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Judíos & Judaísmo

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J&J 002: Entrevista Exclusiva con el Dr. Mario Saban – Segunda Parte

09/10/2013 por Diego Edelberg 25 comentarios

 

Kabbalah, Modernidad y el desafío de la búsqueda espiritualidad

Esta es la segunda parte de la entrevista a Mario Saban (aquí está la primera parte si no la han escuchado aún). En esta segunda parte hablamos principalmente sobre la Kabbalah, la Modernidad y los desafíos del mundo moderno. Cada concepto que Mario presenta es más interesante que el otro a medida que profundiza sobre cómo estudiamos y cómo se transmite la información en la actualidad. Es maravilloso escuchar con qué lucidez Mario se pasea de un tema al otro llegando al quid de la cuestión en cuestión de segundos. Presten atención a algunas frases que realmente son para tenerlas siempre a mano. Les dejo tres que me encantaron y me dejaron pensando:

  • “Cuando un movimiento se masifica y se populariza las bases intelectuales de ese movimiento se pierden” y en consecuencia “la popularización tiende a formas idolatras”.
  • No necesariamente deberíamos estandarizar el saber y por eso según Saban “no todo el mundo debería poseer el mismo nivel de información y conocimiento”.
  • “El desafío de nuestra era ya no es la tecnología sino el contenido dentro de la tecnología”.

Entrevista al Dr. Mario Saban

https://2d532b30f1c286934a5355e0af94660a6617ed0e.googledrive.com/host/0BwoNe5vEDh4jU1RTYWtDY1Jlenc/JJ002.mp3

Podcast: Descargar (Duración 41:52 – 39.6 MB)

En esta segunda parte de la entrevista Mario nos cuenta sobre:

  • El impacto de la Kabbalah en su vida personal gracias a Gershom Sholem
  • La búsqueda de la espiritualidad en la modernidad y el resurgimiento de la Kabbalah como una posible respuesta a esa búsqueda incluso más en la gente no judía que judía.
  • El desafío del entendimiento más profundo de la Kabbalah en contra posición de la trivialización de la misma.
  • La necesidad de trabajar el control de la ansiedad intelectual y la pasión por saber más y más.
  • El final del pensamiento ilustrado, el progreso material, la ciencia y el pensamiento moderno.
  • El desafío entre el instrumento y el contenido (entre la tecnología, Internet y el contenido que se está transmitiendo).
  • El concepto de Ieshiva Laica, lo que implica recuperar la necesidad por parte de los judíos de conectarse con sus textos nuevamente en forma académica y con material actual para ponerse al día con su tradición.

Nombres y textos mencionados en esta segunda parte:

  • Si quieren realmente entender la base de mucha de la discusión sobre Kabbalah con Mario Saban junto a los grandes nombres que el menciona como Gershom Sholem, Abraham Abulafia y Moshe Idel les recomiendo escuchar antes o después de esta entrevista la siguiente publicación: Patrones culturales de la tradición rabínica medieval – Parte II: Misticismo Judío y Kabbalah
  • Rabbi Iosef Abraham Gikatilla – en inglés
  • Rabbi Aryeh Kaplan
  • Rabbi Moisés Cordovero
  • Gaón de Vilna
  • Rabbi Shimon bar Yojai
  • Una buena publicación sobre el Pardes Rimonin 
  • Michael Berg (Kabbalah Centre) – en inglés
  • Rubén Kanalenstein (curiosamente no he encontrado mucha información suya en Internet)
  • Monsieur Chouchani – http://www.chouchani.com
  • The Unplugged Challenge – Nota periodística del New York Times sobre intentar desconectarse de la tecnología. Sobre este mismo tema les comparto este comercial extraordinario sobre el daño que nos hace estar con el teléfono móvil las 24 horas encima: http://www.youtube.com/watch?v=0DauCu78uJI
  • Arthur Green y su libro These Are the Words: A Vocabulary of Jewish Spiritual Life, Second Edition
  • Wissenchaft des Judentums (Ciencia del Judaísmo) – primera escuela de académicos judíos en la Modernidad. Ver publicación La Ciencia del Judaísmo
  • Tarbut Sefarad (www.tarbutsefarad.com)

Archivado en: Entrevistas Etiquetado como: en la Modernidad, espiritualidad, kabbalah, misticismo, modernidad, mundo moderno, patrones culturales, pensamiento moderno

El mayor desafío para la supervivencia del Judaísmo Ortodoxo

02/08/2013 por Diego Edelberg 7 comentarios

 

Esta publicación esta inspirada en un podcast del Rabino David Wolpe. El texto no es literalmente lo que él dijo pero el mismo posee las ideas centrales y los ejemplos que fueron tomados de dicho podcast.

 

En las últimas semanas ha explotado una tremenda controversia en el movimiento Ortodoxo debido a un ensayo publicado por el reconocido Rabino Ortodoxo Dr. Zev Farber con respecto a la relación entre la Tora y el Estudio Académico de la Biblia.

Hace ya tres años que vengo escribiendo sobre la importancia que tiene reconocer el impacto de la Modernidad en la tradición judía y la necesidad imperiosa de asumir una aproximación no tendenciosa hacia la Tora y los textos de la literatura rabínica. Esta aproximación no tendenciosa es la que comunmente se conoce con el título de Crítica Bíblica. Lamentablemente el título Crítica Bíblica esta saturado de malas interpretaciones ya que supone que lo que quiere es solamente «criticar». Pero lo que deberían saber es que dicho título alude directamente a lo que deberíamos llamar el Estudio Académico del Judaísmo. Y en grandes rasgos muchas de las ideas centrales de Judíos & Judaísmo giran en torno a la aproximación Académica y Rabínica (recomiendo leer “¿Y qué hace diferente este blog de otros?” en la sección Acerca del Autor). Ya he escrito incontables veces que este tipo de aproximación moderna no solo que no es peligrosa sino que es la más honesta si uno está siendo sincero en su búsqueda de la Verdad.

 

¿Qué implica la aproximación Académica?

El Rabino Ortodoxo Dr. Zev Faber se atrevió entonces a hacer lo que la mayoría de los judíos Ortodoxos temen: estudiar seriamente la aproximación no tendenciosa que propone el Estudio Académico de la Biblia. Esto significa aproximarse a la Biblia desde una posición “neutral”. La idea es no asumir ciertas posturas sino por el contrario ablandar un poco los pre-conceptos sobre qué es lo que la Biblia debería decirnos (evitando así forzar el texto para que encaje con lo que a nosotros nos gusta y nos parece verdadero) y aceptar literalmente lo que está diciéndonos y los desafíos que nos propone. Esta es la manera más simple de explicar la idea central que gira en torno al Estudio Académico de la Biblia. Si quieren leer el ensayo completo de Faber se encuentra en este enlace (les aviso que es en inglés y es bastante largo)

Por lo tanto luego de un intenso estudio el Rabino Ortodoxo Dr. Zev Farber declaró en su ensayo que ya no se puede sostener más la idea que Dios escribió cada palabra de la Tora. Y este es el momento histórico para declarar algo así porque para quienes no lo saben, el avance en el mundo moderno no solo se ha dado en el área de la tecnología aplicada a las computadoras y la robótica sino también en el campo de investigación académica de las disciplinas religiosas. Muchísimo material que ustedes pueden leer y escuchar en J&J es una prueba de ello.

Pero lo más importante de la declaración de Rabino Dr. Faber es que no fue absolutamente rechazada por la Ortodoxia Judía sino que por primera vez generó un debate abierto dentro de esta corriente. Y esto es la consecuencia que realmente hoy sabemos muchísimo más sobre cómo la Biblia fue compilada de lo que sabíamos hace 50, 100, 200 o 1000 años atrás.

 

Sobre la interpretación del texto bíblico

Deberíamos comenzar dejando en claro que hay muchas cosas que sabemos sobre la Tora que todos nuestros antepasados también sabían. Por ejemplo, la Tora permite cosas que nosotros pensamos que están mal

  • Apedrear a un hijo rebelde como propone la Tora es algo que ningún padre ni Rabino ha considerado alguna vez como legítimo.
  • Más allá de cuánto criticamos que fuimos esclavos en Egipto, según la Tora los judíos podemos tener esclavos. Y por eso la Tora posee leyes sobre cómo tratar a un esclavo. Así y todo no hay ninguna corriente judía hoy que defienda la esclavitud. Hace mucho que abandonamos estas nociones y las vemos como un pedazo arqueológico de texto preservado dentro de la Tora.

Estas son tan solo dos leyes entre muchísimas otras que hacen muy difícil sentir que el modo en el que el texto quedó preservado en la Tora se refiere al modo en el cual el judaísmo debe ser practicado hoy. Por poner otro ejemplo, el impacto que está teniendo el feminismo dentro de las religiones es una muestra muy clara para entender a qué nos estamos refiriendo con todos estos cambios (FEMINISMO, TEOLOGIA FEMINISTA Y EL ROL DE LA MUJER JUDIA EN LA MODERNIDAD).

Nuestros antepasados no eran tan ingenuos como para no darse cuenta que hay muchas historias en la Tora que se repiten una y otra vez con pequeñas variaciones. Sabían también que la Tora está saturada de contradicciones y que por momentos leemos que hay 10 tribus en lugar de 12 o que el Rey David tuvo 17 hijos y no 11. Por este motivo los primeros Rabinos (quienes escribieron cientos de años luego de todas estas historias que leemos en la Biblia) intentaron reconciliar el abismo entre el mundo bíblico y sus propias vidas que sucedían en otro tiempo y lugar diferente al que leían de sus antepasados. Los Rabinos incluso vivían en un entorno social, político, económico y religioso totalmente distinto con respecto a la monarquía de Israel con el sistema de sacrificios en el Templo.

El caso del apedreamiento del hijo rebelde de hecho nunca sucedió según los Rabinos y nunca va a suceder en el judaísmo. Es más, el mismo termina siendo simplemente un “caso teórico de estudio sobre la lógica de la Ley Judía”. Pero los Rabinos jamás aceptaron ni podrían aceptar moralmente la idea que Dios realmente requiere alguna vez algo así de un padre con respecto a su hijo. Por eso los Rabinos intentaron en las formas más ingeniosas reconciliar las diferentes contradicciones en la Tora o aquellas ideas que les sonaban moralmente erradas ya en su propio contexto histórico que no era el tiempo en el que habían vivido Abraham, Moisés o el Rey David.

 

La Revelación de la Tora

Pero también se dieron cuenta los Rabinos en sus discusiones (y hay ejemplos de esto a lo largo de todo el Talmud y la literatura rabínica) que la idea que Dios le dio toda la Tora a Moisés en el Monte Sinaí es problemática.

Si Dios realmente le dio toda la Tora a Moisés entonces ¿por qué se sorprendió Moises con la rebelión de Koraj si sabía que eso iba a suceder? O también podríamos preguntarnos ¿por qué golpeó Moisés la roca que le prohibió la entrada a la Tierra Prometida cuando sabía que no debía hacerlo ya que Dios se lo había dicho en el Monte Sinaí cuando le entrego la Tora? ¿Moisés realmente sabía cada palabra que iba a decir hasta el día de su muerte cuando bajo de aquella montaña conteniendo en su mente cada palabra que está escrita en la Tora? ¿Cómo fue ese proceso en la vida real de Moisés? ¿Acaso Moisés se sorprendía cada medio segundo exclamando “¡Wow estoy diciendo lo que Dios me dijo que iba a decir!”? O dicho esto mismo al revés, ¿acaso Dios le dijo a Moisés “recuerda que cuando lleguemos a este episodio de la Biblia tienes que decir las siguientes palabras que van a quedar escritas en la Tora”? Y como estas preguntas resultan literalmente imposibles, el Talmud también posee la opinión que Dios le dio la Tora a Moises gradualmente a lo largo de varios años. Los Rabinos sabían que la idea que la Tora había sido dada de una sola vez era imposible de sostener y que no tenía sentido decir que Moisés ya sabía todo lo que iba hacer y decir en el resto de la Biblia.

 

El Poder del Lenguaje

Pero si estas preguntas son complicadas la realidad es que a medida que uno estudia más profundo las preguntas se tornan mucho más complejas.

Y digo esto porque si yo comenzara a partir de ahora a hablar o escribir en el castellano de Cervantes ustedes mismos se darían cuenta que hay algo muy extraño sucediendo. Y eso ocurre porque el lenguaje como fenómeno cambia a cada instante. Por eso si ustedes hablan español o cualquier otro idioma se dan cuenta cuando una expresión es anticuada o pertenece a una generación distinta a la de uno. Gracias a que hoy sabemos mucho más sobre el desarrollo del lenguaje (y en especial del lenguaje hebreo), cuando los académicos leen la Tora se dan cuenta que algunas secciones de la Tora, algunas expresiones, palabras, conjugaciones verbales y estilos literarios son más antiguos que otros. Muchas expresiones no aparecen en la Tora hasta miles de años más tarde que otras expresiones que aparecen históricamente antes y se nota mucho la brecha generacional entre una sección y la otra debido a la utilización de diferentes formas del hebreo.

Y ahí ya se hace realmente imposible declarar que todo fue dado de una sola vez o que está escrito así porque Dios tenía ganas de hacer variaciones gramaticales cientos de años más tarde para que los académicos y los judíos tengan algo con qué entretenerse en la modernidad. Una expresión así es tan fundamentalista (y hasta resulta graciosa) como aquella que dice que Dios escondió todos los fósiles de los dinosaurios en la tierra y les otorgó millones de años en relación al carbono14 para engañarnos y probar la fe de los seres humanos. ¿En serio alguien puede creer algo así?

 

Las Historias de la Biblia

Cuando uno acepta el desarrollo histórico del lenguaje descubre algo más asombroso que nuestros ancestros no sabían o nunca pudieron ver tan claramente como nosotros hoy.

Y eso es que muchas de las historias de otras civilizaciones antiguas son casi iguales a las historias que encontramos en la Tora. Nuevamente, un fundamentalista bíblico diría que todas las civilizaciones del mundo se copiaron de la Tora (como si la Tora misma hubiese sido el primer texto que apareció en la historia de la humanidad). Pero en los últimos años hemos descubierto no solo más historias egipcias sino manuscritos en idioma asirio o caldeo que anteceden históricamente al idioma hebreo y al pueblo judío y que ¡oh casualidad! sus historias y narrativas son tremendamente similares a las de la Tora. Y esto muestra aún más que la Tora se fue desarrollando en etapas y no fue tirada de una sola vez desde los cielos ignorando las historias de las civilizaciones pasadas que rodeaban e influenciaban a los hebreos antes de convertirse en los hijos de Israel como pueblo. De hecho lo que esto demuestra es que hemos aprendido de otros pueblos a la vez que hemos enseñado a otros pueblos. Lo cual no debería sorprender a nadie porque hoy en día seguimos aprendiendo de otros pueblos y les enseñamos a muchos otros pueblos también.

 

El Cambio en la Tradición

Y todos sabemos que los judíos hablaron (incluso hablan y piensan) en incontables idiomas diferentes dependiendo de cada una de las civilizaciones distintas en las que hemos vivido. Cambiamos nuestros nombres por nombres españoles, italianos, alemanes, etc. (solo piensen cómo se llaman ustedes o cómo se llamaba su abuelo). Incluso modificamos nuestras vestimentas para vestirnos de una forma diferente cuando vivimos en Polonia o Lituania en el siglo XIX (curiosamente muchos siguen vistiéndose así hoy aún cuando esa vestimenta representa solo una fracción de la milenaria historia judía congelada en el tiempo) y por encima de todo esto muchas de nuestras ideas sobre la tradición han cambiado entre una generación y la otra por la influencia del entorno circundante. Esa es la razón por la cual el judaísmo se desarrolla históricamente.

La conciencia de todo esto ha sido la contribución del academicismo judío desplegado a través de los movimientos no-ortodoxos como el movimiento Conservador, Reformista y Reconstruccionista. Muchas veces también he explicado cómo mucho de lo que la Ortodoxia judía tilda originalmente de errado en otras corrientes, con el paso del tiempo también lo termina asumiendo. Hay varios ejemplos pero sin dudas el Bat Mitzvah y nuevamente el feminismo son tal vez el caso más claro del impacto que otras corrientes han tenido sobre la Ortodoxia. Quizás la Ortodoxia comience lentamente a aceptar también las posiciones de la Crítica Bíblica que tanto ha criticado en las demás corrientes judías. Todo esto demuestra que el judaísmo no es algo que fue dado todo de una sola vez y se mantiene constantemente igual sino que por el contrario se despliega a través del tiempo y en consecuencia lo que Moisés llamaba judaísmo no es exactamente lo mismo que Rabi Akiva llamaba judaísmo ni lo que Maimonides o nosotros hoy llamamos judaísmo.

 

La verdadera diferencia entre la Ortodoxia Judía y las demás corrientes

Pero si esto fuera poco quiero presentarles ahora la gran diferencia y controversia entre lo que llamamos Judaísmo Ortodoxo y el Judaísmo Conservador (y también el Judaísmo Reformista). Los Conservadores y Reformistas creen firmemente que la Tora es el producto de la colaboración entre los seres humanos con Dios. Y esto no es un problema o una tristeza sino un motivo de celebración. Aceptar esta idea (que la Ortodoxia aún no ha podido aceptar) es algo positivo y no es para nada negativo. Porque aquí es donde realmente se bifurcan los dos modelos de pensamiento no solo sobre la tradición judía sino sobre el modo en que opera el Universo en su totalidad (si quieren explorar más en profundidad estas dos aproximaciones a la Revelación les recomiendo la publicación Judios tradicionalistas y Judios liberales ¿quién tiene razón? ¿cuál es la verdad?).

  • Un modelo declara que nos sentamos pasivamente bajo la montaña y Dios dijo “acá está la Tora: hagan esto, esto otro y aquello”. Y el resto de la historia judía es simplemente un despliegue histórico sobre si alguna vez pudimos o alguna vez podremos hacer todo lo que Dios nos dijo aquella vez.
  • El otro modelo declara que en realidad somos compañeros con Dios en Su Revelación. Por eso lo que tenemos en realidad es un diálogo constante con Dios. Este diálogo (como cualquier otro diálogo) cambia a cada segundo a través de la historia. Cuando los judíos vivían en un determinado lugar del mundo el diálogo con Dios era sobre ciertos temas y luego en otra parte del mundo y en otro tiempo fueron sobre otros temas distintos. Y este diálogo siempre estuvo afectado por el lugar y el momento en el que vivimos.

 

¿Cuántas esposas puede tener un judío?

Para que entiendan de qué estamos hablando simplemente les pregunto a ustedes ¿Dios quiere que nos casemos con una sola mujer o con varias? La respuesta a esta pregunta no es poco importante para el judaísmo o la civilización occidental ya que responde a una estructura fundamental de la vida. ¿Hay que tener una sola mujer o varias?

Como todos sabemos en la Tora la mayoría de nuestros ancestros que admiramos, estudiamos e imitamos era polígamos. La mayoría de los personajes en la Biblia se casaron con múltiples mujeres. ¡Pero todos sabemos que el judaísmo no cree en eso! Y la verdad de la historia es que el judaísmo no cree eso porque  Rabeinu Gershom más de mil años atrás dio lo que se conoce en el judaísmo como takaná (literalmente un edicto) que declaraba en su tiempo que por los próximos mil años desde ese entonces nadie podía tener múltiples esposas (dicho sea de paso ya han pasado mil años desde que Rabeinu Gershom declaró esto…pero si alguno se está entusiasmado le aviso que la realidad es que decir “mil años” para el Rabeinu Gershom era simplemente una metáfora para decir “mucho tiempo o para siempre”).

Pero lo que es fascinante de la historia judía es preguntarnos ¿por qué Rabeinu Gershom dicto esa sentencia en ese momento de la historia y no lo hicieron otros Rabinos antes que él? Y la razón era porque Rabeinu Gershom vivió toda su vida en tierras cristianas y en tierras cristianas uno sólo podía tener una esposa. Así que ¿adivinen dónde esta sentencia nunca tuvo fuerza? En aquellas tierras que estaban en manos musulmanas porque según sus leyes se podía tener múltiples esposas. Y el verdadero problema con este asunto sucedió cuando se fundo el Estado Moderno de Israel porque llegaban judíos que habían vivido en Yemen y tenían múltiples mujeres. Pero ningún judío de Europa Occidental tenía legalmente más de una mujer.

Este simple ejemplo nos presenta con el extremo más fundamentalista con respecto al modo que uno lee los textos bíblicos, los interpreta y decide aplicarlos en su manera de ver la vida. Siempre estuvimos influenciados por la sociedad que nos rodea porque los judíos siempre hemos estado en diálogo constante con Dios y simultáneamente  con el mundo circundante que habitamos al mismo tiempo.

 

¿Es obligación para los judíos usar la kipa (cubrirse la cabeza)?

Cuando uno mira la historia descubre que muchas otras cosas que damos por hecho cambiaron también en las fluctuaciones históricas. Por ejemplo el uso de la kipa. ¿Saben ustedes que no hay ni una sola Ley en toda la Biblia ni en el Talmud que declara que debemos cubrirnos la cabeza para rezar? No solo eso sino que peor aún, ¡a lo largo de gran parte de la historia los judíos no se cubrían la cabeza! Tan tarde como el siglo XVII el Gaón de Vilna (la autoridad legalista más destacada del mundo en su generación) declaró que uno no necesariamente debía cubrirse la cabeza ni siquiera al pronunciar una bendición. Y paradójicamente si le preguntamos a la mayoría de los judíos hoy la respuesta es que uno debería cubrirse la cabeza todo el tiempo porque los judíos siempre hicieron eso. Y la ignorancia ante esa respuesta es porque viven demasiado preocupados por el ahora e ignoran muchísimo sobre la historia y el pasado. Muchas veces vivimos como si el ayer no existiera. Y así como uno puede congelarse en el espacio también puede congelarse en el tiempo. Si uno se convence que el único judaísmo que existe es el que uno conoce hoy uno esta congelado en el tiempo. El judaísmo fue distinto a lo largo de los miles de años de existencia del pueblo judío y esto no es un problema sino una bendición.

 

 

El problema de no aceptar el historicismo

Y todo esto está relacionado con la idea que somos colaboradores con Dios en la Revelación de la Tora. Y esta es una de las ideas más hermosas. Dios nos propuso hacer la tarea juntos. Porque somos nosotros los que tenemos que vivir a través de la Tora en muchos lugares diferentes, en muchos idiomas distintos, entre diversas civilizaciones y Dios quiere estar con nosotros en todas partes y en todos los idiomas a lo largo de toda la historia. Y el desafío  surge porque no existe nada que sea absolutamente funcional para todas las diferentes situaciones del mundo y la historia en forma eterna.

Muchas veces cuando los judíos no pensaban históricamente se confundían demasiado. En el tiempo en que Rashi vivía los judíos leían sobre las curaciones medicinales sugeridas en el Talmud (curaciones medicinales que ya nadie practica en la modernidad) y ya en ese entonces se preguntaban ¿por qué las curaciones que los Rabinos mencionan en el Talmud ya no son utilizadas en su tiempo? La respuesta correcta a esta pregunta seria: ¡porque la medicina ha evolucionado y se ha desarrollado para mejor! Pero la respuesta en ese entonces, en la época de Rashi, no contemplaba el historicismo y la respuesta errada termina siendo algo así como “seguramente el poder de las curaciones medicinales en Babilonia no funcionan en Francia”.

 

La influencia de los entornos circundantes

Cuando aprendemos más sobre la historia judía nos maravillamos por todos los cambios realizados y los festejamos. Por miles de años los judíos escribieron una y otra vez sobre la idea de volver a Israel pero no fue hasta el surgimiento de los Nacionalismos modernos que aparece el Sionismo y retornan a la Tierra Prometida dejando de ser un anhelo religioso para convertirse en una realidad social. La combinación única de los eventos sucedidos en el siglo XIX logró articular los ideales socialistas con los religiosos deviniendo en el anhelo mesiánico que hoy llamamos Medinat Israel. Siempre estuvimos influenciados por las culturas que nos rodean y ellas mismas generaron en nosotros nuevos géneros literarios como respuesta a nuestra interacción con ellos. ¿Acaso creen que los judíos vivieron entre los cananeos y no aprendieron ni asimilaron nada de su cultura? Si fuera así los judíos serían los únicos seres humanos en la historia de la humanidad que vivieron entre otras culturas circundantes y no reaccionaron en absoluto.

 

Y entonces ¿qué es la Tora? ¿para qué la necesitamos?

La Tora es como una ketubá (un contrato matrimonial). Y la ketuba no solo que debe ser firmada por ambas partes sino que declara que ambas partes tienen derechos y obligaciones. La ketuba es la manifestación más clara de una sociedad conjunta con Dios. Su existencia hace posible que los judíos puedan decir junto a Dios y sin ningún tipo de miedo “¡nosotros contigo escribimos todo esto!”. Recuerden que las primeras tablas de la Ley fueron escritas por Dios pero las que sobreviven son las segundas tablas que fueron escritas por Moisés. Esta es la manera que la Tora tiene para decirnos que se necesita la presencia humana dentro del texto porque nosotros somos los que vamos a tener que lidiar con el mismo.

Según la tradición rabínica los ángeles no querían que Moisés se quede con la Tora. Pero los ángeles son perfectos y por lo tanto no necesitan la Tora. Pero nosotros somos humanos y por lo tanto imperfectos y somos quienes necesitamos este texto. La Tora debe vivir entre nosotros sujeta a las leyes de la física y del mundo que son siempre cambiantes y están sujetas a las interpretaciones múltiples de cada generación.

Finalmente debemos preguntarnos ¿qué es lo que la Tora espera de nosotros y por qué la seguimos leyendo una y otra vez?

Primero y principal la necesitamos para crecer y mejorarnos. Pero un judaísmo que no mira honestamente tanto hacia el pasado como hacia el futuro es un judaísmo que no puede cambiar, no puede hacerse mejor, no puede responder a las verdaderas necesidades humanas que no son inmutables sino dinámicas y cambiantes.

No solo una vez sino seis veces en el Talmud se nos recuerda que la dignidad humana es tan importante que se encuentra por encima de cualquier Ley en la Tora. Y esto es mencionado porque el principio más importante y central de toda la Tora es el que dice que todo ser humano es creado a imagen de Dios. Esa es la expresión máxima de esta sociedad conjunta con el Creador. Cada ser humano es tan sagrado como cualquiera de nosotros. Según la Tora Dios nos hizo como es Él (o tal vez “Ella” aunque en la Tora Dios es siempre un Él) y esta es una idea tan importante que todos deberíamos recordarla una y otra vez.

Un judío en el siglo XXI debe tener un corazón judío y una mente moderna. No debemos cerrarnos a las ideas corrientes ni aquellas que nos desafían sino que debemos aprender a filtrarlas a través de un corazón judío. Y si se están preguntando qué es un corazón judío los Rabinos en el Talmud nos enseñaron que es un corazón con muchos cuartos que debe incorporar tanto las ideas de Shamai como las de Hillel (dos escuelas judías contradictorias que diferían en su aproximación al judaísmo en casi todo lo que debatían). Pero ademas un corazón judío es el que ama la justicia, la piedad y es humilde ante el Creador.

 

El Amor de Dios en la Tora

En las bendiciones que anteceden directamente al Shema leemos cómo Dios nos ha amado y nos ama a través de la Tora y los mandamientos. Y apenas terminamos de declarar a Dios como Uno y Único leemos a continuación que debemos amar a Dios con todo nuestro corazón y nuestro ser.

Por eso tiene sentido que el judaísmo tenga tantas reglas ya que las mismas son la expresión del amor. Cuando un padre le dice a su hijo que tiene que volver a casa antes de las 12 de la noche y el hijo se enoja con las reglas que lo limitan, la realidad es que el padre lo está haciendo porque lo ama y no para complicarle la vida. Pero las reglas cambian cuando la gente crece y madura. Cambian a medida que aprendemos más y sabemos mejor cómo caminar en el mundo. Y para eso es necesario no temerle al mundo ni al estudio académico de la modernidad sino abrazarlo para crecer con el mismo en nuestra búsqueda por una verdad mejor y más honesta. Si le tenemos miedo a la modernidad o al mundo en el que vivimos y lo tildamos de errado, obsceno o totalmente equivocado por miedo a que nos transforme en otra cosa entonces ya no hay progreso sino retroceso. El miedo es lo opuesto del amor.

La Tora es nuestra ketubá. Es lo que nos une no solo a nosotros mismos como pueblo sino a nosotros con Dios. La Tora es nuestra colaboración y expresión de nuestra relación con Dios. La Tora no está escrita para castigarnos, hacernos sufrir, hacernos sentir culpables, inferiores o temerosos. La Tora nos hace más grandes y amorosos. Y el estudio académico no viene a destruir nuestra tradición sino a hacerla cada día más significativa, apasionante, multifacética y verdadera.

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El Judaísmo y la Modernidad – Una «definición final» sobre qué es el judaísmo

08/05/2013 por Diego Edelberg 32 comentarios

 

Llegamos al final de esta serie de 8 publicaciones. Y cerramos en nuestra era puesto que las interacciones entre lo divino, lo nacional y lo constitucional de los judíos que mencionamos en la publicación anterior continuaron a lo largo de toda la Edad Media llegando hasta la Modernidad. Pero la Modernidad inyectó nuevos tipos de ideales que modificaron dramáticamente el pensamiento y la definición sobre qué es el judaísmo.

Lo más significativo que hizo el pensamiento de la Modernidad a la tradición judía fue polarizarla en dos extremos: lo comunitario por un lado y lo religioso por otro lado. Por supuesto que estas ideas de la Modernidad tardaron siglos en desarrollarse plenamente, pero el momento más dramático fue a partir del año 1789 cuando sucedió la Revolución Francesa y bajo el grito de “libertad, igualdad y fraternidad” los judíos entre otras minorías comenzaron lentamente a recibir los mismos derechos y obligaciones que los demás ciudadanos a lo largo de todo Europa. Esto fue una espada de doble filo para la minoría judía y de hecho constituye aún gran parte de la discusión sobre identidad y pertenencia hasta nuestros días.

Lo que sucedió fue que luego de la experiencia de la Edad Media los judíos claramente querían sumarse ahora a las sociedades como seres modernos. Pero lo que no tenían muy claro era el precio que estaban pagando por ello. La Emancipación -ese proceso histórico iniciado por la sociedad europea que estimulaba a las minorías a que acepten ahora sus nuevos derechos como ciudadanos del Estado Moderno al mismo tiempo que los empujaba hacia los nuevos valores e ideales del Mundo Moderno- provocó que muchos judíos comenzaran a abandonar el lado étnico de su pasado y solo se aferren a lo religioso. Esto nuevamente cuestionó la esencia sobre qué es el judaísmo en contraste con el cristianismo y el islam en la Modernidad puesto que ahora uno podía ser un alemán cristiano o un alemán judío. Y esto se fue complicando cada vez más con las nuevas generaciones de judíos que nacían ya con estos ideales instalados. Uno ahora llegaba al mundo y era por definición social étnicamente francés y religiosamente judío, por ejemplo. Los judíos debíamos ahora lidiar con la dificultad de vivir en dos ambientes diferentes en forma simultánea: uno social y el otro religioso.

Los resultados de estas nuevas definiciones sobre cómo lidiar con ser “un ciudadano judío” o “un judío que ejerce la ciudadanía” fueron variados. En algunos casos esto llevo a la asimilación completa hacía el grupo mayoritario que obviamente no era judío y los judíos de alguna manera se evaporaron entre los ciudadanos europeos en dos o tres generaciones. En otros casos todo esto llevo a una reforma de ciertas practicas y creencias judías con el objetivo de ofrecerles a los judíos la posibilidad de adaptarse a las nuevas realidades sociales y culturales dando como resultado la creación de corrientes Ortodoxas, Reformistas y Conservadoras en relación a la tradición y los desafíos de la Modernidad y la Emancipación.

Pero en el siglo XIX nos encontramos finalmente con judíos que renegaron de todas las manifestaciones religiosas y el péndulo se movió completamente para el otro lado dándonos judíos obsesionados solamente por los elementos étnicos y nacionalistas de la tradición. Uno de los grupos que surgirá enfatizando lo étnico, lo nacionalista e intentando recuperar nuevamente lo geográfico del judaísmo es el famoso grupo Sionista. Los primeros sionistas jamás declararon que no se sentían judíos, sino que declaraban que el judaísmo ahora significaba volver a la tierra que figura en la Biblia, trabajar literalmente esa tierra como granjeros y dejar de ser solo intelectuales encerrados con los libros. ¡Lo paradójico fue que el espíritu popular del sionismo que dio como resultado la creación del Estado Moderno de Israel no fue totalmente religioso sino particularmente secular! De todos modos con el paso del tiempo el sionismo también desarrollaría un ala religiosa. La realidad es que el tema es muchísimo más complejo puesto que el Sionismo está constituido sobre ciertas paradojas que nunca terminan de resolverse y tal vez nunca terminen de resolverse. La paradoja central es el resultado del hecho que el Sionismo es un producto del deseo tradicional antiguo judío articulado dentro de un movimiento muy moderno. Surge de aspiraciones religiosas pasadas que no se articulan en la Edad Media sino en la Modernidad creando un nuevo contexto en el devenir histórico judío. (Para conocer más sobre el Sionismo les recomiendo mis publicaciones: El Sionismo y 3 visiones sionistas)

Definitivamente Shamai tenía razón. Ahora sabemos que la próxima vez que alguien nos pida que definamos el judaísmo tenemos que pegarle con un palo en la cabeza.

Pero ya que han leído todo esto y saben que es imposible definir el judaísmo en una sola oración o simplemente encasillarlo como una religión más voy a darles la definición que tanto anhelan. ¿Qué es el judaísmo? El judaísmo es una religión que posee componentes étnicos y nacionalistas, esta vinculado a una tierra y a un lenguaje particular.

Archivado en: Educación Judía Etiquetado como: 1789, conservador, esencia, israel, judaismo, lenguaje, modernidad, mundo moderno, ortodoxo, reformista, revolución francesa, Sionismo

¿Qué reveló Dios según los pensadores Modernos?

18/03/2013 por Diego Edelberg 3 comentarios

 

En la publicación anterior iniciamos la primera incursión para intentar comprender cómo entienden algunos judíos (particularmente los Reformistas y Conservadores) la Revelación de Dios y la Tora en la modernidad. Vale la pena volver a mencionar que estas comprensiones no son absolutas y en tanto no todos los judíos estamos completamente de acuerdo en cómo entendemos la Revelación ni cuánto o qué fue lo que se reveló. Es importante también mencionar que es un error declarar que sólo en la modernidad se comenzó a interpretar de formas distintas la Revelación de Dios. Simplemente basta recordar que para el Rabino medieval Ramban, Moisés recibió toda la historia de la Creación, los Patriarcas y Matriarcas, la historia de Iosef y sus hermanos y la historia del Éxodo de Egipto pero Dios no permitió que Moisés supiera lo que sucedería de allí en adelante. Según el Ramban la historia de Moises desde que bajó del Monte Sinaí y se encontró con el becerro de oro hasta el final de su vida fue sucediendo en forma gradual y fue escribiéndose gradualmente a medida que vivía su día a día. Su historia personal fue concluida junto con el final de la Tora (para más información sobre este tema ver esta publicación).

Es decir que las preguntas que nos estamos haciendo con respecto a cómo fue la Revelación y qué fue lo que se reveló no son preguntas novedosas. Los Rabinos medievales también “se agarraban la cabeza” con ciertos pasajes complejos de la Biblia. Por ejemplo si leemos la parashá Lej Lejá (Génesis 12:6) allí se menciona que durante el viaje de Abram “los cananeos estaban entonces en la tierra”. Esta simple frase escrita literalmente así parecería indicar que al momento puntual en que estaba siendo puesta por escrito los cananeos ya no existían o no estaban en la tierra (¡lo cual no sucedió hasta la muerte de Moisés!). En otras palabras, este pasaje escrito literalmente así presenta un gran obstáculo para quienes argumentan que Moisés recibió o escribió los primeros 5 libros de la Biblia en forma completa ya que los cananeos estaban firmemente controlando la Tierra Prometida cuando Moisés murió. Curiosamente quien nota este detalle no es un Rabino moderno sino el Rabino medieval Ibn Ezra al escribir en su comentario que tal vez los cananeos habían tomado la tierra de otros ocupantes anteriores y (literalmente escribe a continuación) “sino es así, este verso esconde un gran secreto”. Y el gran secreto obviamente es que Ibn Ezra tal vez creía que otro que Moisés había escrito este pasaje.

Así les mencioné en la publicación anterior que la mayoría de los judíos Reformistas y  Conservadores no entienden la Revelación de Dios y la Tora (es decir aquello que fue revelado) en forma literal según describe la Tora entre los capítulos 19 al 24 del Éxodo sino en forma metafórica. También vuelvo a repetir que no podemos hacer ninguna generalización con respecto a estos temas y en consecuencia no podemos declarar que todos los Ortodoxos entienden o leen en forma literal la Revelación que figura en la Biblia. Algunos de ellos también comprenden todo este episodio como una descripción no literal sino imaginativa, poética o metafórica.

Vimos que una posible respuesta ante todo este evento es la que ofrece Heschel en su libro “Dios en la búsqueda del hombre” cuando declara: como un reporte de la revelación, la Biblia en sí es un midrash. Para Heschel Dios reveló la Tora pero lo que el pueblo de Israel tiene es la interpretación que nuestros antepasados hicieron de dicho evento. La palabra “interpretación” del modo que Heschel la entiende implica que el relato de la revelación no es históricamente certero; no es una crónica ni es literal sino que es justamente metafórico. Es un midrash, una interpretación humana de lo que ese evento significó filtrado por la comprensión y el lenguaje humano. Hacemos referencia a un intento por parte de los humanos de capturar un evento que fue mucho más que lo que las palabras pueden reducir.

Hay otra propuesta parecida a la de Heschel que encanta a muchos de los pensadores judíos modernos. Y esta propuesta es la de Franz Rosenzweig. Para Rosenzweig al momento de la Revelación Dios no revela un “contenido” sino una “presencia”. La revelación entonces no fue un objeto material o una substancia sino solamente una Revelación. Así el contenido principal de la revelación es la revelación en sí. 

Tal vez podríamos preguntarnos ¿en qué sentido Heschel y Rosenzweig entienden la Revelación en forma diferente? Y la diferencia entre ambos radica en la noción que para Heschel Dios reveló una substancia, un objeto que llamamos Tora. Pero ese objeto que nosotros tenemos es tan solo el reflejo humano de la substancia original. Sin embargo para Rosenzweig la substancia de la revelación no fue la Tora sino la presencia de Dios en el espacio y el tiempo. Lo que Dios reveló para Rosenzweig fue Su Existencia en relación íntima con el pueblo de Israel. En consecuencia para Rosenzweig la Tora como texto, como “contenido”, no fue literal o explícitamente revelado sino que dicho contenido que nosotros poseemos representa el intento de capturar o reducir en palabras la experiencia comunitaria por parte de aquellos que sí experimentaron literalmente o realmente la Presencia y Revelación de Dios. En palabras más simples para Rosenzweig lo que tenemos escrito es la respuesta humana al fenómeno de la Revelación de Dios pero no el contenido literal de lo revelado.

Tal vez podríamos decir (utilizando una metáfora de nuestro tiempo) que para muchos judíos Reformistas, Conservadores o para aquellos que no leen el texto en forma literal, en el Sinaí Dios le dio a Moisés un “disco rígido o disco duro” vacío y le permitió a Moisés cargarle el contenido que consideraba apropiado. Dios proveyó del hardware y Moisés actualizó el software. La Revelación fue la entrega del “disco de Dios”. Lo humano fue lo que Moisés le cargó dentro. Esta metáfora es muy apropiada para nuestro tiempo y para comprender la contribución substancial humana de la Tora revelada por Dios.

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El Holocausto Nazi y sus desafíos teológicos ¿Qué debemos responder?

06/02/2013 por Diego Edelberg 2 comentarios

En nuestra publicación anterior cuestionamos la omnipotencia de Dios, es decir la idea que Dios tiene el control absoluto de todo lo que ocurrió-ocurre-y-ocurrirá en la historia. En dicha publicación los invité a reflexionar sobre las preguntas difíciles como “por qué Dios creo el Cáncer” o “por qué Dios asesina miles de inocentes en terremotos y tsunamis” y les conté que una posible respuesta creada por muchos pensadores judíos modernos es la de atreverse a limitar este supuesto control absoluto que Dios tiene. Pero limitar el control u omnipotencia de Dios no significa negar a Dios.

Si bien para muchos judíos (¡y no judíos también!) esta idea resulta una herejía, algo impensado o absolutamente absurdo, no dejo de sorprenderme ante la cantidad de gente que llega a JudiosyJudaismo.com buscando frases como “respuestas judías al holocausto”, “Dios y el holocausto”, “Auschwitz y la presencia de Dios” o incluso anteayer alguien busco “como explican los judios el Holocausto” llegando así hasta la publicación Respuestas Judías al Holocausto Nazi que publiqué hace más de un año.

Creo ahora que es una buena oportunidad para tratar de tejer las ideas de Omnipotencia y Holocausto y ofrecerles una respuesta posible ante lo incomprensible e inexplicable que fue este evento en la historia judía.

El dilema en el que estamos atrapados con este tema se presenta con las siguientes afirmaciones:

 

  1. Dios es justo y bueno (es decir que Dios se lleva sólo a los malvados).
  2. Dios es Omnipotente (es decir que Dios tiene el control absoluto y eligió que suceda el Holocausto).
  3. Las víctimas del Holocausto no fueron culpables (es decir ninguna de estas personas merecía morir).

 

No podemos aceptar las tres afirmaciones simultáneamente porque no tienen sentido. De hecho éste es el problema con el cual la gente choca al querer entender o racionalizar lo sucedido.

Lamentablemente ciertos círculos y movimientos judíos rechazan la tercer afirmación y se adscriben a la idea que el Holocausto fue un castigo de Dios por los pecados de la Emancipación, el Iluminismo, el Sionismo, el judaísmo Reformista o en términos generales el impulso judío por asimilarse en el mundo moderno. Yo mismo he escuchado a un historiador declarar que “el Holocausto fue un mensaje para que los judíos volvamos a estudiar la Tora y retornemos a las prácticas judías”. Declarar ideas como éstas demuestra la inmensa mediocridad y obscenidad que algunos judíos pueden tener incluso cuando supuestamente han pasado horas estudiando su tradición. De hecho muchos judíos que hoy tildaríamos de Súper-Ultra-Ortodoxos fueron tristemente asesinados por los Nazis junto a aquellos otros judíos que ni siquiera practicaban el judaísmo. Además querer justificar que las víctimas del Holocausto fueron culpables es tener la arrogancia de decir que uno entiende por qué Dios hace lo que hace o peor aún creer que gracias a Dios ¡Hitler nos ayudó porque nos hizo retornar a la Tora! ¿Se dan cuenta lo absurdo que suena todo esto?

Si creemos que realmente las víctimas del Holocausto no fueron culpables entonces nos quedan las dos otras afirmaciones: Dios es justo y Dios es Omnipotente (las cuales no tendrían sentido frente al Holocausto y las tragedias en las que muere gente inocente). La estrategia más simple para seguir es declarar que el Holocausto no fue una obra de Dios sino de los seres humanos. Si Dios nos creó libres, Dios mismo tiene que aceptar que los humanos nos tratamos los unos a los otros muchas veces en forma horrenda. De hecho muchos pensadores hacen este giro y “liberan” a Dios del problema para convertirlo en un problema netamente humano. Así el problema ya no es por qué Dios hace lo que hace sino por qué los seres humanos hacemos lo que hacemos. El problema así deja de ser teológico y se convierte en sociológico, antropológico, político o incluso psicológico. Los asesinos del Holocausto eran hombres libres actuando libremente. Según la tradición judía esta justificación “serviría” porque justamente Dios nos ha dado el libre albedrío.

Pero ¿cómo respondemos frente a las enfermedades congénitas y terminales o los terremotos y tsunamis en los que mueren miles de inocentes criaturas, entre otras tragedias?

Una de las más extraordinarias respuestas a este debate ha sido formulada por el Rabino Ortodoxo Irving Greenberg quien declaró que el lenguaje de la modernidad nos ha dado la conciencia de aquello que podríamos llamar “momentos”. “Momentos” en los que nuestras metáforas de lo que Dios es y hace se proyectan y coinciden con nuestra fe y realidad y “momentos” en los que lo que creemos que Dios es no es y la fe resulta imposible. Lo más importante es que ambos “momentos” son verdad. Ninguno de los dos es verdadero mientras que el otro es falso. Ambos “momentos” viven en constante tensión del mismo modo que lo hace la fe y el ateísmo.

Lo que es esencialmente moderno en esta respuesta es la conciencia que la falta de fe o creencia representa tan solo un “momento” o “momentos“ de nuestra vida. Tan pasajeros como el “momento” mismo. Aceptar esta idea del “momento” hace legítima la posibilidad de plantear de alguna manera la convivencia de Dios y el Holocausto. Lo que hemos hecho en definitiva con esta teoría es forjar una nueva metáfora, imagen o idea de Dios que refleja nuestra fragmentada experiencia. Dios es un “momento” para nosotros porque nosotros mismos somos “momentos” no eternos que depositan metáforas en aquello que llamamos “Dios”. Así por “momentos” experimentamos la presencia absoluta de Dios en la Tierra y por “momentos” también experimentamos Su ausencia. Por “momentos” percibimos a Dios como bueno y justo y por “momentos” no.

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 Hola, soy Diego Edelberg, el fundador del blog Judios&Judaismo.com. Me apasiona todo lo relacionado con la música, el judaísmo, la interpretación, la educación, la mitología, la filosofía, la religión, la ciencia, la historia, el arte, la física, la cosmología, la evolución, la sociología, la epistemología, la metafísica, la cabalá y en especial aquello que resulta contradictorio, paradójico y absurdo. Para conocer más sobre mi y de qué se trata mi blog visitá la sección Acerca del Autor

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