El objetivo en la búsqueda por el sentido es alcanzar la unificación de todo lo que vemos, escuchamos y hacemos hacia una unidad. Cuando tomamos conciencia que absolutamente todo esta conectado con todo lo demás y que nada existe aislado de otra cosa reconocemos lo espectacular del mundo, la gente que nos ama y el fascinante ciclo de la existencia.
El Shema que recitamos todos los días, dos veces por día, nos recuerda esta misma verdad. La vida es una unidad indivisible de momentos que consideramos buenos y momentos que experimentamos como no tan buenos. Solo Dios es perfecto, el resto de nosotros atravesamos alegrías y tristezas, certezas e incertidumbres.
Como pertenecemos al mismo entramado de la Creación, hay una parte de Dios en cada uno de nosotros. A veces nos cuesta tomar conciencia de esta idea pero deberíamos reflexionar al menos por un instante todos los días que somos especiales. No existe nadie como nosotros, no ha existido nadie como nosotros y no existirá nadie igual a nosotros durante un tiempo. Esto no debería asustarnos sino motivarnos, ¡somos realmente un milagro!
Cuando apreciamos el milagro que somos nos acercamos a Dios, la Unidad de la que emana toda la Diversidad. En ese instante sentimos que lo que parece malo y errado está tejido con nuestra presencia y requiere de nuestra ayuda. Por eso no solo estamos en este mundo para disfrutar sino también para realizar un tikún, una corrección cósmica, agregando nuestro pequeño granito de arena para que el desierto se haga un oasis.
Ser consciente de la Presencia de Dios y nuestro propósito suena como una hermosa idea. ¿Pero quién puede realmente recordarla todo el tiempo? Hay tantas distracciones y problemas que requieren nuestra atención…y para peor todos ellos parecen importantes. Pero si todo es importante en el fondo nada lo es del todo.
Desde tiempos inmemorables nuestros antepasados han inventando diferentes técnicas para mantenerse en el estado espiritual que requiere la continua conciencia de la unidad. El pueblo judío ha inventado y preservado una tradición saturada de canciones, historias, leyendas y leyes que sirven para ayudarnos a recordar una y otra vez la Presencia y nuestro propósito.
Esta antigua, novedosa, misteriosa y sagrada tradición judía está diseñada con el único propósito de permitirnos desarrollar la capacidad para distinguir lo que realmente es importante en nuestras vidas.