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Hemos estado geográficamente localizados en Bagdad en nuestras publicaciones anteriores y nuestro viaje a través del judaísmo Medieval se mueve ahora hacia el Oeste. Nos mudamos a España -que aún no era llamada así sino que se la conocía como Andalucía- y específicamente vamos a instalarlos en el sur donde funcionaba el Califato Umayyah en la ciudad de Córdoba.
Si recuerdan de nuestra publicación sobre “Los comienzos de la vida judía bajo dominación islámica” les comenté que cuando Mahoma muere surge primero una dinastía islámica llamada Umayyah que es luego derrotada por otro dinastía islámica llamada Abbasid. Los Abbasid habían instalado su capital o Califato en Bagdad y de allí es de donde venimos nosotros en el orden histórico de nuestras publicaciones. Pero si recuerdan también les comente que parte de la familia de los Umayyah se salva de los Abbasid y consigue instalar su Capital en Córdoba, España.
El Califato islámico Umayyah instalado en Córdoba es el rival de los Abbasid en Bagdad durante este este período y como podremos apreciar en esta publicación también la comunidad judía de Córdoba terminará siendo la comunidad “rival” de los judíos instalados en Bagdad.
A medida que Saadia y el mundo de los Gaoním o Gueonim comienza a desintegrarse debido a las crisis internas y externas, vemos simultáneamente el ascenso y desarrollo de la comunidad judía en Andalucía.
Los eventos de los que hablaremos en esta publicación suceden exactamente en el mismo momento histórico en que suceden los eventos que hablamos sobre Saadia y los Gaoním de Bagdad en las publicaciones anteriores.
Durante este mismo período el Califato de Córdoba rivalizó al de Bagdad con una vitalidad económica y cultural impresionante creando condiciones muy amigables para su minoría judía viviendo en sus alrededores permitiendo así que la propia cultura judía florezca bajo este otro gobierno islámico.
Por lo tanto y como ya dijimos nuestra historia judía y su relación con el Islam se mueve claramente hacia el Oeste y lo que vamos hacer en las próximas publicaciones es mostrar las similitudes con los judíos en Bagdad (por ejemplo con la filosofía judía) pero también veremos diferencias muy interesantes.
Hasdai ibn Shaprut
El médico del Califa, es decir el médico del líder político y espiritual islámico del Califato Umayyah en Córdoba, era un judío. Este judío era realmente una celebridad en España y tenía una influencia política impresionante. Aún cuando no escribió ninguna obra importante, podríamos decir que era el equivalente político en España de lo que Saadia Gaón era en Bagdad.
El nombre de este médico, que no solo poseía mucho dinero e influencia política sino que ademas era un hombre muy formado en las ciencias y el arte, era Hasdai ibn Shaprut y su ascenso al poder coincide con el ascenso de la comunidad judía de España como centro de los judíos para el resto del mundo.
El patronímico ibn
Quiero aclarar algo y eso es que en esta publicación voy a utilizar mucho el patronímico “ibn”. Primero y principal un patronímico es un componente de un nombre personal basado en el nombre de un padre, abuelo o un ancestro masculino. Los patronímicos funcionan como medio para transmitir un linaje, es decir una descendencia.
Los judíos hemos utilizado históricamente nombres patronímicos hebreos. En el sistema patronímico judío el nombre de pila es seguido por ben o bat («hijo de» o «hija de», respectivamente), y luego sigue el nombre del padre (y en la Modernidad también se agrega el nombre de la madre). Los apellidos patronímicos todavía existen hoy en día en algunos apellidos judíos y son más populares entre los judíos sefardies provenientes de la Península Ibérica y en otros lugares. Si bien los apellidos judíos son hoy permanentes en la vida cotidiana, la forma del patronímico todavía lo usamos en la vida “religiosa” o en las sinagogas (ejemplo de mi nombre) y en los documentos de la ley judía como la ketubah (contrato matrimonial). Y esto me lleva nuevamente a explicar el porque de “ibn” y eso es debido a que la mayoría de los judíos sefardies utilizaban el idioma árabe y en árabe “ibn” es el equivalente de ben en hebreo.
El Califato en Córdoba y el ascenso de Hasdai ibn Shaprut al poder
Tanto de fuentes judías como islámicas vemos que el ascenso de Hasdai marca la independencia de la comunidad judía de España con respecto a la de Bagdad. Pero es importante entender que además era de mucho interés para el Califato Umayyah en España, convertirse en el centro del mundo islámico y vencer al otro imperio islámico Abbasid que estaba instalado en Bagdad.
Recuerden que mencionamos en publicaciones anteriores que cuando los Gaoním en Bagdad escribían a los judíos dispersos por todo el mundo les pedían que no solo les envíen consultas de Ley Judía sino también dinero. Por lo tanto la interacción entre la diáspora y Bagdad no era solo espiritual sino también económica. Bagdad se veía así misma como el centro del mundo tanto islámico como judío.
Pero como pasa en cualquier economía el balance entre el dinero que sale y entra de un país es crucial para mantener el balance comercial. Y por eso era de mucho interés para el Califato de Córdoba que los judíos dejaran de enviar su dinero a Bagdad que era justamente el rival islámico principal del Califato en Córdoba.
Simultáneamente con la independencia económica era importante para Hasdai ibn Shaprut (y veremos esto cuando analicemos sus cartas) separarse del control Rabínico de Bagdad desarrollando una escuela rabínica propia con consejeros legales propios logrando así instalar una poderosa comunidad judía ubicada en Córdoba y dejar de enviar consultas y dinero a los judíos de Bagdad.
Claramente las intenciones de Hasdai eran dejar que los Gueonim y Bagdad terminaran de desintegrarse como centro judío mundial para asumir ellos en España el control y convertirse así en el nuevo centro.
Lo interesante de esta historia sobre la desintegración de un centro judío por un lado mientras vemos el ascenso de otro centro por otro lado es que contamos con dos fuentes muy interesantes que nos cuentan lo que está sucediendo.
Fuente I: La historia de los 4 Rabinos
La primera fuente de información que tenemos se conserva en un libro escrito en el año 1161 por un judío llamado Abraham ibn Daud (http://es.wikipedia.org/wiki/Abraham_ibn_Daud). Este libro es una crónica titulada “Sefer ha-Kabbalah” ( El Libro de la Tradición) en la que ibn Daud ataca duramente a los karaítas defendiendo el judaísmo rabínico a través de una justificación similar a la que habíamos visto con Sherira Gaon en nuestra tercer publicación que intentaba demostrar esa cadena de tradición judía que iba desde el Moisés de la Biblia hasta ibn Daud ahora en forma ininterrumpida y sin corrupciones o modificaciones de ningún tipo (recuerden además que los karaitas son los judíos que están, de alguna manera, en contra del judaísmo rabínico y nos dedicamos a ellos en nuestra publicación sobre Saadia Gaon ). Esta obra de ibn Daud está repleta de información general muy valiosa y se enfoca principalmente en los Geonim y la historia de los Judíos en España.
Pero el problema que tenemos es que este libro de ibn Daud fue escrito unos 180 años luego de la muerte de Hasdai ibn Shaprut y del período que estamos analizando y por lo tanto es importante mencionar que el texto representa una reconstrucción histórica. En pocas palabras lo que hago referencia es que ibn Daud no vivió personalmente lo que nos narra en su libro ni fue un testigo presencial de todo lo que estaba sucediendo. Daud escribió en forma posterior y lo hizo no en forma objetiva sino polémica e ideológica para defender su tradición. Por supuesto que la mayoría de la historia narrada anterior a la Modernidad posee este subjetivismo y discutimos esto en nuestra primera publicación.
De todos modos de este libro proviene la fuente que utilizaremos para ver este pasaje de tradición judía que va de Bagdad a España.
En la última sección del Sefer Ha-kabbalah ibn Daud escribe una leyenda de cuatro Rabinos que están en un bote y son capturados y secuestrados por piratas. La comunidad judía del mundo junta plata para pagar el rescate y finalmente 3 de los cuatro Rabinos son salvados (del cuarto Rabino no sabemos en realidad ni su nombre ni cómo termina su historia lo que hace aún más interesante e intrigante esta leyenda).
Los tres Rabinos que se salvan terminan según el relato uno en Egipto, otro en el Norte de Africa y otro en España.
Lo importante de la leyenda es que estos Rabinos venían de la Bagdad que nosotros exploramos hasta ahora (por lo que contaban con la autorización para hacer interpretaciones autorizadas de la Tora y la Ley judía) y lo que esta historia finalmente hace es crear una narración mitológica fundacional sobre cómo los Rabinos de Bagdad no desaparecen completamente de la historia sino que finalmente logran extender sus conocimientos y tradiciones y llevarlos a todos los rincones del mundo a través de estos sobrevivientes que llevan consigo la tradición de los Gaoním (o Gueonim). Nuevamente si recuerdan lo que había escrito Sherira Gaón, los Rabinos estaban muy interesados en demostrar como la cadena milenaria de tradición no se había roto sino que había continuando de generación en generación a través de ciertos herederos directos de la tradición. El libro de ibn Daud intenta ofrecer una historia que demuestra esa continuidad de este legado y llaga ahora hasta España.
Y así ibn Daud nos cuenta que un Rabino llamado Moisés llega a Córdoba y se convierte en el gran Maestro de Ley Judía en España. En esta historia incluso se nos cuenta que este Rabino y sus discípulos logran rivalizar en poder frente a Hasdai ibn Shaprut (aquel médico judío que nombramos al comienzo de esta publicación y que era toda una personalidad en este período). Aquí podemos nuevamente observar qué interesante son estos ciclos de peleas por poder y control comunitario que aparecen una y otra vez a lo largo de la historia judía en esta especie de tensión judía entre “lo religioso y lo político” pese a que la secularización aún -tal como la conocemos nosotros- no existirá hasta la Modernidad. Pero al igual que en nuestra publicación sobre “Saadia Gaón y su mundo” vemos aquí también una especie de tensión entre diversos líderes.
Lo importante es que retengan por ahora que esta leyenda judía intenta demostrar la continuidad de la tradición judía que ha cambiado de centro y ahora está en España.
Pero lo más interesante es que hasta aquí les dije que la historia de los 4 Rabinos capturados por piratas es considerada una leyenda dentro de la tradición judía y en especial para los académicos ya que hasta el día de hoy hay fuentes (en especial en el Geniza del Cairo) que contradicen esta historia. El Geniza del Cairo preserva una Carta de uno de estos Rabinos en la que él mismo dice que paso a saludar unos amigos y siguió para otro lado cuando según la leyenda que tenemos de ibn Daud supuestamente se había instalado en Egipto.
Pero antes de desechar la crónica de ibn Daud debo decirles que apesar que su libro ya no es considerado por el academicismo moderno como una fuente objetiva, creíble o confiable con respecto a la historia que narra, sigue siendo de todos modos un texto interesante para explorar la vida judía y cómo ésta era vista a través de la mirada de un judío viviendo en el siglo XII en España.
Por lo tanto la leyenda de los 4 Rabinos es nuestra primer fuente y la primera vez que aparece escrita es en este libro de ibn Daud.
Fuente II: Said al Andalusi y la «Exposición de las generaciones de las naciones»
Lo llamativo de la segunda fuente que tenemos para introducirnos en este tema (y eso es lo que la hace más interesante aún) es que no es una fuente judía sino islámica que también nombra a Hasdai ibn Shaprut y en especial menciona su relación con los Rabinos de Bagdad. Quiero que vean cómo de dos fuentes distintas (una judía y otra islámica) se nos cuenta sobre esta transferencia de poder de Bagdad a España y en especial quiero que noten la continuidad de los Gaoním en España.
El autor de la segunda fuente es Said al Andalusi (http://es.wikipedia.org/wiki/Said_al-Andalusi). De Said se preserva una sola obra que ha sobrevivido intacta escrita en el año 1068 titulada “Exposición de las generaciones de las naciones”. Las “naciones” en su libro son aquellos pueblos que influenciaron, hasta el momento que Said vivió, las culturas del mundo. El libro menciona por ejemplo a los hindúes, persas, egipcios, griegos, árabes y lo que nos interesa a nosotros aquí, los judíos.
El texto de Said menciona que había en Córdoba en este período que estamos describiendo un importante número de judíos relacionados con el campo de las Ciencias. Entre ellos se encontraba un hombre que estaba muy interesado en Medicina y se llamaba Hasdai ibn Shaprut. Said escribe que gracias al poder que Hasdai tenía, Hasdai mismo se dedicó a abrir escuelas de estudio de Ley judía (en otras palabras yeshivot) y según Said Hasdai reclutó Rabinos de Bagadad y los llevo a Córdoba para que enseñen la Ley judía y ajusten los Calendarios y las fechas de las festividades judías.
Noten qué interesante que toda esta información provenga de una fuente no-judía en donde se nos narra lo que hablamos en nuestras publicaciones anteriores acerca de las controversias y peleas por el control del Calendario judío entre los Rabinos en Palestina y los que estaban en Bagdad. Con esto podemos apreciar que este tema del Calendario y las peleas entre Palestina y Bagdad fueron un hecho muy trascendente en su tiempo ya que quedaron registradas hasta en una fuente islámica.
El texto continúa contándonos que fue tanto el poder de Hasdai en su tiempo que él pudo adquirir toda la información que quiso desde Bagdad y así ilustrar a los judíos en España de practicas y tradiciones judías que ellos ignoraban.
Esto último es muy importante porque significa que ya no tenían que viajar ni escribir cartas ni mandar dinero a Bagdad puesto que habían logrado transplantar la sabiduría Gaónica a España.
Miren como todo esto funciona perfectamente en sincronía con el interés del propio Califato. Uno podría aquí imaginar los diálogos privados entre el Califa Islámico y Hasdai (su médico personal que es el hombre en quien el Califa deposita su confianza y su salud). Claramente este médico que tiene acceso al poder y tiene él mismo mucho poder, está ayudando al Califato en Córdoba al mismo tiempo que ayuda a su propia comunidad judía. Ambos objetivos políticos están funcionando en consonancia. Ambos están beneficiándose mutuamente. El dinero de los judíos en Córdoba se quedaba así dentro de la comunidad local fortaleciendo a su vez al Califato y a cambio de eso Hasdai lograba importar de Bagdad todo ese torrente de sabiduría que allí se encuentraba.
Dicho sea de paso debo mencionarles aquí que la Medicina y los Doctores Judíos son una parte muy importante de la cultura Medieval judía al igual que en la Modernidad. Y no es una casualidad en la historia judía que ser un Médico es una forma de elevar el prestigio social y el poder político. La mayoría de los grandes judíos Medievales no solo eran Rabinos sino que la mayoría eran también filósofos, médicos y hombres de las ciencias. Hasdai siendo el médico personal del Califa es una persona importante debido a que tiene habilidades médicas para curar gente y es capaz de utilizar ese saber para también ganar prestigio político. Los Médicos judíos siempre jugaron un rol central en las relaciones entre el mundo judío y el mundo no-judío ya que interactuaban mucho mas con ese mundo y compartían conocimientos científicos.
Hasdai, el mecenas del arte judío
La historia de Hasdai es además una historia realmente interesantísima por otro motivo principal y eso es que Hasdai era un mecenas de la cultura judía. En otras palabras este hombre que es exitoso políticamente y tiene los mejores contactos en este período influenciando las decisiones principales de la comunidad judía de España y por extensión la del mundo, se rodea de las figuras artísticas más destacadas elevando aún más su personalidad y su prestigio frente a la corte del Califato.
Este es algo que ha sobrevivido de una forma u otra en nuestra cultura Moderna en la cual muchas veces aquellas personas con poder político o económico se rodean de artistas como forma de mostrar y elevar su prestigio cultural y no solo monetario. Desde tiempos inmemorables ha existido esta conexión entre no solo “riqueza y poder” que hablamos en la publicación sobre “Saadia Gaon y su Mundo” sino también “riqueza, poder y cultura o sofisticación” como combinación de lo más elevado que uno puede alcanzar. Ser rico, tener contactos y poder político y encima de eso ser versado en las artes, la historia y la cultura”.
Lo que hace particularmente interesante y a la vez desafiante este período es que los textos principales que tenemos para reconstruirlo son poesías.
Tenemos muchísimos poemas que fueron escritos bajo el mecenazgo de Hasdai ibn Shaprut y fueron escritos en hebreo por poetas judíos. Estos poemas eran escritos como forma de entretenimiento, alabanzas políticas a Hasdai e incluso poemas de inspiración religiosa. Sin importar realmente la naturaleza del porque de estos poemas, la mayoría de ellos habían sido encargados y pagados por Hasdai mismo.
Como hombre perteneciente a la Corte del Califato Islámico, Hasdai creía que rodearse y tener poetas que escribían para él (del mismo modo que vemos al Califa que también se rodeaba de arte y poetas que escribían en árabe) lo hacía todo esto a Hasdai un hombre más importante aumentando su presencia pública.
Lo fascinante es que gracias a Hasdai emerge una nueva expresión cultural judía en este período en la forma de nuevos poemas “seculares”. Hasdai contrata a dos poetas principales llamados Dunash ibn Labrat (http://es.wikipedia.org/wiki/Dunash_ben_Labrat) y Menajem ibn Saruk (http://es.wikipedia.org/wiki/Menahem_ben_Saruq) quienes escribieron poesía religiosa y “secular” y como podrán apreciar estos dos poetas inician una nueva tradición que continuó por siglos de judíos escribiendo poesía en hebreo.
La pregunta que debemos hacernos es ¿por qué decimos que este arte es nuevo? La realidad es que es nuevo en un sentido pero a la vez es antiguo en otro sentido.
La poesía judía: un «antiguo-nuevo arte»
Es antiguo en el sentido que existió, antes que estos poetas en España, una tradición de poesía litúrgica religiosa en el judaísmo llamada piut. Piutim (que es el plural de piut) son poemas litúrgicos escritos a lo largo de miles de años muchas veces por Hazzanim, es decir Cantores religiosos, que oficiaban en los servicios religiosos tanto en el Israel Antiguo como en Bagdad y otros lugares. Para que entiendan a que nos referimos podríamos mencionar algunos de los piutim más famosos de la liturgia judía: por ejemplo Adon Olam, Igdal, Ein Keloheinu, El Adon, El Nora Alila, Leja Dodi e incluso Unetane Tokef son todos poemas religiosos escritos a lo largo de la Edad Media -el período que nosotros estamos analizando. En un determinado momento de nuestra historia los Hazzanim o shlijei tzibur, es decir los oficiantes religiosos en las Sinagogas, escribían poemas religiosos que eran agregados a la liturgia preexistente y a veces gustaban tanto que quedaban ahí preservados para la posteridad. Por lo tanto todo esto es algo antiguo ya que representa una antigua tradición de poemas litúrgicos que continúan hasta España.
Como nota a parte, debo confesarles que esta tradición en la actualidad ha casi desaparecido. Definitivamente el concepto de innovación en la tradición litúrgica judía ha cambiado drásticamente en los últimos años y en la actualidad somos sospechosos del cambio y lo novedoso en nuestras tradiciones. Una teoría dice que esto también se debe a que vemos lo antiguo como más valioso o “real” que lo nuevo. Pero nos recuerda también que muchos de los poemas litúrgicos que hoy se encuentran en nuestro rezos también fueron una innovación o algo novedoso cuando se estrenaron por primera vez en su momento histórico y tal vez algunos de ellos no fueron bien recibidos o aceptados por todos los judíos la primera vez que los escucharon.
Nuestros poetas judíos en España, tanto Dunash ibn Labrat como Menajem ibn Saruk escribieron poemas religiosos en hebreo uniéndose a esa tradición de piutim. Pero lo que es nuevo es que también escribieron poemas “seculares” en hebreo. “Secular” en esta etapa Medieval significa poemas en hebreo que no tienen nada que ver con la religiosidad. Recuerden nuevamente que el concepto de lo “secular”, es decir la separación entre la religión y el Estado es una idea de la Modernidad. Pero lo “secular” y no “religioso” de estos poemas es que nos narran acerca de cosas más mundanas como por ejemplo emborracharse y amar a las mujeres (y acá nos referimos literalmente a los aspectos físicos de las mujeres). Tenemos incluso casos de poesía judía escrita en hebreo narrándonos sobre el amor entre hombres. Recuerden que la cultura islámica estaba saturada de la cultura grecorromana que había sido traducida al árabe y la homosexualidad había sido claramente una dimensión y un rol central en la cultura griega clásica que luego se pasó a la cultura islámica también debido a la influencia de dichos textos y llego incluso a esta cultura judía también como estamos viendo aquí. Este es en esencia un tema muy controversial pero a la vez debemos preguntarnos si cuando nos encontramos con un poema de este período escrito en hebreo y que nos cuenta sobre la relación homosexual entre dos hombres es esto real o imaginario. ¿Es este un poema que describe algo real o es simplemente un género literario poético del estilo del momento? Esta es realmente una pregunta muy difícil de responder pero de todos modos lo que esta claro aquí es que los judíos están haciendo lo mismo que los poetas musulmanes con una excepción muy importante y esa excepción que ya la he mencionado es que los judíos no escribían en árabe sus poemas sino en hebreo.
La prosa literaria judía y vimos esto ya varias veces a lo largo de estas publicaciones, estaba escrita en árabe. Los judíos estaban lingüísticamente asimilados. Hablaban en árabe y escribían sus obras filosóficas muchas veces en árabe y no en hebreo. Pero cuando escribían sus poemas, incluso sus poemas “seculares”, los escribían en hebreo.
Esto sucedía porque el modelo de poesía islámica más elevada era el Corán. El Corán era considerado como el mejor árabe. El árabe más bello, puro, sagrado y poético. Y por lo tanto para un judío adoptar el árabe como el lenguaje para escribir su propia poesía no tenía ningún sentido. Y por eso los judíos utilizaban su propia lengua en el estilo más bello, puro, sagrado y poético y eso era por supuesto la Tora o el TaNaJ.
La Biblia Hebrea se convirtió así en el modelo de prosa a imitar. Lo asombro de esta poesía son las expresiones utilizando el hebreo bíblico, el juego de palabras, la flexibilidad con la cual esta lengua sagrada judía es utilizada. Lo escalofriante es como el hebreo como lengua sagrada misma es transformada completamente para reflejar expresiones totalmente “seculares” perdiendo así ese sentido de sacralidad. Ahora uno podía escribir sobre mujeres, vino, amor e incluso canciones utilizando frases bíblicas pero modificándolas de tal forma que perdían totalmente cualquier dimensión religiosa haciéndolas completamente seculares. Esto es muy interesante a la luz de la idea que el hebreo que se habla en Israel hoy es una reconstrucción moderna. Si bien es cierto que el hebreo hoy posee palabras que no existen en el hebreo bíblico puesto que dichos objetos o ideas que describen estas palabras no existían lingüísticamente en la era bíblica, gracias a estos poemas podemos ver como el hebreo era retocado a la luz de los judíos de cada era manteniéndolo como una lengua viva y no solo utilizada para el rezo.
Pero lo que es además más fascinante es que el mismo poeta podía hacer una transición muy simple y pasar de escribir poemas devotos, piadosos y profundamente religiosos hacia poemas extremadamente mundanos y “seculares”.
En resumen lo que tenemos de todo esto es poesía judía escrita en hebreo que es novedosa en el sentido que utiliza la métrica y estilo poético del árabe y a la vez explora los aspectos seculares de la naturaleza, el vino, las mujeres, la sexualidad, etc. preservando frases bíblicas.
Los poetas judíos en España satisfacían así las necesidades tanto espirituales como mundanas de sus mecenas y de la comunidad general en las que vivían.
Lo particular para quienes nos gusta reconstruir este momento de la historia es que nuestra fuente principal además de la literatura rabínica, la literatura filosófica y otros textos termina siendo poesía, lo cual hace más emocional y desafiante reconstruir la historia. Y por lo tanto lo que vamos a hacer para entender esta etapa en la historia judía es explorar al final de esta publicación toda esta cultura a través de estas poesías de la cultura judía que va en paralelo con la cultura islámica.
Pero antes de continuar con la poesía quiero retornar a Hasdai por un instante y explorar un poco más su personalidad.
Hasdai ibn Shaprut y José, Rey de los Jázaros
Hasdai se vio a si mismo no solo como un hombre rico con contactos políticos y conocimiento de las artes y las ciencias sino como el representante oficial de todos los judíos en Andalucía. Más allá que no era un príncipe ya que no existe algo así en el judaísmo, Hasdai era claramente la figura judía más importante dentro de la corte del Califato y dentro de esta corte Hasdai se convierte en una especie de embajador tanto de los intereses islámicos y su Califato en Córdoba como de los intereses judíos.
Por este motivo tenemos correspondencias, es decir cartas que se han preservado hasta la actualidad, entre Hasdai con comunidades localizadas en Bizancio, Italia y el Sur de Francia. Todas estas eran comunidades que se encontraban fuera de la órbita islámica. Por lo tanto Hasdai sabía sobre la situación de los judíos viviendo bajo dominación cristiana y mantenía el contacto con judíos de todas partes del mundo. Es notable observar que Hasdai, al igual que los Gaonim en su momento, también había logrado atravesar las fronteras entre el mundo islámico y el mundo cristiano a través de sus cartas.
Pero la correspondencia más interesante que se ha preservado de Hasdai fue circulada durante su propia vida y por los siglos posteriores.
Estas cartas de Hasdai estaban dirigidas a un hombre llamado José, Rey de los Jázaros (http://en.wikipedia.org/wiki/Joseph_(Khazar)- en inglés). En hebreo conocemos este grupo como los kuzarim pero vamos a llamarlos los Jázaros en este contexto. El reino de los Jázaros existió entre los mares Negro y Caspio en el sudeste de Europa.
Se nos cuenta a través de cartas y documentos que se han preservado, (http://en.wikipedia.org/wiki/Khazar_Correspondence- en inglés) que por un período de varios siglos, en este reino un Rey se había convertido a alguna versión del judaísmo. Se que esto suena extraño pero realmente y objetivamente no tenemos fuentes suficientes para reconstruir todo esto con precisión. Se hace muy difícil para los académicos y los historiadores separar entre mito y realidad con respecto a este tema en la historia judía pero lo que si es seguro es que existió un reino llamado Jázaro y que en algún punto parte de la familia real se convertió al judaísmo. Nuevamente qué clase de judaísmo practicaban o con qué judíos se habían relacionado y si tenían idea de la existencia del Talmud, el judaísmo rabínico etc. se hace difícil sino casi imposible de comprobar.
Utilizando nuevamente el libro de ibn Daud como fuente posterior a este período (recuerden que ibn Daud es quien nombramos al principio de esta publicación sobre la historia de los 4 Rabinos capturados por piratas) parece que algunos Jázaros habían estudiado en España y conocían el judaísmo rabínico ya que ibn Daud escribió literalmente en su “Libro de la Tradición” que:
«Uno puede encontrar comunidades de Israel a lo largo de todo el mundo… desde Dailam y el río Itil (este es el río que actualmente llamamos Volga y desemboca en en el Mar Caspio) viven los pueblos Jázaros que se convirtieron en nuestros seguidores. El rey Jázaro José le envió una carta a Hasdai ibn Shaprut y le informó que él y toda su gente eran seguidores del judaísmo rabínico. Nosotros mismos hemos visto descendientes de los Jázaros en Toledo, estudiantes de los sabios, y nos han dicho que el remanente de ellos sigue la creencia rabínica «.
Nuevamente y como dijimos al comienzo con la historia de los 4 Rabinos capturados por Piratas, el libro de Daud ya no es considerado por el academicismo moderno como una fuente objetiva ni confiable con respecto a la historia que narra. Ibn Daud escribe en forma retrospectiva, es decir nos cuenta sobre sucesos que él mismo no vivió personalmente sino que los está reconstruyendo. Pero justamente sus dos libros principales (uno filosófico y otro histórico que es el que estamos utilizando nosotros) intentan ambos defender el judaísmo rabínico y la herencia de la tradición en contra de los karaítas. Y como también dijimos ya, esto nos recuerda cuando hablamos de Sherira Gaon ya que Sherira también realiza siglos antes de ibn Daud un shalshelet hakabbalah, es decir una “cadena de tradición”. Este tema de la justificación de la tradición parece ser recurrente como forma para validar la historia del judaísmo rabínico y los rabinos como herederos legítimos del Dios que hace un pacto con el pueblo de Israel que conocemos de la Biblia.
Volviendo a Hasdai, el escucha sobre este rumor de los Jázaros y realmente notamos por las cartas que le escribe a José, el Rey Jázaro, que Hasdai estaba totalmente entusiasmado con este descubrimiento. Hasdai se consideraba a si mismo el representante oficial de los judíos en el Oeste y de pronto descubre que hay un Rey que es el representante de los Judíos en el Este y decide escribirle para conocer más de él y qué hace y tratar de entablar algún tipo de colaboración.
Estas cartas entre Hasdai y José que se han preservado nos demuestran además que la minoría judía se sentía realmente con poco poder en este período de la historia (veremos esto más en profundidad cuando hablemos de Yehuda Halevi en nuestra próxima publicación). Según la visión judía de este período los cristianos tenían grandes edificios, riqueza, poder, relaciones con los reyes y las cortes y al mismo tiempo los musulmanes tenían lo mismo junto a poderosos ejércitos e imperios mientras que los judíos a diferencia de estas dos religiones no tenían nada de estas cosas. Los judíos no tenían poder, eran una minoría y sentían que si eran el pueblo elegido no tenía sentido que vivieran sometidos al poder de otras religiones y otros pueblos.
Lo único que tenían los judíos en España era a Hasdai. Pero ahora este descubrimiento de un Rey judío encontrándose en un territorio lejano con ejércitos y poder comienza a cautivar la imaginación de todos estos judíos en España y comienzan a fantasear con la idea que tal vez el judaísmo no es tan inferior o pequeño ya que tiene poder político pero no estamos al tanto de dicho poder. Es interesante ver como emerge en este período la idea que “tener poder político” representa que “el judaísmo es verdadero”. Si el judaísmo es verdadero para estos judíos y si realmente son el pueblo elegido, entonces esa verdad debería manifestarse también a nivel político y los judíos deberían ser independientes y no vivir bajo el poder de otros pueblos. Esta es una idea que curiosamente en la Modernidad y especialmente en la actualidad la escuchamos invertida. Muchos judíos hoy dicen que el poder de la verdad del judaísmo ha sido su supervivencia sin poseer imperios, ejércitos ni un gran numero de seguidores a través de miles de años. Pero los textos de los judíos medievales revelan en esencia lo contrario en su tiempo. Los judíos se sentían pequeños en comparación a las otras dos religiones monoteístas.
Y esto se aclara con este episodio ya que en este período que estamos describiendo los judíos sienten que si es verdad que hay un Rey y un reino judío por algún lado hay que salir a su encuentro. Y lo que tenemos en cientos de manuscritos circulando por todas partes durante los siglos posteriores es la correspondencia documentada entre Hasdai ibn Shaprut y José el Rey de los Jázaros. Tenemos preservadas incluso respuestas de José a Hasdai.
La realidad sobre toda esta correspondencia y realmente hasta qué punto Hasdai pudo llegar a conocer o vincularse con el Rey José de los Jázaros continúa siendo un relato que está en el límite entre la verdad y el mito. Pero lo que es fascinante de todo este episodio, mitad real y mitad leyenda, es la fantasía e imaginación que despierta en Hasdai y en la comunidad judía de este período por la idea de poder político y la influencia que los judíos realmente podían tener en otras partes remotas del mundo que estos otros judíos viviendo en España ni están enterados. En el contexto Medieval de las luchas entre judaísmo, cristianismo e islam, cada uno presentando su poder e influencia como reflejo de su verdad, nos demuestra porqué Hasdai estaba tan obsesionado con este tema.
Poetas famosos y Poesías famosas
Antes de concluir esta publicación quiero retomar el tema de la poesía de este período y hablarles un poco más acerca del contenido de estos poemas.
Cuando Hasdai muere dejando un legado impresionante de poesía judía, la dinastía Ummayah que controlaba el poder del Califato islámico en Córdoba llega a su fin a finales del siglo X y todas las ciudades-estado que conforman la España Medieval de este período y que se encontraban bajo dominación islámica comienzan a declinar y en consonancia la vida judía también comienza lentamente a cambiar su dirección política como resultado no de un nuevo reinado que se impone ahora, sino muchos reinados diferentes en un período muy agitado.
Y por supuesto para finales del siglo XI comenzamos a oír sobre los cristianos quienes a través de lo que conocemos históricamente como “La Reconquista” (http://es.wikipedia.org/wiki/Reconquista) regresan e imponen el cristianismo en la Península Ibérica. En otras palabras en este particular período de la historia llegaremos a una situación en la que tendremos musulmanes y cristianos viviendo en el mismo mundo español.
Pero irónicamente en este nuevo escenario mundial de inestabilidad política en la que diversos líderes pelean por el nuevo control del territorio, la manera en que estos líderes son alabados y recordados es a través de poetas que escriban poesías sobre sus conquistas militares, sus logros y sus vidas. Y esto es lo paradójico ya que en lugar de llevar un recuento en forma de crónica más objetivo o por decirlo de alguna manera en forma más “cruda” (lo cual tal vez sería más típico de un gobierno o un líder militar que intenta imponer su poder y preservar sus conquistas para la posteridad) las historias y las personalidades más importantes y sus conquistas militares nos llegan en hermosas poesías.
Quiero mencionarles algunos nombres y contarles la temática de algunos poemas en lo que resta de esta publicación. Honestamente no hay mucho de este material impreso seriamente en español. Pero para aquellos que leen hebreo o inglés les recomiendo el libro “Cultures of the Jews: A New History” (http://www.amazon.com/Cultures-Jews-A-New-History/dp/0805241310) entre las páginas 313 a 386 dónde pueden encontrar poemas relevantes a lo que estamos discutiendo aquí.
La historia fascinante de un guerrero y poeta judío: Samuel HaNaguid
El primer nombre que quiero compartir tiene una historia realmente fascinante. Este hombre es Samuel HaNaguid. Samuel HaNaguid nació en Mérida el año 993 y murió en Granada alrededor del año 1056. Este hombre era un erudito del Talmud, la gramática hebrea, era un poeta e incluso y más increíble era un guerrero y un estadista militar que vivió en la Península Ibérica en la época de la dominación musulmana.
Samuel HaNaguid escribió poemas sobre sus batallas al frente de un ejercito. Se que esto sorprende debido a que es totalmente diferente del estereotipo que tenemos de los judíos que no poseen armas o ejércitos al menos hasta el nacimiento del Estado Moderno de Israel. Pero su elección de temas poéticos reflejan sus ocupaciones múltiples y su visión del mundo, incluyendo poemas que describen el campo de batalla usando la analogía de un juego de ajedrez.
Este hombre fundó la yeshiva, es decir la escuela de estudios judaicos, en la que estudiaron grandes Rabinos entre ellos ni más ni menos que el padre de Maimónides!
Escapando luego de persecuciones se instaló durante un tiempo en Málaga y se puso un negocio de especias. Finalmente se trasladó a Granada donde trabajó primero como recaudador de impuestos, luego como secretario y finalmente como ayudante principal de Habús ben Maksan, rey del reinado independiente musulmán en Granada entre 1019 y 1038. Las fuentes revelan que el reinado de Maksan supuso un gran desarrollo político, cultural y económico en el que tuvo un gran protagonismo su hombre de confianza y mano derecha Samuel HaNaguid ayudándolo a expandir su territorio a través de su guía en conquistas militares. De hecho durante este período la comunidad judía llego a 5000 judíos en esta zona geográfica y surgieron nuevas yeshivot muy importantes gracias a HaNaguid y su influencia política.
Moisés ibn Ezra y la poesía judía homosexual
Otro de los grandes de este género en este período es Moisés ibn Ezra que vivió a finales del siglo XI y principios del XII.
En sus poesías ibn Ezra escribió sobre el vino, el amor, la vida de campo, el mal de amores, la separación entre los amantes, los amigos infieles, la vejez, la muerte, la fe en Dios y la gloria de la poesía misma.
Ibn Ezra también escribió poesía homosexual y ya que he mencionado esto nuevamente tal vez debería expandir un poco más este tema que personalmente me resulta fascinante. Los judíos en la península Ibérica y bajo dominación islámica vivían en paz con sus vecinos musulmanes e incluso compartían fiestas que duraban toda la noche disfrutando de canciones, bailes y vino. El tema controversial aquí es que muchos de ellos amaban tanto a muchachos como a mujeres. Por su puesto que lo controversial es que según las tres religiones las relaciones homosexuales se encuentran según las escrituras totalmente prohibidas. Pero como dijimos antes la influencia griega y romana en este período debido a las traducciones que el mundo islámico estaba haciendo de las filosofías de Platón y Aristóteles se impregnan en todos estos hombres.
Entre los poemas de amor escritos por ambas culturas hay un importante repertorio de poemas homosexuales. Los sorprendente es que los autores de estos poemas eran los grandes rabinos y eruditos de la época, líderes de la comunidad como Ibn Gabirol, Samuel HaNaguid, Moisés ibn Ezra y Yehudah Halevi entre otros. Nuevamente la poesía medieval hebrea (y la árabe) que trata el tema erótico y homosexual puede ser descrita como una “poesía del deseo” o “poesía de la pasión” y estos poemas no reflejan necesariamente experiencias vividas, sino posiblemente sentimientos de anhelo no consumado.
Dunash ibn Labrat: el poeta judío ambivalente
El último poeta que quiero mencionar ya lo nombre al principio y ese hombre es Dunash ibn Labrat, uno de los poetas que el mismo Hasdai había contratado para que escriba poesías para él.
Quiero para cerrar leerles un poema y analizarlos juntos como un preludio para entender a Yehuda Halevi de quien hablaremos en nuestra próxima publicación.
El poema se llama “El dijo “no duermas”” y es un poema muy particular donde Labrat nos presenta dos voces internas que están en contradicción.
Van a observar como el poema comienza con una oda de alegría al vino y la buena vida en España pero termina en forma triste reflexionando sobre la condición de los judíos en España, viviendo fuera de Israel (o Sión como te se le dice) y el mundo de la Tora.
El dijo “no duermas”
Él dijo “no duermas. Bebe vino viejo
con mirra y lilas, hena y áloes
en un vergel de granadas, palmas y vinos
llenos de plantas placenteras y tamarindos,
con el murmullo de los manantiales
y el canto de los laúdes
al son de los cantantes, flautas y liras.
Allí dónde cada árbol es alto, las ramas
están llenas de frutas,
y los pájaros voladores de cada rey
cantan entre las hojas.
Las palomas gimen melodiosamente
y replican arrullando como lengüetas.
Beberemos entre camas de flores cercadas por lilas
aportando penas al vuelo de canciones y alabanzas.
Comeremos dulces y beberemos con el cuenco repleto.
Actuaremos como gigantes y beberemos
de las copas enormes.
Por las mañanas, yo me levantaré para matar toros
sanos y elegidos, becerros y carneros.
Nos ungiremos con aceite fragante e incienso
de aloe ardiente.
Antes que el día de la muerte caiga sobre nosotros, cubrámonos!
Yo le reproché: ¡Silencio, silencio! Eso ¿Cómo te atreves? ¿Cuándo la Casa Santa, el escabel de Dios,
para Incircuncisos?
Atontadamente tú has hablado, pereza tú has elegido.
Tonterías has pronunciado, como burlas y engaños.
Tú has abandonado el estudio
de la Tora del Dios Supremo.
Y tú te has regocijado con los chacales que corren
salvajes en Sión.
¿Cómo podríamos beber vino y cómo
alzar nuestros ojos
cuando nosotros somos nada,
detestables y odiados?
En este poema Labrat nos presenta estas dos voces en su interior que son claramente contradictorias reflejando en la forma más increíble, la experiencia del judío que vive en la diáspora, es decir fuera de la tierra de Israel hasta el día de hoy y resuena en muchos de nosotros porque sigue siendo tremendamente actual en ciertos aspectos.
El poema nos ayuda a ver cómo muchos de estos judíos tenían un sentimiento contradictorio en sus vidas: eran religiosos y a la vez eran “seculares”. Escribían en forma brillante sobre ambas cosas. Disfrutaban de ambas cosas. Disfrutaban del vino, la naturaleza, la sensualidad y la buena vida que les daba la España bajo dominación islámica pero al mismo tiempo, del modo en que se pregunta esa “otra voz” de la poesía de Labrat, la tierra en la que vivían no era Israel o Sión. Este no era el mundo de la Tora. Este era el mundo “secular” que el Islam había creado para nosotros. No debían disfrutar esto demasiado puesto que no era su verdadera cultura. Esta era una cultura en la que se habían asimilado y amaban tanto esa cultura que se habían olvidado quienes eran realmente.
Notemos que maravillosa y a la vez compleja ambigüedad. ¿Hay algo más judío que este sentimiento y pensamiento en la Modernidad? ¿No seguimos discutiendo lo mismo hoy en día? ¿Cuánto de judaísmo y cuanto de secular conforman nuestra existencia judía? ¿Cuánto de lo que hacemos como judíos esta muchas veces influenciado por el país, el idioma y la cultura que nos rodea y que no es judía sino que el judaísmo absorbe y sintetiza estas experiencias particulares de cada región y cada período particular de la historia en la cual los judíos vivieron y absorbieron otras tradiciones? ¿Cuántos de nosotros tenemos ese sentimiento ambiguo hasta el día hoy de pertenecer y a veces no pertenecer a ningún lado en forma total?
Labrat nos está diciendo que no debemos sentirnos tan cómodos fuera de Israel y por eso el poema nos recuerda Sión, la Tora, quienes somos como judíos, a donde pertenecemos realmente y cual es nuestro verdadero destino. Este nivel tan alto de conformidad con el entorno no-judío es un aspecto que le molesta profundamente a Labrat.
Y he enfatizado todo esto porque en la próxima publicación veremos como Iheuda Halevi comienza exactamente con esta ambivalencia y critica a aquellos judíos que han absorbido tanto la cultura que los rodea que se han olvidado quienes son y han perdido su identidad judía y las prioridades de su propia misión judía en esta vida. Y todo esto que veremos en detalle en la próxima publicación ya lo anticipa Labrat en este maravilloso poema.
El fin de la Edad Dorada
Para finales del siglo XI y XII las cosas se ponen cada vez peor en esta zona del mapa. Andalucía es invadida por tribus bárbaras, los almohades, los almorávides y a diferencia de los otros musulmanes que los judíos conocían y se relacionaban, estos nuevos individuos estaban en contra de los judíos. La tolerancia hacia los judíos como Dhimmis, eso es como minorías protegidas que obliga la Ley islámica, desaparece lentamente. Estos nuevos musulmanes que invaden Andalucía asesinan judíos y fuerzan a muchos judíos a emigrar hacia otras tierras. Veremos que los dos personajes centrales de quienes hablaremos en nuestras dos próximas publicaciones y que son Yehuda Halevi y Moisés Maimónides son forzados a abandonar España debido a la inestabilidad que estas tribus crean en todo el área. Al mismo tiempo no debemos olvidar que los cristianos también comienzan a llegar al Sur de España.
La tranquilidad de la corte Ummayah finalmente termina dando comienzo a un período largo de inestabilidad tanto religiosa como política y social para toda la zona y principalmente para los judíos que habitan allí.
A partir de este momento histórico el territorio que nosotros hoy llamamos España será durante los siglos Medievales siguientes cristiana, musulmana y simultáneamente bárbara con las tribus que invaden otras ciudades.
Para resumir un poco toda la información que presentamos en esta publicación, desde los tiempos de Hasdai hasta llegar a Maimonides (quien vivió entre el siglo XII y principios del XIII) generalmente llamamos en el judaísmo a este período histórico como “La Edad de Oro Española”. Esta idea de la “Edad de Oro” dejó una impresión muy fuerte entre muchos judíos y en especial en los académicos de los siglos XVIII y XIX que escribieron sobre este período.
Lo que emerge de todo este período desde la poesía (y también la filosofía que exploraremos en las próximas publicaciones) es una especie de “ideal cultural judío”.
Ser judío era estar versado tanto en hebreo como en árabe. Los judíos y especialmente los rabinos de este período eran no solo conocedores de la Ley judía y la Tora sino que en su mayoría eran médicos, filósofos, hombres de ciencia y artistas. Tenemos en este período rabinos que conocían muchísimo del Talmud escribiendo en hebreo sobre el tema y al mismo tiempo escribían poesías, obras filosóficas en árabe y estaban muy educados en todas las áreas.
El ideal educativo de esta comunidad española se encuentra presente en todas las poesías de este período y también se encuentra presente en Yehuda Halevi y Maimonides quien tal vez representa el último Rabino educado bajo estos ideales culturales. Y justamente Yehuda Halevi y Maimonides son las dos figuras principales de nuestras dos próximas publicaciones.
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