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Al final de nuestra publicación anterior hablamos de las fuentes que utilizaremos para reconstruir la vida judía en Bagdad en los siglos IX y X es decir del 800 al 1000 EC.
Voy a describir qué es lo que estas fuentes nos ofrecen para que podamos armar un perfil de cómo era la vida judía que emerge en el centro de la civilización islámica.
Para comenzar quiero que imaginen Bagdad entre el 900 y el 1100 como si fuera New York en su tiempo. Estamos hablando de un lugar que representa, en este momento de la historia que estamos describiendo, uno de los centros más importantes de la cultura y la religión en el mundo. Por supuesto que Bagdad no nos permite evocar esa imagen hoy pero para el período que estamos describiendo Bagdad era un punto neurálgico no solo para el islam y los judíos sino para la civilización mundial.
Acá tenemos el retrato que surge de revisar varias de nuestras fuentes.
Tres líderes: Exilarca y Gaoním (o Gueonim)
La comunidad judía de Bagdad emerge en torno a 3 líderes principales.
El primero de ellos es llamado “El Exilarca” (http://es.wikipedia.org/wiki/Exilarca). En arameo el término para designarlo proviene del período rabínico anterior donde se lo conoce como reish galuta (literalmente “cabeza del exilio”). Los otros dos líderes son dos Gaoním (es correcto también llamarlos Gueonim). La palabra Gaón que ya introdujimos en la publicación anterior y que en español sería algo así como “Su Excelencia” se refiere a los dos rabinos y directores de dos academias judías muy importantes que funcionaban simultáneamente en Bagdad llamadas Sura y Pumbedita.
Sura y Pumbedita son dos nombres muy antiguos de dos academias rabínicas que funcionaban en Babilonia en los inicios del judaísmo rabínico luego de la destrucción del primer Templo. Estos mismos nombres son luego tomados por estos rabinos posteriores viviendo ya bajo dominación islámica varios siglos después de los primeros judíos que habían sido exiliados en el año 586 a.C o a.EC para asegurar y demostrar así la continuidad entre los primeros rabinos y los rabinos posteriores que eran ahora conocidos como Gaoním.
Sura y Pumbedita es entonces el nombre de estas dos academias rabínicas que están instaladas en Bagdad y un Gaón es el director de Sura mientras que el otro Gaón es el director de Pumbedita. El Exilarca o reish galuta también esta ubicado en este área y comparte el poder con los dos Gaoním. Los dos Gaonim y el Exilarca son entonces los tres líderes judíos en Bagdad en este período.
El Exilarca según la tradición judía es descendiente de la dinastía del Rey David lo cual le otorga participación en el linaje que lo legitima como autoridad ya que su sangre desciende del mismísimo Rey David que conocemos de la Biblia. Como ustedes saben el Mesías en la tradición judía es un desciende del Rey David por lo que tener sangre de esa dinastía es algo muy preciado no solo para el judaísmo sino posteriormente para el cristianismo también y ese es el motivo por el cual en el Nuevo Testamento se traza la genealogía de Jesus para intentar demostrar que él también es un descendiente del rey David.
Al ser esto un linaje y una dinastía por supuesto que solo ciertas familias pueden ser Exilarcas puesto que esto no se vota como una democracia sino que es una herencia de sangre que lo liga a uno con la institución bíblica.
Por el contrario al Exilarca los Gaoním no necesariamente descienden de una dinastía o un linaje particular. De todos modos cuando leemos los nombres a través de las diferentes generaciones de rabinos notamos claramente que ellos también poseían su propia oligarquía de poder y lo más común es ver que los hijos son los que continúan a sus padres en un limitado numero de familias y nombres que se van repitiendo.
Cada uno de estos tres líderes en Bagdad tenían jurisdicción sobre un tercio de la comunidad, es decir que su poder esta compuesto por esta especie de triunvirato ( en otras palabras “un poder divido entre tres fuerzas”) cuya responsabilidad principal era recolectar impuestos y ayudar tanto a la comunidad local de Bagdad como aquellas que estaban alejadas de este centro.
Este triunvirato no siempre está de acuerdo en todo (como sucede en un cualquier institución en general y judía en particular) y había casos en los que el Exilarca podía no estar conforme con alguno de los Gaonim o viceversa y comenzaban las discusiones.
Una de las más famosas controversias que se preservan involucran a un Exilarca llamado David ben Zakkai (http://es.wikipedia.org/wiki/David_ben_Zakkai) en contra de un rabino muy importante llamado Saadia Gaón. La discusión entre ambos -según las fuentes que tenemos- fue tan fuerte que llegó hasta la violencia física. Por lo tanto podemos ver que esta estructura estaba profundamente politizada pero al mismo tiempo quiero que noten algo que va a ser esencial a través de toda la Edad Media y que separa a este período de la Modernidad. Y lo que quiero que noten es que estos tres líderes eran simultáneamente líderes político y religiosos y eso es lo que hace interesante a la estructura comunitaria judía de este período en donde no hay distinciones entre un líder político y un líder religioso. Estamos hablando de religión dentro de un contexto político o dicho de otra manera política dentro de un contexto religioso en donde ambas funcionan simultáneamente para la tradición judía. Nuevamente, comprender esta unión en la cual no se diferenciaba entre un líder político y un líder religioso es muy importante ya que es una de las diferencias cruciales entre la Edad Media y la Modernidad.
Así que tenemos estos tres individuos que representan la estructura política y religiosa de Bagdad y por extensión representan a una gran parte de la comunidad judía dispersa por el mundo.
A pesar de ser un triunvirato con los poderes divididos en tres, las fuentes revelan que los Gaonim eran más poderosos que el Exilarca.
Los Gaonim eran seleccionados de un reducido numero de familias que ya venían controlando la dirección de la vida comunitaria judía por varios siglos y cada una de las dos academias (Sura y Pumbedita) tenían 70 miembros y un director. 71 no es un numero azaroso sino que se toma de una Institución clásica del judaísmo conocida como Sanhedrin (http://es.wikipedia.org/wiki/Sanedr%C3%ADn). El Sanhedrin era una estructura política, judicial y religiosa (una especie de “suprema corte de justicia”) liderada por un Presidente, un vicepresidente y 69 miembros que existía desde la época en que el Templo funcionaba. En la época en que el Templo funcionaba el Presidente era el Sumo Sacerdote o en hebreo lo que llamamos Kohen Gadol. El último Sanhedrin se disolvió luego de las constantes persecuciones del Imperio Romano y existieron en la historia varios intentos fallidos de volver a formarlo incluso hasta hace pocos años.
En imitación de este famoso Sanhedrin tenemos en las academias rabínicas de Sura y Pumbedita 70 miembros y el Gaón es por supuesto el numero 71 sentado al frente de la institución. Seguido de este primer asiento hay 7 filas más en orden de jerarquía de poder. En esta estructura cuanto más cerca del Gaon uno se sentaba más poder tenía. Los hombres que se sentaban en la primera fila eran llamados alufim. Por lo tanto tenemos el Gaón y tenemos alufim y detrás de ellos el resto.
Como pueden claramente ver, el motivo por el cual estoy describiendo esto es que en este momento de la historia judía teníamos una estructura comunitaria que no era solamente oligárquica como ya dijimos (de familias que heredan los puestos) sino incluso jerárquica. El Gaon es la figura más poderosa proveniente de una familia de Gaonim, seguido por los alufim y detrás de ellos, como ya mencionamos el resto de los pensadores y jueces que conformaban la academia.
Además de estas dos academias tenemos otra asamblea compuesta por 400 estudiantes que estudian la Ley judía y son miembros potenciales de las academias de Sura o Pumbedita en caso que se habrá algún puesto dentro de dichas academias. Pero como estamos viendo la estructura de las academias de Sura y Pumbedita era jerárquica y vitalicia, es decir que uno operaba allí dentro hasta que uno se moría, y para entrar dentro de la academia no había elecciones ni un proceso democrático sino que había que nacer dentro de una familia particular que le otorgaba a uno acceso al poder.
Ya cuando hablemos de Saadia Gaón en las próximas publicaciones veremos que él es el caso que rompe esta norma ya que logra acceder al poder (no sin antes atravesar fuertes controversias) sin venir de una familia de Gaoním.
La academia en pocas palabras, era un ambiente cerrado en el cual un numero reducido de familias discutían y decidían en materia de Ley judía y lo más destacado es que esta estructura era tolerada por el Califato islámico en Bagdad que controlaba el territorio en que ellos vivían. El gobierno o Califato islámico toleraba dentro de su propio gobierno que existiera otra estructura interna compuesta por judíos que se auto-regulaban. Una tolerancia que con el paso del tiempo se irá evaporando.
La academia se juntaba en forma completa solo dos veces por año y por lo tanto los problemas del día a día eran definidos por los Gaoním sin la consulta de todos los miembros. Esto refuerza la noción que los Gaoním contaban con el poder suficiente para tomar ellos solos muchas de las decisiones.
Toda esta descripción que estamos haciendo surge de la (a) “Crónica de Natán el babilonio”, (b) el Geniza del Cairo y (c) las responsas rabínicas de los gaonim dándonos estas fuentes una descripción maravillosa de cómo funcionaba la vida comunitaria judía en este período. Recuerden que hablamos de estas fuentes que estamos utilizando al final de nuestra publicación anterior.
Las familias judías ricas: familias Aaron y Netirá
Todas las fuentes describen un grupo más de poder que mencioné al final de la publicación anterior y voy a retomar varias veces a lo largo de estas publicaciones. Me estoy refiriendo a las familias judías ricas. Familias que en su contexto histórico tenían mucho dinero y gracias a ello muchísima influencia en las decisiones de la vida comunitaria judía.
Si alguien me pregunta a mi quién es la figura más poderosa detrás de cualquier comunidad o estructura social sea ésta un gobierno, una presidencia, una empresa o una comunidad religiosa la realidad es que según mi opinión personal aquellos que dan mayores donaciones y tienen más riqueza son generalmente los que mayor influencia tienen en la dirección y las posturas que se asumen institucionalmente ya que son los que mantienen activa la institución.
Esta idea o concepto muy establecido en nuestras sociedades que une “riqueza con poder”, dando como resultado influencia política y religiosa en la dirección del devenir histórico de un país o una comunidad, tiene como estamos viendo una larga historia que se hace totalmente visible gracias a la “Crónica de Natan el babilonio”.
Natán menciona particularmente varias familias ricas que manejaban los hilos detrás de toda la estructura de las academias en Bagdad.
La pregunta es ¿quién decidía quién sería el próximo Exilarca o el próximo Gaon de Sura o Pumbedita? ¿Se tomaban estas decisiones teniendo en cuenta la opinión popular o lo que el pueblo quería? La respuesta es obviamente no. Estas decisiones eran tomadas por estas poderosas familias adineradas que claramente empujaban e influenciaban a su modo no solo dentro de la corte del Califato (en donde tenían un poder visible frente al gobierno islámico) sino a su vez reflejadas en la vida de la propia comunidad judía como un todo. Y esto es importante de ver para entender cómo se va desarrollando la historia judía y cuáles son los objetivos detrás de ciertas decisiones. Es decir que podíamos tener un Gaón inspirando personas a que realicen ciertas acciones que tenían, dichas acciones, el interés de la familia que económicamente respaldaba el poder de dicho Gaón. No estamos aquí juzgando si eso es bueno o malo sino que estamos simplemente describiendo una realidad social.
Creo que esto que estamos describiendo no debería sorprender a nadie. Las personas que llegan a ser candidatas a presidentes de instituciones o líderes de un grupo generalmente poseen un respaldo de familias con mucho dinero que tienen sus propios intereses y su propia agenda detrás de ellos. En la mayoría de los casos, detrás de un líder religioso o un político importante, siempre hay una familia o alguien muy rico detrás de escena sosteniendo económicamente al líder. A veces el líder mismo viene de una familia adinerada y eso ayuda mucho para entrar al poder. Por lo tanto si uno quiere ver cual es la agenda u objetivos de una institución uno debe explorar cual es la agenda o los objetivos de quienes están dando las mayores donaciones de dinero para hacer que dicha institución funcione.
Dos de estas familias judías adineradas son nombradas en la “Crónica de Natán el Babilonio”: una es la familia Netirá y la otra es la familia Aaron. Y ambas familias aparecen una y otra vez a lo largo de toda la “Crónica de Natán” descriptas como las familias judías más ricas de Bagdad en su momento y son la opinión que más peso tiene frente a las decisiones de la comunidad. Ambas familias donaban mucho dinero al Estado islámico y eso les otorgaba el poder de tomar decisiones políticas y religiosas en nombre de la comunidad judía en Bagdad y a veces en otros lados también.
Antes de dejar este tema quiere leerles parte de la “Crónica de Natán el Babilonio” en donde se describe en un momento la instalación de un nuevo Exilarca. El tema de quién es el Exilarca no es central aquí pero lo que si quiero compartir con ustedes es el estilo en que esta escrito y la descripción del tipo de ambiente que estamos describiendo. Como ustedes podrán apreciar, la Crónica remite a una especie de realeza judía notablemente influenciada por la realeza islámica y la forma de gobierno del Califato islámico.
Escuchen cómo es descripta esta ceremonia:
“cuando había un consenso comunitario para una nueva instalación del elegido (El Exilarca) los dos directores de las yeshivot (esos son los Gaoním de Sura y Pumbedita) junto a sus estudiantes y los ancianos de la comunidad se juntaban todos en la casa de un prominente miembro de la comunidad en su generación como ser la familia de Netirá en su tiempo. Se juntaban en dicha casa y el elegido recibía todos los honores y bendiciones por todos los allí reunidos. Luego la comunidad se reunía en la Sinagoga principal el Jueves y el Exilarca era oficialmente instalado. Se sonaba el shofar para que toda la gente supiera, del más joven al más anciano, y cuando todos ellos se enteraran, cada uno le enviaría un regalo, cada uno de acuerdo a sus posibilidades. Todos los líderes de la congregación en especial los más ricos le enviarían ropas preciadas, joyas, oro y plata cada uno en sus posibilidades. El Exilarca por su parte gastaría dinero en organizar un gran banquete que se llevaría acabo durante el Jueves y el Viernes que incluiría todo tipo de bebidas y comidas elaborados con dulces…” – Natan el Babilonio.
Todo este texto continúa mucho más describiendo todo esto y es un documento maravilloso para poder apreciar hasta qué grado los judíos se han instalado en este contexto y se sienten a gusto en este nuevo mundo judeo-árabe y hacen lo mismo que la mayoría en sus alrededores hacen celebrando sus propios líderes.
Pero lo más interesante del texto es que nos narra que no iban primero a la Sinagoga u otro lado común sino que se juntaban en la casa del judío rico de turno que tenía mucho poder e influencia política en la comunidad y tomaban las decisiones a solas que luego eran informadas al resto de la comunidad.
Noten también cómo hay una dimensión claramente económica detrás de todo esto ya que nada de esto es gratuito en este tipo de eventos. Se envían regalos, se gasta en banquetes, etc. Presten atención al énfasis que Natán hace en distinguir los más ricos de los más pobres.
Claramente Natán está obsesionado con el tema del dinero y nos deja en claro que las famosas cenas en las que uno tenía acceso a una clase política y adinerada judía era una especie de escalón que uno subía y que le permitía a uno trepar más alto en la escala por el control del devenir comunitario. Cuanto más se invertía o más se gastaba más se demostraba y cuanto más se demostraba mas se escalaba. Esto por supuesto también es algo que todos conocemos hasta el día de hoy y no es nuevo en la historia de la humanidad. Los conceptos sobre aquellos que están “adentro” o “afuera” del poder siempre han existido relacionado con el acceso a familias adineradas y esa búsqueda está generalmente motivada por un ideal de obtención de “poder”.
Todo estas ideas y sentimientos humanos son más antiguos que la antigüedad misma y existen desde hace miles de años en cualquier estructura comunitaria ya sea política, religiosa o institucional. Los judíos no están ajenos a ese mundillo y a esa búsqueda de poder y control sobre el devenir comunitario dentro de sus propias estructuras comunitarias.
La “Crónica de Natán el babilonio” describe una comunidad de la que él forma parte y puede describirnos todo desde una perspectiva muy personal proveyéndonos de detalles muy interesantes.
Pero los documentos del Geniza del Cairo que ya hemos mencionada varias veces en estas publicaciones, nos permiten ver un retrato más amplio del período gaónico no solo desde la perspectiva interna del Cairo sino de cómo se veía o percibía Bagdad por aquellos que no habitaban allí. Fustat en el Cairo, donde se encontró el Geniza, era también una ciudad importante donde habitaban muchos judíos destacados. El modo en que ellos ven Bagdad nos permite entender el valor que Bagdad tenía para la comunidad judía internacional (http://es.wikipedia.org/wiki/Fustat).
Por este motivo es tan importante la utilización de diversas fuentes que describen momentos similares en la historia. Gracias al Geniza del Cairo tenemos responsas desde la ciudad de Bagdad que llegaban al Cairo postulando su autoridad y pidiéndoles a los judíos en Fustat que envíen sus consultas en materia de Ley judía que ellos responderían en Bagdad. Además tenemos una responsa escrita por Saadia Gaón mismo con respecto a este tema que dice que “cuando manden preguntas no se olviden de mandar dinero”. En otras palabras este no era un servicio gratuito sino que costaba dinero y había que de alguna manera mantener funcionando la economía de las academias y los estudiantes. Este era precisamente el modo en el cual Sura y Pumbedita sobrevivían económicamente junto a las familias ricas que allí vivían.
El motivo por el cual me estoy enfocando en todo este aspecto económico de este período es porque hasta el día de hoy aquellos judíos que se dedican solo al estudio y participan de la economía solo como consumidores sin proveer nada material al sistema (sino solo ideas, conceptos, servicios o clases) necesitan claramente ser sostenidos por otros judíos interesados en que estas personas se dediquen a pensar para poder de alguna manera formarlos a ellos también. Por eso los académicos, los rabinos, los líderes religiosos en general, las universidad y las yeshivot (academias judías) se ocupan en tener “sponsors”, nombres detrás de sus instituciones, donaciones o mecenas para cubrir ese agujero económico de aquel que se dedica solo al estudio y el pensamiento sin producir nada material para vender. Por favor no quiero que se entienda que estoy criticando la decisión de una persona de dedicarse al estudio y al pensamiento todo el día, solo estoy haciendo notar que desde una perspectiva económica esa persona no está produciendo bienes sino “potenciales servicios” que tal vez sean de interés para un reducido numero de personas.
Pero volviendo a Bagdad y el Cairo, lo que vemos desde la perspectiva de Fustat es que, si bien el Exilarca y los Gaoním son un triunvirato para un judío viviendo en Bagdad, para un judío viviendo fuera de Bagdad los Gaoním son mucho más poderosos que el Exilarca porque ellos son los que hacían el esfuerzo para presentarse como los guías de todos los judíos que estaban bajo dominación islámica. En consecuencia este no es un tema que solo les preocupa a los Gaonim a nivel nacional en Bagdad sino que su agenda incluye el control de la vida judía también en Egipto, el Norte de Africa, todo el Medio Oriente e incluso y más complicado en Palestina.
Esta lucha por posicionarse como líderes del judaísmo mundial muchas veces los llevaba a los Gaonim a grandes peleas.
Por ejemplo un rabino en Palestina (y hablaremos de esto cuando lidiemos especialmente con Saadia Gaon en la próxima publicación) desafía la autoridad Gaónica diciendo que están equivocados sobre cierto debate concerniente al Calendario Judío. Lo que es impresionante es que en su respuesta al rabino en Palestina Saadia Gaon le escribe haciéndole entender que a pesar que ellos estan en Palestina (es decir Israel la tierra sagrada de los judíos) los Gaonim en Bagdad son los que van a determinar las Leyes y no los Rabinos en Palestina. No hay dudas que hay una verdadera lucha de poder en la comunidad judía ya en este período. Hablaremos más en detalle de este caso particular en la próxima publicación.
Pero mirando todo esto desde la perspectiva de los documentos del Geniza del Cairo lo que emerge es un retrato en el cual los Geoním se atribuyen el liderazgo de toda la comunidad judía bajo dominación islámica solicitando preguntas halajicas (es decir de Ley judía) y soporte económico.
Simultáneamente tenemos Sinagogas dispersas por todas partes afiliadas a las academias de Sura, Pumbedita y también Palestina y hay una especie de “guerra intelectual” que esta aconteciendo en este período con el intento de controlar la hegemonía de la comunidad judía, su estructura a nivel global y las Sinagogas del mundo junto con cada una de estas academias compitiendo por mayor número de miembros.
Cada comunidad y Sinagoga dispersa por el mundo tiene sus propios representantes frente a los gobiernos locales, frente a las academias y tiene además sus lealtades con Bagdad y los Gaoním o a Palestina y los Rabinos que allí viven.
Bagdad como estamos viendo era entonces el centro del mundo islámico y la comunidad judía estaba imitando eso en forma consciente intentando mover su propio centro de Palestina a Bagdad en forma absoluta. Claramente los Gaoním se veían como el centro del judaísmo mundial mientras que los musulmanes en Bagdad se veían al mismo tiempo como el centro del islam en el mundo. Incluso los judíos que vivían en este período bajo dominación cristiana, de quienes hablaremos más adelante, también le escribían a los Gaoním en Bagdad. Esto último es muy importante porque simboliza cómo este grupo también había atravesado las fronteras del mundo islámico.
Como ya dijimos las únicas autoridades que desafiaban este poderío gaónico eran ciertos rabinos que vivían en Palestina y algún Exilarca que no coincidía con ellos.
Pero de pronto surge en la historia judía otro grupo al que le dedicaremos el resto de esta publicación y que realmente se convierte en una preocupación central de los Gaoním.
De hecho este grupo no solo representó el desafío mas grande para los Gaoním sino para la supremacía del judaísmo rabínico en términos generales en la Edad Media.
Si recuerdan lo que hablamos en nuestra segunda publicación, luego de la destrucción del Templo los fariseos (o prushim en hebreo) habían sido desafiados por otros grupos sectarios judíos del mismo período (entre ellos los saduceos, los esenios, etc.). Pero los fariseos (que luego serían llamados Rabinos) habían logrado establecer su poder primero en Israel y posteriormente en Babilonia. Por varios siglos los Rabinos ya habían logrado estar al mando de la continuidad judía y se habían dedicado a definir qué era el judaísmo post-Templo, escribir las brajot o bendiciones judías, la plegaria o tefilá que reemplazaría los sacrificios de animales, escribirían la Haggada de Pesaj e irían insertando sus propios comentarios a la Ley Judía en el Talmud.
Las luchas de poder entre Palestina y Bagdad por la dominación de la continuación judía eran duras pero no se comparan con lo que estaba a punto de suceder en la historia judía.
En el preciso momento histórico en que el Talmud se está terminando de editar y se consolida como texto de referencia para el judaísmo que ahora debe ser llevado acabo sin un Templo; mientras los Gaoním siguen concentrado poder y están escribiendo responsas e instruyendo a las comunidades judías del mundo sobre cómo llevar acabo su judaísmo basado en las propias interpretaciones del Talmud que surgen desde Bagdad; en ese preciso momento irrumpe en la Edad Media esta amenaza para el judaísmo rabínico en su totalidad y en especial para los rabinos como representantes de la comunidad judía e incluso para el modelo rabínico como formato de liderazgo institucional de la comunidad y la continuidad judía.
Es este contexto de esplendor Gaonico surge en la historia judía un nuevo grupo de judíos conocidos como los karaítas.
La palabra karaíta esta asociada con la palabra mikra que en hebreo hace referencia a aquello que esta escrito literalmente en la Tora. Este grupo se caracterizaba por una lectura literal de la Tora sin ningún tipo de referencia a otros textos más que lo que allí está escrito o posteriormente veremos, sus propias interpretaciones.
Los karaitas criticaron el punto central que podría resultar el más vulnerable del judaísmo rabínico y que es fundamental defender porque es el que le otorga su legitimidad. Ese punto que los karaitas criticaron era la validez de la Ley Oral judía.
Recuerden lo que había escrito Shrira Gaon, aquel Gaon que nombramos en la publicación anterior. Shrira había escrito una responsa en la que mostraba cómo los Gaoním eran los descendientes directos, los legítimos representantes de la continuidad, de esa cadena ininterrumpida de toda la tradición judía desde Moisés hasta ellos mismos. De ese modo los Gaoním intentaban dejar en claro que solo ellos y nadie más que ellos podían entender cuál era la ley judía y determinar cuál sería la ley judía de ahora en más. Sus responsas no solo eran las únicas verdaderas y autorizadas sino que eran ni más ni menos que lo Dios quería que ellos dijeran. Sus interpretaciones y escrituras habían sido entregadas en el Monte Sinaí junto con la Tora Escrita. Tanto la Mishná como la Guemará conformando el Talmud representaban la continuación de ese proceso que se había iniciado con Moisés y continuaba a través de ellos y de nadie más en el mundo. Recuerden lo que dijimos en la publicación anterior y eso era que los Rabinos y ahora los Gaoním declaraban que lo que estaban escribiendo no eran sus propias ideas o creaciones sino que era parte de lo que se había transmitido de generación en generación sin ningún tipo de alteración.
Los karaítas irrumpen en la historia con el siguiente argumento: la Mishná, la Guemará, el Talmud, el hecho que los Rabinos y el poder comunitario está en Bagdad y no en Jerusalem demuestra que todo lo que están escribiendo es pura farsa. Es una mentira. Es un invento de ustedes.
Si realmente quieren saber qué es el judaísmo lean la Tora Escrita. Eso es lo verdadero y puro. ¿Qué es esto que ustedes tienen ahora una Ley Oral? La única Ley que es real es la Ley Escrita, la Tora. La Ley Oral es una fabricación, una innovación, es un texto creado por un grupo de judíos conocidos como fariseos y que posteriormente serán llamados Rabinos y el único objetivo que tiene esa Ley Oral es fortalecer el poder de los propios Rabinos. Los Gaoním no son los únicos que representan el judaísmo legitimo en el mundo y por lo tanto su Ley Oral es algo que debe ser frenado y separado de la verdadera Ley que es la que está Escrita en la Tora.
Este es en pocas palabras el argumento tremendo con el que los karaitas se presentan y enfrentan a los Gaonim, los rabinos y toda la tradición rabínica.
Es importante aclarar en este punto que los karaítas de todos modos no son tan ingenuos de creer que cualquier texto que uno lee uno no lo esta interpretando ya que uno siempre tiene un esquema de referencia o un bagaje histórico personal a través del cual entiende lo que esta escrito o lo que le sucede en la vida. No existe algo así como un ser “sin historia”. Si a nosotros nos dicen que lo nuestro es verdadero y lo de los otros es falso, es correcto asumir que probablemente tendremos un prejuicio al conocer al otro debido a que de antemano creemos que lo de ellos es falso o equivocado. Es muy difícil ponerse en los “zapatos del otro” pero es un paso necesario para poder ser honesto en lo que uno conoce e incluso para generar acercamiento y vínculos entre tradiciones, interpretaciones y religiones distintas.
Los karaítas coinciden con los Rabinos que la Tora precisa de una interpretación para que tenga sentido. La Tora no ofrece la suficiente especificidad sobre muchas de las prácticas (por ejemplo el kashrut o la comida kasher) y por lo tanto hay una necesidad de tratar de entender qué es lo que la Ley Escrita esta diciendo o cómo debemos llevarla a la practica.
Y al acordar con los rabinos los karaítas ofrecieron su propia tradición alternativa a la del judaísmo rabínico llamada Sevel HaYerushah (literalmente “el yugo de la tradición”).
Pero reitero que es un error pensar que los karaítas se oponen a la idea de interpretar la Tora como texto. Nadie puede oponerse a la idea de interpretar porque es un absurdo. El simple hecho de existir implica el hecho de interpretar ya sea lo que uno lee, ve, habla, vive, etc. A lo que se opusieron los karaítas es a la idea que solamente la interpretación de los rabinos y la literatura rabínica sobre la Tora era la única que era válida. Y este era el motivo por el cual los Rabinos declaraban que no estaban interpretado y creando nada nuevo sino simplemente anotando algo que había sido trasmitido por Dios a Moisés junto con la Tora Escrita.
Antes de concluir esta publicación quiero presentarles los postulados de los karaítas y compartir algunos de sus textos para que vean claramente de qué se tratan sus críticas. En las próximas dos publicaciones nos dedicaremos a la figura más grande de este período llamado Saadia Gaón y es importante conocer a los karaítas porque Saadia dedicara mucho esfuerzo para minimizar este grupo y de hecho este fuerzo lo ayudará a crecer como líder político y religioso en este período.
La historia de los karaítas comienza un tiempo antes con una figura llamada Anan Ben David a mediados del siglo VIII (es decir alrededor del 760 EC). Su historia aparece en muchas fuentes diferentes y estas fuentes presentan contradicciones.
Debemos ser muy cuidadosos al usar estos textos para reconstruir este período ya que si bien poseemos textos escritos por el propio Saadia Gaón (cuándo éste les respondió) otros textos de los karaítas son más recientes con muchos agregados que presentan anacronismos históricos con eventos que parecerían no corresponderse con la época a la que hacen referencia.
Voy a leerles dos ejemplos diferentes que creo que son muy ilustrativos y extraordinarios con respecto a este tema. (Dicho sea de paso la mayoría de los textos karaítas que cito provienen del libro “Karaite Anthology: Excerpts from the Early Literature”, un libro publicado por el profesor Leon Nemoy y existe solo en inglés por lo que lo siguiente es una traducción personal (http://www.amazon.com/Karaite-Anthology-Excerpts-Literature-Judaica/dp/0300039298).
El primer texto que quiero leerles es un texto rabínico así que Anan Ben David no va a ser tratado muy gratamente aquí.
“Anan y su hijo Saúl, que sus nombres sean malditos (está es una maldición muy al estilo rabínico), vivieron en el tiempo de Iehudá HaGaón (es decir que están ubicándonos en referencia al Gaón que estaba al frente entre los años 760 a 764). Este Anan era un descendiente de la Casa de David y originalmente un gran pensador. Pero la gente descubrió que había algo malo dentro de él y por ese motivo no fue elegido como Gaón. Y en consecuencia se decidió que tampoco debía ser nombrado Exilarca. Debido al celo que creció en su corazón se separó de la comunidad y comenzó a confundir a los judíos difundiendo información equivocada de las tradiciones de Nuestros Maestros quienes habían recibido sus instrucciones directamente de los Profetas. Así fue como se convirtió en un pensador que se opuso a las decisiones de las autoridades superiores.”
Por lo tanto según este primer texto tenemos a un hombre malo (notemos que no sabemos exactamente qué es lo que está mal en él pero parece tener una maldición o algo así) descripto por los Rabinos como el “enemigo de los buenos” que debido a su cercanía al poder consigue confundir a muchos judíos. Esto tal vez explicaría el motivo de por qué tuvo seguidores y cómo conocía tanto de la tradición judía desde adentro.
Como mi intención es balancear esto les presento ahora un texto escrito por un karaíta por lo que este texto en comparación al otro va a hablar bien de Anan ben David:
“Esto es lo que sucedió en los días de Anan Ben David, que la paz sea con él hombre santo y piadoso. Anan era el más prominente Maestro entre todos los judíos de su generación siendo uno de los más grandes estudiantes de la Ley Oral y la Ley Escrita. Era un sabio de la Mishna, el Talmud, la Tora, la astronomía y las ciencias. Era un hombre temeroso de Dios y descendiente de una familia aristocrática, la familia del mismísimo Rey David, etc…”
Esto continúa de este modo tratando de mostrar la grandeza de este hombre y como ya dije mostrarnos un personaje totalmente opuesto del que los rabinos describen.
Lo que esta claro es que de estas dos fuentes opuestas percibimos que Anan Ben David y los karaítas no eran un grupo de ignorantes que se oponían irracionalmente a los rabinos. Si hubiesen sido un grupo poco significativo o con argumentos poco sólidos y fácil de desarticular no hubiesen preocupado tanto a los Gaoním.
El problema aquí es que Anan Ben David, según dos las dos fuentes opuestas que presenté, parece surgir desde adentro de la tradición rabínica y se mete con un tema que molesta a los rabinos. Cuando Anan es expulsado de la comunidad, ya que no puede ser ni un Exilarca ni un Gaón, decide fundar su propia religión y presentarse frente al Califato islámico declarando que su religión no es el judaísmo rabínico sino que es un judaísmo distinto del de esa cadena que los rabinos dicen ser herederos.
Anan creó así una nueva religión o nuevo grupo religioso que se desprende también del judaísmo y posee su propia tradición Oral.
Tenemos además un libro escrito por este Anan Ben David que se llama “El libro de los mandamientos” que interpreta en forma muy rígida la Ley que aparece en la Tora Escrita pero muy similar en estilo al modo que lo hace el judaísmo rabínico. Por lo tanto la interpretación de Anan tiene un paralelismo extraordinario con el judaísmo rabínico apesar que reclama que es una tradición y religión independiente.
El problema con estos dos textos que les leí es que hay una brecha muy amplia entre ellos. Lo primero que les leí data del 1100 y lo segundo, el texto de los karaítas es del 1700 y en consecuencia no nos narra algo que está sucediendo en ese preciso momento histórico en el cual las demás fuentes describen a los karaitas.
En el momento en que este prominente rabino llamado Saadia Gaón emerge (y hablaremos mucho de Saadia en las próximas dos publicaciones) veremos que su llegada al poder esta relacionada con lo que él hizo en una etapa muy temprana de su vida con respecto a los karaitas. Saadia escribió una carta pública condenando a los karaítas y defendiendo al judaísmo rabínico. Irónicamente lo que la carta de Saadia consigue hacer es no solo elevarlo a él a una posición de liderazgo sino que les da mas energía a los karaítas para montarse como oposición debido al reconocimiento público que Saadia les otorga al molestarse en escribir su carta. Es decir que al demostrar en forma abierta que el judaísmo rabínico está claramente preocupado por este tema, la carta de Saadia hace más válido al karaísmo y le otorga más fuerza.
Y por eso no es una casualidad que justamente en el período que Saadia asume el poder vemos un renacer, un florecimiento de la literatura karaíta escrita por ellos mismos defendiendo su propia visión de la historia que crea una tensión aún más elevada con los rabinos y refleja la época dorada de este grupo como nunca antes en su historia.
Lo interesante para el siglo X que estamos describiendo nosotros, es que los karaítas han cambiando mucho su pensamiento en los dos siglos de historia que han pasado con respecto a Anan, el fundador del karaísmo y se han vuelto más racionales, más filosóficos, se interesan mucho más por la gramática hebrea y se enfocan en intentar comprender el significado literal de la Tora Escrita minimizando la interpretación Oral que el propio Anan había construido. De hecho hay ciertos textos escritos por los karaítas mismos en este período condenando a Anan diciendo que su karaismo era muy diferente al de ellos ahora. El karaísmo de la nueva generación es más abierto, más público, más racional, más filosófico y más intelectual.
Voy a compartir un último ejemplo de este nuevo karaísmo para que puedan escuchar un poco cómo se expresaba este grupo en el siglo X.
El texto está escrito por Salomón Ben Ierujam en contra de Saadia y el judaísmo rabínico:
“he descubierto en lo profundo de mi corazón la verdad de nuestra corona karaíta. He estudiando en detalle los 6 tratados de la Mishna (aquel texto central del judaísmo rabínico) y no hay ninguna duda que representan la palabra de hombres contemporaneos. No hay ningún signo de milagros, majestuosidad o profecía que ellos hayan vivido y ninguno de sus textos tiene la tradicional fórmula bíblica que dice “Y hablo Dios a Moisés y Aaron diciendo lo siguiente” sino que solo leemos que tal Rabino dijo tal cosa y tal Rabino tal otra. Y por lo tanto afirmo que no hay ninguna verdadera Ley asignada hacia ellos sino que son ellos los que han creado sus interpretaciones”.
En pocas palabras, en el siglo X por lo tanto tenemos estos textos karaítas en los cuales este grupo le esta diciendo a los Rabinos que no digan más que la Mishna y el Talmud son sagrados y que ellos están escribiendo literalmente lo que Dios le había dicho a Moisés sino que acepten que han inventado todo esto y por lo tanto los karaítas van a volver a la verdadera esencia del judaísmo que es la Tora Escrita y nada más que la Tora Escrita.
Los karaítas con esta visión comienzan a escribir una importante cantidad de textos en el siglo X que son muy interesantes de leer como un desafío para responder en nombre de la legitimidad del judaísmo rabínico.
Pero el último y más significativo punto con el que quiero cerrar este tema de los karaítas en esta publicación es que a pesar de la oposición ideológica que los karaítas montan hacia la legitimidad de la Ley y el judaísmo rabínico los mismos van a vivir a la par del judaísmo rabínico a través de toda la historia judía e incluso hasta la actualidad. Los karaítas y el judaísmo rabínico coexistieron a lo largo de la historia judía manteniendo relaciones culturales, políticas y sociales que están documentadas y de hecho coexisten hasta el día de hoy con el judaísmo rabínico.
Luego del siglo X tendremos una rama dentro de los karaítas conocida como “los que están en duelo por Sión” y por ese motivo retornarán a Jerusalem como parte de su propia identidad y sentido de pertenencia. Otros se instalaron en Bizancio y el resto del mundo europeo durante los siglos XVII y XVIII. Todavía hoy hay karaítas viviendo en Israel.
Personalmente creo que la historia de los karaítas es realmente fascinante. Es una historia de oposición y convergencia con el judaísmo rabínico en su lucha por poder existir y sobrevivir. Mucha gente habla del milagro de la existencia judía y realmente podríamos hablar aquí del milagro de la existencia karaíta manteniendo su propia identidad e interpretación desde el siglo VIII hasta el XXI. Lo más irónico de esta historia es que muchos de los karaítas fueron enviados a los campos de exterminio nazi y murieron junto a otros judíos seguidores del modelo rabínico. Claramente fueron asociados con la comunidad judía general ya que desde la perspectiva de los nazis eran tan judíos como cualquier otro judío.
Toda esta historia es vital para poder comprender el contexto de quien será la figura central de nuestra próximas dos publicación, uno de los más grandes de nuestra historia judía y esa persona es ni mas ni menos que Saadia Gaón.
Referente a los caraítas: http://ovedben.blogspot.com/2013/07/historia-del-judaismo-caraita.html
!Qué interesante el enlace Oved! Ignoraba la existencia de una comunidad Karaíta en Puerto Rico.
Saludos
Diego
A penas estamos arrancando! Somos un pequeño grupo compuesto de familias. Algunos comenzaran en la KJU (Karaite Jewish University) y otros listos para la conversión porque ya pasaron la KJU. Pero es un paso grande en la historia!
Diego hola:
Gracias por tu tiempo y dedicación, todo lo que enseñas es muy valioso.
Adonay multiplique tu tiempo, y sigas ayudándonos a conocer tan importante
historia.