Continuando esta serie en la que vamos explorando Mi Biblia Favorita y luego de la publicación anterior en la que empezamos por analizar el primer libro de la Biblia en ¿Qué es la Tora?, debemos ahora comenzar por el primer libro de la Tora: el libro de Génesis. En esta oportunidad nuestro guía es el genial Jon D. Levenson de quien traduciré y explicaré con mis propias palabras su espectacular introducción a uno de los libros más fascinantes de la historia de la humanidad.
Bereshit: el libro de los comienzos
Génesis, el título que lleva todo el primer libro de la Tora, es una traducción griega de la palabra hebrea toledot la cual aparece 13 veces en libro del Génesis y es traducida como «historia», «linaje», «recuento» o «generaciones» dependiendo del contexto (ver por ejemplo Génesis 2.4). En hebreo, al igual que ocurre con la mayoría de los libros del Tanaj, se lo conoce por la primera palabra, bereshit, que significa «en el comienzo».
Génesis es de hecho un libro acerca de los «comienzos»: el comienzo del mundo natural, el de la cultura humana y el comienzo de la familia de los hebreos que será finalmente la prehistoria de Israel como pueblo, lo cual ocupa el resto de la Tora. En el mundo del antiguo Cercano Oriente del cual Israel emerge, los comienzos eran cruciales debido a que los mismos definían el carácter, destino y propósito de cada pueblo.
En Génesis los orígenes de Israel (el grupo que eventualmente será conocido como «los judíos») yace en una misteriosa promesa por parte de Dios a un hombre mesopotámico cuyo nombre original es Abram el cual cambiará a Abraham en el capítulo 17. La esencia de esa promesa es que Dios hará de Abraham una gran nación, lo bendecirá con abundancia y le dará la tierra de Canaan. Pero apenas estas promesas son expuestas cada una de ellas es desafiada a lo largo de todo el libro, principalmente la fertilidad de la primera esposa de Abraham (y las otras matriarcas en las siguientes dos generaciones) y la feroz rivalidad fraternal y cuasi asesina entre todos sus descendientes. Así y todo, para el final del Génesis todos los obstáculos son superados, las doce tribus que conforman las totalidad de Israel ya están formadas e incluso un israelita (Iosef) efectivamente gobierna en una super potencia (Egipto). Por encima de todo esto la tierra prometida, aún cuando se encuentra lejos de ser alcanzada (algo que sucederá recién luego de la Tora, en el libro de Iehoshua o Josué), sigue estando muy presente en la conciencia de los hijos de Israel.
La narrativa del Génesis
Dentro del abanico de temas que cubre, el libro de Génesis es una fuente principal dentro del judaísmo para explorar la teología judía. El libro nos ofrece entendimientos sobre la relación de Dios con la naturaleza, con la humanidad en general y con el pueblo de Israel en particular en formas que resultan extrañas o ajenas para la mayoría de las mentes modernas. Por este motivo es muy simple perder de vista la seriedad y profundidad de todo el contenido del Génesis. Esto ocurre porque el vehículo a través del cual el libro de Génesis construye su cosmovisión no es el tratado teológico ni la utilización de pruebas filosóficas rigurosas o lógicas. Mucho menos intenta este libro ser una exposición racional ni por el contrario una confesión de fe irracional. El vehículo de Génesis es simplemente la narrativa. En otras palabras, la teología debe ser extraída de los relatos y en dichos relatos la presencia viva de Dios en su diálogo y participación toma precedencia por encima del pensamiento teológico abstracto.
Por eso, los que piensen que los relatos, leyendas, cuentos o narrativas (incluyendo los mitos) son para los niños nada más, no solo que nunca lograrán entender las convenciones literarias ni cómo entendían y vivían el sentido de la existencia nuestros antepasados y otros pueblos; también se condenarán a jamás descubrir el maravilloso, complejo y sofisticado mundo que encierran los relatos del Génesis. Estos relatos han evocado incontables interpretaciones desde el tiempo mismo en que fueron puestos por escrito hasta nuestros días. Es más, el libro del Génesis ha llamado la atención de los más grandes pensadores de la historia de la humanidad (¡y no me refiero a pensadores judíos solamente!)
¿Cuántas versiones de cada episodio son necesarias?
Un aspecto fascinante de la narrativa del Génesis es su capacidad para tolerar en un mismo texto diferentes versiones sobre un mismo evento, algo que en realidad es muy común en toda la literatura del Cercano Oriente desde la Biblia misma hasta la literatura rabínica. El libro presenta, por ejemplo, dos relatos de Abram/Abraham intentando hacer pasar a su esposa como su hermana (12.10-20; 20.1-18; ver también 26.1-11 para una tercera secuencia de este estilo literario), dos relatos de Dios haciendo un pacto con Abraham (Capítulos 15 y 17) y dos relatos acerca de cómo el nombre de Jacob termina siendo Israel (32.23-33; 35.9-15). En todas estas instancias la mayoría de los académicos en la modernidad encuentran lo que definen como diferentes documentos que fueron puestos todos juntos por un grupo de redactores a quienes llaman «los señores R» (para más información sobre esto ver mi publicación «¿Qué es la Tora?«).
Lo más interesante es que esta acumulación de versiones diferentes nunca hubiese ocurrido sino fuera por el hecho que la coexistencia de textos que se contradicen o presentan diferentes relatos sobre un mismo fenómeno no era visto como un defecto por los editores finales de la Biblia. Más adelante, en un tiempo post-bíblico, surgirá la necesidad que el texto posea una sola manera de entender el relato. Pero, nuevamente lo que tenemos que tener presente al leer el Génesis es la funcionalidad que cumplen las historias que allí se encuentran: su objetivo es ofrecer un sentimiento existencial/espiritual y generar pertenencia. «Los señores R» decidieron por este motivo asumir una aproximación muy diferente. Evitaron descartar variaciones en las historias porque creían que un sólo relato no era posible a la hora de intentar contener ni más ni menos que el recuento del origen del mundo y la humanidad. Lo que hicieron en esencia estos redactores fue asumir diferentes versiones como un largo y complejo relato que no podía ser contenido desde una sola mirada o perspectiva.
Por supuesto que el resultado final acarrea cierto grado de repetición. Pero la repetición está al servicio de una sofisticada presentación de temas con variaciones en un solo libro saturado de analogías y contrastes. Para los Rabinos de la Era Talmúdica y las generaciones siguientes, la exploración justamente de estas sutilezas literarias ofrece un entendimiento indispensable no solo hacia el primer libro de la Tora (siendo la Tora misma el libro más sagrado de todo el Tanaj) sino hacia la comprensión de Dios mismo.
La composición del Génesis
El libro de Génesis está compuesto de cuatro grandes secciones:
- Capítulos 1.1-11.26 contienen la historia primitiva o prehistoria.
- 11.27-25.18 la historia de Abraham.
- 25.19-36.43 el ciclo de Jacob (Iacov)
- 37.1-50.26 la historia de Iosef (vale la pena aclarar que realmente es muy breve la narrativa independiente sobre Isaac, el segundo patriarca).
1. La historia primitiva
La primera parte, la historia primitiva, nos lleva desde la creación del mundo hasta el nacimiento del padre de Abram diecinueve generaciones más tarde. Sus relatos son cortos y conectados solamente a través de genealogías que identifican las generaciones en las que acontece cada evento. De todos modos hay un tema central que atraviesa toda esta primera parte: la propagación de la maldad humana y el rechazo de la humanidad por aceptar su condición de simples criaturas en el entramado cósmico. Esta postura logra finalmente borrar los límites más importantes que diferencian el mundo de los seres humanos con respecto al mundo de la divinidad. El resultado de todo esto será catastrófico para los seres humanos mismos. El centro de atención en toda esta primera parte es Dios quien es presentado en forma absolutamente antropomórfica (es decir atribuyéndole cualidades humanas). Dios en esta primera parte habla en forma directa con los humanos iniciando las conversaciones, condenándolos o preservándolos de Sus actos mientras anuncia Su juicio severo o Su paciencia misericordiosa.
Debido a que está enfocado en la creación, la historia primitiva del Génesis exhibe contactos literarios con otros textos de la mitología mesopotámica. El relato de la creación con el cual Génesis abre (1.1-2.3) por ejemplo, tiene muchos parecidos con Enuma Elish, una épica babilónica que cuenta como un dios llamado Marduk adquiere supremacía sobre los demás dioses y crea el mundo separando a su enemigo acuático en dos partes. La historia de Adam y Eva en el jardín del Edén (2.25-3.24) posee similitudes con el Poema de Gilgamesh, otro poema épico en el cual el héroe de la historia pierde la oportunidad de ser inmortal y debe llegar a término con su condición de humano mortal. Y finalmente la historia de Noé (6.5-9.17) es llamativamente parecida a Atrahasis, una historia mesopotámica en la cual los dioses mandan una inundación para destruir la raza humana con la excepción de un solo hombre del cual emerge una nueva y fresca humanidad (de hecho esta misma historia terminará también en el Poema de Gilgamesh debido a que en el mundo de la tradición oral estos mitos circulaban de un lado para el otro con las variaciones propias de cada pueblo y su historia o creencias). Mirando todas estas similitudes podríamos hacer algunas observaciones muy interesantes:
- Los Redactores de la Biblia adaptaron algunos mitos mesopotámicos y babilónicos y los encuadraron dentro de la teología del pueblo judío. No es una casualidad que justamente los judíos tienen una larga historia con estas dos locaciones geográficas. Además la Biblia posee muchísimo material sobre el estilo y pensamiento egipcio incluyendo el nombre egipcio del personaje más importante de la Tora: Moisés (que resuena claramente con otros nombres como por ejemplo Ramses).
- Probablemente un fundamentalista bíblico declarará que todos los pueblos se copiaron de la Biblia (una aproximación absolutamente descartada por el academicismo pero propuesta por algunas facciones más ortodoxas dentro del judaísmo).
- Por otro lado podemos apreciar cómo la historia primitiva del Génesis nos ilustra tanto en la profunda continuidad y la asombrosa discontinuidad que hace del pueblo de Israel parte de la historia mesopotámica y al mismo tiempo lo separa en su originalidad y particularidad teológica.
Para leer más acerca de la creación según la tradición judía recomiendo: El Verdadero Relato de la Creación del Mundo y Dios & el Big Bang
2. La historia de Abraham
Para cuando llegamos a la historia de Abraham (11.27-25.11) el estilo narrativo cambia y las historias dejan de ser tan comprimidas como en la historia primitiva y comienzan a ser más largas y continuas. Abraham es el centro de cada episodio. Como lectores vemos este personaje atravesar diferentes situaciones y podemos armar un perfil de su personalidad y del modo que Dios opera en el desencadenamiento de los eventos que misteriosamente ha decidido poner en marcha. Si la relación de Dios con los humanos en la historia primitiva está definida (no de forma exclusiva) por Su juicio, condena y expulsión, en la narrativa de Abraham el contraste es asombroso: Abraham recibe bendiciones y promesas, especialmente la promesa de una tierra prometida. Pero lo espectacular de la narrativa es como la tensión es creada a partir de una vida muy humana e imperfecta dentro de una familia totalmente disfuncional. Con las bendiciones y promesas la familia de Abraham atraviesa momentos de muchísima angustia y sufrimiento. Esto es tal vez lo que hace que estas narrativas resuenen tanto con nosotros puesto que son «muy humanas»: nadie tiene una vida perfecta como la de los dioses mitológicos de las épicas mesopotámicas o babilónicas.
A partir de Abraham en adelante, Dios dentro del libro de Génesis se vuelve menos antropomórfico en relación a la primera parte. Dios «logra» que Abraham supere los propios obstáculos que Dios le pone para alcanzar las promesas que Dios le ha prometido. Abraham finalmente adquiere tanto el hijo que le dará su descendencia y logra poner un pie en la tierra prometida. Dios consigue todo esto por medio de milagros palpables y una guía silenciosa. A medida que la historia de Abraham se desarrolla su protagonista principal gradualmente va asumiendo el rol de la persona religiosa por excelencia: obediente de Dios (¡incluso cuando le es solicitado ofrendar a su propio hijo!), fiel aún cuando las promesas de Dios parecen imposibles, agradecido, generoso, hospitalario y comprometido con la justicia y la compasión al punto tal de cuestionar al mismo Dios en Su decisión de destruir Sodoma y Gomorra. Esto hará que posteriormente algunos rabinos describan a Abraham como el judío ideal a imitar.
3. El ciclo de Jacob (Iacov)
Como mencionamos ya con Abraham, a medida que progresamos en el Génesis el estilo de escritura se va haciendo más consistente y largo. El ciclo de las historias de Jacob, en hebreo Iacov, (25.19-36.43) representan justamente este salto literario. Pero con Jacob ya no hablamos de un tema general como el de bendiciones y promesas en el relato de Abraham (que de hecho continúa en esta historia también), sino de diferentes tramas.
A nivel general la trama central gira en torno a cómo el segundo hijo adquiere un estatus superior que su hermano mayor y los derechos de la promesa que había sido dada a Abraham (su abuelo). Los hermanos eventualmente se reconcilian y este segundo hijo emerge en forma mucho más legítima como el patriarca principal del cual el pueblo de Israel lleva su nombre. Varios tipos de engaños, fraudes y artimañas juegan un rol principal a medida que la trama se desarrolla en el ciclo de Jacob.
La dimensión imperfecta humana que ya mencionamos en la historia de Abraham y su familia, se vuelve cada vez más central reforzando justamente esa «característica humana» que poseen las historias de la Biblia. Nada de lo humano le es ajeno a la Tora y por eso la Tora es como un espejo de nosotros mismos. Todo lo que es humano está contenido en este espectacular texto. Al mismo tiempo Dios se va volviendo cada vez más silencioso interviniendo cada vez en forma menos dramática al punto tal que su presencia pasa desapercibida para el propio Iacov quien exclama «Dios está presente en este lugar, ¡y yo no lo sabía! (28.16) – de paso les cuento que ese es el título que elegí para mi ebook sobre teología.
4. La historia de Iosef
Llegando al final del Génesis nos encontramos con que el texto se ha vuelto «lo más humano posible». Con esto nos referimos a que hasta el final del libro la historia gira en torno a Iosef (37.1-50.26) y sus hermanos en la forma literaria de una novela con una narrativa increíblemente coherente y continua. Esta novela nos ofrece los retratos psicológicos más profundos, sutiles y complejos de la trama del Génesis constituyendo una de las perlas más preciadas de la prosa narrativa bíblica.
Pero «lo más humano» de esta novela se manifiesta en el hecho que, a diferencia de la historia primitiva y las historias de la familia de Abraham en las que Dios interviene constantemente, en la narrativa de Iosef ¡Dios no dice ni una sola palabra! (con la excepción de una aparición nuevamente a Jacob cuando está aún en Canaan; 46.1-4). De todos modos no debemos pensar que Dios está «ausente». Dios se comunica a través de los sueños (en los cuales paradójicamente no aparece) y más importante aún a través de las personas y sus acciones siendo Iosef quien reconoce sobre el final que todo lo que le ha sucedido en la vida es gracias a Dios. Y es aquí nuevamente donde tenemos que tomar conciencia de una forma diferente en la que opera Dios.
Nosotros nos sentimos mucho más próximos a Iosef que a cualquier otro personaje simbólico de la Biblia por el simple hecho que siempre supo que Dios estaba ahí aún cuando Dios nunca le habló en forma directa como hizo con sus antepasados. En la novela de Iosef, mucho más que en el ciclo de Jacob, Dios opera utilizando la ambivalente y tortuosa imperfecta raza humana desde la cual arranca el bien de la maldad intrínseca del ser humano haciendo sobrevivir a toda una familia que parecía caerse a pedazos: los resentidos hermanos de Iosef son perdonados a pesar que originariamente habían planeado su esclavitud y muerte. Estos hermanos, los hijos de Israel, aceptan con gracia la salvación de su hermano menor que ha salvado sus vidas. Final feliz.
¿Son estas historias verdaderas?
La pregunta que más conmueve a la mente moderna es: ¿cuánto de lo que es narrado en Génesis realmente sucedió? Voy a comenzar por responder con una de mis citas favoritas:
Como la acción de la historia primitiva no acontece en un plano ordinario de tiempo histórico y tiene tanta afinidad con la mitología antigua, es muy exagerado (e incluso inverosímil) tratar todas las narrativas del Génesis como históricamente reales. A pesar que en los últimos 200 años han habido descubrimientos sorprendentes y poseemos mayor información hoy sobre la vida de los antiguos mesopotámicos, cananeos y egipcios de lo que poseían nuestros antepasados medievales, no hay evidencias que demuestren que Abraham, (su hijo) Isaac y (su nieto) Jacob e incluso Iosef realmente existieron en carne y hueso. Lo que sí podemos afirmar es que todos estos personajes reflejan el color y sabor del tiempo en el que fueron escritos por primera vez, lo cual implicaría que los israelitas conocían muy bien las tierras y leyendas de donde asignaron a sus legendarios antepasados. Pero la falta de evidencia no necesariamente implica que no haya evidencias que aún no fueron descubiertas. Los historiadores, arqueólogos y académicos continúan examinando reportes y descubrimientos sobre los orígenes mesopotámicos de Israel y su relación con Egipto.
¿Quién escribió el Génesis?
Si la pregunta más controversial es la que lidia con la historicidad de Génesis, es decir si realmente sucedió en la historia algo de lo que es narrado en el primer libro de la Tora, la pregunta sobre quién escribió el libro resulta aún más controversial. Por supuesto que la tradición judía desde el período post-bíblico asumió en su gran mayoría que todo lo escribió Moisés y que Dios le dictó letra por letra todo lo que está en la Tora incluidos los diálogos que tuvieron cada uno de los personajes. Pero esta no es la posición que toman los académicos tanto judíos como los que no son judíos.
Primero y principal el libro no comienza por presentarnos al autor del modo que lo hacen otros libros de la Biblia. En ningún momento leemos «este es el libro de Moisés» ni la Tora misma declara que Moisés es el autor (como mencionamos en la publicación anterior, cuando la Tora dice «esta es la tora de Moises» se está refiriendo a una enseñanza o instrucción particular del mismo modo que en otro pasaje dice «esta es la tora del nazareno»). Cuando otros libros dentro la Biblia se refieren a la Tora de Moisés citan los textos legales y rara vez al Génesis. Por eso algunos académicos creen que no hay razón para creer que las narrativas del Génesis tal cual las conocemos nosotros hoy formaban parte del corpus original designado. De hecho, hay algunos pasajes en Génesis que claramente demuestran sin vergüenza alguna un autor o editor post-Moisés. Por ejemplo,
- Abraham Ibn (hijo de) Ezra, un exégeta judío del siglo 12 EC, notó que Génesis 12.6 declara
“Los Cananitas estaban entonces (אז) en la tierra“.-
La palabra entonces sugiere que cuando el autor de este pasaje escribió estas palabras los Cananitas ya no estaban en la tierra. En palabras más simples, este texto tiene que haber sido escrito o insertado luego del tiempo de Moisés porque durante la vida de Moisés los Cananitas estaban aún en la tierra (sino, ¿qué necesidad tiene el texto de darnos este detalle obvio? ¿quizás fue agregado para una generación posterior que no conocía lo que había pasado?).
- Génesis 14.14 menciona la ciudad de Dan la cual no adquiere su nombre hasta el tiempo de Josué (19.47) y en consecuencia que Moisés escribiera sobre la tierra de Dan representa un anacronismo histórico.
- En Génesis 36.31 se hace referencia a reyes reinando Israel lo cual sucederá mucho tiempo después de la muerte de Moisés. Pero aquí Ibn Ezra (quien está abierto en otros pasajes a contemplar la idea de un editor post-Moisés) defiende la postura tradicional que asume la lectura rabínica la cual declara que no hay un antes y un después en la Tora y en consecuencia Ibn Ezra interpreta que Moisés fue el primer rey de Israel. Un título que realmente Moisés nunca recibe en todo el Tanaj.
La palabra de Dios
A partir del período del Segundo Templo -y luego con el emergente del judaísmo rabínico- el Génesis será considerado bajo el estatus que lleva hoy: una parte fundamental de «La Tora de Moisés». A pesar de algunas objeciones sobre ciertos pasajes particulares por los más grandes rabinos medievales (como vimos por ejemplo con Ibn Ezra) este fue el consenso que asumió la tradición. Con la modernidad y el avance del método histórico-crítico utilizado por los académicos se ha llegado a una conclusión hasta el momento que el libro posee en realidad tres fuentes entrelazadas que nombran como J, E y P (para entender mejor esto ver nuevamente la publicación ¿Qué es la Tora?). A modo de conclusión podemos decir que, si Moisés es el autor humano del Génesis nada nos asegura que Dios haya sido el Autor original. Y si J, E y P (juntos a otros autores, editores y redactores anónimos) son los autores originales, nada nos asegura que Dios no sea de todas formas el Autor principal. La Tora es la palabra de Dios. Pero, ¿qué significa literalmente que algo es «palabra de Dios»?
SHALOM DIEGO
Mi estimado, son tantas cosas que se pueden comentar del primer libro de la Torá, Bereshit, por ejemplo; El mundo secular considera que la Torá como un libro “verídico”, quiero decir, que uno puede aprender muchas cosas buenas de él, solamente no te lo tomes demasiado en serio – ¡como una verdad absoluta!. Ahora bien, desde el punto de vista religioso, la Torá es un libro de leyes de Dios con instrucciones sobre cómo vivir.
Lo narrado en la Torá (a menudo no en orden cronológico y con muchas brechas) provee información de apoyo para las leyes. El judaísmo tiene una tradición oral que completa muchas de estas brechas.
El judaísmo cree que la biblia es un libro divino, sagrado y por tanto todo lo que se narra en ella es totalmente verídico.
Aquí hay una vista panorámica de los primeros capítulos de la Torá, Genesís:
(1) “En el principio Elohim los creó el Cielo y la Tierra” (Génesis 1:1). ¡Qué contraste entre la inmensidad infinita del cielo que contiene incontables soles, estrellas, galaxias y una pequeña motita en el universo llamada Planeta Tierra! Sin embargo, el verso siguiente comienza, “Y la Tierra era…” centrandose el resto del libro en la Tierra. Conclusión: ¡Hashem está interesado en la tierra!
(2) Los seis días de la creación se describen en detalle. Los árboles, el pasto, los animales, los peces, los pájaros y los insectos. Luego se creó un ser humano. ¡Qué contraste entre la inmensa expansión del Planeta Tierra y un solo individuo! Sin embargo, desde este punto en adelante, la Torá se enfoca exclusivamente en los humanos (y NO en los árboles y los insectos). Conclusión: ¡Hashem está interesado en la humanidad!
(3) Después de explayarse sobre el primer humano, la Torá enumera 10 generaciones sin registrar ningún evento. Estas generaciones evidentemente no le interesaban al autor (Hashem) y sólo se incluyeron con el propósito de establecer cronología. Finalmente encontramos el pasaje, “Y Noaj era un hombre justo” (Génesis 6:9), seguido de un sección entera concerniente a Noaj. Conclusión: ¡A Hashem le interesan las personas justas!
(4) Esto está nuevamente seguido de una lista de nombres con propósitos cronológicos. Pasan otras 10 generaciones hasta que llegamos a Abraham nuestro Padre. Abraham tiene 75 años en el momento en que la Torá habla de él (más detalles sobre su juventud se encuentran en la tradición Oral). Desde este punto, la Torá registra exclusivamente historias de la vida de Abraham y luego de sus descendientes – hasta la aparición del pueblo judío. El resto de la Torá relata la relación de Hashem con el pueblo judío. Conclusión: Hashem está interesado en el pueblo judío que asume una misión única, ser una “luz para las naciones”, enseñar al mundo sobre la espiritualidad y sobre nuestro Creador.
Nota: Tomado del Rabino Avigdor Miller.
Por último, comento lo siguiente:
“Que se Haga la Luz” (Génesis 1:3)
Rashi explica que la intención de la Torá, no era necesariamente presentar los eventos en orden cronológico. (Por ejemplo, la creación del agua, entre otras cosas, no se menciona del todo). Más bien, el significado es, “En el principio de la creación del Cielo y la Tierra, Hashem dijo que haya luz”. Cuando a los sabios se les ordenó que tradujeran la Biblia al griego para el rey egipcio Tolomeo (conocida como la septuaginta) ellos cambiaron el verso inicial para que dijera “Hashem creó en el principio”, poniendo énfasis en la creación misma. Para el creyente es obvio que el mundo fue creado.
Por otro lado, de acuerdo con los descubrimientos e investigaciones realizadas, una enorme cantidad de información en la Torá ha sido confirmada por la arqueología mediante evidencia indirecta o circunstancial, lo cual da la ceteza de que es verídica, sin embargo, sabemos que la Torá tiene un significado no solo historíco y literal, también un significado superior, superior, que solo mediante su estudio, la meditación y rezos, podremos acceder, en este sentido también me refiero a la Cabalá.
Como vemos, es fascinante adentrarse en el tema y muy extenso.
Agradeciendo tus aportaciones
Hashem nos Bendice.
Shalom Bulmaro,
Gracias por enriquecer esta publicación con tu comentario.
Un punto muy importante con respecto a lo que expone la crítica bíblica es que toda la Biblia es verdad, pero no es necesariamente históricamente real. Tu lo dices mejor que yo al declarar que «El judaísmo cree que la Biblia es un libro divino, sagrado y por tanto todo lo que se narra en ella es totalmente verídico.» Así es, todo allí es verídico, pero no sucedió históricamente. La verdad histórica es solamente una de las tantas verdades que están disponibles.
Muchas de las interpretaciones que presentas son una posible aproximación hacia el texto. Pero no son las únicas.
1) Yo creo que Dios se interesa por todo el Universo y no solo la Tierra.
2) Yo creo que Dios se interesa también por los animales y los insectos. Pero como la Tora es un texto escrito por humanos para humanos claramente se interesa en responder las inquietudes humanas puesto que el mismo nunca va a ser leído por un mono. Por eso creo que Dios se preocupa por toda su creación.
3) ¿Si a Dios es el autor para que escribe 10 generaciones que no importan? ¿Para que gastar tinta y espacio en algo que no tiene relevancia? ¿Es Noaj tan justo como pensamos cuando al enterarse que toda la humanidad iba a morir y no dijo nada como lo hizo Abraham?
4) Yo creo que Dios está interesado en el pueblo judío del mismo modo que está interesado por toda su creación.
Gracias por tus aportaciones también y continuar el diálogo.
Saludos
Me he suscrito, he respondido 3 veces y no me ha llegado el libro. Me interesa, Gracias
Explicame una cosa que siempre me ha mantenido inquieto
la preposicion ב BET entiendo que es DENTRO DE, ראשת RESHIT cabeza principio inicio, si esto es verdad no se traduce EN EL PRINCIPIO sino DENTRO DE UN PRINCIPIO eso me llevaria a pensar que Adam no es el primer hombre sobre la tierra sino qu efue tomado de ese principio y llevado al jardin del Edem, que seria como un aciudad de refugio
Genesis 1:1 בראשׁית ברא אלהים את השׁמים ואת הארץ׃
Dentro de un principio los poderes creo especificamente los cielos y especificamente la tierra
Ayudame entonces a aclarar este concepto
SHALOM
Enrique,
Lo más increíble de la Tora es todo lo que uno puede interpretar. Tu pregunta abre un abanico de entendimientos fascinantes tan solo mirando una letra o una palabra.
Por ejemplo, tenemos una tradición de 2000 años que entiende el primer versículo de la Tora como «En el principio creó Dios los cielos y la tierra». Pero ya en el siglo 11 el genial comentador Rashi argumentó que el versículo en realidad funciona como una cláusula temporal. De hecho este es el modo en el que los antiguos mitos del Cercano Oriente generalmente comienzan (incluido Génesis 2.4). Por lo tanto muchas traducciones -incluida la de Mi Biblia Favorita- proponen entender ּּּּּּּּּּּּּּּב como «cuando» dándonos un comienzo que dice «(1) Cuando Dios comenzó a crear los cielos y la tierra (2) la tierra estaba uniformada y vacía, con oscuridad sobre la superficie de lo profundo y un viento de Dios barriendo sobre el agua».
Esta idea funciona mejor para entender incluso la idea que Dios no crea sino que ordena. Para la mayoría de los modernos lo opuesto a la creación es la «nada». Es decir, que por razones que ignoro muchos de nosotros construimos la idea que antes que Dios comience a crear no había nada. Pero para nuestros antepasados lo opuesto a una creación ordenada era mucho peor que la «nada». Era una fuerza activa y malvada que podríamos llamar «caos». En la Tora el «caos» es entendido como una masa oscura e indiferenciada de agua. En un midrash Bar Kappara adscribe la noción que la Tora muestra que Dios ordena el mundo desde material preexistente. Nuevamente esto no resuena para nuestras mentes modernas pero en el mundo antiguo del Cercano Oriente declarar que el Dios de uno había subyugado al «caos» era ponerlo por encima de otros «dioses».
La ּּב también es entendida por otro midrash que sugiere que la misma está cerrada por todos los lados menos el frente (obviamente teniendo en cuenta que en hebreo se lee de derecha a izquierda). Esto sugiere que no deberíamos especular con lo que aconteció antes de la Creación. El propósito no es evitar la indagación científica sobre el origen del universo sino desalentarnos a querer probar lo improbable invitándonos a preguntarnos la pregunta más importante: «¿cómo deberíamos comportarnos en esta vida y en este mundo?». Para el judaísmo es más importante entender la voluntad de Dios que probar la existencia de Dios.
El midrash (G.R 1:1,6) también asume que la palabra «principio» o «comienzo» (reishit) es un sinónimo de Tora (como aparece en Proverbios 8.22). Esto implicaría que la primera frase de la Tora es «Con reishit (Tora) creó Dios los cielos y la tierra». Dios en este caso crea el mundo consultando la Tora como plano, la cual dicta el ordenamiento de valores y sentido de un universo lleno de Tora.
Finalmente, la Cabalá nos enseña a ver debajo de la superficie y descubrir el significado más profundo – en la Torá y en nuestras vidas. La Cabalá nos sacude de nuestros hábitos religiosos y nos enfrenta a nuevas posibilidades. Por ejemplo, el Zohar (la obra maestra de la Cabalá) lee el versículo de la Torá y la preposición bet no como «en» ni «cuando» sino «con». Así no nos queda el famoso «En el principio creó Dios» … sino más bien: «Con comienzo, [el innombrable, Ein Sof] creó a Dios.» Esto suena chocante o herético. Pero el punto es que nuestra comprensión usual de Dios es bastante infantil. Lo que nosotros consideramos como Dios es sólo un aspecto limitado de la realidad divina infinita, que trasciende, contiene y está más allá de todos los nombres que nosotros los humanos le atribuimos (por ejemplo, Dios, Padre, Rey, Salvador, Misericordioso, Señor, etc.)
Espero haber contestando algo de tus preguntas…es un tema tan amplio que merecería no una publicación sino ¡un blog entero! Si me preguntas a mí cuál es la interpretación correcta te diría simplemente: ¡todas! ¿Quién sabe realmente cómo fue el origen de todo?
Shalom!
DIOS te bendiga por tanta saviduria
Hola Diego;
Te agradezco tu vocación por compartir y transmitir por medio de la crítica biblica la esencia de lo que realmente nos debería de importar como judíos del siglo XXI. sobre la autoría o no por parte de Moshe Ravenu no nos debería de importar tanto.
Hay todo un código de valores físicos y espirituales que unidos al mensaje profético es transcendental para no solamente el pueblo judio… también para todas las naciones!!!
Mi rabino me pregnto una vez;
Si hay ciertas enseñanzas que no se pueden enseñar , entonces para que están los maestros?
Y me sorprendí yo mismo de la respuesta que sin dudar le di, para confirmarle que va por buen camino o que tiene cierto nivel de percepción.
La tora es pensamiento escrito que se ve (lee, medita e interpreta) para acercarnos a lo que no se ve (Al Eterno)
Desde España Shabat Shalom!!!
Arie,
La pregunta que planteaste sobre «Si hay ciertas enseñanzas que no se pueden enseñar ¿entonces para que están los maestros?» es en realidad una pregunta medio tramposa 😉
Básicamente es una declaración que hay cosas que uno no puede enseñar y simplemente las debe aceptar. Aún cuando muchas personas dicen esas exactas palabras como una especie de reconocimiento de ignorancia, la realidad que lo que están diciendo es «yo creo esto porque sí o porque me dijeron que es lo que debería creer pero no puedo explicar el por qué». Asumir esta respuesta no es correcto o incorrecto. Es solo una postura que uno asume y es tan respetable como la de aquella personas que declara que cree en ciertas cosas pero no va a explicarnos el por qué sino que simplemente va a decirnos «porque sí».
El estudio académico de la Biblia (y de hecho la honestidad con la que los judíos deberíamos estudiar) se encuentra más allá de nuestras creencias. Es más, nuestras creencias deberían ser poco importantes al lidiar con lo que el texto literalmente dice o sugiere. Por supuesto que en el fondo esta es LA diferencia porque si yo parto desde la idea que la Biblia posee «ciertas enseñanzas que no se pueden enseñar» entonces estoy honestamente y de ante mano limitándome y haciendo un estudio tendencioso. Estoy diciéndome «hay cosas que no se pueden explicar y eso es parte de la tradición». Nuevamente, tomar la decisión de asumir esta lectura tendenciosa no es algo malo ni bueno. Es simplemente una decisión.
¡Saludos y gracias por ayudarme a reflexionar!
Buenos dias Diego:
De la lectura del texto, junto con alguna idea mía, llego a la conclusión de que en la Biblia se recogen todas las historias que en la vida se pueden dar. En ella caben todas las situaciones posibles.
Por ejemplo: Si tenemos un padre que con 4 años cuidaba pavos en un campo perdido de Andalucía, y que los mismos pavos le protegían de las serpientes que había, rodeándolas en circulo, y levantando y moviendo las alas, para apartarlas del chico y que no le picara; y que además siempre fue muy apreciado porque obró el Bien y ayudó a todo el mundo, y cuya FE siempre está con él: podríamos decir que bebió de la figura de Abraham.
Si tuvo dos hijos, el mayor con mucho pecado original, podríamos decir que era descendiente de Caín; el más pequeño, noble, obediente, estudioso, constante, y que ofrece a Dios sus mejores dones, podría decirse que sería descendiente de Abel. Y si con su tesón y constancia se realizó por encima del mayor, podríamos decir que se asimilaba a Jacob.
Así podríamos continuar, para ver que todos estamos representados en la Biblia. Claro tenemos que procurar asimilarnos con los buenos ejemplos, que hay muchísimos.
Todos queremos :
. Descendencia y
. Tierra
Y Dios lo que nos ofrece es la Tierra Prometida: ¿para quien? para los que posean y desarrollen los Valores del Reino de Dios.
Fui Esaú y no se lo que soy. Personalmente creo que Dios nos tendrá asignada una Misión en esta, o en alguna de sus estancias.
Por eso a nivel estructura hay una interpretación academicista de la Biblia, pero por debajo, entiendo que existe la interpretación individual de cada persona. El Espíritu sopla fuerte en todas las épocas y en todos los sitios. Los que estén conectados a su emisora lo oirán.
Con respecto a las distintas versiones para un mismo hecho: se me ocurre pensar que como en el mito de la cueva de Platón, una cosa son las ideas (lo que se desea) y otra lo virtual o las sombras que se proyectan. O también no es lo mismo Sión que la iglesia militante, donde hay que ver, cuando la persona no esta sujeta solo al Bien, si no que es sometida a escasez, dolor, tentaciones… cual es su comportamiento. Hay muchos parecidos, hay muchos relatos y muchas culturas, pero siempre hay un mismo Espíritu, que nos ilumina. Las diferencias entre los relatos, son las distintas percepciones de los recibieron la inspiración.
Lo decís en vuestro texto. «Nada de lo humano le es ajeno a la Tora y por eso la Tora es como un espejo de nosotros mismos. Todo lo que es humano está contenido en este espectacular texto». A su vez es como si fuese un libro personalizado para cada uno.
Dios se nos comunica a través de los: acontecimientos, personas, libros, películas, experiencias para que en función de lo que hemos vivido, saquemos conclusiones e inferencias: y nos vayamos llenando de sabiduría con conocimiento de lo que esta Bien y mal.
En definitiva un gran libro, el mejor de los libros, nuestro libro…
Diego, un abrazo a ti y a tu familia.
Rafa.
Rafa,
Con respecto a tu primer idea la idea es parecida: tu dices, «llego a la conclusión de que en la Biblia se recogen todas las historias que en la vida se pueden dar» y yo pienso que en realidad nuestras historias de vida se recogen en las que tiene la Biblia. En otras palabras, somos nosotros los que vivimos cosas y las comparamos con las historias de la Biblia y justamente la Biblia contiene lo más humano de todos nosotros. Por eso cuando nos suceden cosas en la vida reconocemos la verdad profunda de la Tora al descubrir que esas mismas experiencias (celos, rivalidad, amor, compasión, etc.) ya están ahí en estas historias muy humanas.
Es en ese sentido que replico tus palabras finales «un gran libro, el mejor de los libros, nuestro libro».
Abrazos!
Diego. Considero una buena explicacion a las posibles contradicciones en los relatos del Genesis, en aquellos con aparente repeticiones, animo.
Gracias Mercedes.
Me alegro te haya gustado la idea que en realidad no son contradicciones sino diferentes maneras de explicar la esencia de algo que en en esencia es in-capturable
Saludos
Hola Diego, Purim Sameaj! Otra vez gracias por el aporte. Dejo un link para vos y los lectores que tiene mucho que ver con el tema de este post. Tal vez ya lo conocés, porque se trata de uno de los primeros trabajos de difusión masiva que ofrecieron una crítica detallada de la hipótesis documentaria. Para los que no recuerdan otros posteos de este blog, la hipótesis documentaria propone que los primeros cinco libros del Antiguo testamento (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, que juntos se conocen como la Torá o Pentateuco) son una combinación de documentos que provienen de cuatro fuentes de origen independiente.
El autor de la crítica es Umberto Cassuto, quien fuera rabino y profesor de Torah, lengua y literatura hebrea en La Sapienza – Universidad de Roma, Universidad de Firenze y Universidad Hebrea de Jerusalén.
http://www.sedin.org/PDFS/Cassuto-Hipotesis_Documentaria.pdf
Resumen en inglés: http://www.plymouthbrethren.org/article/2834
Hola Ariel,
¡Purim Sameaj! Muchísimas gracias por compartir tan espectacular texto con todos nosotros. ¡Cassuto es uno de lo grandes!
¡Qué bueno que ya está traducido!
Abrazo grande
Hola Diego: Como todo lo que publicás está super interesante, lo mismo que las opiniones de los otros lectores. Con el Libro del Génesis arranca la Torá, y entre todas las cosas ricas que tienen en su interpretación están los aspectos humanos de sus personajes, tanto buenos como malos, ya que se habla de un asesinato (Caín y Abel), se habla de la violación de una chica (la única hija mujer de Iacov), de como varios hermanos se ponen celosos y venden como esclavo a Iosef. Todas estas cosas negativas que cuenta, obviamente son cosas para no imitar. Las cosas positivas si son para imitar por ejemplo Iosef perdonó a sus hermanos y les salvó la vida a ellos y a las familias que habían formado, Iacov se reconcilia con Esav, Abraham le pide a D»s que no destruya Sodoma y Gomorra y D»s no lo castiga por discutirlo (en los otros libros veremos como Moshé lo discute a D»s y D»s le permite tener discernimiento, aún cuando no coincidan).
Los Mitos del Génesis los veo con tantos contenidos humanos que me viene a la cabeza las ideas psicoanalíticas del Dr. Freud, donde se pueden interpretar varios casos de psicología con las historias del Génesis.
También es interesante, no solamente lo que está escrito (con todas sus posibles lecturas e interpretaciones) sino los espacios en blanco…Una vez un rabino nos comentaba en un Kabalat Shabat, que la Torá empieza con la בראשׁית ברא אלהים את השׁמים ואת הארץ
Bet y no con el Alef, entonces que pasó entre ese espacio vacío antes de la Bet????
Estaba antes del hombre la tierra habitada por Ángeles? Pasó algo entre los Ángeles? Qué hizo D»s con esos Ángeles? Hay muchos cuestionamientos así que no están expresamente escritos en el Génesis, y para eso hay que recurrir al Talmud.
Quiere decir que el Bereshit… arranca con la historia de la tierra y este mundo terrenal con hombres con virtudes y defectos… Es decir, D»s escribió la Torá para que la leyeramos y estudiemos los humanos, y nos portemos bien como D»s manda,
Hay mucho más para seguir interpretando.
Un fuerte abrazo
Mauri
Gracias Mauri por enriquecer esta publicación con tu interpretación.
Saludos
HOla muy buen post! queria saber que opinan sobre esta informacion?
http://www.sindioses.org/examenreligiones/arqueobiblica.html
Hola que tal, antes que nada muchas gracias por las explicaciones muy concisas.
Y bueno, tengo una pregunta muy sencilla, y es saber el título de la obra de Levenson a la que te refieres al inicio del artículo, ya que me gustaría poder leerlo. Gracias!!!
Hola, he leido sus comentarios en realidad quien tiene FE no va a cuestionar nada en absoluto, y para otros lo vemos tan confuso y contradictorio en fin que no sabemos de donde proviene todo, simplemente que debemos creer en lo que hay aparece y nos dicen. todo es un dilema muy complejo y que algunas preguntas quedan en el aire solo por que no tiene una respuesta en concreto o algo afirmativo, creo en Dios xq me enseñaron asi pero a veces cuestiono xq leo y me confundo, o puede ser xq estoy joven y tampoco estoy tan empapelada en el tema si no poco, respeto sus comentarios y respuesta saludos.
Hola, soy nueva estudiando la Tora. Tengo una duda:
En Génesis 1:14, según la traducción de la biblia que tengo dice en relación a la creación de las lumbreras «…y servirán de señales para marcar las estaciones, los días y los años.»
Hay personas que enseñan que fueron creadas para señales en general; no solo para marcar estaciones , los días y los años , sino también para señales de Dios a los Hombres (Ejemplo Eclipses de sol y luna).
Cual será la correcta traducción??
Un abrazo y muchas gracias