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Judíos & Judaísmo

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Ernest Bloch y la música clásica con temática judía

02/06/2013 por Jonathan Kohan Deja un comentario

 

Sin lugar a dudas, Ernest Bloch es el máximo exponente de la música clásica de temática judía, tanto en relación al título de sus obras como en los elementos musicales de las mismas.  A su vez, formó parte de la elite judía académica, artística y cultural que emigró en los años ’30 hacia los Estados Unidos a causa del ascenso del nazismo en Europa.

Bloch nació el 24 de julio de 1880 en Ginebra y desde pequeño mostró condiciones para la música. Estudió violín con Louis Rey y composición con Emile Jaques-Dalcroze. Posteriormente fue alumno de Eugene Ysaye y Francois Rasse en Bruselas. No obstante, la principal formación e influencia Bloch la recibiría en Frankfurt de la mano de Ivan Knorr.

El estreno en París de su ópera Macbeth en 1910 le valió reconocimiento musical, pero Bloch volvió a Ginebra para ingresar al negocio familiar mientras componía, dirigía conciertos y daba conferencias en el conservatorio local. En 1917, el exitoso estreno a cargo de la Sinfónica de Boston de sus Trois Poèmes Juifs  alentó al compositor a radicarse en los Estados Unidos, donde adquirió la nacionalidad en 1924.

Durante su cargo como director del Conservatorio de San Francisco (1925 – 30), Bloch entabló amistad con el Cantor Reuben Rinder, de la congregación Emanuel. Fue esta sinagoga la que le encargó a Bloch su Avodat Hakodesh, para lo cual Bloch estudió durante un año la música y los textos sinagogales utilizados para los servicios matutinos de Shabat, a los cuales la obra está consagrada. Gran parte de la obra fue compuesta durante el regreso del compositor a su Suiza natal en los comienzos de los años ’30.

Escapando del creciente antisemitismo europeo y para conservar su ciudadanía, Bloch regresó finalmente a los Estados Unidos en 1940 y aceptó un puesto en la Universidad de California en Berkeley, donde dio clases hasta su retiro doce años más tarde. Pasó sus últimos años en Agate Beach, Oregon, durante los cuales recibió varios premios, incluido el New York Music Critics’ Circle Award y la primera medalla de oro en música de la Academia Americana de Artes y Letras por su Cuarteto de Cuerdas Nro. 2 (1945). Murió el 15 de julio de 1959.

Algunas de sus composiciones de temática judía son:

  • Trois Poèmes Juifs para orquesta (1913, Satigny)
  • Israel, sinfonía para orquesta (1916, Ginebra)
  • Schelomo,  rapsodia hebrea para cello y orquesta (1916 Ginebra – Nueva York)
  • Baal Shem para violin y orquesta (1939)
  • Suite Hébraïque, para viola (o violin) y orquesta o piano (1951, Agate Beach)
  • Avodath Hakodesh para barítono, coro y orquesta(1933, Roveredo-Ticino)
  • Méditation Hébraïque (1924, Cleveland)
  • From Jewish Life (1925, Cleveland)

De algún modo podríamos decir que la obra de Bloch es la coronación del encuentro entre la tradición musical judía europea y la música clásica iniciada en el centro del Viejo Continente a comienzos del siglo XVIII. Particularmente, Havodat Hakodesh es un inmejorable ejemplo de cómo la estética de la música clásica puede ponerse al servicio de la liturgia judía, innovando estilísticamente pero manteniendo la solemnidad propia del servicio religioso hebreo.

Enlaces:

Havodat Hakodesh, completo en dos partes:

 

Avodá, con Yehudi Menuchin en violín:

 

Plegaria, de “From Jewish Life”, con el cellista israelí Amit Peled:

 

Schelomo, dirigido por Leonard Bersntein y con el consagrado cellista Mstislav Rostropóvich:

Archivado en: Música Judía Etiquetado como: berkeley, cantor, ernest bloch, israel, macbeth, nueva york, shabat, sinagoga

¿Qué es un Jazán?

23/05/2013 por Jonathan Kohan 2 comentarios

El rol del Jazán hasta el 1800 EC

El orígen del jazán se remonta a los primeros siglos de la Era Común. Originalmente supervisor sinagogal encargado de controlar que la incipiente liturgia judía fuese cumplida según la ley religiosa imperante, con el tiempo el jazán abandonó esta función para dedicarse a dirigir a la congregación durante los servicios religiosos.

Durante la Edad Media se consolidó el núsaj (motivos musicales utilizados en la liturgia judía) y los teamei hamikrá (signos de cantilación para la lectura pública de las Escrituras). De esta forma, el jazán ya no sólo era el sheliaj tzibur (“emisario de la congregación”), sino quien poseía los conocimientos y habilidades necesarios para la correcta y agradable conducción de los servicios religiosos. Además (sobre todo en Medio Oriente), solía también crear y musicalizar himnos religiosos.
 
 

El Jazán luego del 1800 EC en el Mundo Moderno

Con el advenimiento de la Emancipación en Europa Occidental, los jazanim comenzaron a estudiar en conservatorios y se transcribió la tradición musical sinagogal que hasta ese entonces era puramente oral. Este paso permitió que se estandaricen melodías y la formación litúrgica fuese más sistemática alentándolos a publicar versiones de su autoría. Se crearon además complejas obras corales que requerían cantores versados en el nuevo estilo. Salomón Sulzer en Viena, Samuel Naumbourg en París y Louis Lewandowski en Berlín (este último considerado el primer director profesional de coro sinagogal de la historia) son los compositores más representativos de este estilo. Estas innovaciones también llegaron más tarde a Europa Oriental, pero no subyugaron el virtuoso estilo tradicional. Por otro lado, el mundo judío de Medio Oriente continúa en su mayoría el estilo litúrgico medieval hasta nuestros días.
 
 

“La Era Dorada de la Jazanut”

La turbulencia social y política de fines del siglo XIX produjo una masiva migración judía de Europa hacia América, principalmente Estados Unidos. Estas olas inmigratorias incluyeron a muchos de los más importantes jazanim de Europa Oriental. La intensa vida cultural y el surgimiento de la industria fonográfica los convirtieron en verdaderas estrellas, en lo que se conoció como “La Era Dorada de la Jazanut”, que duró casi medio siglo. Es en este período que encontramos a Yossele Rosenblatt, Mordejai Hershman, Zawel Kwartin, Moshe Koussevitzky y otros, como exponentes de la virtuosa jazanut europea consolidada en América. Una notable y trágica excepción fue la de Gershon Sirota, quien optó por quedarse en Europa y murió junto a su familia en el ghetto de Varsovia.
 
 

La jazanut a partir de 1950

Durante la segunda mitad del siglo XX se desarrolló en América una nueva jazanut, de identidad cultural más lejana a las tradiciones europeas. Se popularizaron los institutos de formación de lógica universitaria y títulos oficiales; se delinearon nuevos estilos influidos por la música local (tanto académica como popular); los rabinos pasaron a compartir el protagonismo litúrgico; el canto congregacional se impuso por sobre la pirotecnia vocal; y, principalmente, las nuevas audiencias nacidas en el Nuevo Mundo eran cada vez más distantes a la vieja jazanut europea.
 
 

El Jazán hoy

En la actualidad somos testigos de la convivencia de dos tipos de jazanut: la tradicional, centrada en el virtuosismo vocal y los giros estilísticos típicos de la vieja escuela; y una nueva jazanut, centrada en la labor comunitaria y el trabajo en equipo con el resto del clero sinagogal. En una visión global, podríamos pensar a la jazanut contemporánea como una vuelta a su función pública inicial, aunque revestida de una cultura musical practicada en cada sinagoga durante siglos.
 
 

Para comparar estilos:

La vieja escuela: Mordejai Hershman interpreta «Elu Devarim», variación sobre el núsaj tradicional europeo para la lectura litúrgica de pasajes talmúdicos.

 

Las innovaciones del siglo XIX: «Ma Tovu» Louis Lewandowski (órgano y coro mixto presentes en la versión original).

 

Jazanut conteporánea: «Ismejú vemaljuteja», de Meir Finkelstein. Fusión de melodía congregacional de estilo tradicional con armonización contemporánea, que incluye un recitativo típico de la jazanut tradicional.

Archivado en: Educación Judía, Música Judía Etiquetado como: cantor, ghetto, Jazanut, mundo moderno, sulzer, yossele rosenblatt

El Jazán Yossele Rosenblatt – Última Parte

06/05/2013 por Jonathan Kohan Deja un comentario

Para poder pagar a sus acreedores, Rosenblatt comenzó una agotadora serie de apariciones en el vaudeville (la forma de entretenimiento más popular de la época), con todas las complicaciones organizativas que implica un espectáculo que incluye un cantor litúrgico judío religioso. En 1926 renunció a su puesto en Ohab Zedek, aceptando una oferta de U$S 15.000 para oficiar en un auditorio de Chicago sólo para los servicios de Año Nuevo y el Día del Perdón.

 

En 1927, cuando Warner Brothers comenzó a pensar en el elenco para la primera película sonora, “El Cantante de Jazz”, Rosenblatt fue convocado para el personaje del viejo jazán, padre del personaje principal. Pero a pesar del ofrecimiento de U$S 100.000, rechazó el rol porque debía cantar el Kol Nidrei en una ambientación ficticia. Era tanta la fama de Rosenblatt que los productores le insistieron hasta que aceptó aparecer como sí mismo, cantando la canción “Yartzeit Licht”, en una ambientación de concierto. A pesar de su pequeño rol, Rosenblatt recibió la paga de una estrella.

Con el vaudeville en decadencia y cansado de no tener una sinagoga estable, Rosenblatt se incorporó a la Congregación Anshe Sfard de Brooklyn, en 1927. Pero luego de la crisis de 1929, la sinagoga no pudo pagarle y volvió a Ohab Zedek. De todas formas esto no duró demasiado, y su situación financiera se complicó.

En 1933 le ofrecieron un papel en la película “Sueño de mi pueblo”, cantando en sitios bíblicos relacionados con el texto de sus composiciones. Para Rosenblatt, visitar Eretz Israel era la realización del sueño de su vida, y además de trabajar en la película, dio conciertos y ofició en las principales sinagogas y ieshivot (academias rabínicas) de Jerusalén, Tel Aviv y otros lugares. Pasaba las tardes de Shabat en el hogar del Rab Kook, el Gran Rabino de lo que era entonces Palestina, quien estaba muy conmovido por su cantar.

Rosenblatt decidió emprender una gira de conciertos en Europa para juntar fondos que le permitieran asentarse en Eretz Israel. El Shabat del 17 de junio de 1933 ofició un servicio de despedida en la Sinagoga Jurva, en Jerusalén. Al día siguiente, luego de filmar una escena en el Mar Muerto, Rosenblatt sufrió un repentino ataque al corazón. Unos instantes después, falleció a los 51 años. Más de 5.000 personas asistieron a su funeral en el Monte de los Olivos, y mientras que el Rab Kook hizo el hesped (elegía), dos de sus más famosos colegas, Mordejai Hershman y Zavel Kwartin, cantaron las plegarias. Unos pocos días después en Nueva York, unos 2.500 devotos asistieron a un servicio conmemorativo en el Carnegie Hall.

El impacto musical de Rosenblatt sigue sintiéndose aún en la actualidad. Muchas de sus obras se convirtieron en clásicos del repertorio litúrgico ashkenazí y son cantadas regularmente en oficios sinagogales y conciertos, y sus discos se han reeditado constantemente. Su mayor éxito fue la grabación de “Shir Hamaalot”, el salmo 126, en una versión compuesta por Minkowsky. Esta melodía se volvió tan popular que cuando el Estado de Israel estaba buscando un posible himno nacional, fue propuesta como un serio candidato.

Musicalmente hablando, ¿qué hace a Rosenblatt tan especial? En primer lugar, sus recitativos están llenos de hermosas emotivas y melodías. Además, fue uno de los grandes maestros de la jazanut, y sus obras están llenas de matices que sólo son alcanzados por unos pocos cantores. Finalmente, cada una de sus piezas son un oratorio en miniatura, con dos o más secciones musicales completas que pueden contener momentos de recitativo operático, retazos de melodías folclóricas y grandes secciones de jazanut improvisada.

 

«Shir Haamlot», el gran éxito de Rosenblatt

 

 

Archivado en: Música Judía Etiquetado como: cantor, eretz israel, Jazanut, kol nidrei, ohab zedek, sinagoga, vaudeville, yossele rosenblatt

El Jazán Yossele Rosenblatt (segunda parte)

30/04/2013 por Jonathan Kohan 1 comentario

La reputación de Rosenblatt se esparció rápidamente en Nueva York, y la flamante estrella era convocada a todos los eventos filantrópicos y conmemorativos judíos de la ciudad. En mayo de 1917 una multitud llenó el teatro del Hipódromo a beneficio de los judíos que sufrían en Europa las consecuencias de la guerra. Rosenblatt fue la atracción de la velada, y fue este evento el puntapié inicial de una gira de 30 ciudades.
 
La aparición de Rosenblatt en Chicago marcó el siguiente punto de inflexión en su carrera. En el evento estaba invitado Cleofonte Campanini, director general de la Ópera de Chicago, quien luego del concierto le ofreció U$S 1.000 por presentación por cantar el papel de Eleazar en la ópera de Halevy “La Juive”. Campanini delineó un contrato con condiciones que asegurarían que Rosenblatt no tuviese que comprometer sus convicciones religiosas: podría mantener su barba; no tendría que presentarse en Shabat o Iom Tov; se le daría comida Kosher, y si se sentía incómodo con aparecer en el escenario con mujeres gentiles, se arreglaría que sus compañeras fuesen sopranos judías como Alma Gluck o Rosa Raisa. Finalmente, Rosenblatt no pudo llegar a un acuerdo, pero para no herir los sentimientos de Campanini le pidió al presidente que Ohab Zedek, Moritz Newman, dar la última respuesta. Newman le escribió a Campanini que “el puesto religioso del Rev. Rosenblatt en la sinagoga no le permite presentarse en el escenario de la ópera”.

A pesar de negarle sus talentos a la ópera, ni Rosenblatt ni su congregación vieron problema alguno en que aquel realizara conciertos de música judía o secular. Rosenblatt estaba orgulloso de ser presentado como “el tenor judío”, y en mayo de 1918 brindó su primer recital en el Carnegie Hall. Las críticas de los diarios de Nueva York fueron muy positivias: “Tenor judío triunfa en concierto”, aclamaba el New York American, agregando: “El Cantor Rosenblatt muestra una voz de belleza excepcional, evocando aplausos estruendosos con música alejada de su campo habitual”. Algunas críticas fueron menos entusiastas sobre su aventura en las arias de óperas, pero aclamaron la agilidad vocal desplegada en las obras de jazanut y también sus canciones en Ídish.

Para poder rechazar ofertas de otras congregaciones, Ohab Zedek le pagaba ahora a Rosenblatt el salario récord de U$S 10.000 al año. Rosenblatt también estaba ganando enormes honorarios por sus conciertos y regalías por sus grabaciones, pero a medida que crecían sus ingresos, también su filantropía y su generosidad hacia varios miembros de su familia a quienes ayudaba aparte de mantener a sus ocho hijos. Las muchas organizaciones judías que solicitaban su ayuda no solamente recibían conciertos a beneficio sino que también donaciones de su propio bolsillo. Además, por su hogar pasaba una procesión constante de necesitados, que sabían que nunca los dejaría ir con las manos vacías. Pero Rosenblatt era generoso hasta lo perjudicial. En 1922 aceptó invertir en un dudoso emprendimiento de un diario en ídish, y en enero de 1925 se vio forzado a declarar la bancarrota.

Continuará…

Uno de los éxitos de Rosenbllat, «Keili, Keili»

 

 

 

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El Jazán Yoseele Rosenblatt (primera parte)

20/04/2013 por Jonathan Kohan Deja un comentario

Ningún otro jazán (cantor litúrgico) obtuvo tanta fama y popularidad en audiencias judías como gentiles sin resignar a su trabajo sinagogal como Yossele Rosenblatt. Obviamente, ha habido jazanim que llegaron a tener fama mundial, como por ejemplo Richard Tucker. Sin embargo, en el caso de éste y otros, la labor sinagogal fue sucedida por el ingreso al mundo de la ópera, dejando la jazanut para oficios esporádicos y grabaciones específicas. A pesar de haber rechazado ofertas para aparecer en la ópera, Rosenblatt fue toda una estrella del mundo del entretenimiento norteamericano en la década del ’20, siempre usando su gran kipá (solideo) negra y su levita. Su popularidad se mantuvo incluso por décadas luego de su muerte.

Yossele (el primer niño de la familia Rosenblatt luego de nueve niñas) nació en 1882 en el shtetl (aldea judía de Europa Oriental) ucraniano Belaya Tserkov. Su padre, un judío religioso jasídico del movimiento Ruzhin que frecuentaba el tribunal del Rebe de Sadagora, era jazán. Al reconocer el extraordinario talento de su hijo, el padre de Yossele comenzó a realizar giras para ayudar económicamente a su familia. Mientras al padre oficiaba los servicios religiosos, era el wunderkind (niño prodigio) a quien las multitudes iban a escuchar.

A los dieciocho años y recién casado, Rosenblatt aceptó su primer puesto permanente en Munkacs, Hungría. Su genio compositivo ya había empezado a florecer, y en poco tiempo la ciudad resultó insuficiente para su talento. Cuando se realizó una selección para ocupar el puesto de Oberkantor (cantor principal) en ciudad de Presburgo (actual Bratislava), con muchas más perspectivas laborales que Munkacs, Rosenblatt fue elegido a sus dieciocho años de entre más de 50 candidatos.

Midiendo no mucho más de 1,50 mts., Rosenblatt era toda una figura con su barba oscura y densa, y su apariencia humilde. Tenía una magnífica voz de tenor de gran belleza y rango extraordinario, con un falsete remarcablemente ágil. Además, tenía afinación perfecta y podía leer complejas partituras a primera vista. El timbre dulce de su voz, su excelente control sobre todo en pasajes de coloratura y su “sollozo” distintivo inspiraban a los devotos y emocionaban a la audiencia de sus conciertos. Asimismo, gran parte de lo que cantó y luego grabó era de su propia autoría, influenciada significativamente en su musicalidad por su entorno jasídico.

Sus cinco años en Presburgo fueron testigos de la composición y publicación de 150 recitativos y piezas corales, y en 1905, la primera de numerosas grabaciones fonográficas. Pero a pesar de ser feliz en la ciudad, la demanda de una familia en crecimiento y de sostener económicamente a varios parientes a quienes albergaba en su hogar lo forzaron a buscar un puesto mejor pago. Este puesto lo encontró en Hamburgo, Alemania, donde nuevamente ganó admiración instantánea. Rosenblatt permaneció en esta ciudad cinco años.

Para esta época, la fama de Rosenblatt había comenzado a llegar al Nuevo Mundo tanto a través de sus grabaciones como por intermedio de relatos de viajeros, entre ellos los delegados del Congreso Sionista de 1909, con sede en Hamburgo. En 1911, la comisión de la Primera Congregación Húngara Ohab Zedek de Nueva York invitó a Rosenblatt a oficiar por dos Shabatot, cubriendo todos los gastos del viaje y garantizándole un honorario considerable. El éxito fue inmediato y pronto telegrafió a su mujer para que traiga a su familia a América.

La histora continuará en la próxima publicacion con la llegada de Rosenblatt a los Estados Unidos…

 

Una de las composiciones más populares de Yossele Rosenblatt, Hineni

Archivado en: Música Judía Etiquetado como: cantor, Jazanut, richard tucker, Rosenblatt, shtetl, tenor, wunderkind, yossele rosenblatt

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Acerca del Autor

 Hola, soy Diego Edelberg, el fundador del blog Judios&Judaismo.com. Me apasiona todo lo relacionado con la música, el judaísmo, la interpretación, la educación, la mitología, la filosofía, la religión, la ciencia, la historia, el arte, la física, la cosmología, la evolución, la sociología, la epistemología, la metafísica, la cabalá y en especial aquello que resulta contradictorio, paradójico y absurdo. Para conocer más sobre mi y de qué se trata mi blog visitá la sección Acerca del Autor

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