En publicaciones previas hablamos sobre los Reformistas, los Ortodoxos y los Conservadores. Además de haber escrito y grabado Podcasts sobre cada uno de ellos en la serie sobre el Judaísmo Moderno también dedicamos una publicación entera al Judaísmo Reconstruccionista. Por eso le toca ahora una breve publicación a esta corriente luego de haber grabado esas publicaciones hace casi dos años.
Mordejai Kaplan y el judaísmo como Civilización
Los judíos Reconstruccionistas están asociados con un Rabino y filósofo del cual trazan su origen histórico: Mordejai Kaplan. Kaplan fue una figura central en el pensamiento judío moderno durante la primera mitad del siglo XX en los Estados Unidos. La idea central de Kaplan era que el judaísmo es una civilización que evoluciona constantemente sobre tres pilares fundamentales: Dios, Tora y el pueblo de Israel.
Además la civilización judía de Kaplan abrazaba la Tierra de Israel, el Hebreo como lenguaje y las formas que podríamos considerar folk dentro del judaísmo (las canciones populares de los primeros sionistas o incluso los relatos jasídicos). A pesar que enseñó por años en el Seminario Norteamericano del Movimiento Conservador, finalmente se separó de sus colegas básicamente por motivos teológicos. Con el objetivo de expandir el espectro de lo que el judaísmo era según su visión, enseñó que parte de la civilización debía incorporar la idea que Dios, la Tora e Israel estaban literalmente en un mismo plano y ninguno de estos tres elementos era más importante que el otro. Para Kaplan cualquier judío que quería estudiar Tora, teología o simplemente deseaba asociarse con el pueblo de Israel entendiendo su relación en forma única y personal debía ser bienvenido en la comunidad (incluso si a esta persona no le interesaban particularmente las prácticas rituales).
Las innovaciones de Kaplan
Como Kaplan no logró instalar sus ideales dentro del movimiento Conservador se terminó separando del mismo en 1935 fundando una revista en la que presentaba el argumento que el judaísmo debía ser “reconstruido” en la modernidad para encajar con las necesidad espirituales de las nuevas generaciones que veían ciertas prácticas y costumbres como irracionales o del pasado. En una de las más famosas citas que se le atribuyen declaró “la tradición debe tener un voto pero no un veto”.
Entre las innovaciones que trajo Kaplan al judaísmo estaba la noción que incluso aquellas cosas que nosotros podríamos llamar “seculares” desde una perspectiva judía debían ser incluidas dentro del judaísmo como una civilización. Kaplan estaba en lo cierto que algunas personas querían asociarse al judaísmo a través del arte, el estudio científico, la filosofía y el deporte pero sin necesariamente tener que hacerlo a través de las prácticas rituales, Dios o el estudio de Tora. Por lo tanto Kaplan promocionó la construcción de no solo Sinagogas sino “Clubes Judíos” (en inglés JCC – Jewish Community Center) donde pudieran coexistir Sinagogas junto a restaurantes, piletas, canchas de fútbol y centros educativos y artísticos. Todo lo que se hacía dentro del club judío tenía para Kaplan una participación en la civilización judía.
El Dios de Kaplan
Los primeros reconstruccionistas adoptaron las posiciones teológicas de Kaplan las cuales fueron (y aún siguen siendo) consideradas como extremadamente atrevidas. Por ejemplo Kaplan nunca creyó en un Dios personal. Por el contrario enseñó que Dios es una Fuerza (como la gravedad) que da y forma parte de la estructura del universo. Para Kaplan Dios es “el Poder que otorga la salvación”. Y la salvación aquí no significa nada metafísico sino la garantía que nuestra constante lucha por un mundo mejor y nuestra propia satisfacción personal no es vana. Como el universo para Kaplan está construido para permitirnos alcanzar una felicidad tanto personal como comunitaria, cuando actuamos en forma «sagrada» nos acoplamos a esa Fuerza moral que está presente en el universo. Esa Fuerza es lo que los reconstruccionistas llaman Dios. En pocas palabras para este pensamiento Dios no es una personificación (un Rey, un Padre o un Judío Gigante que hace todo bien) sino un Proceso al cual uno se acopla.
Kaplan pretendía que su revista y su visión propagará una nueva manera de expandir la conciencia judía. Su intención original no era crear toda una nueva corriente dentro del judaísmo. De hecho logró inculcar su filosofía en muchos Rabinos Reformistas y Conservadores que así todo nunca se aliaron a su movimiento. De todos modos el reconstruccionismo se convirtió en un movimiento propio -particularmente en los Estados Unidos- siguiendo las ideas de Kaplan. Que el judaísmo debía seguir evolucionando era parte del pensamiento de Kaplan y curiosamente el movimiento mismo terminó desarrollando ciertas formas e ideologías que ni Kaplan mismo hubiese imaginado ni reconocido como propias. Si bien muchos reconstruccionistas todavía creen en Dios como una Fuerza Natural, otros afirman que creen en un Dios personal que los escucha y los atiende (¡algo que para Kaplan e incluso Maimonides nunca tendría sentido racionalmente hablando!).
El impacto del Reconstruccionismo
Así y todo el reconstruccionismo permanece fiel a la visión original de Kaplan de comprender el judaísmo como una civilización. Esta corriente enfatiza la decisión comunitaria en las decisiones de la civilización y no la de un grupo de individuos (los Rabinos) y es en ese sentido que se parece más a los ideales del movimiento Conservador que del Reformismo o la Ortodoxia.
El reconstruccionismo es un movimiento judío muy pequeño. Pero sin dudas la teología y la figura de Kaplan han marcado un antes y un después en el pensamiento judío de la modernidad. De hecho el primer Bat Mitzvah celebrado en la historia en los Estados Unidos fue el de la hija de Kaplan, Judith, en 1922. El impacto de esto ha repercutido con el tiempo a tal punto que algunos movimientos del judaísmo Ortodoxo Moderno consideran hoy a importancia del Bat Mitzvah tanto como el del Bar Mitzvah intentado celebrar dicho evento de forma tal que no contradiga sus posiciones con respecto al entendimiento de la Halajá (por ejemplo la comunidad Ortodoxa Moderna de Hong Kong celebra B’not Mitzvah pero lo hacen solo entre mujeres y las niñas preparan unas bendiciones y presentan una especie de discurso sobre la lectura semanal de la Tora titulando toda esta actividad como «Bat Mitzvah»).