por primera vez en la historia puesto que vivían para el servicio del Templo y el mismo fue destruido dejando este grupo sin razón de ser. Aún más, el judaísmo de Rabbi Akiva no era exactamente el mismo que practicaba Maimónides en siglo XII en España puesto que Rabbi Akiva no solo que jamás conoció la vida judía con el Templo en funcionamiento donde animales eran sacrificados diariamente en un altar del modo que lo vivió el rey Salomón, sino que Rabbi Akiva murió aproximadamente 530 años antes que apareciera una nueva religión llamada Islam la cual cambiaría toda la historia incluida la de los judíos. Maimónides vivió toda su vida bajo dominación islámica respondiendo a esa nueva religión y su filosofía religiosa influenciada por los griegos que pudo conocer gracias a las traducciones árabes que hacían los musulmanes y por eso su judaísmo no fue igual al de Abraham, Moisés, los Cohanim, el rey Salomón ni Rabbi Akiva.
Por este mismo motivo el judaísmo que practicaba Maimónides tampoco puede ser exactamente el mismo que practicamos nosotros hoy (¡800 años después de Maimónides!) en una sociedad secular de la cual el mundo pre-moderno jamás escuchó hablar ni imaginó como posible. En estos años vimos entre tantas otras cosas del mundo y la historia el nacimiento de todas las respuestas judías hacia la modernidad y que conocemos hoy como los movimientos Ortodoxos, Reformistas, Conservadores, Jabad Luvabitch, el Sionismo, etc. que surgieron tan solo en los últimos 250 años de los 4000 que tiene la historia judía. Antes de ese tiempo ninguno de estos nombres existía.
Lo más importante de toda esta descripción es que esta realidad histórica que ha cambiado una y otra vez nuestra tradición no representa algo malo o peligroso sino por el contrario es algo positivo y bueno. De hecho es inevitable que esto suceda porque a medida que el mundo va cambiando, a menos que uno esté congelado en el tiempo, uno cambia con el mundo mismo. Porque hay cosas que sabemos hoy, verdades de todo tipo incluyendo verdades espirituales, que algunos de nuestros ancestros que eran tan humanos como nosotros, no sabían.
Por ejemplo, en el tiempo bíblico la esclavitud era aceptada. En la época en que los rabinos terminaban de redactar el Talmud, la esclavitud era aceptada. Hasta el siglo XVIII entre muchos judíos formados y bien educados la esclavitud era algo aceptado. Hoy no existe ni una corriente o movimiento judío que defiende la esclavitud. Esta es una verdad histórica espiritual que encaja perfectamente con la creencia en la historia. Por lo tanto el judaísmo de hoy es aún más sabio que el pasado. A medida que aprendemos más y vivimos más como pueblo y humanidad, nos convertimos en seres más sabios mientras el mundo entero y su historia se equivocan, aprenden cosas nuevas y cambian.
Entonces es clarísimo que el judaísmo siempre ha cambiado y esto es algo bueno porque el día que deja de cambiar, deja de equivocarse y por lo tanto deja de aprender cosas nuevas y enseñarnos cosas nuevas. La historia afecta a la tradición. Siempre lo ha hecho, siempre lo hará y siempre debería hacerlo y yo cree eso. No solo lo creo sino que incluso aún mejor, no lo niego y lo utilizo para vivir fielmente el judaísmo de nuestro propio tiempo. El judaísmo de nuestra propia historia. Sin dudas creo en la historia. Pero…
Entre la Historia & la Memoria
Este Shabat llega con parashat Shemot que comenzamos a leer nuevamente desafiando la idea de la historia, mostrándonos una vez más que una verdad es profundamente verdadera cuando su opuesto también es verdad. En otras palabras, los judíos creemos en la historia y su efecto pero ni siquiera tenemos una palabra hebrea para dicho concepto. “Historia” en hebreo se dice literalmente “historia”. Es una palabra griega.
Por eso lo que los judíos tenemos es memoria. Y esa memoria es difícil de adquirir y transmitir. Cuando volvemos a leer el comienzo del viaje de la esclavitud hacia la libertad en el libro del Éxodo, la misma enmarca gran parte de nuestro orden del mundo y nuestro lugar en el mismo. Es la narrativa que estructura no solo quiénes somos y de dónde venimos sino a dónde vamos y por qué el mundo es como es. Y ese viaje no es sólo una historia para nosotros sino una memoria continua. Un recuerdo eterno e imborrable. La salida de Egipto no debe ser narrada como historia sino como una remembranza del pasado que se hace presente cuando es traída al aquí y el ahora.
En tanto los judíos creemos en la historia pero vivimos en la memoria. La historia es interesante, pujante, irreversible e innegable. La memoria es apasionante. La historia nos informa. La memoria nos inspira y transforma. En Pesaj todos debemos sentir que nos estamos liberando hoy y que también hubo un pueblo que una vez se liberó hace miles de años atrás. Al fin de cuentas estamos ante una verdad profunda que no puede ser vista de una sola manera: somos un pueblo de historia y memoria. Una sin la otra no es judaísmo.
Un canto a la poética….
Simplemente una Metafísica de la Historia y la Memoria en la Historia y en la Memoria.
Cierto pero también extraño.
simplemente interesante
Diego, un saludo fraterno.
Solo quería hacerte la observación acerca de la redacción del texto. En algunos pasajes las oraciones están demasiado largas y eso le resta inteligibilidad.
Shabat shalom para ti Diego y para los que leen tus comentarios, muy bueno e interesante, Kol tuv
Muy interesante su articulo dejs una gran enseñanza….el cambio i el equivocarse permite crecer en sabiduria….
Muy Interesante !!!
Shabat Shalom
Querido Diego,
Al leer este artículo así como algunos otros de tu autoría en relación a la aceptación y celebración del cambio y la transformación en nuestro judaísmo siempre me genera la misma pregunta:
Ciertos aspectos, tales como la abolición de la esclavitud y su aceptación, la participación activa y transformadora de la mujer, la posición frente a la igualdad de género, etc, me resultan un tan tanto más fáciles de compartir y aceptar.
Ahora bien, ciertos otros aspectos tales como que un rabino acepte como válido el usar un automóvil para trasladarse en shabat siempre y cuando sea para ir y venir del shil (posición reformista), me cuesta mucho más entenderlo.
Como sea me encuentro ante una observación y posición personal. La gran pregunta es cual es el mecanismo que permite encontrar ese equilibrio entre progresismo y reforma absoluta?.
Desde ya muy agradecido por todo lo que ofreces.
Abrazo.
Hola Pishke,
Perdón que me meta en el medio. Mientras esperamos a que Diego responda, te voy a decir mi perspectiva, que seguramente será diferente a la de Diego.
Primero, una aclaración: hasta donde yo sé, los conservadores son los que permiten utilizar un auto en Shabbat solamente para ir al templo. Los reformistas ni siquiera creo que se planteen la pregunta: utilizan auto para cualquier cosa en shabbat, no solo para ir al templo. Que alguno me corrija si estoy equivocado.
Ahora sí, vayamos a tu pregunta: ¿cuál es el mecanismo que permite encontrar ese equilibrio entre progresismo y reforma absoluta?
Me parece que está mal planteada (y espero que no se me malinterprete): no se trata de encontrar ningún equilibrio ni de armonizar reforma con tradición. El mecanismo es uno: Halajá. Que no es tradición ni reforma ni fe sino un sistema legal. Como cualquier otro sistema legal, tiene una metodología, normas, procedimientos, jueces, juristas, etc. Por supuesto, DENTRO de este sistema legal puede haber enormes diferencias de criterio y enfoque: así como Zaffaroni no es Rosenkrantz, Rab Moshe Feinstein no es el rabino Elliot Dorff.
Después, otro tema es cómo eso se «baja» a las instituciones: dos templos que teóricamente siguen una misma línea pueden diverger entre sí por cuestiones de gusto, tradición, costumbre, etc.
Y finalmente está la gran cuestión, que es cómo cada uno de nosotros toma para sí este sistema legal: si lo aceptamos o no, y en qué medida, y bajo qué condiciones.
Así que para resumir: yo diría que en cuanto al sistema legal no hay discusión. Desde un punto de vista legal, no conozco ningún legislador serio diría que está permitido viajar en shabbat. Ahora, en la práctica sí puede ocurrir que haya miles o millones de personas que lo hagan. Eso no quiere decir que sea legal o que esté permitido, del mismo modo que el hecho de que millones de personas no paguen sus impuestos no implica que eso sea legal.
Esclarecedora tu respuesta Ezequiel.
Creo haber escuchado alguna vez a un rabino conservador decir que la Halaja debía ser interpretada por cada generación de sabios de la época. Esto me lleva a otra pregunta más compleja que diría: cómo identificamos a los sabios de nuestra generación?.
Como sea me sigue quedando esta inquietud y trato de reformularla: desde el momento en que se institucionaliza la vida judía al margen de la Halaja, o al menos con adaptaciones alineadas con desafíos asociados a la modernidad, existe la posibilidad del equilibrio?. O solo resta buscar una aceptación mutua entre judíos que deciden continuar una vida suscrita a la Halaja y judíos que entienden que su propio sistema de prácticas y tradiciones es el que desean transmitir a sus hijos?.
Siguiendo tu línea de pensamiento Ezequiel me parece justo la aceptación mutua, lo que no me parece tanto es imponer como Kosher lo que no lo es.
Que opinan?
Excelentes preguntas.
Empecemos por la segunda: como bien decís, hoy hay millones de judíos en el mundo (la mayoría, en realidad) que no cumplen la Halajá, ni les interesa cumplirla, y se sienten perfectamente cómodos en esa situación: nadie podría acusarlos de no ser judíos o de ser «menos judíos» que los que sí lo hacen. Franz Rosenzweig decía que, en la Modernidad, la Halajá ya no diferencia al judío del no judío sino a un judío del otro. En la misma línea, aunque más duro y terminante, Yeshayahu Leibowitz consideraba que el abandono de la Halajá por la amplia mayoría de los judíos del mundo significaba el comienzo del fin del pueblo judío, que se disuelve por la falta de un modo de vida unificado. Hoy hay al menos tres formas básicas de ser judío: la tradicional (o sea, cumplir la Halajá, sin importar qué interpretación -liberal, ortodoxa, etc- le cuadre mejor a cada uno de nosotros), la nacional (vivir en Israel, servir en el ejército israelí, etc; en el caso más laxo, identificarse con el sentido del Estado de Israel, sus habitantes y su destino, aún viviendo en la Diáspora) y la sentimental (soy judío porque me siento judío: la identidad judía como algo subjetivo y personal). En el camino, quedaron casi todas las formas políticas (bundismo, socialismo judío, autonomismo, etc) y las estrictamente culturales (idishismo, sionismo espiritual a la Ajad Haam, etc). Yo diría que hoy la mayor brecha es entre los mismos judíos, y no sé si puede salvar: el ejemplo más claro es el tema del matrimonio mixto. Para una persona comprometida con el judaísmo tradicional halájico, el matrimonio mixto es simplemente inaceptable; para quien el judaísmo es una cuestión sentimental, casarse con una persona no judía no significa absolutamente nada. Para quien sigue la Halajá, el casamiento mixto es una traición o, más bien, una imposibilidad; para quien no, es una cosa natural, humana y perfectamente aceptable. Por mi edad, tengo varios conocidos que se están poniendo en pareja o casando. Cuando les pregunto: ¿por qué salís con un goy? Su respuesta es sencilla: ¿por qué no? Desde el principio, no hay posibilidad de diálogo porque nuestras premisas son diferentes.
¿Cómo identificamos a los sabios de nuestra generación? No es fácil. Empecemos diciendo que lo que decís de que cada generación tiene sus propios sabios no es exclusivo del conservadurismo: hasta la ultraortodoxia más radical está de acuerdo en ese punto (obviamente, diverge con el conservadurismo en quiénes son esos líderes y cuál es el criterio para elegirlos). Digo algunas condiciones que se me ocurren. En primer lugar, el conocimiento: tiene que ser una persona estudiosa, con capacidad crítica y cercana a la Torá. Parece tonto decirlo pero hay que distinguir las cosas: hay grandes líderes comunitarios, muy valiosos e importantes, que no son sabios; y hay grandes sabios que no son líderes comunitarios. Que alguien sea presidente de una comunidad, representante en el Congreso Judío Mundial, un gran filósofo o incluso rabino en un templo no lo hace ser un sabio. No quiero desmerecer el trabajo de nadie. Simplemente remarcar que un líder no necesariamente está capacitado para dictar la Halajá: de hecho, no tiene por qué saberla. En segundo lugar, la aceptación popular de al menos de un sector del pueblo judío: esto naturalmente está relacionado con cuestiones institucionales y creo que es la parte más compleja y subjetiva. En tercer lugar, que siga una metodología halájica válida (acá entraríamos en otro tema: ¿qué significa exactamente una metodología halájica válida?).
Con respecto a tu último punto, totalmente de acuerdo: Kosher es Kosher, sin vueltas. En ese sentido, no me parece preocupante que haya gente que no coma Kosher sino que haya gente que haga una ideología de eso.
Con relación al articulo y a lo que planteas acerca de manejar en Shabat; quiero preguntar: ¿si no es valido manejar, lo sera el ir en camión? Yo soy mexicano y en México como en muchos otros países, las ciudades solo han ido creciendo. Por esto quiero decir que no existe una planeaciòn real de las ciudades. estas son entes flexibles que crecen a su gusto. No es como que hay sinagogas justo a un lado de los templos católicos. en mi ciudad en especifico para llegar a la sinagoga debería caminar por lo menos tres horas. espero me puedas aclarar esta duda.
Creo que con camión te refieres a lo que en Argentina llamamos colectivo o micro, ¿no? La respuesta corta sería: no, no se puede.
La respuesta larga: hay varias prohibiciones en Shabat que se estarían transgrediendo si se viaja en camión, aunque también habría que considerar algunas variables que diferencian este caso del original. En primer lugar, el problema no es utilizar un automóvil de por sí sino que con el manejo del automóvil se genera energía (al prender el motor, manejar, doblar, frenar, etc). Esta generación de energía se asemeja a prender un fuego, acción prohibida por la Torá en Shabat. Ahora bien, si maneja un no judío, ¿cuál sería el problema? Que al subir la persona judía al automóvil (o camión, o el medio de transporte que sea) aumenta el peso del mismo y, por lo tanto, la cantidad de energía necesaria para moverlo. Dicho de otra manera, si el camión utilizaba 10 puntos de energía (por poner un ejemplo) y sube una persona, entonces necesitará utilizar 11 puntos de energía. De esta manera, la persona que sube es responsable del aumento de energía (y, por extensión, de transgredir la prohibición de prender un fuego). Se podría argumentar contra esto diciendo que el gasto extra de energía porque suba una persona al camión es despreciable por ser muy pequeño.
Dejando de lado ese problema, existe otro tema a tener en cuenta a la hora de subirse a un camión: hay que pagar el boleto. Está prohibido comerciar en Shabat, y esta prohibición incluye utilizar dinero, tarjetas de crédito, etc. Además, no puedes cargar ningún objeto, entre ellos el mismo boleto.
Un tercer punto a tener en cuenta es cómo le avisas al conductor que has llegado a destino y que quieres bajar del camión: en la Argentina, se toca un botón eléctrico. Esto está prohibido en Shabat así que tendrías otro problema. Si te acercas y le dices que pare, estarías provocando la acción de parar, lo cual quizás estaría causando un cambio en el gasto de energía, cayendo en la misma complicación que comentábamos anteriormente.
Finalmente, hay un cuarto problema en el caso que comentas, totalmente independiente del tema del transporte: hay un límite de kilometros que se pueden caminar en Shabat porque no se puede traspasar los límites de una ciudad.
Dicho todo esto, el movimiento conservador permite desde la década de 1950 viajar en automóvil para ir al templo. Esta decisión fue y es una de las mayores líneas divisorias entre el conservadurismo y la ortodoxia.
Para cerrar con una nota positiva, te comento un caso en el cual sí se podría viajar: si existiese un tren, subte o metro que no tuviese que abonarse en el momento (ya sea porque es gratis o porque se puede pagar antes o después de Shabat), que éste parase automáticamente en cada una de las paradas, que las puertas no se activasen electrónicamente y que el conductor no sea judío, en ese caso se podría utilizar este transporte (teniendo en cuenta, desde ya, que no se traspase el límite de kilometros que se pueden recorrer en Shabat).
Si quieres profundizar en el tema, puedes leer estos links: https://en.wikipedia.org/wiki/Driving_on_Shabbat (en inglés), http://www.tora.org.ar/prohibiciones-establecidas-por-la-ley-rabinica/, http://halachayomit.co.il/es/ReadHalacha.aspx?HalachaID=1227 y http://halachayomit.co.il/es/ReadHalacha.aspx?HalachaID=1228.
Hola. Yo pertenezco a una Sinagoga Conservadora en USA y sabes una cosa, en realidad todos hacemos lo que queremos, siempre cuando los demas no se enteren o respetando las creencias de los demas. Como por ejemplo, me llamo la atencion una anciana porque estaba escribiendo un telefono y era shabath, eso fue dentro de la sinagoga, sinceramente se me hace ridiculo, pero no lo vuelvo a hacer, solamente por respeto a los ancianos, pero no por mi. Manejamos en shabath, vamos de compras, etc. He leido libros muy buenos de historia de grandes autores judios y lo dicen muy claro, los biblicos tiempos antes de la caida del Templo hasta la Mishna fueron mas de 600, epoca que empezo a desarrollarse el Talmud, es imposible decir que era igual.
Diego; ¡EXELENTE! Como todas tus explicaciones. Una nación sin historia no existe. Un abrazo y hasta cualquier momento.
esta es la realidad histórica que ha cambiado nuestra tradición?https://www.enlacejudio.com/2017/01/20/rabino-autoriza-ivanka-jared-kushner-se-trasladen-en-coche-este-shabat-seguridad/
Me quedo con lo que dices: » La historia nos inorma, la memoria nos inspira y transforma».
La memoria es saber aplicar la historia a nuestro momento actual.
Gracias por tu sabiduría, un abrazo.
La historia responde a la cultura dominante que influye en las otras a los intereses de cada comunidad a los objetivos personales a la manera como reaccionamos ante las cosas que nos suceden diariamente bueno y malo No creo que la historia de la humanidad fue dirigida por D-os si eso fuera así el mundo seria un paraíso claro debemos en lo posible que D-os dirija nuestra historia personal,
Gracias Diego me alegra bastante recibir escritos de un AMIGO judío me sirven para los retos que me tocan vivir a diario. toda Diego
Como siempre acertado !
Shabat shalom, Diego.
Interesante. La memoria es madre o hija de la historia?
Dos realidades que nos permiten existir como comumidad mas alla de nuestras creencias y confesiones.
Diego: shabat shalom la historia , la tradicion ,lo espiritual, del pueblo judio a trasendido a lo largo de la historia, todos los cambios han sido necesarios para la sobre vivencia del pueblo judio.
Buenos días Diego:
Como siempre, son temas muy interesantes.
Lo he relacionado con los Derechos Humanos: «Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, esclavitud, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna»
Nos pones el ejemplo de como se ha superado la esclavitud.
Y ello se logra con el esfuerzo y trabajo de estudiosos, en parte iluminados y activos: de todas las religiones que con valores como humildad, libertad, igualdad, fraternidad, sencillez, empatía, asertividad, resistencia pasiva… logran cambiar un inconsciente colectivo de:
– esclavitud
– desigualdad de la mujer
– desigualdad por raza
– desigualdad por nacionalidad o etnia
– desigualdad por religión
– desigualdad por cultura o etnia.
por un inconsciente donde prima más la armonía y la Paz, la comprensión y la tolerancia con aquello que cambia pero dentro de los principios…
«La salida de Egipto no debe ser narrada como historia sino como una remembranza del pasado que se hace presente cuando es traída al aquí y el ahora.» Maravilloso, estoy totalmente de acuerdo. No soy Judío, pero para mi también vale: me encuentro vagando por el desierto, purificándome, por desgracia soy duro de roer, me peleo con las dunas, viendo espejismos de agua. Aun no hemos llegado a la roca.
Efectivamente: la memoria y la conversión: «nos inspira y transforma»
Gracias Diego
Un fuerte abrazo
Rafa.
Shalom Diego ,gracias por excelente articulo, saludos desde Maryland USA.
Gracias José!
Saludos
Un tema sencillamente apasionante y muy bien tratado. Felicidades, Diego.
Podríamos decir que la memoria es la participación actualizada de la historia. Una historia con implicación personal de quien la rememora. Como sucede en la ‘física cuántica’, en donde la presencia de un observador no resulta ajena a los resultados.
A través del estudio y del aprendizaje vivencial de su propia historia, la tradición judía responsabiliza a cada individuo en la tarea de ‘arreglar el mundo’ (Tikún Olam), comenzando por su propia persona.
Entendemos como El Judaísmo se renova de acuerdo a la asimilación de nuevas culturas, Sin Perder Su Esencia, asi entendemos que siempre debe estar adelante de los otros pueblos,Por El Mismo Mandato Divino, Ya que Fue Llamada A Ser Nación Apartada y Luz En Las Naciones
Shalom a Todos
Shalom diego.
Los tiempos cambian y debemos adaptarnos. Muy educativo.
DIEGO mi hermano te saluda Juan desde MZA ARG mi pensar sobre el tema que nos tiras sobre el tablero de ajedres ES SIMPLE , MI PADRE CREADOR Y SEÑOR SUPREMO NOS DEJO ESCRITOS , HISTORIAS O CRONICAS DONDE APRENDER DEL.
Squeres poner alungun otro seudonimo a los escrito donde esta involucrado EL DUEÑO DE MI CORAZON ES DECIR JASHEM , hacelo no problem, yo por mi parte le llamo LA UNICA HISTORIA DE AMOR ETERNO QUE ME SOSOTIENE .
Saludos mi hermano te mando un abrazo rompe costilias
Los Judíos somos un pueblo de historia y memoria. su historia y su memoria es lo que conocemos con el nombre de judaísmo.
Hola Diego Edelberg, un saludo lleno de amor y de paz desde Venezuela. Estoy leyendo tu blog y para mi es muy interesante, pero debemos celabrar nuestras diferencias de pensamientos, ideas, conceptos, fundamentos, etc….
«CELEBREMOS LAS DIFERENCIAS PARA REPONER LA PAZ INTERIOR»: En hebreo, paz se dice shalom, que proviene de shalem, que significa completo, por la paz lleva al shlemut, a la armonía, la integridad.
Es uno de los principios fundamentales para construir el mundo que vendrá, de amar con responsabilidad, cuidando de nosotros y de los otros, como está escrito en la Biblia, “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Celebremos las diferencias para amarnos: Por amor venimos al mundo, y por amor nos quedamos cuando partimos.