La Verdad Absoluta
En las últimas semanas estuve escribiéndome con un seguidor del blog quien me ha enfrentado en forma muy respetuosa a repensar la idea de lo que llamamos Verdad Absoluta. Quienes me conocen personalmente saben que soy muchísimo menos controversial o desafiante de lo que a veces se lee o escucha en este blog. Cuando escribo puedo parecer arrogante, tendencioso o muy poco piadoso. Sin embargo con una mano en el corazón debo decirles que intento siempre ser respetuoso con la tradición, las búsquedas del sentido de cada uno de ustedes y con lo que honestamente creo yo.
Soy consciente del desafío central que presenta este blog para algunas personas puesto que el contenido aquí expuesto posee una multiplicidad de opiniones e ideas que pueden resultar paradójicas, contradictorias e incluso conflictivas dentro de una misma persona. Aquí uno puede leer, por ejemplo, lo que cree un judío reformista y lo que cree un judío ortodoxo sin decretar quién está en lo cierto o cuál debería ser el único camino correcto. Y el hecho de no ser partidario de una corriente o la otra (sino simplemente presentarlas e invitarlos a que se cuestionen ustedes mismos qué creen o no creen), por un lado le ofrece al blog la vitalidad de poseer una mirada diferente a todas aquellas opiniones absolutistas que generalmente escuchamos y por otro lado lo debilita al no tener una fuerza política detrás que requiera resoluciones finales con el objetivo de sumar soldados que acompañen mi manera de ver el mundo. En algún punto “lo paradójico” que para mí es una bendición, para otros es un dolor de cabeza. Algunos abrazamos las paradojas y otros intentan por todos los medios posibles hacerlas desaparecer porque “duelen”, “confunden” y no nos proveen de una Verdad Absoluta que nadie pueda refutar. Me pregunto, ¿por qué será que algunos necesitan Verdades Absolutas para vivir tranquilos mientras que otros requieren justamente lo contrario?
Las confusiones del confundido
Muchos de los que me leen me escriben emails preguntándome qué creo realmente. Me preguntan si soy Reformista, Conservador, Ortodoxo, Reconstruccionista o “Secular”. Y la verdad es que me encanta que esto ocurra porque quienes han leído la sección Acerca del Autor saben que disfruto muchísimo no poder ser catalogado ni etiquetado. Sin embargo algunos lectores necesitan encasillarme para entenderme. Necesitan saber si leerme es bueno o malo puesto que puedo llegar a “confundirlos”. Debo ser uno de los pocos bloggers que disfruta confundir a sus lectores. Pero “confundirse” no es una mala palabra. Significa simplemente “fundirse con”. Y esto no es algo esencialmente malo. Yo justamente disfruto de “fundir” y “derretir” diversas opiniones dentro de mi mismo. Para otras personas hacer algo así no solo es perjudicial sino hasta peligroso. Para mi es fascinante y enriquecedor. Llegando al final del libro del Génesis en la lectura anual de la Tora este Shabat, sigo pensando cuánto me identifico con el patriarca Jacob que luego de ser renombrado Israel sigue siendo llamado Jacob a lo largo del resto de la Biblia. Creo que ésta es la manera que la Tora tiene para metafóricamente enseñarnos que somos individuos constituidos por múltiples personalidades que a veces nos sorprenden a nosotros mismos. ¿Acaso nunca se asombraron al descubrir que lo que hicieron o dijeron parecería corresponder a otra persona pero no a ustedes mismos que “tanto se conocen”?
Dime con quién andas y te diré a quién odias
Justamente para mi lo malo comienza cuando nos etiqueten presuponiendo qué creemos y qué deberíamos ser. Peor aún es luego asumir nosotros mismos dichas etiquetas cerrando el proceso de dudas por el de certezas. Al hacerlo, al vivir solo de “certezas absolutas”, quizás ganemos más adeptos y fanáticos que están de acuerdo con nosotros celebrando cada idea como la única verdad posible. Descubriremos rápidamente que en ese camino absolutista la mayoría de los que nos acompañan parecerían ser increíblemente cálidos, amables, honestos y hasta pluralistas siempre y cuando nos mantengamos en la misma línea que ellos. Al mismo tiempo notaremos que lo irónico es que, aparentando todo esto, probablemente estas mismas personas sean terriblemente tiranas hacia el adentro del mismo grupo. Yo no dejo de sorprenderme por la cantidad de judíos que se apasionan con la sabiduría de gente intolerante. En el judaísmo una de las paradojas más grandes se presenta en aquellos que son tolerantes con todo lo que se practica fuera del judaísmo mientras que hacia el adentro del judaísmo su manera es la única legítima y correcta. Y quiero dejar en claro que esto no es exclusivo del judaísmo Ortodoxo o Jabad Luvabitch. Existen iguales niveles de intolerancia en otras corrientes que se constituyen bajo el paradigma del pluralismo religioso. Lo que es claro es que estas ideas son absolutamente destructivas en todos los niveles. He leído y escuchado Rabinos (y en especial una Rebbetzin muy reconocida y traducida al español que ha visitado Buenos Aires) que escriben en forma hermosa sobre el amor y la importancia de trabajar por una hermandad universal al mismo tiempo que son asquerosamente despectivos con aquellos que, siendo de su misma religión, no coinciden con sus ideas o formas de vivir el judaísmo puesto que están convencidos que su verdad es la única posible.
Diálogos y monólogos
Lo más doloroso de todo esto es que nos perdamos aquella “otra voz”, la que no está de acuerdo con nosotros en todo y nos ayuda a cuestionarnos nuevamente, reflexionar otra vez quiénes somos, qué queremos y por qué actuamos como actuamos. En lo personal estoy convencido que cuando estas preguntas se cierran porque “ya las sabemos todas” y no queremos “confundirnos más” escuchando otras opiniones diferentes a las nuestras, la vida se torna terriblemente aburrida y rutinaria. Es ahí cuando dejamos de preguntarnos por el sentido, dejamos de aprender cosas nuevas, dejamos de cambiar y en consecuencia dejamos de hacernos mejores personas. Todo esto me recuerda la famosa historia de los dos sabios narrada en el Talmud, tratado de Babá Metziá 84a. Allí leemos como Rish Lakish y Rabbi Iojanan consolidaban su amistad y crecimiento espiritual en el desacuerdo. La Verdad Absoluta para ellos consistía en el proyecto siempre sagrado pero terriblemente desafiante de contradecirse para pulir, expandir y profundizar las creencias y prácticas mutuas. Amaban la verdad y eran honestos en su búsqueda. Esa búsqueda no se basaba en el consentimiento final irrefutable sino en el debate que es dinámico y eternamente cambiante.
Una historia contra-intuitiva
La búsqueda de la Verdad Absoluta acarrea detrás otro problema más grande que quien haya leído la historia sobre la Torre de Babel en la Biblia entiende perfectamente. La historia de la Torre de Babel es contra-intuitiva. Eso significa que su objetivo es enseñarnos una verdad opuesta a la que uno espera o intuye al leerla. Si lo recuerdan, según la Biblia hubo un momento que todas las personas del mundo se unieron para hacer una cosa en conjunto y eso fue construir una Torre. Se unificaron así en una sola verdad. Metafóricamente hablando esto es lo que muchas personas dicen que deberíamos hacer para que el mundo y todo lo que nos rodea alcance esa era mesiánica: que todos estemos unidos tirando para el mismo lado. Pero cuando Dios mira este emprendimiento de la humanidad los esparce y confunde otorgándoles diferentes lenguajes para que no puedan entenderse mutuamente. Y si reflexionamos en la moraleja de esta historia parecería no tener sentido ya que por el resto de la historia lo que hemos intentado hacer como humanidad es deshacer lo que Dios hizo con el episodio de la Torre de Babel. Muchos judíos -e incluso el mundo cada vez más globalizado de la modernidad- están intentado ver cómo podemos hacer para superar la diversidad con el objetivo de alcanzar una Verdad Absoluta que todos crean por igual.
Pero hay un mensaje fundamental detrás de todo esto y eso es que las diferencias no son malas sino buenas. La diversidad de tradiciones culturales tanto adentro como afuera de la tradición judía no debería ser algo que nos preocupa o nos hace sentir menos seguros de nuestras creencias y prácticas. ¡Es maravilloso que existan las diferencias porque probablemente es lo que Dios quiere! Que los judíos tengamos distintas maneras de hacer las cosas, diversas comidas, melodías y aproximaciones hacia nuestros textos y nuestra tradición es algo bueno. Que existan numerosas religiones muy distintas en el mundo es algo positivo y de hecho siempre ha sido así. ¿Quién instaló la idea que eso es algo malo o un producto de la modernidad solamente?
¿No se escucha o no se entiende?
Es verdad que incorporar todas las tradiciones religiosas dentro de una sola persona es contradictorio e imposible. Pero la idea que existen diferentes tradiciones -y diferentes maneras de entender una misma tradición- con el objetivo final de mejorar y aprender uno de los otros es una idea noble y bella. El judaísmo nunca existió aislado del mundo. Nuestras melodías, comidas e incluso algunas de nuestras creencias más profundas fueron absorbidas de culturas circundantes. Nos hemos enriquecido de lo absorbido por cada tierra en la que hemos vivido y contribuido aún cuando en muchos de esos mismos lugares fuimos perseguidos y asesinados.
Por lo tanto cuando repensamos la historia de la Torre de Babel descubrimos que lo que Dios hizo es proveernos de la posibilidad de aprender los unos de los otros. Si todos pensamos y creemos por igual en una sola Verdad Absoluta entonces nadie tiene nada más por aprender y nadie tiene nada nuevo para enseñarnos. Hoy escuchamos que la gente se queja que muchos países, grupos sociales y religiones están cada vez más separadas hacia la “izquierda” y la “derecha” y ya no podemos unirnos ni ponernos de acuerdo. Quiero decirles que este no es el problema. El único problema es que dejemos de escucharnos los unos a los otros. No es raro o malo estar en desacuerdo. ¡Ni siquiera es malo discutir ya que somos judíos y es lo que mejor sabemos hacer! La discusión y el desacuerdo es algo positivo. Cada hoja del Talmud está saturada de discusiones y desacuerdos. Cada vez que leo la historia de Babel veo todo esto como una bendición ya que interpreto que Dios mismo no quiere que seamos todos iguales. Cuando tenemos una Verdad Absoluta tenemos un totalitarismo.
El amor por lo desconocido
La Creación según los Rabinos ocurre a cada instante y en consecuencia el mundo y nosotros como parte de ese entramado estamos constantemente creciendo, cambiando, dudando, contradiciéndonos y en ese proceso renovándonos. No solo eso sino que según los Rabinos mismos la Tora tiene 70 caras (facetas) diferentes. Así que del modo que ustedes pueden alcanzar hoy una Verdad Absoluta para sus propias vidas tengo que informales que mañana vendrá otra persona y hará lo mismo y luego otra y más luego otra más…¿y adivinen qué? ¡Estarán todos en lo cierto! Porque el desafío real no es escuchar y leer a los Rabinos y los textos que dicen exactamente lo que nosotros ya creemos sino atrevernos a “ponernos en los zapatos del otro” y aprender de ellos también. Cuando uno realmente crece no es cuando le repiten lo que ya sabe sino cuando logra apreciar lo que tienen para decir los “otros” aún cuando sabemos que no representa para nada nuestra propia opinión.
Celebramos la multiplicidad de verdades dentro del judaísmo porque todas ellas son bellas. Vivimos en un mundo lleno de religiones diferentes no porque sola una de ellas posee la Única Verdad Absoluta y todo lo demás es falso sino porque Dios es más grande que lo que puede capturar una sola tradición religiosa. De hecho cuando Dios esparció a toda la gente que había participado en el proyecto de la Torre de Babel no definió quienes serían los buenos o los malos de la película. Por el contrario lo que Dios nos regaló es la oportunidad de crecer y cambiar entendiendo que no solo hay una diversidad impresionante de tradiciones en el mundo sino y principalmente hay una multiplicidad de tradiciones dentro de una misma familia. Lo que mis tatarabuelos, bisabuelos, abuelos y padres hicieron es al mismo tiempo lo mismo que yo hago y algo completamente diferente. En la Amidah, el rezo central del servicio religioso judío, nos dirigimos a Dios no solamente como el Dios de nuestros padres sino como el Dios de Abraham, el de Isaac y el de Jacob (y en el Reformismo también se incluyen las matriarcas que no necesariamente fueron menos importantes o nunca tuvieron una relación personal con Dios). Y necesitamos hacer esta diferenciación en los nombres porque justamente nuestra relación con Dios no es exactamente igual a la que tuvo Abraham o Rebeca sino que es diferente a la que tienen nuestros padres, abuelos, maestros y amigos. Dios no puede ser solamente el Dios de un libro o una enseñanza sino que debe ser personal y ajustarse a cada ser humano para ser el Dios de una tradición. No puede ser el Dios que habló una vez en una montaña hace muchos años sino que debe ser el Dios que nos habla todos los días. Heredamos legados diferentes que constituimos muchas veces como Verdad Absoluta. Pero lo importante no solo es reconocer lo que otros nos han legado sino lo que nosotros legaremos a los que sigan.
Mi Verdad Absoluta
De todos modos deberían saber que creo que hay una Verdad Absoluta. Esa Verdad Absoluta es la que indica que hay Múltiples Verdades. Si bien parece una paradoja planteado así, lo que intento decir es que Una Verdad no necesariamente implica que otras pueden no serlo. Antes que piensen que para mí todo vale y es lo mismo judío, cristiano o budista; comer kasher o no comer kasher les digo que no me refiero a esto en absoluto. Lo que me refiero es que esa Única Verdad estará siempre sujeta a las leyes del tiempo y el espacio en el que operan los seres humanos imperfectos, lo cual inevitablemente conllevará siempre a una multiplicidad de verdades sobre esa Única Verdad puesto que cada uno de nosotros está condicionado por una historia diferente y una constelación personal que no ha existido antes ni volverá a existir. La Verdad es Una. Pero siempre que este manoseada o descripta por seres humanos será múltiple e infinita.
A si es Diego Dios es mas que una escritura, es nuestro íntimo compañero. Agradezco tu manera tan honesta de escribir y por toda la enseñanza que nos brindas a través de tu blog.
¡Gracias por tu comentario Maria!
BS»D—-Excelente Diego,,gracias.-Este artículo tuyo me alivió…-Excelente lo de la Torre de Babel…Gracias,,que estés muy bien!!!!!!Beatriz de Buenos Aires.-
¡Gracias Beatriz como siempre por tus comentarios!
Me alegro que te haya gustado y espero que vos también estés muy bien 🙂
Creo que no es malo abrir los hojos de quienes aveces nos dejamos llevar por una sola corriente, te leo y me gusta lo que leo ,gracias por dedicar un poco de tu tiempo para compartir tus experiencias. att paola andrea de Colombia.
¡Gracias Paola por tu comentario! Coincido plenamente en la necesidad no solo de escucharse uno mismo sino de escuchar al prójimo y sus necesidades.
¡Saludos!
No soy JUDÍO, mas me gusta la literatura judía, la cultura judía, y me parece muy buena esta lectura creo que siempre sera bueno el no quedarse con la primera información que uno reciba es convenientes investigar incansablemente. saludos desde mexico
¡Gracias Candido por tu comentario!
Así es, hay que animarse a realizar multiples lecturas.
Saludos
Como siempre Diego, son muy interesantes tus reflexiones! Como «propio pensador» (una manera de referirme a tu sabio criterio en los enfoques de los temas que tratás) te felicito! Y, te agradezco por compartir estas valiosas lecturas que disfruto y de las cuales aprendo. ¡Muchos saludos! M.F.
Gracias Maria F.
Me alegro te gusten y puedas aprender cosas nuevas.
Saludos
Felicitaciones por sus enseñanzas,en una charla escuche que la verdad absoluta es la que no depende de algo. por eso el ETERNO ,EL D.OS UNICO ,no tiene principio no depende de nada. Saludos .
Gracias Arley por tu comentario.
Así es: la verdad absoluta no depende de algo…depende de todo!
Saludos
Buenos días Diego, espero con ilusión y con cariño tus escritos, nos hacen pensar y poner en orden nuestros pensamientos.
Efectivamente la Verdad Absoluta es Dios, y si hay varias Visiones es porque:
. Sólo alcanzamos a aprehender una parte
. Nuestra historia, nuestra educación, nuestras creencias, quizá pongan barreras que nos limitan en la comprensión de la Verdad.
. Nuestra forma de ser y nuestra personalidad también nos condicionan y quizá nos lleven a elegir el camino más conocido, más cómodo, más familiar…
En tus cuadernos notó una forma valiente de enfrentarse a la Verdad: que comparte, que busca la trasparencia y por tanto la autocrítica, que es tolerante con todas las opiniones, que criba y discierne la suya. Gracias Diego.
Por ejemplo, dices en éste texto enormes verdades que nos interrogan:
. cómo podemos hacer para superar la diversidad con el objetivo de alcanzar una Verdad Absoluta que todos crean por igual.
. Dios nos provee de la posibilidad de aprender los unos de los otros. Si todos pensamos y creemos por igual en una sola Verdad Absoluta entonces nadie tiene nada más por aprender y nadie tiene nada nuevo para enseñarnos.
. Mejorar y aprender uno de los otros es una idea noble y bella
. El único problema es que dejemos de escucharnos los unos a los otros. No es raro o malo estar en desacuerdo
. Vivimos en un mundo lleno de religiones diferentes no porque sola una de ellas posee la Única Verdad Absoluta y todo lo demás es falso sino porque Dios es más grande que lo que puede capturar una sola tradición religiosa
. No puede ser el Dios que habló una vez en una montaña hace muchos años sino que debe ser el Dios que nos habla todos los días
.
Para mi la Torre de Babel fue como un brainstorming, una tormenta de ideas diferentes de hacer las cosas y de enfrentarse a nuestro pecado original (personal, social…). Llegaría un momento en el que las fronteras naturales y artificiales caerían. Y en el estamos. Globalizamos la economía y ahora nos queda buscar soluciones a aquello que produce el mal. Y la sociedad lleva siglos buscándolas:
. El problema de la esclavitud
. El problema del racismo
. El problema del hambre
. El problema de los abusos sexuales
. El problema de la igualdad hombre-mujer
. El problema de la droga
. El problema de la juventud
. El problema de las invasiones territoriales
. Los genocidios
…..
Pienso que en todos los problemas anteriores debemos superar la diversidad juntos, aprendiendo los unos de los otros, para que haya una Ética Mundial que nos lleve a pensamientos, creencias y comportamientos encaminados hacia el BIEN.
Éste es mi concepto de BIEN.
Las religiones pueden ser motivadas por diferentes formas de mirar la Verdad. Sus ideas serán válidas en la medida que no provoquen ningún mal.
A nivel personal Dios está en los acontecimientos y también dentro de cada uno de nosotros es necesario descubrirle. Esto no significa que haya un Dios personal o una religión personal, sino algo maravilloso: «QUE DIOS ESTÁ EN NOSOTROS»
Muchas gracias Diego,
Un fuerte abrazo
Rafa
¡Wow Rafa!
Impresionante tu comentario. Gracias por enriquecernos a todos con tus interpretaciones y análisis.
Saludos y otra abrazo
Bravo Diego. Me encanta el enfoque de este articulo. Se decirte que muy pocas personas han tenido la valentía y la claridad de presentar un tema que por siglos ha sido discutido y que seguirá siendo discutido. Estoy de acuerdo, en que nunca el estancarse, por razones de facilidad, de tranquilidad, de armonía, calificativos que deberían ir con comillas, ha permitido a las personas la seguridad en lo que creen. Es lo fascinante de ser Judio. Esa valentía de enfrentarse a diferentes opiniones, a riesgo de que la audiencia se zesgue un poco, pero que al final permitió nuevos pensamientos, nuevas ideas. Bravo Diego, mazel tov decimos nosotros.
Con todo respeto,
Jeannette de Orantes, Guatemala
Querida Jeannette: ¡gracias!
Me gusta hayas disfrutado la lectura de esta publicación. Los intercambios de email con la persona que motivó la necesidad de escribir o abordar esta idea de la «verdad absoluta» (que no es necesariamente exclusiva sino una de múltiples caras o facetas) son interesantísimos…tal vez algún día y con su permiso publique ese intercambio de emails. Pero una síntesis de ese diálogo fue lo que intenté presentar aquí.
Saludos y paciencia que aún no respondí tu email.
Prometo hacerlo en estos días (¡vengo atrasado con cientos de emails!)
Diego
shalom mi buen diego un fuerte abraso me parece muy acertado este tema yo en lo personal pienso que los absolutos no existen en los hombres pero si creo que existe la verdad absoluta y me as de disculpar por lo que voy a decir maoma y todos los rabinos judios , budistas , indus , etc llamese como se llame la religion tal ocual nuca ninguno sea a atrevido a decir que es la verdad solo un hombre llamado yeshua el unico que demostro con su propia vida ser quien dijo ser , el hijo del eterno y perdon no estoy ablando del jesus griego de los cristianos hablo del hunico que se atrevio a decir YO SOY EL CAMINO LA VERDAD Y LA VIDA , ni Buda , ni ningun Rabino , ni Indu ,o Maometanos etc , todos tienen una pisca de verdad eso es incuestionable pero la unica verdad esta en el que se a atrevido a romper con todo sistema de creencia comensando con el judaismo o del mismo cristianismo que se jacta de ser la religion universal , llamese como se llame la religion porque jusgo a cada uno de los religiosos de su tiempo y aun hoy no ay persona que pueda con lo que el enseño saludos mi querido Diego as de disculpar por la mala ortografia shalom
TAS equivocado de sitio…
Los judíos no creemos que D,s sea corpóreo y por lo tanto que tenga mujer e hijo eso es cristiano.
En nuaetra creencia innata y reflejada en nuestros rezos diarios y mezuzas, telilin esta el principio de que El es Uno, Único y Verdadero y fuera de el no ha habido ni hay ni lo habrá.
Ni Jesús ni yehosua ni cristos…
Vuelvo a repetirte te has equivocado de sitio.
«Shema Israel Adonay Eloheinu Adonay Ejad »
Amén
A diferencia de lo que escribió Ariel yo no creo que te has equivocado.
Este blog es un espacio abierto para personas que profesan religiones muy diferentes y pensamientos muy diversos. No debes disculparte por lo que tu crees pero si respetar (y sé que lo haces Fran porque me los has dicho muchas veces) a quienes no creen lo mismo que tu crees ni practican lo mismo.
Como bien comentó Ariel, los judíos no creemos en Jesús. Pero respetamos que hay millones de personas que sí lo hacen y esperamos que ellos nos respeten en nuestras diferencias del mismo modo que nosotros los respetamos a ellos.
No te has equivocado de sitio, simplemente has compartido un entendimiento distinto.
Saludos
Quería decir tefilin.
No problem, Ariel.
Se entendió.
Hola Diego
Muy interesante tema y esclarecedoras tus disertaciones,disfruto y aprendo mucho,te siento inspirado y estudioso de la historia, con gran capacidad critica y reflexiva, muchas gracias por compartirnos tus inquietudes.
Un abrazo.
¡Un placer Guillermo!
¡Gracias por enviarme un mensaje inspirador!
Otro Abrazo
Muy buen articulo, sigue asi.
Un abrazo, me identifique mucho con tus comentarios.
Hoy precisamente estuve pensando acerca de este tema «la verdad absoluta» y me di cuenta que, donde hay dos judíos siempre habrá siempre tres opiniones, enriqueciendo esa verdad, a la cual convengen siempre: Hay un solo Dio Altísimo, el Dios de Avraham Yidsac y Yacob. Entendí lo que quería Nimrod, un idolo humano alejado de HaShem, hoy lo llaman globalización, era un visionario adelantado milenios en la historia, diciendo que: En este momento de esa misma historia, no se cumplió su sueño antes, en este presente, vemos la revolución politica porque alejados de HaShem, somos muchos hombres sin objetivo en común, formando alianzas políticas por conveniencia llevados los apegos dañinos, o llamada corrupción, un reino necesita un rey, osea que, todo se trata de política. Independientemente de la religión. Los judíos fuimos, somos y seremos perseguidos y obligados por estas posturas. HaShem creo todo en absoluto, lo dejó a medias para el hombre, esa mente creadora la tenemos todos, somos su creación mas preciada por eso nos dio la libre elección de aprender de todo, para llegar a la conclusión antes mencionada. Shemá Israel EloKeinu Adonay Ejad.