Todavía no puedo creer que han pasado 6 meses desde que escribí la última publicación desde Israel. Para la frecuencia que estaba acostumbrado de al menos una publicación por semana, todo este tiempo sin escribir ha sido una sensación muy extraña para mí. Quienes me acompañan desde hace años se han preocupado y yo he intentado responderles en mi escaso tiempo. Las buenas noticias son que nada malo ha sucedido sino, gracias a Dios, todas aventuras nuevas y muy demandantes. En esencia, lo que ha pasado es que nuestra vida como familia -y la mía en tanto mi vocación de servicio al pueblo judío- han tomado un nuevo rumbo que ha necesitado y sigue necesitado muchísimos ajustes.
¿Qué ha pasado?
Desde Febrero de 2016 he asumido mi rol como nuevo líder espiritual de la Comunidad Religiosa & Cultural Ruaj Ami ubicada en la ciudad de Santiago, Chile. Al mismo tiempo que desempeño este nuevo rol, continúo mi Maestría en Educación Judía Online en el Hebrew College de Boston y he iniciado mis estudios rabínicos en el Seminario Rabínico Latinoamericano. Viajo todas las semanas a Buenos Aires para mis estudios los días Lunes y Martes y regreso a Chile para enfocarme de pleno en la construcción comunitaria y la continuación del estudio el resto de los días de la semana. Esto continuará así durante el primer semestre que ya está concluyendo y el segundo semestre estudiaré con rabinos egresados del Seminario Rabínico que viven aquí en Chile lo cual me dará un respiro entre tantos viajes.
Confieso que estoy absolutamente fascinado, agradecido y motivado por la calidez y el compromiso de todos los que me han abierto los brazos durante esta etapa, tanto Ruaj Ami como las instituciones de Argentina, Chile y otras latitudes así como también los rabinos, amigos, guías de todo tipo y por supuesto mi propia familia. Por ejemplo, todos los rabinos y profesores del Seminario Rabínico me han desafiado intelectual y emocionalmente desde el primer día haciendo de cada clase un privilegio en el que me encuentro una y otra vez agradeciendo que la vida me da esta oportunidad. Al mismo tiempo otros rabinos tanto en Chile como otras partes del mundo han abierto sus corazones y se han convertido en guías continuas para preguntas de todo tipo. El clima de estudio en el Seminario es apasionante y es una sensación maravillosa sentirse acompañado por tantas personas que vibran con la misma sensibilidad en la búsqueda de mejorar y hacer prosperar la milenaria historia del pueblo judío no solo en su particularidad sino elevándola para servir mejor a la humanidad toda en un judaísmo pluralista, inclusivo e innovador. Como estoy convencido que uno nunca debe dejar de estudiar, esta nueva etapa de estudios rabínicos no ha hecho más que seguir nutriéndome del torrente milenario del pueblo judío que no deja de apasionarme cada día más y por eso estoy feliz con cada uno de mis maestros. El Seminario es un semillero de vida espiritual y es un privilegio estar absorbiendo su contenido semana tras semana. He tenido clases magistrales y una ayuda incalculable desde el primer día. Sin dudas es el mejor lugar para mí y dónde tengo que estar. Por algo Dios me llevó hasta allí y como siempre, espero poder compartir aquí todo lo que vaya aprendiendo.
Es por todo esto que mi agenda se ha complicado puesto que en paralelo a mis estudios, viajes semanales y nuevo rol sirviendo a la comunidad, también tuvimos que acomodarnos como familia a una nueva locación lo cual implica no solo encontrar casa para vivir sino hacer trámites migratorios, permisos de trabajo, etc. Al mismo tiempo no descuidamos encontrar un jardín de infantes mientras esperábamos que lleguen nuestras cosas de Hong Kong entre que planeamos las actividades para Purim, Pesaj y Shavuot. Para que todo esto suceda en sincronía no solo me encuentro apoyado por muchísimas personas y maestros sino -y por encima de todo- mi eshet jail (mujer virtuosa). Por eso espero disculpen que ¡estoy retrasado en responder todos vuestros emails de más de 6 meses pero ahora saben el por qué! Así y todo no he dejado de entrar al blog, leer los comentarios y conocer las historias de cada uno que se suma a esta comunidad virtual cada día. El número de visitantes y suscriptores sigue subiendo y los emails se me van apilando. Intentaré ponerme al día aunque me lleve varios meses e incluso años en responderle a cada uno.
La importancia del blog en mi vida
Cuando miro hacia atrás y pienso que este blog inició cuando apenas llegaba a Hong Kong hace cinco años, agradezco tener este espacio abierto que es a la vez muy personal e íntimo. Lo que está preservado aquí, tanto para los que llegan por primera vez como para quienes han estado ahí desde el comienzo, es una suerte de diario sobre el viaje de un judío en su compromiso no solo por compartir lo aprendido sino por abiertamente confrontarnos todos con los temas que creo nos conmueven en nuestra búsqueda espiritual honesta y responsable en el siglo XXI. Es este espacio el que me ha permitido ir sistematizando mi pensamiento en diferentes sentidos y temas; comprendiendo todo aquello que considero relevante para vivir una vida plena y refinándolo gracias a cada uno de ustedes que me desafía con preguntas cada vez que comparto una publicación. Por eso nunca ha sido ni será mi objetivo compartir solamente lo que me pasa a mí sino convocarnos a todos a una conversación para hacernos mejores como comunidad humana.
Y esta es la razón por la cual no dejo de recomendarle a todos que ¡escriban un blog! Escribir es importante porque todos tenemos experiencias significativas pero estas tienden a evaporarse en las presiones de la rutina. Escribir nos fuerza a exteriorizar todas estas sensaciones. Una vez escritas podemos mirarlas, analizarlas y compartirlas. Del compartir surge la comunidad, el sentimiento que otros piensan y sienten como nosotros o quizás no lo hacen pero también se preocupan por estos temas. Y este es un gran punto de arranque para el diálogo.
Es con esa intención que volveré y seguiré compartiendo las lecciones, observaciones y enseñanzas que voy aprendiendo. Entiendan que después de tanto tiempo sin escribir tengo mucho para compartir. Pero en esta oportunidad y para no extenderme en la publicación, quería contarles sobre lo que aprendí en la cursada de la Maestría de este semestre y considero significativo para todos nosotros tanto como educares, padres y amigos.
Educación Judía Experimental
Lo primero que empezó apenas llegue a Chile fue mi cursada de la Maestría Online estudiando uno de los temas que está más de moda en el área de educación judía hoy: la educación experimental. La idea central de esta aproximación a la educación es una invitación a salirnos del paradigma de la cantidad y movernos hacia el paradigma de la calidad. Es mucho más importante leer algo y automáticamente intentar reflexionar sobre «qué agrega esto a mi vida» y «cómo me puede ayudar a ser mejor» que simplemente leer por leer y devorar kilos de información que probablemente olvidaremos al otro día. La información en nuestra era abunda, la sabiduría escasea. Por eso este enfoque experimental educativo intenta hacer de la educación judía algo que se experimenta y no un saber que debe ser absorbido. Es muy diferente aprender sentado en un cuarto leyendo en el Talmud qué es -por ejemplo- pikuaj nefesh (el valor judío de salvar una vida por sobre todo) que visitar y participar en una estación de bomberos que llevan la bandera y el nombre de Israel salvando vidas en forma real. Por eso nuestros estudiantes este semestre no solo estudiaron qué es pikuaj nefesh sino que lo pusieron en práctica yendo a la Bomba Israel (¡quien nunca ha escuchado sobre la Bomba Israel le pido no se pierda de ver esta joya de la comunidad judía de Chile que incluso a mí me sorprendió!).
Con esta metodología experimental como faro y guía, armamos junto a Dana Kaufman el año de estudios para las ceremonias de Bar y Bat Mitzvah enfocándonos no solo en que los estudiantes aprendan a leer Tora, Tefilot (plegarias), escriban una drasha (interpretación) y guíen a la comunidad en los rezos sino que además experimenten el judaísmo como algo que uno vive en alegría y no solamente como algo dado, fijo e inmutable que uno debe absorber y repetir tal cual es recibido. El judaísmo no es un Saber dado sino una Fuente De Vida que está continuamente fluyendo, revelándose, desarrollándose, expandiéndose y actualizándose.
Para lograr un programa educativo con estas ideas se requiere evaluar muchas variables. Por ejemplo, el planeamiento de la gran idea que queremos los estudiantes se lleven al finalizar cada encuentro en cohesión con el estado de fluidez de cada actividad y la diferenciación entre experimentar y aprender (¡no toda experiencia es educativa y no toda educación es experimental!). Como siempre repito, el judaísmo enseña que no hay que hacerse idólatra de ningún sistema ni metodología: no todas las clases tienen que ser experimentales ni tampoco deberían todas las clases acontecer sentados en una mesa discutiendo un texto. La educación de la vida es mucho más que eso. Todos sabemos que hemos aprendido mucho estudiando pero mucho más viviendo y reflexionando en cada experiencia vivida. Se trata de un círculo virtuoso de ser, hacer y reflexionar en forma continua.
Educación Conmovedora
Para mi grata sorpresa, apenas terminé la cursada luego de presentar varios ensayos sobre mi emergente filosofía educativa experimental junto a observaciones de clases y un proyecto educativo experimental, salió a la luz el último libro publicado por Jewish Lights sobre este mismo tema. El título es «Convirtiéndote en un Educador Conmovedor». Como siempre, no es fácil traducir literalmente un título pero básicamente el libro plantea un cambio de paradigma desde la perspectiva del Rabino Aryeh Ben David que recibió su ordenación en Israel y enseñó por muchos años en el Pardes Institute.
El autor escribe que luego de tantos años de enseñar comenzó a sentir un vacío. Había estado aprendiendo y enseñando equivocadamente. Una voz pequeña pero implacable en su alma le estaba pidiendo reconocer lo que siempre debería haber sido tan claro: la sabiduría judía es mucho, mucho más que información. Rabbi Aryeh escribe a continuación, «Mi alma estaba desafiando mi ego como maestro diciéndome: ‘¿Crees que eres exitoso?’ Tú puedes saber cómo transmitir un material o texto y llenar de conocimientos e información judía a mentes abiertas. ¿Pero qué es lo que traes a sus corazones, sus almas y sus vidas? Esa voz tímida se hacía cada vez más fuerte y más fuerte gritándome: ‘¡Lo que estás haciendo, Aryeh, no es suficiente!’
Para ser justos, es bastante fácil entender por qué la enseñanza judía está tan centrada en el intelecto. La belleza de nuestra tradición se expresa en una larga cadena de textos sobre textos que ofrecen un sinfín de ideas para el estudiante diligente. Pero ¿cuál es el propósito final aquí, saber más o ser más? Como educadores judíos, ¿deberíamos estar más interesados en cuánta cantidad nuestros estudiantes aprenden o cuán profundamente llevan el aprendizaje a sus vidas? ¿No deberían ser los textos trampolines para el crecimiento personal, para cambiarnos a nosotros mismos, nuestras comunidades, nuestro mundo? ¿Estamos invirtiendo todo nuestro tiempo, energía y esfuerzo en hacer personas más inteligentes o mejores?
Mi voz interior no me dejaba descansar. Henri Nouwen escribe: «los libros espirituales deben ser estudiados de una manera espiritual. No para que nosotros podamos dominarlos, sino para que ellos nos dominen a nosotros.» Es hora que nosotros, los que nos hemos dedicado a la educación judía, llevemos esta conciencia en nuestras enseñanzas e interacciones.
En los últimos cinco años, este conocimiento ha transformado por completo mi método de enseñanza que me lleva a experimentar y perfeccionar una metodología de la enseñanza que sea «conmovedora». Tengo claro que este enfoque no es para todo el mundo. Muchos educadores judíos están satisfechos con el enfoque centrado en la mente y de hecho están haciendo una valiosa contribución al pueblo judío y el mundo. Pero creo que debemos esforzarnos aún más. Nuestros estudiantes quieren y merecen más de nosotros. De hecho, muchos de los que no pueden encontrar lo que necesitan de las instituciones judías se están alejando a pasos agigantados, abandonando la comunidad judía.
Este libro y este semestre estudiando educación experimental ha sido un renovado llamado de atención para mí y para cada una de mis clases y encuentros. Espero lo sea para ustedes también.