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Judíos & Judaísmo

antiguo, novedoso, sagrado.

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¡Mi nuevo ebook ya está en camino!

06/11/2013 por Diego Edelberg 11 comentarios

 

Hace mucho que no publico nada porque realmente he estado muy ocupado ¡terminando mi nuevo material! Sí amigos, ¡ya está listo mi nuevo ebook  y muy pronto saldrá a la venta! 

Quiero ir contándoles de qué se trata porque es un ebook  increíblemente atrevido y estoy seguro que va a generar pasiones (y al mismo tiempo controversias). Los que me leen conocen mi estilo tendencioso e informal pero honesto y muy personal ante la forma que veo la historia, la filosofía, la teología, la religión y el mundo en general. No soy muy piadoso cuando escribo aunque siempre he intentado ser respetuoso. Por eso sé que mi último ebook va a ser polémico.

Como ya no puedo aguantarme más, necesito compartir el título y la tapa con todos ustedes. Aún tengo que resolver algunos temas generales del libro y darle el formato final pero quiero con orgullo anticiparles lo que se viene.

 

Con ustedes mi nuevo ebook: Toda la Historia Judía

Toda la Historia Judía

 

 ¿Qué hay en este ebook?

En tan sólo 93 páginas y en forma absolutamente relajada e informal (como si estuviéramos tomando un café juntos) cuento:

  • Cómo aproximarse a la historia judía desde diferentes miradas
  • La importancia de Abraham y el primer pacto con Dios
  • El pasaje de hebreos a israelitas
  • Moisés y el segundo pacto que aparece en la Biblia
  • El período del Primer Gran Templo
  • El surgimiento de una nación compuesta por dos reinos
  • Las diez tribus perdidas
  • El pasaje de israelitas a judíos
  • El final de la Biblia hebrea como “fuente histórica”
  • El período del Segundo Gran Templo
  • Januca y los Macabeos
  • La llegada de Roma
  • Las antiguas facciones judías que dieron surgimiento al judaísmo rabínico y al cristianismo
  • El surgimiento del Talmud y la literatura rabínica
  • El cambio de Israel a Palestina, cuándo, cómo, por qué y por quién
  • La aparición del Islam y su impacto para el resto de la historia
  • Los Gaonim y su legado
  • Ashkenazim y Sefaradim
  • La Edad Dorada de la Cultura Judía en España
  • Las Cruzadas
  • Los Códigos Legales, la Cabalá y la pérdida de un centro judío
  • Los judíos Conversos y el fin de la comunidad judía de España
  • Los ghettos en Italia
  • El poder de la imprenta y los libros
  • Safed y el círculo de místicos alrededor de Iosef Karo e Isaac Luria
  • Shabetai Tzvi y el mesianismo judío
  • Baruj Spinoza y su controversial obra
  • El Jasidismo de Europa del Este, los mitnagdim y el Sionismo
  • Moisés Mendelsohn y la haskalá (iluminismo judío)
  • Las corrientes Reformistas, Ortodoxas y Conservadores: cuándo, por qué y para qué surgen; cuáles son sus diferencias centrales
  • La industrialización de la muerte con el genocidio Nazi perpetrado en el Holocausto: su significado para el resto de la historia judía
  • El nacimiento del Estado Moderno de Israel
  • El judaísmo hoy y una reflexión sobre un posible futuro

 

Ya sé, igual que yo, necesitan saber ya mismo ¿cuándo sale? No lo sé aún pero les aseguro que muy pronto.

Me va a motivar mucho leer sus comentarios sobre esta publicación. Este ebook me ha llevado un año entero de trabajo.

¡Gracias por esperarme!

Archivado en: Actualidad Judía, Educación Judía Etiquetado como: abraham, biblia, con dios, conversos, cultura judía, el holocausto, ghetto, holocausto, reformista, Sionismo, talmud

¿Qué son los judíos Reformistas?

13/06/2013 por Diego Edelberg 4 comentarios

 

Luego del éxito de la publicación anterior sobre ¿qué son los judíos Ortodoxos? voy a intentar ser igual de justo con otras corrientes judías. La realidad es que mi serie sobre el Judaísmo Moderno explora mucho más en detalle cada uno de estos movimientos, sus inicios y su teología. Sin embargo esa serie la escribí en 2011 y cada publicación lleva aproximadamente 30 o 40 minutos de lectura o escucha. Tal vez ya sea una buena oportunidad para volver a reflexionar en algunos temas y hacer publicaciones más breves y más generales.

 

La historia afecta a la tradición

Los judíos Reformistas son los que creen que la tradición judía siempre se ha mantenido en un estado de fluidez constante. Esto significa que el judaísmo mismo (al igual que todo lo que existe) esta sujeto a las leyes físicas y en consecuencia cambia y se adapta a los desafíos de cada era. Estos judíos -al igual que los Ortodoxos y los Conservadores- son un producto del siglo XIX cuando los judíos son emancipados e intentan corresponder su tradición premoderna con el nuevo mundo moderno y sus desafíos.

 

Lo que pasa es que es «fashion»

Los judíos Reformistas están comprometidos seriamente con la validez de la tradición judía, pero (¡y este es un gran pero!) enfatizan la necesidad de interpretar esta tradición desde una perspectiva individual y comprometerse en forma personal y responsable con esa tradición. Por este motivo están convencidos que un judío debe estudiar y conocer sobre su tradición judía pero esta tradición -y en la medida que sea posible- debe ser adaptada a los ideales del mundo moderno. El desafío central aquí se convierte en cuál es la vara que mide la tradición. En la publicación anterior mencioné que para los Ortodoxos cuando las ideas modernas entran en conflicto con las enseñanzas tradicionales entonces (y generalmente) la decisión es que la tradición cobra prioridad. Sin embargo con los Reformistas no podríamos decir que esto está completamente invertido pero si podemos argumentar que esta visión les permite cuestionar practicas que consideran “anticuadas” o actitudes que resultan inconsistentes con la forma de vida de un ser moderno. Utilizando ese argumento el Reformismo los habilita a rechazar cualquier enseñanza premoderna que resuena contraria a la consciencia moral contemporánea.

 

Algunas cosas nunca pasan de moda…¿o si?

Para la mayoría de los judíos premodernos la esclavitud no era un problema o algo que hería sus sensibilidades. Esto sucedía porque el paradigma mundial aceptaba la esclavitud como algo dado. Pero con el paso del tiempo esta idea se tornó en algo repugnante para nuestras sociedades modernas (¡en Estados Unidos había judíos que defendieron la esclavitud hasta el siglo XVIII!). Les pido por favor que “den un paso hacia atrás” por un instante e intenten -como un juego teórico- “evaluar sin juzgar”. La esclavitud no era cuestionada porque nadie lo había indicado realmente como algo indebido.

Con este mismo espíritu, hasta la era premoderna las mujeres judías tenían prohibido leer ciertos textos de la tradición judía que solo estaban permitidos para hombres (por supuesto que eran hombres los que decidían esto por ellas) y así su educación era muy inferior a la de los hombres. No solo para los judíos sino para la humanidad en general, esto era normal. Sin embargo con el impacto del feminismo en la modernidad los Reformistas fueron los primeros en declarar que si bien las mujeres no son iguales que los hombres las mismas tienen los mismos derechos. Los Reformistas fueron los primeros en admitir mujeres como líderes, es decir como rabinos. Esta decisión no fue tomada porque la halaja (Ley Judía) sea igualitaria sino porque la vida del ser humano en la modernidad afecta nuestros niveles de consciencia de forma diferente informándonos que la desigualdad de géneros no puede ser algo que Dios realmente desea sino algo que algunos seres humanos desean.

 

¿Quién impone el estilo de la nueva temporada?

Una paradoja que mencioné en la publicación anterior se presenta con el curioso fenómeno que se ha dado con ciertos cambios que hoy realizan corrientes Conservadoras y Ortodoxas y que comenzaron en el Reformismo quien terminó salpicando e influenciando décadas más tarde estas otras corrientes. El Reformismo por ejemplo ordenó su primera mujer como rabino en 1972. El movimiento Conservador en 1985 y la Ortodoxia lo ha hecho más de 30 años luego (aún cuando el título “Rabino” como palabra hiere las sensibilidades de este movimiento – Ver Nota: http://www.nci.org.uy/index.php?option=com_content&view=article&id=266:primera-mujer-rabina-ortodoxa-ordenada-en-ee-uu&catid=23:mujer-y-judaismo&Itemid=63).

 

El Reformismo en etapas

El judaísmo Reformista debe ser comprendido dentro del encuadre que lo sostiene, es decir, en forma histórica o progresiva. Así el mismo se divide en dos etapas: el Reformismo Clásico (ya en extinción) y el postclásico (actual).

El Reformismo Clásico

El Reformismo Clásico fue el que predominó desde el siglo XIX hasta el año 1960. Se basaba en el coraje de un grupo de judíos por intentar hilar el ser judío con los nuevos ideales de la modernidad. Sin la necesidad de permanecer aislados en las sociedades modernas, estos judíos deseaban ahora trabajar codo a codo con sus vecinos no-judíos en la misión de hacer un mundo de justicia y paz. Por ese motivo comenzaron a releer la Biblia enfocándose en los Profetas quienes en su mayoría profesan un mensaje universal. Definieron el judaísmo como una religión monoteísta totalmente compatible con la verdad científica, la razón y la evolución. Estos fueron los primeros judíos en introducir “decoro” en el rezo en lugar de todos rezando a cualquier tiempo y en forma caótica. Crearon el “sermón” de los Viernes a la noche y le agregaron al rezo coros, música moderna, instrumentos musicales e incluso el recitado o lectura de plegarias no solo en hebreo sino en la lengua vernácula.

Pero los primeros Reformistas en su búsqueda de autenticidad fueron terriblemente extremistas y arrancaron de cuajo las prácticas más esenciales del judaísmo. Desecharon la tradición y gran parte de los rituales con la excusa que eran anacrónicos e irracionales. Lo único que dejaron como centro de su existencia fueron aquellas cosas que creían realmente eran importantes: la ética, el monoteísmo, la razón y el universalismo. Eliminaron muchas costumbres por considerarlas anticuadas o “fuera de moda”. Incluso estas decisiones no solo miraron al pasado sino al presente: llegaron a oponerse oficialmente al movimiento Sionista presentando la contradicción absoluta de fomentar el universalismo y negarle el derecho a otros judíos de tener su propio Estado.

Todas estas cosas fueron lentamente convirtiéndose en la vergüenza de las siguientes generaciones de Reformistas quienes agradecidos por el despertar de la conciencia moderna dentro de la tradición judía criticaron a sus predecesores por ser extremadamente radicales. Esto nos lleva ya al Reformismo postclásico o actual.

 

El Reformismo postclásico o actual

Esto va a sonar como un trabalenguas y espero que se entienda porque luego de 1960 y siguiendo el espíritu reformista, los rabinos reformistas comenzaron a “reformar” las reformas previas hasta la actualidad. Esta nueva etapa retenía los principios esenciales tales como la consciencia individual, la creencia que el judaísmo debe cambiar correspondiéndose con los pensamientos de cada generación y un fuerte compromiso con la acción social (trabajar para erradicar la pobreza, la hambruna, la discriminación y la guerra). Continuaron afirmando el monoteísmo ético y la idea que hay un solo y verdadero Dios que quiere paz, justicia, dignidad y libertad. Pero desde 1960 el Reformismo además ha revisado mucho de su teología y su práctica. Gran parte de lo que había sido descartado por los primeros Reformistas ha sido reactivado. Por ejemplo el pueblo judío ha vuelto a ser considerado algo único y especial en la historia mundial y el Sionismo hoy es 100% apoyado por los Reformistas (curiosamente sólo un grupo menor de los Ortodoxos y los jasídicos son los que no apoyan el Sionismo y el Estado Moderno de Israel en la actualidad…paradojas de la historia si las hay).

 

Cambios en la práctica y la liturgia

Pero por encima de todo esto el Reformismo ha modificado dramáticamente su plegaria y sus prácticas. Las plegarias son en hebreo salvo algunas lecturas alternadas y anuncios de páginas en la lengua vernácula. Su música alterna el nusaj tradicional con música moderna. Hay igualdad absoluta de géneros en sus sinagogas y lo mismo que hace un hombre lo puede hacer una mujer. En el período clásico el Reformismo se deshizo del talit, la kipa y el tefilin. Sin embargo hoy, en el período o fase postclásico, cuando rezan la mayoría de los hombres (y mujeres) cubren sus cabezas y usan talitot. El tefilin también se está volviendo a utilizar pero no en forma mayoritaria. Todas estas prácticas y muchas más (incluido el kashrut que una generación atrás era impensado en los reformistas) están siendo cada vez más observadas por esta corriente mientras se retiene el principio esencial que los reformistas deben hacer todas estas cosas dependiendo de sus necesidades espirituales (¡y este es el famoso gran pero!).

Debo concluir diciendo que el Judaísmo Liberal, Progresivo o Reformista hoy aún se encuentra -y tal vez siempre se encuentre- en un período de transición en muchos aspectos. Consonante con su propio nombre.

 

Un corazón con muchas habitaciones

Quiero finalizar con las mismas palabras que la publicación anterior.

Como siempre digo en este blog, la idea no es decir si el Reformismo es bueno o malo, correcto o incorrecto. Tampoco quiero sugerir que los diferentes movimientos judíos son unos mejores o peores que los otros ni que uno de ellos es “verdadero” y los demás son falsos o distorsionados. No creo que exista algo así en el esfuerzo sincero de todos los judíos por encontrar sentido a sus vidas. Si no fuera así tampoco entendería porque Dios permite la multiplicidad de opiniones en el judaísmo y estando Dios a cargo del devenir histórico parecería que está permitido que existan distintas maneras de entender lo judío. Dios no quiere un solo modo de ser, un solo modo de entender la vida, una sola manera de leer la Tora, una sola manera de entender la tradición judía e incluso una sola manera de entender lo que quiere porque si fuera así no nos hubiese creando tan diferentes los unos a los otros. Lo que estamos haciendo es intentar comprender las aproximaciones judías a la modernidad.

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El Judaísmo y la Modernidad – Una «definición final» sobre qué es el judaísmo

08/05/2013 por Diego Edelberg 32 comentarios

 

Llegamos al final de esta serie de 8 publicaciones. Y cerramos en nuestra era puesto que las interacciones entre lo divino, lo nacional y lo constitucional de los judíos que mencionamos en la publicación anterior continuaron a lo largo de toda la Edad Media llegando hasta la Modernidad. Pero la Modernidad inyectó nuevos tipos de ideales que modificaron dramáticamente el pensamiento y la definición sobre qué es el judaísmo.

Lo más significativo que hizo el pensamiento de la Modernidad a la tradición judía fue polarizarla en dos extremos: lo comunitario por un lado y lo religioso por otro lado. Por supuesto que estas ideas de la Modernidad tardaron siglos en desarrollarse plenamente, pero el momento más dramático fue a partir del año 1789 cuando sucedió la Revolución Francesa y bajo el grito de “libertad, igualdad y fraternidad” los judíos entre otras minorías comenzaron lentamente a recibir los mismos derechos y obligaciones que los demás ciudadanos a lo largo de todo Europa. Esto fue una espada de doble filo para la minoría judía y de hecho constituye aún gran parte de la discusión sobre identidad y pertenencia hasta nuestros días.

Lo que sucedió fue que luego de la experiencia de la Edad Media los judíos claramente querían sumarse ahora a las sociedades como seres modernos. Pero lo que no tenían muy claro era el precio que estaban pagando por ello. La Emancipación -ese proceso histórico iniciado por la sociedad europea que estimulaba a las minorías a que acepten ahora sus nuevos derechos como ciudadanos del Estado Moderno al mismo tiempo que los empujaba hacia los nuevos valores e ideales del Mundo Moderno- provocó que muchos judíos comenzaran a abandonar el lado étnico de su pasado y solo se aferren a lo religioso. Esto nuevamente cuestionó la esencia sobre qué es el judaísmo en contraste con el cristianismo y el islam en la Modernidad puesto que ahora uno podía ser un alemán cristiano o un alemán judío. Y esto se fue complicando cada vez más con las nuevas generaciones de judíos que nacían ya con estos ideales instalados. Uno ahora llegaba al mundo y era por definición social étnicamente francés y religiosamente judío, por ejemplo. Los judíos debíamos ahora lidiar con la dificultad de vivir en dos ambientes diferentes en forma simultánea: uno social y el otro religioso.

Los resultados de estas nuevas definiciones sobre cómo lidiar con ser “un ciudadano judío” o “un judío que ejerce la ciudadanía” fueron variados. En algunos casos esto llevo a la asimilación completa hacía el grupo mayoritario que obviamente no era judío y los judíos de alguna manera se evaporaron entre los ciudadanos europeos en dos o tres generaciones. En otros casos todo esto llevo a una reforma de ciertas practicas y creencias judías con el objetivo de ofrecerles a los judíos la posibilidad de adaptarse a las nuevas realidades sociales y culturales dando como resultado la creación de corrientes Ortodoxas, Reformistas y Conservadoras en relación a la tradición y los desafíos de la Modernidad y la Emancipación.

Pero en el siglo XIX nos encontramos finalmente con judíos que renegaron de todas las manifestaciones religiosas y el péndulo se movió completamente para el otro lado dándonos judíos obsesionados solamente por los elementos étnicos y nacionalistas de la tradición. Uno de los grupos que surgirá enfatizando lo étnico, lo nacionalista e intentando recuperar nuevamente lo geográfico del judaísmo es el famoso grupo Sionista. Los primeros sionistas jamás declararon que no se sentían judíos, sino que declaraban que el judaísmo ahora significaba volver a la tierra que figura en la Biblia, trabajar literalmente esa tierra como granjeros y dejar de ser solo intelectuales encerrados con los libros. ¡Lo paradójico fue que el espíritu popular del sionismo que dio como resultado la creación del Estado Moderno de Israel no fue totalmente religioso sino particularmente secular! De todos modos con el paso del tiempo el sionismo también desarrollaría un ala religiosa. La realidad es que el tema es muchísimo más complejo puesto que el Sionismo está constituido sobre ciertas paradojas que nunca terminan de resolverse y tal vez nunca terminen de resolverse. La paradoja central es el resultado del hecho que el Sionismo es un producto del deseo tradicional antiguo judío articulado dentro de un movimiento muy moderno. Surge de aspiraciones religiosas pasadas que no se articulan en la Edad Media sino en la Modernidad creando un nuevo contexto en el devenir histórico judío. (Para conocer más sobre el Sionismo les recomiendo mis publicaciones: El Sionismo y 3 visiones sionistas)

Definitivamente Shamai tenía razón. Ahora sabemos que la próxima vez que alguien nos pida que definamos el judaísmo tenemos que pegarle con un palo en la cabeza.

Pero ya que han leído todo esto y saben que es imposible definir el judaísmo en una sola oración o simplemente encasillarlo como una religión más voy a darles la definición que tanto anhelan. ¿Qué es el judaísmo? El judaísmo es una religión que posee componentes étnicos y nacionalistas, esta vinculado a una tierra y a un lenguaje particular.

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El Holocausto Nazi y sus desafíos teológicos ¿Qué debemos responder?

06/02/2013 por Diego Edelberg 2 comentarios

En nuestra publicación anterior cuestionamos la omnipotencia de Dios, es decir la idea que Dios tiene el control absoluto de todo lo que ocurrió-ocurre-y-ocurrirá en la historia. En dicha publicación los invité a reflexionar sobre las preguntas difíciles como “por qué Dios creo el Cáncer” o “por qué Dios asesina miles de inocentes en terremotos y tsunamis” y les conté que una posible respuesta creada por muchos pensadores judíos modernos es la de atreverse a limitar este supuesto control absoluto que Dios tiene. Pero limitar el control u omnipotencia de Dios no significa negar a Dios.

Si bien para muchos judíos (¡y no judíos también!) esta idea resulta una herejía, algo impensado o absolutamente absurdo, no dejo de sorprenderme ante la cantidad de gente que llega a JudiosyJudaismo.com buscando frases como “respuestas judías al holocausto”, “Dios y el holocausto”, “Auschwitz y la presencia de Dios” o incluso anteayer alguien busco “como explican los judios el Holocausto” llegando así hasta la publicación Respuestas Judías al Holocausto Nazi que publiqué hace más de un año.

Creo ahora que es una buena oportunidad para tratar de tejer las ideas de Omnipotencia y Holocausto y ofrecerles una respuesta posible ante lo incomprensible e inexplicable que fue este evento en la historia judía.

El dilema en el que estamos atrapados con este tema se presenta con las siguientes afirmaciones:

 

  1. Dios es justo y bueno (es decir que Dios se lleva sólo a los malvados).
  2. Dios es Omnipotente (es decir que Dios tiene el control absoluto y eligió que suceda el Holocausto).
  3. Las víctimas del Holocausto no fueron culpables (es decir ninguna de estas personas merecía morir).

 

No podemos aceptar las tres afirmaciones simultáneamente porque no tienen sentido. De hecho éste es el problema con el cual la gente choca al querer entender o racionalizar lo sucedido.

Lamentablemente ciertos círculos y movimientos judíos rechazan la tercer afirmación y se adscriben a la idea que el Holocausto fue un castigo de Dios por los pecados de la Emancipación, el Iluminismo, el Sionismo, el judaísmo Reformista o en términos generales el impulso judío por asimilarse en el mundo moderno. Yo mismo he escuchado a un historiador declarar que “el Holocausto fue un mensaje para que los judíos volvamos a estudiar la Tora y retornemos a las prácticas judías”. Declarar ideas como éstas demuestra la inmensa mediocridad y obscenidad que algunos judíos pueden tener incluso cuando supuestamente han pasado horas estudiando su tradición. De hecho muchos judíos que hoy tildaríamos de Súper-Ultra-Ortodoxos fueron tristemente asesinados por los Nazis junto a aquellos otros judíos que ni siquiera practicaban el judaísmo. Además querer justificar que las víctimas del Holocausto fueron culpables es tener la arrogancia de decir que uno entiende por qué Dios hace lo que hace o peor aún creer que gracias a Dios ¡Hitler nos ayudó porque nos hizo retornar a la Tora! ¿Se dan cuenta lo absurdo que suena todo esto?

Si creemos que realmente las víctimas del Holocausto no fueron culpables entonces nos quedan las dos otras afirmaciones: Dios es justo y Dios es Omnipotente (las cuales no tendrían sentido frente al Holocausto y las tragedias en las que muere gente inocente). La estrategia más simple para seguir es declarar que el Holocausto no fue una obra de Dios sino de los seres humanos. Si Dios nos creó libres, Dios mismo tiene que aceptar que los humanos nos tratamos los unos a los otros muchas veces en forma horrenda. De hecho muchos pensadores hacen este giro y “liberan” a Dios del problema para convertirlo en un problema netamente humano. Así el problema ya no es por qué Dios hace lo que hace sino por qué los seres humanos hacemos lo que hacemos. El problema así deja de ser teológico y se convierte en sociológico, antropológico, político o incluso psicológico. Los asesinos del Holocausto eran hombres libres actuando libremente. Según la tradición judía esta justificación “serviría” porque justamente Dios nos ha dado el libre albedrío.

Pero ¿cómo respondemos frente a las enfermedades congénitas y terminales o los terremotos y tsunamis en los que mueren miles de inocentes criaturas, entre otras tragedias?

Una de las más extraordinarias respuestas a este debate ha sido formulada por el Rabino Ortodoxo Irving Greenberg quien declaró que el lenguaje de la modernidad nos ha dado la conciencia de aquello que podríamos llamar “momentos”. “Momentos” en los que nuestras metáforas de lo que Dios es y hace se proyectan y coinciden con nuestra fe y realidad y “momentos” en los que lo que creemos que Dios es no es y la fe resulta imposible. Lo más importante es que ambos “momentos” son verdad. Ninguno de los dos es verdadero mientras que el otro es falso. Ambos “momentos” viven en constante tensión del mismo modo que lo hace la fe y el ateísmo.

Lo que es esencialmente moderno en esta respuesta es la conciencia que la falta de fe o creencia representa tan solo un “momento” o “momentos“ de nuestra vida. Tan pasajeros como el “momento” mismo. Aceptar esta idea del “momento” hace legítima la posibilidad de plantear de alguna manera la convivencia de Dios y el Holocausto. Lo que hemos hecho en definitiva con esta teoría es forjar una nueva metáfora, imagen o idea de Dios que refleja nuestra fragmentada experiencia. Dios es un “momento” para nosotros porque nosotros mismos somos “momentos” no eternos que depositan metáforas en aquello que llamamos “Dios”. Así por “momentos” experimentamos la presencia absoluta de Dios en la Tierra y por “momentos” también experimentamos Su ausencia. Por “momentos” percibimos a Dios como bueno y justo y por “momentos” no.

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Yehuda Halevi y su crítica cultural

12/07/2012 por Diego Edelberg 2 comentarios

 

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(Duración 39:00 – 37.5 MB)

Entre el grupo de grandes poetas españoles que hablamos en nuestra publicación anterior se encuentra la figura principal de esta publicación. Su nombre es Yehuda Halevi y nació en 1085 y murió en 1142.

Yehuda Halevi es importante no solo como un poeta sino principalmente como un pensador que crítica seriamente la cultura de su tiempo y el énfasis en la razón y la filosofía que están tan de moda en todos sus contemporáneos.

Apesar que es mayor que Maimonides, lo que vamos hacer entre esta publicación y la próxima es crear un diálogo entre ambos y ver claramente que lo que tenemos aquí es la continuación de la Filosofía Judía que iniciamos con Saadia en las publicaciones previas. Es mi deseo que entre lo que pudimos compartir de Saadia y su filosofía, lo que veremos de Yehuda Halevi en esta publicación y lo que hablaremos de Maimonides en la próxima publicación, podamos tener argumentos un poco más sólidos y poseer así una mini introducción a la historia del pensamiento Medieval judío.

Yehuda Halevi fue una figura realmente destacada de la cultura española que hablamos en nuestra publicación anterior pero al mismo tiempo fue su enemigo y desertor principal. Y esa ambigüedad no surge de la nada en él sino que es el reflejo de su relación con poetas anteriores (en especial Dunash ibn Labrat y el poema que compartimos al final de nuestra publicación anterior). Si recuerdan la primera parte del poema que leímos al final de la publicación anterior, vimos que Labrat nos contaba sobre la buena vida en la España islámica: cantar, tomar vino y disfrutar la naturaleza. Pero la segunda parte del poema concluía con un sentimiento melancólico en el que el poeta no se sentía tan pleno puesto que los judíos no estaban en Sión o Israel, no estaban en el mundo de la Tora, no estaban llevando una buena vida judía sino que estaban demasiado concentrados en el mundo general que los rodeaba y sus ideales. El motivo por el cual compartí ese poema de Labrat en la publicación anterior es para que realmente puedan armarse una idea del pensamiento de Halevi. Y como dije también en la publicación anterior, en lo personal siento escalofríos al analizar esto y eso es que si bien hay casi mil años entre Halevi y mi vida y mi contexto actual, pareceríamos estar debatiendo muchas veces lo mismo hasta el día de hoy. Muchas veces me siento dialogando con Halevi y me encantaría compartir con él preguntas como: ¿Cuánto de lo que somos es judaísmo “puro”, es decir sin interacción del mundo circundante? ¿Existe realmente algo así en la actualidad como “judaísmo verdadero y puro“ que no haya sido afectado por la interacción con otras culturas?  ¿Existe un judaísmo hoy que no posea nada de la interacción milenaria con otros pueblos a lo largo de todo el mundo? ¿Acaso no es el judaísmo el producto de tradiciones, valores y practicas consolidadas a partir de la interacción con otras culturas, tradiciones e idiomas?¿Qué vamos absorbiendo de cada lugar al que llegamos? y en forma inversa ¿qué absorbe de nosotros el lugar al que llegamos y la gente que allí vive? ¿Cuánto de lo que pensamos y hacemos es producto de la asimilación de las culturas a las que históricamente fuimos llegamos? ¿Deberíamos volver todos definitivamente a la tierra de Israel en forma concreta en lugar de verlo como un anhelo? Todas estas preguntas que a mi gusto siguen siendo tremendamente actuales, ya están presentes de algún modo en el pensamiento de Halevi y espero que podamos verlas en su propio contexto dentro de esta publicación.

 

Yehuda Halevi estaba totalmente inmerso en la cultura en la que vivía. Su prosa estaba toda escrita en árabe y sabía mucho de ciencia y filosofía. A su vez escribía poesías en hebreo sobre el vino, las mujeres, la homosexualidad y la buena vida en la España Medieval islámica. Pero simultáneamente a todo esto estaba claramente incomodo con toda esa cultura y sentía en sus entrañas que España no era el objetivo final de la existencia judía. España era simplemente un lugar de paso y no era el lugar en el que el judío iba a estar conectado con su esencia. No quiero ser repetitivo sobre esto pero realmente estas ideas resuenan tanto en nuestra vida porque siguen siendo contemporáneas. Muchas veces los judíos vivimos con ese sentimiento de ambigüedad entre dónde deberíamos estar y que deberíamos ser y hacer como judíos mientras notamos que nuestra propia vida se va acondicionando por los lugares a los que llegamos y las experiencias diferentes que tenemos en cada uno de estos lugares. Así los judíos que nacen en Argentina por ejemplo son parecidos pero no idénticos a los judíos que nacen en Estados Unidos, Francia, Israel o Mexico.

 

Y en la búsqueda por resolver ese conflicto de su identidad judía Yehuda Halevi finalmente emigra de la España islámica hacia Israel en la Edad Media. No se sabe cómo llego hasta ahí pero tenemos documentos que certifican que llegó e incluso se mencionan algunas partes de su viaje en varios registros del Geniza del Cairo saliendo de España, pasando por el Norte de Africa y llegando finalmente a Israel.

 

La historia de Halevi es la historia del deseo de retornar a Israel. De hecho tenemos toda una serie de poemas que escribió titulados “Lírica religiosa y cantos de Sion” (Ediciones EGA, S.L. Bilbao, 1993). En dichos poemas se expresa el deseo que para poder realmente cumplir con la existencia judía, España no era suficiente. Halevi se pasa la vida diciendo que está por emprender el camino de regreso a casa -es decir a Israel- para poder satisfacer así el sentido de su vida como judío. Y tal vez, si hay un milagro para esta historia, es que en un tiempo en que movilizarse no era tan sencillo como sentarse por unas horas en un avión, Halevi finalmente llega a Israel.

 

Halevi al igual que muchos judíos de su tiempo -y me atrevo a decir del nuestro también- vive durante su vida en dos mundos y siente esa dualidad de la existencia judía al vivir fuera de la tierra de Israel. Siente que realmente pertenece más a la tierra de Israel y al mundo de la Tora que a cualquier otra tierra y otra vida cultural. Halevi sigue siendo actual para muchos de nosotros que, como judíos que no vivimos en la tierra de Israel, sentimos constantemente esa ambigüedad entre nacionalidad y religión, es decir, ¿cuánto de lo que somos esta condicionando por la tierra en la que nacemos, su cultura, su idioma, sus costumbres y cuánto somos de lo que arrastramos de nuestros antepasados inmigrantes y sus tradiciones, valores, practicas y formas de ver la vida? ¿Qué deberíamos ser: “ciudadanos que practican el judaísmo” o “judíos que practican la ciudadanía de un país determinado”? ¿Pueden ver cuan actuales son estas preguntas? Históricamente lo que vamos viendo en forma repetitiva a lo largo de toda la experiencia judía es que los judíos al absorber tanto las culturas a las que llegan, sus preguntas y dudas sobre sus identidades y pertenencias vuelven a cambiar y se formulan sobre la propia práctica y la propia continuidad judía?

 

Lo que quiero hacer en esta publicación no es enfocarnos tanto en su poesía que de todos modos es maravillosa y nos ayuda a entender quién era este hombre, sino quiero que nos concentremos en su mundo filosófico. Así veremos que ese deseo de “retornar al judaísmo” y a la tierra de Israel que salta a la vista en su poesía termina siendo articulado también a través del pensamiento racional de su filosofía.

 

El libro filosófico (o tal vez deberíamos llamarlo “anti-filosófico”) que Halevi escribe es conocido en hebreo como Sefer HaKuzari que literalmente significa “El Libro de los Jázaros”. Aquellos de ustedes que prestaron atención en nuestra publicación anterior recordarán que hablamos del reino de los Jázaros y el intento de Hasdai ibn Shaprut de vincularse con el Rey José de los Jázaros. Este era el famoso reino judío mitad real y mitad mito que se encontraba al Sur de Europa y que alimentó la fantasía e imaginación de toda una generación de judíos soñando con judíos que tenían autoridad, poder, realeza y riqueza aumentando la sensación que los judíos no eran realmente esta minoría sin poder sino que había todo un reino judío del otro lado del mar.

Todas las cartas de Hasdai y todos los ideales de ese reino poderoso de judíos circuló por varios siglos en el inconsciente colectivo del pueblo judío y por eso no es una casualidad que Halevi elige el tema de los Jázaros para escribir esta ficción histórica como argumento de su obra filosófica.

 

El Sefer HaKuzari fue escrito originalmente en árabe al igual que todas las obras filosóficas de las que hablamos en estas publicaciones. Si bien ya hemos mencionado esto varias veces en estas publicaciones es interesante notar que cuando uno escribía en este momento en árabe claramente quería que su libro no solo fuera leído por aquellos judíos que no leían hebreo sino también por el público mayoritario. Halevi podía tranquilamente escribir en hebreo si lo deseaba y de hecho como vimos, esa era la forma “obligada” en el género de la poesía judía de este período. Pero la prosa era escrita generalmente en árabe. Por lo tanto lo que veremos es que apesar que los judíos se sienten en parte incómodos en la cultura islámica española, los mismos forman parte intrínseca de la misma y se expresan en las formas culturales que de allí absorben. En otras palabras quiero que entiendan que Yehuda Halevi jamás se encuentra completamente desconectado de la España Medieval Islámica que tanto critica y no es solo un enemigo de la misma sino que es un activo partícipe de esa cultura y ese mundo al mismo tiempo que es crítico y desertor de la misma. Quiero que sientan esa relación amor-odio que Halevi tiene con España y con el hecho de ser un judío que no encuentra su pertenencia plena al vivir en la diáspora y utilizar textos litúrgicos judíos que anhelan el regreso a Israel.

 

Voy a contarles la historia del libro de Halevi en forma resumida y con mis propias palabras para así analizarlo luego en forma conjunta.

El libro Sefer HaKuzari es como dijimos una ficción en la que Halevi se imagina cómo fue que el Rey José de los Jázaros decidió convertirse al judaísmo habiendo tantas otras religiones y posibilidades. La pregunta central del libro es ¿Por qué elegir el judaísmo como camino de vida?

Acá está el escenario que Halevi nos presenta y nuevamente todo esto es una ficción ya que él nunca conoció ni estuvo en el reino de los Jázaros pero lo importante aquí es el mensaje que Halevi quiere dejarnos utilizando este mito o leyenda.

 

La historia comienza con el Rey José de los Jázaros quien despierta sobresaltado de sueño que tiene. No es casualidad que Halevi elija un sueño como argumento de la trama. En ese sueño el Rey ve un ángel quien le dice -“tus intenciones son buenas pero tus acciones no lo son”-.

En Rey se despierta agitado y no entiende qué es lo que el mensaje del ángel en el sueño le esta indicando. Y por lo tanto para intentar responder este sueño llama a un grupo de consejeros para que descifren su sueño.

Los consejeros que se presentan son: un filósofo, un musulmán, un cristiano y finalmente un judío. Y si bien esto parece la introducción a un típico chiste, en la fantasía de Yehuda Halevi estos cuatros personajes representan de alguna manera las cuatros verdades que hay en el mundo que Halevi conoce. De hecho el judío es presentando como alguien que en realidad ni siquiera estaba contemplado, pero nosotros sabemos de antemano que del modo que se nos contará esta historia narrada por un judío “el que ríe último ríe mejor”  y así finalmente el judío saldrá victorioso.

 

Antes de seguir quiero decirles que todo lo que voy a hablar a continuación sobre este libro y esta historia no es una representación objetiva sino totalmente subjetiva de cómo ve Halevi al judaísmo, las otras religiones y la filosofía. Así que lo que voy a presentarles no es una posición honesta o justa con respecto a las religiones o la filosofía sino que es la perspectiva personal de una persona que de alguna manera no puede despegarse de su esencia judía al criticar o intentar entender a los otros. En otras palabras no hay en esta obra un intento sincero por apreciar las diferencias entre las religiones y la filosofía sino el esfuerzo de aplastarlas demostrando que La Verdad la tiene el judío y el judaísmo.

 

La historia continúa con la intención del Rey de simplemente narrarle el sueño a estos cuatro personajes para ver quien puede darle la respuesta correcta.

El primero que se presenta para entender el significado del sueño del Rey es el filósofo.

Como podemos imaginar y luego de habernos dedicado a Saadia y a la influencia griega en toda etapa Medieval el filósofo es de alguna manera la voz más “seria” y autorizada en todo este período.

El filósofo le explica que el mundo es creado de modo científico y racional y debemos entender el mundo a través del intelecto, la razón y los principios filosóficos, etc.

El Rey se siente poco atraído por esta interpretación. El Rey tuvo un sueño, tuvo una experiencia visceral y emocional y el filósofo le esta dando una respuesta fría, racional, objetiva y filosófica. De este modo el filósofo y la razón son descartados debido a que no pueden racionalmente explicar ese sentimiento del Rey.

 

Luego le pregunta al musulmán y este le responde contándole sobre su religión y el Rey tampoco se siente atraído debido a que hay mucha guerra, asesinatos y destrucción. Como ya les dije no les estoy presentando una descripción objetiva de las tres religiones. Claramente el judaísmo que esta por debajo de todo esto emergerá por encima de las otras dos religiones y la filosofía al final de esta ficción. No esperen mucho más de Halevi que eso. Esto no es una historia racional, objetiva sino subjetiva y tendenciosa que intenta demostrar que si algo es Verdad lo demás no puede serlo.

 

Luego el cristiano se presenta y el Rey dice que su espiritualidad es muy interesante pero suena como si vendría del judaísmo. Si todos los valores principales del cristianismo están tomados del judaísmo el Rey se pregunta ¿por qué debería seguir una versión falsa de la Verdad original? Otra vez insisto, este es Halevi hablando y no yo y esta no es una presentación justa para el cristianismo o el islam.

 

Como ya dije estoy parafraseando muy libremente aquí toda esta narración que y por supuesto que todo esto no es literal. Pero simplemente espero poder transmitirles la esencia del tema para que puedan comprender el debate en cuestión.

 

Finalmente el último que queda es el judío. El judío responde diciendo más o menos lo siguiente: “nosotros creemos en el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. El Dios que nos saco de Egipto y la esclavitud, nos dio la Tora en el Monte Sinaí y nos llevo a Israel, la tierra prometida”.

El Rey se pregunta “¿qué tipo de respuesta es esa? Los otros trataron de explicarme su religión y tú me estás dando historia. No me interesa la historia. ¿Tu crees en Dios? ¿Qué clase de Dios? ¿Cuáles son los fundamentos de tu religión?”

De todos modos el judío se mantiene firme en su respuesta y le aclara que éste es el modo que el judío entiende su fe y su existencia. Como podemos apreciar, la respuesta que Halevi nos presenta en la voz del judío no fue improvisada sino cuidadosamente elaborada.

La idea que Halevi reintroduce en el pensamiento judío es que Dios se revela a través de la experiencia histórica del pueblo judío. El judaísmo y la revelación de Dios no se despliegan a través de la filosofía ni la especulación racional sobre qué es la fe, Dios, la Tora o el judaísmo en sí. Sino que experimentando a través del tiempo la historia de este pueblo en diálogo con Dios, desde los patriarcas y llegando al punto más elevado con la entrega de la Tora en el Monte Sinaí uno comprende así y logra formar parte de la Verdad del judaísmo.

 

Para Halevi al igual que para otros judíos la entrega de la Tora en el Monte Sinaí es el momento crítico y sagrado en el cual el judaísmo es creado como tal y por lo tanto para él la historia -a través de la experiencia de los judíos- se convierte en el inicio de toda esta tradición y Verdad.

Lo que emerge en lo restante del libro es el diálogo entre el judío y José el Rey de los Jázaros tratando de comprender el judaísmo y todas las facetas que lo forman. Y así lo que tenemos con este nuevo libro de Halevi es una especie de continuación de lo que habíamos visto con Saadia en este nuevo género literario judío que es una especie de “Introducción al Judaísmo” pero ahora desde el punto de vista de Halevi. Recuerden que les comenté que en la literatura rabínica, eso es la Mishná y la Guemará conformando ambos textos el Talmud, el editor de dichos textos asume que el lector ya sabe de lo que se está hablando. Pero a partir de Saadia y los restantes pensadores veremos ya la necesidad de escribir una especie de introducción o explicación sobre lo que el judaísmo es.

 

Cuando llegamos al final del último capitulo del libro, el judío dice que ya no puede quedarse debatiendo puesto que que esta apurando ya que debe emprender el camino de regreso a casa y eso es Israel.

Por lo tanto el personaje imaginario del libro esta imitando la vida, el pensamiento y los deseos de Halevi. En pocas palabras este libro escrito por Halevi crea a este judío imaginario que es Halevi mismo quien debe tanto en la imaginación como en la realidad volver a Israel ya que allí es donde el judaísmo debe continuar su desarrollo histórico.

 

Resumiendo la historia a medida que intentaremos ahora explicar la teología de Halevi vemos que el Rey tiene un sueño en el cual sus intenciones no son buenas. Intentando entender qué debe hacer con su vida va pasando y descartando la filosofía, el cristianismo y el islam arribando finalmente al judaísmo. El judío que representa al judaísmo ubica su fe y sus prácticas no en la especulación racional filosófica sino en la experiencia histórica de su pueblo.

Noten que en el contexto de la filosofía griega lo importante no es aquello que cambia sino aquello que es eterno. A los griegos y su filosofía les interesan las “ideas eternas” y aquello que no cambia. Los griegos sospechaban de la historia y el cambio. Pero con Halevi tenemos una nueva situación en donde esto esta invertido. La Verdad no está en la filosofía -lo eterno, lo que no cambia- sino por el contrario: para Halevi La Verdad del judaísmo reside en la experiencia histórica que va en crescendo desde el pacto con los patriarcas, la esclavitud en Egipto, la liberación, la entrega de la Tora, la redención y la llegada a la Tierra Prometida.  A través de cada generación diferente de judíos experimentando el judaísmo a su manera, Dios se hace presente.

 

Así que tenemos muchas cosas sucediendo simultáneamente en la presentación que Halevi hace del judaísmo. Primero esta el hecho de acceder o “conocer” a Dios a través de la historia. Pero más importante aún es lo contrario a esto y es que Halevi nos muestra que no podemos acceder a Dios a través de la especulación racional filosófica.

Esta idea de Halevi aparece una y otra vez a lo largo del Sefer HaKuzari y debemos preguntarnos ¿cuál es realmente el problema que Halevi tiene con la filosofía?

Y para responder esta pregunta deberíamos de hecho preguntarnos si puede la racionalidad, el intelecto y la lógica capturar la esencia de lo que sentimos en nuestros corazones. Hablamos un poco de este tema cuando analizamos la filosofía de Saadia Gaón y les comenté que Halevi iba a preguntarse lo mismo.

El “sentimiento” como la sensación más profunda que uno tiene por Dios o la fe ¿puede ser articulado en palabras? ¿Puede ser reducido a una idea? Cuándo imaginamos o describimos a Dios con palabras -aquello que gran parte de la Filosofía e incluso la Teología Medieval estaba haciendo- ¿estamos realmente capturando y explicando al Verdadero Dios? ¿O simplemente estamos aproximándonos de la mejor manera que podemos a definir lo que es Dios? ¿Estamos especulando sobre una idea o estamos de hecho sintiendo, encontrando o experimentando a Dios en si mismo? ¿Podemos realmente explicar qué es o quién es Dios? Podríamos ir más lejos aún y preguntarnos: ¿Podemos realmente sentir a Dios? ¿Cómo sabemos que estamos sintiendo a Dios? ¿Podemos relacionarnos de algún modo con Dios? Tal vez el filósofo se pasa la vida engañándose a si mismo pensando que cuando crea una idea de aquello que llama Dios ha logrado así encontrar al Verdadero Dios.

Para Halevi darse cuenta de este problema es fundamental y de hecho es lo que él esta criticando. Para Halevi cuando yo experimento una “idea” de lo que Dios es, no estoy sintiendo a Dios en si mismo. La razón, el pensamiento y las ideas no nos permite sentir la Verdad de Dios. Uno puede hablar y especular todo lo que quiera acerca de Dios pero uno no puede hablar con Dios. Y acá ya estoy utilizando el lenguaje que se utilizará en la Modernidad por Martín Buber (de hecho les recomiendo que luego de esta publicación escuchen mi otra publicación sobre Buber) ya que Buber usa el mismo lenguaje que Halevi. Y estoy seguro que Buber, Rosenszweig y todos los filósofos del siglo XX que presentamos en nuestra serie sobre el Judaísmo Moderno estuvieron influenciados por las nociones de Halevi.

En pocas palabras lo que estamos diciendo es que lo más importante que podemos aprender sobre la fe judía es que no es filosofía sino que peor aún, Halevi y otros pensadores posteriores nos están diciendo que la filosofía puede incluso distorsionar la Verdadera experiencia judía.

Si lo que uno esta buscando es “la Verdadera fe judía” entonces uno tiene que recurrir a la historia y entender el desarrollo de la misma porque allí se encuentra el diálogo de Dios con su pueblo elegido. La experiencia histórica de los judíos que leemos desde la Biblia hasta la actualidad se aproxima mucho más a Dios y el judaísmo que la especulación racional filosófica.

Por lo tanto el primer intento de la teología de Halevi es separar entre el Dios de los filósofos y el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Y está es exactamente la misma formulación que retomará Martín Buber en el siglo XX pero ya la planteaba Halevi mil años antes. Los judíos no debemos ir en busca del Dios de los filósofos sino el Dios de nuestros antepasados y esa experiencia religiosa solo podemos alcanzarla a través de la vida ritual y la practica de las mitzvot, es decir los mandamientos o preceptos. Solo así uno se relaciona con la historia del pueblo judío y uno puede experimentar de qué se trata ser judío.

Así que lo primero y más importante con lo que Halevi contribuye a la historia del pensamiento judío -y noten cuan diferente es esto comparando con la filosofía de Saadia e incluso será también diferente a Maimonides en la próxima publicación- es que la filosofía no nos provee con una respuesta para la experiencia y la fe judía. La fe es una categoría que no puede ser reducida en una formulación filosófica. Y ésta es la primer gran crítica.

 

Hay algo más que es único en la filosofía de Halevi y que tal vez no resuena tanto en muchos de nosotros. Halevi está obsesionado con la “soledad”. Pero esta soledad que se pregunta Halevi es la siguiente: si los judíos son el pueblo elegido por Dios ¿por qué no tienen poder político? ¿por qué son siempre separados, marcados y vistos como diferentes? ¿por qué son siempre sacados del medio por los musulmanes, los cristianos y otras culturas? ¿por qué los judíos estamos “solos” en esta experiencia humana? ¿Cómo puede ser que este sea el pueblo glorioso elegido por Dios? Y por lo tanto Halevi se preguntará ¿cómo debemos entender este estatus del judío?

 

Y para responder esta pregunta Halevi recurrirá nuevamente a la filosofía. Tomado directamente de Aristóteles Halevi nos presenta las 4 esencias o cosas que definen lo que nosotros experimentamos en el mundo. Estas son las 4 categorías de lo que existe. La primera es Mineral, la segunda es Vegetal, la tercera es Animal y la cuarta son los Seres Humanos. Estas ideas están tomadas directamente de Aristóteles y no hay ninguna sutileza de Halevi aquí. Así que aunque critica la filosofía Halevi la necesita para construir su contra argumento. De hecho la traducción del árabe al hebreo usa la palabra medaber para referirse a esta categoria. Es decir que la diferencia entre un animal y un ser humano   es la cualidad del habla humana y la capacidad de comunicarse. Apesar que nosotros sabemos hoy que hay ciertos animales que pueden comunicarse entre ellos ésta es la definición que heredamos de Aristóteles.

 

¿Qué nos va a traer de nuevo Halevi frente a estas categorías? Para Halevi hay una quinta esencia o forma de existencia. Aristóteles nos presenta 4 formas de existencia y Halevi agrega una quinta que llama “Profecía”.  Y con esto nos encontramos con una definición muy interesante sobre la profecía según Halevi.

Según Halevi para ser un Profeta uno debe hacer dos cosas:

  1. primero uno debe ser judío y practicar el judaísmo (es decir no cualquier judío sino un judío que practica las mitzvot o mandamientos del judaísmo).
  2. Y segundo para alcanzar ese nivel de Profecía uno debe vivir en la Tierra de Israel y por lo tanto la mitzva más elevada e importante es hacer alia, es decir instalarse en Israel. No en España con toda la hermosa naturaleza, el buen vino y la buena comida sino que según Halevi solo en la Tierra de Israel sentimos el esplendor y la energía necesaria que le permite a un judío practicante de todas las mitzvot convertise en un Profeta.

 

Y por lo tanto la quinta esencia que constituye aquello que existe en el mundo es un ser biológico que de hecho es superior a todo lo demás incluido el ser humano normal  y ese ser biológico es único ya que debe ser judío y vivir en la tierra de Israel.

 

¿Cómo interpretamos nosotros esta definición de Halevi? Muchos judíos se han sentido terriblemente ofendidos por esto porque marca una especie de superioridad racial ya que según Halevi ni siquiera uno puede convertirse a esta categoría. Uno debe nacer judío, practicar todos los mandamientos del judaísmo y vivir en Israel para convertirse en lo más elevado de la existencia que es en definitiva convertirse en un Profeta. El Profeta tiene acceso directo a Dios. Habla con Dios. No especula racionalmente, no piensa acerca de Dios, no habla acerca de Dios, Dios no es una idea para un Profeta sino que es una realidad. Para el Profeta Dios es una realidad. Pero Dios es una idea para el filósofo. Y por lo tanto el Profeta está por encima del filósofo y el filósofo ni siquiera puede llegar a convertirse en Profeta. En el mundo griego y en especial en la filosofía platónica lo más elevado que uno puede alcanzar como ser humano es convertirse en un filósofo. Para Platón el esfuerzo de nuestro vida debe ser realizado para alcanzar lo más elevado y eso es convertirnos en alguien parecido a él. Según Platón lo hemos logrado si hemos logrado convertirnos en filósofos. Pero acá Halevi está argumentando que existe una categoría aún más elevada que esa y que no es para cualquiera sino solo para el judío.

Y lo que estamos viendo aquí que afectará directamente a ciertas ramas del judaísmo posteriormente es una especie de creencia que el judío es único y puede acceder a algo más elevado que todo el resto de la creación. Hay una aquí un intento de establecer una superioridad racial de este grupo. No quiero esconder esta faceta de Halevi ni evitar este tema porque es una realidad que escribe Halevi. No quiero bajo ninguna noción sugerir que esto no está presente en su obra sino que está ahí claramente presentado. Pero aunque pueda repugnarnos esta idea que el judío es mejor o superior que todo lo demás que existe en el Universo debemos poner en contexto porque Halevi hace este argumento y esto se debe a que está intentando justificar o entender ese estatus de ser el pueblo elegido y sin embargo sufrir tanto. De todos modos esta argumentación no está diciendo que cualquier judío es un Profeta sino que ciertos judíos que hacen ciertas cosas y viven en un lugar determinado son potenciales Profetas y así tienen acceso directo a Dios que es en esencia lo que todos están buscando según Halevi.

 

Para Halevi la Verdad más absoluta del judaísmo ocurre en el acto de la revelación de Dios y claramente las nociones racionales de la filosofía no alcanzan. Los dos requerimientos necesarios para ser un judíos según Halevi son entonces observar los mandamientos judíos e instalarse en la tierra de Israel.

 

Halevi como pueden apreciar es un hombre muy interesante en la historia del pensamiento judío. Su legado es realmente importante incluso para Maimonides en ciertos aspectos, de quien hablaremos en profundidad en nuestra próxima publicación.

Pero lo que me interesa es que podamos entre esta publicación y la próxima ponerlos en diálogo a Halevi y Maimonides y podamos así comprender mucho mejor el mundo Español Medieval bajo dominación islámica. Pero eso es lo que sigue en la próxima publicación.

 

Con Halevi tenemos la creación de géneros literarios que son el claro producto del mundo español islámico escribiendo en árabe y hebreo sobre filosofía, gramática, ciencias, historia judía y teología. Estamos hablando de un hombre profundamente culto e inteligente que escribe en su Sefer HaKuzari sobre temas muy interesante en forma de diálogos tomados por supuesto del modelo de diálogos de Platón (obras como El Banquete o Fedón entre otros). Al usar ese estilo en forma brillante Halevi utiliza las formas de moda en la época como medio para bularse de ellas mismas y desarmarlas. Y ahí es cuando vemos que el es un desertor de este estilo ya que usándolo demuestra que el mismo no funciona.

 

Halevi es la persona que afirma que ama el mundo de Hasdai ibn Shaprut, sus poetas, el mundo “secular” islámico de España, la idea de ser una especie de “humanista” y un “caballero perfecto”, un hombre que habla varios idiomas, conocedor de las artes, las ciencias, la religión, la teología judía, la literatura rabínica, el Talmud, la filosofía (siendo -con toda esta descripción- esa especie de “ideal cultural judío” que mencionamos al final de la publicación anterior)  pero al fin de cuentas todo esto ni siquiera alcanza o peor aún, seguir este ideal esta incluso equivocado según su visión. Halevi le está diciendo al judío que vive fuera de la tierra de Israel que todo eso que le apasiona del mundo en el que se ve inmerso no es realmente su verdadera esencia. Y aquí volvemos otra vez a ver reflejada la segunda parte del poema de Dunash ibn Labrat que compartimos al final de la publicación anterior.  Claramente hay algo raro, incómodo o equivocado para Halevi si uno esta viviendo rodeado de todo esto mientras su verdadera tierra, su verdadero lugar en el mundo como judío es Israel y ese lugar no esta siendo parte de la geografía de la vida de uno como judío. Sin vivir en la tierra de Israel y sin importar cuanto sepamos de nuestra tradición ni cuanto practiquemos sus leyes estamos incompletos frente a Dios.

 

De alguna manera podríamos decir que Halevi es un Nacionalista. Halevi es la persona que finalmente siente que “no puede vivir en dos mundos”. Su intelecto no le permite tolerar esa parte de su existencia. Solo puede vivir en un solo mundo. Y ese mundo que constituye su esencia jamás llegará a través de la filosofía ni en la matriz cultural y social de la vida cortesana Medieval en la que nace y se siente envuelto. Pero lo que hace a Halevi tan cercano a nosotros es que el se irrita sabiendo que no puede dejar -ni nunca dejará de ser- un producto de la cultura en la que nació y creció mientras que así todo le repugna esa misma cultura. Quiere salir de allí y sin embargo es una parte constitutiva de su ser. Su judaísmo estaba fusionado con su españolidad. Esta idea que yo siento tan propia siempre me ha llevado a lo que George Steiner presenta cuando menciona a Borges como “aquel que rechaza los límites de una sola herencia” siendo este rechazo aquello que constituye para Steiner un elemento constitutivo del ser judío.

Halevi esta criticando la vida elitista del judío asimilado en las culturas del mundo y en especial y en su caso particular la vida cortesana de España. Para él, cuando finalmente el Mesías llegue y los judíos sean reconocidos por su valor en la historia, hay que estar en la tierra de Israel y no en España.

Y así tenemos este “tire y empuje” con todo el pensamiento de Halevi que interesantemente la mayoría de los judíos del mundo con quienes hablo parecen también poseer. Hablamos de ese sentimiento de ambigüedad entre lo que son por el judaísmo y lo que son por haber nacido dentro de cada cultura particular.

 

De todos modos Halevi no es el único judío Medieval que articulará este pensamiento sino que vemos tanto judíos bajo dominación cristiana como musulmana a lo largo de toda la Edad Media anhelando retornar a la tierra de Israel. De hecho los judíos hasta el día de hoy vemos a Israel como el centro de nuestra existencia litúrgica y todos nuestros rezos reflejan el sueño y anhelo milenario de este pueblo de retornar a la tierra de Israel. Debemos recordar que la liturgia o rezo era considerada por los primeros rabinos como una especie de “suplencia temporal” a la crisis que estaban enfrentando de no tener más el Templo y vivir en el exilio, es decir fuera de la tierra de Israel. Esto lo sabemos ya que todos nuestros rezos mas sinceros y profundos dirigidos a Dios -aquello que los judíos rezamos todos los días y le pedimos a Dios en todas nuestras plegarias desde lo profundo de nuestro corazón- es volver a la tierra de Israel, reconstruir el Templo y volver a matar animales en un altar. Eso es lo que pide nuestro Siddur, nuestro libro de rezos. Si uno esta utilizando el Siddur y de forma abierta expresa los deseos que ahí están escritos uno está pidiendo eso.

Pero lo que tenemos a lo largo de todo el período Medieval es un acto aún mayor que simplemente anhelar. Tenemos registros de muchos judíos haciendo aliot, eso es emigrar a la tierra de Israel.

 

Lo más interesante es que en el transcurso del siglo XX la mayoría de los historiadores que eran sensibles al Sionismo enfatizaban este aspecto. Estos historiadores veían a Halevi como un ejemplo de este anhelo judío. Ese judío que simultáneamente se sentía contenido en la diáspora pero también sentía un vacío dentro de ella, se sentía un extraño, alguien que usurpaba la cultura de otros y por ende debía volver a la tierra de Israel. Así los Sionistas declaraban algo que es real y debatimos en nuestra publicación sobre el Sionismo Judío en nuestra serie sobre el Judaísmo Moderno y eso es que la idea de volver a la tierra de Israel fue siempre y sigue siendo una idea antigua y al mismo tiempo moderna. Y justamente Halevi se convierte en un ejemplo de ese ideal Sionista.

 

Pero no solo los Sionistas se sintieron a gusto y en conexión con Halevi. Sino que también como mencionamos ya, el pensamiento judío del siglo XX. En el momento de crisis en la Modernidad, cuando el judaísmo se ve envuelto en el racionalismo y las articulaciones filosóficas sobre Dios, la Tora y el pueblo de Israel -en especial con la filosofía de Hermann Cohen- de golpe tenemos una contra reacción iniciada por Leo Baeck, Martin Buber, Franz Rosenzweig y Heschel quienes claman que nos estamos desviando y que esto ya no es judaísmo. Estas son las voces judías que dicen al igual que Spinoza en siglo XVII, que la filosofía y el judaísmo no son la misma cosa y no deben ser reducidas una por encima de la otra. Para descubrir a Dios, lo transcendente, lo sagrado, aquello que transforma nuestro espíritu tenemos que ir a buscarlo en la vida ritual, en la fe y en las mitzvot que no tienen nada que ver con la especulación racional filosófica. Si escucharon mis publicaciones sobre Judaísmo Moderno podrán apreciar este mismo debate entre Hermann Cohen y sus opositores que critican que lo peor que uno puede hacer es convertir a Dios, la Tora y el pueblo de Israel en una idea. Todas estas cosas deben ser vividas y no disecadas como si estuviésemos en un laboratorio.

Para estos judíos del siglo XX Halevi era quien los ayudaba a entender cuál es la verdadera esencia del judaísmo y de hecho como vimos en esas publicaciones las críticas eran que la filosofía del idealismo alemán no ayudaron sino de hecho corrompieron al judaísmo haciendo que los judíos se pierdan del camino original.

 

Puedo incluso nombrar un pensador anterior al siglo XX muy relacionado con este mundo y estas problemáticas llamado Heinrich Heine. Heine fue un gran poeta judío que también mencioné en la serie del Judaísmo Moderno como uno de los miembros fundadores de la Organización para la Ciencia del Judaísmo (Wissenchaft des Judentums) en la Alemania del siglo XIX. Heine tradujo la poesía en hebreo de Halevi sobre el Sionismo y el amor por Israel al alemán. Pero lo que es increíble de esta historia es que Heine repudiaba el yiddish y a los judíos de Europa Oriental que fueron los que en su gran mayoría iniciaron el Movimiento Sionista y volvieron a la tierra de Israel. Ahora escuchen esta paradoja porque Heine -que era el típico judío culto y amante de su herencia alemana en el siglo XIX- traduce poemas en hebreo de Halevi -un poeta Medieval español- al alemán y estos poemas que traduce hablan del deseo de volver a Israel lo cual era lo último que Heine personalmente deseaba. De hecho Heine termina convirtiéndose al cristianismo! Y el anhelo de volver a la tierra de Israel en la Modernidad y realmente llevarlo acabo termina siendo una realidad gracias a los judíos de Europa Oriental que se ven influenciados por los ideales de la Modernidad y el Iluminismo Judío que llamamos en hebreo haskala impulsados por judíos alemanes que lo último que querían era irse de Alemania!

En otras palabras, el iluminismo y la razón que comienzan en Alemania con judíos que querían buscar la mejor manera para racional e intelectualmente integrarse en las sociedades Occidentales, termina influenciando a otro tipo de judío que no tenía nada que ver con ese mundo y era el judío de Europa Oriental que hablaba yiddish y todo esto le despierta la sed de volver a Israel y finalmente lo lleva acabo.

Miren lo que puede llegar a despertar un texto medieval en las manos de judíos diferentes con diversas interpretaciones y maneras de ver el mundo.

 

Realmente es fascinante todo lo que emerge desde esta compleja y a la vez interesantísima persona que es Halevi quien trata de definir qué es la espiritualidad judía y cuál es la esencia de ser judío.  En las relecturas que se harán a lo largo de la historia podemos apreciar de su obra lo que podríamos definir como la otra cara de la Comunidad Judía de España. Recuerden que hablamos al final de la publicación anterior toda esa fascinación de los judíos del siglo XX por esa “Edad Dorada” de judíos escribiendo poesía, filosofía, arte, ciencia, Talmud, literatura rabínica, etc. Pero Halevi nos presenta esa otra voz que trata una y otra vez a lo largo de la historia de recordarle a los judíos quiénes son, cuál es su esencia, cuales son sus valores, tradiciones, prácticas, costumbres y les pide de alguna manera regresen todos juntos al lugar geográfico que pertenecen y eso es la tierra de Israel.

 

Lo último que quiero decir para cerrar este impresionante legado de Halevi es que claramente su obra es una respuesta a las crisis que los judíos comenzarán a vivir cuando  -como vimos en nuestra publicación anterior- la España Medieval islámica comienza a ser atacada y los judíos son echados. Halevi no podía entender cómo este pueblo era el elegido por Dios mientras vivía subyugado por otras religiones y pueblos. Para subir la moral y el espíritu de toda esta gente Halevi intentó hacer del judío un ser único y especial dándole no solo un pasado, una esencia y una misión en su propio tiempo sino que finalmente termina influenciado a judíos como nosotros hasta el día de hoy.

 

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 Hola, soy Diego Edelberg, el fundador del blog Judios&Judaismo.com. Me apasiona todo lo relacionado con la música, el judaísmo, la interpretación, la educación, la mitología, la filosofía, la religión, la ciencia, la historia, el arte, la física, la cosmología, la evolución, la sociología, la epistemología, la metafísica, la cabalá y en especial aquello que resulta contradictorio, paradójico y absurdo. Para conocer más sobre mi y de qué se trata mi blog visitá la sección Acerca del Autor

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