El año pasado el Rabino David Golinkin escribió un excelente artículo sobre lo que un rabino debería saber y hacer. Quisiera en esta publicación complementar dicho artículo con lo que un un rabino además debería ser. Me refiero a principios relacionados con el carácter rabínico y su personalidad más allá de la información que posee y las habilidades que puede ejercer. Considero que sin estos principios, el saber y hacer descrito en el artículo del Rab Golinkin es beneficioso para un rabino académico pero no suficiente para un rabino que decide servir en una sinagoga.
Estos #7 principios deberían regir la propia conciencia diaria del rabino. El orden en que los presento no tiene ningún tipo de jerarquía. Todos son igual de importantes para desarrollar una tarea digna sirviendo a Dios, la Tora y al pueblo de Israel. Si bien están escritos todos en masculino, los mismos aplican para las rabinas.
#1 Piensa como un líder, no como un jefe
Hay una diferencia entre hacer gestión y liderar. Un jefe se ocupa de la administración, trata de hacer cosas específicas con objetivos finitos: operaciones diarias necesarias para realizar las tareas tácticas. Un jefe es muy importante. El rabino no puede pensar como un jefe. Tiene que pensar como un líder. Y el líder se enfoca en las personas. Se ocupa menos de lo que uno está haciendo y más de quién es uno en este mundo y quién debería llegar a ser en esta vida. El líder está 100% disponible para manejar el lado humano de las cosas.
Cuando estamos constantemente preocupados por la táctica o el método (por ejemplo, qué plazos cumplir, qué métricas alcanzar, qué proyectos enviar) tenemos menos tiempo para cuidar a las personas que hacen que todas esas cosas tácticas sucedan. Por eso los líderes no son responsables de los resultados. Los líderes son responsables de las personas responsables de los resultados. Y sin el apoyo apropiado en su gente, el líder pierde su rol y tiene que asumir una mayor responsabilidad por la táctica o el método. Pero para un líder ambas cosas (la táctica o el método) son un medio, no un fin.
El rabino entonces tiene que enfocar su energía en liderar desde el amor y construir relaciones con su gente para que puedan por un lado confiar en ellos mismos y, por otro lado, confiar en la misión y propósito del rabino que, al fin de cuentas, ni siquiera lleva a cabo su misión personal sino el destino de algo mucho grande: la prosperidad de su comunidad y su pueblo. Así vemos que el mejor líder no es el que presiona con miedo ni espera que todos sean como él. Sino el que eleva a su gente descubriendo las cualidades únicas que cada uno trae y los empodera para que asuman la responsabilidad de lo táctico, desplegando su propio potencial personal en pos del propósito altruista, deviniendo también así en líderes de su destino y su pueblo. El rabino en su liderazgo debe mirar y planificar objetivos infinitos y de largo plazo.
#2 No refleja, lidera
Desde la perspectiva de Dios, un rabino es un ser humano igual a cualquier otro ser humano. Su particularidad es que decidió asumir la función de rabino y su comunidad lo ha reconocido como tal. Una vez asumida o representada la función, el rabino ya no refleja a su comunidad: la lidera. Si quienes forman parte de la comunidad deciden que ya no es importante respetar ciertas mitzvot porque resultan incómodas, entonces el rabino no refleja esa decisión haciendo lo mismo. Por ejemplo, el rabino no deja de comer kasher si en su comunidad la gente dejó de comer kasher. De la misma forma, si la comunidad sostiene un principio que el rabino cree que se contradice con los valores de la tradición, entonces no lo refleja acomodando a la tradición sino que lo lidera mostrando el camino correcto. Para esto es fundamental entender que el rabino no está al servicio del deseo y la ideología de los miembros de su comunidad como si estos fueran clientes que debe satisfacer ajustando la tradición para que encaje con el deseo de cada individuo y lo que le queda cómodo. Por el contrario, el rabino junto a su comunidad desarrollan un acuerdo tácito de disciplina espiritual que tiene demandas sobre todos los adherentes con el objetivo de desafiar (¡no frustrar!) el crecimiento espiritual de todos, tanto del rabino como los miembros de la comunidad en cada nivel en que se encuentran.
Los rabinos eligen hacer la función rabínica (nadie los obliga a hacerlo) y al ser reconocidos por lo demás en dicha función, deben ser el ejemplo en su servicio a Dios, la Tora e Israel. Un rabino que refleja las decisiones de los miembros de su comunidad es tan absurdo como un padre que refleja a sus hijos cuando estos hacen un berrinche o pataleta. Si un miembro de su comunidad ha realizado una transgresión y ahora espera que el rabino haga lo mismo para sentirse cómodo, es el equivalente a un padre que se tirar al piso, llora y patalea como su hijo de 3 años. Lo mismo el maestro que nunca debe ponerse al nivel del estudiante. El rabino debe ponerse y mantenerse a la altura del rabino mismo y no reflejar la vida de quienes no son rabinos. Se espera entonces que el rabino progrese en su ser y hacer mientras contagia ese entusiasmo en su comunidad y la lidera como un modelo ejemplar. Pero obviamente no se espera que sea perfecto. El rabino no es Dios.
#3 El camino dorado – El punto medio (שביל הזהב)
Para liderar y no reflejar a su comunidad (ver el punto #2 arriba), un rabino debe hacer el esfuerzo por vivir siempre en el punto medio entre el exceso y la ausencia de cualquier manifestación.
Por eso, el rabino no debe estar bronceado ni demasiado pálido; no puede ser musculoso o fitness pero tampoco descuidar su salud física llevando una vida que no es saludable; no debe estar obsesionado por su apariencia externa ni si combinan sus zapatos con el color de su corbata y sus anteojos como tampoco debería mostrarse descuidado o desarreglado; no puede comer demasiado ni tampoco no comer nada; no debe dormir hasta tarde ni tampoco dormir pocas horas; no debe manejar un auto de alta gama ni tampoco uno todo roto y descuidado. Todo lo que el rabino hace, dice, no hace o no dice comunica cómo es y qué piensa. No puede haber ausencia ni exceso de nada.
Entendiendo estos ejemplos, lo mismo debería aplicarse para su carácter: no puede ser una persona que “pierde los estribos”, grita, maltrata diciendo malas palabras y faltando el respeto a nadie ni tampoco puede ser una persona que nunca se enoja, parece inmutable y es incapaz de expresar emociones (de todas maneras jamás debería insultar, faltar el respeto ni decir malas palabras); no debe ser verborrágico al punto tal que no escucha a nadie ni tampoco debería permanecer siempre en silencio; debe ser prudente pero al mismo tiempo tener jutzpá (osadía) si una circunstancia lo requiere; no puede ser un ególatra ni tampoco ser tan humilde que niega su ser (ביטול היש); debe tener sentido del humor pero no ser demasiado payasesco ni usar la ironía en exceso; debe tener recato pero no al punto que no pueda mirar a otro ser humano a los ojos; debe discernir entre decir lo que debe ser dicho cuando es necesario pero nunca hacer lashón hara (difamar). Estos ejemplos son suficientes para entender esta idea.
En resumen, no deberíamos sentir que el rabino es demasiado “algo” o nada de “otro algo”. Siempre el punto medio. Siempre el lugar en donde no hay exceso ni abundancia de nada. El Rabino Salanter enseñó que “un rabino que todos aman no es un buen rabino; pero un rabino que todos odian no es un buen ser humano”
#4 Creador de instantes sagrados
A diferencia del liderazgo profético, sacerdotal y de la realeza de la antigua religión israelita descrita en la Biblia, el rabino representa para su pueblo un nuevo modelo de liderazgo histórico diferente a los anteriores. Su autoridad ya no es debido a un linaje sanguíneo sino que se establece gracias a su capacidad de interpretar un antiguo texto sagrado y mostrar su vigencia en la aplicabilidad a la vida corriente de su generación. El objetivo así es hacer del día a día una experiencia de humildad, asombro, amor y gratitud a través de textos en conexión con Dios, la tradición judía y el pueblo Israel. Ser un maestro de la descodificación y aplicación espiritual de estos textos con el propósito de vivir una vida de restricción y consagración (kedusha), y en ese proceso convencer a otros a que también lo hagan determinando una forma de vivir la vida por sobre cualquier otra que está disponible, es hacer realmente un milagro. El rabino que sirve una comunidad tiene que poder realizar este milagro interpretativo.
También, y a diferencia del rabino académico, debe creer en las vísceras que realmente puede usar la sabiduría ancestral judía y su conexión con Dios para hacer otro tipo de “milagro” diferente y que también ha sido parte de la tradición rabínica: ayudar a que la gente se pueda sanar rezando juntos, conversar con parejas para evitar divorcios, encontrar trabajo para quien está desempleado, convencer a la gente de vivir una vida de kedusha y emuna en lugar de adicciones o desesperanza; ayudar a que la gente entienda que es mejor donar su dinero en una causa noble y altruista que a su propio placer individual efímero.
Hacer “milagros” entonces no se refiere a levantar un vaso con la mente ni teletransportarse. El rabino como “hacedor de milagros” implica que literalmente puede cambiar la vida de otra persona a través del poder de sus palabras y acciones. La palabra justa en el momento preciso puede ayudar a reinterpretar un entorno transformando la vida de una persona de acuerdo a cómo percibe lo que le sucede. De la misma manera, un rabino puede hacer que un instante mundano se convierta “milagrosamente” en un instante sagrado a través del uso de sus palabras, gestos o rituales. Byron Sherwin escribe: “Cuando se le preguntó si podía realizar milagros como Eliahu y Elisha al estilo de resucitar a los muertos, el rabino de Kotzk respondió que preferiría poder resucitar a los vivos. Sin embargo, resucitar a los vivos es un milagro. A medida que las personas se enfrentan a la soledad, la falta de sentido, a los problemas de intimidad y al desenredo de las relaciones, el rabino efectivo tiene el poder de «resucitar a los vivos». Los sentimientos de soledad, falta de sentido, ira, culpa y negación están especialmente presentes en los momentos de pérdida. La muerte de un ser querido, un aborto involuntario, un divorcio, el «nido vacío» o la pérdida de un trabajo son momentos en que los individuos necesitan quien pueda “hacer el milagro” de resucitarlos”.
El rabino debe hacer estos “milagros”. Si no cree posible que pueda hacerlo es mejor que no sea rabino porque es contraproducente para él, para la gente a la que sirve y para el judaísmo mismo. En síntesis el rabino debe entender todo como milagroso y servir para que la gente no lo admire a él sino que a través de él recuerde el milagro de Dios.
#5 Un enamorado de los judíos
El Rabino David Wolpe cuenta que “la única manera de vivir un rabinato próspero es amando al pueblo judío”. Wolpe enseña que ni Dios ni la Tora pueden generar ese propósito tan fuerte como el amor al pueblo judío. Esto no significa solamente amar al pueblo judío y no a otros pueblos y otras culturas. Significa que el rabino tiene que realmente sentir amor por todo ser humano de buena voluntad sin distinción y particularmente por la gente judía que lidera. Debe estar genuinamente interesado por saber cómo están y cómo puede ayudarlos.
De acuerdo a lo que escribí en el #3 tampoco se trata de un exceso de amor. Todo en su justa medida. El rabino no puede ser una persona que pasa amorosamente el día entero con su gente a costa de no dedicar nada de su tiempo a su propia familia, su estudio y su desarrollo espiritual (tareas necesarias para así poder servir aún mejor a quienes lidera). Pero el rabino que solo estudia y es un erudito es sospechado por sus comunidades como alguien que pasa demasiado tiempo con sus libros en lugar de estar para servirlos y contagiarles el amor por el judaísmo. Nuevamente, el punto medio es la solución. De todas maneras, el rabino debe siempre recordar que la gente quiere que sepa su nombre cuando los salude y mucho más cuando los bendiga. Se requiere amor genuino. Para eso hay que amar al pueblo judío y el estilo de ser de los judíos (que no es un pueblo fácil sino de “cerviz dura” como dice la Tora). El rabino tiene que realmente amar al ser humano que tiene delante más allá de Dios, la Tora e Israel como «conceptos o ideas más abstractas» .
#6 Un visionario con una especialidad que sea noble y justa
Hay un mínimo que todo rabino de comunidad debería poder hacer (conducir ceremonias del ciclo de vida, el ciclo ritual del año y enseñar su tradición). Sobre eso, no todos pueden ser especialistas en todo. Por eso el rabino tiene que ir buscando y descubriendo su especialidad, aquello único y particular que combina lo mejor de sí mismo y que solamente él puede aportar. Esto se traduce en tener una utopía, una tierra prometida tan idealizada que uno dejará toda su energía con el objetivo de hacer avanzar esta causa porque no puede vivir sin eso. El objetivo de esta causa no es lograrla en la propia vida (eso es demasiado ego) pero sí pelear por algo que a uno lo moviliza como rabino porque siente que el mundo entero no debería existir sin esta causa y uno ha recibido la gracia y el talento de ser una de las personas indicadas para contribuir en su especialidad a que eso suceda.
Es importante aclarar que no es necesario que el rabino se invente una visión, utopía o especialidad. Tiene que descubrirla a partir de aquello que le sale bien y es bueno haciendo buscando dentro de lo judío heredado que tiene realmente incontables causas. Una vez encontrada su causa tiene que avanzar en ese propósito como especialista el resto de su vida mientras va desarrollando otras habilidades y conocimientos que se esperan de todo rabino. Es siempre bueno volver a recordar que es imposible que un rabino sepa todo de todo. Si así lo cree, ese rabino tiene que trabajar su humildad frente a Dios.
# 7 Sensible a la estética y jamás confundirla con la cosmética
Confieso que más de una vez experimenté una incomodidad física cuando una enseñanza profunda judía o un momento ritual absolutamente transformador fue arruinado por ausencia de estética rabínica. La expresión de lo sagrado demanda un sentido profundo de la estética. Sin embargo, se banaliza este sentimiento confundiéndolo con la idea de “show” o “entretenimiento”. Un rabino entiende la diferencia entre entretenimiento y transformación espiritual. Es sensible a esta diferencia y entiende que su mirada, sus palabras, sus gestos, su tono de voz, su manejo del tiempo (especialmente la cadencia de su hablar y los silencios) no están al servicio cosmético sino con el fin de generar una catarsis.
He visto rabinos impartir clases cuya temática era fascinante, interesante y apasionante y sin embargo el objetivo de invitar al estudiante a vivir una experiencia catártica transformadora en dicho encuentro fue totalmente desperdiciado por ausencia estética. Ni que hablar cuando esto sucede durante una liturgia (como es la lectura de un Salmo que ha sido concebido como una expresión de asombro radical mientras es recitado muchas veces con el mismo sentido estético de “los anuncios de las actividades semanales en la comunidad”) o un ciclo ritual (como una jupa, un bar mitzvah o una levaia) que es realizado sin la conciencia del momento único e irrepetible que se está atravesando.
Una vez más, la guía en el sentido estético es lo mencionado en el #3, siendo a su vez la característica que permea todas las demás del ser rabínico: el punto medio donde no hay exceso ni abundancia de nada.
angel dice
Yo creo que es una muy buena perspectiva acerca de un rabino, sin embargo; creo que no tan solo para el rabino, esto debería funcionar o sería esencial para todo homo-sapiens.
Diego Edelberg dice
muchos han compartido este idea en los comentarios, sin duda estos principios deberían influenciar a todos!
Un abrazo
Alexis dice
Muchas gracias Diego por tu entrega. Muy interesante tu mirada.
Gmar Jatimá Tová
Diego Edelberg dice
Gracias Alexis!
Un abrazo grande
luzby dice
Muchas gracias Diego,avanzamos con tus publicaciones.
Gmar Jatimá Tová !
Diego Edelberg dice
Shana Tova y gracias!
Es mi máximo deseo que todos podamos seguir avanzando!
María dice
Gracias Diego. Me imagino que este es el ideal de Rabino que quieres alcanzar y pido a Dios que así sea y que les envíe muchos «líderes» con esta conciencia de lo que tienen que ser (Y también saber y hacer ¿no?)
Shalom!
Diego Edelberg dice
Si!
Hay que ser, saber y hacer!
Todo es importante!
Un abrazo
Alhum Velasquez dice
Shalom Diego. Me edifica cada publicación que recibo, a pesar de mi edad sigo con ganas de aprender. Un abrazo desde Santiago de Chile.
Isabel dice
Gracias Diego por este artículo que tiende a presentar a un rabino que ve, siente y recurre a los medios para ayudar aquel que nesecita ayuda en general. Siguiendo desde luego ese mandamiento tan importante el de amar a tu prójimo como a ti mismo. Gracias Diego por compartir esta enseñanza. Gracias Isabel.
Diego Edelberg dice
Gracias Isabel por tus palabras.
De alguna manera esta descripción representa hoy mi ideal del rabino.
Es mi deseo que inspire a muchos más.
Un abrazo
Diego Edelberg dice
Nunca es tarde para seguir aprendiendo, de hecho es la prueba de la edad!
Otro saludo también desde Santiago de Chile!
Jorge Alejandro DelaVega dice
El punto medio es esencial:
What is the middle line? Is it the ability to act correctly between the two lines (left and right)?:
https://laitman.com/2010/09/the-middle-line/
The Middle Line Is The Straight Road To The Creator:
https://laitman.com/2012/10/the-middle-line-is-the-straight-road-to-the-creator/
Diego Edelberg dice
Gracias por compartir!
Interesante lo de Laitman también
Abrazo
Giovanni dice
Efectivamente, estos principios de Liderazgo, aplican para toda persona que quiere desarrollar al máximo su potencial de liderazgo
Diego Edelberg dice
Estoy de acuerdo!
Creo que todo liderazgo comparte mucho en común con otros liderazgos!
Marcos Jalif dice
Jatima Tova Diego querido, y felicidades por el engrandecimiento de tu familia.
Excelente aportación, consejo y guía.
Eres una autentico líder
Diego Edelberg dice
Gracias Marcos por tus palabras, saludos y buenos deseos!
Un placer aprender juntos!
Abrazo grande
Jana Aranda dice
Gracias Diego muchas gracias. En un artículo muy bueno , te deseo de todo corazón que seas inscrito y sellado para una vida dulce y buena con muchas bendiciones de BORE OLAM. Gmar Jatima Tova Umetuka
Diego Edelberg dice
Gracias Jana!
Los mismos deseos para ti.
Un abrazo
Israel Roldán dice
Excelente artículo, y pienso que no debe ser únicamente para los rabinos, sino en general, para toda la comunidad, en el entorno familiar, en el laboral, para el mundo, ¿No debemos ser luz para el mundo? obviamente sí, y en ello debemos serlo todos los que tratamos de seguir la torá lo mejor posible y en busca de esa perfección, que como humanos queremos llegar y ver tal cual esa utopía alcanzable con la fuerza de la fe en el Eterno.
Diego Edelberg dice
Amén!
Ojalá inspire para que todos sean rabinos!
Tu comentario me recuerda cuando Moshe dice «ojalá todos tuvieran la profecía que tengo yo».
Por eso, ojalá todos tuvieran la inspiración de los grandes maestros
Israel Roldán dice
Amén.
Juan Fernàndez dice
Shalom Shana Tova Que tenga un muy buen año lleno de alegría
y salud. muy maravillosa la enseñanza, son las cualidades de un rabino
en estos tiempo, si piensa asì estas en el camino correcto. Gracias por
compartir este conocimiento tan elevado.
Juan Fernàndez.
Diego Edelberg dice
Shana Tova Juan!
Gracias por tus palabras
Hugo Alejandro Alvarez dice
Hola Diego,comparto mucho el punto de vista que tu has fijado, es un complemento muy apropiado a toda esta trascendental labor rabínica, cabe decir que también me pareció muy importante estos puntos que se exponen en el texto; el liderazgo y el amor hacia el pueblo judío, porque así el rabino se entrega mas a su gente.Gracias te doy y muchas bendiciones.
Diego Edelberg dice
Gracias Hugo por tus palabras.
El amor hacia el pueblo es una de las cosas más importantes en la tarea de servir a los demás y no solamente a las grandes ideas.
Un abrazo
Gilberto Rosales Romero dice
Gracias.
Un articulo muy interesante, aplicable a todo ser humano en sus funciones diarias.
Diego Edelberg dice
Así es Gilberto, la idea es que también inspiré a todos!
Gerald dice
B¨H
Querido,
Gracias por profundas palabras y generar el eco pertinente en el ser. Entender que el Liderazgo es un dejarse iluminar por el Daat.Donde la oscuridad del ego le da paso a la luz.Donde los claros y oscuros se entremezclan entre sonrisas y llantos, emociones y lavados de alma. En un peregrinar en abrazo eterno
mazal tov por Pinjas.
Pd.
El milagro mas grande es ver a un niño,niña que llega A Ham Israel.
Kol Tub
Diego Edelberg dice
Gracias Gerald querido!
Ojalá pronto podamos seguir estudiando juntos!
Un abrazo grande
Nefertiti Dámarys dice
B»H»
Gracias por tan excelente instrucción. Meditare sobre ella y procurare siempre tenerla presente, pues no solo es importante para los Rabinos y Rabinas, también para todos aquellos que están llamados a liderizar equipos de índole social entre otros.
Diego Edelberg dice
¡Gracias, estoy de acuerdo!
MANUEL ISAIAS GARCES OLIVARES dice
SHALOM DIEGO JUNTO A TODA TU FAMILIA QUE EL ETERNO YHWH ELOHIM LOS SIGA CUIDANDO Y PROTEGIENDO, EL AMOR EN UN LIDER DEBE SER COMO FUE EL MESIAS COMO HIJO DEL ETERNO QUE DIO TODO POR LA TOTALIDAD DEL MUNDO TERRENAL.Y REALMENTE SERA BENDICIDO EN TODO LO QUE REALICE EN TODAS LAS AREAS.
AMEN. MANUEL.
edilberto dice
hola diego buenas tardes.son inportantes los puntos que enseñas para para una buena vida del liderazgo en el pueblo de Dios