Queridos Rabinos: ¡Gracias!
El judaísmo, es decir el conjunto de prácticas que los judíos hacemos y son tan familiares para nosotros hoy, es una creación rabínica. El judaísmo actual tiene poco que ver con las prácticas y pensamientos de los antiguos israelitas que leemos en la Biblia. En palabras más simples, el judaísmo es rabínico y no bíblico. Cada práctica y pensamiento judío en cualquier forma que hoy encontremos es el producto de un círculo de grandes pensadores a quienes llamamos “nuestros Maestros” y se hacían llamar a sí mismos “Rabinos”.
Estos hombres florecieron y desarrollaron su pensamiento durante los primeros 5 siglos de la Era Común (del 0 al 500). Por dicho motivo una de las formas en las que los historiadores definen este período de 500 años es utilizando el título de “Era Rabínica”. Es verdad que los orígenes del judaísmo se remontan a un tiempo muy anterior a la Era Rabínica. La Biblia es el documento fundacional del judaísmo y algunas de sus partes preceden a los escritos de los rabinos por más de mil años. Pero las prácticas de los antiguos israelitas que leemos en la Biblia no representan al judaísmo del modo que cualquiera de nosotros lo reconocería hoy. Fueron justamente los Rabinos quienes interpretaron el texto bíblico por nosotros y lo convirtieron, de alguna manera, en un “libro judío” que se refiere a prácticas judías.
Agadah y Halaja
Estas interpretaciones rabínicas ocurren por ejemplo con lo que llamamos agadah, es decir la narrativa “histórica” del judaísmo. Los Rabinos expandieron los relatos de la Biblia, contaron historias acerca de las historias mismas de la Biblia y crearon un impresionante tesoro de literatura rabínica que ha servido a la humanidad como fuente de inspiración para discusiones, pensamientos y debates sobre la teología judía y los valores que propone la tradición. Este es el caso también de lo que llamamos halaja, lo cual lidia con las formas de comportamiento apropiado dentro de un encuadre judío. Los Rabinos leyeron sobre las prácticas de los antiguos israelitas que son descriptas en la Biblia (prácticas relacionadas con los sacrificios, rituales de pureza e impureza y las festividades agrícolas) y las tradujeron hacia un nuevo estadio que nosotros hoy identificamos como judaísmo: plegarias organizadas siguiendo un texto particular; observancia del Shabat muchísimo más detallada de lo mínimo prescripto en la Biblia; conmemoración simbólica de las festividades agrícolas a lo largo del ciclo anual del calendario judío; junto a los aspectos que se relacionan con las configuraciones de un hogar y una familia judía y todo lo demás que podríamos enumerar. Sin la halaja, lo que nosotros hoy llamamos judaísmo nunca hubiese existido.
Un Judaísmo, Dos Verdades
Los Rabinos no fueron (ni siguen siendo) los únicos judíos que se relacionaron con la historia de los antiguos israelitas de la Biblia. Pero diferían de sus contemporáneos principalmente en la definición de una palabra: Tora. Los judíos contemporáneos a los primeros Rabinos creían que Dios había revelado la Tora en forma completa a Moisés en el Monte Sinaí y que esta Tora comprendía la ley básica de la comunidad sagrada de Israel. Sin embargo los Rabinos argumentaron que además de la Tora Escrita (Tora shebijtav; un término que designa la Biblia en general y los primeros Cinco Libros de Moisés en particular) ellos poseían todo otro material que llamaron Tora Oral (Tora shebaal peh) cuyo contenido estaba constituido por leyes y enseñanzas que extendían, explicaban, desarrollaban y en esencia expandían los mandamientos bíblicos (mitzvot). Cómo fue que los Rabinos entendieron la relación entre estas dos “Toras” es un tema de debate que continúa hasta nuestros días. Claramente para los Rabinos ambas “Toras”, la Oral y la Escrita, se habían originado en el exacto mismo momento de la revelación de Dios en el Sinaí y en conjunto definían, ambas “Toras”, el pacto entre Israel y Dios.
Midrash y Mishna
Los Rabinos que vivieron durante los primeros 200 años de la Era Común expresaron esta Tora Oral en dos formas literarias diferentes. La primera de estas formas es lo que llamamos midrash, una palabra que significa “interpretación” o “investigación”. Esta forma literaria presentaba a la halaja como el resultado directo de aquello que puede ser derivado del análisis del texto que se encuentra en la Tora Escrita. La segunda forma es la que llamamos mishna, una palabra que significa “repetición”. A diferencia del midrash una mishna es una sentencia de la Tora Oral que no necesariamente requiere una cita de la Tora Escrita como prueba: es válida en sí misma y es aprendida a través de la repetición en lugar de ser expresada en la forma de un comentario sobre un texto escrito. La relación entre estos dos métodos de estudio está sujeto a mucha controversia desde una perspectiva académica. Eventualmente el producto final de estas dos formas de aprendizaje fue puesto por escrito en la forma de libros que llevan estos mismos nombres: midrash terminó haciendo referencia a la colección de interpretaciones rabínicas de la Tora Escrita y mishna a colecciones particulares de sentencias de Tora Oral (plural mishnaiot) editadas por los Rabinos que las enseñaron a sus alumnos.
La Mishna
En la actualidad la palabra mishna es reconocida como el título de una de las tantas colecciones literarias y se le atribuye su autoría al Rabino Iehudá ha-Nasí (alrededor del 200 E.C). Esta colección rápidamente suplantó todas las demás colecciones convirtiéndose en el texto básico de estudio en las academias rabínicas en Palestina y Babilonia. Tal fue el reconocimiento de esta colección que terminó siendo considerada “la” Mishna y su editor, Iehuda ha-Nasi, es referido en la literatura posterior simplemente como Rabbi, sin la necesidad de agregarle otra calificación debido a su grandeza. El contenido de la Mishna que Rabbi compiló está ordenado por temas divididos en seis órdenes (sedarim) los cuales a su vez están subdivididos en tratados (masejot). Rabbi fue muy selectivo al momento de decidir qué iba a formar parte de su Mishna. De todos los textos que habían sido creados por los Rabinos hasta ese momento, Rabbi eligió una pequeña fracción dejando mucho material afuera. Por este motivo su Mishna parecería ser un compendio legal sobre la Tora Oral conteniendo las enseñanzas favoritas de Rabbi mientras se omiten aquellas enseñanzas que consideraba incorrectas.
Majloket
Pero a diferencia de otros compendios legales, la Mishna de Rabbi no contiene una única opinión sino que cita muchísimas opiniones individuales que generalmente están en desacuerdo con lo que opina la mayoría dentro de lo que se preserva en el texto mismo. Honestamente nadie sabe por qué Rabbi decidió preservar disidencias en su Mishna. Lo que sí sabemos es que a través de un estudio profundísimo la Tora Oral se convirtió en un diálogo continuo estructurado en la forma del desacuerdo entre los primeros Rabinos. A tal punto llega este desacuerdo que la metodología característica del judaísmo rabínico terminó siendo conocida como majloket, palabra que significa “disputa”. Si tuviéramos que explicar esto en palabras más simples podríamos decir que: no existe el judaísmo rabínico sin la Tora Oral y no existe la Tora Oral sin majloket, es decir sin argumento y debate.
Los «Talmudes«
Los Rabinos que estudiaron la Mishna de Rabbi durante los siglos siguientes en las academias rabínicas de Palestina y Babilonia produjeron también un material extraordinario que pasó a llamarse talmud, literalmente “estudio”. Y la palabra talmud, al igual que mishna y midrash, también terminó convirtiéndose en un nombre propio siendo el título de una colección particular de estos estudios. Como la Mishna de Rabbi era estudiada simultáneamente en dos locaciones diferentes, lo que tenemos son dos “Talmudes”: uno llamado Talmud Babilonio y otro Talmud Palestino (conocido como Ierushalmi entre los judíos). Ambos “Talmudes” superan ampliamente en contenido a la Mishna y están organizados como comentarios siguiendo los órdenes y tratados de la Mishna misma. A simple vista estos comentarios parecerían ser solamente un expansión de la Mishna. Pero son mucho más que eso. La literatura talmúdica discute en extensión no solo la Mishna sino los otros textos que Rabbi había decidido dejar afuera. Además el Talmud lidia con otros temas sobre halaja que no son -estrictamente hablando- parte de la Tora Oral. Estos temas incluyen instituciones creadas a partir de promulgaciones (takanot) o decretos (guezeirot) de los antiguos Rabinos como así también prácticas que se originaron por costumbre (minhag) de la comunidad. Los “Talmudes” (en especial el de Babilonia) contienen además mucho texto que encasillaríamos en la categoría de agadah: comentarios sobre narrativas bíblicas, relatos sobre las figuras bíblicas y los primeros Rabinos e incluso especulaciones concernientes a la naturaleza humana. En pocas palabras, todo lo que le interesaba a los Rabinos termina en el Talmud, el cual a su vez terminó convirtiéndose en una suerte de enciclopedia sobre la mente rabínica.
Si, no, puede ser
Si los consideramos libros de halaja, notamos que los “Talmudes” difieren ampliamente de la Mishna en estilo y aproximación hacia la búsqueda del sentido. La Mishna establece sus reglas en forma directa, generalmente sin utilizar una cita bíblica para justificar sus enunciados. Pero los “Talmudes” (especialmente el Talmud de Babilonia) posee una estructura dialéctica: la forma predominante es el debate, un estilo en el cual una proposición es anunciada, atacada, refutada y modificada a través de una discusión basada en argumentos y contra-argumentos. El método talmúdico del estudio de la Tora enfatiza así un hecho que todos honestamente sabemos: existe más de una posible respuesta frente a una interesante pregunta (una pregunta interesante es aquella que no se responde con un monosílabo). De ese modo -aunque no siempre- el Talmud no concluye sus argumentaciones con una declaración final que una respuesta o la otra es la única “correcta”. La mayoría de las veces nos deja con la impresión que más de una respuesta es “correcta”, que ambas posiciones tienen “razón” en lo que dicen y que de acuerdo a cómo está siendo planteado el problema pueden existir resoluciones diferentes e incluso conflictivas entre ellas mismas pero que individualmente otorgan “sentido” a la pregunta planteada dependiendo del contexto y la situación particular. En consecuencia los “Talmudes” -a diferencia de la Mishna- no pueden ser llamados “compendios” de ley judía. Son textos de estudio cuyo objetivo es ayudarnos como lectores a pensar un problema o una cuestión determinada del modo que los editores talmúdicos lo hubiesen hecho en lugar de servirnos como una sentencia autorizada de ley judía.
El tiempo pasa…nos vamos sacralizando
Sin embargo hay un fenómeno muy común en la historia de cualquier disciplina que eventualmente va constituyendo “clásicos” sobre ciertas obras. Con el paso del tiempo y por decisión colectiva de un grupo de seguidores, esos “clásicos” generalmente se convierten no solo en algo muy preciado puesto que otorgan pertenencia sino también en una suerte de “voz autorizada”. Así se establece una máxima que dicta algo así como “si han perdurado y han continuado hablándole a diferentes generaciones por miles de años tienen que ser verdad”. Más allá de cómo entendamos esta idea, no debería sorprendernos que con el paso del tiempo el Talmud de Babilonia (también conocido como Talmud Babli) se convirtió para muchos de los Rabinos posteriores en lo que originalmente no era: un libro sagrado de ley judía. Para la generación de Rabinos que continuó a los editores finales del Talmud de Babilonia, todas las declaraciones de la halaja debían ahora ser justificadas por evidencias y argumentos derivados del Talmud mismo. La razón por la cual terminó sucediendo algo así fue gracias un grupo de excelentes maestros judíos conocidos como los gaonim. Estos sabios eran los líderes de dos academias rabínicas llamadas Sura y Pumbedita las cuales estaban situadas (¡oh casualidad!) en Babilonia misma. La impresionante sabiduría de los gaonim sobre el Talmud de Babilonia (y no particularmente el de Palestina) no solo terminó poniendo a dicho Talmud como el más autorizado de los dos sino también terminó otorgándole a los gaonim la centralización internacional del devenir histórico judío durante los siglos VII al XI.
La grandeza gaónica
Localizados en lo que en poco tiempo pasaría a ser renombrado Bagdad -el centro político y comercial del Imperio Arábigo en su tiempo- estas academias rabínicas y sus líderes (los gaonim) mantenían un contacto directo con todas las comunidades judías dispersas a lo largo de tierras musulmanas y en menor extensión con aquellas otras comunidades bajo dominación cristiana ubicadas en Europa. Los gaonim eran realmente brillantes y, también gracias a la buena condición económica de la zona geográfica en la que vivieron donde podían estudiar sin mayores tormentos, se ganaron el respeto de todos los judíos del mundo. Individuos y comunidades enteras enviaban cartas a Bagdad con preguntas difíciles o discusiones sobre la halaja y los gaonim respondían con argumentos que estaban apoyados y justificados en interpretaciones derivadas de su propio Talmud (así que corrían con todas las ventajas: la obra más sagrada era de Babilonia y ellos jugaban de locales). Pero finalmente y por razones tanto externas como internas las academias y los gaonim comenzaron a declinar en prestigio y poder. Para ese entonces los judíos ya se habían acostumbrado por siglos a buscar las respuestas a sus preguntas en el Talmud de Babilonia que utilizaban los gaonim que allí se encontraban. Pero no había que temer puesto que los judíos disperos por el mundo ya habían comenzado a desarrollar escuelas rabínicas regionales y tradiciones intelectuales particulares que les permitiría estudiar el Talmud ahora por su cuenta sin necesidad de remitirse a otra locación o centro. (Si quieren conocer más de los gaoním les recomiendo la siguiente publicación: Bagdad y los Gueonim)
Comentarios, Compendios y Responsas
El estudio del Talmud concentró la atención de la mente rabínica por casi 1500 años produciendo una inmensa literatura que consiste en tres formas que se originaron con los gaonim: (a) comentarios sobre el texto del Talmud y otras obras rabínicas con la misión de explicar estos textos, resolver sus contradicciones internas y derivar nuevas ideas desde los mismos; (b) compendios , libros de ley judía que presentan los reglamentos halájicos de los Rabinos en consonancia con algún patrón organizativo; y (c) responsas, respuestas rabínicas a preguntas puntales concernientes a la ley judía y la práctica del judaísmo en un sistema del tipo preguntas y respuestas.
La última de estas tres formas requiere una atención especial. La literatura de tipo responsa es el género más grande de escritura rabínica por encima de todos los demás. Sabemos que existen más de tres mil volúmenes de responsa conteniendo más de trescientas mil respuestas (teshuvot) particulares. Cada responsa es una respuesta ofrecida por una autoridad hacia una pregunta (sheelah) particular que le ha sido enviada para ser juzgada. Junto con la respuesta, la responsa casi siempre contiene el razonamiento del autor, los argumentos que utiliza para justificar ésta decisión en lugar de otras posibilidades que habría que tener en consideración y todo esto es presentado basándose en la interpretación de la mayor cantidad de textos que esta autoridad posee al alcance de su mano. Las responsas son de inmensa importancia al estudiar la historia del desarrollo de la ley judía. Nos muestran claramente cómo es que la halaja se ha desplegado a través del tiempo, caso por caso y paso a paso, en respuesta a nuevas interrogantes, desafíos e incertidumbres que las generaciones pasadas no resolvieron o de hecho nunca tuvieron que enfrentar debido a diferentes inventos o cambios en el paradigma social de la humanidad.
Pero no solo eso, las responsas nos ofrecen también un vívido ejemplo de la mente rabínica en acción. En cada responsa nos metemos, por así decirlo, en el estudio del Rabino, su biblioteca personal y su contexto histórico particular para “verlo” finalmente realizar un acto de creatividad literaria. Así “vemos” al Rabino tomar textos antiguos y trasladarlos hacia nuevas sentencias de significado aplicando dichos textos a nuevas cuestiones para las cuales esos mismos textos no había sido escritos originalmente. El Rabino logra así derivar un nuevo entendimiento de un conjunto de palabras muy antiguas que nunca antes habían sido entendidas de ese modo alcanzando lo que el Zohar (el compendio medieval más importante del misticismo judío) llama en sus enseñanzas -en un hermoso arameo- milin jadatin veatikin, literalmente palabras nuevo-antiguas. En cada responsa se renueva la voz, se revive la Revelación y como lectores “escuchamos” un discurso rabínico en el cual la autoridad a cargo de la responsa formula un argumento que espera logre persuadir a sus lectores para ver el mundo de la Tora y la halaja de ésta manera en oposición a otra.
La Conversación de la Conservación
Finalmente podemos decir que todo este proceso nos revela algo muy importante sobre la ley judía. En la búsqueda de una sola idea que pueda expresar la naturaleza de la halaja -sin importar cuán imperfecta sea esta definición- podemos aventurarnos en dos palabras que se hacen una: conservación y conversación. La ley judía es un diálogo continuo que tiene como objetivo preservar la tradición entre los Rabinos, el pueblo judío y lo que va sucediendo en el mundo constantemente cambiante en el que vivimos. En la búsqueda de mantener vivo este viejo-nuevo discurso, los Rabinos constantemente arreglan los textos hacia nuevas estructuras de significado con el objetivo final de responder en forma judía a los desafíos presentes y futuros.
Al igual que la página del Talmud saturada de comentarios y comentarios de los comentarios que atraviesan quince siglos de pensamiento rabínico, la halaja es el territorio de discusión en el cual las generaciones pasadas conversan con las actuales a través del tiempo en un argumento que en esencia nunca llegará a una conclusión final irrefutable. El argumento nunca termina porque hay tan solo un par de respuestas que son claramente “correctas” y no requieren de una revisión crítica frente a las incontables complejas preguntas sobre la ley judía. De hecho nunca termina porque en la halaja no hay atajos, no hay manera de arribar a la respuesta que uno busca sino es a través de una conversación, la cual siempre será el producto de un convenio que involucra como mínimo dos opiniones. Determinar la respuesta “correcta” hacia una pregunta de Tora no es tan solo aplicar una plantilla de reglas y fórmulas. La halaja no conoce de índices automáticos de los cuales uno puede distinguir entre interpretaciones que son verdaderas o falsas. La respuesta “verdadera” emerge de un proceso de argumentación que se apoya en el Talmud (generalmente el Babilonio) e incontables textos rabínicos que soporten dicha respuesta. Pero esta respuesta es en esencia una conclusión tentativa cuya “verdad” se apoya en la habilidad que una escuela de pensadores tiene para persuadir a la comunidad rabínica que su punto de vista representa el mejor entendimiento de la Tora y de lo que probablemente Dios está demandando de nosotros.
Así uno comprende que envolverse en la halaja no significa solamente limitarse sino sumarse a un apasionante discurso generacional en el cual uno agrega su propio estilo vocal dentro del coro milenario del pueblo judío. El coro judío es la suma de todas las voces individuales que por casi dos milenios ha dado forma y substancia a la obra de Dios en la forma de consonancia, disonancia, armonía y contrapunto. Esta obra divina necesita de una forma cuya expresión es una ley que no solamente ordena la multiplicidad caótica de ruidos y sonidos sino que además otorga pertenencia y continuidad, los dos desafíos más grandes de nuestra generación como judíos.
*Esta publicación es una traducción, interpretación y recreación de la Introducción al libro «Jewish Living» escrito por el Rabbi Mark Washofsky
Maria Moreno dice
Diego,tienes una gran herencia, de extraordinaria belleza. Me impresiona la cantidad de textos que se han creado para el estudio, pareciera un sin fin,que uno me lleva necesariamente recurrir a otro para su mejor entendimiento y aplicación. Es decir que unos no pueden existir sin los otros,ya que se complementan.
Cuando te leo veo la enormidad cultural del Pueblo judío y me quedo sin palabras.
Gracias por haber presentado esta publicación sobre la Ley judía, para mi como estudiosa de la ley (ya que soy abogada) me ha parecido muy interesante,pues a diferencia de muchos de mis colegas siempre he creído que el Derecho que antecede al Romano y en cual se fundamentan todas las leyes, hasta muchas de las actuales; es sin lugar a dudas el Derecho Judío. Ojalá mas personas conozcan de la Hajala, hasta personas gentiles como yo ya que entonces su panorama se abriría a una riqueza enorme.
Observo que llevas acabo lo que Maimonides decía y que publicaste anteriormente: «si un Judío tiene algo importante que decir, debería hacerlo gritandolo para que todos lo escuchen» (perdón por no haberlo escrito tan fiel a tu texto si no a mi pobre entendimiento)
Diego Edelberg dice
Querida Maria,
Gracias por tus palabras. Me alegro mucho te gusten las publicaciones del blog.
Es así como dices, cuando empiezas a leer quieres leer más y más. Es como un viaje que nunca se acaba.
Yo voy haciendo lecturas en paralelo constantemente.
Gracias por tus comentarios. Son un estímulo grande para seguir escribiendo.
Saludos
Claudia dice
Diego, cada vez que leo tus publicaciones siento que me acerco mas a Nuestra Verdad, a la verdad de la humanidad,, al Verdadero y ÚNICO D-os Viviente!!! » Que tus Publicaciones sigan haciendo Efecto a Todos los que Buscamos la Verdad,,, Bendiciones para Ti y para El Pueblo Judio!!!! Shalom.
Diego Edelberg dice
Gracias por tus palabras Claudia.
Me entusiasman para seguir adelante.
Shalom
quintin reyes dice
gracias Diego ,como siempre que dios te cuide ?
Diego Edelberg dice
¡Gracias Quintín!
Julio Alexis Jiron Santiago dice
Impresionante a mi y a muchos de sus seguidores Diego nos gustaría saber como los Midrash, Mishna y los Talmudes pueden ayudar a cualquier persona en situaciones o problemas de la vida donde se nos guie a como actuar o responder a un suceso o problema una «FILOSOFIA DE LA VIDA» como seguir nuestro camino de la manera mas justa posible.
Gracias Diego sigue tu camino, recarga las baterías con la oración. Amen
Diego Edelberg dice
¡Qué buena pregunta Julio!
En lo personal no creo que los textos de la tradución judía sean exclusivamente para los judíos (¡una prueba de ello es este blog!). De hecho podrías por tu cuenta leer textos de la literatura rabínica (mishna, midrash y talmud) e intentar encontrar algo que sea significativo para tu vida. Pero la realidad es que en el judaísmo uno requiere de un maestro que pueda enseñarle cómo aproximarse a dichos textos puesto que uno puede llegar a entenderlos de maneras diferentes. En otras palabras, existe una manera «kasher» de leer textos de la tradición judía (la Biblia misma es un gran ejemplo de esto si pensamos cuán diferente leemos los judíos y los cristianos la historia de la «atadura de Isaac» cuando Abraham se propone sacrificarlo). Por eso es que uno debe leer dentro de un encuadre particular. Lo mismo ocurre con los textos de la literatura rabínica. Sacados de contexto uno puede derivar otros significados y por eso es importante estudiarlos con un maestro de la tradición judía (literalmente un Rabino) para comprenderlos desde adentro. Ni que hablar con los textos del misticismo y la Kabbalah que pueden ser mucho más obscuros y complejos.
Al mismo tiempo Julio, es posible extraer «filosofía de vida» de los textos de la literatura rabínica. Sin embargo debo recordarte que el judaísmo es más que una «filosofía de vida». Es de hecho «una forma de vida» que incluye no solo pensamientos o entendimientos judíos sino y por encima de todo esto prácticas judías (comer matza en Pesaj que comienza la semana que viene es un ejemplo de lo que estoy hablando). Sin las prácticas el judaísmo se convierte en un ejercicio intelectual muy profundo (lo cual es importante y ¡nuevamente prueba de ello es este blog!).
Creo que gran parte del contenido que comparto en J&J intenta finalmente responder tu pregunta. Mi aproximación utiliza textos de la tradición y los mezcla con situaciones de vida que muchos otros experimentan en escenarios y preguntas no necesariamente judías.
Espero mi respuesta te haya ayudado.
¡Gracias por tus bendiciones y buenos deseos!
iosef nava dice
Shalom Diego, extraordinario tu articulo basado en las ideas del libro «Jewish Living del Rabbi Mark Washofsky sobre La Halajá y el contexto del Judaismo Rabinico. Toda la historia Judia es controversial, por eso debemos estudiar el contexto judio de una manera muy amplia para comprendernos como pueblo y la relación con nuestro D-os, bendito sea, es importante la afirmación de que «El judaismo actual tiene poco que ver con las prácticas y pensamientos de los antiguos israelitas que leemos en la Biblia». Yo veo este desarrollo de la Halaja como una manera de preservar la identidad Judía a través del tiempo, teniendo como centro la Torá. Por eso me atrevo a decir que la autoridad de los Rabinos viene de la Torá Shebaal peh, y la autoridad de los sacerdotes en el antiguo Israel venía de Torá Shevijtav. Lo importante es la riqueza de la literatura judía, la cual nos nutre cuando la escudriñamos, para tener un panorama amplio desde el punto de vista étnico y religioso, y amar mas a nuestro pueblo. Todá Ravá Diego, un abrazo
Diego Edelberg dice
Shalom Iosef,
Así es, el artículo original está tan bien escrito que quería compartirlo retoncándolo un poco a mi estilo.
Es interesante tu comentario que «toda la historia judía es controversial». No sé si es así con todo pero ¿qué historia no sería controversial? ¿Cómo medimos las controversias?
Muchos coinciden contigo con la definición que diste «la Halaja como una manera de preservar la identidad Judía a través del tiempo, teniendo como centro la Torá». Ahora si bien puedo coincidir contigo a nivel histórico y crítico que hay una revolución con la escritura de la Torá Shabaal peh de los Rabinos, muchos judíos tendrían dificultades en aceptar la idea que los Cohanim no tenían idea de una Tora Oral y solo se guiaban con la Tora Escrita. Así y todo mucha evidencia histórica parecería también afirmar lo que planteas.
¡¡Muy interesante Iosef!!!
Otro Abrazo!
Rafael dice
Gracias Diego, suscribo al 300% el comentario que en éste mismo apartado hace María Moreno.
¿La Agadah y Halaja, el Midrash y Mishna, vendrían a contener: en lo que se basa y lo que necesita el «Alma Judía» a la hora de decidir o de juzgar un comportamiento?
«En cada responsa se renueva la voz, se revive la Revelación y como lectores escuchamos un discurso rabínico» que nos da pie para tomar una decisión o un comportamiento, conversando con el pasado. ¿Sería un Alma colectiva que funcionaria como el alma de cada persona, pero a nivel global? Tengo mi educación, mi formación, mi experiencia, mis valores, criterios, prioridades… mis deseos, mi voluntad y tomó una decisión: actuar según un determinado comportamiento.
Me parece maravilloso pero me da algo de miedo, me parecen demasiados preceptos. Me da la impresión personal de que yo procuraría ser un perfecto cumplidor, que a lo mejor se olvidaba del Amor:
– En los estudios: procuraría ser de los mejores, pero me olvidaría de los rezagados.
– En la empresa: me preocuparía de máximo beneficios con la máxima eficacia y eficiencia, pero me olvidaría: en mi barrio de los indigentes, y también del tercer mundo.
– En mi familia haría caso a los que protestan, y me aprovecharía de los que más me quieren.
¿Cómo se utiliza todo esto para logran un buen comportamiento?
Muchas gracias Diego.
Un abrazo.
Rafa
Diego Edelberg dice
Rafa,
No hay atajos en todo este torrente de material. Según los rabinos el estudio lleva a la acción correcta y lo que se intenta es preguntarse cómo actuar teniendo en cuenta un saber o tradición que es más grande que uno mismo al intentar definir lo bueno o lo malo, lo correcto o lo incorrecto.
En efecto, todo este material representa el alma eterna del pueblo judío. Cada generación establece el diálogo nuevamente con la generación anterior y con las miles pasadas. El amor se encuentra el descubrir de cada uno de estos viajes de aprendizaje.
Otra abrazo
Maria Raquel dice
hola Diego solo una palabra viene a mi mente al leer este articulo IMPRESIONANTE cada vez que leo articulos asi me sigo maravillando de como la Palabra de D-ios es tan certera tan sabia y le doy gracias porque te inspira en la creacion de estos articulos que nos revelan su Divina Presencia yo no soy judia pero quisiera serlo aunque gracias a ti podemos disfrutar de este caudal inmenso de sabiduria. Que el Eterno te siga inspirando creo que cada vez disfruto mas de tus articulos. D-ios te bendiga y te guarde.
Diego Edelberg dice
Hola Maria Raquel,
Me alegro que disfrutes leyendo sobre el desarrollo de la Ley Judía. El cumplimiento de mitzvot es uno de los más grandes desafíos para quienes no son judíos ya que ven estas prácticas como materialistas y forzadas (como algo de menos valor espiritual). Sin embargo para los judíos esto está completamente invertido y vemos la práctica de mitzvot como algo que manifiesta amorosamente la relación entre los humanos con Dios.
Por eso me alegra saber que este texto te inspira a entender más sobre la forma de vida judía.
Saludos
diego dice
Si el judaísmo es como tu lo haz mostrado y nos lo haz hecho notar, me arrepiento de no haber nacido judío. Shalom!
Diego Edelberg dice
¡Qué intensas tus palabras Diego!
En el judaísmo hay muchas opiniones diferentes sobre muchos temas. No todos los judíos y no-judíos están de acuerdo con mi manera de entender parte de la sabiduría judía. Pero eso no es un problema para mi ni tampoco debería serlo para otros. Cada uno tiene una búsqueda y una misión única en esta vida.
Shalom.
MANUEL ISAIIAS GARCES OLIVARES dice
SHALOM, DIEGO QUE EL ETERNO ELOHIM TE SIGA BENDICIENDO JUNTO A TODA TU FAMILIA.GRACIAS POR EL ENVIO DE LAS PALABRAS ESENCIALES DEL JUDAISMO.
MANUEL
Diego Edelberg dice
Gracias Manuel por tus bendiciones.
¡Un placer!
Espero podamos seguir aprendiendo juntos.
Saludos
Nico dice
Diego:
¿Y si quiero leer y entender (Que es lo mas importante) la Misna y el Talmud? ¿Por donde empiezo? ¿Que libro me recomiendas a manera de introduccion? ¿O es simplemente llegar y leer?
GRACIAS POR EL BLOG DIEGO!! Me encanta por lo aterrizado que es, sin perder la belleza y profundidad del Judaismo!
Gracias!
Nico.
Diego Edelberg dice
Nico,
¡Qué pregunta difícil! La realidad es que el judaísmo es como una gran pileta en la cual tienes que zambullirte por donde más te llame la atención y te apasione puesto que eventualmente llegarás a todos lados. Yo empecé mi viaje de exploración profundizando en la historia del Siddur (libro de rezos) y terminé estudiando historia, teología, filosofía judía, misticismo y en los últimos años crítica bíblica…por lo tanto te recomiendo te preguntas: ¿qué te llama la atención? ¿qué te gustaría saber? Y desde allí quizás pueda orientarte.
Mi ebook las 22 Palabras Esenciales que puedes descargar gratis es una especie de mini guía sobre algunos temas que pueden interesarte más que otros. Mi otro ebook traza toda la historia judía y quizás eso también pueda interesarte.
Espero te sirva esta respuesta
Saludos
Rafael Gamez dice
Gracias Diego
Leo siempre tu blog tu explicación sobre el Talmud,Midrash y Mishna me aclaran muchas dudas
No soy judío de nacimiento pero lo siento muy adentro
Tus blogs ayudan mucho a entender el pensamiento.to judío
Shalom
Diego Edelberg dice
Gracias Rafael.
Me alegra saber que este blog te ayudan y te inspiran.
Shalom
raul altamirano dice
shalon diego : debate sobre la tora oral o leyes rabinicas en lo personal pienso que es necesario enrriquese el judaismo si fuera lo contrario te condena ha estar enganchado a leyes impositoras que no crecerias espiritualmente no me de jaria desarrollarme en mi condision humana en la cual el creador me formo tengo que ser diverso con la observancia de la tora eso enrriquece mi judaismo gracias diego
imanuel elivo dice
Querido Diego, shalom.
tengo formación caraita de la que me siento orgulloso, pero al leer tus escritos pone en mi mente tantas verdades sobre temas que no conocía que estoy tentado a seguir leyendo,todas estas discusiones talmudica me hacen ver lo que en materia de halaja judía significaría estar ante una torah cambiante, y esto porque cada generación de judío se enfrenta a situaciones diferentes que requieren una adecuación de la halaja para poder cumplir las mitzvat.
gracias por tus enseñanzas, muy útiles para usar como punto de partida para futura investigaciones personales, shalom-
Gloria Galindez dice
¡Excelente! cada lectura nutre el saber, una mejor que la otra. Enhorabuena por el impecable estilo de escribir. Bendiciones!! desde Venezuela. Gracias.Diego
Agustín dice
Querido Diego,
Gracias, por iluminarnos con tus escritos.
Un fuerte abrazo para toda la comunidad, desde Madrid.