Hace un año que estoy enamorado de una Biblia: The Jewish Study Bible: Second Edition. Ya nombré esta obra en mi publicación 22 Libros y Podcasts sobre Judaísmo que utilizo diariamente y también cuando compartí Mi Revelación, Rebelión, Reconciliación y Revolución Bíblica. ¿Pero qué tiene esta Biblia que tanto me gusta? ¿Por qué voy a dedicarle una publicación solamente a ella?
Por dos razones. Primero, voy a comenzar a compartir más material de esta obra este año. Segundo, esta Biblia representa la unión de lo que forma la esencia de este blog y mi pensamiento: la fusión del estudio académico y la tradición rabínica. Y la palabra clave aquí es fusión. Porque la palabra fusión implica que ninguna aproximación es preferida por encima de la otra sino que ambas son utilizadas en forma honesta, potenciándose para descubrir la verdad más sincera en forma racional y emocional.
70 Caras para la Tora
Si hay algo que determina la lectura e interpretación de la Biblia por los judíos es el amor y la dedicación al estudio de la misma. La intensidad histórica con la que los judíos hemos estudiado esta obra nunca ha disminuido. Hasta el día de hoy -y especialmente con el estudio académico por parte de los judíos mismos- la Biblia ha recuperado su rol central en la modernidad.
La tradición de la interpretación bíblica, es decir el intento por comprender qué quiere decir el texto, ha sido fuente de una constante conversación (a veces en la forma de fuertes polémicas y controversias) entre participantes que atraviesan miles de años. En ningún momento la interpretación judía fue monolítica o unánime. Si hay una cosa que claramente demuestra la interpretación judía de la Biblia es la diversidad de aproximaciones y la multiplicidad de sentidos que la Biblia misma produce en lectores distribuidos por todo el mundo viviendo en condiciones sociales muy diferentes. La tradición misma declara que hay «70 caras para la Tora» (Bamidbar Rabba 13:15). Esto quiere decir que el texto está abierto a 70 interpretaciones diferentes siendo 70 un número que simboliza mucha cantidad además de integridad numérica.
En consecuencia no hay una interpretación judía oficial de la Biblia.
Características del Estudio Académico
Esta Biblia -que recomiendo comprar- se destaca por el hecho que todos los que han contribuido con sus comentarios no intentan armonizar sus opiniones con el fin que todo tenga una sola coherencia y manera unívoca de entender lo que el texto sugiere. Esta diferenciación es el sello fundamental del estudio académico que si bien no esta libre de subjetividad (¿qué cosa creada por humanos lo está?) es lo que lo diferencia justamente de la aproximación tradicional que posee lecturas «permitidas» y «prohibidas». Esta última visión «tradicional» con lecturas «válidas versus inválidas» es más tendenciosa y sucede con otras ediciones de la Biblia como las de Artscroll. Artscroll posee ediciones hermosas pero debemos ser siempre conscientes que es una editorial creada justamente con el objetivo de satisfacer el mercado del judaísmo Ortodoxo con obras que poseen comentarios sesgados que son un compendio de interpretaciones tradicionales las cuales evitan el estudio académico aún cuando sus editores hacen un esfuerzo enorme por cautivar al lector moderno con comentarios que parecen pseudo académicos pero están infundados y claramente no poseen elementos serios. Esto no quita que ciertas publicaciones de Artscroll son bellísimas: yo rezo en casa con el Sidur de esta editorial y tengo varios libros puesto que si bien muchas veces «salteo» los comentarios al pie de página, la compaginación y presentación de sus libros me gusta y mucho.
Pero los editores de mi Biblia favorita no declaran poseer la única versión correcta sino ofrecer una posibilidad más para relacionarnos con el texto. Todos estos editores son judíos y al igual que sus antepasados están seriamente comprometidos con el TaNaJ (la forma tradicional como llamamos a la Biblia). Este compromiso es una continuación natural de un proceso que todos los judíos han tenido, incluso desde el momento anterior a que los textos que hoy forman parte de un solo libro que llamamos «Biblia» (literalmente «colección de libros») fueran agrupados. Estas interpretaciones sobre todos estos textos han quedado preservadas en varias formas diferentes: traducciones tempranas al griego y arameo, los Rollos del Mar Muerto, la literatura rabínica y los comentarios medievales y modernos.
Los editores de esta Biblia continúan entonces con ese espíritu de interpretación respetando dos ideas centrales
- Ofrecer el mejor academicismo moderno de la Biblia reflejando el modo en el cual la misma es estudiada en las Universidades. Este deseo surge desde una profunda convicción que la aproximación académica no solo que no quebranta al judaísmo del modo que las generaciones previas argumentaron, sino que por el contrario lo potencia. De hecho, la Biblia misma es tan grande, verdadera y profunda que puede tolerar y superar cualquier aproximación. Creer que no podría hacerlo es disminuir su valor como verdad.
- Preservar todo el abanico de interpretaciones posibles que reflejan el compromiso judío con la Biblia por los últimos 2000 años. Esto significa que para todos estos editores el comentario de los rabinos medievales no es considerado obsoleto o «fuera de moda» sino incorporado y estudiando con la misma seriedad con la cual se utilizan las herramientas modernas: contemplando en qué período histórico fue escrito cada comentario (es decir en qué año vivió quien escribió el comentario y cuál era el contexto social, político y religioso que lo llevó a interpretar de una manera y no otra).
La postura judía ante la Biblia
La esencia de la interpretación judía de esta obra está presente en el hecho que todos los académicos que han contribuido son judíos y comparten ciertas ideas en común:
- Ven el Tanaj como una obra completa y no como una parte de algo más o el preludio del Nuevo Testamento. Para ellos la Biblia es el Tanaj, ni más ni menos.
- Evitan palabras como «Bibla Hebrea» ya que es una redundancia desde la perspectiva judía: ¡los judíos no tenemos otra Biblia que la que está escrita en hebreo! Algunos cristianos la llaman «Biblia Hebrea» como sustituto de «Antiguo Testamento» para distinguir a la Biblia de las traducciones griegas o del «Nuevo Testamento».
- Se toman muy en serio el texto tradicional masorético.
- Utilizan solo los comentarios rabínicos como parte de la interpretación posicionándose así en el continuo más amplio de la exégesis judía
- Explican cuando un pasaje bíblico ha influenciado una práctica judía y cómo cierta interpretación ha construido el sentido con el cual educamos en la comunidad judía
Cómo leer la Biblia
Así como no hay una sola interpretación autorizada, tampoco hay una sola traducción posible de la Biblia. De hecho, las traducciones han sido siempre menos importantes para los judíos que los cristianos porque las lecturas litúrgicas judías de la Biblia (incluso hasta el día de hoy) han sido siempre en el Hebreo original, un lenguaje que hasta hace unos siglos la mayoría de los judíos si bien no eran expertos en su gramática, al menos comprendían. Para los judíos la Biblia oficial es la versión del texto masorético; nunca ha sido reemplazado por alguna otra traducción oficial (como sucede por ejemplo con la Vulgata, la traducción oficial de la Iglesia Católica). De todos modos, como desde el período postbíblico muchos judíos ya no entendían el hebreo antiguo de la Biblia (para muchos ya en su propio contexto el hebreo era un idioma que no se utilizaba cotidianamente ni se entendía), comenzaron a surgir las primeras traducciones hechas por judíos para judíos.
Finalmente, uno de los desafíos más grandes al leer la Biblia de principio a fin es que, a pesar que parecería contener una historia que se desarrolla en forma cronológica, no hay una sola manera de leer esta obra en su totalidad. La Biblia es una colección de libros muy diferentes que fueron puestos todos juntos en uno solo por un grupo de editores quienes decidieron qué entraba y que no entraría. Esto se refleja ya en los diferentes órdenes que han sobrevivido en los manuscritos judíos y en los textos rabínicos. Hasta el día de hoy muchos prefieren leer material acerca de la Biblia antes de lidiar con el texto en si mismo. Para muchos judíos de ayer y hoy es más simple que alguien les lea y les interprete la Biblia en lugar de sentarse ellos mismos a intentar descifrar el significado por cuenta propia. En ese sentido mi Biblia favorita es maravillosa: posee ensayos sobre la historia de la interpretación judía, las traducciones judías, midrashim, el lugar de la Biblia en el pensamiento filosófico judío, el místico y en las tradiciones litúrgicas (cómo se utiliza la Biblia en el rezo y dentro del Sidur).
Aunque no trabajo para la editorial Jewish Publication Society que realizó esta espectacular versión de la Biblia, solo quiero nuevamente recomendar que adquieran una copia (¡si es que leen inglés!) porque voy a ir compartiendo mucho de lo que allí se encuentra. Es en este sentido que esta publicación persigue una doble finalidad: explicarles qué significa y distingue la aproximación académica de otras lecturas; y poder simplemente enlazar de ahora en adelante a esta misma publicación cada vez que siga utilizando mi Biblia favorita.
Me gustaría saber, ¿qué Biblia utilizan ustedes?