Según la tradición judía todo lo que necesitamos saber en la vida está contenido en la Tora. Pero ¿cómo puede uno creer algo así? ¡La Tora tan solo representa los primeros cinco libros de la Biblia! ¿Es realmente un texto lo suficientemente completo como para contener todas las respuestas a nuestras preguntas existenciales?
¿Qué ves cuando me ves?
Para poder responder esta pregunta los primeros Rabinos nos enseñaron que la Tora es como un hermoso huerto. Si miramos un huerto, a la distancia no podemos distinguir más que un colorido paisaje. Pero si nos acercamos descubrimos que lo que parece una indistinguible masa de pasto en realidad tiene un potencial maravilloso lleno de hojas hermosas, flores y frutos deliciosos. Si nos aventuramos aún más vemos que los frutos tienen una piel que los recubre. Y si nos esforzamos un poco más pelamos las capas de piel que tiene cada fruto y recibimos una recompensa final que es un alimento delicioso que nos da vida. Así entendemos que lo que parece a simple vista un simple campo, dentro del mismo hay en realidad capas y capas de cosas maravillosas.
¿Qué significa la metáfora del PaRDeS?
Huerto en hebreo se dice pardes y esta palabra se encuentra claramente asociada a otra palabra: paraíso. Al arribar a este huerto de Tora la sensación es tan plena que uno siente por un instante fugaz que ¡ha alcanzado el paraíso! ¿Por qué sucede esto? ¿De dónde provienen todas estas ideas sobre capas y niveles cada vez más asombrosos y deliciosos de entendimiento? La metáfora o idea del huerto está asociada con la idea que cada una de las consonantes que forman la palabra pardes (P-R-D-S) son a su vez la letra inicial de cuatro palabras que refieren a diferentes capas o niveles de interpretación posible sobre el mismo texto de la Tora.
El Secreto de lo Posible
- La primer letra (P) se refiere a la palabra Pshat (פְּשָׁט) la cual simboliza el sentido más simple del texto, aquel que salta a la vista tan solo por leer el texto sin pensar demasiado. Por ejemplo, cuando Adam desobedeció a Dios y comió del Árbol del Conocimiento hizo algo que sabía no debía hacer. Se sintió avergonzado y por eso decidió esconderse (Génesis 3:8-10)
- La segunda letra (R) se refiere a la palabra Remez (רֶמֶז) que significa “insinuar”. Si reflexionamos en una historia o palabra de la Tora es muy probable que eventualmente la misma nos lleve a pensar acerca de algo más. A medida que repensamos las palabras en nuestra mente las mismas nos transportan hacia recuerdos u actos que hicimos en el pasado. Tal vez, como le sucedió a Adam, recordemos al leer su historia aquella vez que también nosotros nos sentimos avergonzados de algo que no debíamos hacer e intentamos ocultarlo. Así la historia de Adam “insinúa” algo que está directamente relacionado con nuestra vida.
- La tercer letra (D) se refiere a la palabra Drash (דְּרַשׁ) que significa “interpretar”. De ese modo al leer las historias de la Tora las interpretamos como una lección para nuestras vidas. Continuando con el ejemplo de Adam, obviamente Dios sabe dónde Adam se esconde luego de sentir vergüenza. Sin embargo en el relato Dios le pregunta “¿Dónde estás?”. Si interpretamos este texto aprendemos que al hacer esta pregunta Dios quiere que Adam se de cuenta que al intentar esconderse de Dios está en realidad escondiéndose de sí mismo.
- La cuarta y última letra (S) se refiere a la palabra Sod (סוֹד) que significa “secreto”. Esta capa final de sentido es secreta. Y su secreto no radica en el hecho que no puede ser contando o develado sino porque incluso cuando supuestamente hemos alcanzado o entendido su significado, el mismo continúa siendo un misterio. Siguiendo con nuestro relato, según la tradición rabínica Dios le dijo a Adam el día que se escondió que anterior a ese momento Adam era tan grande que podía extenderse desde una punta a la otra del universo; pero ahora y luego de su conducta indebida podía esconderse entre los árboles del jardín del Edén.
Un árbol de Vida
Estas cuatro categorías (la simple, la que insinúa algo más, la interpretativa y la secreta) forman la palabra PaRDeS que significa literalmente huerto. La Tora es el huerto del judaísmo. Este huerto está saturado de capas y capas de deliciosas sorpresas. Por eso al sumergirnos en estas palabras aprendemos qué debemos saber y hacer. Al decirnos cómo debemos vivir, la Tora se convierte en el fruto que debe ser pelado de sus cáscaras convirtiéndose en el alimento que nos sostiene. Por ese motivo los judíos llamamos a la Tora un “árbol de vida” (Etz Jaím) ya que de sus raíces brotan los mejores frutos.