Las notas musicales escritas en una partitura constituyen “el plano” que necesitamos estudiar e interpretar para hacer físicamente presente la obra del compositor. Sin importar si el compositor escribió esta música hoy o hace 300 años, la realidad es que si bien las notas son la obra, la misma requiere de nuestra participación para poder “sonar”. De lo contrario lo que tenemos es tan solo información sin vida que ha sido documentada en una hoja. Curiosamente, si no tuviéramos ese “plano” que nos deja el compositor, no sabríamos qué hacer como intérpretes.
Nosotros mismos también estamos constituidos de acuerdo a un “plano”. Somos de la manera que somos debido a que estamos hechos “siguiendo un plano de referencia”. Hace ya varios años que los científicos han descubierto la estructura molecular del ADN la cual contiene un código genético que sirve como “plano” para definir nuestro cuerpo. De este mismo modo, de acuerdo a la tradición judía nuestro universo también posee un “plano”.
Según Pirke de-Rabbi Eliezer Dios necesitó un plano para armar Su mundo y ese plano es la Tora . Así todas las partes del mundo encajan en una Unidad. Por supuesto que soy consciente que muchos de ustedes al leer esto deben pensar que es un delirio o simplemente un lindo cuentito. Pero para los Rabinos tomar conciencia de este concepto es crucial. Porque luego de haber atravesado otro Shavuot más en el que volvimos a recibir la Tora, estamos obligados a preguntarnos ¿qué significa esta rememoración símbolica de volver a recibir la Tora como si fuera por primera vez?
Para el pensamiento rabínico la Tora anticipó la Creación. Por supuesto que no estamos refiriéndonos a la Tora que tenemos en la Sinagoga sino a la “idea de la Tora” como un plano metafísico organizado que Dios utilizó y utiliza. Los Rabinos llegaron a estas conclusiones cuando descubrieron que hay dos maneras distintas de interpretar la primer palabra de la Biblia: bereshit.
Generalmente traducimos bereshit como “en el principio”. Pero los Rabinos notaron que la letra hebrea bet (primera letra de la Tora) no siempre significa “en”; también puede significar “con”. Y como esto es así entonces bereshit (entendido como “En el principio creó Dios los cielos y la tierra) también podría estar diciendo «Con reshit creó Dios los cielos y la tierra”. Para los Rabinos reshit es otro nombre para referirse a la Tora. Esto quiere decir que la Tora es el “plano” del mundo (Bereshit Rabba 1:1).
Ya pasó Shavuot. La obra del compositor sigue ahí. Intacta. No ha cambiado en miles de años. Pero nosotros si. Y no podremos hacerla “sonar” si no apagamos el ruido y las distracciones que nos rodean diciéndonos “cuando tenga tiempo libre estudiare…tal vez nunca tengas tiempo libre» (Pirke Avot 1:14 y 2:5). Seguramente los primeros Rabinos ya eran conscientes de este problema de siempre ponernos una excusa para evitar detenernos a pensar, estudiar y reflexionar sobre qué significa la Tora en nuestras vidas. Pero probablemente por eso también escribieron el midrash que cuando Dios entregó la Tora el mundo se detuvo y sólo cuando reinó el silencio absoluto Dios habló (Shemot Rabba 29:9).
No esperemos otro año más para recibir la Tora. Recibámosla a cada instante.