Esta es una pregunta muy atrevida dentro de nuestra tradición. Sin embargo es una de las preguntas que más a menudo escuchamos en la Modernidad. En el judaísmo decimos que la Tora es emet (literalmente “verdad” en hebreo). Pero al mejor estilo judío debemos responder esta pregunta con otra pregunta: ¿a qué nos referimos cuando decimos que algo es verdadero? ¿Qué significa que algo es “verdad”?
Si no lo veo no lo creo
Hasta la actualidad tenemos evidencias históricas que ciertos eventos descriptos en la Tora sucedieron pero no tenemos pruebas absolutas que todo lo que allí se nos narra realmente sucedió en forma histórica. Una de las formas en las que uno comprueba una verdad histórica es comparando más de una fuente o texto que describe el mismo evento. Si tenemos dos o mas descripciones de un determinado suceso en la historia (narrado por diversas personas con visiones parecidas pero definitivamente diferentes) podemos llegar a concluir que dicho suceso aconteció ya que fue tan significativo que quedo registrado en varias fuentes distintas. En pocas palabras, ciertos eventos que suceden en la Tora son mencionados en otras narraciones pero no todo lo que aparece escrito en la Tora podemos corroborarlo con otras fuentes históricas.
De todos modos cuando los judíos decimos que la Tora es “verdad” no nos referimos específicamente a verdades históricas. La Tora es verdad para nosotros en otro sentido y de hecho reducir su verdad solo a verdades históricas es no conocer la verdad que este texto posee. A lo que nos estamos refiriendo es a ese sentimiento de verdad que uno encuentra al leer y reflexionar sobre lo que está escrito en la Tora. Pero me atrevo a decir que incluso así no alcanzamos la verdad de la Tora puesto que la verdad realmente se revela en forma total cuando también nos dedicamos a leer lo que otros judíos han entendido al intentar ellos mismos penetrar el mensaje que nos fue transmitido. Ésta es la manera verdadera de entender la Tora.
El objetivo del judío es siempre leer dentro de la tradición su propia voz participando en una conversación con la tradición y los judíos que lo antecedieron. A pesar que nuestra condición presente puede ser muy diferente de la que leemos de nuestros antepasados debemos conversar con ese pasado, repensarlo y reformularlo de manera tal que se convierta en algo relevante y significativo hoy. Al leer la Tora guiados por las lecturas que otros judíos hicieron logramos extraer sentido y escuchar nuestra propia voz dentro de sus voces descubriendo así esa verdad que allí se encuentra.
Si no lo creo no lo veo
En definitiva la verdad de la Tora se revela en el constante repensar del texto en el contexto. Eso significa leer el texto de la Tora junto con lo que escribieron aquellos que reflexionaron en su propia tradición y en su propio tiempo distinto al nuestro. Solo explorando cómo confrontaron este texto constantemente con otros contextos sociales, políticos, económicos, religiosos, otros paises, otros idiomas, otros gobiernos, otras religiones, otros tiempos y otras filosofías diferentes a las nuestras vemos emerger esa hermosa verdad que posee la Tora. El texto nunca ha cambiado pero nosotros vamos cambiando nuestra visión del texto a medida que reflexionamos una y otra vez sobre las mismas historias. La Tora es siempre la misma pero nosotros no somos los mismos todo el tiempo.
La verdad del mensaje de Dios en la Tora y la belleza de sus historias y enseñanzas no surgen cuando uno la analiza con una super-computadora o la expone a miles de combinaciones numéricas de la gematría -es decir la combinación de letras hebreas y números- para demostrar que en efecto es verdad porque no tiene ni un error, todo cierra perfectamente y por eso hay que creer en ella. Tampoco surge su verdad cuando los arqueólogos encuentran una moneda o vasija que tiene inscripta una palabra que figura en la Tora.
La verdad es que hay muchos tipos de “verdades” y la verdad histórica o racional es solo una de las tantas verdades que conocemos.
En conclusión uno descubre que la Tora es verdad cuando ve la manera en que nuestros antepasados bíblicos (junto a los judíos que intentaron entender el mensaje de la Tora a través de miles años de historia) se equivocan, aprenden cosas nuevas y cambian. Y por ende nosotros al leer una y otra vez la Tora también nos equivocamos, aprendemos cosas nuevas y cambiamos. La forma en la cual uno descubre la verdad de la Tora es viendo cómo afecta la vida de las personas. Así es como uno descubre el profundo y maravilloso universo de la Tora. Así es como uno descubre que lo que esta escrito en la Tora es verdad.