Mi primer contacto con la Biblia y el judaísmo
Al igual que le sucede a muchas personas, la Biblia no siempre significó lo mismo para mí. Si bien de niño conocía un poco de sus historias clásicas (entre ellas recuerdo el episodio de Caín y Abel, la historia de Iosef y sus hermanos y por supuesto el relato sobre el éxodo de Egipto con las 10 plagas y el milagro de la partición del mar) nunca me había sentado a leer dichas historias con detenimiento. Lo más cercano que estuve de la Biblia en mi juventud fue cuando me estaba preparando para celebrar mi Bar Mitzva. En ese entonces como le sucede a la mayoría de los niños (y las familias) durante ese periodo me sentía muy cerca del judaísmo. Durante un año entero iba dos veces por semana a practicar mi lectura extremadamente rudimentaria de Tora y aprender sobre qué significaba ser judío. Dado que no fui a escuela de estudios judaicos de niño (es decir no fui al “shule») sino a una excelente escuela bilingüe, mi inglés siempre fue mejor que mi hebreo y de hecho continúa siéndolo. Por dicho motivo durante el año que me preparaba para mi Bar Mitzva mis padres contrataron una morá (maestra) particular de hebreo para que me enseñara a leer enfocado en la porción de la Tora que me tocaba cantar. Si ya estaba potenciado mi judaísmo entre mis lecciones de hebreo semanales, mis prácticas de lectura de Tora y mis clases sobre qué era el judaísmo, más aún sentía mi conexión con esta tradición cada Viernes por la noche cuando -para aprenderme mejor las “canciones” que iba a tener que cantar en mi ceremonia- iba al “templo”. Mi comunidad era Amijai que por aquel entonces no tenía su propio edificio sino que llevaba a cabo sus servicios en el edificio del Seminario Rabínico Latinoamericano. La locación del Seminario me venía perfecto porque yo vivía a unas cinco cuadras de dicho lugar. Pese a que mis padres estaban enamorados del Rabino Reubén Nisemboim (un Rabino Reformista), cuando yo comencé mi viaje de exploración en el judaísmo me rodee de rabinos Conservadores que por ese entonces eran dos: Mario Rojzman, Rabino de Bet-El y Dario Feiguin, Rabino de Amijai (ambos Rabinos ya no forman parte de dichas instituciones).
Mirando hacia atrás tal vez el judaísmo en mí había ya crecido para el momento que inicié mi preparación para el Bar Mitzva ya que el año anterior a dicho evento viaje con mis padres y un grupo del colegio Bet-El a Israel junto al Rabino Mario Rojzman. Solo tengo hermosos recuerdos de dicho viaje y no puedo sino recomendar para quienes pueden hacerlo visitar Israel antes, durante o luego de los 13 años (12 para las niñas). Además el impacto de viajar a Israel con un grupo en lugar de ir uno por su cuenta hace que para un judío ir a Israel no sea un viaje turístico sino un peregrinaje (¡de hecho un judío nunca debería sentir que es un turista en Israel!). Y no es una casualidad que dado todo este escenario fue justamente por ese entonces -cuando tenía 13 años- que me dispuse finalmente un día a leer la Biblia. ¡Qué ingenuo que era! Pensé que podía sentarme solo en casa a leer la Biblia como si estuviera leyendo una novela y entender algo. El desafío era aún más grande cuando en casa la única Biblia en español que encontré era un libro de tapa dura verde con más de 1000 páginas y que tenía grabado en letras doradas “Santa Biblia – Versión Reina Valera” conteniendo el Antiguo y Nuevo Testamento. Realmente estaba perdido con todo este tema. Creo aún que esa copia de la Biblia sigue en casa de mis padres y recuerdo que leí las primeras páginas del Génesis y sin entender absolutamente nada de lo que estaba leyendo terminé cerrando el libro. No había en casa una Biblia con comentarios rabínicos que tal vez pudieran hacerme más fácil el acceso al texto más importante de mi tradición. Mi atención giró entonces (o mejor dicho continuó al igual que hoy también) con la música y los libros de filosofía, historia del arte, historia general y todos los otros temas tan variados que siempre me apasionaron.
La adolescencia y los “regresos”
Cuando terminé mi primaria inicié la secundaria en la Escuela Técnica ORT donde volví de alguna manera a relacionarme con la Biblia. En cierta medida fue una buena transición que luego de mi Bar Mitzva continuara mis estudios por primera vez en una escuela “judía” rodeado de chicos y chicas judías donde aprendía materias generales y técnicas además de hebreo, Biblia e historia judía (las cuales eran obligatorias dentro del curriculum de estudio). Pero si bien estas últimas tres materias (hebreo, Biblia e historia judía) se encuentran hoy entre mis pasiones, cuando estaba en la secundaria no me interesaban tanto como lo hacen hoy. Durante el secundario mis prioridades al igual que las de cualquier adolescente entre 14 a 18 años eran otras. En mi vida todo giraba en torno a la música, el basket en el club Hacoaj, las amistades y las primeras salidas. Fue también por esa época cuando en uno de mis últimos veraneos en Punta del Este con mis padres recuerdo que un amigo muy querido de nuestra familia llamado Dani Groisman (hoy ya reconocido como Rabino) contaba en la playa como había comenzado a estudiar Tora y estaba fascinado por su sabiduría. Incluso recuerdo un cuento que contó acerca de Dios y si bien yo seguía lejos de la Biblia o de conocer las fuentes del judaísmo que él estaba citando me sentí muy conmovido por sus palabras. Ahora pienso que en ese entonces Dani era uno de los primeros que yo personalmente conocía que comenzaba a sumarse a ese movimiento técnicamente mal llamado “baal teshuvá”. Luego lo seguirían muchísimas personas conocidas más, entre ellos varios amigos de nuestra familia a quienes tildábamos de estar atravesando un momentáneo “delirio místico”.
Debemos recordar que desde la segunda mitad del siglo XX, especialmente luego de la Segunda Guerra Mundial, los judíos contamos con un fuerte movimiento titulado baal teshuvá en el que dicho titulo es dado a aquellos (especialmente las personas jóvenes) que anteriormente estaban separados o eran ignorantes de la observancia judía plena y regresan a la forma de vida que propone el judaísmo Ortodoxo. El problema técnico con la utilización de este término es que la definición de baal teshuvá utilizado de este modo altera su significado original, que originariamente rayaba lo peyorativo, para referirse ahora a una especie de símbolo de estatus dentro del judaísmo. De hecho existen hoy en día yeshivot (academias rabínicas) especialmente diseñadas para la formación de este tipo de personas que se “reincorporan” al judaísmo. En dichas academias se los introduce poco a poco en todas las sutilezas de los rituales y observancias judías. No es raro ver que muchas de las personas que pertenecen a este movimiento (¡no todas!), una vez que han “visto la luz”, pasan a convertirse en judíos muy intolerantes hacia otras formas del judaísmo (en especial si crecieron en entornos Conservadores o Reformistas) y se convencen que su nueva visión o elección no es una más que está disponible sino que ahora debería ser la única que todos los demás judíos deberían también seguir.
Sin bien algunos judíos que se suman al proceso de “baal teshuva” creen (al igual que un profeta) que su nueva misión es ahora salvar o rescatar a otros judíos que están “perdidos” como lo estaban ellos antes utilizando ahora como referencia su propia nueva experiencia redentora, muchas veces estos jóvenes fallan en no contemplar la experiencia del otro porque están seguros que de ante mano y por el simple hecho de no estar de acuerdo con ellos ya está errado. Así se quiebra el diálogo y se comienza un monólogo donde no hay un interés sincero en escuchar al otro sino esperar que termine de hablar para inyectarle una respuesta. Pero el resultado de todo este proceso es que a veces estás personas terminan siendo vistas con sospecha y hostilidad por parte de sus padres, amigos, familiares e incluso sus antiguos profesores que están horrorizados por su fundamentalismo. Y esto último es importante mencionar porque paradójicamente muchos de los profesores de estas instituciones se esfuerzan por promover actitudes tolerantes por parte de sus alumnos instándoles a no menospreciar a aquellos que no tienen sus “ventajas”. Y la paradoja es que sorpresivamente la mayoría de las veces cuando uno estudia o conoce el maestro de un intolerante descubre que su maestro es tal vez una de las personas mas receptivas y tolerantes que hay. Lo curioso es que a veces ciertos alumnos que fueron recibidos con amor por parte del maestro no logran replicar o aprender del todo esta faceta. Y para complicar todo esto no existe peor ceguera que decirse que lo que a uno le está pasando (que todos notan que se está haciendo increíblemente intolerante hacia otras opiniones o interpretaciones) debe ser celebrado y entendido como un proceso normal ¡en el desarrollo del camino espiritual! Esto es tan errado como el argumento que el otro estará siempre equivocado porque no nació con Tora. Si yo parto con el presupuesto que mi entendimiento de Tora es el único correcto es muy probable que todo aquello que no encaje con mi visión esté mal o errado según esa visión. Por eso es importante ser un apasionado sin convertirse en un obsesivo porque al obsesionarnos quizás ganemos más adeptos y fanáticos que están de acuerdo con nosotros celebrando cada idea como la única verdad posible pero también descubriremos rápidamente que en ese camino la mayoría de los que nos acompañan parecerían ser increíblemente cálidos, amables, honestos y hasta pluralistas siempre y cuando nos mantengamos en la misma línea que ellos. Al mismo tiempo notaremos que lo irónico es que, aparentando todo esto, probablemente algunas de estas mismas personas sean terriblemente tiranas hacia el adentro del mismo grupo. Yo no dejo de sorprenderme por la cantidad de judíos que se apasionan con la sabiduría de gente intolerante. En el judaísmo una de las paradojas más grandes se presenta en aquellos que son tolerantes con todo lo que se practica fuera del judaísmo mientras que hacia el adentro del judaísmo su manera es la única legítima y correcta. Y quiero dejar en claro que esto no es exclusivo del judaísmo Ortodoxo o Jabad Luvabitch. Existen iguales niveles de intolerancia en otras corrientes que se constituyen bajo el paradigma del pluralismo religioso. Lo que es claro es que estas ideas son absolutamente destructivas en todos los niveles.
Pero aunque no lo crean no me he apartado del tema de la Biblia ya que el motivo por el cual he descripto todo esto es porque uno de los pilares centrales del movimiento baal teshuva es instalar o re-instalar (depende de qué lado uno lo mire) la idea que la lectura de la Biblia debe ser realizada de cierta manera y no otra. La mayoría (¡no todos!) de los jóvenes que atraviesan el proceso de lo que llaman de manera errada “teshuvá” reciben la instrucción que todo lo que necesitan saber sobre la Biblia está en la literatura rabínica (es decir el Talmud y el Midrash) y en el comentario de los grandes rabinos medievales (RaShI, Ramban, Ibn Ezra y otros). Recién en los últimos dos años ha comenzado a abrirse una nueva visión en la búsqueda de explorar también comentarios modernos para esta corriente pero sigue siendo controversial porque implica aceptar ciertos ideales que han estado desde siempre en los otros movimientos (Reformismo y Conservadurismo) que justamente la Ortodoxia ha atacado abiertamente como errados. Como pueden ver en mi camino por encontrar el sentido de la Biblia en mi vida fui atravesando distintas aproximaciones.
El reencuentro con la Crítica Bíblica
Entre mis viajes gracias al basket y la música la Biblia siguió escondida por un par de años hasta que durante el último año del colegio secundario comencé a estudiar en el Seminario Rabínico Latinoamericano con el objetivo de convertirme en Jazan (Cantor Litúrgico). Ahí me re-encontre con la Biblia en diferentes materias particularmente en el estudio de la cantilación bíblica (taamei hamikra ver la publicación J&J 005: La Música de la Biblia – ¿Cómo y por qué se cantan las Sagradas Escrituras?). Fue allí también cuando uno de los profesores me introdujo por primera vez en el concepto de lo que se conoce como Crítica Bíblica. Recuerdo un texto que explicaba un poco de qué se trataba esta idea pero también recuerdo que mi nivel no estaba a la altura suficiente como para entender lo que se estaba explicando. Sin embargo ya ahí noté que la Crítica Bíblica era uno de los pilares fundamentales del movimiento Conservador como corriente de pensamiento judío en la modernidad. Y pese a las diferencias hoy casi sutiles, estos mismos ideales pude encontrarlos en el Reformismo cuando luego de dos años y medio en el Seminario no pude continuar mis estudios debido a que también estaba haciendo el Conservatorio en Música y tenía que optar por una carrera y elegí música creyendo que mi experiencia como Cantor Litúrgico iba a quedar en el olvido pero me incorporé al equipo litúrgico del Rabino Sergio Bergman que se iniciaba con un nuevo proyecto ambicioso en la Congregación Israelita de la República Argentina (comúnmente conocida como “la sinagoga de la Calle Libertad”). Allí comencé a escuchar a Bergman también utilizando herramientas de la Crítica Bíblica cuando enseñaba o daba sus prédicas lo cual no debía sorprenderme del todo puesto que Bergman es un Rabino originariamente Reformista y luego Conservador.
Al poco tiempo de estar cantando en la Sinagoga Bergman me dijo que necesitaba que yo comience a estudiar en serio porque a partir del año entrante no solo iba a cantar sino que iba a enseñar. En la necesidad no solo de servir como instrumento para las plegarias sino tener que enseñar a jóvenes que se preparaban para sus ceremonias volví a abrir la Biblia y me puse a estudiar esta vez más en serio. Cuando me preguntan muchas veces dónde estudié siempre digo que mi viaje fue un poco inverso. La mayoría se encierra en una Universidad o yeshiva para luego aplicar todo lo estudiando en una comunidad. En mi caso yo me veía forzado semanalmente a oficiar en un casamiento, un Bar Mitzva, las festividades del calendario o teniendo que preparar una clase aprendiendo directamente todas estas cosas “en la cancha”. Por ese motivo mis estudios fueron siempre por mi cuenta, aprendiendo de otros Rabinos y colegas y junto a maestros privados (entre ellos el Jazan Oscar Flesicher). En mi paso por la sinagoga de la calle libertad aprendí el oficio de ser Jazan del modo más tradicional y anterior al momento en que ser Jazan se convirtiera en una profesión, es decir haciendo el famoso “learning by doing” (aprender haciendo). Las Instituciones son muy importantes y espero no se entienda que estoy menospreciando la importancia de hacer una carrera de estudio en un Institución reconocida (dicho sea de paso yo mismo siempre me moví por Instituciones oficiales como el Conservatorio de Música y en la actualidad el Hebrew College). Simplemente estoy compartiendo que en mi trayectoria religiosa ese no fue mi camino y esta es la razón por la cual decidí empezar mi Maestría en Educación Judía este año en el Hebrew College que es postdenominacional (está más allá de las diferencias entre Ortodoxo, Reformista y Conservador y yo mismo siento estas diferencias como algo ya de otra era). En el largo plazo quiero ir organizando mejor todo lo que fui aprendiendo como autodidacta. Honestamente me apasiona la devoción del judaísmo Ortodoxo, el academicismo del Conservador, la acción social del Reformismo, el judaísmo como Civilización de Mordejai Kaplan y la conexión con Dios del jasidismo. Por encima de todo esto amo la cultura moderna Israelí y ¡por eso no elijo un judaísmo sino todos! Para algunos todo esto es un signo de debilidad. No me importa demasiado. Soy extremadamente sincero en mi búsqueda e intento no separar entre un “Diego público” y un “Diego privado”. Soy igual en todos lados y en todos lados encuentro algo que me apasiona. Por eso tampoco creo realmente que existen cosas separadas en el judaísmo o el universo sino una Unidad total de un tejido cósmico que vincula absolutamente todo con todo.
Pero volviendo a mi historia con la Biblia, uno siempre debe estudiar y estudiar porque nunca sabe en qué momento precisará de las herramientas que posee. Así fue que el inglés que todos sienten como un lenguaje importante para hacer negocios y moverse en el mundo en general cobró un renovado significado cuando me puse a estudiar judaísmo un poco más en serio puesto que el mejor material que encontraba estaba todo en inglés y yo podía leerlo mejor que cualquier otro lenguaje. No es una sorpresa que el mejor nivel académico sobre judaísmo esté escrito en inglés puesto que en Estados Unidos un académico (incluso un rabino) puede dedicarse toda la vida a investigar o escribir libros ayudado por una economía que le permite dedicar su tiempo al pensamiento y la investigación. Esto es un desafío para otros países que tienen problemas de base que no permiten la sustentabilidad del pensamiento y como enseñan los rabinos sin harina no hay Tora y sin Tora no hay harina (la persona que no tiene las necesidades básicas satisfechas no puede dedicarse seriamente a la espiritualidad). Así comencé a leer en Argentina los primeros textos de la espectacular biblioteca que tiene Sergio Bergman. Me llevaba semanalmente libros de Lawrence Hoffman, David Ruderman, David Hartmann y otros autores que nombré en mi publicación 22 Libros y Podcasts sobre Judaísmo que utilizo diariamente. Con toda la confianza que nos tenemos muchas veces me llevaba un libro sin pedirle permiso creyendo que no se daría cuenta (por supuesto con la intención de devolverlo a la semana) y sin embargo Sergio me preguntaba “¿vos te llevaste el libro de…?”. ¡Increíble, tenía miles de libros y en un instante se daba cuenta cuando le faltaba uno!
Así fue que durante más de diez años me pasé leyendo libros de académicos, rabinos Ortodoxos, Conservadores, Reformistas, Reconstruccionistas y como soy de la generación de Internet aproveche el auge de la Ortodoxia Judía que copó toda la red con videos, audio y muchísimo material para estudiar (hay mucho más en inglés que en español pero aquí tienen varios enlaces para investigar y divertirse: Los Mejores 19 sitios para aprender sobre judaísmo y Tora en español). Durante esa etapa comencé a escuchar los primeros Podcasts de David Ruderman sobre Historia Judía que fui traduciendo y compartiendo en este blog en los últimos 4 años (todavía me quedan 4 publicaciones para concluir la serie sobre el Judaísmo Medieval basado en sus Podcasts). Fue también en ese período que finalmente conocí a mi primer académico judío en Argentina que hoy también ya es Rabino: el Rabino Dr. Fernando Szlajen. Para el año que lo conocí a Szlajen estaba por presentar su libro Filo-Sofía del Judaísmo y comenzando un proyecto con Sergio Bergman para desarrollar una Yeshiva Liberal. Así junto a un grupo de estudiantes Szlajen nos dio unas clases sobre temas fascinantes como el amor desde las distintas visiones tanto griegas como judías y nos invitó a que seamos co-creadores de aquello que queríamos estudiar. Por aquel entonces le dije que me interesaba el tema de la asimilación y compartió conmigo un texto sobre la lógica de las almas versus la lógica de los números en la construcción comunitaria. La verdad es que me encantaban sus clases y algo parecido a lo que personalmente escuché durante ese año pueden ustedes escucharlo hoy en los Podcast que están en la página de Szlajen donde grabó muchísimas clases realmente espectaculares para un programa de Radio Jai (click aquí para acceder al Website del Rabino Dr Fernando Szlajen). El programa de la Yeshiva Liberal no prosperó pero yo seguí estudiando por un año más en forma privada en la casa de Szlajen con un pequeño grupo que eventualmente tampoco continuó.
Cuando uno cree que se ha perdido…
Fue por ese entonces (alrededor del 2008) cuando comencé a revisar mi relación con mi judaísmo nuevamente. Seguía leyendo todo lo que encontraba en el camino (en especial si era material académico) pero Bergman ya estaba más metido en política y no enseñaba tanto como antes y sin Szlajen me encontraba bastante perdido en mi relación con la Biblia. Estudiaba los Shabatot a la mañana Mishna con el Rabino Guido Cohen antes de los servicios religiosos y si bien más de una vez Guido me decía que para entender en profundidad el Talmud uno debe conocer el TaNaJ (la Biblia Hebrea) porque los rabinos utilizan citas de la misma para presentar sus argumentos, la Biblia seguía siendo en gran medida un misterio para mí: un libro enorme del cual no podía organizar en mi mente su estructura. De alguna manera seguía estudiando pero estaba sin maestros que puedan orientarme mejor. Ya había conocido a Laila (mi esposa) y parte de su familia estaba “haciendo teshuva” lo cual me invitaba a más confusión puesto que los Viernes salía del servicio de Kabalat Shabat de la Sinagoga Conservadora en la que cantaba e iba hasta la casa de Laila para compartir la mesa con su hermano que es Ortodoxo Moderno y mi cuñado que es Luvabitcher. Pese a las diferencias en teología y entendimiento el amor familiar es más fuerte y aunque decidimos no implícitamente acordar estar en desacuerdo con respecto a nuestros entendimientos, muchas charlas hacían que al terminar Shabat yo me replanteara sobre qué creía y cuál era la mejor forma de ser un judío que vive el judaísmo de su propio tiempo. Y ahí empecé a vincularme un poco más con el judaísmo Ortodoxo y Jabad Luvabitch. Asistí a charlas de rabinos de Jabad Luvabitch e incluso fui a la tumba del Rebbe Menajem Mendel Scheerson y le escribí una carta (¡algo que mi cuñado Ortodoxo Moderno tampoco entendía del todo e incluso creía peligroso!). Por eso también fui a hacer tefilá una mañana con mi cuñado Ortodoxo Moderno al minián de la yeshiva de la sinagoga ubicada en la calle Moldes donde en el rezo no solo el silencio era increíble sino que sorpresivamente me senté al lado de un irreconocible Dani Groisman que yo conocía de antes sin barba, en cuero y en la playa tomando sol (¡hacía más de 15 años que no lo veía!). En la comunidad de mi cuñado conocí al Rabino Daniel Oppenheimier y fue por aquel entonces cuando llegó a mis manos su libro Emet VeEmuná en el cual sin ningún tipo de sutileza el autor atacaba el Reformismo y el movimiento Conservador por generar muchísima confusión en sus seguidores y en especial en relación a la Crítica Bíblica la cual producía según su opinión que los judíos se convencieran que el texto estaba lleno de contradicciones y era poco serio.
Ya en ese momento no sabía realmente qué pensar sobre la Crítica Bíblica ni cuál era la manera más honesta de ser yo mismo en relación a lo que creía que era la Biblia en general. Por un lado me parecía fascinante el pensamiento de los movimientos liberales pero por otro lado veía que era algo que solo las corrientes liberales creían mientras que la Ortodoxia como una unidad declaraba que quien no creía lo siguiente era un apikoros (básicamente un hereje):
La Revelación que se describe en la Tora es una prueba de la autoridad de la Tora. Esta descripción debe ser entendida literalmente. El contenido de la Tora son las palabras explícitas y literales que Dios transmitió primero a Moisés y más tarde a Israel en ese día específico en ese punto de la tierra. Lo que la Tora relata es historia real, una crónica del evento fundacional en la historia de Israel. Debido a esto, todo lo que está en la Tora es vinculante eternamente para todos los judíos en la historia hasta el fin de la historia.
He tratado de articular de la mejor manera posible en esa cita lo que estoy seguro que Oppenheimer y la mayoría de los Rabinos Ortodoxos que leí y conocí asentarían como la única verdad. La Tora o la Biblia Hebrea (es decir el TaNaJ) fue entregado por Dios a Moisés y esto es literal. Dios le dijo a Moisés que anote y lo que está escrito fue tirado de una vez desde los cielos. Cuestionar esto en un encuadre Ortodoxo es una herejía que no tiene lugar. Pero justamente lo que critica la Crítica Bíblica es eso mismo. Que el texto no es literal y la descripción de la Revelación del modo que es narrada en la Tora tampoco sucedió literalmente así. Así que eventualmente me convencí que ambas posturas eran irreconciliables. O bien uno debía elegir entre ser un judío liberal (es decir no-ortodoxo) y creer que la Crítica Bíblica también es una posibilidad o sino debía creer en el judaísmo Ortodoxo y rechazar de pleno cualquier aproximación que la Ortodoxia no acepte.
Pero entonces apareció Hong Kong en mi vida y mi relación con la Biblia desde hace 4 años cambió nuevamente.
La revolución bíblica de Hong Kong
Cuando después de 10 años al lado de Sergio Bergman acepté el puesto de Jazan en Hong Kong lo que más me preocupaba era encontrarme con una comunidad mucho más Reformista de lo que yo estaba acostumbrado. Pero nuestra comunidad en Hong Kong es la única no-ortodoxa de todo el país y por eso somos un cruce entre Conservadurismo y Reformismo. Mucha gente que viene a nuestra comunidad no es Reformista e incluso el Rabino que es Reformista se parece muchísimo a los Rabinos Conservadores que yo conocía de Argentina. El Rabino Reformista de Hong Kong anda todo el día con kippa, come kasher y nuestros servicios religiosos no utilizan ni micrófonos ni instrumentos musicales (¡esto es aún más Conservador de lo que yo conocía en Argentina y por supuesto que leer esto para un Ortodoxo debe parecer un chiste!). Pero lo que más me emocionó de Hong Kong fue que en los últimos cuatro años desde que llegué pude volver (o mejor dicho finalmente) establecer una relación con la Biblia que me hace bien y me hace sentir honesto en mi interpretación al menos hoy. Esta relación se la debo al Rabino con el cual trabajo aquí: el Rabino Zamek.
Todos los Shabatot estudiamos Tora con el Rabino Zamek aquí en Hong Kong. Recuerdo claramente el día que mi aproximación a la Biblia halló su lugar cuando en una de las primeras clases estábamos estudiando Bereshit (el libro del Génesis, es decir la Creación) y el Rabino Zamek comenzó leyendo las primeras partes en hebreo original y analizó la traducción de Onkelos haciendo una especie de análisis etimológico de las palabras utilizadas en el relato de la Creación entre el hebreo original y el arameo de Onkelos. Acto seguido presentó las interpretaciones de Rashi y de otros rabinos medievales del Mikraot Guedolot. Ofreció luego midrashim e interpretaciones del Talmud sobre el relato de la Creación y finalmente presentó diferentes versiones sobre como entienden otras religiones este mismo relato utilizando textos del Corán y del Cristianismo. Ya si todo esto me parecía increíble, finalmente dijo que era hora que veamos qué dice la Crítica Bíblica sobre la Creación. Y entonces explicó como Bereshit Capítulos 1 al 3 no consiste de una sola historia sino dos que son fundamentalmente diferentes. El orden de la creación en Bereshit Capitulo 1 donde Dios creó a los animales de la tierra seguido por el hombre y la mujer está en contradicción con el Capítulo 2 en el que se creó al hombre primero y luego los animales de la tierra y al final de todo la mujer (si no me creen que los dos primeros capítulos cuentan historias diferentes vuelvan a leer el texto cuidadosamente). Y las diferencias no terminaban ahí: cada historia de la Creación tiene un estilo diferente de utilización gramatical e incluso ciertas palabras favoritas del mismo modo que cada autor en la modernidad tiene palabras que más le gusta utilizar que otras: si bien forma parte esencial del Capítulo 1, la palabra hebrea ברא (generalmente traducida como “crear“), está ausente en el Capitulo 2 (es decir en el segundo relato) y si bien las coincidencias ocurren, esto parecía una coincidencia bastante inusual.
Con el paso del tiempo el estudio con este rabino y la utilización de la Crítica Bíblica multiplicaba observaciones similares. Por ejemplo agarren una Biblia o busquen una Biblia online y respondan:
- ¿Es Israel santo (Devarim 7:06) o se supone que Israel debería ser santo (Vaikrá 19:2)?
- ¿Es la festividad de Sucot siete (Devarim 16:15) u ocho días (Vaikrá 23:26)?
- ¿Quién vendió a Iosef? ¿Los hermanos (Bereshit 37:27) o los madianitas (Bereshit 37:28)? Y de paso ¿quién trajo a Iosef a Egipto? ¿Los madianitas (Bereshit 37:36 ) o los ishmaelitas (Bereshit 39:1)?
- ¿Quién era el suegro de Moshé? ¿Reuel (Shemot 2:18) Itro (Shemot 3:01) o Jovav (Bemidbar 10:29)? Además, era su suegro un madianita (Shemot y Bemidbar recién mencionados) o fue un keini (Shoftim 1:16 y 4:11)?
- ¿Cuál es el nombre de la montaña de Dios? ¿Es el Sinaí (Shemot 19:20, 24:16, Vaikra 7:38, 25:1, Bemidbar 3:0) o Joreb (Shemot 33:6, 5:06,18:16, Melajim I 19:08, etc.)?
- ¿Es la inundación causada por la lluvia (Bereshit 7:12) o se trata de la desconexión de los cielos y las profundidades (Bereshit 7:11)? Dicho se de paso, ¿se supone que Noé debía tomar siete parejas de animales limpios y una pareja de animales impuros (Bereshit 7:2-3) o un par de cada animal (Bereshit 6:19-20)? ¡Ah! y otra pregunta sobre Noé, ¿tiene la lluvia/inundación una duración de 40 días (Bereshit 7:17) o 150 días (Bereshit 7:24)?
La estructura y los detalles de muchos textos literarios aparecen como si estuviéramos leyendo relatos de ficción. Por ejemplo, hay motivos literarios que sustentan muchas historias. Tenemos el motivo literario del hijo más joven que se convierte en líder: Isaac es el hijo menor de Abraham, Jacob es el hijo menor de Isaac, José y Benjamín son los hijos más jóvenes de Jacob, David es el hijo más joven de Ishai. Tenemos también el motivo de la mujer estéril que se embaraza: Sara era estéril, Rebeca era estéril, Leah era estéril, Raquel era estéril y Jana era estéril. En varios salmos se alaba a Dios como el que otorga niños a las mujeres estériles (Samuel I 2:05 y Salmos 113:9) y este motivo parece ser una expresión narrativa de elogio. ¿Es todo pura coincidencia o hay un tropo literario detrás de todo esto?
Incluso hay juegos de palabras por personajes que, aparentemente, ¡ni siquiera hablaban hebreo! La hija del faraón nombra al bebé “Moshe” porque ella lo sacó del agua (meshitihu) (Shemot 2:10). El Faraón dice en broma que Moisés y Aaron molestan (tafriu) al pueblo (Shemot 5:04) utilizando un juego de palabras con la palabra hebrea faraón misma. En ambos casos ¡realmente hay que poseer un excelente hebreo como para poder hacer juegos de palabras de este categoría!. Y tomando otro ejemplo, ¿de qué otra manera si no es una ficción podría Rajab, la ramera, citar de la Canción del Mar en su discurso a los espías (Iehoshua 2:09 = Shemot 15:15)?
Pero las contradicciones, inconsistencias o casualidades no solo aparecían a nivel histórico sino incluso en la leyes:
- ¿Los esclavos quedan libres en el séptimo año (Shemot 21:1-6, Devarim 15:12-18) o queden libres en el jubileo (50) años (Vaikra 25:39-55)?
- ¿Deberían los israelitas cubrir la sangre de los animales sacrificados (Vaikra 17:13) o simplemente derramarla en el suelo (Devarim 12:16, 24,15:23)?
- ¿Está permitido comer animales no sacrificados (Devarim 12:15) o es necesario sacrificar todos los animales con derecho a ser sacrificados (Vaikra 17:3-4)?
Otras revelaciones siguieron a estas. El texto bíblico que recito todos los Viernes copiado desde el segundo capítulo de Bereshit al Sidur dice: «Dios cesó en el día séptimo la obra que había hecho” (en hebreo וַיְכַל אֱלֹהִים בַּיּוֹם הַשְּׁבִיעִי מְלַאכְתּוֹ אֲשֶׁר עָשָׂה). Siempre creí que esto indicaba que Dios descansó en el séptimo día sin hacer ningún tipo de trabajo en dicho día. Por supuesto que estaba al tanto de las respuestas tradicionales que se pueden dividir en dos campos: וַיְכַל debe leerse como un pluscuamperfecto “había dejado por (el séptimo día)» o sino la creación de Shabat había sido algún tipo de trabajo tal vez espiritual (la tradición rabínica sugiere la creación del alma especial del día de Shabat). Pero estas respuestas no eran satisfactorias para mí puesto que la explicación gramatical no era fiel a la gramática hebrea y la creación del Shabat no debía considerarse trabajo en el mismo sentido que el trabajo realizado por Dios en los anteriores seis días de la creación era nombrada utilizando las mismas palabras. Allí fue cuando la Septuaginta vino a mi rescate.
La Septuaginta es la traducción estándar griega de la Biblia que se inició en el siglo III antes del cristianismo en Alejandría, Egipto, para una comunidad judía que no sabía hebreo (sí, nuestra generación no es la primera que necesita traducciones al estilo “Artscroll» para entender la Biblia y el Sidur). La versón de la Septuaginta es una traducción muy literal que presenta el versículo como «Dios cesó en el sexto día» muy probablemente desde la lectura de un texto hebreo que decía הַשִּׁשִּׁי (“el sexto”) y no הַשְּׁבִיעִי (“el séptimo”). Los errores suceden y la palabra הַשִּׁשִּׁי (“el sexto”) conservado en nuestro texto hebreo estándar probablemente representa la perpetuación de un antiguo error. Sabemos por la Rollos del Mar Muerto que el texto bíblico de la época del Segundo Templo no había sido fijado por ese entonces y a menudo circulaban diferentes versiones con diferentes palabras y frases. Una de estas versiones fue finalmente elegida como el texto bíblico judío estándar. No era un texto perfecto y otras versiones (ya sea la de los Rollos del Mar Muerto o de traducciones antiguas que se representan a partir de un texto que no es el que usamos en nuestros rollos de la Tora y en nuestros TaNaJim) tienen valor histórico también.
Se han ofrecido justificaciones para algunos de estos ejemplos que mencioné y en un momento dado intenté yo mismo creerme este tipo de justificaciones también. Sin embargo, al intentar responder estas preguntas también me di cuenta que no estaba siendo intelectualmente honesto forzando defender mi punto de vista a toda costa. Oppenheimer y los Ortodoxos que había leído no podían todos estar mintiéndose a sí mismos si eran personas que estaban tras la búsqueda de una verdad sincera negando todo esto que está ahí a la vista de cualquiera que lee con detenimiento estos textos. La otra opción posible era que las personas que negaban todo esto estuvieran engañándose y por razones psicológicas necesitaran creer que todo había sido dictado de una sola vez por Dios a Moisés porque eso les daba cierta tranquilidad de espíritu. Por esta razón, finalmente me decidí por un enfoque completamente diferente. Y esto era o es lo que me revelaba la Crítica Bíblica. Para mi la conclusión ya era ineludible: la Biblia no es un documento único y uniforme. Tiene una historia que se compone de las fuentes escritas antes que fueran finalmente combinadas por un editor, redactor o incluso un grupo de editores. Finalmente se abría la puerta que me permitía unir la tradición rabínica con la Crítica Bíblica e intentar ponerlas en sincronía no para unificarlas sino para apreciar mucho más el texto favorito de mi tradición.
Los libros que leo hoy sobre la Biblia
En mi intento de los últimos cuatro años por ordenar o comprender mejor todo esto me compré los siguientes libros recomendados por el Rabbi Zamek: Etz Hayim: Torah and Commentary, The Jewish Study Bible: Featuring The Jewish Publication Society TANAKH Translation
, Reading the Book: Making the Bible a Timeless Text
y How to Read the Jewish Bible
. En la actualidad utilizó todos estos libros constantemente. Utilizo mi copia hebrea con la traducción de la Jewish Publication Society y voy comparando interpretaciones medievales y modernas en forma simultánea. Me gusta ver qué interpretaban mis antepasados y qué podríamos interpretar hoy. Pero lo último que quiero compartir llegando al final de todo esto es que una nueva revolución aconteció cuando descubrí que el autor de How To read the Jewish Bible es ¡un judío Ortodoxo! Esto literalmente me “partió la cabeza” puesto que de golpe veía que no todos los Ortodoxos temen a la Crítica Bíblica. Sin embargo cuando lo comenté con el Rabino Zamek me dijo que son tan solo unos pocos los que recién se están atreviendo a utilizar lo que para el Conservadurismo y el Reformismo ha sido una parte integral de su aproximación a la tradición y de hecho este tema está generando muchísima tensión dentro de la Ortodoxia. Como todo en la Ortodoxia, los cambios son más lentos y declarar que la Biblia no fue dictada por Dios a Moisés representaría en esta corriente realmente generar un quiebre histórico y reconocer que los otros movimientos tenían razón…esto no es fácil para el ego de cualquier movimiento. Me imagino a veces qué escribirían los rabinos Ortodoxos que he leído hasta ahora (como Oppenheimer) y que han atacado la Crítica Bíblica en sus obras: ¿una especie de disculpa? ¿Cambio de opinión? Somos todos igualmente humanos y podemos cambiar así que tampoco sería un problema. Tal vez muchos rabinos nieguen siempre la Crítica Bíblica y de hecho no serían los primeros en hacerlo. Al fin de cuentas es una decisión personal terminar creyendo lo que uno quiere creerse.
Pero justamente al investigar más sobre los primeros Ortodoxos que comienzan a utilizar la Crítica Bíblica llegué a un sitio Web que fue lanzado hace menos de un año y que ha causado un revuelo importante dentro de esta corriente. El sitio se llama TheTorah.com y está compuesto por ensayos desde una perspectiva que une la visión tradicional de la Ortodoxia judía con la Crítica Bíblica. Entre los nombres más destacados del proyecto están Zvi Brettler (alumno de Nahum Sarna y autor de How To Read the Jewish Bible) y el Dr y Rabino Zev Farber. Si leen inglés le recomiendo exploren el sitio y si quieren conocer un poco más sobre el tema lean mi publicación El mayor desafío para la supervivencia del Judaísmo Ortodoxo donde explico un poco más sobre las publicaciones de Zev Farber.
En TheTora.com el Rabino David Steinberg declaro que después de pasar los últimos quince años haciendo kiruv (expresión utilizada para captar judíos hacia facciones del judaísmo Ortodoxo) ha llegado el momento de reconocer que los enfoques actuales utilizados en algunas organizaciones judías para fortalecer la identidad judía son a-históricos (en el mejor de los casos) y en ocasiones incluso deshonestos. Son muchos los judíos que temen estudiar el TaNaJ de una manera honesta al punto tal que en algunas academias y comunidades el estudio del TaNaJ es inexistente. Presionados para responder en forma sincera muchos judíos descubren que no han leído realmente en forma personal a los Profetas ni las Escrituras (Neviim y Ketuvim) sino es a través de alguna clase (shiur) o la utilización de una cita de los mismos con el fin de transmitir un mensaje inspirador. Aunque se trata de algo digno de ser realizado, los shiurim (clases) no deberían sustituir el estudio de la Tora o el TaNaJ a libro abierto con la utilización de comentarios y la mayor cantidad de herramientas posibles para encarar la verdad de la Biblia. Como la Biblia es verdad no deberíamos tener miedo de exponerla a ningún tipo de lectura. Y no atreverse justamente a confrontar la Biblia con diferentes lecturas es una muestra clara de debilidad intelectual.
¿Cuál es la razón de este abandono total y honesto de la Tora, Neviim y Ketuvim? ¿Debemos creer que hay un secreto profundo que estamos tratando de ocultar acerca de la Tora y por eso evitamos ser sinceros en nuestras aproximaciones? Lamentablemente muchos han llegado exactamente a esa conclusión. Y con este tipo de miedo ¿es del todo sorprendente que el rabino David Steinberg haya escrito que Jaim Dovid Zwiebel (vicepresidente ejecutivo de Agudat Israel en Estados Unidos) recientemente identificó que el mayor desafío que enfrenta la comunidad Ortodoxa es el creciente número de «adultos en situación de riesgo» que se encuentran luchando en la mitad de la vida con el significado de la observancia religiosa?
Personalmente creo que la Tora es divina. Creo que Dios quiere que nosotros estudiemos en forma honesta y por eso nos dio todo el potencial para hacerlo. Nos dio la capacidad de pensar e incluso pensar cómo es que pensamos con el objetivo final de poder hacernos preguntas terriblemente difíciles que ponen al descubierto entendimientos que creemos pero no entendemos. Y finalmente creo que el estudio académico de la Biblia es una de las muchas herramientas más que están disponibles y que nos pueden ayudar en nuestra búsqueda del sentido tratando justamente de entender aún mejor de qué se trata la vida.
Hablar abiertamente de estas cuestiones y la exploración de las explicaciones históricas y críticas no sólo nos libera de la vorágine de miedo que aliena a los “judíos religiosos” sino también añade una capa nueva a la tradición que hay 70 «caras (facetas) de la Tora” (Bemidbar Rabá 13:15). Mantener una actitud de mente abierta (en lugar de ciega aceptación o rechazo) frente a los estudios bíblicos en forma académica y sus conclusiones ofrece un enfoque matizado muy necesario para comprometerse con Dios y la Tora en el mundo moderno que vivimos hoy.
Palabras Finales…
Primero y antes que nada quiero decirles que si han leído todo esto ¡los felicito por la paciencia y gracias por acompañarme en este viaje de descubrimiento personal que en realidad comparto con todos los que leen el blog!
Releyendo todo lo que escribí creo que esta publicación despertará diferentes reacciones. Algunos concluirán que definitivamente soy un hereje y estoy totalmente perdido. Incluso pienso que para algunos debo ser una desgracia para la comunidad judía. Quizás para otros esto sea una revolución y una aceptación final de la importancia de ser honesto en su aproximación a la religión sin importar las incertidumbres aprendiendo a vivir en paz con ese famoso “realmente no lo sé”. Aunque no me crean no fue mi intención ser un egocéntrico que escribe sobre sí mismo (al fin de cuentas no puedo dejar de ser yo el que escribe) sino que quería honestamente compartir mi experiencia con el libro más importante de la historia judía y tal vez de la humanidad. Por sobre todo quiero dejar en claro una vez más lo que escribí en la sección “Acerca del Autor”:
No estoy diciendo que mi manera de entender al judaísmo o leer la Biblia es la única posible. De hecho mucha gente tiene miedo de abrazar mi manera de ver la tradición judía porque es una que se atreve a cuestionar lo incuestionable. Pero no considero esto un ataque hacia la viabilidad del judaísmo en la actualidad. ¡Todo lo contrario! Mi intención no es desarmar la tradición sino hacerla cada día más significativa, apasionante y multifacética. Soy de hecho una persona muy religiosa. Estudio textos judíos todos los días. Rezo. Creo absolutamente en Dios y la Tora y estoy completamente comprometido con la tradición judía y su continuidad. La Biblia como texto es algo muy serio para mi y lo considero mi manual de vida. Puedo confesar que soy lo más auténtico posible en mi aproximación a la tradición y lo mejor es que creo que ya no soy más el único.
Si bien he escrito mucho sobre la Crítica Bíblica no he explicado bien que es. Hacerlo me llevaría otra publicación entera. Pero en breves palabras la Crítica Bíblica es aproximarse a la Biblia desde una posición “neutral”. La idea es no asumir ciertas posturas sino por el contrario ablandar un poco los pre-conceptos sobre qué es lo que la Biblia debería decirnos (evitando así forzar el texto para que encaje con lo que a nosotros nos gusta y nos parece verdadero) y aceptar literalmente lo que está diciéndonos y los desafíos que nos propone. Esta es la manera más simple de explicar la idea central que gira en torno al Estudio Académico de la Biblia.
El desafío central para concluir es compartir cómo navego hoy ambos mundos (el del judío tradicional y el moderno) en mi vida. Esta expresión es un verbo inacabado, no es un ser estático sino un devenir dinámico. Mis interpretaciones y entendimientos van constantemente mutando y espero poder sostenerlos en paz en los años que siguen. Mi aproximación a la Biblia hoy se basa en la misma aproximación que siempre ha tenido la tradición rabínica: los judíos no somos literalistas ni fundamentalistas bíblicos. En otras palabras, cuando leo un texto de la Biblia trato de entenderlo de múltiples maneras distintas entre ellas enfatizando qué significado tienen las palabras bíblicas en el propio tiempo y lugar en el que fueron escritas. Esta idea incluye el hecho que hay guiños lingüísticos (metáforas o imágenes) que un antiguo israelita comprendía claramente al escuchar la lectura de la Biblia hace 2000 años y nosotros hoy debemos hacer un esfuerzo para develar y “contextualizar” con el objetivo de entender lo que originalmente significaban estas mismas palabras cuando las leemos. Al hacer esta aproximación intento enmascarar mis creencias personales. De hecho si uno intenta no ser tendencioso, las creencias personales no deberían intervenir en cómo uno entiende la Biblia dentro de su ambiente o contexto original.
En pocas palabras y para no expandirme demasiado en esta idea, lo que intento decir es que como judío la Biblia es para mí un “libro de consulta” que yo (y la comunidad de la que formo parte) hacemos un “libro de texto”. Un “libro de consulta” no es igual a un “libro de texto”. El “libro de consulta” presenta muchas perspectivas diferentes mientras que un “libro de texto” adopta un punto de vista particular para ser congruente. Un ejemplo muy simple de todo esto podemos verlo si comparamos dos libros diferentes de economía. Un “libro de texto” sobre economía que presenta simultáneamente teorías keynesianas y marxistas sería terriblemente confuso, como resulta la Biblia misma si es vista solamente desde esta perspectiva. Por otro lado un profesor de economía con una visión más amplia es muy probable que escriba un “libro de consulta” mostrando una variedad de aproximaciones a la economía incluyendo teorías keynesianas y marxistas dentro de su clase sobre “Introducción a la Economía”. Un “libro de consulta” puede contener diferentes y hasta conflictivas tradiciones que tienen como objetivo ofrecer la mayor cantidad de datos posibles.
La Biblia es, siguiendo este simple ejemplo, un “libro de consulta” para mi. Es una compilación de muchos textos diferentes, autores distintos, tiempos y lugares particulares. Presenta los intereses de diferentes grupos en diversos escenarios históricos a través de miles de años. Dentro de la Biblia misma podemos encontrar más de una sola opinión sobre casi cualquier tema que elijamos analizar y en especial esto sucede con Dios, Su naturaleza, Su corporalidad y los castigos inter-generacionales que son operativos según los 13 atributos de Dios y luego dados de baja por los profetas mismos. Dentro de estas diferencias centrales a lo largo de toda la Biblia vemos también diferencias en las relaciones entre hombres y mujeres, la actitud hacia los extraños, etc. Es en este sentido que nadie podría negar que la Biblia no es un “libro de texto” sino un “libro de consulta”. Contiene múltiples autores y muchas ideas conflictivas dentro del mismo texto producto de paradigmas sociales diferentes al momento que todos los textos fueron puestos todos juntos en uno solo que llamamos Biblia o TaNaJ.
Por supuesto que para que el mismo texto tenga sentido en mi experiencia religiosa (digamos como una “guía judía”) tengo que convertirlo en algo más autorizado. Para lograr esto cambio mi aproximación y convierto a la Biblia -con todas las dificultades que esto sugiere- en un “libro de texto” en lugar de “libro de consulta”. La forma más simple que utilizo para lograr esto es a través de un proceso de selección. Cómo y por qué hago una selección sobre el significado “judío” del texto por sobre otras opciones que ofrece la Biblia es un tema enteramente personal definido principalmente por mi respeto a mi tradición y la comunidad a la que pertenezco. De hecho elegir entre diferentes fuentes bíblicas no es nada nuevo. En el período mismo en el cual la Biblia era puesta por escrita y compilada, los autores y editores hicieron estas selecciones. El editor del libro de Crónicas sabía que había más de una manera para cocinar el sacrificio de Pesaj. Al declarar que debía ser hervido (Crónicas II 35:13), ese autor seleccionó Deuteronomio 16:7 por encima de Exodo 12:9. Si lo pensamos un instante y honestamente, el midrash y el comentario rabínico medieval funcionó siempre de forma similar (siempre hemos sido selectivos en nuestras lecturas y de alguna manera eso es lo que muchas veces ofrece el midrash y el comentario para que algo que no nos cierra del todo tenga sentido). Así yo también al enfrentarme con la Biblia considero diferentes textos, interpretaciones y tradiciones seleccionando aquellos que son más significativos para mí.
Ésta es mi relación con la Biblia hoy…¿qué sentiré o pensaré mañana? Solo Dios sabe. ¿Ustedes qué sienten?
Hola Diego!
Cada tanto me obligas a repensar las cosas y tener que volver a buscar y rebuscar reflexionando…
Yo no creo que la critica bíblica sea necesariamente un problema para la ortodoxia. Hay muchos judíos ortodoxos con posgrados y doctorados en religiones comparadas, estudios bíblicos, arqueología bíblica, etc. No son la mayoría, por supuesto, pero lo mismo podemos decir de cualquier otra corriente: con honestidad, ¿cuántas personas conoces que tengan un acercamiento lo más «neutral» posibles a las cosas? No hablo solo de Tora y crítica bíblica: hablo de política, de ideologías, de economía. Creo que -y es más un lamento que una crítica- la mayoría de la gente no está demasiado interesada en lo intelectual: a la mayoría la crítica bíblica le importan muy poco, así como le importa muy poco la física cuántica, Shakespeare o la matemática. La realidad es que el debate con respecto a la crítica bíblica es un tema de académicos, no de la gente común. ¿Cuántos de nosotros leímos toda la Tora? ¿Cuántos podemos seguir los argumentos de Sarna o Carr? ¿Cuántos entendemos verdaderamente a Rashi o a Ramban? No estoy minimizando el debate; al contrario, creo que es importantisimo. Pero sí me parece que a la persona promedio no le afecta demasiado.
Ahora sí, entramos al tema: ¿La crítica bíblica es una herramienta válida? Por supuesto. Un rabino tan tradicional como Shmuel David Luzzatto ya en la primera mitad del siglo XIX afirmaba la necesidad del análisis académico de la Tora. Pero no es igual de válida que Rashi, Ibn Ezra o Ramban; y no porque la critica bíblica sea mala o herejía. No, el problema pasa por una cuestión clave: ¿por qué y para qué leo la Tora? Si la Tora es solamente un libro escrito por humanos, un libro de historia política, económica y teológica; o si la Tora es un libro que narra la relación entre D-s y el hombre y funciona como guía para una vida judía; o incluso si la Tora es el plano de la Creación, un microcosmos del universo. Digo tres posturas pero hay más (la Tora como mitología, la Tora como un artefacto de unión nacional, la Tora como el libro del pueblo, etc).
Si partimos de la base de que la Tora es humana y es a lo sumo un clásico, quizás profundo, interesante y divertido pero no más que eso, a la manera de Virgilio o Esopo, entonces la verdad es que ésa no es una visión judía. Ojo, no digo que esté mal: la crítica bíblica debe partir de esas premisas si quiere ser llamada ciencia. Si metemos a D-s en la ecuación, dejamos de hacer ciencia y hacemos otra cosa. Al académico no le debería importar si Rashi lee el primer versículo de la Tora como una Mitzva o no sino el sentido que le daban los lectores originales.
Pero eso no tiene nada que ver con la religión. Para el judaísmo, que D-s existe y que decidió darnos un manual, la Tora, es el fundamento. Así como la ciencia es indiferente a D-s, en el judaísmo D-s es un imperativo. Desde este punto de vista, la Tora no es un libro de historia o mitología sino una narración del encuentro entre D-s y el hombre: es una exigencia, no un clásico.
¿Hay muchos judíos ortodoxos que tienen una visión tendenciosa? Absolutamente. Usar a Rashi o al Rambam para atacar a la crítica bíblica, como muchos hacen, no es convincente. Usar a Umberto Casutto para demostrar la unicidad del texto o la autoria de Moshe es cómico (primero, porque Casutto estaba convencido que la Tora era muy posterior a Moshe y segundo, porque muchos de sus argumentos eran contra teorías que ya no sostiene casi nadie en el mundo académico).
La clave es entender que ciencia y religión tienen motivaciones y procedimientos distintos y, por lo tanto, llevan a conclusiones distintas.El problema no es la crítica bíblica sino darle un status religioso a un hecho científico.
¿Los judíos ortodoxos estudian tan poco Tanaj por miedo a la crítica bíblica? Definitivamente no. Sí estoy de acuerdo con que se debería estudiar más y mejor pero el motivo no es la critica bíblica o el miedo a las inconsistencias cronológicas o históricas. La decision de estudiar más y más Talmud y menos y menos Tanaj viene desde antes de la crítica bíblica. Tanto Rab Hirsch en Alemania (fundador de la neo-ortodoxia) como a Rab Reines en Rusia (fundador del sionismo religioso) fueron criticados duramente en su época justamente por enfocarse más en el Tanaj y menos en el Talmud. Y todo eso fue antes del estudio académico profundo del Tanaj. La polémica es educativa más que un tema de prejuicios en este caso. Y creo que pasa porque el Talmud es la verdadera fuente de judaísmo. Ahí ya entramos en otro tema, que es la relación entre Tora Escrita y Tora Oral…
Creo que eso es todo por hoy…
Jag sameaj!
¡Hola Ezequiel!
¡Qué alegría leerte! Mandé esta publicación antes de Shavuot así que respondo dos días después 😉
Como decirte que en algún punto esperaba ansioso que comentaras 😛
¡Primero gracias por bancarte este «choclazo» de publicación! Cuando se lo mostré a Laila me dijo «¡qué largo! ¿quién va a leer todo esto?» y la verdad es que yo también creía que nadie. Como le respondí a Maria F, comencé a escribir y no sé cómo hice para desviarme tanto pero en esencia es un tema que vengo elaborando hace rato en mi mente y quería construirlo desde los inicios. No soy para nada un especialista en Crítica Bíblica pero quería compartir abiertamente mi encuentro y desencuentro con la Biblia a lo largo de 32 años.
En fin, respondo algunos de tus comentarios así vamos dialogando.
El primer comentario es que espero que eso que te hago «repensar las cosas y tener que volver a buscar y rebuscar reflexionando» sea un piropo (a todos los demás lectores de J&J espero que entiendan que con Ezequiel tenemos una relación más cercana y por eso le escribo así). ¡Me alegra hacerte rebuscar! ¡No quiero ser el único que anda rebuscándose todo el tiempo!
Coincido en gran parte con todo lo que escribiste. Intenté de la mejor manera posible plantear las dicotomías que encontré a lo largo de mi vida con respecto a la Crítica Bíblica y en especial con lo que creo es una nueva etapa para el Judaísmo Ortodoxo. Creo que la Ortodoxia está atravesando una fase diferente con la Crítica Bíblica y si te fijas en el sitio de TheTorah.com realmente hay algo nuevo cocinándose.
En pocas palabras respondiendo a tu comentario yo coincido con Luzzatto (y con otros Rabinos medievales entre ellos el Rambam) que uno debe utilizar todas las herramienta que hay a su alrededor para explorar lo máximo posible la Tora y la tradición. Entiendo perfectamente el planteo de «¿por qué estudias?». Me recuerda el comentario del Talmud sobre las preguntas que son para el bien y las que son para el mal. Con una mano en el corazón mis preguntas nunca son para el mal. Imagino que como veras por todo lo que escribo mi intención es siempre para el bien aunque pueda ser controversial. La verdad es que nunca podremos medir del todo la intención con la que alguien se acerca a la Biblia: ¿cuál es el objetivo? ¿Demostrar que es un texto más y por eso pueda descartarse o por el contrario potenciar la palabra de Dios con todas las herramientas y la capacidad que uno posee?
Y respondiendo a esta última pregunta para mí en realidad (y con permiso) te respondo que es de hecho una pregunta equivocada. En otras palabras, la pregunta sobre si existen dos posibilidades de relacionarse con el texto de la Biblia (es decir una para acercarme a Dios y la otra para demostrar que la Biblia es un simple texto) es una pregunta equivocada porque justamente limita o no hace justicia a la Biblia en si misma. Para mí no existen esas dos aproximaciones que sugerís. En mi mente están ya unificadas. Cuando leo la Biblia soy siempre yo: un judío que intenta seriamente descubrir su tradición de todas las maneras posibles utilizando la Crítica Bíblica, las interpretaciones rabínicas sobre el sentido del texto de la Biblia (es decir qué interpretan los rabinos) mientras incorporo todo aquello que mi tradición ha absorbido. Son muchos los que sienten que estos roles son mutuamente incompatibles y por lo tanto uno debe decidirse entre una postura o la otra. Yo soy ese judío rebelde que cree que ¡pensar en dualidades es salirse del judaísmo! Como se puede leer de las pocas citas que utilicé en esta publicación, mi entendimiento de la Biblia tiene tanto raíces rabínicas, bíblicas y modernas. El judaísmo ha evolucionado en mucho más que una religión bíblica del mismo modo que los judíos somos más que tan solo karaítas (incluso los karaítas han adoptado prácticas que no figuran en la Biblia).
La aproximación de la Crítica Bíblica puede sonar antirabínica. Pero no lo es. Los textos más clásicos de nuestra tradición tienen una y otra vez el famoso «davar ajer (otra opinión)». La mayoría de los textos rabínicos ofrecen tantas diferentes opiniones como lo hace la Biblia. La Biblia es un texto más rabínico de lo que la gente piensa: está lleno de diferentes opiniones sobre todos los temas. La diferencia es que la Biblia hace estas opiniones diversas menos directas.
Escuché por un amigo que en muchas yeshivot últimamente se escucha el famoso «inclínate según la mayoría» y de golpe hay voces que el Talmud es más verdadero que la Tora…si esta es una respuesta a la Crítica Bíblica es una respuesta muy débil. Ahora si realmente el Talmud es más verdadero que la Tora no tiene sentido para mí por dos razones: jamás me atrevería a menospreciar el rol de la Tora en la historia por encima de ningún otro texto y segundo y como dije antes para mí no existe la dualidad en el judaísmo. No se puede separar realmente entre textos. Todo es Uno. Ahora, ¿te imaginas sacando un Talmud del Aaron HaKodesh y pasearlo por la sinagoga en lugar de la Tora? 🙂
Abrazo enorme por ayudarme a mí a buscar y rebuscar 😛
Muchas gracias por estas aportaciones,es increible como eres un instrumento de nuestro Creador y doy gracias a EL por tu vida y de los tuyos.Shalom.
¡Gracias Miguel por tus hermosas palabras!
Diego, muy interesante tus reflexiones sobre la Biblia, los libros sagrados judaicos y, especialmente, tu lectura autobiográfica con respecto a ese recorrido bíblico. Con respecto a tu pregunta, ¿qué siento? …siento gratitud por la posibilidad de conocer desde otra experiencia, una visión amplia, integradora y personal de la fe judaica, la religión y planteos que hasta ahora no conocía. Incluso los aportes de tus seguidores, muy enriquecedores. ¡Muchos saludos! 😀
M.F.
Gracias Maria F por leer todo esto y compartir también tu reflexión. Cuando comencé a escribir no tenía bien claro dónde iba a terminar. Hay varios temas mezclados pero en esencia la Biblia está de fondo guiando mi búsqueda, mi encuentro y des-encuentro.
Quería compartir como lo hago siempre los momentos que me ubico y los momentos que me pierdo.
Saludos
Diego! El buscar y rebuscar es obviamente algo positivo: uno siempre tiene que estar dispuesto a rehacer sus creencias. Eso es lo interesante del diálogo: escuchar al otro con el solo objetivo de refutarlo puede servir para enseñarle a un chico de siete años fracciones en una clase de matemática pero no es diálogo, es monólogo. Pararse desde arriba y creer que todo el que no piensa como yo es un ignorante es ser poco humilde, cuanto menos.
Ahora, el tema con la crítica bíblica: yo tampoco soy especialista. Ni estoy cerca de serlo, ni por casualidad. Pero creo que no quedó claro que cuando hablo de las premisas de la Crítica Bíblica (que la Tora es un libro escrito por humanos, en un contexto histórico determinado, etc) no estoy criticando a esas premisas sino simplemente remarcando que son distintas de las del judaísmo.
Estoy convencido de que es posible integrar la crítica bíblica dentro del nivel del Pshat sin ningún problema. Hay un comentario muy interesante del Rashbam donde critica a Rashi por…¡No seguir el Pshat! Básicamente dice: el comentario de Rashi se fue para el lado del Drash, eso está demás. ¿Cómo? La respuesta es que los distintos niveles de interpretación son eso: distintos niveles, distintas metodologías, que no necesariamente tienen relación entre sí. El Pshat de «Y los ataras como señal en tus manos y estarán para palabras entre tus ojos» es ése: literalmente, ponete una señal cualquiera en el brazo y escribe entre tus ojos algo. Pero eso no es Drash, no es Halaja: ahí sí hablamos de Tefilin. Y no es Sod tampoco.
La pregunta de fondo es si hay que hacer una síntesis ente ciencia y religión o no. Mi postura es que no porque se falsearian mutuamente. Darle un sentido religioso a la Crítica Bíblica implica meter a D-s en el medio y, por ende, agregar una idea de sentido o de objetivo final. Es justamente el rechazo de esta idea aristotélica (la causa final) lo que da origen a la ciencia moderna. Intentar una síntesis es posible pero hay que andar con muchísimo cuidado para no confundir los tantos. No me preocupa solo el judaísmo sino también la Crítica Bíblica: la idea es minimizar los factores externos a la ciencia para que sea lo más objetiva posible.
El tema de la Guemara vs Tora escrita te lo debo para otra ocasión.
Shabat shalom!
Si Eze…aunque suene contradictorio y paradójico hay días que pienso igual: la ciencia y la religión tienen búsquedas diferentes y cumplen una funcionalidad distinta. Hay otros días que me pienso que la ciencia no es una amenaza para el judaísmo y de hecho debería formar parte del mismo en armonía. Hace mucho tiempo en una de mis primeras publicaciones de este blog escribí:
«La única razón por la cual la ciencia podría representar una amenaza al judaísmo es si el judaísmo no fuera verdadero. Pero como el judaísmo es verdadero el mismo puede incorporar los descubrimientos científicos porque es parte de cómo Dios creó el mundo. Si no fuera así no podríamos aceptar ni validar ninguno de los descubrimientos de la ciencia ya que la ciencia opera bajo el paradigma evolutivo en el cual las cosas no son estáticas sino totalmente dinámicas y cambiantes. La medicina que nos mantiene vivos, los antibióticos, las maravillas científicas que suceden en el día a día y que no dejan de sorprendernos, la electricidad, el hecho que la gente vive más gracias a los avances médicos, los avances en el terreno de la robótica, la inteligencia artificial, la nano-tecnología (haciendo los procesadores cada vez más pequeños, mas poderosos y mas baratos), las computadoras, la bio-tecnología, la neuro-ciencia, el descubrimiento del código genético, satélites, aviones y todos los demás campos científicos en los cuales los grandes pensadores que allí trabajan desde los fundamentos evolutivos nos sorprenden día a día y que nosotros creemos en ellos, nos beneficiamos y dependemos cada día más de sus avances ¿debemos luego al entrar a la sinagoga decir “pero todo eso no es verdad”?.
Creo que debemos regocijarnos en el poder de la mente humana para seguir descubriendo los secretos del mundo de Dios y no negar estas cosas. Maimonides estudió astronomía, estudio medicina, ciencia, filosofía y estaba convencido que cada cosa que uno descubría en el mundo solo reforzaba la fe y no la disminuía. Si algo es verdadero no puede contradecir nuestra tradición. Este el motivo por el cual Maimonides, la mente más brillante del judaísmo Medieval, sabía que si algo era absolutamente verdadero y la Tora contradecía esa verdad el re-interpretaba la Tora para poder incorporar dicha verdad.»
Increíble que luego de 4 años sigo pensado así…
Abrazo
Shalom, Diego:
Como minimo hay cuatro niveles para el estudio del Tanaj:
1. literal.
2. alegórico
3. mistico
4. secreto
Estos niveles están sujetos a distintas interpretaciones de distintos rabinos importantes, a su vez sujetos a la época histórica de cada uno
A su vez, esto también esta sujeto a la edad en que nosotros estudiamos el Tanaj, no es lo mismo estudiarlo con 20,30, 40 o 50 años de edad.
Ademas deberíamos leer el Tanaj completo por lo menos una vez al año
Y para no caer en la confusión, deberíamos tener un rabino histórico que nos guiara, yo recomiendo que sea Maimonides.
De esta manera evitaremos en gran medida caer en la confusión, y a su vez iremos mejorando espiritualmente hablando, y acercándonos mas a Dios.
Saludos a todos
Julio
Hola Julio,
Así es, hay cuatro niveles tradicionales de aproximación al texto Bíblico según la tradición judía (ver la publicación http://www.judiosyjudaismo.com/2013/07/pardes-y-la-interpretacion-de-la-biblia-un-huerto-lleno-de-deliciosas-palabras/).
Estoy de acuerdo que el TaNaJ no nos dice lo mismo cuando tenemos 20 o 50 años puesto que nosotros mismos y con la ayuda de Dios cambiamos constantemente. Sería terrible tener 50 años y entender las historias de la Biblia del mismo modo que las entendíamos cuando teníamos 20. Esto es lo mismo que siento cuando me encuentro con una persona que hace mucho que no veo y me dice «¡estás igual!». Lo cual es lo peor que me pueden decir porque justamente no estoy igual: me casé, me mude a otro país, conocí muchísimas personas y maestros nuevos, sufrí y me alegré por cosas nuevas y cambié mi forma de ver el mundo. ¡Si estoy igual estoy en el infierno! 😉
Ojalá pudiéramos todos leer el TaNaJ entero una vez al año. Me parece un desafío enorme. Y con respecto al último comentario es interesante notar que Maimonides no escribió un comentario a la Tora (recomiendo mi publicación http://www.judiosyjudaismo.com/2013/06/patrones-culturales-de-la-tradicion-rabinica-medieval-parte-i-rashi-y-la-interpretacion-de-textos-el-agregado-de-comentarios-y-el-analisis-de-la-literatura-legalista/) donde comparo el comentario de RaShi versus la codificación de la Ley por Maimonides.
No es un problema caer en la confusión por un rato…generalmente es la mejor manera para afinar y afilar la búsqueda.
Saludos para ti también!
Diego
Diego muchas gracias por tu sinceridad. Te hago algún comentario:
«Soy extremadamente sincero en mi búsqueda e intento no separar entre un “Diego público” y un “Diego privado”. Soy igual en todos lados y en todos lados encuentro algo que me apasiona. Por eso tampoco creo realmente que existen cosas separadas en el judaísmo o el universo sino una Unidad total de un tejido cósmico que vincula absolutamente todo con todo»
*** Todo está ordenado y unido por el Espíritu.
Así fue que durante más de diez años me pasé leyendo libros de académicos, rabinos Ortodoxos, Conservadores, Reformistas, Reconstruccionistas.
*** Personalmente me gusta sentir que pertenezco a todo lo posible.
Pese a las diferencias en teología y entendimiento el amor familiar es más fuerte y aunque decidimos no implícitamente acordar estar en desacuerdo con respecto a nuestros entendimientos, muchas charlas hacían que al terminar Shabat yo me replanteara sobre qué creía y cuál era la mejor forma de ser un judío que vive el judaísmo de su propio tiempo.
*** Me da la impresión de que algunas personas tratan de encontrar las diferencias entre todo, cuando es más constructivo buscar las coincidencias, la explicación al porqué de esas diferencias, llegando a la conclusión de que todo tiene su porqué, de que todo tiene su explicación.
«Tal escuela como una unidad declaraba que quien no creía lo siguiente era un apikoros (básicamente un hereje».
*** Esto siempre me ha dado mucho miedo: el profeta entiende que Dios nos pide que abracemos únicamente su religión, y nos cerremos a todas las demás. Consecuencia: guerra entre religiones, etnias, culturas, sexos, razas… Cuando hemos visto más arriba a que el Espíritu busca la Unión.
«Judío Ortodoxo, Judío Liberal»
*** Pienso que habría que ser ortodoxo en los principios, valores, actitudes, objetivos, criterios, principios… propios de la Ley Divina, que Dios nos los dió para hacer el Bien y que seamos TODOS Felices.
Sería liberal en la adaptación e interpretación de la Biblia a mi vida, poder cada día identificarme según me encuentre: con la reina Ester, con el bueno o con el malo del Libro de Ester. Y preguntarme: ¿Por qué hoy me siento éste personaje? ¿Si lo que hago es negativo, como puedo salir de él?…
La Crítica Bíblica, quizá pueda ser en base a las interpretaciones de cada Rabino:¿Podrá suceder que distintos Rabinos, incluso de una misma corriente, vean diferentes interpretaciones, o al menos que no coincidan del todo? Aunque la revelación viene de Dios, pasa por nuestra conciencia, y en función de nuestra historia personal, de nuestra Alma… el entendimiento la puede interpretar de distinta forma. «Me gusta ver qué interpretaban mis antepasados y qué podríamos interpretar hoy», esto hoy día no hay que esperar siglos, acontece en un mismo día.
Es como el tiempo que está más variable que nunca, en un mismo día graniza, nieva, llueve y por la tarde hace sol.
«el estudio de la Tora o el TaNaJ a libro abierto con la utilización de comentarios y la mayor cantidad de herramientas posibles para encarar la verdad de la Biblia. Como la Biblia es verdad no deberíamos tener miedo de exponerla a ningún tipo de lectura».
*** Personalmente leo mis lecturas diarias de la Biblia, pero dentro de este proceso de purificación en el que estoy metido, acudo a internet y otras fuentes como grupos de catequesis, y encuentro las lecturas adecuadas que aclaran mis dudas o mis problemas. ¿Quién conduce todo ésto? Para mi Dios a través de su Espíritu, por eso para mí la Biblia es un «libro de texto», escrito por un solo autor, el Espíritu.
Efectivamente está o también puede estar en la Religión, en la Teología, en la Filosofía, en la Política, en lo Social, en lo Económico…. En todo, y sobre todo en cada uno de nosotros. Lo vemos cuando nos interiorizamos.
¿Para qué le vemos?
Para llenarnos de sus valores y de sus objetivos (que son nuestros objetivos lícitos, porque el quiere lo mejor para nosotros, siempre que no haga daño a los demás. Es decir, nos pide salir de nuestro egoísmo)
¡Como siempre Rafa gracias por tu análisis! Cada vez que escribo espero tu síntesis que realmente me ayudan a mí a leer si se entienden las ideas que quiero compartir.
Te respondo sobre tus propios comentarios:
1) «*** Todo está ordenado y unido por el Espíritu.» Si, estoy de acuerdo siempre y cuando el espíritu no sea trino para mí sino Uno. Aunque suena cristiano una de las definiciones sobre Dios en la Biblia es Ruaj HaKodesh.
2) «*** Personalmente me gusta sentir que pertenezco a todo lo posible.» En algún punto esto es así porque nuevamente no concibo dualismos en el mundo sino que creo que todo es parte de todo en una suerte de entramado cósmico. Por eso lo feo y malvado está tejido como mi presencia en este mundo y no puedo separarme de ello. Dios está en todo y entendido de este modo pertenezco a todo. Sin embargo también soy consciente que si bien pertenezco a todo puedo no coincidir intelectualmente con las cosas a las que pertenezco (esto suena medio difícil de explicar). Lo que intento decir es que mi hermano cristiano o musulmán o budista forma parte de mi entramado y pertenezco a él o ella del mismo modo que pertenecen ellos a mí. Pero esto no implica que creo lo mismo que ellos creen y que vamos a estar de acuerdo en todo…¿se entendió? Este es el concepto de «Unidad en Diversidad».
3) «*** Esto siempre me ha dado mucho miedo: el profeta entiende que Dios nos pide que abracemos únicamente su religión, y nos cerremos a todas las demás. Consecuencia: guerra entre religiones, etnias, culturas, sexos, razas… Cuando hemos visto más arriba a que el Espíritu busca la Unión.» Absolutamente de acuerdo contigo. El problema surge si establecemos un pensamiento binario en el cual A es un conjunto en el cual B no solo no puede pertenecer sino que no debe existir. Pensar así ha hecho y continúa haciendo mucho daño a la humanidad.
4) Me encantó este comentario sobre la ortodoxia de valores y la libertad de interpretaciones 🙂
5) Muy lindo también este comentario y la sinceridad de tu búsqueda. Rafa, estamos en el mismo plano de búsqueda aquí aunque siempre te recuerdo y con muchísimo respeto que al final mi predisposición es de alguna manera judía (¡eso creo yo!) y el «espíritu» que guía mi búsqueda es siempre Dios y no otro.
¡Gracias Rafa!
Saludos
¡Muchas gracias, Diego por este artículo tan sincero y tan humano!
Debo confesarte que me partí de risa con «El desafío era aún más grande cuando en casa la única Biblia en español que encontré era un libro de tapa dura verde con más de 1000 páginas y que tenía grabado en letras doradas “Santa Biblia – Versión Reina Valera” conteniendo el Antiguo y Nuevo Testamento.» porque soy gentil descendiente de judíos por línea paterna y hasta hace cuatro años profesé la religión cristiana protestante. ¡Y conozco todos los defectos de la Reina-Valera! jajaja!!!
¡Pobre Diego! pensé.
En cuanto al artículo, te cuento que me he sentido muy identificada en mi búsqueda de Dios con vos. Tengo mucho que contar de mi vida pero este no es el momento. Sólo te quiero decir que desde hace 8 años vivo en España, pero antes viví en Florida Vicente López y Belgrano R (así que me suena Bet-El; el seminario Latinoamericano, las calles del barrio de Belgrano y los rabinos que nombraste) y en estos tiempos estoy conectada con Tarbut Sefarad por sugerencia de Mario Saban; y formo parte de un grupo que se llama Maimónides, que está trayéndonos el judaísmo a todos los amigos de Israel y noajidas… y que soy muy felíz!!!!
Shalom
Me alegro te haya gustado esta publicación. El camino de encontrarme con la Biblia, Dios y las respuestas sigue aún y no tengo certezas sino cada vez más incertidumbres. Pero son incertidumbres positivas 🙂
Qué bueno que estés estudiando con el Dr. Sabán (¿escuchaste la entrevista que hicimos aquí en el blog?).
Por sobre todo me hace feliz escucharte feliz!!! 😉
Shalom!
Distinguido Diego:
Hace poco comencé a leer tus escritos; soy un humilde admirador de la cultura judía, admirando muchas cosas de su religión y sorprendiéndome de algunas, en lo general creo que la religión judía ha hecho posible muchos de los avances del mundo.
Nominalmente soy cristiano, pero al leer el tanaj, cada día se me hace insostenible mi fe en el mesías. Así también varios siglos de dominación cristiana en Europa con nulo desarrollo científico y tecnológico, me llevan a pensar que la religión cristiana no ha estimulado el pensamiento y la creatividad del hombre; al contrario la religión judía en mi entender, ha tenido como su mayor tesoro la «palabra» escrita y oral; los judíos han crecido al lado de un libro, y han aprendido a amarlo, y al leerlo, han decido cambiar su entorno, creando un mundo mejor.
Con mucho respeto a tu persona diré que, tus escritos me parecen buenos en general, reconozco el esfuerzo que haces por compartir tus vivencias y conocimientos, pero me parecen muy subjetivos, como la lirica, donde el autor vierte sus mas personales puntos de vista. Me gustaría leerte mas objetivamente, encontrar en tus escritos un espíritu mas didáctico y universal. Obviando que es mi muy personal y subjetivo punto de vista.
No omito el manifestarte el testimonio de mi admiración y respeto, en la esperanza de un mundo mejor, le deseo bendiciones de elohim.
Hola Adán,
A mi me pasa lo contrario: ¡cada vez que leo el TaNaJ más crece mi fe en el Mesías! ¿Tal vez te estás refiriendo a Jesús como Mesías? Por lo que leo seguido entiendo que es el cristianismo con lo que estás «peleando». Te recuerdo que así como el cristianismo tuvo momentos difíciles también fue el último bastión de dignidad humana cuando los romanos destruyeron Judea. Mientras todos se mataban y eran paganos el cristianismo por ese entonces logró instalar ideas de amor y el «respetaras a tu prójimo». Por eso en religiones que tienen miles de años uno tiene que ver tendencias más grandes y no solo enfocarse en un sólo período histórico. De hecho en mi serie sobre el Judaísmo Medieval intenté mostrar cómo vemos durante la Edad Media episodios de entendimiento y respeto y momentos de muchísimo odio. En breves palabras lo que intento decir es que como cristiano también puedes des-cubrir entendimientos profundos en tu propia religión.
Ví que en otra publicación sobre Cabalá encontraste en mí más objetividad según tu comentario. De todos modos, confieso que a propósito y en especial en esta publicación vierto mis experiencias para justamente ser menos objetivo y más «humano» compartiendo mis certezas e incertidumbres.
Gracias por tus palabras y espero poder balancear mejor lo subjetivo y lo objetivo.
Otro saludo!
QUE LAILA HAYA CREÍDO QUE «TAN LARGO» QUIEN LO VA A LEER !!!!!!!!……CONSIDERO .TREMENDO ERROR EL DE ELLA.
CUANDO LO QUE UNO LEE TIENE LA EVIDENCIA DE LA PROFUNDIDAD DEL ESTUDIO HONESTO, DE LA TRANSPARENCIA DEL SER QUE ESCRIBE SINTIENDO Y DESCRIBIENDO TODAS SUS RAZONES E INCERTIDUMBRES, AFANÁNDOSE POR LOGRAR ENCONTRAR «EL CAMINO «, EL INTERÉS DEL LECTOR SE VA POTENCIANDO E INVOLUCRANDO DE TAL MANERA QUE DIFÍCILMENTE LE PUEDA PARECER TAN LARGO.LA LECTURA DE UN ARTICULO A ESE LECTOR.
LO MISMO LE SUCEDE A AQUELLOS QUE COMO YO, SEGUIDORES DE LAS LECTURAS DE DIEGO, ADMIRAN AL ESTUDIOSO QUE NOS AYUDA A PROFUNDIZAR EL PENSAMIENTO Y SIENTEN QUE EN EL DIALOGO MÚLTIPLE QUE SUS ESCRITOS GENERAN SE ENRIQUECE EL PENSAMIENTO DE LOS SERES HUMANOS INTERESADOS EN ELLO.
¡Gracias Aida!
En el fondo Laila es siempre la primera que me lee y es una fuente constante de inspiración, por eso le consulto 😛
Pero en esencia me gusta saber que ayudo a otros a pensar a través de estos escritos. Nada mejor que invitar al diálogo y en especial sobre ciertos temas que parecerían no ser discutidos abiertamente sino tratados como herejías por algunas personas. Creo que lo que las reacciones reflejan es lo que cada uno siente.
Saludos
Gracias Diego por compartir tu experiencia y tu gran trabajo que haces para tener este Blog y ya lo dijo Dr Mario Saban que aqui en este blog no hay cascara sino hay mucho contenido para estudiar y tus publicaciones me ayudado bastante acomprender mejor mi judaismo y me encantan tus podcas y tus publicaciones sobre critica biblica es de mucha ayuda para entender mejor los otros puntos de vista
exelente Diego gracias!!!
De nada Carlos.
Un placer compartir y escuchar los comentarios de todos los que leen. Me hace bien saber que no estoy escribiendo solo para mí y que hay mucha gente que también vibra en sintonía con algunas de mis ideas, entendimientos y desafíos.
Un abrazo grande!
Hola Diego!
Yo, otra vez.
Yo entiendo a Adan. Y también al estudiar la TaNaK, y ni te cuento con una Reina-Valera 1960 con el Nuevo Testamento arrancado de cuajo (tengo más de diez versiones de la Biblia, entre católicas y protestantes y a ninguna le quité el N. T., así que es un decir)… y cada vez el Cristianismo me cuadra menos. Me parece un cuento increíble!!!!…
Ahora, si te refieres al Mashiaj que el pueblo de Israel espera, la TaNaK es posible que te acerque cada vez más. Depende por donde circules, verás la pronta llegada del Mashiaj o no verás nada. Con los profetas tal vez creas que se manifestará hoy mismo o mañana… Pero el Cristianismo se ha cargado la TaNaK… Se ha cargado la existencia necesaria, absoluta, obligatoria, primera, única en su esencia de D-os… Se ha cargado la Unicidad de Dios, se ha cargado la Torah casi enterita con el tema del Sabbat, etc… y entonces yo sería más contundente en mi postura hacia el Cristianismo. Y me refiero al Cristianismo como fe sincera de dos mil millones de almas sin caer en lugares comunes como el tema Institución, Vaticano y los curas. Hay dos mil millones de cristianos en el mundo, hay muchos noajidas entre ellos, hay muchos con dudas; pero no podemos olvidar que son dos mil millones de almas afirmando que Tres en Uno es Uno y que Jesús es el Señor… ¿Para qué entonces tener la TaNaK en las Biblias si luego hay que vivir como idólatras o paganos?… Por eso entiendo a Adan. Por eso inicié mis estudios de las Siete Leyes de Noaj y de los Trece Principios de Fe Judía de RaMBaM… Es el temor a HaShem y nuestra búsqueda de la verdad. No es un tema trivial. Algunos cristianos estamos buscando la verdad en el Judaísmo porque queremos conocer y saber del D-os de Israel y también ser parte de este pueblo. También los justos gentiles, los temerosos de HaShem, los proselitos de la puerta… los hijos de Noaj tenemos parte en el OLAM HABA, en el Mundo Venidero y seremos parte del Pueblo de Israel, conversos al fin al Judaísmo o no… Pero no podemos seguir formando parte de una religión como el Cristianismo. En todo caso, en nuestra mente y corazón quedará la duda sobre si el Mashiaj es el desconocido que viene, o el conocido que vuelve. Pero D-os no es, y es que el segundo Principio fundamental del Judaísmo me dice que NO PUEDE SER.
SHALOM!!!
Hola Ruth,
Entiendo perfectamente el planteo tanto de Adán como el tuyo. Mucho de lo que escribiste es así: toda persona justa tiene un lugar en el Mundo Venidero y los rabinos no enseñan que la Salvación (sea como sea que uno entiende esta idea) solamente le pertenece al judío. Por eso yo siempre insisto que una persona no-judía no tiene obligatoriamente que convertirse al judaísmo. Si realmente lo desea por una necesidad de búsqueda espiritual existen ciertos procedimientos a través de los cuales la persona es bienvenida a la tradición. Justamente como escribí en la publicación sobre http://www.judiosyjudaismo.com/2014/05/tokio-judios-mundo-ultimos-30/ una de las cosas más curiosas del último tiempo es que el judaísmo está de moda y mucha gente quiere convertirse al judaísmo. Esto era algo casi impensado en la Edad Media e incluso en la Modernidad Temprana.
Lo que yo intento hacer en mis escritos es compartir mis entendimientos del judaísmo y de otras religiones desde una posición que evita imponer una verdad sobre las otras. Queda en la absoluta responsabilidad de cada uno elegir y convencerse de lo que cree. Pero no es mi intención declarar que el judaísmo es verdadero y el cristianismo (o todo lo demás) es falso o distorsionado. Existen muchos judíos (y seres humanos en general) que precisan de verdades de este tipo que yo las llamo «binarias» (es decir «si o no», «blanco o negro»).
Me parece bien que algunos cristianos estén buscando de dónde vienen sus raíces más antiguas y no me sorprende que esto los lleve al judaísmo puesto que todos saben que Jesús fue un judío que vivió en Judea y su visión del mundo estuvo mucho más cercana del judaísmo del siglo I que del cristianismo que evolucionará a partir de la crucifixión (te recomiendo la siguiente publicación http://www.judiosyjudaismo.com/2013/01/antijudaismo-cristiano-versus-tolerancia-cristiana-desde-los-inicios-del-cristianismo-hasta-al-ano-1096/).
Saludos y gracias por compartir tus reflexiones con todos los lectores de J&J
Diego, como todo los que publicás es excelente!!!!!
Me leí y disfruté toda esta lectura, y de todas las cosas que comentaste voy a empezar con la más importante en mi opinión (obviamente subjetiva): Es un orgullo tener en el judaismo un hombre como vos!
De todos los otros temas (que por suerte son muchos) a la crítica bíblica no hay que tenerle miedo, al contrario, nos ayuda a progresar y a seguir encontrándole infinitas interpretaciones a la TORA! Mi papá (ZL) siempre decía que cuando dos judíos se ponen a hablar se forman 3 discusiones. Con ese me enseñaba que la apertura mental a las distintas ideas siempre estuvo, está y seguirá estando presente en el judaismo.
Volviéndo a la crítica bíblica y a las »contradicciones» en la TORA, hay una que está desde el libro del Bereshit (Génesis) 1.26: 26. Dijo Elohim: Hagamos al Ser Humano a Nuestra Imagen, como a Nuestra Apariencia y que dominen — ellos — los peces del mar y las aves de los cielos y los animales y toda la tierra y todos los reptiles que reptan sobre la tierra.
אֱלֹהִ֔ים נַֽעֲשֶׂ֥ה אָדָ֛ם בְּצַלְמֵ֖נוּ כִּדְמוּתֵ֑נוּ וְיִרְדּוּ֩ בִדְגַ֨ת הַיָּ֜ם וּבְע֣וֹף הַשָּׁמַ֗יִם וּבַבְּהֵמָה֙ וּבְכָל־הָאָ֔רֶץ וּבְכָל־הָרֶ֖מֶשׂ הָֽרֹמֵ֥שׂ עַל־הָאָֽרֶץ׃ כז וַיִּבְרָ֨א אֱלֹהִ֤ים׀ אֶת־הָֽאָדָם֙ בְּצַלְמ֔וֹ בְּצֶ֥לֶם אֱלֹהִ֖ים בָּרָ֣א אֹת֑וֹ זָכָ֥ר וּנְקֵבָ֖ה בָּרָ֥א אֹתָֽם
Siempre me pregunté, ¿a quién le está hablando D’’S? Si D’’S es uno solo y único. ¿Estará bien traducida? Además de crítica bíblica hago mucha crítica a las traduciones.
La fuente de este texto bilingüe está en una página que me vino recomendada por dos personas, una por el Rabino Nicolás Reck y la otra por Diego Edelberg (en los 20 mejores sitios de internet para el judaismo en castellano) http://www.masuah.org/Jumash/
Volviendo a la crítica bíblica, yo pienso que es un tesoro poder descubrir esas cosas y analizarlas y estudiarlas y compartir los distintos puntos de vista (obviamente con tolerancia hacia los que piensan distinto).
Hola Mauri,
¡Gracias por tus palabras! Así es, la crítica bíblica bien utilizada sin la intención de negar otras aproximaciones tradicionales judías puede ser de gran utilidad para descubrir aún más la palabra de Dios.
¡Gracias por el enlace compartido! Me viene muy bien para comparar traducciones.
Saludos
Diego
Hola Diego!
Yo también creo que estar abiertos a la crítica bíblica nos enriquece. A veces es muy difícil compartir esto en cuanto al estudio de la Torah en el Judaismo. Y si es cierto esto que el Deuteronomio se escribió en tal siglo y no antes????…Nooooo!!!!! Y si cuando encontraron los rollos en tiempos de tal rey ( ¿Josias? )en realidad no encontraron nada y acababan de escribirlos… Nooo!!!!…. Y asi con el relato de batallas que se repiten, con las relatos de la Creación, etc.
Lo importante es que HaShem existe, que es Uno y Unico, que es Eterno y que sólo a Él debemos adorar… que el pueblo de Israel (no es Estado de Israel) es su Pueblo escogido para ser luz a las naciones…que a pesar de los «errores» humanos al ponerla por escrito, la Tora es la misma que D’s le entregó a Moshe Rabbenu en el Sinai y que no será cambiada por otra…
Hola Ruth,
Yo también creo profundamente que HaShem existe, que es Uno y Unico, que es Eterno y que sólo a Dios debemos adorar. Pero también creo que el pueblo de Israel es también el Estado de Israel además de aquellos que viven fuera del Estado de Israel.
Con respecto a la crítica bíblica también cree que nos enriquece pero no debemos hacernos idólatras de la misma. Tenemos que aprender a armonizarla con las enseñanzas tradicionales de los rabinos tratando de potenciar todo lo que podamos el texto revelado.
Saludos
Hola Diego! Hubo un error en mi comentario anterior al referirme al Pueblo de Israel. Quise decir que el Pueblo de Israel (no el Estado de Israel) y en vez de «el» puse «es»… y creo que eso confundió un poco la cosa.
Yo estoy de acuerdo con el Estado de israel como Estado en sí, más allá de sus gobiernos de turno y sus políticas de defensa o de relaciones exteriores. Tal vez no sea sionista y me caiga muy mal leer comentarios en redes sociales de amigos mios cosas como «cierrénles el paso, que no los abastecan ni les llegue medicación ni asistencia médica hasta que no suelten a los 3 estudiantes»…; pero sí estoy de acuerdo con el Estado de Israel.Aclarado.
En cuanto a la crítica bíblica, ýo me crié como cualquier judío en mi templo protestante, sabiendo que Moisés escribió hasta el Deiteronomio!!!!… Me cuesta aceptar la crítica bíblica, pero no me asusta ni me parece descocada. No reacciono con un Nooooooooooooooo!!!!!… Trato de abrir mi mente a que un libro sagrado, o una coleccion de libros sagrado como el TaNaK; o tratándose del Corán o del Nuevo Testamento, tengan ese componente HUMANO no tan perfecto.
Y lo mismo me sucede con los Rabinos. Si voy en serio en el Judaismo, obviamente me someto a la interpretación de los Rabinos; pero tengo mi propio interpretación de lo que voy conociendo; sabiendo, en linea de RaMBaM. Hago uso de mi Libre Albedrío, me someto a lo que pide de mí humildad intelectual y cuido de no caer en idolatria. Y tanto me cuido con respecto a la crítica bíblica como a los grandes Rabinos.
Saludos!
Hola Ruth,
Gracias por compartir tu aclaración.
Me gusta la actitud de «mente abierta» siendo intelectualmente honesto mientras se «aguanta» los momentos de incertidumbre. Yo atravieso momentos así todo el tiempo y a diferencia de lo que me escriben algunos -que es lo que me pasa porque no tengo fe en Jesús- muy por el contrario he aprendido a sostener la duda y seguir sin atajos hasta encontrar un respuesta momentánea que me resulta verdadera y es esfuma tan pronto como llega. ¡Creo que esa es mi paz!
Me gusta que podamos compartir abiertamente entre todos nuestras dudas para ayudarnos a encontrar un camino que nos de sentido.
Saludos
De todos los libros religiosos para mi el mas importante es la Biblia o TaNaj es el «original» los demas son explicaiones o anexos, claro necesitamos de los expertos para poder enterderla, asitimos a una iglesia con un Rabino, Pastor o Cura o un buen libro como el Talmud,o similares libros protestantes o catolicos
La ortodoxia es buena porque mantiene costumbres, valores, que no deben de perderse, pero querer vivir como ortodoxo nos convierte en un Dinosaurio o Fosil viviente,
Naci como catolico, me uni a una iglesia potestante y ahora me intaresa el judaismo por los ancestros de la familia materna, comparandolos puedo decir respecto al conocimiento que el catolsisimo es como una escuela basica o primarias para niños de 5 a 12 años. el protestantismo es como una escuela media para adolescsentes de 13 a 17 anos y el judaismo es como una universidad, un conocimiento mayor y mas profundo, claro cada judio o no judio debe de seguirlo como mejor le funcione
Saludos y bediciones Diego gracias por irradiar luz en este oscuro mundo
Querido Julio,
me hiciste reír con tus descripción del judaísmo como una Universidad 😀
Creo que cada religión otorga los suyo para que sus fieles vayan des-cubriéndose en su verdad. El judaísmo para muchos judíos no es tan profundo y prefieren explorar otras aproximaciones espirituales como el budismo.
Yo no me canso de escribir una y otra vez que la Biblia es mi manual de vida y me tomo muy en serio sus textos (creo que si no lo hiciera no escribiría un blog como este y le dedicaría tanto tiempo para develar su sentido). Pero mi personalidad no puede absorber entendimientos ajenos y aceptarlos como hechos. Necesito atravesar un proceso personal de des-cubrimiento y es ahí donde someto los textos y mi verdad frente a todas las adversidades y herramientas que potencian mi búsqueda en lugar de la aceptación ciega o el «¡porque sí!».
Saludos
Creo que me siento plenamente identificada con lo que has escrito, yo también estoy en un proceso de «descubrir la biblia» y he tenido a fortuna de deleitarme con varios de los trabajos que mencionas. Un ejemplo, el trabajo de Mark Zvi Brettler, «How To Read The Bible» y la muy buena «Jewish Study Bible», que es, al día de hoy, mi traducción comentada consentida. He oído también maravillas de otros trabajos, como el de Kugel.
Veo, además, que al igual que mi Brettler ha impactado mucho tu forma de ver la biblia, como una especie de «pequeño talmud», siendo la diferencia la ausencia de elementos en el texto bíblico que nos permitan distinguir una opinión de otra (el caso del דבר אחר). De hecho, esto último me ha hecho pensar con detenimiento en la siguiente idea: la biblia es, simplemente, un estadio más de un proceso histórico que consiste en la interpretación y reinterpretación de nuestra relación con Dios y con los demás, en otras palabras, la torah es sólo parte de un proceso mucho más grande y cada generación la enfrenta a su manera, los rabinos con sus métodos de interpretación, los antiguos israelitas a través de su propio entendimiento, y nosotros a través de las herramientas modernas.
¡y considero que no existe idea más judía que esa!
Claro, no es fácil de digerir. Yo no creo que sea por miedo a enfrentar la verdad si no por una cuestión cultural, después de todo es difícil deshacerse de las ideas que nos han inculcado desde nuestras infancias: que la biblia es un texto oscuro, místico y muy viejo cuya unidad es incuestionable.
Me agrada tu blog Diego, sigue así.
Ibeth
Ibeth,
¡estamos claramente «on the same page»! 😀
Coincido plenamente con tus palabras y te confieso que ando tentado últimamente de expandir mi colección para sumar los 5 de JPS empezando por Nahum Sarna.
¡Gracias por tus deseos y sigamos aprendiendo juntos!
Excelente!! Si bien es un texto largo no podia dejar de leerlo. Gracias por estos aportes Diego. Sigo aprendiendo y entendiendo muchas cosas. Saludos!!
¡Qué bueno Fabián!
Me alegro te haya gustado esta publicación y hayas aprendido cosas nuevas.
En efecto, muchas de mis publicaciones más profundas son largas…¡pero necesito vaciar mi mente! 😉
Saludos
¡La biblia siempre será el traje perfecto para la estatura de tu alma!
¡Interesante observación Diego!