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En nuestras últimas dos publicaciones sobre el Judaísmo Medieval intentamos armar el encuadre que nos va a permitir entender aquello que analizaremos en esta publicación y eso es el efecto de las Cruzadas en la historia judía. Si lo recuerdan primero hablamos sobre el emergente de las comunidades judías en el Norte de Europa y vimos que por razones económicas los judíos habían sido invitados a instalarse especialmente en lo que hoy nosotros llamamos Alemania (aunque para ese momento no existía aún la Alemania unificada que nosotros conocemos hoy). Y luego analizamos brevemente en la publicación anterior la actitud de la Iglesia y el cristianismo con respecto al judaísmo desde el nacimiento del cristianismo mismo hasta el año 1096 que es cuando comienza justamente la primer Cruzada.
La «tolerancia» de San Agustín
Lo último que mencionamos sobre las relaciones entre la Iglesia y los judíos debe ser recordado nuevamente en esta publicación porque lo que veremos a partir del año 1096 es un contraste enorme en estas relaciones . Lo que me refiero es que hasta el año 1096 la posición principal de la Iglesia estaba basada en la “tolerancia” de San Agustín que implicaba lo siguiente: los judíos han recibido el decreto de vivir una existencia miserable debido a su rechazo de Cristo. Su condición y existencia sirve para demostrar la victoria de la Iglesia y en consecuencia los judíos no deben ser atacados ni forzados a convertirse al cristianismo ya que solo Jesús en el Día del Juicio Final va a quitarles a los judíos sus ceguera y guiarlos para que abracen la verdadera fe cristiana. En pocas palabras esta “tolerancia” declaraba que si bien los judíos deben ser aislados y considerados sirvientes de los cristianos, según San Agustín no deben ser lastimados ni molestados. Va en contra de la Ley Católica lastimar y torturar brutalmente a los judíos o en extensión a cualquier otro ser humano. Y lo más importante es que nadie tiene el derecho para obligarlos a convertirse al cristianismo ni tampoco tiene el derecho para tocarlos ni lastimarlos. Solo con la intervención super-natural de Dios los judíos verán la luz del día y caminarán solos hacia el bautismo. Esta postura asume que finalmente los judíos se convertirán al cristianismo pero no está en el poder de los cristianos el obligar a los judíos a que se conviertan ni tampoco lastimarlos o dañarlos. Quizás muchos puedan creer que en efecto esta “tolerancia” es medio cínica pero al mismo tiempo al menos argumenta que no hay que molestar al judío y dejarlo solo. No hay que atacarlo. Y esta parece ser la posición oficial de la Iglesia al menos hasta el siglo XI. Sin embargo lo que emerge luego del siglo XI hace explotar esta supuesta postura y “tolerancia”.
Lo importante que debemos remarcar es que el cambio en estas relaciones no es necesariamente algo que comienza con la Iglesia misma sino que lo que tenemos aquí es un fenómeno social de gente que no está tan educada como los líderes cristianos y que decide por cuenta propia actuar en forma violenta precipitando un nivel de violencia contra los judíos que no era algo que originariamente había comandado la Iglesia. Así que supongo que la pregunta que deberíamos hacernos para comenzar a explorar estos temas es quién es la Iglesia y a qué nos referimos cuando hablamos del cristianos en este período ¿Hablamos del Papa, de los curas o de la persona común y corriente que se considera a si misma cristiana? Y por supuesto todas estas son preguntas difíciles de responder.
El llamado a las Cruzadas
A lo que nos referimos con todos estos cambios es al llamado por parte del Papa Urbano II a realizar la Primer Cruzada en el año 1096 para “liberar” la Tierra Santa de manos de los infieles que eran los musulmanes. ¿De qué modo afecta esto a los judíos? ¿O por qué deberían los judíos preocuparse en toda esta historia de la Iglesia en contra de los musulmanes? Por supuesto que había muchos judíos viviendo en lo que desde el año 135 EC había sido renombrado Palestina por el Emperador Romano Adriano y de alguna manera los judíos nunca se habían ido del todo de la tierra de Israel. Siempre había judíos yendo y viendo de allí. Pero el llamado de la Iglesia era claramente en contra de los musulmanes y el Islam.
Pero esta Cruzada tiene un efecto secundario que recae en los judíos porque a medida que miles de cruzados comienzas a organizarse en Francia para comenzar a cruzar Europa hacia la Tierra Santa crean su propio momento de frenesí, locura y violencia que ni si quiera los propios líderes cristianos pueden disciplinar o controlar. Este delirio religioso y violento va en aumento hasta el momento que llegan los cruzados a la zona del Rio Rín (que mencionamos en nuestra publicación sobre los origines del judaísmo en el Norte de Europa) y se encuentran justamente con todas estas pequeñas comunidades judías en zonas como Meinz, Speyer y Worms. Y ante este encuentro con los judíos los cruzados de alguna manera se hacen la siguiente pregunta: “si estamos cruzando el mundo para ir a eliminar o asesinar a los infieles y limpiar la Tierra Santa ¿qué hacemos con los infieles que están de paso en nuestras tierras?”. En otras palabras en el crecimiento de violencia hacía el Islam, todo este grupo decide atacar ahora a los judíos también o mejor dicho a todo aquel que parezca sospechoso o no cristiano. Pero esta decisión no fue ordenada desde la Iglesia misma o sus líderes sino que es el resultado de la motivación de gente poco educada que no puede discernir el daño que están realizando al lastimar o asesinar a otra personas en el nombre de una causa religiosa. Tampoco quiero que se entienda que estaba bien que fueran a matar a los musulmanes, el emprendimiento en términos generales de las Cruzadas fue algo bastante horrendo para la historia. Recordemos además que la Iglesia ofrecía recompensas para los cruzados y esto atrajo incluso a criminales que formaban parte de la horda de cruzados.
Así la amenaza es muy seria para estas pequeñas comunidades judías y para todo aquel que resulta sospechoso o no cristiano a los ojos de los cruzados. Y frente a este escenario de violencia los judíos se encuentran repentinamente terriblemente desprotegidos. Si recuerdan mencionamos que los judíos habían sido invitados para mejorar la economía y habían recibido el título de “servidumbre de cámara” lo cual implicaba que el Señor Feudal debía protegerlos. Por lo tanto cuando un judío tenía problemas se dirigía a su Señor Feudal y exigía protección. Y eso generalmente funcionaba si el problema era con respecto a uno o dos criminales. ¿Pero qué puede hacer el Señor Feudal frente a miles de personas que vienen violentamente a atacar? Justamente el Señor Feudal y su ejercito no podían ofrecer ningún tipo de contra ataque y generalmente escapaban para salvarse ellos mismos. En conclusión todo esto crea un nuevo escenario en la relación de la Iglesia con los judíos luego del año 1096 y los judíos son los más vulnerables porque no tienen ni ejercito ni poder ni manera de protegerse.
Fuentes y textos de referencia – suicidios en masa
Todo esto es de alguna manera el trasfondo de lo que sucede durante el período de las Cruzadas y su relación con los judíos. ¿Cómo sabemos nosotros sobre todo lo que sucedió? ¿Cuáles son nuestras fuentes o textos de referencia para entender lo que estamos describiendo? Nuestras fuentes principales son 3 crónicas hebreas que fueron escritas entre 50 y 100 años después de los eventos que narran. Y el objetivo de estas crónicas es preservar la memoria de lo sucedido y describir con el máximo detalle posible el efecto de los cruzados sobre las comunidades judías. Las crónicas narran sobre actos de heroísmo por parte de los judíos, el modo en que atacaban los cruzados y los asesinatos en masa. Además de este período se preservan una importante cantidad de poemas litúrgicos escritos también para conmemorar las terribles pérdidas. También hay crónicas escritas en latín por otros grupos que vivían alrededor de los judíos o eran vecinos de ellos y estas crónicas sirven también como pruebas que la gente vio lo que sucedía y estaba también sorprendida por los asesinatos que estaban aconteciendo y esto es importante de mencionar porque refuerza aún más aquello que solo nos llegaría sino de una crónica hebrea. Generalmente menciono que una de las formas en las que uno comprueba una verdad histórica es comparando más de una fuente o texto que describe el mismo evento. Si tenemos dos o mas descripciones de un determinado suceso en la historia (narrado por diversas personas con visiones parecidas pero definitivamente diferentes) podemos llegar a concluir que dicho suceso aconteció ya que fue tan significativo que quedo registrado en varias fuentes distintas.
Las 3 crónicas hebreas describen distintos tipos de confrontación entre los judíos y los cruzados e incluyen descripciones sobre el intento por parte de los judíos de evitar las masacres. Pero lo que resalta en todos estos textos es una forma de lidiar con estas crisis que no tiene precedentes en la historia judía y que resulta lo impensado en una religión como el judaísmo -que celebra siempre la vida-, y eso es que ante la imposibilidad de defenderse de los cruzados las crónicas hebreas relatan el heroísmo de hombres y mujeres que asesinan a su familia y luego se suicidan porque prefieren morir como mártires en lugar de ser “contaminados” o asesinados por los cruzados mismos. De hecho todas estas crónicas narran sobre un valor religioso que definen en hebreo -están escritas en hebreo por supuesto- como kidush hashem o le kadesh et shimja que literalmente significa “la santificación de Tu Nombre” que se refiere al Nombre de Dios. En otras palabras lo que esto significa es que al asesinar a nuestros hijos e hijas y luego suicidarnos para evitar así morir en manos de los cruzados, según estas crónicas estamos realizando un acto heroico en honor a la Santidad del Nombre de Dios. Estamos literalmente convirtiéndonos en mártires ofreciéndonos como los animales que eran sacrificados cuando existían el Gran Templo en Jerusalem como ofrenda para Santificar el Sagrado Nombre de Dios.
Cuando uno lee estas crónicas uno nota un nivel de antagonismo y odio entre judíos y cristianos que llega a los niveles más altos desde el inicio del cristianismo hasta este momento en la historia. Las crónicas hebreas describen a los cruzados orinando sobre libros de Tora y asesinado rabinos mientras que el resto de la comunidad se mantiene fiel a Dios. Pero como ya mencioné es tremendamente triste leer cómo la crónica nos relata sobre esta fe que es articulada a través de hombres y mujeres quienes toman coraje y asesinan a bebes, niños y niñas, maridos y esposas. Y cuando uno lee todos estos textos surgen tantas preguntas diferentes. Tal vez la pregunta más obvia es ¿qué es lo que estos judíos estaban haciendo? ¿Es este el modo que la tradición judía nos dice que debemos actuar? Además la mujer juega un rol predominante en estas crónicas realizando “el acto heroico” de asesinar a sus hijos. ¿Cómo explicamos todo esto? Claramente hablamos de un suceso que se está más allá de la comprensión intelectual de la Ley Judía.
En la tradición judía se establece que hay momentos o situaciones en las que uno debe realmente asesinarse, por ejemplo si uno es forzado a asesinar a otra persona o a cometer una inmoralidad sexual como el incesto o el adulterio en forma pública o adorar a otros dioses. ¿Pero es el asesinato en masa algo que constituye parte de la tradición legal judía? E incluso para complicar aún más el escenario, cuando los judíos sefaradies viviendo bajo la órbita islámica en la época de Maimonides y posteriormente también enfrentaron situaciones parecidas en las que eran obligados a convertirse sus rabinos les decían conviértanse porque la vida es lo más sagrado. Porque está escrito en la Tora en el Libro de Vaiykra, es decir Levítico 18:5 “guardarán Mis estatutos y Mis leyes, por los cuales el hombre vivirá si los cumple”. Los rabinos deducen de este versículo que uno no debe morir antes que transgredir las mitzvot o mandamientos. Este versículo es la fuente de la doctrina que uno no debe poner en peligro la propia vida o la vida de otra persona para mantener una mitzvá. Justamente los judíos cuando brindamos decimos “por la vida”. La vida en el judaísmo es sagrada y es lo más importante. Por lo tanto los Rabinos en el sur condenaban estas actitudes de suicidios en masa y las veían como algo totalmente errado desde la perspectiva judía. Y por lo tanto realmente tenemos un problema aquí porque todas estas crónicas y textos celebran el asesinato en masa. Lamentablemente este un fenómeno que todavía persiste en la modernidad cuando leemos de ciertas sectas que se suicidan en masa porque creen que es el fin del mundo o se vuelve tan paranoica que termina un delirio suicida. Aquí estamos leyendo un fenómeno similar donde asesinarse se convierte en acto sagrado.
¿Entonces cómo explicamos o entendemos estas terroríficas crónicas?
Ciertos historiadores han desafiado la historicidad o veracidad histórica de estos textos. En otras palabras dicen que no deberíamos leer estos textos y comprenderlos en forma literal como eventos que sucedieron tal cual son descriptos. Otros historiadores por el contrario creen que estos textos sí describen literalmente lo que sucedió y que fueron redactados años más tarde por sobrevivientes para honrar así la memoria de las víctimas y de alguna manera poder realizar una construcción teológica que explique las atrocidades sucedidas.
La mayoría de los historiadores resalta un factor común y eso es que sin importar si estos textos describen hechos reales o no la idea de los mártires judíos o la teología de asesinarse santificando el Nombre de Dios forma parte de la psiquis y la constitución de la tradición ashkenazi.
Justamente aquellos que se niegan a considerar estos textos como históricamente verídicos resaltan la función litúrgica que probablemente cumplían. En otras palabras estos historiadores se preguntan ¿cómo eran leídos o presentados estos textos en su propio contexto histórico? ¿Eran leídos en la Sinagoga en el aniversario de los eventos? ¿Eran leídos como parte integral del servicio de recordación en el Día del Perdón? ¿Eran narrados en forma dramática junto a otros poemas penitenciales? Y la realidad es que si uno lee estos textos desde esta perspectiva los mismos se convierten en guiones de recordación y la memoria del sufrimiento mucho más que una descripción detallada de lo sucedido. Y por eso tenemos historiadores que apoyándose en estas ideas dicen que aquellos que leen literalmente estas crónicas como eventos que sucedieron tal cual son descriptos distorsionan la funcionalidad para lo que fueron creados.
Una pregunta central que muchos pensadores han intentado responder se basa en intentar comprender la idea de morir como un mártir. ¿De dónde sacaron estos hombres y mujeres estas ideas? No había nada en la tradición judía que les indicara que debían hacer eso. Una explicación increíblemente irónica que algunos historiadores han propuesto es que si de hecho existe una noción religiosa que está relacionada con la muerte del mártir, es decir una persona que decide dar su vida por alguna causa o un testimonio de su fe en ella, esa noción religiosa es claramente el cristianismo. La idea de mujeres santas que asesinan a sus hijos no pertenece a la constitución existencial judía sino más bien al cristianismo. Incluido ni más ni menos que Jesús quien muere para expiar los pecados de la humanidad. ¿Es posible que los judíos al mismo tiempo que están repudiando al cristianismo, los cruzados y sus ataques están absorbiendo ciertos valores de sus opresores? Nosotros sabemos justamente que existen casos documentos sobre la compleja relación entre el opresor y la víctima donde eventualmente ambos sienten una especie de simbiosis. Lo que podríamos teorizar es que la agresividad cristiana de algún modo comenzó a contagiar y así despertar la agresividad judía.
Hay otra controversia muy interesante sobre este tema que fue propuesta por ciertos historiadores quienes se preguntaron ¿cuál habrá sido la reacción de los cristianos cuando vieron a los judíos asesinar a sus hijos e hijas? Incluso y debido al énfasis con las que estas crónicas celebran el martirio judío los historiadores mismos se han preguntado ¿hasta qué punto los cruzados realmente asesinaron tantos judíos? En la mayoría de las crónicas leemos cuán “orgullosos” estaban los judíos de suicidarse en el Nombre de Dios. ¿Hubieran los judíos muerto en manos de los cruzados si no se mataban antes ellos mismos? Probablemente la respuesta sea que si pero claramente lo que los cristianos vieron fue una ola de suicidios en masa. ¿Sorprendió esto a los cristianos? Ver a los judíos asesinar a sus propios hijos, ¿cambió la perspectiva que los cristianos tenían de los judíos y el judaísmo? ¿Cómo entendieron los cruzados lo que estaban viendo?
Justamente el historiador Israel Jacob Yuval ha presentado un argumento muy interesante que declara que tal vez los cruzados al ver como los judíos asesinaban a sus hijos temieron por la vida de sus propios hijos cristianos creyendo que los judíos podrían también matarlos a ellos. Si pueden comprender el contexto que les estoy presentando van a tal vez sorprenderse con lo que sigue a continuación. Porque apenas terminan las Cruzadas comenzamos a oír por primera vez sobre un tema que va a repetirse a lo largo de toda la Edad Media e incluso tenemos un caso en la Modernidad. Me refiero a lo que se conoce históricamente como “libelos o calumnias de sangre”. Todas estas eran acusaciones falsas en las que se afirmaba que los judíos realizaban crímenes empleando sangre humana durante sus rituales religiosos. Generalmente los libelos de sangre culpaban a los judíos quienes cometían “teóricamente” una recreación de la muerte de Cristo sacrificando a niños cristianos durante la celebración de Pesaj y luego utilizaban su sangre para hacer matza o el pan ácimo que se come durante dicha celebración. Históricamente estas acusaciones alegaban que la sangre de niños cristianos era especialmente apreciada. Lo que es increíble es que tenemos casos de libaciones de sangre a los largo de todo Europa durante los siglos XII, XIII y XIV apenas terminan las Cruzadas.
Por supuesto que debemos dejar en claro que todas estas acusaciones son falsas y los judíos no utilizamos la sangre de nadie para ningún ritual judío ni tampoco asesinamos niños cristianos. Pero toda esta experiencia sirve tal vez para poder comprender de donde surge todo este mito sobre las libaciones de sangre. De todos modos otros historiadores han cuestionado estas ideas declarando que es ridículo culpar a las víctimas por los crímenes que los cruzados realizaron y que están documentados en más de una fuente no judía también. Claramente lo de Yuval es una especulación pero es interesante simplemente a modo de especulación para tratar de seguir entendiendo el impacto que tuvieron estos suicidios en masa tanto para los judíos como para los cristianos que vieron eso.
Efecto de las Cruzadas
El resultado de las Cruzadas y los judíos cometiendo asesinatos en masa es muy significativo para el resto de la historia judía. Las relaciones entre los judíos y cristianos cambiaron significativamente luego de estos eventos a pesar que en el corto plazo la comunidad judía logra recuperarse. Alrededor de 5000 judíos murieron o se quitaron la vida durante la primer Cruzada (nuevamente no podemos estar seguros cuántos fueron asesinados y cuántos decidieron suicidarse) y lo mismo ocurrió pero en menor escala en las Cruzadas subsiguientes donde finalmente se logra de alguna manera controlar a las masas de cruzados. Claramente la primer Cruzada de 1096 es la más significativa con respecto a lo que sufrieron los judíos en el Norte de Europa.
Si bien las comunidades judías de Europa logran reconstruirse y volver a la situación económica, política, social y religiosa que habían tenido hasta el año 1096 un precedente muy significativo había sido instalado ahora. Y ese precedente indicaba que las comunidades judías podían ser físicamente atacadas y lastimadas. Lo que podemos decir es que realmente las Cruzadas marcan un punto de inflexión en las relaciones entre los judíos y los cristianos en la Edad Media y de aquí en adelante durante los siglos XII, XIII y XIV las cosas se van a poner cada vez peor con respecto a este tema y ahí veremos finalmente el emergente del antisemitismo (que si han prestado atención no he utilizado esta palabra hasta ahora en nuestra serie sobre el Judaísmo Medieval porque definitivamente no comienza a ser una realidad hasta el siglo XIV).
Con las Cruzadas finalmente la “tolerancia” de San Agustín se quiebra. Recuerden que San Agustín decía que los cristianos no debían lastimar ni forzar a la conversión a los judíos porque esa era la tarea de Jesús y no de los seres humanos. Pero aquí podemos ver como viniendo desde abajo y no impuesto como una orden que viene de arriba (es decir del Papa o los líderes cristianos) un numero grande de cruzados tomaron la Ley de Cristo por mano propia e iniciaron actos terriblemente agresivos que generaron una reacción en los judíos que terminaron suicidándose y expresando, al menos en forma literaria, un repudio y odio enorme hacia el cristianismo.
Las atrocidades de las Cruzadas no representan el punto más bajo en las relaciones entre judíos y cristianos en la Edad Media ya que el punto más bajo realmente llegaría 200 años después. Pero sin dudas las Cruzadas marcan un punto significativo.
El legado de la tradición ashkenazi luego del impacto de las Cruzadas
Lo último que quiero hablar aquí es sobre el impacto que todo esto deja en la tradición ashkenazí. Con la destrucción de las comunidades en la zona del Rio Rin (que eran el centro de la vida rabínica de la tradición ashkenazí)las comunidades de Meinz, Speyer y Worms pierden su importancia debido a las masacres de las Cruzadas. Uno de los más importantes estudiantes de estás academias, especialmente la de Worms, es un hombre que ya hemos nombrado en nuestra primera publicación sobre los orígenes del judaísmo en el Norte de Europa y esa persona es RaShi. Incluso nuestra próxima publicación va estar dedicada enteramente a RaShi y su legado. Rashi absorbe toda la tradición rabínica ashkenazí de estas comunidades y durante el período de las Cruzadas regresa a su ciudad natal que es Troyes al norte de Francia y crea su propia academia rabínica. Es decir que otro de los efectos secundarios que dejan las Cruzadas es este cambio de locación en la tradición rabínica e interpretativa ashkenazí que se muda ahora de la zona del Rio Rin a Francia y esta es una clara transformación en la tradición rabínica del Norte de Europa. Cambia de centro y eso no es un detalle menor.
El otro impacto aún más significativo que el mero cambio de locación es que RaShi decide poner por escrito todo lo que ha absorbido, todo lo que ha aprendido de la tradición interpretativa ashkenazí de la zona del Rio Rin. Por lo tanto lo que había sido una cultura oral en Alemania e interpretativa se convierte ahora en una cultura escrita en Francia gracias a RaShi y sus estudiantes que se dedican a escribir todas las interpretaciones que venían del Rio Rin. Y en los siglos posteriores esta tendencia va a ir en aumento creando realmente todo un material extraordinario que se dedica a la interpretación de textos e incluso y más complejo veremos luego la interpretación de la interpretación de estos texto. En otras palabras, con el paso del tiempo los estudiantes de RaShi no solo interpretarán los textos sino y más sofisticado aún interpretarán las interpretaciones que hizo su propio Maestro de dichos textos. Así que todo esto es claramente el resultado del impacto que tienen las Cruzadas también
El último comentario es volver a remarcar el valor, el perfil y el legado extraordinario de estas pequeñas comunidades judías que se originan en la zona del Rio Rin a partir del siglo IX aproximadamente y crean lo que hemos definido en publicaciones previas como la tradición cultural ashkenazí.Hablamos de una tradición que eventualmente se moverá hacia Francia, el resto de Europa para incluso llegar por primera vez alrededor del 1300 a Europa Oriental (es decir Polonia, Lituania y partes de Rusia) y siglos más tarde se moverá nuevamente hacia el Oeste llegando hacia el continente americano donde encontramos aún judíos como quien les está hablando que son herederos de la tradición rabínica e histórica del perfil ashkenazí. E irónicamente -y siendo yo mismo un heredero mucho más claro de la tradición ashkenazí que sefaradí- debemos entender que hablamos de una tradición que se consolida en el concepto de kidush hashem. Quiero remarcar una vez más esta idea del sufrimiento y la relación tipo mártires que tiene esta tradición ashkenazi con el judaísmo y que marca claramente la experiencia cultural de los judíos herederos de toda esta tradición. La idea de la celebración por parte de los sobrevivientes que los judíos que murieron lo hicieron como mártires suicidándose o sacrificándose en el Nombre de Dios y por ese motivo son elevados y glorificados por dicha acción se convierte un elemento que define la personalidad y la liturgia de la tradición ashkenazí. Y todo esto no lo vemos tan presente en la tradición sefaradí y eso es porque los judíos que vivieron durante la Edad Media en el Norte de Europa y bajo dominación cristiana, es decir los judíos ashkenazim, sufrieron muchísimo más que sus colegas que vivían bajo la dominación musulmana. Por este motivo en la psicología de esta tradición también se impregna una sensación fuerte de rechazo e incluso en algunos casos repulsión hacia la religión cristiana ya que es asociada con los cruzados y las masacres perpetradas. Esto no quiere decir que estas ideas aún continúan pero claramente hay un legado psicológico, religioso, litúrgico e incluso sociológico en la tradición ashkenazí que ve al cristiano o al no-judío como un ser malvado cuya misión es destruir al judío y la tradición judía. Así que no podemos ocultar esto que está presente en el valor que tiene el mártir para la tradición ashkenazí y las ramificaciones que tendrá esta idea de morir como mártires en la cultura judía de los siglos posteriores.
Los judíos de todos modos no volverán a morir como mártires ni seguir proponiendo una teología que asume el suicido en masa y por eso hablamos de una experiencia realmente única en la historia judía. Pero lo que si vemos es que la memoria histórica de estas doctrinas es muy poderosa y dejarán su marca. Por lo tanto y para concluir podemos decir que al estudiar este período y estas comunidades tenemos que lamentablemente lidiar con la tradición del mártir que prefiere morir en nombre de su causa (aún cuando como vimos la tradición judía no exige eso) y el comienzo del declive en la relación entre judíos y cristianos en los siglos que vendrán. Un período que no fue olvidado por las siguiente generaciones.
Muy interesante!
¡Gracias Eduardo!
Es maravillaso cuando nos damos cuenta de las acciones del creador y como se vale de cualquier cosa para educarnos bendito sea EL,muy bien dices tu y yo creo que el gran pueblo judío se queda muy corto en no sentir más odio por ésa tal llamada iglesia,D-os libre sintamos odio alguna vez por el proximo. gracias diego por ayudarnos a salir de mucha ignorancia lo digo en mi caso personal
Diego
La orden de atacar a los infieles que estaban ocupando «la tierra santa» salió del líder máximo de la así llamada «iglesia». La decisión partió de la cúpula o pirámide de autoritarismo. Las masas ignorantes de «cristianos» que obedecieron ese llamado, no conocían Las Escrituras, pues en esa época y por muchos siglos, la Palabra de Dios se entregaba al pueblo en Latín (para ellos lengua sagrada) Las masas de feligreses que asistían a las liturgias católicas nunca entendieron nada y fueron enseñados a comunicarse con Dios a través de rituales místicos que nada tienen que ver con la Palabra de Dios.
Es para repudiar los hechos cometidos por esos seudo «cristianos». Por eso es que siglos más tarde vino La Reforma Protestante… que tampoco fue una solución total a todos los males que arrastraba el cristianismo institucionalizado. La verdadera esencia de ser cristiano se manifestó en pequeñas comunidades a partir del siglo XI : Anabaptistas, Los hermanos Moravos, y muchos otros que sufrieron persecuciones por la iglesia Católica, fueron ahogados en lagos y ríos, torturados, prisioneros, y muertos de distintas formas.
La idea de mártir implica ser «Testigo» de una causa. En este caso ser testigo de la Verdad que Dios nos entregó por medio del evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lo contradictorio, es que quienes tenían la representación de este testimonio, se hayan vuelto enemigos y persiguieran a quienes habían vuelto a las fuentes del cristianismo.
Los mártires cristianos no buscaron la muerte ni menos el suicidio… les quitaron la vida. No se suicidaron
Ha habido sectas arrastradas por liderazgos errados que han llegado al suicidio… pero la historia juzga que esos actos no son ni representan el espíritu de Cristo.
La muerte de Cristo por salvar a la humanidad, no fue un suicidio, todas las ofrendas del culto hebreo están representadas en el sacrificio de Cristo, entre las cuales está el Holocausto…ofrenda voluntaria de olor grato.
Aunque Cristo advirtió a sus discípulos que seróan sus mártires (testigos) lo serían porque por causa de sostener el anuncio del evangelio en ambientes hostiles serían muertos y así fue. Un Millón de cristianos, según algunas estadísticas, muerieron matirizados en los primeros dos siglos bajo el Imperio romano.
Los Moravos oraron cien años por el mundo entero y por la restauración de la iglesia y sus oraciones fueron escuchadas a fin de que las verdades ocultas por siglos por la iglesia romana salieran a la luz.
MEe gustaría mucho saber en qué parte de los textos de San Agustin éste sostiene que «los judios debesn ser aislados y considerados sirvientes de los cristianos»… Eso reza exactamente esta página, en el tramo titulado «la «»tolerancia»» de San Agistín». – MUCHAS GRACIAS –