• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido
  • Saltar a la barra lateral principal
  • Saltar al pie de página

Judíos & Judaísmo

antiguo, novedoso, sagrado.

  • ¿Nuevo en el Blog?
  • Acerca del Autor

El judaísmo hoy: tendencias y problemáticas en el siglo XXI

28/01/2012 por Diego Edelberg 9 comentarios

 

http://2d532b30f1c286934a5355e0af94660a6617ed0e.googledrive.com/host/0BwoNe5vEDh4jU1RTYWtDY1Jlenc/JudaismoModerno25.mp3
(Duración 44:51 – 43.1 MB)

 

Hemos arribado finalmente a nuestra última publicación sobre el judaísmo y el pensamiento judío en la Modernidad y por lo tanto debemos ahora intentar resumir lo que estuvimos viendo en todas nuestras publicaciones para poder cerrar con unas reflexiones sobre el sentido de todo el material presentado.

Lo que hemos intentado hacer en nuestras publicaciones es trazar la evolución del desarrollo y el pensamiento judío en la Modernidad desde una perspectiva global, es decir parándonos desde las nubes mirando «desde arriba» lo que fue pasando con el pensamiento judío desde el 1500 d.C o EC hasta la actualidad. Moviéndonos en períodos de 100 años pudimos ver los cambios que afectaron la manera de pensar de los judíos hasta el día de hoy y dejamos en claro las diferencias significativas entre los judíos medievales y los judíos modernos.

Al hacer esto pudimos cubrir un territorio bastante amplio con muchos temas muy profundos, muchos pensadores con miradas diferentes sobre el significado de lo judío y así y todo debo confesarles que lo hemos hecho en forma superficial ya que cada uno de los pensadores que presentamos podrían haber recibido varias publicaciones más.

Pero considero muy valioso cada tanto dar un paso hacia atrás tratando de no comprometerse emocionalmente e intentar mirar “desde arriba y desde afuera” todo lo que una va aprendiendo.

Considero que en este último año hemos aprendido mucho más sobre las tendencias judías históricas de los últimos 400 años.

 

 

 

Los comienzos de la Modernidad Judía

Si lo recuerdan nuestro punto de partida para entender lo que hoy llamamos la “Modernidad Temprana”, es decir los comienzos de la Modernidad, fue el año 1492 cuando miles de judíos son expulsados de España en donde habían creado una importantísima cultura sefaradí viviendo allí por varios siglos. Muchos de estos judíos que son expulsados de España llegan a Italia y se instalan especialmente en Venecia transformando la sociedad veneciana de unos cientos de judíos a unos miles que se concentran en un solo punto geográfico en un período muy corto de tiempo.

Con este nuevo asentamiento en Venecia comenzamos nuestra tercera publicación lidiando con problemas sobre identidad y pertenencia judía ya en el 1500 en Italia y en el período de los ghettos con figuras como el rabino Simja Luzzato exigiendo los mismos derechos civiles para los judíos en Venecia, el médico Iosef Jamitz y las relaciones con los primeros judíos universitarios y también la creación por primera vez en la historia de música coral polifónica para ser utilizada en el rezo de la sinagoga utilizando técnicas de composición barroca tomadas de la Iglesia por parte del compositor judío Salomone de Rossi y siendo dichas obras encargadas por el rabino del ghetto llamado Leon de Modena. En efecto el tema central que pudimos ver al comenzar la Modernidad Judía en este período particular nos permitió entender que el ghetto no estaba separado sino por el contrario: los judíos y cristianos se relacionaban mucho más de lo que la mayoría de la gente cree y aprendían unos de los otros en forma constante.

Esto dejó en claro que temas como la integración, la asimilación, la ciudadanía, la educación secular y el compartir diversas experiencias estéticas -entre tantas otras cosas- comenzó en el 1500 aproximadamente y enfrentó a los judíos con una situación en la cual comenzaron a replantearse nuevamente lo que era ser judíos mucho antes del siglo XIX (1800). Es un error argumentar que todo comenzó el siglo XIX cuando surge el judaísmo Reformista, el Conservador, el Ortodoxo, el Sionismo, el Jasidismo, aparece Jabad Luvabitch, etc.

Definitivamente todos los cambios que suceden en el siglo XIX son la consecuencia de un proceso que comienza en el 1500.

 

 

 

El impacto de la Imprenta

Entre esas interacciones del período del ghetto vimos como fundamental el nacimiento de la Imprenta, es decir la aparición de la publicación de libros, siendo esto un emprendimiento que judíos y cristianos realizaban conjuntamente en Venecia en pleno período del ghetto. Descubrimos que los centros más importantes de Impresión estaban en Venecia y en especial nombramos la primera publicación en la historia del Talmud y la Biblia Rabínica en formato de libro ambos impresos en Venecia por un editor cristiano llamado Daniel Bomberg en pleno periodo del ghetto. Nuevamente esto nos demostraba que el ghetto no estaba tan aislado y separado como se creía, sino ¿cómo se explicaba la publicación de estas dos obras centrales para la historia judía en Venecia dónde los judíos vivían en el ghetto?

Y por supuesto con el nacimiento de la Imprenta insertamos justamente en ese momento histórico la explosión de conocimiento que sucede con la publicación de los primeros libros y los primeros textos publicados en hebreo los cuales transforman toda una cultura que durante siglos había sido oral (es decir transmitida de generación en generación en forma oral) en una tradición que es ahora netamente escrita y que esta dada y definida por aquel que lee el texto de acuerdo a su propia interpretación e historia personal.

Este cambio nos mostraba que anterior a la Imprenta los rabinos insertaban sus propios comentarios en los textos tradicionales pero justamente la creación de la Imprenta frena este proceso ya que el texto impreso se convierte en algo fijo dentro del papel y ya no puede ser cambiado.

Gracias a la imprenta también comienzan los judíos a descubrirse unos a los otros creando lentamente una especie de judaísmo globalizado (como ideal de la globalización moderna) donde el libro, como objeto que viaja por todas partes, sirve como catapulta para crear este nuevo judío “globalizado”.

Mencionamos que el libro judío que es el referente para comprobar esto es justamente el titulado Shuljan Aruj (literalmente “mesa servida”), un libro que presenta por primera vez la unión del Código de Leyes rituales que Todos los judíos del mundo (tanto ashkenazim como sefaradím) debían ahora cumplir por igual. Anterior a la publicación del Shuljan Aruj los judíos viviendo bajo dominación musulmana no necesariamente seguían exactamente las mismas Leyes que los judíos bajo dominación cristiana. Es decir, las problemáticas en cuestiones de Ley judía no eran exactamente las mismas para un judío viviendo en Cracovia que un judío viviendo en España. Justamente el texto del Shuljan Aruj nos muestra como un rabino le dice al “nosotros acá hacemos esto y ellos allá hacen lo otro y por mayoría vamos a dejar esto otro”.

 

 

 

1600 al 1700: Conversos, Mesianismo y Baruj Spinoza

Cerrando el 1500 nos movimos hacia el período histórico que iba del 1600 al 1700 y hablamos de dos experiencias que suceden en forma simultánea en ese período y que claramente se influencian entre ellas: el fenómeno de los judíos conversos y marranos junto con el impacto de Shavetai Tzvi y su mesianismo (y el mesianismo de otros judíos más que surgen en este siglo) haciendo desastres para la comunidad judía en el siglo XVII.

Junto con el impacto del mesianismo y los conversos presentamos también en el siglo XVII al destacado filósofo judío Baruj Spinoza quien promueve sus ideales durante el mismo período con la publicación en 1670 de su libro el “Tratado Teológico Político” poniendo por primera vez a prueba a la tradición judía frente a una crítica racional moderna que desarticula la particularidad judía a través de una relectura de los textos tradicionales.

Claramente Shavetai Tzvi y Spinoza argumentan, atacan y esencialmente intentan destruir y desarmar los dogmas y la tradición en general y la judía en particular. Shavetai Tzvi proclamandose Mesías desafiando la autoridad rabínica tradicional y Spinoza tomando la tradición judía y poniendola a prueba frente a una critica racional moderna.

Ambos son dos hombres modernos o “new-age”: uno lo hace en forma irracional (Shavetai Tzvi) y el otro en forma racional (Spinoza). Pero ambos están preocupados en los temas sobre el desarrollo judío de su tiempo y se atreven a atacar el pensamiento tradicional judío y la palabra autorizada de los rabinos.

 

 

 

1700 al 1850: Mendelssohn, la Ciencia del Judaísmo y las corrientes religiosas judías

Al entrar al período que va del 1700 al 1800 nos concentramos en Moisés Mendelssohn y del 1800 al 1850 en los pensadores subsiguientes como aquellos de la Ciencia del Judaísmo y los creadores de las corrientes Ortodoxas, Conservadoras y Reformistas que surgen en respuesta a los desafíos de Spinoza quien declaraba que había que trascender el particularismo judío y de las religiones en general y crear una especie de cultura moderna universal.

 

 

 

Dios. Tora. Israel

Hay muchas cosas más que podríamos decir pero para no revisar cada una de las publicaciones en detalle volvamos una vez más a las herramientas principales que introdujimos en las primeras publicaciones para así poder enforcarnos mejor y poder ver el judaísmo moderno como una totalidad.

Si lo recuerdan les dije en la primera publicación que hay 3 elementos que hay que tener en cuenta para estudiar a los pensadores judíos y el judaísmo en general y se encuentran  estos elementos vinculados unos con los otros.

Esos tres elementos o temas son: Dios, Tora e Israel.

Con el tema Dios las preguntas que resurgen en la modernidad desde una mirada distinta a la antigua y medieval es sobre la existencia de Dios. En la modernidad y con todos los cambios acontecidos renace la pregunta: ¿hay un Dios? ¿Cómo explicamos a Dios dentro de la tragedia?

Con el tema Tora nos referimos a lo largo de nuestras publicaciones a la naturaleza de las prácticas judías, leyes ceremoniales, preceptos, mandamientos o simplemente mitzvot. Esta era la cuestión sobre qué hacen los judíos para expresar su judaísmo como miembros de la comunidad judía.

Y finalmente con el tema Israel nos referimos al tema del particularismo judío preguntándonos qué significa ser judío ahora en un mundo que declara que existen “valores universales” que todos los seres humanos creemos por igual. La pregunta que se nos presentaba con los diferentes autores que trataban de resolver este último tema era cómo justificar la particularidad judía en un mundo que debido a la creación de los nuevos países y estados modernos homogeneizaba a sus individuos haciéndolos parte a todos de una misma bandera, un mismo idioma y una misma cultura que ahora es por ejemplo argentina, brasileña, chilena, francesa, alemana, etc.

Y lo importante es que la mayoría de los pensadores con los cuales lidiamos en nuestras publicaciones se enfrentaron de alguna manera u otra con estos 3 temas. Algunos no se dedicaron a los 3 temas pero al menos alguno de ellos.

 

 

 

1850: Sionismo, Socialismo y definiciones seculares de lo judío

Cuando llegamos al 1850 comenzamos a ver por primera vez en la historia definiciones seculares judías. Con esto nos referimos a pensadores judíos especialmente en el contexto del Sionismo y el Socialismo quienes daban ahora nuevas respuestas sobre la identidad y pertenencia judía que no tenían nada que ver con Dios o las practicas religiosas. Para estos pensadores ser judío era afirmar un lenguaje, una forma de pensar, una literatura o ser parte de una forma de vida ética que no tenía ya nada que ver con Dios y la Tora.

 

 

Sumarse a la sociedad sin asimilarse

Claramente lo que vamos viendo es una evolución en el pensamiento judío en la modernidad donde las primeras preguntas, al menos para Mendelssohn y sus colegas, son

  1. ¿cómo puedo argumentar que es importante la participación de lo judíos dentro de la cultura occidental moderna global sin que esto desarme mi propia herencia milenaria?
  2. ¿Cómo puedo realizar un argumento a favor de la condición universal de la cultura judía?
  3. ¿Cómo demuestra la cultura judía que está preocupada por aquellas cosas que le preocupan a toda la humanidad y no solo se preocupa de su propia supervivencia?
  4. Y a la vez ¿cómo puedo argumentar que los judíos no son inferiores sino que encajan perfectamente y deben ser integrados en las culturas mayoritarias sin exigirles que se asimilen a las mismas?

 

 

 

¿Qué hace de lo judío algo único?

Pero noten que para finales del siglo XIX y principios del XX cambiamos el espíritu de nuestras publicaciones y nuestras preguntas cuando introdujimos a Hermann Cohen y los pensadores que le siguen. Con esto nos referimos que a partir de Leo Baeck, Martin Buber, Franz Rosenzweig, Mordejai Kaplan y Abraham Heschel las preguntas ahora ya no son cómo justificar la identidad y pertenencia judía en la modernidad sino que el tema vuelve a ser la particularidad judía y las prácticas judías en particular. El tema ya no es más cómo demuestro que el judaísmo es universal y debe sumarse a la cultura occidental sino que la pregunta central se vuelve ahora ¿cómo puedo justificar hacer cosas judías? Y la cuestión ya no es si soy universal o particularista sino que la pregunta se hace mas compleja porque los judíos comienzan a preguntarse a si mismos si todas estas cosas siguen siendo relevantes.

En otras palabras, con el crecimiento de los judíos cada vez más seguros en los nuevos Estados Modernos y sintiéndose cada vez más “ciudadanos que practican el judaísmo” en lugar de “judíos que practican la ciudadanía de un país determinado” vemos que al absorber tanto la cultura a la cual llegan, las preguntas vuelven a cambiar y se formulan sobre la propia práctica y la propia continuidad judía.

En resumen los desafíos intelectuales y culturales van cambiando el tipo de preguntas que los judíos se hacen y sus respuestas son generalmente el reflejo de lo que va sucediendo en forma global en la historia.

 

 

La intrascendencia de la Biblia para la humanidad en la Modernidad

Los judíos europeos que crearon el movimiento Ortodoxo, el Reformista y el Conservador tenían otro tipo de interrogantes de las que tienen hoy estos judíos con la aceptación generalizada en las sociedades en las que viven sobre temas como por ejemplo la homosexualidad, los casamientos interreligiosos, el aborto, la donación de órganos y el feminismo.

No encontramos grandes debates entre los rabinos Medievales y los primeros rabinos Modernos sobre estos temas porque de hecho las sociedades generales en las que vivían no tenían grandes problemas con estos temas. Anterior a la Modernidad la homosexualidad por ejemplo era juzgada teniendo como referencia lo que dice la Biblia. Pero en la modernidad la mayoría de los seres humanos ya no siguen la Biblia como texto fundacional o condicionante de la existencia humana.

La Modernidad trae una nueva forma de entender las narrativas y los textos heredados transcendiéndolos de tal modo que el ser humano se convierte él mismo o ella misma en la personificación de la tradición. El ser humano en forma global ya no se pregunta “¿qué dice la Biblia con respecto este tema o este otro tema?” sino que la mayoría de los seres humanos hoy (tanto judíos, cristianos y musulmanes quienes compartimos textos fundacionales comunes) nos decimos “todos somos libres de hacer con nuestra vida lo que queramos y hay que respetar la vida y el derecho del otro para hacer lo que él o ella quiera”.

Por supuesto que no existe algo así como un ser humano cuyas acciones no se repliquen o generen impacto en la historia y en la sociedades en las que vivimos. Y por eso tenemos grandes debates sobre qué queremos como individuos y qué queremos como sociedad, cultura o humanidad. Esta tensión entre lo individual y lo colectivo no solo se encuentra en el centro del debate de nuestra humanidad sino también en el judaísmo actual en el cual diversos grupos tratan de definir constantemente lo judío para que el mismo sea más inclusivo o por el contrario exclusivo y en consecuencia contemplar qué precio se paga por tomar estas decisiones.

Pero lo importante que estamos mencionado es que uno de los cambios más importantes de la modernidad es que el ser humano moderno comenzará a ver la Biblia tan solo como un texto más de entre todos los que existen en la historia. Es decir que para muchos judíos y especialmente no-judíos la Biblia es ahora una historia, una narrativa, un cuento, una novela y nada más que eso. Y es esto más que cualquier otra cosa lo que cambiará completamente el escenario judío y religioso moderno ya que transfomará por completo el modo en que se juzga y se entiende la vida misma en la modernidad. No es lo mismo juzgar usando argumentos bíblicos que argumentos de una Constitución Nacional de un país determinado. En definitiva en la Modernidad cambian las definiciones con respecto a cómo definimos lo que un ser humano es.

 

 

 

La historia afecta a la tradición

Claramente el judaísmo o mejor dicho aquello que los judíos hacen va constantemente variado debido a que debe ir respondiendo a diferentes contextos y estados biológicos, psicológicos, sociológicos y culturales que obviamente no son iguales entre una generación y la otra o entre un abuelo y un nieto.

El bisabuelo de mi abuelo por ejemplo no tenía exactamente las mismas problemáticas existenciales que tengo yo: vivía en otra tierra que yo ni conozco, hablaba otro idioma, probablemente las distancias de espacio y tiempo se sentían diferentes debido a que no existían los aviones o el avance de las telecomunicaciones. En conclusión el intercambio de información era distinto e incluso cosas que eran consideradas aberraciones en su tiempo seguramente hoy son algo de todos los días y se aceptan y son vistas de forma distinta. La historia afecta a la tradición. Siempre lo ha hecho, siempre lo hará y siempre debería hacerlo.

 

 

 

Judios internos, externos y rechazadores

El otro grupo de 3 elementos que presentamos en nuestra segunda publicación servía como herramienta también para entender a los pensadores judíos y la forma en la que muchos judíos hoy entienden el judaísmo.

Si lo recuerdan hablamos del judío interno, el judío externo y el judío rechazador. Estas tres categorías son realmente apropiadas para definir al menos todos los pensadores con quienes lidiamos en nuestras publicaciones.

Muy pocos de los que presentamos fueron externos. Spinoza es el judío externo por excelencia. Hablamos de Marx. Podríamos haber dedicado una publicación a Freud y su judaísmo aunque no lo hicimos pero mencionamos su nombre como otro de los judíos externos quienes creían todos ellos que para ser parte de este nuevo mundo Moderno los judíos debían trascender sus particularidades judías.

Definitivamente la mayoría de los que hablamos fueron judíos internos. Eso significa que la mayoría de los pensadores con lo que lidiamos sintieron la necesidad de preservar el judaísmo de alguna forma u otra y necesitaron responderle a Spinoza y su asalto sobre la viabilidad del judaísmo en el nuevo escenario histórico. La pregunta central de Spinoza y que de hecho sigue siendo la pregunta central del judaísmo en la actualidad que aún no hemos podido responder en forma absoluta y seguimos arrastrando desde hace 400 años es: ¿puedo ser un ser moderno y al mismo tiempo un judío tradicional?

Si por moderno definimos lo secular, capitalista, racional, universal, globalizado y entendemos que nuestras acciones se encuentran definidas mucho más ahora por las leyes de los nuevos estados-nación, sus instituciones y las constituciones de los países modernos tal cual los conocemos en la actualidad se nos impone la pregunta: ¿es el judaísmo compatible con estos ideales de la modernidad? O al revés podemos preguntarnos ¿son los ideales de la modernidad compatibles con el judaísmo tradicional?

 

 

El caso del feminismo judío

Por ejemplo, cuando lidiamos en nuestra publicación anterior sobre el feminismo dentro del judaísmo, surgió la pregunta sobre ¿puede una mujer judía reclamar los mismos derechos que un hombre en la modernidad en todos los aspectos de la vida menos en su judaísmo? ¿Puede una mujer ser profesional, convertirse en líder de una comunidad, estudiar realmente lo que quiera, decidir de quién divorciarse y hacer todas estas cosas en todos los aspectos de la vida secular moderna menos en su judaísmo?

Por supuesto que estamos hablando en caso de ser una mujer judía ortodoxa para la cual la mayoría de estas cosas no estas permitidas. La mujer judía dentro de un contexto ortodoxo no puede estudiar lo quiera (ya que hay límites para eso) ni tampoco puede divorciarse puesto que es el hombre el que debe entregarle el divorcio a la mujer. No hay una igualdad de género ante la Ley judía en la ortodoxia ya que si aquellos que pueden tomar decisiones legales en el judaísmo ortodoxo son los rabinos y las corrientes ortodoxas estipulan que las mujeres no pueden ser Rabinas entonces lo que habíamos visto en la publicación anterior es que los hombres son los que definen qué es lo que ellas deben hacer.

Tal vez históricamente las mujeres aceptaban esto como algo dado. Pero en los últimos años el feminismo moderno ha comenzado a darse cuenta de esto y reclamar que las mujeres sean consideradas dentro de la tradición como iguales frente a Dios y la Ley.  Por lo tanto se impone la pregunta sobre ¿son los ideales de la modernidad tales como el feminismo compatibles con el judaísmo tradicional?

 

 

Las respuestas judías a la Modernidad

Y al querer responder esta pregunta central sobre si es posible ser moderno y ser un judío tradicional los judíos tuvieron que “reconstruir” (utilizando el término asociado con Kaplan y el judaísmo Reconstruccionista) lo que significaba ser judío o “reformar” (utilizando el término asociado con Geiger y el judaísmo Reformista) o simplemente repensar la naturaleza de la vida judía de tal modo que pueda encajar con los ideales de su tiempo ya sea que estos ideales reflejen una tendencia hegeliana o existencialista de acuerdo al espíritu de la época y a los pensadores e ideales de cada era.

Vimos por ejemplo como el judaísmo Neo-Ortodoxo parece estar influenciado por el pensamiento de Hegel y cómo otros pensadores judíos también van variado su pensamiento sobre el judaísmo de acuerdo a lo que otros intelectuales de su tiempo y sus alrededores también escriben y piensan.

Todos estos debates fueron dando lugar al nacimiento no de un judaísmo sino de judaísmos, en los cuales se llega una situación en la que parecería hoy que “hay tantas maneras de ser judío como judíos hay” y con esto nos referimos a una situación en la cual cada individuo declara ahora que es judío “a su manera” o según la manera que él o ella lo entiende trascendiendo la Ley que ya no tiene la fuerza que tenía hasta la modernidad.

Como respuesta a todos estos desafíos comenzamos a ver diferentes maneras de entender lo judío desde distintas agrupaciones y por eso definimos las diferencias entre el judaísmo Reformista, el judaísmo Conservador, el judaísmo Neo-Ortodoxo y aquel que definimos como “Ultra-Ortodoxo” o Haredí y también dedicamos una publicación entera al judaísmo Reconstruccionista.

Todas estas variedades fueron emergiendo para de alguna manera llegar a término con el modo de vida moderno y judío al mismo tiempo.

Vimos también con el nacimiento de los movimientos Nacionalistas del siglo XIX y el creciente Antisemitismo moderno respuestas a dichos eventos por parte de pensadores judíos para responder a dichos enunciados desde una óptica ya no religiosa.

Con esto nos referimos que bajo el poder de una fuerza ética secular con un rechazo y un repudio a la tradición rabínica, particularmente en Europa Oriental (Rusia, Hungría, Polonia, Lituania, etc.), pudimos entender el nacimiento de un grupo de judíos que declaraban “podemos ser éticos, podemos ser cultos, podemos estar comprometidos con los problemas del mundo en forma general, pero no necesitamos ser religiosos”.

Y de pronto Dios es eliminado de la definición de lo que un judío es por parte de estos pensadores. Los servicios religiosos también son eliminados y el judaísmo puede ser descripto ahora en términos seculares y en el caso del Bund Socialista como una especie de fe secular o un ideal mesianico secular que no incluye a Dios sino que toma la idea de la era mesianica y la convierte en algo meramente humano inspirada en el lenguaje yiddish y en la cultura yiddish.

O en el caso del Sionismo una especie de renacimiento de la lengua Hebrea y su cultura en un nuevo contexto de la historia. El hebreo iba ahora a crear al nuevo judío moderno, el judío secular, el judío como un constructor, el judío que vuelve a conectarse con la tierra en lugar de estar encerrado todo el tiempo leyendo libros. Ese nuevo judío ahora crearía una especie de granja igualitaria (que es el kibbutz) y ese nuevo judío ya no tiene como objetivo más elevado de la existencia el ser un rabino o ser un judío religioso sino que ser lo mas elevado de ser judío ahora es ser un soldado capaz de defender su país, ser un emprendedor, ser un hombre de negocios, ser un escritor o simplemente ser un ciudadano «normal» israelí dentro de una democracia moderna.

Y finalmente hablamos del Holocausto, su terror y su trauma. El desastre que hizo en la historia mundial moderna eliminado la confianza no solo en Dios sino principalmente en los seres humanos. El Holocausto nos mostró lo difícil que es para los seres humanos ya seguir confiando en los unos y en los otros y peor aún dejo en claro que es posible para algunas personas en la Modernidad seguir creyendo en forma mediocre que mi supervivencia depende del exterminio del otro.

 

 

 

El texto en el contexto

Como forma de resumir todo esto podemos decir que en cada caso y con cada pensador hay un intento sincero de extraer sentido desde la tradición judía en contraposición a las transformaciones radicales que han transformado la historia del judaísmo y el mundo en la Modernidad.

El objetivo del judío es siempre leer dentro de la tradición su propia voz participando en una conversación con la tradición y los judíos que lo antecedieron. La idea no es ignorar la tradición de la que uno viene sino poder exclamar “todo este pasado es parte de lo que soy” y apesar que mi condición presente es muy diferente de la que leo en mis antepasados, tengo la necesidad de conversar con este pasado, repensarlo y reformularlo de manera tal que se convierta en algo relevante y significativo para mi hoy.

De hecho una de mis definiciones favoritas para definir la tradición judía es: “el constante repensar del texto en el contexto”. Eso significa leer el texto del pasado o lo que escribieron aquellos que reflexionaron en su propia tradición y en su propio tiempo distinto al mío, confrontándolo constantemente con un nuevo contexto, un nuevo mundo, una nueva realidad social, un nuevo desafío cultural y enfrentar sin temor ese desafío cultural re-formulando la tradición dentro de ese desafío particular.

Lo que es esencialmente judío para mí es toda esta noción sobre repensar, reinterpretar, reformular el judaísmo al igual que cualquier otra tradición religiosa. La idea de reinterpretar cualquier tradición humana (desde la judía existencial hasta la artística) es esencial para que siga siendo vital evitando estancarse o hacerse estática convirtiéndose por el contrario en algo que debe estar constantemente cambiando y ajustándose a los desafíos de cada era. Como la vida misma.

 

 

 

Pensadores actuales

Debemos dejar en claro que hay varios pensadores judíos muy significativos que hemos dejado afuera de nuestras publicaciones no porque no sean importantes sino porque no conozco lo suficiente de ellos y porque serían demasiados para incluir en esta serie.

Con esto me refiero a pensadores como Emmanuel Levinas o el extraordinario Rabino Ortodoxo del siglo XX Iosef Soloveitchik quien nos dejó unas meditaciones maravillosas sobre el sentido del judaísmo ortodoxo en la modernidad. Soloveitchik fue claramente el heredero de la tradición de Samson Raphael Hirsch y es él, más que cualquier otro pensador dentro del molde ortodoxo, quien ha logrado interpretar el judaísmo tradicional dentro de un contexto moderno.

Podríamos nombrar otros grandes pensadores quienes mencioné a lo largo de nuestras publicaciones sin entrar en detalle en su pensamiento.

Uno de ellos es Eugene Borowitz quien es claramente el teólogo más destacado del Judaísmo Reformista en nuestro tiempo y su contribución al pensamiento judío moderno en especial su noción sobre el “pacto dinámico”, ese pacto con Dios que de alguna forma se va actualizando constantemente en diferentes contextos judíos. Borowitz esta claramente influenciado por Buber y Rosenzweig pero al mismo tiempo ha logrado crear una teología para el judaísmo liberal en el contexto de la modernidad.

También deberíamos mencionar a Irving Greenberg también llamado Yitz Greenberg quien siendo un judío Ortodoxo escribe en forma polémica sobre el Holocausto y la importancia del feminismo dentro de la ortodoxia judía.

Uno de mis pensadores favoritos que he nombrado al pasar en nuestra publicación del Judaísmo Conservador (aún siendo él un rabino ortodoxo) está presente constantemente en mi manera de ver el judaísmo.  Este pensador al que hago referencia es David Hartmann.

Hartmann no es solo un excelente rabino y filósofo que ha escrito varios libros sobre cómo entender a Maimonides y su pensamiento en el contexto de la modernidad sino que Hartmann es también un constructor de Instituciones. De hecho Hartmann comenzó su carrera siendo un rabino muy exitoso en una comunidad ortodoxa en Canada e hizo aliá, es decir se fue a vivir a Israel, y ahí fundó el Hartmann Institute que ha logrado en forma exitosa unir en debate distintas clases de judíos que generalmente no hablan entre ellos. Con eso nos referimos a diálogos entre judíos seculares israelíes con judíos ortodoxos o judíos ortodoxos con judíos reformistas e incluso juntar para dialogar a judíos con árabes y cristianos. Con estos encuentros Hartmann ha logrado poner en una misma mesa diferentes tradiciones para que conozcan unas sobre las otras y puedan intentar dialogar encontrado lo común en las diferencias particulares de cada grupo. Definitivamente toda la labor del Hartmann Institute ha contribuido con las nociones sobre la tolerancia religiosa y el diálogo aún el desacuerdo.

En lo personal recomiendo leer cualquier libro de Hartmann quien en sus escritos también nos ayuda reflexionar sobre la fe desde la visión ortodoxa judía tanto en el contexto de la diaspora por un lado como en el contexto de una Democracia Moderna en Israel por otro lado.

 

 

 

Pensadores israelíes

Deberíamos también mencionar que hasta hace muy poco tiempo la mayoría de la teología judía que hemos explorado en nuestras publicaciones provenía de Europa, en especial de Alemania donde nacen las diferentes corrientes como el Reformismo, la Ortodoxia y el Conservadurismo que aún continúan hasta la actualidad junto a los discípulos de Hermann Cohen (Baeck, Buber, Rosenzweig, Kaplan y Heschel).

Pero en los últimos años la teología judía se ha hecho más central en Estados Unidos y aún más interesante en Israel.

Hay tantos pensadores que podríamos pasarnos horas hablando de cada uno de ellos pero simplemente quiero dejar en claro que los judíos israelíes han también reflexionado profundamente en la naturaleza de su propio judaísmo.

Como todos Uds. saben la cultura judía en Israel está muy polarizada entre un grupo muy fuerte dentro de la ortodoxia por un lado y por otro lado un grupo igual de fuerte con ideales seculares. Pero dentro de esas posiciones polarizadas hay por supuesto términos medios que no son tan fáciles de identificar y definir como los extremos pero sabemos que están ahí.

Lo que ha crecido entre los intelectuales judíos israelíes no está tan relacionado con la escritura teológica sino con el género literario, es decir novelas y poesías en hebreo que son los géneros que se han convertido en el vehículo para expresar pensamientos teológicos y existenciales. Por lo tanto no es que Israel y los israelíes no se cuestionan su propia identidad y pertenencia en la modernidad sino que estas cuestiones están presente ahí también pero uno debe explorarlas en un tipo de literatura y expresión artística que es diferente al de los textos sistemáticos sobre teología y filosofía que hemos explorado en nuestras publicaciones.

 

 

 

¿Judaísmo o Judaísmos?

Un tema que también ha surgido como debate muy polémico en los últimos años tiene que ver con el concepto de Unidad dentro del pueblo judío. Los judíos en la actualidad están extremadamente separados habiendo demasiados “judaísmos” con tantas ideologías diferentes que separan a los judíos israelíes de los judíos del resto del mundo y por supuesto diferencias abismales entre la mas extrema ortodoxia en contra de la mas extrema reforma judía.

Todo esto nos lleva a las preguntas con las que abrimos nuestra serie de publicaciones sobre:

  1. ¿Cómo puede uno realmente hablar sobre la existencia de Una comunidad judía?
  2. ¿Cómo puede uno hablar de los judíos como un grupo que piensa en su totalidad de forma igualitaria?
  3. ¿Es esta disparidad judía algo que nos enriquece en las múltiples lecturas judías o nos perjudica?
  4. ¿Deberíamos todos los judíos pensar del mismo modo?
  5. ¿No es tal vez una riqueza que en la mayoría de las sociedades no se tolere al que piensa distinto y en una minoría como la judía si se lo hace?
  6. ¿Se respeta realmente al que piensa distinto dentro del judaísmo?
  7. ¿O acaso deberíamos limitar nuestra subjetividad y hacer que todos los judíos piensen y hagan exactamente lo mismo?
  8. ¿Es beneficioso o no el pluralismo en el judaísmo?

 

 

 

El judaísmo post-moderno

Algunos escritores más recientes han escrito libros reflexionado sobre el judaísmo en lo que se conoce como una era ya “post-moderna”.

No voy a intentar definir en esta última publicación lo que es el “post-modernismo” y menos el judaísmo “post-moderno” (si es que realmente existe algo así aún) pero en definitiva hemos entrado en un período de la historia judía que para algunos judíos significa entender lo judío desde una era post-holocausto y una era marcada por los meta-lenguajes, eso es haber alcanzado la conciencia que el modo que pensamos es a través de ideas y que si logramos desarmar esas ideas podemos hasta desarmar el significado de la palabra “judío”.

Pero el fenómeno “post” también significa esta idea sobre el post-modernismo judío como: (1) el judaísmo ya siendo algo intrínsecamente ligado al concepto de “ciudadano” de un Estado Moderno, (2) la problemática árabe-israelí trayendo nuevas interrogantes sobre qué deben creer los judíos o a qué deben aspirar o cuáles son los temas centrales y existenciales de su propia existencia como judíos en el mundo actual.

En consecuencia “unidad y diversidad” ha sido un tema central de los últimos años y la “espiritualidad judía” ha pasado a un segundo plano en esta era “post-moderna”.

O también las cuestiones sobre qué es o significa el Sionismo en las condiciones presentes.

¿Podríamos también hablar de una era Post-Sionismo en la cual el Sionismo mismo ha cambiado y ha transformado los ideales primigenios que le dieron origen? Es decir, los judíos Sionistas hoy, ¿siguen teniendo los mismos ideales que Theodor Herzl? Muchos autores recientes han sugerido debatir cuál es la naturaleza de lo que el Sionismo significa hoy y si esta palabra aún captura el sentido de lo que significa ser un judío israelí en el siglo XXI.

También hemos dedicado toda nuestra publicación anterior sobre el rol del feminismo dentro del judaísmo y las preguntas que éste nos enfrenta. ¿Es acaso el feminismo también un fenómeno que debe ser considerado ya como post-moderno?

 

 

Los problemas actuales y el judaísmo

En conclusión ya no hay ninguna duda que los judíos están preocupados y reflexionando dentro de su tradición sobre los temas que el resto de la humanidad también esta preocupada en estos años: matrimonios homosexuales, donación de órganos, aborto, feminismo, dialogo interreligioso, “valores universales”, la opresión en ciertas partes del mundo, el hambre y la pobreza en el mundo, la ecología, el medio ambiente, el mal trato de animales, las crisis económicas no solo mundiales sino también en comunidades e instituciones judías, etc.

Ademas para muchos judíos las celebraciones del ciclo anual del calendario judío tienen que ser sensibles a todos estos temas actuales ya. Muchos judíos se preguntan sobre ¿cómo podemos hablar de Pesaj y celebrar que somos libres aún cuando hay opresión muchas veces en la casa del vecino nuestro?

Uno puede claramente encontrar reflexiones por parte de pensadores y rabinos contemporáneos sobre todos estos temas tradicionales entendidos ahora bajo una mirada sensible a los temas centrales que conciernen al ser humano moderno.

 

 

El judaísmo nostálgico

Quiero ahora presentarles finalmente mí última reflexión sobre el Judaísmo Moderno y el judaísmo que vivimos hoy. Y quiero abrir esta reflexión con una simple pregunta que tal vez surge de dedicarse a pensar un tema por mucho tiempo.

La pregunta es ¿siguen siendo todos estos temas sobre el pensamiento judío Moderno realmente relevantes en la actualidad? ¿Puede ser que mucha de la práctica judía, de aquello que los judíos hacemos y llamamos judaísmo, ya no dependa ni importe si Dios lo comando o no?

Con esto nos preguntamos si para la mayoría de los judíos las preguntas sobre la búsqueda de Una Verdad y sobre la importancia de los rituales judíos son realmente llevados acabo reflexionando en profundidad al respecto de lo que se cree y se hace o simplemente se hace por costumbre y herencia.

¿Puede ser que la mayoría de los judíos ya no se pregunten por qué hacemos lo que hacemos sino que simplemente hacemos sin siquiera tener una afirmación clara sobre qué es lo que creemos? ¿Puede ser que simplemente hacemos porque es lo que nos dijeron históricamente que es lo que debíamos hacer?

El ejemplo que se me ocurre para cuestionar esto es definitivamente Pesaj. En Pesaj, sin importar cuan asimilado uno este o incluso si uno se ha casado con alguien que no comparte la misma fe, la cena de Pesaj sigue siendo algo fundamental y central. Para la mayoría de los judíos la cena de Pesaj y Rosh Hashana o ir al “shil” en Iom Kippur sigue siendo algo inexplicablemente importante.

Por algún motivo inexplicable para la mayoría de los judíos hoy la experiencia de la cena o el Seder de Pesaj –ese sentarse todos juntos como una gran familia junto a padres, abuelos, tíos, primos, hijos y nietos a comer “comida judía”- simboliza claramente un cruce generacional que celebra la estructura familiar más allá de la religiosidad de cada uno en aquello común que los hace familia teniendo el ritual judío como símbolo unificador y esperanzador sin importar cuan disminuido el judaísmo se encuentre en cada uno de los miembros de la familia.

Aún cuando las creencias parecerían ser poco importantes para la mayoría de los judíos lo que realmente importa (y justamente Pesaj es un claro ejemplo de ello) es la “nostalgia”. Eso significa realmente que para muchos judíos el judaísmo es la relación y la utilización de símbolos que nos permiten honrar a nuestros padres y abuelos recordando las generaciones pasadas y lo que nos legaron.

Esto quiere decir que más allá de lo que uno pueda creer sobre Dios, la Tora o Israel para muchos judíos lo único que realmente estamos celebrando al practicar el judaísmo es “nostalgia”. Simplemente sentimos que hemos cumplido con aquello que llamamos judaísmo al sentarnos en la mesa junto a nuestros padres y abuelos y de alguna manera honramos sus vidas participando en este evento judío que es realmente más importante para ellos que para nosotros.

¿Es posible que la experiencia de ser judíos en la modernidad, donde hemos logrado transcender el lenguaje mismo, nos sugiera que la práctica es mucho más importante y relevante que la teoría que sostiene dichas prácticas?

Si lo piensan gran parte de nuestras publicaciones lidiaron con el tema de la práctica judía en la modernidad. Los judíos modernos se dedicaron profundamente a cuestionar sobre el sentido y la relevancia de las mitzvot, es decir los preceptos o mandamientos, siendo esto aquello que definimos como Tora y se articula en la pregunta sobre qué hacen los judíos para expresar su particularidad judía o dicho de otra manera: qué acciones determinan si uno esta haciendo algo que es judío o no.

Las acciones judías son cruciales para activar el judaísmo haciendo algo judío mas allá de pensar sobre el judaísmo. Uno es lo que hace y no lo que dice. Los sentimientos y creencias claramente no son transferibles. Solo las acciones lo son. Si uno crece en un hogar donde los Viernes a la noche no sucede nada diferente de lo que sucede un Martes a la noche ¿qué posibilidades hay de explicar lo que es el Shabbat y que esa herencia continúe?

Al escribir estas publicaciones me pregunto a veces ¿quién lee esto? ¿A quién le importa realmente conocer su pasado judío? ¿A quién le preocupa entender el pensamiento judío?

En mis charlas con judíos de todas partes del mundo definitivamente la “nostalgia” es un factor mucho mas central para preservar su tradición y para pasarla a la siguiente generación. Muchos judíos hacen todo esto no porque se cuestionan sobre Dios, las prácticas judías y la particularidad única del pueblo de Israel sino porque simplemente “mi abuelo o mi padre lo hacía y eso me remonta a mi infancia o adolescencia y para honrar su memoria yo voy a hacer lo mismo y sentirme así cumplido con mi función dentro de esta cadena milenaria”.

En pocas palabras hablamos de un compromiso que no reflexiona en profundidad sobre todos estos temas que hemos presentado sino que simplemente expresa ese sentimiento nostálgico en el que a través de estas prácticas lo que intento hacer es evocar ese sentimiento de familiaridad y confort que da sentido a mi propia existencia y a mi ser y por eso voy a hacer todo esto.

Visto de esto modo podemos decir que el pensamiento judío es en realidad algo practicado por muy pocos judíos en la modernidad que hacemos estas cosas por nosotros mismos, nos hablamos a nosotros mismos y realmente somos irrelevantes para la comunidad judía en general. Muchas veces me pregunto como se preguntaba Ierushalmi “¿qué significa estudiar la historia judía?”, “¿a quién le estoy escribiendo o narrando la historia?” “¿quién lee esta historia sino le interesa conocer realmente lo que paso sino lo que le gusta que le digan que sucedió?”

Por supuesto que esto que estoy haciendo es lo que la mayoría de nosotros hacemos con respecto a cualquier tipo de pensamiento intelectual o incluso de textos académicos de cualquier profesión sean estos de historia, música, psicología, economía, etc. Cualquiera que elige una profesión sea la que sea descubre con el tiempo que es muy poca gente la que realmente le importa el academicismo o esos textos profundos y densos sobre lo que nos apasiona a cada uno de nosotros y en definitiva los académicos terminan escribiendo generalmente para un número muy reducido de seguidores. Los textos profundos sobre arte, filosofía o psicoanálisis no son realmente leídos por un público masivo sino por un par de fanáticos que les apasiona leer sobre un determinado tema.

 

 

 

Últimas reflexiones sobre el pensamiento judío Moderno

Pero llegando ya a esta última reflexión y considerando que estas preguntas presentadas así representan un desafío enorme para cerrar todas estas publicaciones, lo que quiero hacer ahora es polemizar en contra de esta postura que acabo de presentarles y darme y darles un final optimista.

Uno puede argumentar que los intelectuales no son los únicos que piensan o se preocupan por el sentido de la vida y sus propias vidas, sus creencias y su forma de entender el mundo en el que viven.

Yo ya no estoy seguro a esta altura de mi vida que solo los intelectuales piensan sobre el sentido de la vida, sus creencias o en el caso particular de los judíos sobre su judaísmo. Decir que solo los intelectuales se preocupan por estos temas es no tener en cuenta y desechar a la humanidad sea que hablemos de judíos o de cualquier otra religión. Es mi esperanza al haber escrito todo esto creer que hay mucha más gente que piensa sobre todos estos temas que solo los profesores en las Universidades y los rabinos metidos dentro de sus propias comunidades.

Uno también puede decir que la nostalgia no es más que un sentimiento pasajero. Este concepto lo aprendí de leer y estudiar con el Rabino y académico Fernando Szlajen. ¿Es la nostalgia suficiente para sostener el compromiso de los judíos para transmitir el judaísmo a la siguiente generación? Si todo lo que hacemos como judíos es por “nostalgia del pasado y lo que los otros judíos nos legaron” entonces debemos realmente aceptar que el judaísmo esta en extinción. La nostalgia como Uds. saben no es transferible y se evapora con el tiempo. De una generación a la otra la nostalgia va desapareciendo puesto que nadie sabe qué sentía realmente el abuelo de su bisabuelo al practicar su judaísmo. Y si lo único que voy a hacer como judío es recordar el judaísmo del modo que lo entendían mis abuelos el día que ellos mueran lo único que voy a tener como judaísmo es la religión que ellos tenían y no la mía propia dentro del judaísmo. Así cada generación va perdiendo cada vez más el contacto con el judaísmo anterior y en ese camino lo que nos queda de judaísmo es casi la nada.

Las creencias más firmes son el producto de las convicciones más firmes que están definidas por el auto-conocimiento honesto y la auto-reflexión sobre uno mismo y su herencia.

Y lo que quiero sugerir para cerrar todo este ciclo es que las reflexiones que hemos hecho en todas nuestras publicaciones son profundas, son relevantes y hablan a las condiciones de todos los judíos y de hecho de todos los seres humanos.

Todos estos pensamientos revelan los sentimientos y el coraje de los intelectuales judíos de los últimos 400 años confrontando el pasado en términos de su presente y proyectándolo hacia el futuro. Nos presentan el esfuerzo sincero de ofrecernos un “sentido” a la tradición desafiándola de diversas maneras y al hacerlo ofreciéndonos un proceso en el corazón de la creatividad judía.

El pensamiento judío Moderno es un pensamiento que continúa siendo importante hasta la actualidad aún con todas sus fallas y respuestas imperfectas puesto que no estoy sugiriendo aquí que todas las respuestas de estos pensadores nos han saciado o satisfecho ofreciéndonos respuestas finales que realmente eliminen los dilemas de nuestras vidas como judíos que viven en la modernidad.

Tal vez debo ser de los pocos que en forma naive o ingenua todavía tiene un respeto enorme por los grande líderes religiosos de todas las religiones y estoy convencido que la fe es importante y que el mundo sería mucho peor si no existiera la religión que históricamente nos ha dado valores sobre ética y moral. Por supuesto que hay que aprender a separar la religión de ciertos religiosos y de ciertas instituciones religiosas que muchas veces en nombre no de Dios sino de sus propias inseguridades e intereses denigran el mensaje de Dios y asesinan al que no ve la religión como ellos. Como dijo Heschel “¿Qué es un ídolo? Cualquier Dios que es mío pero no tuyo, cualquier Dios que esta preocupado por mí pero no por vos”.

Pero el pensamiento judío moderno con todas sus cuestiones, dudas, preguntas y articulaciones nos muestra que lo que tenemos aquí es una extensión auténtica de lo que podríamos llamar (utilizando una palabra hebrea) un midrash, es decir una “actividad interpretativa judía”. La palabra midrash significa “interpretar”. Interpretar el judaísmo a la luz del presente. Darle sentido a una fe antigua y una tradición basada en una herencia literaria en un tiempo complejo lleno de incertidumbres.

De hecho lo que hemos visto es que el pensamiento judío Moderno es un emprendimiento judío que se basa en tratar de interpretar y darle sentido a los textos milenarios judíos a luz de la situación presente en la que vivimos.

Hay en todas estas modestas expresiones del pensamiento judío una extensión auténtica del esfuerzo humano por darle un sentido a la vida entendiendo el pasado en el contexto del presente tratando así de alcanzar un futuro mejor, más optimista y más divino a la luz de estas interpretaciones.

Queridos amigos: en el contexto de un mundo presente lleno de incertidumbres sociales, políticas, económicas, artísticas y religiosas; en un mundo que sufre cada día más polarizaciones culturales entre extremismos que no toleran al que es diferente u opina de otro modo; en una sociedad donde el desacuerdo es una mala palabra, la duda es una crisis existencial y mi Dios ya no es tu Dios y por lo tanto debo eliminarte para poder yo vivir en paz conmigo mismo; el esfuerzo de todos estos pensadores y pensamientos que hemos compartido en este año explorando el judaísmo de los últimos 400 años no es un emprendimiento menor.

 

 

Archivado en: Modernidad Judía, Podcast Historia Judía Moderna Etiquetado como: 1492, antisemitismo, comprometerse, comunidad, conservador, conversos, cultura judía, el impacto de la imprenta, el sentido de la vida, el siglo xx, existencia de dios, exterminio, Feminismo, franz rosenzweig, geiger, ghetto, globalizado, hermann cohen, hirsch, holocausto, israel, judaismo, judios, las religiones, leo baeck, maimonides, mandamiento, marranos, martin buber, mesianico, mesianismo, modernidad, mordejai kaplan, ortodoxo, rabino, Rabinos modernos, Reconstruccionista, reformista, religion, shavetai tzvi, Sionismo, sionista, spinoza, Tratado Teológico Político

El desafío de Baruj Spinoza

21/06/2011 por Diego Edelberg 6 comentarios

 

http://2d532b30f1c286934a5355e0af94660a6617ed0e.googledrive.com/host/0BwoNe5vEDh4jU1RTYWtDY1Jlenc/JudaismoModerno06.mp3
(Duración 39:24 – 37.8 MB)

Baruj Spinoza nació en el 1632 en una familia de judíos conversos que venían de España y Portugal y que se instalaban en Amsterdam y al hacerlo volvían a reafirmar su Judaísmo estudiando de adultos el hebreo, yendo a la sinagoga y llevando una vida judía.  Todo lo que describimos en nuestra publicación anterior sobre los judíos conversos, marranos y el mesianismo del siglo XVII nos permite encuadrar a Spinoza y entender de donde surge su pensamiento. En la publicación anterior mencionamos dos figuras muy importantes que vale la pena volver a mencionar y que tendrán una notable influencia en Spinoza: uno de ellos es Juan de Prado y el otro es Uriel da Costa.

Y en el caso de Uriel da Costa, tenemos a un hombre que nos dejo un sufrida biografía de su vida y sus problemas viviendo como un judío converso en Portugal, yendo a Amsterdam luego con grandes expectativas de llegar a un nuevo nivel espiritual retornando al judaísmo y asumiendo que ahí encontrara un apasionante, liberador y vibrante judaísmo en el cual pueda honestamente usar todo su intelecto en contraposición de los dogmas de la Iglesia, pero se encuentra  finalmente al llegar a Amsterdam con una rigidez en la tradición rabínica que el considera aun mas dogmática que la iglesia misma. Todo esto, como mencionamos en la publicación anterior, fue tan duro para Uriel que tristemente se suicido.

Pero el legado de Uriel da Costa en su critica al judaísmo rabínico es muy importante para encuadrar la figura principal de esta publicación. Es importante ademas mencionar en el contexto de Spinoza al filosofo racional Rene Descartes. No solo por su impacto en el resto de la filosofía occidental hasta el dia de hoy sino por su influencia en Spinoza. Descartes pasará gran parte de su vida adulta en Amsterdam, la misma ciudad en la que nacerá Spinoza.
Spinoza representa una figura fundamental en la historia del pensamiento occidental y es crucial para entender la evolución del pensamiento judío en la modernidad.
Entender a Spinoza, lo cual es el objetivo de esta publicación, permite comprender el quiebre con el judaísmo medieval y el presente moderno.

 

Spinoza y su separación de la Comunidad Judía

Spinoza recibió una educación rabínica tradicional junto al estudio de obras clásicas. Claramente como podemos observar de sus escritos, el conocía muy bien el mundo occidental, las filosofías de Sócrates, Platón, Aristóteles y Descartes y la filosofía judía. En particular la filosofía judía de la Edad Media representada en la figura de Maimonides. Vamos a profundizar en breve sobre Maimonides.

Spinoza estudio en la Yeshiva (es decir en la escuela de estudios judaicos tradicionales) en Amsterdam, poseía un excelente hebreo, pero cuando muere su padre el deja de vivir una vida observante judía y abandona la comunidad y se instala en Rinsburg separándose completamente del judaísmo aunque sin convertirse al cristianismo. Y esto ultimo es significativo porque nos presenta el nuevo tipo de mundo que estamos describiendo.

Como mencionamos en la publicación anterior, Amsterdam era un sitio muy particular donde la mayoría de los judíos tenían un pasado español-portuges o sefaradi y venían de familias de conversos o marranos. Pero ademas Amsterdam era un lugar muy secular (hablamos del emergente de lo secular como característico de la modernidad) donde el estado no intervenía en la vida religiosa.

El nuevo modelo Protestante sobre lo que un Estado debería ser, argumentaba que el Estado tenía derecho de imponer sus leyes sobre los ciudadanos pero que la religión podía incentivarse pero no forzarse dejando que la gente creyera lo que quería creer.

Este trasfondo histórico de Amsterdam nos permite entender incluso el Amsterdam de hoy con la prostitución legalizada, drogas a la carta en los Coffe Shops, eutanasia permitida, es decir ciertos aspectos que en otras ciudades son consideradas aberraciones o tal vez no podrían funcionar, en Amsterdam es algo no solo aceptado sino parte del escenario cotidiano.

Y por lo tanto tanto los judíos como los cristianos en Amsterdam del siglo XVII comienzan a concebir una visión secular de la vida y justamente cuando Spinoza articula su filosofía sobre el judaísmo y el cristianismo y su pensamiento en general, va simplemente a justificar intelectualmente lo que ya es una realidad social y eso es que la mayoría de los judíos y cristianos están viviendo en un clima muy secular donde sienten que pueden practicar su religión en mayor o menor medida o como mas cómodo les convenga. Por eso nuevamente notemos que el no tiene que convertirse. No tiene que hacerse cristiano. A diferencia de sus ancestros medievales que al separarse de la tradición judía eran forzados a entrar al mundo cristiano, en el caso de esta nueva situación es posible seguir siendo judío, un judío al margen podríamos decir, no identificándose con las instituciones de la vida judía pero no teniendo la obligación de elegir otra religión.

 

Publicación del Tratado Teológico Político

En 1670 Spinoza escribe la obra mas importante con respecto a lo que estamos enfocándonos nosotros: el “Tratado Teológico Político”. Lo interesante es que Spinoza publica su libro pero lo hace en forma anónima ocultando por supuesto su autoría.

Claramente la obra era controversial y el lo sabia. Pero no era ofender al judaísmo lo que a el le preocupaba ya que él mismo había abandonado el judaísmo hacia tiempo ya, sino lo que le preocupaba era ofender a los cristianos. Como vamos a ver los argumentos que hace en contra del judaísmo y su hostilidad hacia el judaísmo pueden también ser entendidos como hostilidad hacia el cristianismo. Y si bien la comunidad judía no podía lastimarlo fue muy cuidadoso de no imprimir su nombre.

 

Spinoza vs. Maimónides

Spinoza es significativo para el pensamiento judío en tanto que el representa el primer quiebre con la tradición medieval judía personificada por un grande de nuestra historia que fue Maimonides. Y vamos a decir unas palabras acerca de Maimonides aun cuando no es una figura de la modernidad pero su nombre va a reaparecer una y otra vez a lo largo de los pensadores modernos del siglo XVII, XVIII y XIX.

Maimonides, conocido por su acrónimo Rambam representa la mas elevada culminación de un pensamiento que comienza a principios de la Edad Media y llega al punto mas alto en su figura el siglo XII.

Maimonides nació y vivió en Cordoba, España y luego se mudo a Egipto donde llego a ser el medico del Sultán y de la familia real. Maimonides escribió entre tantas obras una importantísima serie de libros en materia de Halaja, ley judía, conocidos como Mishneh Torah.

Pero la obra por la que es mas conocido en el mundo occidental es por su libro “La guía de los perplejos”, Moreh Nebujim en hebreo.  Esta es una obra maravillosa escrita originalmente en árabe, traducida luego al hebreo y eventualmente al latín y tuvo un impacto muy grande en la cultura y el pensamiento occidental medieval.

“La guía de los perplejos” representa el intento de lidiar con los problemas entre la fe y la razón. Maimonides escribió literalmente que la Guia tenia como objetivo “promover el verdadero significa del espíritu de la Ley Judía, para guiar a aquellas personas religiosas quienes se adhieren a la Tora pero han estudiado filosofía y se sienten avergonzados por las contradicciones entre lo que enseña la filosofía y el sentido literal de la Tora”.

Realmente no sabemos cuantas personas tenían la sabiduría de Maimonides y habían leído tanto a Aristoteles como la Tora, pero de todos modos había una multiplicidad de opiniones y contradicciones que Maimonides se vio en la obligación de corregir.

Si tenemos que resumir el libro a una pregunta básicamente esta pregunta sería: ¿Como puede un ser racional que ha estudiado la obra de Aristóteles mantener su fe en el judaísmo?

Y al querer responder esto Maimonides se enfrenta a toda una tradición necesitando de alguna manera reconciliar o fusionar ambas culturas, la griega y la judía y demostrar y demostrarse a si mismo, que de hecho había una compatibilidad, que había una posibilidad de fusionar la tradición de Moises con la tradición de Platon y Aristoteles.

Lo que emerge de “La guía de los perplejos” es una respuesta única y sutil que nos deja un modelo de pensamiento escolástico que influencia incluso a pensadores como Santo Tomas de Aquino en el cual se plantea que es posible mantener un modo de fe que es racional.

Racionalidad y fe, la creencia en Dios, la creencia en la providencia divina, la creencia en la creación ex-nihilo es decir de la nada, todas ideas estas de la tradición judeo-cristiana podían explicarse según Maimonides racionalmente.

En otras palabras era posible encontrar una manera en que Aristoteles y Moises, Grecia e Israel por decirlo de otro modo, podían congeniarse.

Es extraordinario ver cuanto conocía Maimonides de la filosofía griega, algo que muchos estudiantes de Tora hoy ignoran por completo y por eso les resulta tan compleja esta obra.

 

¿La fe o la razón?

Lo que es nuevo acerca de Spinoza es que el es el primero en argumentar que esa noción de la “fe racional” es un absurdo y de hecho es imposible. De hecho para Spinoza si uno quiere ser racional o filosófico entonces hay que honestamente serlo. Pero si uno quiere creer en Dios y aceptar las asunciones de la historia tradicional judía (de las que hablamos en nuestra primera publicación -la Tora como texto revelado y Dios como el fundamento de todos los acontecimientos que suceden en la historia- lo que en la tradición judía llamamos el “kabalat ol maljut shamaim” es decir la aceptacion del yugo de Dios y las Mitzvot o mandamientos) entonces uno debe hacerlo porque tiene fe.

Pero uno no debe decir que ambas cosas, es decir la fe y la razón, son los mismo o son posibles. Incluso uno no debe intentar imponer la visión racional del mundo en el texto bíblico que por naturaleza no es racional. De hecho lo primero que podemos aprender sobre Spinoza como lector es la postura que uno puede asumir de “leer lo que esta escrito y lo que literalmente dice” y no lo que “imaginamos”,  “interpretamos” o “tenemos que hacer referencia a” para explicar lo que el texto sugiere. Spinoza nos dice que simplemente leamos lo que esta escrito y llegaremos a la conclusión que el texto bíblico no es racional.

Lo otro que Spinoza describe como diferente es la situación política que se desprende de este tipo de lectura.
Estamos hablando de un nuevo mundo donde el ideal es el Estado Protestante secular que no tiene nada que ver con la Teocracia bíblica y medieval en donde la religión y el estado eran la misma cosa y se articulaban conjuntamente. Durante la Edad Media el Rey y la Iglesia trabajan juntos y cuando el Rey como un representante de Dios en la Tierra,  decía u ordenaba algo, debía cumplirse porque nadie quería oponerse a Dios que era representado por el rey bajo la bendición de la Iglesia. Recuerden que la estructura medieval y feudal era piramidal, donde uno era rey o campesino de la cuna a la tumba.

Por lo tanto Maimonides no concebía la Ley como algo creado por ciudadanos sino la Ley era algo divino que Moises bajó del Monte Sinai y era un ley revelada, ajena de la participación humana.

Pero todo esto no era así para el mundo en que vivía Spinoza ya mas cercano al nuestro. Para Spinoza la noción de separación entre religión y estado era fundamental. El vivía ya en un mundo distinto al de Maimonides, un mundo en el cual ambas cosas ya estaban separadas. Este era un nuevo mundo y de este nuevo mundo surge una nueva visión de entender la religión y las leyes divinas por un lado y la filosofía, el pensamiento racional, y las leyes del estado por otro lado.

La noción de teocracia, es decir de entender a la ley Divina como la Verdadera Ley, representaba para Spinoza uno de los problemas. Esta idea era incompatible para el tipo mundo en cual Spinoza ahora vivía. Para el esta era una idea retrograda, incluso esto sucede para nosotros en la actualidad. Las leyes de los países modernos no son leyes de origen divino, reveladas por Dios. Son leyes creadas por hombres, sujetas a modificaciones debido a los acontecimientos históricos que van sucediendo. No justificamos generalmente los derechos y las obligaciones de los ciudadanos citando fuentes bíblicas mas allá que en muchos países seguimos jurando por Dios y los Santos Evangelios.

 

El error de Maimónides según Spinoza

Pero incluso para Spinoza Maimonides había violada la tradición judía al leer la Tora en forma filosófica utilizando elementos del mundo y pensamiento griego que eran paganos, politeístas e idolatras. El mas grande de todos los profetas según Maimonides era Moises. Y por lo tanto al contraponer una linea de pensamiento en correlación con la otra, es decir la Tora y Aristoteles en el mismo marco, en un mismo libro, dandole un sentido de reconocimiento, uno podría llegar a poner a la misma altura ser un profeta y ser un filosofo.

Pero si cualquiera de nosotros se pone a leer a los Profetas, Jeremías, Ezequiel, Amos incluso Moises, descubre que estas personas están hablando con Dios! Están teniendo experiencias super-naturales. Es decir que algo esta sucediendo que esta mas allá de la razón y de hecho no es racional en absoluto. La filosofía tienen como objetivo entender el mundo y al hombre a través de la razón. ¿Como podemos comparar la filosofía y la profecía e intentar comparar a Aristoteles con Moises en un mismo libro?

De hecho Maimonides al llamar a Moises el mas grande de todos los profetas y al mismo tiempo compararlo con los pensamientos de Aristoteles estaba sugiriendo que de algún modo podrían llegar a ser lo mismo.

Y este el motivo por el cual la Guia de los perplejos fue prohibida por algunos grupos del judaísmo e incluso quemada cuando se hizo publica.

En la Parte 2 del Capitulo 25 de “la Guia de los perplejos” Maimonides escribe que personalmente no va a tener ninguna dificultad en reconciliar la Creación bíblica con la doctrina de la eternidad del universo (es decir la idea de que el mundo fue creado en contra de que el mundo esta desde siempre, como decían los griegos, siendo éstas dos doctrinas que son claramente opuestas) y esto es algo que por supuesto provoco la indignación de muchos judíos.

Si bien Maimonides finalmente rechaza la visión aristotélica con respecto a la eternidad del universo, la visión que Maimonides deriva de esto con respecto a los ángeles, la profecía y los milagros, ofendió la sensibilidad de muchos de sus contemporáneos; particularmente del opositor principal de Maimonides, otro de los grandes y uno de mis rabinos medievales favoritos, que fue Rabbeinu Abraham ben David.

Una de las cosas que en lo personal amo de este Rabino es que por sus escritos uno descubre que se oponía seriamente al reduccionismo, es decir evitar usar una sola óptica para comprender las cosas y su oposición al intento de codificar la Halaja, es decir la Ley Judía, como sucedería posteriormente. Incluso el Rav Abraham ben David era muy severo en evitar cualquier sistema de dogmas en el Judaísmo del modo en que Maimonides lo hacía por ejemplo con sus 13 principios de fe y su conceptualizacion del judaísmo utilizando la filosofía aristotélica como teología judía.

El concepto del lector

De esa capacidad para seleccionar qué entender de un autor surge una noción mas general que aprendemos de Spinoza y es el concepto del lector.

Hay muchas maneras en las que uno puede leer un texto. Incluso cómo leer la Biblia en si misma como un texto.

Ya en la tradición judía y hasta la era medieval había cuatro formas sugeridas en las que uno podía leer la Tora desde su sentido mas simple y literal (lo que conoce en hebreo como el pshat) pasando por el alegórico, el metafórico y llegando al oculto o místico (al sod). Estas cuatro aproximaciones a la lectura son lo que se conoce con el acrónimo de PaRDes.

Para Maimonides, para leer la Tora en forma filosófica uno tenía que leerla en forma alegórica. No podía ser entendida por lo que literalmente decía sino que la Tora esta todo el tiempo representando o haciendo referencia o alusión a otra cosa. En otras palabras uno no puede leerla tal cual esta escrita sino que debe interpretarla constantemente.

Por lo tanto haciendo una lectura alegoría es la única manera que un filosofo, es decir un ser racional, puede encontrarle sentido al texto. El sentido mas simple en el cual cualquiera puede leer la Biblia no nos permite entenderla, según Maimonides.

Por ejemplo Dios es descripto en forma muy humana en la Tora, lo que se conoce con el termino de antropomorfismo y eso es muy simple para Maimonides y sería muy mediocre de parte nuestra pensar que podemos describir a Dios del modo que la Tora lo describe en el sentido literal, en el pshat. No podemos ser tan simples porque de hecho eso llevaría a un error.

La Tora hay que leerla en forma alegórica y dejar en claro que todo el tiempo esta haciendo alusión o referencia a otra cosa. Todo el tiempo debemos interpretarla. Cuando la Tora nos dice que Dios nos saco de Egipto con “mano fuerte y brazo extendido” no debe entenderse literalmente así. Seria un gravísimo error pensar que Dios tiene brazos y manos.

Pero Spinoza es el primero en decir «NO».

Si queres entender la Tora, eso es lo que dice. Si queres verla racionalmente no podes verla ni entenderla alegóricamente. Si esta hablando de profecía esta hablando de profecía y por ende el planteo de Spinoza es “dejenme leer el texto”.

Y este el quiebre radical de Spinoza, lo que el llama una “lectura natural de la Biblia”. “Dejenme leer lo que esta ahí escrito. Lo que dice realmente y literalmente. Lo que vos y yo leemos por igual al leer estas palabras. No me obliguen a leerla artificialmente o arbitrariamente, no me obliguen a imponer todo un sistema de valores o remitirme a otros textos comparativos para poder entender este texto.”

De hecho al decir esto Spinoza no solo se estaba oponiendo a Maimonides, sino a toda la tradición milenaria judía que concebía la idea que leer la Tora implicaba leerla alegóricamente e interpretarla. Spinoza es el primero en decir “NO”, es decir “Basta con esto”. Como un hombre moderno, un hombre de las ciencias,  un hombre racional, Spinoza nos pide leer el texto por lo que literalmente dice sin agregarle otras cosas ni compararlo con otros textos ni citando el midrash, ni otras fuentes, ni nada mas.

Al hacer esto Spinoza sienta las bases para la moderna lectura de la Biblia y crea el academicismo bíblico, es decir el modo en que los académicos van a leer este texto argumentando que la Biblia: no fue escrita por Dios, no es de autoridad divina sino que fue escrita por hombres durante un largo periodo de tiempo.

De hecho desde 1700 en adelante veremos el nacimiento de lo que se conoce como Critica Bíblica, lo que implica la noción de leer la Biblia como un documento escrito por el hombre y por lo tanto sujeto a la interpretación que queramos darle. Y esta es la postura académica, es decir universitaria, de la Biblia.

Y este es el motivo por el cual Spinoza es el pensador clave que va a cambiar la historia no solo de la filosofía y el judaísmo en la modernidad sino en el estudio de la Biblia en las universidades modernas. Si la Biblia era ahora removida de su status divino y se entiendía en términos literales, ésta había perdido ahora ese sentido de sacralidad, de santidad, de nunca haber sido tocado por la mano del hombre y ahora podía verse como cualquier otro texto creando por el hombre, como cualquier obra de Shakespeare, Dante, etc.

Incluso Spinoza dice que cuando la Tora habla de los milagros y de los profetas que hablan con Dios, tenemos que leerlos literalmente así. Claramente la noción de milagros en la Tora sugiere que este es un texto irracional. Para Spinoza los milagros no ocurren, la de idea los milagros ofenden nuestras sensibilidades modernas, racionales y científicas. Lo que Spinoza nos dice es que podemos racionalizar los milagros, pensar cualquier clase de excusa, decir que levantarnos a la mañana o estar vivos o el nacimiento de un niño es en si mismo un milagro  pero Spinoza nos dice que esas son excusas racionales humanas y que las aguas no se abren  al medio y uno puede buscar algún tipo de justificación científica o romántica para estos fenómenos (del modo en que Maimonides había interpretado alegóricamente los milagros diciendo que Dios había permitido que estas rarezas sucedieran y vemos que incluso a Maimonides le costaba entender los milagros como ser racional).

Pero lo que Spinoza nos dice es que lo realmente sucede es un milagro y no podemos entenderlo de otro modo. Spinoza nos esta diciendo: “No intentes entender los milagros desde una mente moderna racional. Los milagros son milagros”. No busques otra palabra para explicarlos.

Pero al ser un ser moderno y racional por supuesto, Spinoza dice que si bien los milagros son milagros y no deben ser explicados ni entendidos racionalmente o de otra manera, el motivo de su aparición en la Tora es lo que gente primitiva, que no tiene la educación ni el intelecto que Spinoza tenía, necesitó para entender el mundo y su pasado común. Y como no podían explicarlo lo llamaron milagros, es decir objeto o medio de admiración. Pero para nosotros (nos dice Spinoza) que ahora entendemos, que somos seres racionales y modernos (a diferencia de nuestros antepasados que eran esclavos primitivos y tercos)  la Biblia debe ser desafiada y entendida por lo que literalmente dice.

 

El quiebre

Claramente cuando uno empieza a desmantelar estas ideas y asunciones que están articuladas en forma tan racional y que sostenían el sentido del ser judío hasta la era medieval, la critica de Spinoza es devastadora y abre la verdadera pregunta sobre cómo puede uno argumentar seguir siendo judío y cual es la particularidad judía en la modernidad.

Habiendo disminuido el origen divino de la Tora, ya no queda en pie la noción de que el pueblo judío es el pueblo elegido. Cada uno puede ahora pensar que es él el elegido, que él es especial, que él es único y que los judíos ahora son tan solo un grupo mas.

Por supuesto que bajo este nuevo contexto no hay tampoco ninguna razón para observar las leyes rituales o mitzvot. Las mitzvot están unidas al concepto de teocracia, es decir la ley de Dios como la única o verdadera. En la Teocracia Dios entrego a su pueblo elegido en la tierra, leyes que deben ser observadas. El único sentido que tiene observar estas leyes es en el marco de una teocracia. Cuando los judíos fueron expulsados de la tierra y vivían ahora bajo el poder de otro gobierno ya sea cristiano, musulmán o el moderno y secular de Amsterdam, para Spinoza ya no hay necesidad de observar las leyes rituales sino las del estado.

Por supuesto que de aquí se desprende, y se viene otro “palazo” de Spinoza, que ya no hay que aceptar las palabras de los rabinos. Los rabinos son como cualquier otra persona, un ser humano mas que lo único que hace es estudiar y leer textos todo el día, y es un sujeto al cual uno puede escuchar si le hace bien y le sirve, puede emocionarnos, o simplemente podemos ser indiferente a sus sugerencias y argumentos.  Y por lo tanto ya nadie mas necesita observar las leyes rituales o mitzvot como algo significativo y lo único que tenemos que observar son las leyes del Estado.

Spinoza reduce la noción de ser elegidos y desarma en un libro todo el pensamiento de miles de años.

Por lo tanto lo que Spinoza ha hecho es finalmente tirarnos una bomba que destruye la triada que hablamos en nuestra primera publicación: ha destruido a Dios, la Tora y sus mitzvot y a Israel como pueblo distinto, particular o único. Ha destruido a la autoridad Rabínica, los milagros, las lecturas interpretativas de la Tora y el relato histórico de la Biblia misma.
¿Como hizo todo esto Spinoza? ¿Como logro esto? ¿Por qué Spinoza genera el quiebre?
Y acá esta la clave para entender a Spinoza.

 

Clave para entender a Spinoza

Debemos entender que Spinoza es el primero en convertirse en el observador que observa.

Se ve asimismo como un sujeto que interpreta constantemente y que tiene esquemas de referencia a la hora de leer cualquier texto. Se ve a si mismo como un ser subjetivo que no puede dejar de tener filtros y prejuicios personales a la hora de leer (de acuerdo al contexto y situación histórica y vivencial que le toco y le toca vivir diferente a la de otros sujetos de la historia) y de alguna manera nos dice que nosotros finalmente elegimos qué queremos entender de acuerdo a los que nos conviene o nos cierra mas para nuestra propia coherencia y lo que nosotros necesitamos creer y creernos para estar en paz con nosotros mismos.

No somos tan honestos como creemos, nos dice Spinoza. De alguna manera, nos sugiere Spinoza, vamos amoldando nuestras lecturas (literales y de la vida) para que ellas encajen en nuestros pre-conceptos y no presenten contradicciones que pongan en peligro la tradición rabínica o incluso nuestra paz interior.

En otras palabras, Spinoza es el primero en decirnos que aunque no queramos aceptarlo, tenemos asunciones o pre-conceptos o prejuicios o expectativas de lo que la Tora como texto tiene que sugerirnos; y si no entendemos lo que nos dice o nos resulta contradictorio con lo que la tradición estipula que debería decirnos, entonces debido a nuestros pre-conceptos le buscamos la vuelta una y otra vez hasta que el texto finalmente coincida con las asunciones preconcebidas. Si el texto es divino o revelado o dictado por el mismo Dios, si no nos queda clara alguna idea que allí aparece o algo que ahí se sugiere cuando estamos leyendolo, o el error o la confusión es nuestra y no del texto que es sagrado y por lo tanto es nuestro deber buscarle la vuelta a través de la cita a otros textos como la ley oral por ejemplo para que todo cierre.

No aceptamos el caos porque nos asusta y nos parece irracional sino que nos gusta el cosmos, el orden, porque creemos que ahí esta la plenitud. Todo tiene que tener un sentido, todo tiene que cerrar y nada puede contradecir el sistema. Este es el motivo por el cual a veces se evitan ciertos conceptos o temas porque presentan temor. Hay que tener mucho coraje para sostener la duda. Hay que tener coraje para sostener internamente dos ideas contradictorias. Y ésta es la famosa exégesis judía. Esta es la maestría de los judíos y de la tradición judía. El dominio de la recursividad del lenguaje y de la hermenéutica, es decir la interpretación.

Pero Spinoza nos  advierte y nos enseña que si bien esta es la riqueza de la interpretación judía, todo esto no es ser racional sino totalmente subjetivos evitando aceptar criticas que puedan hacer tambalear nuestras propias interpretaciones y en consecuencia nuestros propios esquemas, sistemas e incluso nuestras propias vidas.

Como queremos llegar a que todo nos cierre porque es lo que nos atrae y necesitamos, no toleramos que las cosas no tengan sentido o que algo parezca fuera de orden, equivocado o contradictorio. Interpretamos los eventos que nos suceden e incluso los textos que leemos amoldándolos a aquello que llamamos «sentido» (es decir «dirección») y que nos permite vivir en paz. Para mucha gente vivir en paz significa que absolutamente «todo cierre», que todo «tenga sentido» y que todas las cosas «sucedan por algo». Para otros vivir en paz significa desarrollar la capacidad de abrazar las contradicciones, lo diferente, lo que para otros es lo obvio y para nosotros no, lo que muchas veces no cierra, lo insensato, lo ilógico, lo desconocido, incluso lo paradójico, lo irónico y lo absurdo.

 

El rol o funición de la Biblia

Los profetas para Spinoza son todas fábulas. Todas estas historias de la Biblia para Spinoza fueron escritas porque las personas que antiguamente no eran educados ni podían comprender el mundo como nosotros lo hacemos hoy necesitaban que les cuenten historias y mitos sobre los patriarcas y sus esposas, y necesitaban todas estas historias éticas y morales para educarlos.

En conclusión para esta visión de Spinoza la Biblia tenia un rol que desarrollar: y ese rol era educar a gente que era idiota. Educar a gente que no sabe si algo es mejor o peor en el mundo, es decir educar a la gente tonta o simple que no puede alcanzar la verdad de la moral mas elevada a través de la razón y el intelecto. Para todos ellos que no tienen la profundidad racional, la Biblia simplemente juega un rol pedagógico a través de historias, cuentos y relatos que pueden darle una mínima educación. Pero Spinoza decía que para aquellos que son como nosotros los filósofos, los seres modernos y racionales hay ahora maneras mas directas y verdaderas de llegar a la verdad.

 

Impacto de la crítica de Spinoza

Esta es entonces la critica de Spinoza y su impacto por supuesto es enorme. Todos los pensadores de ahora en adelante deben lidiar con los argumentos de Spinoza. De hecho nos hemos puesto en una situación dificilísima ahora para definir que es el judaísmo de la modernidad. Y como mencionamos en la publicación anterior, en lo filosófico e intelectual, el judaísmo moderno es una respuesta a los argumentos de Spinoza.

Spinoza nos presenta el argumento mas difícil de todos.

Nos presenta al mundo secular y nos dice: “todo aquellos que para vos significa ser judío no tiene mas relevancia ni sentido ni legitimidad en este nuevo escenario del mundo”.

Si la moral y la ética son los valores de este nuevo mundo global, racional, universal y secular, (recuerden el argumento de la gente moderna y la “educacion en valores”) yo puedo ser moral, tener valores y ser ético, en pocas palabras, ser una “buena persona” de acuerdo al pensamiento racional, sin tener que practicar el judaísmo. No necesito ponerme el tefilin ni comer kasher para ser una buena persona. E incluso puedo encontrar la verdad mas profunda sin el judaísmo e incluso y como veremos para finalizar esta publicación sin el cristianismo! Sin las religiones! En pocas palabras, no hace falta ser religioso para ser una buena persona.

Y por lo tanto todo judío que se considera a si mismo un judío interno (recuerden nuestra segunda publicación sobre el judío interno que quiere seguir siendo judío pero necesita ajustarse para vivir en el mundo que lo rodea debido a los cambios con los estados modernos, la secularización y los valores ahora universales que estamos describiendo) debe enfrentar el argumento de Spinoza.

Y es por eso que es impresionante incluso hasta nuestros días ver como Spinoza nos sigue observando cuando lidiamos con estos temas. Esta ahí mirándonos. Necesita una respuesta. Una vez que ha dicho esto, que lo ha verbalizado y puesto por escrito uno ya no puede evitar u obviar estos argumentos.

Estos son los argumentos del mundo moderno! Y ahora finalmente han sido legitimados por uno de los mas grandes filósofos de la modernidad. Debido a Spinoza y su racionalidad finalmente se ha comenzado a juzgar la Tora racionalmente y por lo tanto se ha hecho imposible reconciliar de ahora en adelante la fe y la razón. Ambas no son compatibles.

Spinoza ha desarticulado a Maimonides y todos aquellos que lo siguen.

Para ponerlo en las palabras propias de Spinoza: “debe permitirse a la mente humana alcanzar la verdad fuera de los dogmas y los presupuestos históricos heredados, ya que la libertad del pensamiento es hoy la acción mas sagrada”. Por lo tanto nada de leyes rituales, nada de mitzvot, sino usar tu intelecto, tu racionalidad, tu mente. Tu pensamiento es el acto mas sagrado de ahora en adelante.

En consecuencia Spinoza es el gran judío externo que dice que no hay que seguir con el judaísmo y la idea de pueblo elegido. La religión es solo significativa cuando es universal. Cuando es compartida por todos los seres humanos. Sin particularísimos entre cristianos, judíos, musulmanes, etc.

Este el otro gran argumento del mundo moderno en el que vivimos nosotros hoy. La universalidad de toda experiencia humana. Spinoza nos dice que ya no podemos hablar de Dios, Moral, Etica, del modo correcto o verdadero y solo limitarlo a los judíos. Los judíos no tienen una moral separada nos dice Spinoza. El único sentido de la moral es cuando atraviesa las particularidades. Cuando los judíos como hermanos de los cristianos y musulmanes y los musulmanes y los cristianos como hermanos de los judíos y todos hijos de un mismo Dios estamos moralmente preocupados el uno por el otro. Este ya no es un argumento racional sino que es un argumento a favor de la universalidad del nuevo mundo secular y la condición humana de la modernidad. Ya no va a ser mas una condición judía o cristiana sino humana. Todo esto representa el gran argumento de Spinoza.

 

Spinoza, Jesús, Pablo y el cristianismo

Para finalizar vamos a agregar un punto mas.

Como ya mencionamos, cuando el Tratado Teológico Político fue publicado en 1670 se hizo en forma anónima. Spinoza no estaba preocupado por los judíos. No le importaba en absoluto si ellos estaban ofendidos o no ya que el mismo ya se había separado de la comunidad hacia rato. De todos modos la comunidad judía lo excomulgo pero esto ya era algo inútil ya que a él ni le interesaba ni le afectaba. Seguía teniendo amigos judíos, seguía interactuando con sus colegas y compañeros.

Pero lo que realmente le preocupaba eran los cristianos y de hecho tenia buenos motivos para estar preocupado porque si uno lee el libro en forma correcta el Tratado no solo esta hablando de judaísmo sino también del cristianismo. Cada uno de los argumentos sobre racionalidad, sobre la razón, sobre la noción de Dios, sobre el modo en que el Tratado nos hace ver el mundo ahora puede tranquilamente aplicarse tanto a cristianos como a judíos. ¿Cómo hizo Spinoza para resolver este problema?

Jesus es nombrado a través del Tratado Teológico Político como una especie de profeta que comienza el proceso de universalizar la experiencia religiosa. Pero el verdadero héroe del libro del modo que Spinoza lo distingue no es Jesus sino Pablo, el discípulo mas famoso de Jesus, que como Uds. saben era otro judío que había nacido con el nombre de Shaul o Saul.

(Jesus era judío, Pablo era judío, Spinoza era judío y todos estos creando, recreando y desarmando todo…)

La tarea de Pablo como el discípulo mas destacado de Jesus fue la de universalizar la fe cristiana. No es necesario ser judío para ser cristiano. Hasta este momento los judeo-cristianos habían sido una secta que se había desprendido del judaísmo mismo en el momento en que el templo de Jerusalén había sido destruido y diferentes grupos peleaban por la continuidad judía entre los que se encontraban los fariseos y los saduceos y otros grupos mas.

Pero Pablo había llevado todo esto un paso mas adelante. El vio la verdad que un no-judío que es una persona correcta y de buena voluntad podía ser un buen cristiano. En otras palabras cualquiera que lo deseara podía hacerse cristiano. Para Spinoza Pablo es el gran universalista de la fe cristiana y en este sentido Spinoza se vio a si mismo como un nuevo Pablo que había llevado la universalidad religiosa a un plano aún mas elevado que Pablo, mostrando sus fundaciones racionales.

De hecho esta era la belleza de toda la formulación de Spinoza para si mismo. Spinoza como judío se vio a si mismo como el gran universalista que finalmente venía a redimir al mundo de las religiones dogmáticas del pasado. Lo que Spinoza había creado era algo que era post-judaísmo y post-cristianismo era una fe racional universal para todos los seres humanos. (finalmente alguien hablaba de los «Valores Universales») que muchos comparten y que en lo personal escucho a menudo cuando hablo con gente acerca de la religión hoy en día.

Muchos me dicen que creen en “valores universales” o frases  como “nosotros a nuestros hijos los vamos educamos en valores” y yo por supuesto les pregunto ¿de dónde surgen esos «valores»? ¿quien los determina? ¿uno mismo? ¿uno es la vara de lo bueno y lo malo?¿uno solo determina lo correcto y lo incorrecto?¿acaso nos gustaría que todo el mundo funcionara de ese modo? ¿que pasaría si lo que es bueno para mi implicaría algo malo para vos? Todo estos pensamientos se los debemos a Spinoza.

 

Conclusión

Por lo tanto y reforzando lo visto hasta ahora los argumentos de Spinoza ponen en jaque los valores seculares del mundo moderno y la tradición judía. Y gracias a ese movimiento de Spinoza llegamos a la pregunta fundamental no solo para su época sino hasta el día de hoy y que nos toca de cerca. En la forma mas sencilla de articular, esta pregunta sería: ¿puede uno ser un judío moderno y a la vez ser un judío observante? ¿es posible ahora ser un verdadero hombre moderno y a la vez un judío tradicional?

Para Spinoza esto es inconcebible e incompatible. Si uno es moderno es por defecto liberal y no puede tener ningún tipo mandamientos u obligaciones que están impuestos sobre uno.

La idea de libertad absoluta, de hacer lo que uno quiera, de seguir el propio instinto y destino, contradice el concepto de mitzvot impuestas como obligaciones. En otras palabras lo que Spinoza esta diciéndonos es que tenemos que cambiar todo un sistema de leyes tribales comprendidas desde la noción de una revelación, por un nuevo sistema que es secular creado por el hombre y que se adecua a los nuevos tiempos.

Y acá esta el gran dilema que mucha gente aun no ha comprendido del todo y se discute hasta estos días en todos los contextos judíos del mundo, desde Argentina hasta Hong Kong e Israel mismo.

La noción de que existen “valores liberales”, “seculares”, “democraticos” o “modernos” por un lado, en contra de los “leyes rituales”, “mandamientos impuestos sobre el hombre y que deben ser observados aun cuando no tienen lógica” o lo que llamamos “mitzvot” por otro lado. ¿Son compatibles estos dos mundos? Y esta es la gran pregunta de la modernidad para los judíos. Esta es la pregunta a la cual todos los pensadores y rabinos que estudiaremos a continuación deberán responder. Esta es La pregunta y es Spinoza el que la ha servido en bandeja.

 

En síntesis, para Spinoza los valores judíos ya no son compatibles con el mundo moderno que concibe la separación de la religión y el estado. O sea que ademas de tener que ahora argumentar sobre la particularidad judía cada pensador que tenga que lidiar con Spinoza va a tener que responder y asumir una posición frente al argumento de los valores del mundo moderno liberal, secular, universalista, global, capitalista y los valores judíos tradicionales medievales ya que ambos para Spinoza representan una contradicción. No es lo mismo el mundo medieval que el mundo moderno. No son los mismos tipos de desafíos, no son las mismas condiciones sociales.

El judaísmo moderno representa entonces una serie de respuestas, criticas, revisiones e incluso intentos de evitar los argumentos de Spinoza y como veremos en nuestra próxima publicación y comenzando con Moises Mendelsohn y llegando hasta nuestros días todos los judíos que quieran continuar con la tradición judía, que quieran ser judíos internos,  deben encontrar la manera de reconciliar la autonomía personal de hacer lo que les gusta o quieren (como cualquier otro sujeto moderno que elige libremente y estudia por ejemplo una carrera universitaria, o hace actividades que no son de origen judío sino griegas o de culturas paganas como ser deportes, o en la modernidad presenciar formas modernas de manifestaciones artísticas de origen pagano como el teatro o el cine o escuchar música clásica y opera ambas enraizadas en la cultura griega politeísta o peor aun escuchar rock and roll y música pop, todos géneros y formas musicales construidos sobre principios de igualdad de géneros y valores completamente universales) en contra de la tradición judía pre-moderna y las mitzvot anteriores a todos estos cambios del mundo moderno.

Los judíos externos mas reconocidos que abandonaron sus practicas y los nombramos en nuestra primera publicación son Marx y Freud quienes van a idealizar a Spinoza y criticar el particularísmo judío en nombre de un ideal mayor. Incluso y si mal no recuerdo, Freud tenia una cuadro de Spinoza colgado en su estudio.

Pero lo que nos interesa a nosotros son las respuestas de los judíos internos ya que el judaísmo sigue vivo y vibrante y ha logrado sobrevivir a las críticas de Spinoza. Por lo tanto en nuestra próxima publicación comenzaremos a ver como comienzan a responder los judíos a estos argumentos intentando encontrar una respuesta a los desafíos que cambiaron para siempre el pensamiento moderno debido a un gran pensador que fue Baruj Spinoza.

Archivado en: Judaísmo Pre-Moderno, Podcast Historia Judía Moderna Etiquetado como: "Guía de los perplejos", el quiebre de spinoza, judaismo moderno y judaismo medieval, separacion entre religión y estado, spinoza, Tratado Teológico Político

Lo más leído

  • Ayin: el concepto de Dios como Nada en el Misticismo Judío
  • El órgano más poderoso del cuerpo
  • ¿Cuál es el significado más profundo de Sucot?
  • El Mejor Comentario de RaShi a Toda la Tora - Humildad, Ignorancia, Curiosidad y Asombro
  • Esto es lo que necesitas recordar para nunca quedarte solo
  • Qué pregunta debes cambiar para no tener miedo a la muerte
  • ¿Estás seguro que quieres ser libre para pensar y hacer lo que quieres?
  • La razón irracional de la Halaja: un sistema absurdo para lidiar con el absurdo
  • "El Violinista en el tejado estaba equivocado": porqué el judaísmo está espiritualmente ascendiendo más que nunca
  • ¡No mandes a tus hijos a ese colegio! La educación infinita y el juego del miedo educativo en Chile

¡EXPANDÍ TU SABIDURIA!

 

diostapa




Acerca del Autor

 Hola, soy Diego Edelberg, el fundador del blog Judios&Judaismo.com. Me apasiona todo lo relacionado con la música, el judaísmo, la interpretación, la educación, la mitología, la filosofía, la religión, la ciencia, la historia, el arte, la física, la cosmología, la evolución, la sociología, la epistemología, la metafísica, la cabalá y en especial aquello que resulta contradictorio, paradójico y absurdo. Para conocer más sobre mi y de qué se trata mi blog visitá la sección Acerca del Autor

Todas las Publicaciones

Nube de Etiquetas

antisemitismo biblia comunidad conciencia conservador conversos diferencias dios duda edad media educación judía el cristianismo el siglo xx en la Modernidad esencia existencia de dios expectativa hong kong israel Jerusalem judaismo judios kabbalah la biblia las religiones maimonides mandamiento midrash misticismo misticismo judío modernidad ortodoxo pesaj plegaria pueblo de israel rabino reformista religion sentido shema israel siglo xvi Sionismo spinoza talmud tora

No me sigas, conversemos

  • E-mail
  • Facebook
  • Google+
  • Twitter

Copyright © 2019 · Aspire Theme en Genesis Framework · WordPress · Iniciar sesión