Mientras termino de preparar la próxima publicación sobre Maimonides quería compartir con ustedes dos lecciones muy interesantes que Maimonides nos enseñó y que son muy importantes para nuestros días. La primera lección que aprendemos surge de su obra filosófica. Maimonides decidió escribir “La Guía de los Perplejos”, su obra filosófica más importante, en árabe y no en hebreo. Claramente lo que él buscaba es que este texto sea leído por judíos y por no judíos también. Por lo tanto vemos que Maimonides creía que el judaísmo debía ser compartido en forma abierta con todo el mundo.
Maimonides sabía que el desafío del judaísmo es traerlo al mundo y no separarlo del mismo. Maimonides nos enseñó que si los judíos tenemos algo importante que decir deberíamos estar gritándolo desde los balcones o los techos de las casas en lugar de andar susurrándolo los unos a los otros. Si la única gente con la que uno habla son judíos, si lo único que uno estudia y sabe es sobre judaísmo entonces ¿qué tipo de mensaje puede uno compartir con las demás naciones y pueblos? Si la única gente con la que uno vive y se relaciona son judíos ¿cómo se supone que uno va a ser una or lagoim (es decir una luz para las naciones o pueblos)? Y por eso Maimonides (al igual que Saadia Gaón y cientos de rabinos medievales más) se pasaba horas enteras leyendo filosofía griega para entender cómo pensaban quienes no seguían la tradición judía. Pero lo que es más importante es destacar que lo que leía inevitablemente le hacía reflexionar sobre su propia tradición judía. Es decir que cuando Maimonides leía Aristóteles no es que simplemente pasaba los ojos sobre lo escrito y lo olvidaba para siempre sino por el contrario: Maimonides incorporaba ciertos ideales que no pertenecían a la tradición judía y luego dichos ideales influenciaban inevitablemente la forma en la que el leía los textos judíos.
Y justamente por eso lo segundo que aprendemos de Maimonides y que se relaciona con lo que acabamos de mencionar es que Maimonides sabía que uno no conoce de judaísmo si judaísmo es lo único que uno conoce. Del mismo modo que nosotros hablamos la lengua de la tierra en la que nacemos también absorbemos sus ideas y algunas de ellas están en consonancia con nuestra tradición y otras no. Y este es el motivo por el cual Maimonides -uno de los más grandes filósofos de la historia judía- cita una y otra vez en su libro filosófico “La Guía de los Perplejos” a un hombre que el llama El filósofo y esa persona es Aristóteles. Aristóteles no era un judío, entonces ¿por qué esta Maimonides citándolo una y otra vez? Y la respuesta es que Maimonides sabía que Aristóteles también tenía cosas importantes para enseñarnos. En lo personal me resulta muy triste leer y escuchar a muchos de los rabinos de la actualidad y en especial a los Rabinos Ortodoxos y jasídicos quienes jamas citan a un pensador o filósofo que no sea judío. Y esto es una perdida y no una ganancia. Porque tal vez esto los sorprenda pero los judíos somos un poco más de 13 millones en un planeta que tiene más de 6 billones de habitantes. Y es importante reconocer que el resto del planeta también tiene algo interesante para decir acerca del mundo. Y si uno cierra sus oídos no solo que no aumenta su fe y su santidad sino que de hecho disminuye su conocimiento y su sabiduría. Y en consecuencia no es verdad que los extremistas en la historia son siempre los más auténticos.
Si uno no sabe nada de la historia en general resulta muy difícil comprender la historia judía en particular que no sucede aislada del mundo o en otro planeta. Y este es el motivo por el cual Maimonides era un médico y sabía de ciencia, matemática y filosofía además de judaísmo.
En la modernidad y especialmente en los últimos años ha surgido una tendencia novedosa entre algunos grupos judíos que deciden por voluntad propia aislarse de las culturas circundantes (al estilo de los Amish http://es.wikipedia.org/wiki/Amish) y no solo utilizar prendas de vestir particulares de un período histórico y de una geografía determinada sino sostener los ideales de dicha locación y dicho período como constituyentes de la forma de vida que hay que llevar también en otra geografía y en otro tiempo completamente distinto. Incluso estos grupos creen que la manera correcta de educar y formar a las nuevas generaciones de judíos es haciendo que sólo lean y estudien textos sobre judaísmo escritos por judíos que comparten los mismos ideales que ellos. Simultáneamente estos grupos sugieren a las nuevas generaciones no dedicarse a estudiar otros autores (en especial si no son judíos) o evitar ir a una Universidad para adquirir otros estudios además de los talmúdicos.
No hay que ser crítico de esta decisión. Cada uno tiene la libertad de elegir vivir la vida como quiera vivirla. No es para nada un problema para mi que un hermano judío elija vestirse como lo hacían algunos judíos hace 200 años en Polonia o Lituania. Ni siquiera me molestaría que un judío quiera ser fiel a una tradición incluso más antigua que esa y use un turbante como hacía el propio Maimonides en el medievo o que de hecho decida usar una remera y un jean. Tampoco me molesta que un judío decida leer solo autores judíos o crea que un libro escrito hace 700 años posee más sabiduría que uno escrito hoy.
El problema en realidad comienza cuando yo me visto de una manera y pretendo que el otro también se vista como yo. O para ser más precisos el problema realmente comienza cuando yo pienso de una manera y necesito que el otro piense del mismo modo que yo lo hago.
Para concluir creo que la verdadera lección de Maimonides es que debemos vivir el judaísmo en el tiempo que nos toca vivir y no el judaísmo de otro tiempo distinto al propio. ¿Acaso deberíamos vivir la modernidad judía como si fuéramos judíos medievales? La famosa ilusión del viaje en el tiempo es en realidad un gran problema. Solo imaginen que ocurriría si Maimonides se despertara hoy y fuera a una clase de filosofía en la Universidad: probablemente no entendería nada más allá de aquello que alcanzo a leer hasta el año 1204. ¿Creen ustedes que Maimonides no se actualizaría con lo escrito desde 1204 hasta 2012?
Recuerdo siempre a un profesor muy querido del Conservatorio de Música que me decía que el problema actual es que la mayoría de la gente no vive la música de su tiempo sino la música del tiempo de Bach, Mozart o Chopin.
Maimonides nos enseña que el verdadero judaísmo es el que debe vivirse de acuerdo al espíritu del tiempo que a uno le toca vivir. Si Maimonides hubiese conocido la obra de Kant, Hegel, Nietzsche, Wittgenstein o incluso Heidegger seguramente los hubiera leído para comprender más acerca de su propia tradición.
Probablemente Maimonides sentiría que tomar la decisión de nunca leer otros autores que no son judíos sería ir en contra de la propia tradición judía.
BH este tema sin lugar a duda genial!!! Si estos temas llegarán a más Judíos en el mundo sería genial, van directamente a la razón y al corazón.. Si mi muy estimado sería bueno encuadernar todos estos temas y crear un libro… Un abrazo a distancia pero créeme vibramos al mismo conocimiento..
Estimado Ad,
nuevamente gracias por tus comentarios. Me alegro te gusten estas publicaciones! No te preocupes que ya han empezado a llegar a más judíos tambien!
Saludos,
Diego
Hola Diego, shavua tov! te felicito por el ebook, una herramienta muy útil para cada judío, y por los cambios que has ido aplicando al blog. Se nota que estás aprendiendo marketing online con los que saben 😉
Debo admitirte que hay partes de tu artículo que me parecen sacadas de contexto. Paso a enumerarlas y dar mi punto de vista:
1. «La primera lección que aprendemos surge de su obra filosófica. Maimonides decidió escribir “La Guía de los Perplejos”, su obra filosófica más importante, en árabe y no en hebreo. Claramente lo que él buscaba es que este texto sea leído por judíos y por no judíos también. Por lo tanto vemos que Maimonides creía que el judaísmo debía ser compartido en forma abierta con todo el mundo».
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RTA: Me gustaría que desarrolles un poco más tu punto, porque a la vista del objetivo del libro y del contexto en el cual fue escrito, está claro que Rambam escribió la «Guía de los Descarriados, Tratado del Conocimiento de Di-s» en árabe porque era la lengua más utilizada en su lugar, en su época, y justamente la obra estaba dirigida a aquellos judíos que se estaban asimilando a la filosofía griega. ¿Quiénes son sino los descarriados?
Además, si es cierto lo que afirmás, que «Maimonides creía que el judaísmo debía ser compartido en forma abierta con todo el mundo», ¿por qué escribe en Mishné Torá (Sefer Shoftim, Melajim uMiljamot, halajot 9 y 10) que un goy que estudia Torá debe ser castigado? ¿Qué judaísmo debe ser compartido en forma abierta con todo el mundo si no es Torá? ¿Knishes? ¿Klezmer? Con eso no hay problema, pero creo que te referías a Torá; al menos de eso estaba hablando el Rambam…
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2. «Si la única gente con la que uno habla son judíos, si lo único que uno estudia y sabe es sobre judaísmo entonces ¿qué tipo de mensaje puede uno compartir con las demás naciones y pueblos? Si la única gente con la que uno vive y se relaciona son judíos ¿cómo se supone que uno va a ser una or lagoim (es decir una luz para las naciones o pueblos)?»
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RTA:
Creo que para definir un concepto hay que remitirse a su origen. ¿De dónde sale «Or Lagoim? De Ishaia 49:6 y 51:4. Si alguien se encarga de leer los comentaristas clásicos del Naj, va a notar que existe una incorrecta y muy difundida interpretación general del concepto.
Si bien los comentaristas tienen enfoques diferentes sobre el pasuk (que si los comparamos, veremos que no son contradictorios, bajo el principio de «elu v’elu Divrei Elokim Jaim»), ninguno extrae de ahí una mitzvá o principio relacionado con enseñar Torá al resto de los pueblos, ni abrir las clases a todo el mundo o algo por el estilo. El Rambam mismo, a quien tomás como ejemplo, escribió -como cité más arriba- algo que responde tus dudas en otros posts acerca de por qué las clases de judaísmo «ortodoxo» no son abiertas.
Rashi, en su comentario a Ishaia 42:6 dice claramente: «cada tribu es llamada una nación («goi») por sí misma, como está escrito (Bereshit 35:11): «Una nación y una congregación de naciones (goim)». Para los que no tengan un Tanaj con Rashi a mano, pueden chequear este link: http://www.chabad.org/library/bible_cdo/aid/15973#showrashi=true
A su vez, el Radak, sobre el pasuk (49:6), y el Metzudot David (51:4) explican que la profecía de ser una luz para las naciones se cumplirá cuando llegue el Mashiaj, cuando los no-judíos vean la verdad de HaShem.
A la luz de estos comentarios, la respuesta a tu pregunta sería que no hay necesidad ni obligación de compartir un mensaje con las demás naciones o pueblos. Y aunque existan grupos que sólo se relacionen y vivan con judíos, pueden ser tranquilamente parte de «or lagoim» porque el vivir de esa manera no contradice el concepto, según los principales comentaristas bíblicos. Obviamente debemos estar en buenas relaciones con todo el mundo, pero eso es otro tema…
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3. «En lo personal me resulta muy triste leer y escuchar a muchos de los rabinos de la actualidad y en especial a los Rabinos Ortodoxos y jasídicos quienes jamas citan a un pensador o filósofo que no sea judío».
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RTA:
El hecho de que el Rambam haya utilizado a Aristóteles en su Guía no implica que citar a pensadores o filósofos no judíos sea parte integral del judaísmo. Más bien parece ser que, debido a la asimilación judía a la cultura griega que renacía en su época, fue necesario demostrar «desde adentro de la filosofía» que la Torá está en lo cierto. De eso se trata el Libro Segundo de la Guía.
Es cierto, como decís, que el Rambam sabía que Aristóteles también tenía cosas importantes para enseñarnos. Pero eso no tiene nada que ver con Torá. El Rambam alababa la jojmá y la biná de Aristóteles, algo que no contradice para nada el pensamiento judío. Coincidía con Aristóteles en las bases de la filosofía y en la mayoría de sus postulados. Pero cuando Aristóteles habló de la eternidad del universo, el Rambam lo contradijo con los mismos postulados de la escuela peripatética que Aristóteles fundó. Por eso no vemos que el Rambam deduzca leyes de la Torá en su Mishné Torá a partir de Aristóteles o filósofos griegos. No van de la mano.
A propósito, Rabenu Bajie, en su Jovot HaLevavot -que también utilizó principios de la filosofía griega para la estructura de su obra- establece que la sabiduría está divida en 3 partes: jojmá (conocimiento), biná (comprensión) y daat. Las dos primeras son intelectuales, propiedad de todos los pueblos, pero la tercera es vivencial, es el conocimiento de Di-s a través de la Torá, y sólo pertenece al pueblo de Israel. Esto se demuestra en la oración de la amidá, que dice: «Atá jonén leAdam daat umelamed leEnosh biná» («Tú das a Adam daat y le enseñas a Enosh biná»). El daat es dado por Hashem al judío, a los descendientes de Abraham, a la descendencia espiritual de Adam (ver Derej Hashem, parte II, 4 «Israel y las Naciones»); no es un logro intelectual. Hashem dio la Torá solo al Pueblo de Israel. Daat es la capacidad de interiorizarla y es parte intrínseca del judío. En cambio, lo que Di-s enseña no pertenece a quien lo aprende. Así es biná. Uno puede estudiar Torá o -leavdil- cualquier otro conocimiento que Di-s otorgó al mundo y comprender, pero comprender no es daat. No es parte de uno.
Por eso el midrash sobre Meguilat Eijá nos dice sobre el versículo 2:9: «Si alguien te dice que hay jojmá (conocimiento)en los goim, creele. [Y si te dice] hay Torá en los goim, no le creas».
Me parece que todo esto responde por qué «rabinos ortodoxos y jasídicos jamás citan a un pensador o filósofo que no sea judío».
Simple: porque cuando los escuchas, están enseñando Torá. Y no hay Torá en los goim. Tanto de acuerdo al Rambam, como para el Jovot HaLevavot, el Midrash, los Hombres de la Gran Asamblea que establecieron el texto de la tefilá y cuanta fuente genuina consultes. Podemos hablar de filosofía o pensadores en otro contexto, pero eso no es Torá. Y ni siquiera el Rambam o algún sabio en la historia dijo o dio a entender que lo fuera.
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Agradezco tu tiempo para la lectura de mis observaciones y también me gustaría recibir, si tenés ganas, una visión al respecto. Saludos y nuevamente, muy buena semana!
Hola Ariel,
primero y principal: ¡GRACIAS! Qué alegría encontrarme con un comentario tan minucioso, completo y apasionado. Comentarios como los tuyos me apasionan a mí porque son una invitación a pensar una y otra vez lo que escribo.
Con respecto al blog en sí, la verdad es que empezó como un simple hobby que se ha convertido en una pasión para mí, en especial en este último año. Como bien decís he estado leyendo otros bloggers para intentar estar al día con la unión entre la educación a través de estas nuevas plataformas digitales y aplicar distintas técnicas que mejoren la experiencia del usuario. Es divertido también aprender de marketing online 🙂
Voy a intentar ofrecerte una respuesta a cada uno de tus puntos. Nuevamente, me parecieron excelentes del modo que están expuestos…veamos si puedo ofrecerte un contrapunto constructivo 😉
Leyendo tus comentarios hay una idea central que me gustaría ofrecerte para tomarla como punto de arranque al momento de reflexionar sobre cada punto en particular porque siento que la misma atraviesa no solo mi publicación original sino parte de tus comentarios.
Esta idea central surge para mí en la tensión entre lo que llamo “judaísmo abierto” o “judaísmo cerrado”. Esta idea implica lo que considero son dos posturas diferentes, dos aproximaciones judías distintas hacia:
1) el hecho que todos los seres humanos han sido creados a imagen y semejanza de Dios más allá de las prácticas que deciden asumir para construir su relación con Dios. Esto implica que ningún ser humano puede decretar si alguien es mejor o peor para Dios (¿cómo podría un ser humano saber algo así?) y en tanto terminan siendo otros seres humanos los que establecen los márgenes entre qué es y qué no es judío (¡lamentablemente algunos tienen la arrogancia de decretar de todos modos quién es mejor ser humano como si realmente supieran eso!).
2) lo “cerrado” o “abierto” también hacia la tradición judía y no-judía, sus textos y cómo debería cada judío y judía vivir una vida justamente judía.
La aproximación entonces -y en términos generales- se divide en cómo vemos a otros seres humanos y cómo vemos o utilizamos textos escritos por seres humanos (judíos y no-judíos). Debo dejar en claro que si alguien se siente ofendido por lo “abierto” o “cerrado” mi intención no es que asuman esos adjetivos como “bueno” o “malo”. Ese sentimiento personal está más allá mi control y hay quienes puedan sentirse mal porque alguien los considera “abiertos” y puede ocurrir exactamente lo contrario con otras personas.
Sin embargo luego de hacer esta distinción debo sincerarme que creo que estas dos posturas distintas solo existen en la mente individual de cada persona en un nivel abstracto porque en esencia, todos terminamos operando dentro de un judaísmo “abierto y cerrado” en diferentes momentos de nuestra vida. En otras palabras, es muy probable que pensemos que somos abiertos o cerrados hacia aquello que hemos decidido definir como no-judío. Pero ya el hecho de hacerlo nos obliga a funcionar como abiertos hacia el exterior para cerrarnos hacia el interior. Esto es lo que le ocurre claramente a Yehuda Halevi, entre tantos otros medievales.
En la publicación sobre Yehuda Halevi (podes escucharla o leerla aquí http://www.judiosyjudaismo.com.ar/2012/07/yehuda-halevi-y-su-critica-cultural/) dejé en claro que si bien Halevi parece estar incómodo con la cultura española que lo rodeó toda su vida, en su forma de pensamiento, poesías y escritos filosóficos la influencia no-judía fue una parte integral de su existencia y su esencia. Halevi fue quién fue no solo porque pertenecía a la tradición judía sino porque estaba inmerso en la cultura islámica española de su tiempo. Y esta es la paradoja de la que uno nunca puede salirse aunque lo intente.
El hecho que yo escriba ebooks y un blog está asociado a muchísimos elementos que se encuentran más allá de las prácticas y pensamientos judíos. Está asociado a una visión del mundo que es globalizado, capitalista, apasionado por la tecnología, abierto hacia compartir la información con todos (puesto que no puedo controlar quién lee mi blog del mismo modo que muchos no-judíos leen páginas de Jabad o escuchan clases online de Rabinos Ortodoxos quienes probablemente no los aceptarían personalmente pero sí lo terminan haciendo a través de la web) y de base está asociado todo esto a la idea que la utilización de Internet como medio masivo de comunicación es algo “positivo”. La utilización de Internet no debería necesariamente disminuir la fe en Dios, en la verdad del judaísmo y en la importancia de las prácticas judías. Te recuerdo por otro lado que hubieron y siguen habiendo muchísimos intentos por parte de grupos judíos de tildar a Internet como el gran enemigo de la Modernidad (ver esta publicación donde muestro las paradoja de ciertos líderes judíos que culpan a Internet por los problemas de la actualidad mientras son los que más tiempo y dinero invierten en Internet: http://www.judiosyjudaismo.com.ar/2013/05/los-judios-ortodoxos-son-los-que-mas-tiempo-y-dinero-invierten-en-internet/ )
Partiendo de esta idea central voy a utilizarla como herramienta para aplicarla a cada punto y darte mi opinión. Como siempre digo -y a diferencia de otros pensadores- ésta es mi opinión personal y voy a pelear hasta la muerte la idea que no necesariamente creo que es correcta o incorrecta sino simplemente mía. Ahora que pienso esto, es muy probable que mañana cambie de parecer 😉
Bien aquí vamos.
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Primer Pregunta
Con respecto a la primer pregunta estamos partiendo de la base que el pensamiento de Maimonides debería ser consistente. Esto no necesariamente es una realidad en los escritos de los seres humanos sino una necesidad personal e individual de precisar de consistencia porque de alguna manera otorga certeza. Para mí no existe relación entre certeza con que algo sea consistente. Me siento muy a gusto con la inconsistencia como constituyente de la verdad debido a mis propias experiencias de vida. Pero esto es absolutamente personal y soy consciente que para muchas personas la inconsistencia es un sinónimo de confusión o falsedad. Cuando leo muchísimos textos medievales estoy de acuerdo con algunas posturas y teologías pero no con otras. Esta es la inconsistencia a la que hago referencia. Algunas cosas de Maimonides me parecen brillantes y otras espeluznantes. Sin minimizar en absoluto la grandeza de Maimonides me atrevo a entrar en diálogo con lo que dejó escrito y cuando lo leo me siento muy cercano en muchas de sus ideas y terriblemente alejado en otras. Soy respetuoso y admirador de la tradición rabínica pero eso no quiere decir que uno no debe si o si aceptar todo o dejarlo todo. Vivo en otro tiempo distinto al de Maimonides. Y en mi tiempo y gracias a gran parte del estudio académico puedo ver que el TaNaJ mismo es increíblemente inconsistente a nivel histórico y así y todo sigue siendo la palabra de Dios para mi y el libro que más me gusta. ¿Por qué deberíamos asumir que el pensamiento humano debe ser consistente?
En fin, al margen de esa pregunta, vamos a suponer para complementar tu primer comentario que Maimonides quiere ser consistente en su pensamiento. Si Maimonides estaba tan preocupado por los “descarriados” la verdadera pregunta no es por qué escribió la Guia de los Perplejos en árabe sino ¡¿cómo no se le ocurrió escribir su obra anterior (el Mishné Tora) en árabe para que todos “los descarriados” lo lean y justamente poder explicarles qué deberían hacer y acercarlos a las prácticas judías puesto que estaban perdidos?! Si yo fuera un Rabino que quiere que todos los judíos se pongan a practicar judaísmo lo último que haría hoy es escribir un libro detallado y magistral (como es el Mishne Tora) en hebreo. ¡Lo haría en inglés o incluso en español! Buscaría estirarme hacia la lengua que los judíos más están hablando. Y por eso creo que Maimonides sabía que el idioma en el que uno escribe define muchísimo quién lo lee y por quién quiere uno ser leído. Si Maimonides no le hubiese interesado en absoluto que el mundo no-judío conozca su pensamiento quizás hubiese escrito la Guía de los Perplejos también en hebreo. Pero sería raro argumentar que Maimonides, tan preocupado como estaba por los “descarriados”, no les haya escrito el Mishne Tora en árabe también. Quizás y por lo que está escrito ahí no tenía intención que esa obra sea leída en forma masiva. Pero la Guía de los Perplejos no tengo dudas que fue pensada en forma abierta para el público no-judío también y poder así en forma abierta compartir su visión sobre el judaísmo y el mundo. Por eso no creo que sea una casualidad la elección del lenguaje en cada una de sus obras. Sin dudas Maimonides tenía una agenda antes de sentarse escribir para diferentes audiencias y sabía quién leería y quién no lo haría de acuerdo al idioma elegido. Es más, muchos académicos judíos y no-judíos escriben hoy sus “papers” de investigación en inglés porque saben que es mucho más grande el público que pueden alcanzar aún cuando estos académicos quizás no hablan inglés como lengua materna. Incluso Moisés Mendelsohn escribía diferente en hebreo y en alemán.
Esto último quizás sea el motivo por el cual las sentencias del Mishne Tora van más hacia el adentro que hacia el afuera. En hebreo Maimonides podía decir lo que quería puesto que eran muy pocos los que podían leerlo. Pero en árabe debía ser más cuidadoso. De hecho en el mismo tratado que citas también leemos que si una persona no-judía no acepta las leyes Noájidas ¡debería ser ejecutado! Por eso hay que agarrar con pinzas los escritos de todos los seres humanos porque si los seguimos como única posibilidad pueden ser peligrosos. ¡Imaginate si salimos a ejecutar a todos los que no practican las leyes Noájidas! Por otro lado y en forma absolutamente contradictoria también leemos en la misma cita que traes que no deberíamos prevenir a un no-judío que quiere hacer una mitzva de la Tora con el objetivo de recibir una recompensa al hacerlo. ¿Hay entonces consistencia en estas posturas? No lo sé.
Ahora bien, compartir el judaísmo significa que Maimonides claramente creía que era conveniente compartir su pensamiento, teología y la esencia del judaísmo según su visión con todo el mundo que lo rodeaba e incluso poner todo esto en debate con la tradición griega puesto que decidió hacerlo en árabe. No le salió barato hacer eso puesto que la Guía de Los Perplejos levantó una controversia infernal entre ciertos grupos judíos e incluso fue quemada por los judíos mismos porque la consideraban una obra terriblemente herética. Sin embargo no creo que nadie se atreva a decir que “no hay Tora” en “La Guía de los Perplejos” y que es una obra escrita justamente desprovista de Tora. ¿Podría Maimonides invertir tanto tiempo y esfuerzo en escribir algo que no contenga sabiduría de Tora? Es más, ¿podía Maimonides salirse de ese encuadre y escribir como si no supiera nada de Tora? Y la pregunta central quizás ya sea la que vos mismo articulaste: ¿Qué significa compartir Tora? ¿Compartir comentarios rabínicos? ¿Midrashim? ¿O significa compartir las prácticas judías con otras personas? ¿Qué estaba realmente compartiendo Maimonides con la Guía de los Perplejos?
Es en este sentido que creo que Maimonides compartió su vida judía con otras personas. No decidió excluirse de la sociedad ni reservase su pensamiento. Muy por el contrario, su emprendimiento al escribir tanto tenía como objetivo llegar a la mayor cantidad de gente posible (judíos y no-judíos). Si hubiera vivido en el tiempo de la imprenta estoy seguro que hubiese publicado personalmente sus obras e incluso si hubiese tenido un blog no tengo dudas que tendríamos no solo sus obras sino bibliotecas enteras sobre su pensamiento. Maimonides no parece en absoluto un judío “cerrado” hacia el afuera. Claramente absorbió material no-judío y compartió material judío con no-judíos. Permitió que lo externo al judaísmo lo conmueva y lo haga reflexionar sobre su propia tradición. En ese sentido su pensamiento y judaísmo fueron abiertos más allá de lo que tomemos aisladamente de una parte de todo lo maravilloso que escribió. Por eso es muy difícil hacer un argumento irrefutable y final con su pensamiento reduciéndolo a una sola opinión o la otra. Todo eso es lo que lo hace el genio que fue.
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Segunda pregunta
Como siempre, mi argumento es personal aquí también. Lo que intento decir es que si bien no está comprobado históricamente que los judíos al compartir lo que sienten o creen son más o menos odiados, en mi experiencia personal muchísimas personas no-judías me han agradecido y respetado mucho más por el hecho de compartir con ellos quién soy como judío, qué creo y qué enseñan algunos textos de nuestra tradición para aclarar etiquetas erradas sobre cómo leemos nuestros textos o por qué no como cerdo (entre miles de otros ejemplos que se me ocurren ahora…).
Un ejemplo concreto de esto lo experimenté con una amiga cuya familia pertenece al Opus Dei y cuando nos conocimos tenía una cantidad inmensa de prejuicios sobre cómo somos los judíos. Básicamente había caído en la tradicional leyenda que somos los continuadores de los fariseos chupa sangre que lo único que queremos es dinero (y que de hecho todos los judíos son ricos) además de ser los asesinos de Jesús y la peor lacra. Te digo: esta persona no es tonta ni ingenua. Simplemente conocía un discurso solo y rodeada de gente que creía lo mismo se convenció de un relato. Cuando nos conocimos y nos pusimos hablar pudo desarraigarse de un montón de prejuicios sobre los judíos puesto que ¡nunca había hablado con uno! Por supuesto que le expliqué que no todos los judíos son iguales a mí y que hay muchos que no están de acuerdo con ninguna palabra de las que escribo en blog y posiblemente me consideren un hereje o una desgracia para la tradición judía. También le expliqué que entendimiento no necesariamente implica acuerdo y que podemos entendernos en nuestras diferencias pero no por eso coincidir en nuestras teologías, pensamientos, misiones existenciales y prácticas religiosas. ¡Por supuesto que esto es una bendición y no un problema para mi! Sino no tendría sentido que Dios haya creado el libre albedrío permitiendo la multiplicidad de opiniones y seres humanos tan diferentes.
Pero lo que intento decir con todo esto es que, nuevamente, si bien abrirse hacia el mundo no-judío no es garantía que uno sea más respetado como minoría, creo que encerrarse y creer que “todos nos odian sin importar lo que digamos o hagamos” no es tampoco la respuesta. Así fue cómo, utilizando esta idea, tomé la cita de una “Or Lagoim” sin basarme en los comentarios que citas (¡de paso muchísimas gracias por tan hermoso desglose! Esto es algo que a mi me falta mejorar al citar comentarios de rabinos tanto medievales como modernos) sino como una metáfora para darme una suerte de misión existencial relacionada con brindar lo mejor de uno hacia el mundo en general en el tiempo que a uno le toca vivir y en las capacidades que uno puede.
También coincido con lo que vos decís y lo dejo claro que cada uno tiene la libertad de elegir vivir la vida como quiera vivirla. No soy Dios como para saber realmente si deberíamos o no relacionarnos con el mundo no-judío y leer textos no-judíos. Pero no es para nada un problema para mi que un hermano judío elija vestirse como lo hacían algunos judíos hace 200 años en Polonia o Lituania o que no sienta la necesidad de dirigirse en toda su vida al mundo no-judío ni leer jamás un texto que no sea el permitido según su propia decisión (o la impuesta por un otro). Es absolutamente una decisión personal. A mi no me sale. A mi me gusta leer de todo y relacionarme con todos. Como escribí, el problema en realidad comienza cuando yo me visto de una manera y pretendo que el otro también se vista como yo. O para ser más precisos el problema realmente comienza cuando yo pienso de una manera y necesito que el otro piense del mismo modo que yo lo hago. Eso ya no es judaísmo sino totalitarismo.
En ningún momento declaro que es una mitzva enseñarle Tora a no-judíos (nuevamente sería conveniente que definamos qué es enseñar Tora) y justamente como ya escribí, resulta paradójico o inconsistente (nuevamente sería también conveniente que definamos si ser consistente es importante) que los Rabinos Ortodoxos y en especial Jabad Luvabitch y Aish HaTorah inviertan tanto tiempo y dinero en ofrecer clases y material online sabiendo que las pueden ver y aprovechar no judíos. Con una mano en el corazón, ¿creés que no saben que hay no judíos viendo sus clases? Y si lo saben y lo siguen haciendo, siendo tu razonamiento podríamos preguntarnos ¡¿cómo se atreven todos ellos (Jabad, Aish HaTora, etc.) a enseñarles a no-judíos usando páginas web violando los principios de Maimonides? ¡Qué atrevidos! 😛
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Tercer Pregunta
Aquí partimos desde el arranque con dos cosmovisiones diferentes que básicamente las plantee al comienzo: lo “abierto” versus lo “cerrado”. Lo que argumento con esto es que justamente al leer a los mismos Rabinos que vos citas (Maimonides y Bajia -entre tantos otros medievales-) uno puede ver que decidir leer solamente textos de autores judíos es ir en contra de la tradición heredada puesto que los Rabinos medievales ¡nunca hicieron eso! Hace poco escuchaba de una persona que me decía que no iba a mandar a sus hijos a la Universidad ni tenían permitido leer nada que no sea Tora. Para adentro pensaba pobres chicos, nunca van a poder entender a los más grandes Rabinos medievales puesto que resulta muy difícil entenderlos si uno no sabe nada de filosofía griega o de historia en general. Si uno se traga un solo discurso es muy probable que vea el mundo de una sola manera. Te lo pregunto yo a vos porque ya tomé hace mucho tiempo mi decisión al respecto: ¿es esa decisión perjudicial según tu opinión personal?
Para algunos es una pérdida de tiempo leer autores no judíos puesto que no tienen “Tora”. Quizás deberíamos definir nuevamente cuál es el parámetro que indica que un autor o una obra tiene algo de Tora o no. Muchas veces leo textos no-judíos (e incluso películas) en las cuales encuentro lo que yo considero es una enseñanza que tiene “Tora” según mi criterio aún cuando no necesariamente estoy leyendo un pasuk del TaNaJ. Nuevamente y evitando el fundamentalismo, esto no quiere decir que voy a encontrar las respuestas a mis preguntas existenciales en cualquier película o libro pero significa que “Tora” para mí implica muchísimo más que 5 Libros. Tora implica para mi (y no necesariamente para otros) una manera de ver el mundo en el cual hasta una persona que jamás abrió la Biblia puede enseñarme una lección de vida que posiblemente contenga lo que yo llamo “sabiduría de Tora”. Esto me recuerda que en ciertos pasajes del Zohar hasta los personajes menos esperados tienen una lección sobre Tora para enseñarnos. También soy consiente que es muy probable que yo vea algo y lo tilde de “sabiduría de Tora” porque estoy “formateado” por la Tora misma y sus enseñanzas.
En mi opinión personal no creo que los Rabinos Ortodoxos o Jasadicos en su gran mayoría (porque sería una falacia decir “todos ellos) no utilizan otros textos que no sean lo que consideramos “kosher” (probablemente textos de la Biblia y la literatura rabínica con comentarios rabínicos y nada más) porque no crean que hay en ellos esa “sabiduría de Tora” que yo menciono. La decisión de no utilizar otras fuentes creo que es más por la necesidad de hacer una sentencia política de exclusividad con la visión de instalar un mensaje de superioridad existencial por encima de otros seres humanos, otras religiones y otros textos. Hay una necesidad por parte de algunos rabinos de otorgar y otorgarse sentido a través de la idea de “pueblo elegido” sumado a otra idea que declara “lo que dicen los textos judíos que yo utilizo es la única verdad que hay y que necesito”. Nuevamente no está mal si alguien necesita ese mensaje para sentirse seguro de sus creencias y prácticas. Cuando leo a rabinos medievales me doy cuenta que no pensaban así y creo que lo que tenemos hoy es una respuesta a los desafíos de la Modernidad que no empezó con esta generación sino con los primeros judíos alemanes del siglo XIX y que propio de nuestra era esta dialéctica se hace cada vez más extrema.
Quizás esta última idea no sea tan así y realmente no pasa por ese lado sino por simple ignorancia de los rabinos en otros temas: no te olvides que un rabino que estudió solamente en la yeshiva puede ser un genio de la Guemará y un ignorante de filosofía, historia judía u otras ciencias puesto que nadie sabe absolutamente todo de todo (salvo Adin Steinsaltz ¡jejeje chiste!). Está claro que en el fondo está bien que un rabino enseñe lo que tiene que enseñar porque es lo que uno espera que un rabino provea. Sería mediocre suponer que un rabino puede decirnos qué medicamento tomar (a menos que sea también un doctor) como sería también un delirio suponer que uno puede aprender sobre filosofía aristotélica, psicología, música, arte en general, periodismo u otros oficios leyendo solamente literatura rabínica.
Ahora bien, como imaginaras por mis escritos, no soy un fundamentalista en mi aproximación hacia los textos en general. Mi lectura es absolutamente tendenciosa y está saturada de preguntas contradictorias y aproximaciones diferentes que muchos otros no mezclan. Yo mezclo todo con todo y creo que esto también es algo enriquecedor aún cuando muchos otros no piensan así y consideran un error mezclar diferentes aproximaciones. Hay quienes prefieren mantener una visión cuando hablan de judaísmo aplicando un determinado encuadre que permite ciertos límites y otra visión cuando hablan de temas no-judíos. Para mi esto es terriblemente tendencioso también e implica ver el mundo no como una unidad indivisible. Ser idólatra no es solamente adorar estatuas sino también ideologías o maneras de ver la vida. Básicamente mi propuesta no es una cosa o la otra o el famoso “todo vale” y ni siquiera esa otra frase que me perturba mucho cuando escucho “en el fondo todas las religiones dicen los mismo” porque claramente ¡esto no es así! A lo que me refiero es al esfuerzo sincero y siempre sagrado de intentar convivir con una cosa y la otra encontrando lo mejor de cada una.
Por último y utilizando el ejemplo de la Amida creo firmemente que lo “abierto” y “cerrado” no solo es constituyente de nuestra relación hacia los seres humanos en general (tanto si son judíos, cristianos, musulmanes o ateos) sino también del modo en que elegimos relacionarnos con los textos mismos. Me refiero a las posturas “abiertas” o “cerradas” que decidimos pre-asumir antes de leer. Esa postura es tan o más importante que lo que leemos del conjunto de palabras que otorgan información dentro de un texto. La predisposición es fundamental. Y en este sentido es bueno comenzar por recordar que el Sidur como libro de rezo no es solamente un libro de información sino y principalmente de inspiración.
Y lo peligroso de utilizar el Sidur como fuente de información para demostrar argumentos es que las plegarias no han sido iguales desde siempre si no que han ido variando. A diferencia del TaNaJ el Sidur nunca fue canonizado. En las antiguas versiones Ashkenazi y Español-Portuguesas la fórmula de la Amidá pide deah, bina y vehaskel. Pero luego y por la influencia de la Kabbalah, el Sidur Sefaradi intercambió estas tres palabras por tres otras diferentes que denotan también tres tipos distintos de conocimiento: jojmá, bina y daat. Estas tres últimas son utilizadas para referirse a las tres niveles sefiróticos del diagrama cabalístico y los tres estados distintos de la divinidad anterior a su emergente en la creación. Justamente las iniciales de estas tres formas de conocimiento J B D forman la base del título elegido por una de las tantas facciones jasidicas que existe: JaBaD Luvabitch.
Pero Bajia nunca tuvo acceso a otras versiones del Sidur y menos aún a la que quiero compartir contigo para concluir esta larga respuesta: la de la Amida que sobrevivió del Genizah del Cairo. Bajia no tenía idea de cómo rezaban nuestros ancestros que se quedaron en la Tierra de Israel en lugar de los que vivieron en la diáspora. Pero nosotros vivimos en un tiempo espectacular en el cual podemos hacer comparaciones de textos que otros rabinos medievales ¡jamás conocieron! En la versión del Genizah la plegaria por Bina dice:
“Favorécenos con tu conocimiento padre Nuestro y con el entendimiento y sabiduría de Tu Tora. Bendito eres Tu que favoreces con conocimiento”.
Por eso reforzar ideas a través de la utilización del Sidur como texto “abierto” (texto sin proceso de canonización) puede resultar complejo.
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Utilizando tus mismas palabras, te gradezco tu tiempo para la lectura de mi respuesta y también me gustaría recibir, si tenés ganas, una visión al respecto.
Disfruté muchísimo reflexionando en estos temas y compartirlos con vos.
¡Abrazo Grande!
Diego: el artículo es fantástico.Yo leí de todo antes de abrazar el judaísmo.Mamá era judía y mi padre cristiano anarquista. Aquí en Paraná no se permite subir a la bimá a la madre no judía de un chico que hace el Bar.Ni tampoco se nombra a mi papá cuyo nombre era Jesús.Leo todo lo tuyo que me llega a veces no contesto pero lo paso porque no estoy bien de salud.Saludos!!!!
¡Gracias Laura!
¡Espero te recuperes pronto!
Te agradezco te tomes el tiempo para escribirme.
Saludos
Hola otra vez Diego, muchas gracias por tu pronta y completísima respuesta. Me sorprendió la cantidad de temas que brotaron de aquí, a la vez que me resultaron muy interesantes tus observaciones. Me hicieron pensar y cuestionarme, así que te agradezco por ayudarme a crecer un poco más. Admiro tu capacidad constructiva y tu honestidad, algo sobre lo que debo aprender mucho.
Quiero compartir mis impresiones sobre tu respuesta. En primer término, hacia tu idea central.
Estoy plenamente de acuerdo en que el Tzelem Elokim es independiente de las prácticas que decidan los seres humanos para construir su relación con Di-s, que esto implica que ningún ser humano pueda decretar si alguien es mejor o peor para Di-s y que lo opuesto es arrogancia.
El Sanhedrin tenía una potestad entregada por Di-s para impartir justicia en nombre de la Torá, pero hasta que se reconstruya el Tercer Templo, esa función está vacante en la mayoría de las funciones. Es posible que tengamos diferencias en cuanto a la validez de los Batei Dinim actuales en cuestiones monetarias y de conversiones, pero ese es un asunto en sí mismo y que excede mi presente comentario.
De todos modos, está claro que ni siquiera el Gran Sanhedrín decretaba si alguien era mejor o peor. Como bien decís: «¿cómo podría un ser humano saber algo así?». El Sanhedrín sólo seguía las directivas de Di-s acerca de cómo proceder legalmente, pero no hacía juicios de valor.
En cuanto a las posturas «abierta» y «cerrada», coincido en que sólo existen en la mente individual de cada persona en un nivel abstracto porque, en esencia, todos terminamos operando dentro de un judaísmo “abierto y cerrado” en diferentes momentos de nuestra vida.
Me gustaría agregar algo. Estoy convencido que hasta en momentos determinados de nuestra vida, en un mismo instante, poseemos posturas «abiertas» para algunos temas y «cerradas» para otros.
Más todavía. Hace tiempo que rechazo en mi mente el postulado de que las ideologías forman a las personas, cuando está claro que son las personas quienes han creado las ideologías. De tal manera, no existe el individuo ortodoxo, reformista o conservador. Existe el individuo con tal o cual carácter y modo de pensar que se identifica con la ideología que más le conviene. Y eso puede estar mal o bien.
¿Cuándo está mal? Por un lado, como señalás muchas veces, en la imposición. La ridiculez de exigir que el otro sea igual que uno, cuando somos todos distintos. Orwell y Fabio Zerpa tenían razón, hay marcianos entre la gente. Por otro lado, también creo que está mal cuando la conveniencia se debe a la necesidad de justificar un modo de pensar, sea éste lógico o no, y da igual si Di-s me exige tal cosa u otra. O sea, ser «abierto» cuando mis preferencias incluyen esta apertura, y ser «cerrado» cuando no.
La verdadera honestidad, me parece, está en aceptar que hay una lógica (y otros seres humanos) más allá de las preferencias personales. De lo contrario, cualquier valor es relativo, no sólo la halajá. La Torá vino a enseñar al mundo consistencia. Hay valores y leyes absolutas.
En cuanto a cómo vemos o utilizamos textos escritos por seres humanos, mi postura es relativamente cerrada, porque hay casos excepcionales, intocables. No por una cuestión dogmática, sino por el irrefutable peso de la lógica. El caso más relevante, a mí entender, es la Guemará. Cada día que lo estudio compruebo que se cumplen las reglas de interpretación, que la coherencia dialéctica de los Sabios a través de todo el Shas es consistente y que de los Rishonim en adelante ya se han hecho todas las preguntas lógicas que se desprenden del texto, con sus respectivas explicaciones. El Talmud no deja lugar a dudas. Cualquier individuo que lo estudie con detenimiento llega a la conclusión de que la obra es insuperable y colma las expectativas para lo cual fue creada: ni más ni menos que interpretar la Torá de HaShem y derivar de allí un sistema de vida.
Por eso me cuesta entender la flexibilidad en términos de halajá por parte de individuos que no saben leer una hoja del Talmud. Es decir, entender la postura de Rashi, la necesidad de su intervención en cada pasaje, derivar las preguntas de Tosafot y comprender los comentarios de los Rishonim. Cualquier persona tiene la capacidad de leer un texto como se le ocurra, pero sólo quienes se esfuerzan en comprender la dinámica del Talmud pueden explicar lo que pasa allí adentro. Es una cuestión metódica, no subjetiva. Más que tradición rabínica, es un sistema lógico de pensamiento.
Yo acepto que las reglas de interpretación fueron entregadas por Di-s a Moshé en Sinai y para mí la perfección del Talmud es una prueba de ello. Por lo tanto, creo que el pensamiento humano debe ser consistente en favor de la lógica y el sentido común. Aclaro esto porque se puede ser consistente en la mediocridad y el relativismo.
La consistencia lógica es para mí un ideal que condena la conveniencia negativa. Más arriba afirmé que una persona puede ser «abierta» o «cerrada» a la vez, pero eso me parece correcto (no frente a HaShem, sino frente a mí) si las decisiones van a basarse en la conveniencia positiva (ceder la comodidad ante una lógica superior a la propia), que en relativizar sistemas lógicos en favor de una visión personal, porque sea más fácil vivir así.
Con respecto a la parte hagádica, cosmovisión, lo que muy bien explicaste del Sidur y demás, estamos de acuerdo que el abordaje es relativo.
En cuanto a las inconsistencias históricas del TaNaJ, no estoy seguro a qué te referís, pero ambos sabemos que el TaNaJ no es un libro de historia, tal como demuestra Rashi en su primer o segundo comentario sobre la aparente inconsistencia cronológica de Bereshit. Por eso no entiendo que lo utilices como un argumento a favor de plantear si el pensamiento humano debe ser consistente o no. El TaNaJ es consistente de punta a punta en su objetivo, que es ser un manual de vida, no un libro de historia.
Otro punto. Copio y pego: «De hecho en el mismo tratado que citas también leemos que si una persona no-judía no acepta las leyes Noájidas ¡debería ser ejecutado! Por eso hay que agarrar con pinzas los escritos de todos los seres humanos porque si los seguimos como única posibilidad pueden ser peligrosos. ¡Imaginate si salimos a ejecutar a todos los que no practican las leyes Noájidas!»
Seguro que no hay que hacerle caso a todo el mundo, pero yo no veo la peligrosidad ni la necesidad de tomar con pinzas los escritos del Rambam ni de algún Rishon en términos de halajá. Es un desprendimiento metódico de las mitzvot a través del Talmud, no una sesión del Senado. Creo que tu opinión está obviando un par de factores muy relevantes. Primero, que la halajá en cuestión habla de lo que debía hacer una corte judía en la época del Sanhedrin. Esto significa que ningún individuo o grupo de individuos tenía derecho (y OBVIAMENTE menos que menos ahora) a ejecutar por propia iniciativa a quienes no practicaran las leyes noájidas. Segundo, que nunca ocurrió una ejecución por esos motivos.
Siguiente tema: relación con el mundo secular. Me preguntaste: «resulta paradójico o inconsistente (…) que los Rabinos Ortodoxos y en especial Jabad Luvabitch y Aish HaTorah inviertan tanto tiempo y dinero en ofrecer clases y material online sabiendo que las pueden ver y aprovechar no judíos. Con una mano en el corazón, ¿creés que no saben que hay no judíos viendo sus clases? Y si lo saben y lo siguen haciendo, siendo tu razonamiento podríamos preguntarnos ¡¿cómo se atreven todos ellos (Jabad, Aish HaTora, etc.) a enseñarles a no-judíos usando páginas web violando los principios de Maimonides? ¡Qué atrevidos! :P»
La respuesta es, con las dos manos en el teclado pero imaginariamente con una en el corazón 😛 : obvio que lo saben! pero eso no es un problema. La prohibición de enseñar Torá a no-judíos se refiere a enseñarle específicamente a no-judíos. Si hay judíos allí, no hay prohibición. De lo contrario, ningún aspirante a converso podría asistir a clases grupales, cosa que ocurre a menudo en Jabad o Aish. Así que en eso, al menos, son consistentes y no hay paradoja.
Por otro lado, con respecto a tu artículo «Los Judíos Ortodoxos son los que más tiempo y dinero invierten en Internet», veo un par de inconsistencias lógicas, ni siquiera subjetivas.
1. Si bien existen posiciones cercanas a lo que criticás, en ese encuentro que mencionás no se dijo que Internet en esencia fuera el peligro o la enfermedad, sino el uso inadecuado de la red. Hasta los grandes rabinos de Israel que jamás vieron una PC, como Rav Aharon Shteinman, avalan el uso de Internet para difundir Torá. Estamos de acuerdo en que centrar el problema de las adicciones en Internet es banalizar el problema de las adicciones en general, pero ni ahí hay un doble discurso de «no hay que usar internet, pero usemos internet».
Los que están a favor del uso de Internet están de acuerdo en la necesidad de un consumo responsable, con filtros parentales. No dicen que Internet sea el peligro, sino los usuarios. Y los que demonizan a Internet directamente no lo tienen en su casa. Yo voy a casas de jaredim seguido, veo las manifestaciones en las calles y quiénes hablan, conozco de adentro lo que estoy diciendo. Cuando uno se guía por notas periodísticas, todo depende de quién escriba. Y consentir como si una crónica fuera la realidad puede ser muy peligroso. Sobre todo cuando existen otro tipo de demonizaciones, no a Internet, sino a sectores del judaísmo.
Rav Elyoshiv Z»TZ»L, el posek más grande de los últimos años y figura central del mundo jaredí, le dijo a sus alumnos una vez: «si alguien encuentra este lápiz en la calle, ¿lo devuelve? ¿hay mitzvá de shavat avedá?». «Obvio» le respondieron. «¿Y qué pasa si con este lápiz el dueño escribe herejías?». Se quedaron callados. Rav Elyoshiv concluyó: «las cosas son parve, depende del uso que se les de. Yo tengo la mitzvá de devolver las cosas perdidas; no me puedo hacer hacer responsable del uso que cada persona le da a cada cosa». ¿No suena bastante parecido a tu posición?
2. Usaste como «comprobación» de la paradoja el sitio de Aish, una organización compuesta por ortodoxos y no ortodoxos que jamás se ha pronunciado en contra de Internet. Por el contrario, te invito a que visites algún día la yeshivá, veas como todos los rabinos tienen un smartphone y escuches cómo el Rosh Yeshiva alienta una y otra vez a utilizar Internet para difundir Torá. Es más, te cuento una anécdota en la cual fui testigo ocular: hace dos años, un tipo dejó en Aish unos panfletos hablando pestes de Internet, apenas los vio el mashguiaj (supervisor espiritual de la yeshivá), los agarró y los tiró a la basura.
Bueno, creo haber cubierto todos los puntos en los que sentí necesario expresarme. Espero no haberme extendido demasiado y haber sido claro. Gracias por este espacio y por tu manera de recibirme. Abrazo grande!
Bueno, bueno, la cosa se puso interesante…A ver qué se puede decir, sin repetir y sin soplar.
Sobre Maimónides: nunca vamos a saber las razones de por qué escribió en tal o cual idioma simple y sencillamente porque no podemos meternos en su cabeza ni hacerle una entrevista pero me parece bastante claro que escribe el Mishné Torá lo escribe en hebreo porque está escribiendo para todos los judíos, de todos los países, mientras que el Moré Nevujim lo escribe en árabe porque está escribiendo para un grupo determinado de judíos, que es el que lee obras filósoficas (y los que leían filosofía obviamente leían en árabe porque en ese momentos todas las obras importantes de filosofía estaban traducidas al árabe). Seguramente Maimónides se dio cuenta que su obra terminaría influyendo en personas no judías pero eso era algo colateral, de ningún modo su objetivo. Lo mismo para organizaciones como Aish o Jabad: si lo lee un no judío, ¿qué puedo hacer? ¿Clausurarle la entrada? O sea, pongo un filtro: si tenés el Brit Milá, podés ver la página; si no, no. ¿En serio? ¿Qué podés hacer? Bueno, que lo lea y que sea feliz. Si le sirve para crecer como persona, bienvenido sea. Sin embargo, eso no quiere decir de ninguna manera que a Jabad o a Aish les interese llegar a los no judíos. Yo mismo, con mi blog, soy conciente de que lo están leyendo no judíos (y, de hecho, lo deben leer diez veces más no judíos que judíos) y no lo puedo evitar: que lo lean, pero no es mi target. No apunto a ellos. O sea, yo he visto libros de Rab Hirsch o Rab Soloveitchik, ediciones de Pirke Avot y muchos más libros judíos en librerías de la calle Corrientes. ¿Esos libros apuntaban a un público no judío? No, ni a palos. ¿Al autor le interesaba que lo lean no judíos? Tampoco. ¿Se distribuyó en librerías que no sean judías? Menos todavía. ¿Y por qué llevó hasta ahí? ¡Yo qué sé! Alguien vendió su biblioteca y tenía esos libros dando vueltas…¡y llegaron a una librería de Corrientes! Y claro, andá a saber quién se termina comprando ese libro…Volviendo a Maimónides, pensémoslo con nosotros mismos. Si yo escribo para judíos que tienen dudas, judíos cultos, universitarios, que no son observantes, ¿en qué idioma escribo? ¡En castellano, obvio! Estoy apuntando a posibles Baal Teshuvá: si escribo en hebreo, no me lee nadie porque nadie me entiende. Si yo escribo un libro de Halajá, en el cual quiero resolver dudas de la gente en la práctica, estoy apuntando a gente que ya practica el judaísmo y que quiere reforzarse en el mismo: es lógico que escriba en hebreo porque se supone que esas personas ya conocen el idioma.
Sobre la Halajá, ya lo dije varias veces pero nunca está demás repetirlo: un acercamiento histórico a la Halajá no es un acercamiento judío porque la Halajá es un sistema lógico. Es como hacer la historia de la matemática: puede ser muy interesante pero no es matemática, es otra cosa. El teorema de Pitágoras no es falso o verdadero porque lo haya hecho un griego sino porque está demostrado matemáticamente. Y lo mismo con la Halajá: hay leyes internas. Leyendo la Guemará uno se da cuenta de eso: a todos les encanta escuchar los «cuentos del Talmud» pero eso es absolutamente secundario en el estudio de Guemará. Lo importante es plantearse: ¿acá hay un kal vajomer, un guezerá shavá, un binian av? Eso es estudio de Torá. De hecho, esas leyes son las que determinan la Halajá y, por lo tanto, al judaísmo. Nuestro judaísmo está basado mucho más en la Guemará y la Mishná que en el Tanaj. La Torá oral es más importante que la escrita porque la determina: el significado del Tanaj es claro solo mediante alguna ley interpretativa. Si no, piensen lo diferentes que son las lecturas cristianas y judías de un mismo texto; y el motivo es ése: el cristianismo no usa las leyes interpretativas judías. La Torá no es un libro de historia: en la medida que uno se empeñe en leerlo como un libro de historia, no va a poder entenderlo. Y eso porque el judaísmo no es historia, ni una filosofía de vida, ni una teología, ni un dogma. El judaísmo es un modo de vida regido por la Halajá: ni más ni menos. Y, por ende, la Torá es un libro de leyes: nos dice cómo comportarnos como judíos. Y ya que estamos con Maimónides, estoy casi seguro que él lo dice directamente, aunque ahora no tenga la cita a mano.
Sobre Tzelem Elokim y el libro albedrío: D-s nos creó y cada uno tiene su individualidad, eso desde ya. La pregunta es: ¿esa individualidad para qué la usás? Uno tiene que expresarse y desarrollar su propio potencial, que es suyo y no de otro, pero…¿Eso quiere decir hacer lo que me venga la gana? No, eso es libertinaje, no libertad. Con ese criterio, puedo fumar marihuana porque siento que expreso mi verdadero yo y nadie me puede criticar por fumarme un faso…Y sí, cada uno hace lo que quiere y no está bien juzgar al otro ni mucho menos prejuzgar. Por supuesto, los laicos no son todos malvados que quieren alejarnos de D-s y, a propósito, cometen todos los pecados habidos y por haber. No, simplemente cada uno vive su vida de la manera que cree correcta: creo que la mayoría de nosotros busca ser buena gente. Pero las buenas intenciones no alcanzan: ¿estás perpetuando el legado judío o lo estás destruyendo? ¿Verdaderamente estás siendo buena persona (dejo de lado la cuestión judío, me enfoco solo en lo moral, eh!)? Hitler o Stalin tenían la mejor de las intenciones: querían un mundo mejor. Y estaban convencidos que asesinar, complotar, etc era lo mejor que podían hacer. Bueno, allá ellos…Y acá yo. ¿Tengo que amarlos? ¡No! Lévinas decía algo así como: Prefiero un D-s severo y una justicia clara a un D-s bondadoso y una justicia inexistente.
Sobre internet, conozco gente que no usa la computadora delante de sus hijos para no darles un mal ejemplo. Conozco gente que va a marchas contra internet. Y también conozco religiosos que usan smartphones, celulares con Android de última tecnología, internet, etc. Que Neture Karta se haya reunido con Ahmadineyad no quiere decir que todos los ortodoxos estemos en contra del Estado de Israel y a favor de un Estado negacionista de la Shoá, que abiertamente llama a destruir al pueblo judío. Que haya judíos ortodoxos que estén en contra del uso de internet -que los hay- no quiere decir que estén todos de acuerdo. El Rab Elazar Sach, uno de los grandes líderes jaredim del último medio siglo, estaba en contra de todo tipo de educación secular; la mayoría de los rabanim y morim de Aish tiene título universitario. ¿Somos todos iguales? ¿Por qué meternos a todos en el mismo saco? Hay que aprender a diferenciar: ni Jabad ni Aish están en contra del uso de internet. A lo sumo, dirán que se necesita algún filtro kosher pero creo que también depende a quién le preguntás…
Te agradezco muchísimo Ezequiel, definiste de una manera muy clara lo que a mí me cuesta horrores expresar.
Me quedo sin palabras ante sus discursos, solo pudo admirarles la riqueza en conocimiento que tienen, y eso habla del tiempo invertido de muchas hrs de estudio. Les expreso a todos mi mas grande respeto y admiracion.
Hola Maria,
Gracias por tu comentario. Como verás somos muy apasionados cuando debatimos. Lo que más celebro yo es que podamos estar unidos en nuestras diferencias y acordar estar en desacuerdo sin que eso afecte la posibilidad de escucharnos los unos a los otros. Ezequiel y Ariel son dos excelentes pensadores que además tienen sus propios blogs los cuales te recomiendo si te interesa seguir profundizando sobre estos debates:
El blog de Ariel es http://vejule.wordpress.com
Y el de Ezequiel es http://undebatejudio.wordpress.com
Saludos y gracias por tus palabras!
Buena semana para todos! Maria, muchas gracias por tus palabras. Todo esto es gracias a Diego, que nos da la posibilidad de abrir el debate. A propósito, Diego, quería saber si escribiste algo sobre el discurso y las propuestas de Rav Abraham Itzjak Kook y Rav Yosef Ber Soloveitchik, ya que me interesaría conocer tu punto de vista. Saludos y buena semana!
Hola Ariel,
¡me estoy recuperando de una semana en cama! ¡Estos viruses que hay en China son asesinos! Dos días seguidos con 39 de fiebre y todavia sigo tirado con antibióticos. Imaginate que me pasé Shabat en la cama y ni fui a cantar al shil. Lo que hice ayer a la noche (motzaei shabat) fue aprobar todos los comentarios y contestar aquellos más directos. Todavía me queda sentarme a agregar algo más (si es que me sale) al tuyo y el de Ezequiel.
No estoy al tanto de los discursos de Kook y Soloveitchik. ¿Dónde puedo leerlos? Muchas veces estoy metido en un tema u otro y me pierdo de los cientos de debates y cosas que suceden simultáneamente.
Abrazo grande.
Shavua Tov!
Hola a todos, me encanta leer sus comentarios ,conocer sus propuestas enriquecerme del conocimiento de ustedes.
Agradezco el dato que me brindaste Diego, seguiré los blogs que tan amablemente me has recomendado.
Me preguntaba Aries si había emitido mis comentarios en otro planteamiento, desafortunadamente no he leído el contenido de dicha publicación. Pero si me indicas donde leerla con gusto la leeré y podré expresar mi opinión. Mil gracias por tomarse el tiempo de leer mis comentarios.
A todos les deseo una gran semana y nuevamente les expreso mi respeto y admiración.
Gracias Maria por tus palabras.
Somos unos apasionados del debate 🙂