El año pasado leí sobre un “Histórico encuentro de la ortodoxia judía en Buenos Aires” que me dejó totalmente perplejo. Según la nota los rabinos que allí se juntaron cargaron contra uno de los peores enemigos de la modernidad según su visión: Internet. La sorpresa o tal vez ironía de esto es que si hay una corriente judía que ha copado Internet muchísimo más que cualquier otra es justamente la corriente ortodoxa. Miles de paginas en diferentes idiomas, clases online de judaísmo por sus rabinos, videos, contenido escrito, incontables horas de programación, diseño gráfico y recursos económicos destinados a hosting, programadores, desarrolladores, diseñadores, rabinos y educadores han sido invertidos en este supuesto enemigo. Paradójicamente los judíos ortodoxos son los que más tiempo y dinero invierten en Internet. Solo basta visitar un sitio como http://www.aishlatino.com para comprobar esto.
Varias veces he expresado mi opinión con respecto a este tema que para mí es muy simple: Internet y el mundo moderno no son los enemigos del judaísmo sino lo que hacemos con la tecnología y los ideales del mundo moderno pueden llegar a convertirse en los enemigos del judaísmo en la modernidad. La tecnología es neutra. Nosotros no lo somos. Supongo que la corriente judía ortodoxa en algún punto debe ser consciente de esto también y por eso decide utilizar Internet como el medio de comunicación más efectivo para expresar su teología y misión. Por eso no deberían sorprenderse que los mejores sitios sobre judaísmo en español están bajo el control de la mirada ortodoxa.
En lo personal creo que en el fondo han hecho un trabajo extraordinario permitiendo que tanto judíos como no-judíos puedan conocer mucho más sobre el judaísmo y entender en profundidad nuestra tradición. Como judío que vive en la modernidad estoy convencido que el judaísmo debe ser compartido en forma abierta con todos los seres humanos. Maimonides ya creía esto mismo en el mundo medieval; de lo contrario no hubiese escrito “La Guía de los Perplejos” en árabe (que era el idioma que todos hablaban) sino en hebreo. Dos publicaciones en las que mencioné la importancia de compartir y explicar abiertamente en Internet las sagradas escrituras de acuerdo a la tradición judía son: ¿Vale la pena seguir practicando el judaísmo? y Cómo vivir el judaísmo de nuestro tiempo
Muchos amigos no-judíos me cuentan cuánto disfrutan de conocer las intrincadas discusiones del Talmud siendo guiados por rabinos ortodoxos. Tal vez otro dato curioso que me deja pensando es ¿cuántos de los rabinos ortodoxos que exponen públicamente en Internet sus clases y opiniones invitarían a una clase de Talmud a un no-judío en su yeshiva?
Me gustaría conocer sus opiniones: ¿es Internet en sí algo peligroso? ¿O lo que hacemos nosotros con Internet es peligroso? Si una persona mira pornografía o lee sobre cualquier tema considerado “no-kosher” en Internet ¿de quién es la culpa?