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La Mezcolanza de tradiciones y el camino hacia la Modernidad Temprana
En las últimas tres publicaciones nos dedicamos a los patrones generales de la cultura rabínica durante la Edad Media. Lo que me interesa -entre tantas otras cosas sobre esta serie del Judaísmo Medieval- es que vayan notando o tomando conciencia de aquellas cosas o eventos que van sucediendo y nos van lentamente sacando de la Edad Media y nos van llevando hacia los principios de la Modernidad. Mencioné esto mismo sobre el final de la publicación anterior y voy a volver a repetirlo en esta oportunidad antes de meternos en otro tema (así que espero no les moleste me repita unos minutos pero es importante remarcar esta idea).
El motivo por el cual mencionamos y analizamos por separado los tres patrones culturales de la tradición rabínica medieval en las últimas tres publicaciones no solo es por el impacto que dejarán en la tradición judía hasta nuestras días sino para que noten que una de la maneras en las que podemos diferenciar claramente el período medieval de el período de la Modernidad Temprana (que es lo que se viene eventualmente en esta serie) es cómo todas estas variaciones regionales comienzan a desintegrarse o fundirse como resultado de las migraciones judías debido a las expulsiones de Europa del Oeste principalmente la que veremos en España en el año 1492. De hecho lo que constituye la esencia del judaísmo en la actualidad es la mezcolanza de todas estas tradiciones particulares y regionales que comienzan a fundirse entre ellas lentamente deviniendo justamente en ese período que hoy llamamos la Modernidad Temprana y que se encuentra aproximadamente entre 1492 y 1750. La modernidad que nosotros experimentamos hoy, con la fundición de tradiciones culturales e incluso religiosas dentro del judaísmo mismo, es un producto de este proceso histórico que estamos describiendo. Si bien no es una forma muy elegante de decirlo, podríamos argumentar que el judaísmo de la Modernidad Temprana y en extensión el judaísmo que se vive en la actualidad es el resultado de una mezcolanza cuando todas estas variaciones regionales (ashkenazim en el Norte de Europa y Sefaradim en el Sur de España y posteriormente en el Imperio Otomano) comienzan a interactuar y las distinciones particulares de cada uno de estos patrones culturales que analizamos hasta ahora si bien no se evaporan lo cierto es que se hacen menos visibles y van constituyendo un nuevo judaísmo que absorbe y justamente mezcla todas las diferentes tradiciones particulares y regionales de la Edad Media. De alguna manera lo globalizado del mundo que conocemos hoy no solo lo vemos en la tecnología o los medios de comunicación sino en la constitución de la humanidad y sus tradiciones actuales. Voy a intentar ir mostrándoles esto mismo dentro del judaísmo a medida que avancemos pero un último ejemplo que puedo dejarles es que piensen por ejemplo de dónde son las melodías que escuchan hoy en sus propias sinagogas y van a descubrir que en la mayoría de los casos estamos hablando de una fusión entre estilos sefaradim con ashkenazim, a veces mizrajim (es decir de judíos de Medio Oriente y ya no de una tradición europea) e incluso composiciones modernas de autores que aún viven. Por lo tanto aquí tienen un claro ejemplo que mencioné también al final de la publicación anterior, donde podemos apreciar la mezcolanza en la tradición musical judía relacionada justamente con la fusión de los patrones generales de la cultura rabínica medieval que analizamos hasta aquí y que veremos diluirse a medida que sigamos avanzando en las próximas publicaciones.
Los debates medievales entre judíos y cristianos
Pero ahora vamos a movernos ya a otro tema que en realidad voy a repartirlos entre ésta publicación y la próxima. Estamos entrando ya en los finales del período medieval viendo lo que ocurre en los siglos XIII y XIV, es decir entre el 1200 y el 1400 de la Era Común. Esto nos llevará finalmente a la salida de los judíos de Europa del Oeste culminando con la expulsión más significativa (históricamente hablando) que es la de los judíos de España en 1492 (fecha que marca un antes y un después no solo en la historia judía sino en la historia de la humanidad).
Para analizar este tema debemos retornar a la temática sobre la relación entre el cristianismo y el judaísmo durante la Edad Media y lo que necesitamos entender es por qué este periodo es diferente a los períodos anteriores. Principalmente reflexionar por qué la relativa “tolerancia de San Agustín”, es decir esa idea que habíamos visto anterior a las Cruzadas y que proponía no molestar al judío dejando que Jesús mismo terminara convirtiéndolo a la verdad de la Iglesia sin forzar estas ideas evitando agredirlo al judío físicamente y espiritualmente. Esta idea de la “tolerancia” desaparece a medida que el cristianismo se vuelve cada vez más agresivo durante los finales de la Edad Media. Por lo tanto voy a comenzar hablando de un tipo de agresividad en esta publicación y luego en la próxima publicación evaluar las causas que empeoran esta compleja relación entre judíos y cristianos y que emerge debido a un cambio en la sociedad cristiana como un todo. Es decir que vamos a intentar comprender por qué aumenta la agresividad cristiana y qué efecto tiene en los judíos.
Vamos a comenzar analizando un episodio muy interesante que sucede en la interacción entre judíos y cristianos durante este período. Este episodio es el de los debates religiosos. Si bien en el mundo islámico tenemos registros históricos de algunos debates entre judíos y musulmanes, estos debates son mínimos comparado con lo que tenemos del lado judío y cristiano en el Norte de Europa. Tanto en la evolución de una literatura polémica por parte de los cristianos en contra de los judíos (y eventualmente judíos en contra de los cristianos) llegaremos a un punto en el cual estos debates se hacen públicos. Ya no hablamos de confrontación literaria sino foros abiertos en los cuales judíos y cristianos son puestos en un mismo escenario para realizar un debate público defendiendo sus religiones y atacando la religión del otro.
Pero hay algo que debe quedar muy claro desde el comienzo y eso es que estos no son los típicos debates que conocemos del colegio secundario. En los debates que aprendemos en los colegios tenemos los puntos a favor y los puntos en contra de cada grupo y cada uno tiene la misma chance de salir ganador. Estos debates religiosos medievales no funcionan para nada de ese modo. De hecho la palabra “debate” para llamar estos episodios es un nombre equivocado. Lo que tenemos realmente es un juicio público organizado por cristianos con el único objetivo de humillar a los participantes judíos y demostrar la verdad de la Iglesia. Así que no deberían imaginar estos “debates” como algo positivo en los cuales se le ofrecía al judío la posibilidad de ganar en sus argumentos. La única manera en la que el judío sale victorioso de estos episodios es cuando el mismo escribe su versión sobre el debate sucedido en los cuales el judío por supuesto escribe como ganador. La realidad es que honestamente vemos que los judíos en todos estos episodios terminan siendo los perdedores.
Los tres debates más famosos: Paris, Barcelona y Tortosa
Hay tres famosos debates de este tipo que vamos a analizar. Dos de ellos los abordaremos en esta publicación y el tercero en la próxima. Estos debates acontecen en: Paris en el año 1239, Barcelona en el año 1263 y el tercero en Tortosa, Cataluña, entre 1412 y 1414. Como ya dije nos dedicaremos a los dos primeros en esta publicación y al de Tortosa en la próxima. Mi intención al analizar todo esto es que podamos entender la naturaleza de estos debates, qué sucedió y en esencia comprender cuál era la relación que los judíos tenían con los cristianos en este período.
La intolerancia hacia la diversidad
Claramente podríamos comenzar creyendo que estos debates nos ofrecen la posibilidad de ver a los judíos y los cristianos intentando entenderse mutuamente. Teóricamente y siguiendo el ejemplo de los típicos debates del secundario, para poder debatir con altura uno no solo debe conocer muy bien su postura (o lo que está defendiendo) sino también la postura, los argumentos y las creencias de su oponente con el fin de ganarle a dichos argumentos. Así que el que es bueno debatiendo conoce ambas caras de la moneda. En teoría esto significaría que si uno va a debatir judaísmo versus cristianismo, uno debe conocer muy bien ambas tradiciones. Y eso es lo que sucede al leer las crónicas de estos debates.
Sin embargo debemos dejar muy en claro que el debate no implica por naturaleza entendimiento o común acuerdo. Conocimiento no es lo mismo que entendimiento. En otras palabras, lo que intento decir es que comprender la posición o los argumentos del otro no necesariamente implica que uno está de acuerdo con dichos argumentos. Uno puede entender profundamente la postura de un oponente tanto religioso como político y no por eso estar de acuerdo con dicha postura. No tiene por que identificarse con dicha postura ni simpatizar con ella. Uno puede acordar estar en desacuerdo con otra postura. Y de hecho si hay un estigma dentro de esta situación es que si uno conoce demasiado la postura del otro uno puede eventualmente adoptar dicha postura para uno mismo y en consecuencia decidir dejarla de lado por el efecto que puede producir. Y ésta es la situación de los participantes de estos supuestos debates medievales que analizaremos en estas publicaciones.
Veremos que quienes debaten saben muchísimo unos de los otros y sus religiones, pero en esencia no saben nada porque no pueden apreciar al otro en los términos que el otro se describe a sí mismo y sus creencias. Y es muy importante comprender esta idea porque representa la limitación que tienen estos debates. Los debates son muy interesantes porque revelan una especie de entendimiento mutuo pero es un entendimiento muy mediocre, limitado y simplemente técnico, en el sentido que uno solo comprende de qué se trata la religión del otro sin que eso conlleve a una apreciación mutua del otro y sus diferencias. No hay una búsqueda por alcanzar lo que el Rabino Sergio Bergman llama en su libro “Celebrar la diferencia” en el concepto de la unidad en la diversidad sino justamente hacer lo contrario. Enfatizar las diferencias y atacarlas con el único fin de establecer un totalitarismo, una sola manera de ver el mundo.
El Anti-judaísmo cristiano en la Edad Media
Anterior al siglo XIII los judíos y los cristianos ya habían realizado un par de polémicas entre los unos y los otros que de hecho las analizamos en la publicación dedicada a este que tema que ustedes pueden escuchar en el blog titulada Antijudaísmo versus “tolerancia” cristiana desde los inicios del cristianismo hasta el año 1096. Pero la mayoría de los primeros debates que tenemos desde el siglo II hasta el siglo XIII son testimonios que vienen del lado cristiano. Estos testimonios se presentan en un modelo de demostración de veracidad por parte cristiana en la cual los cristianos toman citas de la Biblia (en especial del Antiguo Testamento) y las interpretan o las leen bajo una visión cristiana en la cual pre-establecen el significado de dicho texto asumiendo que está hablando de Jesús o de la fe cristiana. En palabras más simples, lo que se intenta hacer es ofrecer una interpretación cristiana de las palabras de la Biblia con el fin de demostrar que el cristianismo es superior al judaísmo o que representa la verdad mientras que el judaísmo es falso.
En el siglo XII estos debates resurgen pero con la utilización de la razón como herramienta para probar la verdad. Es decir, cuál de estas dos religiones tiene más lógica racionalmente hablando. En el contexto filosófico que hemos analizado en todas las publicaciones hasta ahora, en el judaísmo, el cristianismo y el islam utilizar la filosofía como método no debería sorprendernos debido a su influencia en la historia de la humanidad. Pero utilizando la razón como escudo para un cristiano el cristianismo es racional mientras que el judaísmo y el islam son irracionales y al mismo tiempo para un judío el judaísmo es lógico o racional y los otros dos son irracionales, etc. Si bien la razón se convierte en la herramienta que mide la verdad, la misma no funciona como método de aproximación porque como todos ya sabemos (y de hecho lo hemos visto más de una vez a lo largo de esta serie sobre el Judaísmo Medieval) al asumir ciertas posiciones espirituales la razón no provee de una verdad que demuestra la veracidad de una postura y al mismo tiempo la falsedad de la otra. Por ejemplo si uno tendría que explicar racionalmente la noción de la Eucaristía, el cristiano podría argumentar que no es para nada racional y sin embargo es la verdad.
En conclusión el argumento racional es extremadamente limitado. Lo mismo ocurre con la interpretación de la Biblia. La discusión teológica sobre el verdadero sentido del texto bíblico entre un judío y un cristiano llega generalmente a un callejón sin salida porque si uno hace una lectura diferente del que hace un cristiano, la respuesta cristiana va a terminar diciéndonos que eso nos pasa porque no lo estamos leyendo con el espíritu del Señor Jesucristo. Y si esa es la última respuesta ya no hay lugar para el debate. Esto no ocurre solamente en el cristianismo ya que nos encontramos con una posición similar cuando analizamos la posición filosófica de Saadia Gaon (si lo recuerdan Saadia Gaón limitaba de antemano qué es y que no es el judaísmo o qué es y que no es la verdad). Haciendo esto en términos generales, es decir limitando mi propia búsqueda, lo que estoy haciendo es engañándome a mi mismo y dejo de hacer un estudio sincero para convertirlo en un estudio tendencioso en el cual el texto debe ajustarse a lo que yo considero de antemano que es la verdad y no lo que el texto tal vez me sugiere o incluso me confronta.
Características principales de los debates medievales
En el siglo XIII y comenzando con estos debates públicos vemos dos nuevos tipos de argumentos que presentan los cristianos al judaísmo. Lo que vemos en el mismo período y es muy interesante de notar, es la respuesta judía a estos nuevos argumentos en los cuales los judíos no solo se defienden (como siempre lo habían hecho demostrando que la interpretación cristiana esta errada y que la interpretación judía es la correcta) sino y por primera vez leemos sobre judíos aprendiendo acerca del cristianismo con el objetivo de nuevamente no solo defender sino atacar la doctrina cristiana. Leemos a judíos citando el Nuevo Testamento demostrando sus contradicciones. Por lo tanto los judíos (y en especial los rabinos de este período) estudiaban y conocían muy bien la literatura cristiana y la de los padres de la Iglesia. Y no solo eso sino que estaban dispuestos a citar textos cristianos para quebrarlos. Curiosamente hoy la mayoría de los judíos saben muy poco de la literatura cristiana y qué creen realmente los cristianos.
Al mismo tiempo hay un fenómeno muy interesante que también debemos notar de estos episodios y eso es que los más expertos en el debate desde el lado cristiano eran generalmente judíos que sea habían convertido al cristianismo. Estos judíos que se habían convertido al cristianismo se convertían también en especialistas en judaísmo dentro de la Iglesia Católica. Eran quienes defendían los intereses de la Iglesia en contra de los judíos mismos. Y por supuesto que corrían una ventaja muy obvia puesto que sabían hebreo, conocían la literatura rabínica y tenían una apreciación interna del judaísmo y no solo externa. Por lo tanto contaban con muchas herramientas para realmente aplastar y hacer muy vulnerables a los judíos citando sus propios textos.
El último fenómeno que quiero remarcar es también muy significativo. Y ese fenómeno implica la utilización no solo de textos bíblicos sino y principalmente textos de la literatura rabínica. Si recuerdan nuestra segunda publicación de esta serie hablamos sobre los textos principales creados por los rabinos y ahí les mencioné sobre la Mishna, la Guemara, el Talmud y los textos que definimos dentro de la categoría de Midrashim, es decir comentarios rabínicos sobre las historias de la Biblia. Con estos debates vemos algo novedoso por parte de los cristianos y eso es justamente un ataque muy fuerte hacia toda esta la literatura rabínica. Todos estos temas conforman la esencia de lo que hablaremos en esta publicación.
Nicolás Donin y el debate de París: El Talmud es la raíz del mal
Vamos a ir cronológicamente reconstruyendo este crescendo de violencia cristiana hacia el judaísmo durante los siglos XIII, XIV y XV. Así que empecemos con el debate de Paris llevado a cabo en el año 1239.
El hombre que va a argumentar en contra de los judíos desde el lado cristiano se llama Nicolás Donin (http://es.wikipedia.org/wiki/Nicol%C3%A1s_Donin) y aquel que va a defender a los judíos es uno de los más grandes Rabinos ashkenazim llamado Ijiel de Paris (http://es.wikipedia.org/wiki/Jehiel_de_Par%C3%ADs). Al final de este debate el Rabino Iejiel y alrededor de 300 de sus seguidores (la mayoría de ellos rabinos) abandonan Paris y se dirigieron hacia la tierra de Israel. Esto es probablemente el indicador que no les fue muy bien en este debate y sintieron que debían irse. Lo que resulta interesante es que para muchos historiadores sionistas esto fue un ejemplo de judíos emigrando ya en la Edad Media a la tierra de Israel pero por supuesto que el hecho que lo hicieron después de la disputa y no antes nos deja pensando cuánto realmente anhelaban hacer esta emigración.
Nicolás Donin es una figura muy interesante. Fue un judío que se convirtió al cristianismo y conocía la literatura rabínica desde adentro en forma profunda. A pesar que no se conocen muchos detalles sobre su propia biografía, lo interesante fue el argumento que presentó para la historia judía. Donin convenció al Papa Gregorio IX que el Talmud era una herejía en contra de la fe cristiana. La Iglesia por este entonces comenzaba a tener cada vez más poder y lo inexplicable era cómo era que los judíos seguían aferrados a sus creencias. ¿Acaso no veían los judíos que el poder de la Iglesia era cada vez mayor representando así la verdad de su fe en contra posición al judaísmo? La Iglesia utilizaba la misma Biblia que los judíos pero filtrada a través de la traducción griega y latina y desde una perspectiva puramente cristiana, es decir anteponiendo sus creencias frente a las lecturas, como ya explicamos. Para la Iglesia justamente la Biblia era en realidad un libro cristiano. Pero el Talmud está en su mayoría escrito en una lengua que la Iglesia realmente ignoraba. Y esa lengua es el arameo, un lenguaje semítico muy parecida al hebreo pero no es hebreo. Y por eso el argumento de Nicolás Donin era que los judíos no aflojaban ni veían la luz del cristianismo porque no solo estaban aferrados a la Biblia sino y principalmente al Talmud. De ese modo, Nicolás Donin que conocía el arameo y la literatura rabínica desde adentro, identifica numerosos pasajes de la literatura rabínica que según él blasfeman en contra de Jesús y el cristianismo. Y por lo tanto el Talmud es un libro peligroso según Nicolás Donin porque insulta la fe de los cristianos y la Iglesia burlándose de Jesús y el cristianismo.
La pregunta que debemos hacernos es si todo esto es verdad. Y la respuesta es realmente no. Uno tiene que buscar muy profundo y sacar de contexto algunas frases para que parezca que el Talmud es una obra dedicada a atacar al cristianismo. Existen algunos pasajes ambiguos dentro del Talmud que Donin pudo encontrar, como por ejemplo la maldición hacia los sectarios que analizamos en la publicación sobre Antijudaísmo versus “tolerancia” cristiana desde los inicios del cristianismo hasta el año 1096. Si recuerdan analizamos esa bendición/maldición titulada birkat haminim que es recitada en las plegarias cotidianas del rezo judío hasta la actualidad y siempre fue utilizada o marcada como un ejemplo del modo en que los judíos maldicen a los cristianos en sus plegarias. Realmente los judíos no hacemos esto ni rezamos esta plegaria con ese espíritu (al menos no yo pero estoy convencido que la gran mayoría de los judíos no piensan en los cristianos cuando recitan esta plegaria). Pero es real que uno puede encontrar ciertos textos dentro de la literatura judía que pueden ser interpretados de ese modo, es decir como un ataque hacia el no-judío. Por supuesto que son nada comparado con toda la literatura cristiana que existe sobre este tema y particularmente en contra de los judíos.
La conciencia del judaísmo rabínico
Pero hay algo muchísimo más significativo en el argumento de Nicolás Donin que la declaración que el Talmud blasfema a Jesús y al cristianismo. El argumento más sofisticado por parte de Donin es el que declara que el Talmud y la escritura de la Tora Oral, es decir la Ley Oral del judaísmo (recuerden que analizamos esto en la segunda publicación del Judaísmo Medieval), ha de algún modo desplazado al texto de la Tora Escrita, y por lo tanto ha enviciado a los judíos y ya no pueden seguir siendo “tolerados” de acuerdo la ley de San Agustín. Este argumento que parece sutil es muy importante. Porque lo que Nicolás Donin está declarando es que el judaísmo del siglo XIII no es idéntico a la religión que leemos del Antiguo Testamento (o la Biblia Hebrea). Para Donin los judíos inventaron una nueva religión que llamaron judaísmo rabínico. Y por lo tanto con este argumento tenemos una concienciación absoluta por parte de un cristiano (que originalmente era un judío) que el judaísmo no es solamente la Biblia. Lo que esto significa es que la tolerancia de San Agustín (la que proponía no lastimar, atacar ni convertir al judío) era válida siempre y cuando los judíos sean considerados los herederos legítimos de la primera Revelación de Dios según la mirada de la Iglesia a través de la Biblia. Pero para Donin justamente esta tolerancia ya no era operativa puesto que se había descubierto de una vez por todas esta nueva configuración en la tradición de los judíos en la cual los judíos mismos habían roto su acuerdo con la Iglesia puesto que no seguían a la Biblia sino a la literatura rabínica. Los Rabinos, el Talmud, los midrashim, toda esta literatura había creado una nueva experiencia religiosa tomada de la Biblia misma, que en esencia es totalmente diferente con respecto a la antigua relación que los cristianos tenían con los judíos. Y en consecuencia el argumento del ataque de Nicolás Donin es que al hacer todo esto los judíos eran herejes en relación a su nueva/antigua religión que era el judaísmo rabínico. Esa ceguera judía que no veía la luz del cristianismo como una salvación no acontecería para Nicolás Donin por culpa de este texto rabínico llamado Talmud y que confunde a los judíos mismos.
Así que presente atención que movimiento tan sutil y complejo se nos presenta en este argumento. Donin realmente entendía algo que los cristianos hasta el siglo XIII nunca habían podido ver tan claramente. Y eso es que el judaísmo no es solamente la religión bíblica sino que el judaísmo es de hecho el judaísmo rabínico. Donin podía comprender totalmente el desarrollo de una tradición oral judía que había sido luego puesta por escrito y estudiada a lo largo de miles de años de generación en generación por sabios como RaShi, los Tosafot y las tradiciones interpretativas que analizamos en las publicaciones previas. Todo este desarrollo es herético según Donin ya que vuelve a definir de modo completamente distinto la experiencia religiosa de este pueblo con la Biblia. Apoyándose en esta noción Donin finalmente logra convencer al Papa que los cristianos tienen derecho a enfrentarse con los judíos y deshacerse del Talmud con el objetivo final de acercarlos al cristianismo sin ningún otro texto intermediario que los confunda. El Talmud es la causa principal de todo este problema, es lo que los hace a los judíos tan obstinados, es lo que los ciega y es ahora lo que no les permite ver la luz de Cristo.
Por lo tanto aquí vemos que si bien siempre crecimos con la idea que a mayor conocimiento del otro uno puede apreciarlo en sus diferencias, aquí vemos que en este momento histórico parecería que cuanto más sabemos del otro más intolerantes nos volvemos. En otras palabras entender la estructura interna del judaísmo con el desarrollo simultáneo de la Ley Escrita y la Ley Oral, de lo que realmente el judaísmo es puesto que ningún judío podría argumentar que practica el judaísmo bíblico sino el rabínico, fue lo que Nicolás Donin realmente comprendió, pero eso no lo enriqueció en la apreciación del otro sino que por el contrario lo hizo mucho más intolerante.
Tristemente el resultado de todo este episodio fue catastrófico. Por primera vez en la historia un grupo de clérigos a lo largo de todo Francia prohibió y finalmente coleccionó y quemó ediciones del Talmud en la forma de manuscritos puesto que todavía no existía la imprenta. Esto representa una pérdida incalculable no solo para el judaísmo sino para la historia de la humanidad. Por supuesto que esto además implicó la prohibición del estudio de la Ley Oral que como vieron en las publicaciones anteriores constituía el corazón y el placer más grande de los judíos a lo largo de toda la edad media. Recién el siglo XVI vemos que durante la Contrarreforma se repetirá este episodio de la quema del Talmud cuando el Papa Pablo IV en Italia sentencia una ley muy similar. Justamente y por este motivo muchos historiadores han estudiado la agresividad cristiana comparando estos dos períodos. Pero nosotros hablaremos del siglo XVI cuando lleguemos allí históricamente en esta serie.
Para concluir entonces el resultado de todo este primer debate es el Rabino Iejiel y los rabinos que estaban con el abandonando finalmente Paris hacia la tierra de Israel y como resultado de perder este debate se ordena la quema del Talmud lo cual sucede solamente en Francia. El argumento principal que debemos recordar por parte de Nicolás Donin es que el Talmud es la raíz del mal para los judíos y la manera de cambiar esto es eliminando el Talmud.
Pablo Cristiani y el debate de Barcelona: El Talmud demuestra la verdad cristiana
Vamos hablar ahora del debate de Barcelona. Este debate nos ofrece casi en forma simultánea, tan solo a 24 años del de Paris, un escenario muy similar pero con una estrategia muy diferente por parte de los cristianos al lidiar con los judíos. Esta estrategia tiene una longevidad importante anterior a al siglo XIII y hasta el día de hoy también. Por lo tanto debemos elaborar cuidadosamente esta posición del mismo modo que hicimos con los argumentos del debate anterior.
El debate de Barcelona fue cuidadosamente orquestado entre un cristiano llamado Pablo Cristiani quien también era originariamente judío. Ya de entrada podemos imaginar las similitudes con Nicolás Donin ya que Cristiani también estaba muy versado en la literatura rabínica y capacitado para citar textos rabínicos. Pero el oponente de Cristiani fue otro gran rabino que, sin minimizar la grandeza de Iejiel de Paris, es claramente más reconocido en la historia judía. Su nombre es Moisés ben Najman también llamado Najmanides y reconocido dentro de la tradición judía por su acrónimo de RaMbaN (http://es.wikipedia.org/wiki/Nahm%C3%A1nides).
Najmanides vivió entre 1194 y 1270 y fue muy importante por diversos motivos. Es considerado uno de los padres de la Kabbalah medieval y a pesar que fue un seguidor moderado de Maimonides y su aproximación filosófica hacia la tradición judía, Najmánides finalmente hizo el movimiento hacia la Kabbalah aunque nunca puso por escrito sus enseñanzas cabalísticas sino que fueron escondidas y presentadas oralmente. Fue un intelectual judío español de muchísima importancia y su obra más importante es otro comentario más de la Tora el cual se convirtió en un comentario muy utilizado. Con Najmanides realmente estamos hablando de uno de los grandes de la tradición judía quien estaba absolutamente versado en Halaja, es decir Ley Judía, comentarios rabínicos de la Biblia-es decir midrashim-, dejó unos sermones maravillosos y por sobre todo esto se hizo famoso por el debate del que hablaremos a continuación.
Najmanides es convocado para enfrentarse con Pablo Cristiani quien es un un polemista muy agresivo. Sin embargo el argumento de Cristiani es muy diferente al de Nicolás Donin. Cristiani argumenta en frente del rey, otros nobles y clérigos que el Mesías ya ha llegado en la persona de Jesús y utilizando textos de la literatura rabínica tomados fuera de contexto el puede demostrar que Jesús fue el Mesías y los judíos deben aceptarlo como su Mesías también.
Notemos entonces cuán diferente esta posición con respecto a la de Nicolás Donin. En lugar de eliminar el Talmud y decir que es una obra peligrosa que debe ser quemada, Cristiani propone abrir el Talmud para encontrar aquellos textos que revelan la verdad del cristianismo y utilizarlos para probar la verdad de la Iglesia. Con esto nos encontramos con una extensión del antiguo método de navegar la Biblia con el fin de encontrar pasajes que teóricamente prueban la verdad de Jesucristo pero ahora es aplicado a la literatura rabínica con el fin de hacer lo mismo. Esto se convierte en un modo terriblemente interesante y a la vez provocativo por parte de los cristianos al leer la literatura rabínica. Más adelante veremos como los cristianos utilizarán también literatura cabalística la cual es muchísimo más obscura, mística y fácilmente de utilizar y leer de diferentes maneras debido al nivel metafórico que posee. En pocas palabras lo que esto significa es que ahora los cristianos parecerían contar con todo un nuevo arsenal rabínico que puede ser utilizado en contra del judaísmo mismo.
La compleja interpretación de los midrashim
Quizás se estén preguntando en qué sentido podrían los rabinos estar discutiendo cristianismo. Y para darles un ejemplo, en el tratado Sanhedrin hay algunas historias sobre cuándo va a llegar el Mesías. Estas descripciones son tan solo historias ya que nadie sabe con certeza cuándo llegará el Mesías. Pero ahí leemos por ejemplo que un Rabino está sentado en las puertas de Roma y eso podría fácilmente ser interpretado a la luz del cristianismo. ¿Hablan estas historias sobre el cristianismo? Probablemente no aunque tal vez si porque lo que intento decirles es que muchos de estos textos cuando son sacados de contexto pueden interpretar o significar cualquier cosa. Principalmente si son midrashim, es decir, historias acerca de la Biblia en lugar de ser halajot, es decir formulaciones legales dentro de la tradición judía.
Entonces el rol de Najmanides es responder a cada una de las citas que Cristiani le presenta demostrando la ambigüedad de dichos pasajes y la falta de autoridad que estos pasajes tienen al definir la posición de los rabinos. Lo más interesante de este debate es que Najmanides es forzado cada vez más a dar una respuesta puesto que Cristiani es terriblemente agresivo argumentando una y otra vez que los judíos siempre han creído en Jesucristo pero no lo sabían y la prueba de esto está en la literatura rabínica misma que el está citando y utilizando.
Finalmente Najmanides se da cuenta que este debate es absolutamente ridículo y decide dejar algo muy claro: los judíos solamente viven de acuerdo a la Ley Judía. Najmanides declara así que si Cristiani es capaz de generar una formulación legalista judía que justifique a Jesucristo entonces eso es absoluto y Najmanides no va a negarlo. Pero lo que Cristiani está haciendo es señalar los midrashim. Estos textos son cuentos, metáforas, parábolas, material que los oradores utilizan en sus sermones para enseñar alguna moral. Muchos midrashim son como una fábula con moraleja e incluso Maimonides mismo había declarado que no debían ser tomados literalmente sino como una fuente de inspiración o sabiduría. Pero no tienen el mismo nivel autorizado que la Ley Judía. Y por lo tanto uno no puede basar una posición ideológica dentro del judaísmo utilizando midrashim como fuente o excusa. Son tan solo cuentos e historias. Solamente la Ley es lo que vale.
Si bien esta respuesta es muy interesante podríamos preguntarnos: ¿Najmánides realmente creía esto mismo? Najmanides fue un rabino que se dedico justamente a escribir comentarios e interpretaciones sobre los midrashim. No hay dudas que tenía un profundo amor por los midrashim así que ¿realmente podía descartarlos tan fácilmente decretando que no tenían una valor real para los judíos? Así que han surgido diferentes interpretaciones sobre cómo entender esta respuesta de Najmanides. Quizás estaba respondiendo así debido a la situación tan compleja en la que se encontraba. Pero de todos modos la pregunta que nos deja este episodio es si este argumento solo surge en el contexto de una polémica o si realmente es una opinión válida y Najmánides creía eso. Por lo tanto siguen habiendo diferentes interpretaciones sobre lo que significó esta respuesta de Najmanides.
Deberíamos además agregar que hay dos narrativas que se preservan sobre este debate público. Una en latín en la cual los ganadores son los cristianos y la de Najmanides mismo en la que según su opinión es él quien gana este debate. Ver a Najmanides como el ganador es en realidad la fantasía judía ya que sabemos que dos años después de este episodio Najmanides también emigra a la tierra de Israel indicando que tal vez imaginó que había ganado aunque de fondo nosotros sabemos que del modo que estaban pre-armados estos debates los judíos no tenían ninguna chance de ganar.
Conclusiones
Para concluir intentemos entender la dinámica de estos dos debates para ir moviéndonos hacia la pregunta más general que planteamos al comienzo de esta publicación sobre por qué esta nueva agresividad en contra de los judíos, por qué son puestos en el centro de la escena y obligados a responder públicamente sobre su religión en un escenario que esta configurando ya de antemano con la idea que en el fondo el judío no puede ganar. Estos debates son realmente una trampa cuidadosamente planeada en la cual los judíos como víctimas salen terriblemente afectados.
Con estos debates llegamos a una tensión mucho más elevada en la relación medieval entre judíos y cristianos. Si lo recuerdan les comenté que si bien 1096, que es el año de las Cruzadas, marca un punto de inflexión, lo peor de la relación entre estas dos religiones sucede durante los siglos siguientes. Los debates nos muestran un interés más agresivo hacia los judíos por parte de los cristianos. Al mismo tiempo los textos hebreos de los debates (y en especial el de Barcelona) fueron pasando de generación en generación dentro de la comunidad judía. No tenemos ningún registro que los judíos organizaron algún evento así y tenían permitido atacar el Nuevo Testamento. De hecho algo así jamás hubiese ocurrido puesto que los cristianos jamás lo hubiesen permitido. Por eso estos debates escritos en hebreo eran circulados en forma interna dentro de las comunidades en caso de que los judíos precisaran argumentos para debatir en caso de ser necesario. Por supuesto que estos textos nunca pasaban a ojos públicos puesto que los judíos no estaban en una posición en la que podían argumentar.
La contradicción cristiana en de los debates
Pero notemos qué interesante cómo estas dos aproximaciones cristianas son absolutamente contradictorias. En el debate de Paris se establece el precedente de la quema del Talmud, una postura que volverá ser tomada por el papado durante la Contrarreforma. No hay ninguna duda que esta posición no es ambigua puesto que declara que hay que deshacerse del Talmud ya que el mismo el la raíz de todo el problema judío. Por otro lado la táctica utilizada por Pablo Cristiani bajo la protección también del papado fue muy diferente.
De hecho la postura de Cristiani fue continuada por su sucesor Ramón Martí o Martini (http://es.wikipedia.org/wiki/Raimundo_Mart%C3%AD) en el texto más famoso sobre este genero medieval cristiano que intenta leer la literatura rabínica con el objetivo de probar que el Cristo se encuentra anunciado también allí. La obra a la que me refiero es conocida como Pugio Fidei o la Daga de Fe en la cual Martí realiza un inventario de la literatura rabínica y va punto por punto intentando mostrar la falsedad del judaísmo y la verdad del cristianismo que se desprende incluso de la literatura rabínica misma. El Pugio Fidei es la culminación de esta técnica que surge en el debate de Barcelona y que tiene, como ya dijimos, la intención de limpiar el Talmud dejando a la luz una supuesta verdad que se refiere a Cristo.
Y aquí tenemos esta contradicción absoluta ya que ¿cómo explicamos que la Iglesia por un lado se convence que el Talmud debe ser quemado y luego debe ser utilizado como una fuente que confirma la verdad del cristianismo? No tengo ninguna respuesta para ofrecerles con respecto a esta contradicción más que la idea que si el objetivo es vencer al enemigo (que en este caso eran los judíos) parecería que uno debe usar todos los métodos disponibles incluso cuando los mismos son contradictorios. Quizás para ser más benévolos podríamos decir que durante la Edad Media coexisten dos aproximaciones cristianas diferentes hacia la literatura rabínica: la de Donin que dice que esta literatura es peligrosa y debe ser quemada y la de Cristani que es absolutamente contradictoria con la de Donin y propone que esta misma literatura en realidad es una fuente más para probar la verdad del cristianismo.
Las lecturas cristianas modernas de la literatura rabínica
Lo último que debo agregar es que a medida que entremos en la modernidad temprana y especialmente en la actualidad, estas no van a ser las únicas posiciones que los cristianos van a tomar en relación a estos textos. Al fin de cuentas veremos, y uno puede trazar históricamente un desarrollo en relación a esta aproximación cristiana hacia la literatura rabínica, que los propios cristianos aprenderán a apreciar estos escritos en sus propios términos como material para la espiritualidad dentro del cristianismo. De hecho hoy en día hay curas que tienen doctorados en Talmud y son especialistas en estos textos los cuales son utilizados para entender más acerca del contexto histórico de Jesus y el cristianismo desde sus inicios. Pero esta aproximación esta aún muy lejana del momento histórico en el que nos encontramos nosotros dentro de estas publicaciones, en el siglo XIII.