Cambia todo Cambia
Hace unas semanas escribí una publicación sobre el Judaísmo Ortodoxo. Entre los comentarios a dicha publicación noté resurgir cierta tensión con un tema que parece recurrente y con el cual muchos se sienten terriblemente ofendidos. Me refiero al hecho concreto e innegable que la tradición judía no ha sido siempre igual sino que ha cambiado en repetidas ocasiones. Este tema no es nuevo en este blog ya que lo he abordado en muchas publicaciones (Tradición: ¿cambio o continuidad? Respuesta al judaísmo Ortodoxo y Cómo vivir el judaísmo de nuestro tiempo son dos buenos ejemplos).
Pero me parece que el motivo por el cual la gente se pone nerviosa con este tema es absolutamente psicológico. Parecería surgir por el temor a la no aceptación que el cambio forma parte intrínseca de la vida y la existencia. El cambio no es lo anormal sino la norma. Paradójicamente muchos prefieren agarrarse de aquello que supuestamente no muta (como si existiera algo así) porque se convencen que eso les da más seguridad. ¡Pero la verdad del mundo funciona completamente al revés! Cuanto más idólatras nos volvemos de nuestras ideas más nos congelamos en el tiempo y menos podemos conectarnos con nuestra tradición permitiendo que fluya dentro nuestro.
El Fantasma del Cambio
Mucha gente le teme al cambio y es entendible que esto ocurra. Cambiar no es fácil. Es de hecho una de las cosas más difíciles. Cualquiera estaría de acuerdo que toda la esencia de Iom Kippur (El Día del Perdón) y de muchas de las festividades judías se basa en la idea del cambio. La conciencia que uno puede y debe cambiar para hacerse mejor fluye naturalmente en la vida judía. Pero curiosamente esto mismo no parece ocurrir con tanta fluidez con ciertos textos o ideales que se convierten en ideas fijas. Y si uno se atreve a cuestionar su historicidad (preguntarse cuándo fue escrito, por qué fue escrito y quién lo escribió) puede llegar a ser considerado un hereje.
Así, ante este temor al cambio, acá comparto una vez más mi respuesta a dicho comentario con respecto a la idea del cambio en la tradición judía.
Dime con quién andas y te diré quién eres
Cómo llamamos al pueblo judío ha ido variando históricamente. Tomando como referencia «la historia mundial” (lo cual implica que estoy viendo la historia general filtrada por palabras como “antiguo”, “medieval”, “premoderno” y “moderno”) los judíos participaron en diferentes períodos de la historia en los cuales el mundo no era exactamente el mismo que nosotros conocemos hoy y por ende sus pensamientos y prácticas tampoco eran exactamente iguales.
- El judaísmo que Moisés practicaba no era exactamente el mismo que Rabbi Akiva practicaba luego de la destrucción del Gran Templo cuando los Cohanim o Sacerdotes se quedaron sin empleo (ya que vivían para trabajar en el Templo) y la palabra “Rabino” ni siquiera existía en el vocabulario hebreo. Moisés jamás hubiese entendido si un hebreo le hubiera preguntado en medio del desierto “¿qué ponemos en la keara durante la noche del Seder?” o le hubiese pedido que cante el Jad Gadia.
- Por otro lado el judaísmo que practicaba Maimonides en el siglo XII en la España Medieval bajo dominación islámica no era exactamente el mismo que practicaba Rabbi Akiva quien jamás escucho hablar de una religión llamada Islam.
- Ni siquiera nosotros hoy en la modernidad practicamos el mismo judaísmo que Maimonides practicaba ya que el jamás se imaginó que surgiría un movimiento Ortodoxo, Reformista, Conservador o incluso algo llamado Jabad Luvabitch (con un retorno al sistema de herencia de liderazgo por linaje y dinastía) y aún más complejo de explicar, algo llamado “Sionismo”. Claramente lo que sucede en la historia mundial afecta la historia judía.
- En el tiempo bíblico por ejemplo, la esclavitud era aceptada. En la época en que los Rabinos terminaban de escribir el Talmud la esclavitud era aceptada. Hasta el siglo XVIII entre muchos judíos formados y bien educados la esclavitud era algo aceptado. Hoy no existe ninguna corriente judía que defienda la esclavitud. Dejar de tener esclavos fue un proceso social que sucedió en la conciencia humana mundial y cambió la historia judía también.
¿Hebreos, Israelitas o Judíos?
Los judíos no siempre fueron «judíos». Comenzaron a serlo una vez que se instalaron geográficamente en Judea. Pero si uno lee toda la Tora en ningún momento somos llamados judíos sino hebreos y luego benei Israel (los hijos de Israel, es decir los hijos de Iaacov). Nadie niega que los benei Israel que se instalaron en Judea eran monoteístas y practicaban el judaísmo que involucraba el asesinato de animales en un Templo como ofrenda a Dios. Pero justamente luego de la destrucción del Gran Templo los habitantes de Judea tuvieron que adaptarse a una nueva condición social e histórica (diferente a lo que sus abuelos llamaban tradición judía) cuando el Templo fue destruido y los Cohanim o Sacerdotes destituidos. Ya desde ese entonces el significado de la palabra judío alude a una designación no solo religiosa sino étnica.
Si no cambia entonces…¡es falso!
Cuando algo cambia no significa que por eso no es verdad sino que en el judaísmo “la naturaleza de lo eterno y verdadero” contempla el cambio dentro de la tradición. La sabiduría judía no es estática sino dinámica. El sabio en el judaísmo no es el que no se equivoca sino el que aprende cosas nuevas y cambia. Muchas veces sentimos la necesidad de sostener Ideas Eternas y Verdades Absolutas que no puedan ser contradichas porque utilizamos una lógica binaria que nos obliga a pensar que si algo cambia entonces no es Verdad. Primero y principal “verdad” es tan solo una palabra más. Y como cualquier otra palabra también hace alusión a diferentes cosas de acuerdo a quien la está usando y qué entiende al usarla. Pero lo más importante es entender que la Verdad judía (al igual que su sabiduría) no es estática sino dinámica. Este proceso de intentar preservar el carácter esencial del judaísmo mientras se trata de ajustarlo y acomodarlo a los desafíos que la historia nos ha presentado ha mantenido al judaísmo como algo vital, vibrante y dinámico en lugar de fijo, inerte y estático.
Simplemente hay que abrazar el cambio
La historia judía nos ha enseñado que cuanto más nos resistimos al cambio más lo sentimos. Los judíos hemos tenido la sabiduría de no resistir sino adaptarnos. Adaptarse no es algo malo sino que es aceptar la inevitable e incontrolable naturaleza del cambio que solo un obstinado se niega a ver como algo intrínseco de la vida y la Creación. De hecho nuestra propia vida muchas veces no es lo que soñamos, imaginamos, creemos o pensamos que nos merecemos o va a sucedernos. Nuestra propia vida es finalmente lo que vamos haciendo con aquello que nos va sucediendo y aconteciendo en la vida. Claramente nosotros nos vamos adaptando a cada segundo y sabemos perfectamente lo que es adaptarse a las condiciones que se nos presentan.
que lindo seria volver a las raíces o sea en la época de Moshe donde no había tanta sabiduría que muchas veces nos hacen perder de vista las cosas simples
¡Uff Antonio tiraste una bomba! 😉
La verdad es que no sé si estoy 100% de acuerdo con tu comentario ya que soy un apasionado de la literatura rabínica. Si volveríamos a la época de Moshe seríamos un pueblo que no puede sacar a Egipto y la esclavitud de su existencia. En el momento pleno de la entrega de la Tora estaríamos alabando un becerro de oro y de hecho nunca llegaríamos nosotros mismos a disfrutar de la tierra prometida.
Sin embargo la generación que siguió fue la que logró atravesar todas las pruebas…
Por supuesto que estoy haciendo una lectura literal de la Biblia ya que las enseñanzas de Moshe van mucho más allá de la narrativa histórica. Pero a diferencia de lo que la tradición judía misma opina (que cuanto más nos alejamos de la revelación de Dios menos entendemos) lo cierto es que en los últimos años hemos entendido muchísimo más cómo fue compilada y editada la Biblia. Cada día se redescruben nuevos textos y material antiguo que traen más luz en la comprensión de la historia judía.
Coincido que a veces lo simple es necesario ante tanta complejidad…pero en lo personal no me hubiese gustado pertenecer a la época de Moshe sino a las siguientes generaciones 🙂
Saludos y gracias por tu comentario!
Diego Edelberg :Apreciado coordinador
No se y no tengo forma y manera de felicitarlo. Definitivamente abrazo con todas mis fuerzas cada una de sus intervenciones por precisas, ecuanimes,logicas y mas que nada didacticas.
He tenido por meses., no es casi nada, apasionada lecturas sobre los temas que tratas por aqui, y neofito como soy., encuentro profundas respuestas en cada una de las explicaciones que parece necesitas aclararle a muchos de los que por aqui intervienen.
Wao! lo bendigo e n el nombre de Jesus., Yo, por mi parte., estoy siendo mas que bendecido, de solo permitirme usted ser parte de sus ideas……
perdone las puntuaciones…teclado y programa en ingles….Abrazos ssiempre
Edwin Cuevas., new york
shalom Diego un abraso , bendiciones del eterno , primero que nada felicitarte porque que bien cantas vi un video tuyo envimeo , felicidades y quiero dar mi comentario referente, de hebreos a israelitas y de israelitas a judios , pero es aqui que el judio no fue judio niel israelita era israelita pero la historia si nos dise que Abraham si era hebreo o se le dio ese titulo de donde proseden la mayoria de lo que hoy se conose como judios e israelitas pero en la historia sedan por las 12, tribus que el eterno dividio y que el paso del tiempo i la dispercion antes del mesiaj yeshua en la destruccion del miskan , o templo es ai donde comiensan la dispercion i a gentilisarse ,por las naciones , esto quedo en la hitoria regristrado , ayudame un poco si estoy mal , saludos me gustaria ampliaras este tema en algunos de tus escritos , y ademas e escuchado decir de parte de algunos judios estar pagando la retribucion asu pecado , por la misma rason muchos no quieren regresar al israel sionista de la actualidad , pero ni los judios son israel ni israel son judios ni los hebreos son judios ni tampoco son israel, espero no aberte echo bolas o mejor dicho confundido , shalom bendiciones del eterno
Hola Francisco,
¡primero gracias por tus felicitaciones! Me alegro te hayan gustado mis videos cantando…debería subir más…
Con respecto a tu comentario debo confesarte que me pierdo un poco en tus ideas. Si bien es técnicamente correcto decir que Abraham jamás fue un israelita o un judío su descendencia si lo fue. Y esta descendencia proviene del mismo pacto que Abraham hizo con Dios. En el judaísmo hay dos pactos operativos: uno puede ser entendido como descendiente de una familia (la de Abraham) o uno también puede decidir habitar su vida a través de las prácticas judías que se basan en los mandamientos. Dichas prácticas además deben ser guíadas por un Rabino. De todos modos no es necesario habitar el judaísmo para recibir «la salvación» (sea como sea que entendamos esta idea) puesto que los Rabinos, los herederos y custodios de la familia de Abraham y la Revelación de Dios en el Monte Sinaí, declararon que toda persona justa tiene un lugar en el Mundo Venidero. Cumpliendo las Leyes Noajidas se alcanza esta «salvación».
Me confudiste un poco con esto de los pecados…los judíos no utilizamos esos términos para referirnos a nuestras acciones. Lo más cercano que el hebreo original posee a la idea de pecado es en realidad «errar» o «fallar».
Saludos
Hola Diego.
Antes que nada quiero felicitarte por el blog, he estado leyendo algunas entradas y me parece que expones tus ideas de manera fascinante. Me gusta en particular la apertura y serenidad que reflejas, pero sin que esa apertura te haga perder el «camino», transmites ser un judío bien formado y convencido de su propia fe, y eso me encanta.
Yo soy católica, y al igual que tu soy una apasionada de las religiones, en particular del cristianismo, aunque me dedico a dar clases de todas las religiones y el judaísmo me encanta y me parece super interesante.
Sobre esta entrada en particular, me parece que viene muy al caso una idea popular «lo rígido se rompe, lo flexible es más duradero». Aplicándola a la flexibilidad del judaísmo, así como de otras religiones, no se refiere a cambios en la doctrina, sino a como se ha de vivir esas doctrinas según las carácterísticas de cada momento histórico.
Creo que transmites esa idea, pero tal vez para evitar confusiones habría que mencionarla: «La doctrina no cambia» pues si se reconoce como revelada, es decir Palabra de Dios, debe ser inmutable. Pero las prácticas, es decir como se actualizan en la vida cotidiana del creyente tienen, necesariamente, que ir cambiando, pues el ser humano no vive igual hoy que hace 100, 200 o 1000 años.
La pregunta sería entonces ¿cómo respetar o atender estas creencias inamobibles en la sociedad en que nos movemos sin faltar a la verdadera esencia de la religión?
En verdad excelente entrada. Felicidades!!!
Hola Isabel,
Muchas Gracias por tus hermosas palabras. Me gusta mucho lo que hago.
Coincido absolutamente con tu pensamiento y lo que escribiste.
La respuesta a tu pregunta sería justamente: respetando las creencias inamobibles en las sociedad en que nos movemos sin faltar a la verdadera esencia de la religión. (O sea tu pregunta encierra la misma respuesta).
Me gustó mucho tu comentario.
¡Gracias!
Estimado maestro:
Diego, no importa si mi comentario es leido por usted u otras personas, lo hago porque lo siento de corazón.
Gracias por sus lecciones, en todas me nutro espiritual y en conocimientos, de sus mensajes. He leído y leo a muchos Tzadikin, Justos, de todas las generaciones, amplío lo que estudio, como en este artículo, que me detuve una hora en ampliar mis conocimientos en relación “AL SIONISMO”, antes de continuar con “De Hebreos a Israelitas y de Israelitas a Judíos ¿Cuánto ha Cambiado el Judaísmo?”.
Deseo expresándole que, además, de compartir sus puntos de vista, he logrado enriquecer mi caminar, pasito a pasito “por el judaismo”
Finalizo con el lema: “cambia, cambia, cambia”, ¡que todo está en movimiento y cambia!
¡Porque el Creador Ha Cambiando Su Creación, la Está Cambiando y No Cesará de Cambiarla!
Shabat Shalom.
Yosef Mario