Hay dos bendiciones que anteceden a la recitación del Shema Israel en la plegaria judía: primero agradecemos a Dios por Su Creación y segundo le agradecemos por habernos dado Su Amor (el cual en la tradición judía es entendido como la Tora). Hemos estado analizando en las últimas publicaciones aquello que Dios hace o hizo y en esta publicación volvemos a sorprendernos con lo que nuestra tradición ha preservado sobre el accionar de Dios al momento de la Creación.
En la publicación “Dios ¿creó u ordenó el mundo?” pudimos entender que lo que se lee del relato bíblico es que Dios no creó el mundo sino que lo ordenó. La palabra Creación en el judaísmo no debería ser entendida como “hacer algo de la nada” sino como “tener la posibilidad de controlar el material cósmico”. Cuando Dios comienza a crear tiene que lidiar con una tierra que ya estaba sin forma y vacía además de poseer oscuridad y abismo. Todas estas cosas estaban allí en forma caótica (tohu va-vohu) antes del comienzo del proceso de la Creación.
Justamente lo que pudimos analizar luego en la publicación siguiente titulada “Dios versus los desastres naturales e históricos” es que la Creación tuvo una fuerte oposición por parte de este material preexistente. Según el Salmo 74:12-17, para ordenar el caos preexistente Dios tuvo que “pelear” y así contener la naturaleza (lo cual tal vez explique porqué cada tanto la naturaleza misma parece salirse de los límites y destruir en terremotos, tornados y tsunamis a miles de criaturas inocentes).
Pero lo más fascinante es que la plegaria de la Creación –es decir el texto que los Rabinos compusieron sobre este tema- se imagina una Creación completamente distinta de estas dos que figuran en la Biblia misma. Además los Rabinos llegaron a la conclusión que en realidad la Creación no sucedió una sola vez sino que literalmente sucede a cada instante permitiendo así que el mundo siga existiendo gracias la dependencia continua de la presencia Divina. La Creación no fue. La Creación es. O mejor dicho, sigue siendo.
La plegaria de la Creación en el rezo cotidiano judío fue absolutamente inspirada en un pasaje del profeta Isaías 45:7 (en hebreo Ishaiahu) que dice:
Yo formo la luz y creo la oscuridad
Yo hago la paz (o el orden, shalom) y creo el mal
Yo Dios hago todas estas cosas
Según este profeta hay un sólo Dios que crea absolutamente todo incluyendo el mal. Sin embargo cuando los Rabinos decidieron utilizar este texto lo retocaron un poquito y terminó escrito lo siguiente en el Sidur (libro de rezos):
Bendito eres Tu…que formas la luz y creas la oscuridad, haces la paz (shalom) y creas todas las cosas.
Hay dos temas que emergen de este sutil retoque rabínico del pasaje de Isaías que termina en nuestras plegarias. Primero, Dios parece ahora ser el Creador de la oscuridad y sin embargo en el Capítulo 1 del Génesis (Bereishit) la oscuridad era parte del material preexistente que Dios ordenó. Si bien Dios separó la luz de la oscuridad, el relato es muy claro en demostrar que la oscuridad estaba antes que «fuera la luz». Segundo, ¿qué ocurrió con la noción que Dios crea mal? En su lugar nos encontramos ahora con la idea que Dios crea “todas las cosas” (lo cual incluye el mal). Tal vez el autor de la plegaria no tenía problemas en declarar que Dios había creado la oscuridad (aún cuando el relato de la Creación no dice eso) pero claramente se sentía terriblemente incómodo de agradecerle todas las mañanas a Dios por crear el mal.
Así la plegaria que recitamos sobre la Creación de Dios todas las mañanas rechaza la historia bíblica de la Creación. La Creación según esta plegaria ya no es “Dios ordenando la anarquía preexistente” sino Dios creando literalmente la anarquía en el mundo (además de la oscuridad). Incluso este Dios no está limitado por las fuerzas naturales de la creación o los desafíos de la historia: ¡este Dios crea todas las cosas!
Finalmente las implicancias teológicas que surgen al declarar en esta plegaria que Dios crea el mal o el caos (puesto que lo crea todo) son escalofriantes. Cuando analizamos en publicaciones previas por qué hay enfermedades congénitas o por qué la gente buena sufre nos encontramos antes dos posibles respuestas: Dios es el responsable o tal vez hay cosas que escapan al poder o control de Dios. Claramente para la visión tradicional judía -incluida la del profeta Isaías- Dios es el responsable de todo y en consecuencia este “buen Dios” al que le rezamos todos los días es el responsable del sufrimiento en nuestras vidas y en el mundo. Más complejo resultaría elegir la segunda opción porque así deberíamos convivir con la noción que en el fondo ¡Dios no es omnipotente!
Saludos Diego:
Tremenda interrogante, que nos dejas Diego para analizar, cada palabra si es que es la verdadera, en la cual el Creador hizo o creó todo. nos vemos en otro artículo, Diego, tengo para pensar analizar y escudriñar.
Rene de Leon
Gracias por tu comentario Rene.
Siempre es bueno pensar y analizar 😉
Saludos
QUERIDO DIEGO. SALUDOS.QUE MARAVILLOSA LECCION, ES FASCINANTE .MIRA YO CREO QUE CIERTAMENTE DIOS ES EL AUTOR DE TODAS LAS COSAS. BUENAS Y LAS QUE A NUESTRO PARECER SON MALAS PORQUE NOSOTROS TENEMOS UNA MENTE FINITA NOS ES DEMASIADO DIFICIL ENTENDER PORQUE DIOS PERMITE EL MAL. PERO YO HE VISTO DETRAS DE ALGO APARENTEMENTE MALO UNA LECCION YHASTA UNA BENDICION.DIOS ES AMOR Y QUIERE BIEN PARA NOSOTROS .MAS SUS PENSAMIENTOS SON MAS ALTOS QUE LOS NUESTROS ETC. HASTA PRONTO QUERIDO AMIGO TUS LECCIONES SON MARAVILLOSAS GRACIAS
Gracias Aura por tus saludos y por compartir tu entendimiento.
Para la tradición judía también existe la idea que lo a que nosotros nos parece malo muchas veces termina siendo bueno…solo hay que tener fe y esperar a ver el resultado final!
Saludos
SHALOM, Sería bueno entender si lo malo es creación o sencillamente un resultado de lo bueno; la oscuridad fue creación o simplemente no había luz, y en otro orden de ideas creo que lo malo es circunstancial, por ejemplo ¿es malo corregir al hijo? o llegado el caso, ¿castigarlo?no, no es malo, es muy bueno,malo sería no hacerlo.