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Esta es nuestra segunda publicación dedicada a Saadia Gaón. Pero vamos a cambiar diametralmente la visión política y económica que describimos de él hasta ahora en la publicación anterior y vamos a introducirnos en un tema que parecería indicar que estamos hablando de otra persona completamente distinta al Saadia que mencionamos en nuestras publicaciones previas.
Es necesario para mí volver a remarcar antes de continuar que aunque nos parezca extraño estamos hablando del mismo hombre porque como dijimos en la publicación anterior, separar entre lo “secular”, lo religioso, lo político, lo teológico o lo filosófico en Saadia no nos permite comprender realmente la experiencia de liderazgo rabínico en este momento que estamos describiendo (alrededor del siglo X en Bagdad). En esta etapa de la historia y he enfatizado mucho esto en las publicaciones anteriores, ser un líder religioso era también ser un líder político y por eso es importante que entendamos que estamos hablando del mismo Rabino. Es importante mencionar esto porque para nosotros hoy resulta extraña la mezcla entre religión y política o dicho de otro modo religión y estado. Muchos Rabinos hoy declaran que ciertas decisiones deben ser tomadas por “líderes políticos” y los líderes políticos reclaman que hay ciertos aspectos que deben ser considerados por los “líderes religiosos” y por eso es imprescindible tener siempre presente al analizar la Edad Media que dentro de este contexto estamos hablando de religión politizada o política religiosa y una no puede ser separada de la otra. Separarlas es realizar una lectura Moderna sobre una realidad que no existía en la era Medieval.
Con esta publicación quiero hacer nuestra primera introducción en esta serie de publicaciones en lo que podríamos llamar la “Filosofía Judía”. Y con esto podríamos hacernos una pregunta aún más amplia: ¿Tiene el judaísmo una filosofía? ¿Es el judaísmo filosófico? ¿Tenemos ejemplos de literatura filosófica judía anterior a Saadia? Y la respuesta es enfáticamente no.
¿Es el Talmud una obra filosófica? Tal vez uno puede derivar sabiduría filosófica o teológica del Talmud pero la filosofía es una presentación racional de las ideas en la forma de un sistema organizado. La Mishna o el Talmud, es decir los textos de la literatura rabínica, no comienzan dándonos definiciones sobre qué es el judaísmo, qué es la Tora, qué es el Talmud, etc. sino que todos estos textos dan por sentado que el lector ya conoce de lo que se esta hablando. Por lo tanto la presentación del judaísmo de acuerdo a sus principios esenciales agrupados por categorías y definiciones haciendo que de ese modo el mismo sea accesible y fácil de comprender tanto para judíos como para no-judíos es algo novedoso en la historia del judaísmo que ocurre, como veremos en esta publicación, gracias a Saadia.
Por supuesto que uno podría nombrar ejemplos de judíos como Filón de Alejandría que hicieron filosofía antes que Saadia. Pero no es lo mismo ser judío y hacer filosofía que hacer “filosofía del judaísmo”. Incluso Filón que podríamos llamarlo un “judío que hace filosofía” trata las nociones filosóficas en la forma de la interpretación rabínica, eso es escribiendo comentarios sobre lo que dice la Biblia. Filón no escribió un obra sistematizada de filosofía judía.
Por lo tanto con Saadia veremos realmente la creación de un nuevo género literario en la historia judía y en simultáneo este fenómeno ocurrirá en la historia del cristianismo y el islam también ya que no podemos separar la filosofía medieval judía y los temas que trata como la “existencia de Dios y del Mal”, la “Creación”, la “Redención”, etc. como algo aislado que solo se preguntaban los judíos. Estos son temas de interés no solo del teólogo judío sino también del teólogo islámico y cristiano que escriben en el mismo período textos similares.
De hecho la manera correcta de estudiar el Judaísmo Medieval y en especial su filosofía es estudiándolo junto a los textos islámicos y los textos cristianos. Sólo así uno descubre que hay un diálogo aquí entre las tres religiones. Las tres son desafiadas por los mismos temas racionales y las tres religiones responden de maneras diferentes.
Por lo tanto lo que estamos empezando a ver es algo muy importante y novedoso. Es la creación de un nuevo género literario judío que será utilizado para justificar no solo la fe sino la existencia y la prueba de una Verdad absoluta e irrefutable. Esta idea que la Verdad es una palabra que indica un saber o un conocimiento que es absoluto e irrefutable, es decir que no puede contradecirse, es la idea que la filosofía Griega logró meter en la civilización Occidental. Esa idea es claramente la noción que muchos creen que existe una única Verdad que no puede ser contradicha de ninguna manera puesto que si así fuera dejaría de ser Verdad. De alguna manera hemos crecido con la idea que nuestro deber es alcanzar algo que llamamos “Verdad” y esa “Verdad” para ser considerada como tal debe ser imposible de refutar ya que si así fuera dejaría de ser “Verdad”.
Nosotros comenzamos nuestra primera publicación preguntándonos: ¿existe una historia judía en forma continua sin interrupciones? o dicho de otra manera ¿es el judaísmo el producto de una sola cultura? ¿o por el contrario es el judaísmo el producto de muchas culturas diferentes que lo van moldeando de acuerdo al lugar, el idioma, las ideas, el arte y la cultura de cada parte del mundo al que los judíos llegaron e inevitablemente se relacionaron?
Este tema de la Filosofía Judía, del modo que Saadia va a presentarlo, es un argumento que nos permite ver que el judaísmo se expresaba dentro del mundo islámico medieval general en forma diferente.
La ironía que veremos es que Saadia está obviamente identificándose con la tradición judía y se considera asimismo como el defensor más importante del judaísmo, sus ideas y sus valores tradicionales. Y por lo tanto siente la necesidad de escribir un libro de filosofía. para justificar lo que él cree y cuál es su Verdad.
Pero por el mero acto de filosofar, Saadia crea una nueva tradición, una nueva forma de expresar lo que el judaísmo es y lo que vemos claramente es que Saadia innova en la historia judía creando algo que no existía hasta que él lo crea. Por supuesto que muchas veces esta innovación pasa desapercibida en el lenguaje tradicional en el que Saadia va a expresarse pero el hecho concreto que Saadia organiza sus pensamientos y presenta un retrato en forma de sistema sobre lo que el judaísmo es nos muestra claramente una novedad en la historia judía. Es algo que no existía hasta que Saadia lo crea.
Con Saadia comenzamos en esta serie de publicaciones con un nuevo diálogo con el mundo general y una nueva presentación de lo que es el judaísmo en un formato que nunca había acontecido hasta este momento en la historia judía.
Si bien Saadia crea algo nuevo en la tradición judía su impacto es tan importante que veremos como levanta un vuelo aún más alto cuando lidiemos en las próximas publicaciones con filósofos como Yehuda HaLevi por un lado y Moisés Maimonides por otro lado quien seguirá los pasos de Saadia.
Vamos a intentar penetrar la esencia de lo que Saadia está haciendo, cómo entiende él lo que es el judaísmo y que se destaca en esta nueva presentación sobre lo que es ser judío y la Verdad del judaísmo.
La idea de Saadia de escribir “El libro de las creencias y las opiniones” esta motivada por el modelo de pensamiento islámico que Saadia claramente conoce y que se llama Kalam (http://es.wikipedia.org/wiki/Kalam ). El Kalam es un narrativa racional sobre la revelación del Islam y en el caso de Saadia veremos el paralelismo para presentar una narrativa muy similar sobre el judaísmo.
El enemigo en común acá tanto para el judaísmo como para el islam es
“la razón” o “el racionalismo”.
La pregunta que debemos hacernos es ¿por qué tanto énfasis en la razón en este período?
Y la respuesta es que a comienzos del siglo X (y antes también) el mundo árabe descubre todo un material del período que históricamente llamamos “Clásico” o “Antiguo”. Nos referimos a los textos escritos por autores como Platón y Aristóteles y otras importantes figuras de ese período representantes de la filosofía griega.
Pero particularmente Aristóteles y Platón eran leídos por muchos musulmanes ya que sus obras habían sido traducidas al árabe y dichos textos eran debatidos en los foros intelectuales de Bagdad.
Claramente Saadia conocía las filosofía de Aristóteles y Platón ya que los usará para su propia filosofía. Con el paso del tiempo los judíos conocerán incluso más de la filosofía griega a medida que mas material se va traduciendo y el caso concreto de esto lo vemos en Maimonides quien va a contar aún con mayor material sobre Aristóteles que Saadia.
Dicho sea paso, este período que estamos describiendo y mencionamos esto en la primera publicación no es para nada un tiempo oscuro o medieval para el Islam. El Islam acá estaba viviendo un período de renacimiento y una época dorada re-descubriendo el período Antiguo y sus textos y haciéndolos accesibles en un contexto árabe.
Y por lo tanto tenemos que ver que la noción de la “racionalidad” o la “razón” en este período no surge de la nada sino que proviene de una profunda reflexión y estudio de los textos de la Antigüedad Clásica, en particular Platón y Aristóteles.
Debido a esta exposición a la filosofía de Platón y Aristóteles tenemos en este período medieval y para el mundo islámico y judío un problema: los griegos y su filosofía entendieron al mundo de una manera particular y el judaísmo y el islam lo entendieron de una manera distinta a la de los griegos. Estamos hablando de tensiones como politeísmo vs. monoteísmo (es decir la creencia en muchos dioses vs Un solo Dios), o la idea que el mundo está desde siempre (que es lo que creían los griegos) en contra de que el mundo fue creado (que es lo que creen las tres religiones monoteístas que estamos comparando en estas publicaciones), etc.
¿Cómo hacemos para reconciliar ambas concepciones? ¿Cuál es La Verdad? ¿Hay una Verdad racional por un lado y una Verdad que fue revelada por otro lado? ¿Podemos hacer que ambas Verdades prueben la misma Verdad? ¿Podemos probar que ambas nociones son equivalentes y en el fondo están tratando de demostrar la misma verdad?
Como veremos a continuación, para el Kalam y para Saadia la respuesta es si. Ambas aproximaciones hacia la búsqueda de la Verdad están hablando de lo mismo y llegan a la misma Verdad pero lo hacen a través de caminos distintos. No estoy diciendo que esto sea así sino que estoy diciéndoles de antemano que estas serán las conclusiones a las que llegarán tanto los musulmanes como Saadia en este período de la historia y esas conclusiones son que claramente hay una sola Verdad que puede ser accesible tanto en forma de fe (sin justificación racional) o por contrario se puede acceder a la misma Verdad en forma racional y ambas finalmente hablan de una misma Verdad.
Saadia entonces escribe un libro titulado “El libro de las creencias y las opiniones” sobre un tema que también está siendo tratado por filósofos islámicos contemporáneos a él. El tema central de este libro es cómo se puede reconciliar la Verdad que hay en Platón y Aristóteles con la Verdad de la Biblia, el Corán o los textos religiosos. Cómo se puede reconciliar la fe y la razón o la razón con la revelación de Dios.
Al mismo tiempo recordaran de la publicación anterior que Saadia está también argumentando en contra de los karaítas, los escépticos, los musulmanes y los cristianos para ver quién presenta la mejor revelación de Dios o cuál es la Verdad del mundo y de hecho hay una necesidad en este período de la historia que estamos describiendo de presentar el judaísmo en contra de todos estos “enemigos” (y eso explica el porque de esta nueva forma literaria que intenta demostrar la Verdad del judaísmo y que no existía hasta Saadia). Hay una necesidad de presentar al judaísmo en contra de todos estos rivales intelectuales y mostrarlo como válido dentro de estos foros intelectuales utilizando el lenguaje que es claro para todos y el estilo que está de moda en su período.
Todo esto es lo que despierta la necesidad de escribir “El Libro de las creencias y las opiniones” y ademas la necesidad por parte de Saadia de escribirlo en árabe. La necesidad de escribirlo en árabe es una clave muy obvia que el foro no es tan solo un par de judíos sentados en la comunidad debatiendo temas que poco importan a los demás sino que hablamos de un foro intelectual del islam en su totalidad en el que Saadia siente que él como judío debe presentarse asimismo y a su religión de manera tal que sea accesible para aquellos que no son judíos. Solo articulando qué es el judaísmo en un lenguaje que la mayoría habla y con ideas claras que todos puedan comprender Saadia logra hacer más accesible el judaísmo a quienes no lo conocen y gracias a eso posee ahora la mejor manera para poder defenderlo. Solo haciendo esto Saadia cree que podrá mostrar que lo que él cree y hace es la certeza más absoluta de la realidad y es en efecto la única Verdad que le pertenece al pueblo judío.
Saadia comienza su libro sobre “las creencias y las opiniones” con una descripción sobre “cómo sabemos lo que sabemos”. Como ustedes podrán apreciar en breve, el modo en que Saadia nos cuenta cómo es que sabemos o aprendemos lo que aprendemos se basa en Aristóteles. Si ustedes no están familiarizados con Aristóteles no se preocupen porque yo voy a familiarizarlos en forma amigable.
Saadia esta preocupado principalmente con un problema filosófico puntual. Y ese problema es la “búsqueda de la certeza”. ¿Cómo sabemos que algo es certero? ¿Cómo sabemos que algo es Verdadero? ¿Cómo podemos superar las dudas si lo que nosotros creemos o sabemos es cierto o Verdadero? En pocas palabras la pregunta es ¿cómo puedo saber o estar seguro que aquello que creo es La Verdad? ¿Cómo podemos hacer que aquello que creemos y practicamos tenga sentido racionalmente?
El conocimiento para Saadia está basado en cuatro categorías. Es decir que nosotros sabemos sobre La Verdad basándonos en cuatro experiencias.
Las tres primeras experiencias que nos guían para saber si estamos lidiando con La Verdad, Saadia las toma de Aristóteles.
- Primero sabemos que algo es verdadero a través de nuestros sentidos. Cuando vemos algo, cuando lo oímos, cuando lo tocamos experimentamos que es real. Para darles una idea, ustedes no podrían negar que en este momento me están escuchando o leyendo. Y como definitivamente eso está sucediendo sabemos que es real. No puedo mentirme a mi mismo sobre esto. Por lo tanto nuestra primera fuente de conocimiento es la nuestra propia percepción sensorial.
- La segunda categoría o fuente de conocimiento son las verdades evidentes basadas en la razón. Por ejemplo 1+1 = 2. Verdades matemáticas. Esto es lo que significa verdades evidentes basadas en la razón. Sabemos que son Verdad porque hemos logrado demostrarlas en forma matemática.
- La tercer categoría esta basada en una mezcla de las dos anteriores y es la que conocemos como “inferencia” o comúnmente le decimos “lógica”. Nos estamos refiriendo a una combinación entre la percepción sensorial y las verdades evidentes basadas en la razón. El ejemplo más famoso para explicar esto es que cuando vemos humo podemos asumir que hay fuego presente. Incluso si no vemos el fuego, si vamos por una carretera y a lo lejos vemos humo podemos asumir a través de lo que vemos de nuestra percepción sensorial y recurriendo a nuestras experiencias pasadas que lo que esta produciendo ese humo es fuego que está allí presente aún cuando nosotros no lo estamos viendo pero lo inferimos a partir de verdades lógicas y evidentes basadas en la razón.
Todo esto hasta aquí es Aristóteles y hasta aquí Saadia no ha creado nada nuevo sino que ha absorbido de otras fuentes que está leyendo.
Pero lo que Saadia va a agregar aquí es una cuarta categoría de conocimiento y esa cuarta categoría Saadia la llama “tradición”.
Todas las culturas, civilizaciones y pueblos requieren de una tradición de conocimiento acumulado a través del tiempo la cual utilizan para aplicar las tres categorías de que Saadia nos ha presentado de Aristóteles.
Sin la experiencia de otra gente que vivió antes que nosotros (de quienes podemos leer, conocer a través de obras de arte, cartas y documentos) no podemos orientarnos en la realidad en la que venimos.
En otras palabras no existe nadie que construya todo su conocimiento a partir de su propia experiencia totalmente aislada de cualquier cultura o lenguaje. Por el contrario, existir implica absorber las experiencias e historias de quienes nos antecedieron y por supuesto las que vamos experimentando en nuestro día a día en las interacciones con otras personas. No podemos evitar esto. Vivir o existir implica inevitablemente absorber alguna tradición que contiene experiencias e historias acumuladas en el tiempo. Cuando nosotros nacemos y crecemos inevitablemente absorbemos algún tipo de tradición. Y justamente este tema es central para saber si lo que uno ha heredado como tradición es confiable.
Esta cuarta categoría que Saadia llama tradición nosotros hoy la llamamos “historia”. Tenemos testimonios históricos y testigos del pasado que nos permiten saber que ciertas cosas sucedieron aún cuando nosotros no estuvimos presentes allí.
Esta categoría de las tradiciones lo que hace es orientarnos en nuestras propias realidades y al tiempo que a nosotros nos toca vivir.
Si esta idea de la tradición ha quedado clara tenemos que dar ahora un paso más.
Lo más significativo para la discusión que Saadia va a presentarnos es la “tradición religiosa”. ¿Por qué es la tradición religiosa tan importante para Saadia?
Y la respuesta es que según la tradición judía, en el momento en el cual el judaísmo se consolida en la historia, un grupo de gente (600,000 personas según lo que los Rabinos nos cuentan) experimentaron la revelación de Dios en el Monte Sinaí y recibieron la Tora, es decir la Ley que constituye a este grupo como pueblo.
Noten que no estamos hablando de una o dos personas sino que según la tradición judía 600,000 personas se juntaron y ahí mismo experimentaron en forma simultánea la revelación de Dios que podemos leer en cualquier Biblia o Tora (Éxodo Capítulo 19 y 20).
Apesar que ninguno de nosotros ni Saadia estuvimos allí en ese momento que la tradición nos cuenta de la revelación de Dios, sabemos por la tradición misma que nosotros hemos recibido, que esa experiencia sucedió ya que fue recordada y transmitida por aquellos que estuvieron allí de generación en generación hasta Saadia y hasta nosotros hoy.
En otras palabras Saadia nos dice que podemos confiar en esa tradición ya que hubo demasiada gente presenciando dicho evento y tiene que haber sido tan impresionante y tan sagrado que lo transmitieron de una generación a la otra para que nunca sea olvidado. De alguna manera los judíos creemos en nuestra tradición no a través de lo que experimentamos sino a través de lo que nos contaron. Cada judío que crece escuchando esta tradición la convierte en parte de su propia historia a través de un proceso de aceptación de una narración que “un otro que no fue uno mismo vivió” y le dice a uno que fue así.
Noten que de manera muy sutil Saadia está aquí presentando la superioridad del judaísmo por encima el cristianismo y el islam. En el caso del cristianismo y el islam las revelaciones fueron casi privadas. Hablamos de las experiencias de Jesús y Pablo o de Mahoma con Allah. Pero en ambos casos no hubo una experiencia publica por un número mayor a 5 o 10 personas.
La belleza de la tradición judía para Saadia es que públicamente 600,000 personas declararon haber experimentado la revelación de Dios y la Verdad del judaísmo. Es un número muy grande de gente como para declarar que esto no sucedió.
Es entonces en este sentido que la noción de la categoría “tradición” que Saadia nos ofrece nos permite tener una cuarta fuente de conocimiento para saber cuál es La Verdad.
Esta categoría llamada “tradición” resuelve el problema de la duda sobre cuál es La Verdad para Saadia. Estamos seguros según Saadia que el judaísmo es Verdadero ya que a través de la tradición las verdades del judaísmo son válidas tanto en el momento de la revelación como para Saadia en el siglo X y nosotros en el siglo XXI.
¿Qué es lo que Saadia hace una vez que ha alcanzando este conocimiento? ¿Cómo aplica la categoría de “tradición” una vez que ha logrado articularla?
Para Saadia el pensamiento racional es lo que permite a través de la razón justificar la revelación y la Verdad del judaísmo. Esto quiere decir que para Saadia lo que sucedió en Sinaí puede ser articulado y explicado en forma racional. Para Saadia al llegar a esta conclusión no hay diferencia ni contradicción entre las Verdades de la razón y las Verdades de la experiencia religiosa. No hay problema entre la fe y la razón. Ambas funcionan en equilibrio y hablan la misma Verdad.
Siguiendo el estilo del Kalam Saadia declara entonces que a través de la razón podemos llegar a la verdad Divina y por lo tanto la razón y la revelación (no una o la otra sino ambas funcionando juntas) son necesarias para entender la Verdad del judaísmo.
Y ahora lo que quiero hacer es explicar por qué Saadia llega a esta conclusión que es tremendamente radical cuando declara que de hecho necesitamos la razón y no alcanza solo con la fe.
Primero y principal podríamos preguntarnos ¿para qué necesitamos la razón o la justificación racional del judaísmo? ¿Acaso no alcanza con tan solo leer la Biblia y decir que ésta es la Verdad porque figuran los 10 Mandamientos, la revelación de Dios, la historia de la Creación del Mundo, el Éxodo de Egipto, etc.? ¿Por qué necesito convertirme en un filósofo o un ser racional para creer en el judaísmo y sentir que lo que hago y creo es Verdadero?
En otras palabras, ¿no alcanza tan solo con ser un buen judío, observar los mandamientos y creer que la Tora es Verdad?
Para Saadia la respuesta a esta pregunta es no. No alcanza con eso. La razón es fundamental para poder substanciar o afirmar aquello que fue revelado. Para Saadia y esto sugiere la innovación que él está creando en la historia del judaísmo ya que no escuchamos algo así hasta él, la adquisición de la verdad a través de medios racionales es un mandamiento obligatorio. El mandamiento más importante del judaísmo es entenderlo racionalmente.
Este argumento de Saadia no aparece ni en la Biblia ni en la literatura rabínica. Lo que Saadia impone sobre el judaísmo es algo que no existía. Ser judío para Saadia es ser un filósofo. Eso significa que para ser un verdadero judío uno debe poder racionalmente explicar la Verdad de la fe que uno cree. No alcanza tan solo con decir “yo creo en esto” y no explicar racionalmente el por qué de eso. No alcanza con repetir como un loro la tradición. No alcanza solo con aceptar dogmas porque sí. Uno debe filosofar. Uno tiene que poder entender racionalmente lo que uno cree que es La Verdad y tiene que poder explicarlo. La creencia de uno no es válida a menos que uno pueda ofrecer una razón de por qué cree lo que cree. Por lo tanto ambas cosas (fe y razón) deben de ahora en más funcionar juntas.
La racionalidad entonces no es algo que surge de la nada y solo debe ser alcanzada por aquellas personas que quieren ser inteligentes o tienen ganas de sentarse en un foro de discusión filosófica. La especulación racional filosófica es ahora algo requerido por todos los judíos según Saadia.
Noten al mismo tiempo que al decir algo así Saadia además ha creado una especie de judaísmo elitista porque no importa cuanto lo intentemos algunos de nosotros nunca seremos filósofos. La filosofía es una tarea que no es para cualquiera ni a cualquiera le resulta fácil. Por lo tanto Saadia está aquí privilegiando a aquellos que son intelectuales y que son capaces de racionalizar las ideologías religiosas.
Esto no quiere decir que aquellos que no alcanzan esto deben ser expulsados de la comunidad ni son dignos de pertenecer al judaísmo pero si quiere decir que el nivel más elevado de ser un judío religioso o de ser religioso en términos generales es ser ahora un racionalista, es ser filosófico.
Lo increíble de todo esto es que la filosofía es una disciplina que es importada de los griegos al judaísmo por Saadia y a través de su aplicación se convierte en el centro de la identidad de lo que es ser judío según él. De ahora en más el punto más elevado que uno puede alcanzar como judío es llegar a convertirse en un Filosofo Judío y poder pensar en forma racional acerca de la propia fe.
La razón es necesaria además por otro objetivo. Y ese objetivo es que necesitamos herramientas para poder explicar el judaísmo a nuestros enemigos. Necesitamos la razón para polemizar con los otros ya que la razón es la herramienta que ellos están utilizando. Tenemos que poder explicar el judaísmo al nivel y la accesibilidad que los demás requieren y eso es a través del pensamiento racional.
Lo que esto quiere decir es que no alcanza con caminar por el mundo sabiendo que lo creemos es Verdadero y que el judaísmo es La Verdad. Si no podemos explicar a otras personas lo que nosotros consideramos como Verdad no vamos a poder ser exitosos en mantener nuestra Verdad. Tenemos que poder presentar el judaísmo en forma seria dentro del “mercado de ideologías, verdades, filosofías y experiencias religiosas del mundo”. Y tenemos que poder demostrar que el judaísmo es Verdadero ya que podemos comunicar su Verdad con cualquiera que lo desafíe y probablemente lo desafíe utilizando la especulación racional filosófica. Así que necesitamos construir la mayor cantidad de argumentos racionales y debemos controlar por completo el pensamiento racional para poder aplicarlo al judaísmo y defenderlo en los foros que discuten su validez.
Observen como hemos llegado aquí a una combinación extraordinaria entre la mente y el corazón o entre el sentimiento y la razón. No alcanza con “sentirse judío”. No alcanza tan solo con “sentir la fe que uno cree” sino que uno no solo debe practicar el judaísmo sino que además debe hacer el intento más grande para coordinar la mente y la razón con la fe y con lo que uno cree. En pocas palabras uno tiene que lograr explicar y articular el sentimiento. Tiene que poder explicar lo que siente en palabras y con argumentos racionales.
La pregunta que obviamente se nos impone con esta nueva definición racional de lo que es ser judío (y de hecho es lo que Yehuda HaLevi -de quien hablaremos muy pronto también se preguntará-) es la siguiente: ¿Es posible explicar en palabras y en forma racional lo que uno siente? ¿Puede uno explicar racionalmente lo que siente cuando ama a alguien o algo? Incluso podemos preguntarnos algo más difícil y eso es: cuándo uno logra explicar racionalmente lo que siente ¿acaso no pierde uno ese sentimiento inexplicable? ¿No se pierde esa intensidad que surgió al comienzo de un sentimiento al momento que uno trata de reducir ese sentimiento en palabras?
Estas preguntas son todas realmente muy interesantes sin embargo para Saadia aquí no hay ningún problema. Para Saadia todo lo que él siente puede explicarlo racionalmente o dicho de otra forma todo lo que el cree puede y debe explicarlo racionalmente.
El otro lado de la moneda en todo este asunto es ¿por qué Saadia insiste tanto en la revelación? Si podemos alcanzar la verdad del judaísmo a través de la razón filosófica ¿para qué necesitamos hacer tanto hincapié en preservar la revelación de Dios en el Monte Sinaí y sostener esta categoría llamada “tradición”?
Y la respuesta a esta pregunta también esta dada por dos motivos.
- Primero para Saadia la revelación es importante y debe continuar para servir a esa masa de gente que aunque hagan el intento nunca llegarán a ser intelectuales o filosóficos como es él. Como ya dijimos la filosofía y la especulación racional no es para cualquiera no solo por las dificultades que presenta sino que incluso hay gente que no se motiva por este tipo de aproximación al judaísmo. Para toda esa gente necesitamos la Biblia y los cuentos que allí se nos narran para que ellos también lleguen a la Verdad sin la necesidad de hacer la especulación racional y filosófica. Por lo tanto para la gente más simple (en el buen sentido de la palabra), tener el texto de la Tora es algo bueno también.
- Y el segundo motivo que es tal vez más interesante desde un punto de vista filosófico, es que la revelación es útil ya que provee de una certeza emocional que no puede ser calculada a través de procesos lógicos. Es decir que sabemos algo porque podemos explicarlo racionalmente y esa explicación racional justifica incluso una Verdad revelada lo cual le otorga a todo esto un sentimiento de belleza por aquello que creemos y podemos articular filosóficamente. En otras palabras estamos comprometidos emocionalmente con esta racionalidad ya que contiene dentro de su objetivo la justificación de la revelación de Dios que da sentido a nuestra propia tradición judía.
Pero el verdadero desafío y esto es lo último que vamos hablar al analizar la filosofía de Saadia es el siguiente punto: ¿son de hecho la razón y la revelación posibles? ¿Es posible unir la fe y la razón y demostrar que ambas nos hablan de la misma Verdad? ¿No hay a veces problemas con esta formulación?
¿Podemos honestamente tomar la filosofía Platónica o Aristotélica e imponerla sobre el judaísmo, el cristianismo o el islam y llegar a las mismas conclusiones? ¿Es el texto Bíblico con las narrativas de la Creación del Mundo y los milagros del Éxodo de Egipto un texto realmente filosófico?
Noten cuan relevantes son estas preguntas! Lo que estoy tratando de compartir con ustedes en esta simplificada publicación sobre la filosofía medieval es demostrarles que de hecho seguimos discutiendo los mismos temas luego de miles de años de pensamiento. Las discusiones sobre la Creación del Mundo ya están presentes en Saadia quien tiene una gran parte de sus escritos dedicados al tema de la Creación.
La pregunta que nos estamos haciendo aquí es ¿podemos entender la fe en forma racional? ¿Acaso no tenemos las mismas discusiones y argumentos hasta el día de hoy? Todas estas preguntas en esencia no están tan alejadas del mundo en que vivimos. Pueden haber pasado más de mil años entre Saadia y nosotros y en forma increíble seguimos comparando: “la razón a través de la ciencia moderna” con “la religión a través de la fe”. Por supuesto que el mundo y el pensamiento ha variado mucho. Pero es realmente sorprendente notar que muchas veces seguimos haciéndonos las mismas preguntas una y otra vez.
Más allá de este debate, estas preguntas que estamos presentando aquí sobre la fe y la razón nos demuestran que, más allá de toda la belleza de la formulación de Saadia, su sistema y comprensión del judaísmo posee ciertas tensiones.
Realmente esta formulación de Saadia no funciona en forma absoluta ni consigue demostrar que hay una equivalencia entre las nociones de la fe y la razón.
La Biblia -escrita en un tiempo remoto a Saadia- realmente no puede ser equiparada en forma absoluta con las nociones de la fe que propone la tradición grecorromana ni tampoco es cierto que cierra tan claramente todos los postulados racionales de la fe y la razón.
Y esto último es muy importante para entender por qué no cierra la formulación de Saadia.
En el sistema que Saadia nos presenta el creyente debe aproximarse a la filosofía con la convicción previa que la Tora fue revelada por Dios.
En otras palabras hay un límite para esta especulación filosófica. La función del filósofo, del modo que Saadia la define, es meramente la de presentar una prueba racional que justifique la veracidad de la revelación que él ya cree de antemano.
Esto quiere decir que no podemos ser totalmente escépticos y empezar a racionalizar o filosofar asumiendo que podemos racionalmente demostrar absolutamente todo. Saadia antes de comenzar a filosofar y racionalizar sabe de antemano cuál es la Verdad y esa Verdad para él es la Tora, es el texto que según la tradición que él ha recibido le dice que es Verdadero ya que ha sido revelado por Dios al pueblo judío. Y lo que Saadia va a hacer como filósofo no es poner en duda absolutamente todo lo que cree e intentar racionalmente alcanzar una Verdad fuera de los dogmas o la tradición que él heredó sino que de hecho lo que Saadia va a hacer es intentar explicar racionalmente esos presupuestos que el cree. Es decir que Saadia parte de la base que él ya sabe cuál es la Verdad. Saadia no va intentar ver a donde lo lleva su racionalidad sino que sabe de antemano que esa racionalidad tiene que si o si llevarlo a la Verdad que ya esta definida de antemano según su tradición y esa Verdad es la Tora y el judaísmo.
Y por lo tanto hay límites para esta racionalidad de Saadia.
Podríamos argumentar que el racionalismo de Saadia es de algún modo ingenuo (asumiendo que esta trabajando en una equivalencia entre la razón grecorromana y la fe judía) y es al mismo tiempo dogmático.
Saadia no esta permitiendo que la razón lo lleve honestamente a donde sea que lo lleve. No esta permitiendo que la razón le provea de una alternativa seria a la Verdad que el de antemano ya ha definido y preestablecido.
El único propósito de la razón para Saadia es la de demostrar o justificar aquello que ya esta dado y definido de antemano como Verdad por el judaísmo. El único objetivo de la filosofía es de hecho el de demostrar la Verdad que Saadia ya sabe cual es y esa Verdad es la Tora.
Me atrevo a llevar esta noción incluso un paso más adelante y sugerir que Saadia ya era consciente de este dilema.
Saadia es consciente de las limitaciones de la razón. La razón no puede probar absolutamente todo y hay mandamientos o mitzvot que figuran en la Tora que no pueden ser explicados racionalmente.
Podríamos nombrar varios de ellos. Es muy fácil hablar de los 10 Mandamientos como algo muy importante sobre la moral y la ética que el judaísmo ha legado a la civilización mundial. ¿Pero hay de las leyes sobre comer casher, ponerse tefilín, no mezclar prendas de vestir que tengan lino y algodón, etc.? ¿Qué hay con todas estas leyes rituales que encontramos en la Biblia y en la literatura rabínica? ¿Pueden todas estas prácticas judías ser explicadas racionalmente? ¿Son estas acciones filosóficas? Tal vez hay leyes y prácticas judías que no pueden ser filtradas por la razón.
Y de hecho si uno ve las explicaciones que Saadia presenta sobre las mitzvot (aquello que llamamos mandamientos o preceptos judíos) vemos que Saadia separa estas prácticas en dos categorías.
Y aunque no puedan creerlo la primera categoría Saadia la llama mitzvot sijliot, es decir mandamientos racionales y la segunda categoría que él crea se llama mitzvot shimiot, derivado de la palabra shema que quiere decir oír. En otras palabras esta segunda categoría abarca los mandamientos y prácticas judías que observamos basados en lo nuestros antecesores “escucharon” y nuevamente no se basan en aquello que podemos racionalmente explicar sino que lo hacemos a partir de lo que hemos escuchado de nuestra tradición y de lo que nuestros antepasados han escuchado.
¿Qué es todo esto? ¿Pueden ver la contradicción aquí en Saadia? La categoría que asigna la práctica de mitzvot que no son racionales, aquellas llamadas shimiot nos está demostrando que Saadia mismo sabe de antemano que hay cosas que la razón no puede justificar sobre ciertas prácticas judías.
Pero todo esto para Saadia es racional porque el sabe de antemano que debemos creer en Dios y debemos creer que la Tora es Verdadera y por lo tanto tenemos que racionalmente aceptar lo que es incluso irracional.
Pero como estamos viendo, en cierto nivel estas prácticas no pueden ser explicadas racionalmente e incluso dentro de su propio sistema filosófico hay una verdad tácita que demuestra que en realidad no existe una correlación entre la fe y la razón y de hecho Saadia sabe, antes de embarcarse en todo el proyecto, que la razón no va lograr demostrar la Verdad de ciertos aspectos del judaísmo. La prueba de esto como ya dijimos es su propia definición de los mandamientos como racionales e “irracionales”. Partiendo de la base que el judaísmo posee ciertas prácticas que no pueden ser justificadas racionalmente la idea de Saadia de querer demostrar la Verdad de la Tora y la veracidad del judaísmo resulta finalmente un absurdo.
En pocas palabras, si Saadia dice que el judaísmo es racional pero hay ciertas cosas que no podrá racionalmente explicar esta diciendo algo que no tiene sentido. Justamente esta diciendo algo racionalmente irracional.
Y debo decirles que en el pensamiento judío posterior, en especial para aquellos de ustedes que hayan escuchado o leído mi publicación sobre Spinoza en la serie sobre el Judaísmo Moderno, podrán encajar aquí perfectamente la continuación de este problema. En el punto histórico que estas publicaciones sobre el Judaísmo Medieval terminarán y eso es el el siglo XVII donde mi otra serie de publicaciones comienza, vemos que Spinoza comienza desde este exacto problema.
Spinoza conocía la obra de Saadia y él es el que exclama que aquí hay algo que claramente no esta funcionado.
Spinoza es aquel que va a hacernos entender que la Biblia es la Biblia; la racionalidad es la racionalidad y no debemos mezclarlas porque es un absurdo. Spinoza es el que se da cuenta que acá no estamos siendo justos ya que estamos partiendo con ciertos presupuestos que no pueden ser contradichos. Hay algo que esta mal para Spinoza en todo esto, ya que justamente Spinoza va a declarar que la racionalidad va a donde sea que uno lo lleva. Si de antemano uno decide qué debe la racionalidad decir o donde debe llevarnos uno esta limitando esa racionalidad. Para Spinoza la racionalidad no debe ser una sirvienta de la Tora. Para Spinoza la Tora es la Tora. La Tora para Spinoza contiene cuentos e historias que es para gente tonta que necesita creerse estos cuentitos. Para Spinoza La Verdad se encuentra donde sea que el filósofo y el pensamiento la lleva. Spinoza justamente declarará que debe permitirse a la mente humana alcanzar La Verdad fuera de los dogmas y los presupuestos históricos heredado ya que la libertad del pensamiento es la acción mas sagrada. ¿Se dan cuenta? Spinoza está diciendo que si uno parte con los dogmas y presupuestos históricos heredados (aquello que Saadia definió como tradición) uno ya sabe donde va a terminar. Si uno antes de empezar ya sabe cual es la Verdad uno va a terminar llegando a las conclusiones que uno espera.
Esta crítica de Spinoza tomando la filosofía de Saadia será luego continuada por otros pensadores quieren enfatizarán aún más esta distinción creada por Saadia entre los mandamientos racionales y los mandamientos irracionales. Los judíos en la Modernidad aceptaran y pondrán al frente del judaísmo los mandamientos racionales como “honra a tu madre y a tu padre”, “no asesines”, “no robes”, etc. Pero estos judíos se preguntarán: ¿Comer casher? ¿A quién le importa lo que une se pone en la boca? Comer casher no va a hacerlo a uno una mejor persona. Para los judíos Modernos no hay ninguna correlación entre ser una buena persona y comer ciertos alimentos.
Y de hecho el pensamiento judío Moderno comenzando con Spinoza y me atrevo decir hasta la actualidad hace una distinción entre estos dos tipos de mandamientos y enfatiza (especialmente para aquellos judíos que tienen problemas con su judaísmo o sus practicas judías) que los mandamientos irracionales, aquellos mandamientos basados en la obediencia sin ningún tipo de lógica, lo que Saadia define como shimiot, no tienen sentido o relevancia y de hecho muchos judíos modernos terminan desechando estas mitzvot porque resultan irracionales. Y por eso muchos judíos Modernos argumentan que lo único que debemos observar son los mandamientos morales del judaísmo que son racionales y que nos hablan de ser éticos y ser buenas personas. Por supuesto que más adelante los judíos, y este es tal vez uno de los temas centrales del judaísmo en la actualidad, se preguntarán si alcanza para preservar la tradición que Saadia enfatiza tan solo con ser buenas personas y desechar las practicas rituales. Si les interesa todo esta continuación de este debate les recomiendo mi otra serie de publicaciones sobre el Judaísmo Moderno.
En síntesis en el intento de buena voluntad por parte de Saadia de ayudar a los judíos a encontrar respuestas racionales para defender su tradición frente a los ataques de otras religiones, los karaítas y los escépticos, en su esfuerzo le termina a Saadia saliendo “el tiro por la culata” ya que sus propios argumentos son los que lentamente darán nacimiento a las corrientes Reformistas, Conservadoras y Ortodoxas en la Modernidad gracias a las lecturas que Spinoza hará de su separación entre mandamientos racionales y mandamientos irracionales.
Pero volviendo al siglo X y al momento en que Saadia presenta su obra podemos decir que en su propio contexto su filosofía racional queda intacta.
Resumiendo todo esto que hemos hablado en esta publicación lo que vemos es un profundo legado que si bien es anticipado por algunos judíos anteriores a Saadia, claramente Saadia es el primer y más prominente filósofo que nos presenta un sistema racional del judaísmo y es el primero en intentar unificar la razón y la fe o la razón y la revelación.
Su argumento que el estudio de la filosofía es algo central en el judaísmo tendrá un legado impresionante en el pensamiento judío medieval e incluso hasta la actualidad. Veremos muy pronto en el contexto de Moises Maimonides y otros pensadores judíos la creencia que lo que ellos traen al judaísmo haciendo filosofía de esta tradición es un elemento crucial y fundamental de la existencia judía.
Veremos que ser un filósofo se convertirá en una pieza central de la identidad judía a partir de Saadia.
Su dogmatismo racional de todos modos, su insistencia que la razón y la revelación eran equivalentes, creara problemas no solo en la Modernidad con Spinoza sino en unas pocas publicaciones y comenzando con Maimonides y Yehuda HaLevi los filósofos judíos siguientes desafiarán a Saadia demostrando que esa equivalencia no siempre es posible.