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Judíos & Judaísmo

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Las 3 Lecciones Fundamentales de Pesaj

31/03/2015 por Diego Edelberg 44 comentarios

Este viernes coincidiendo con Shabbat llega Pesaj. Como estoy anotando en una incontable cantidad de grupos y listas de emails de casi todas las denominaciones judías que existen, mi casilla se ha saturado ya de información con respecto a esta celebración. Los emails van desde recetas hasta cómo hacer todo para Pesaj explicado paso-a-paso.

A pesar que muchos tienen una teología fatalista con respecto al futuro (existe un entendimiento para algunos judíos que como nos alejamos cada día más de Sinai estamos cada día peor), mi experiencia me dice que vivimos en una era privilegiada comparada con muchos de nuestros antepasados quienes sufrían pobreza, persecuciones, torturas y asesinatos en masa. Además de eso vivimos en una era en la cual ya no hay escasez de información ni recursos para estudiar y formarse como ocurría en la Edad Media. Hoy gracias a Internet (¡y en especial Facebook!) es imposible no enterarse cuándo se acerca una festividad judía y cómo cada uno se va preparando para celebrarla. Cada sitio judío que hay en la Web está publicando a más no poder.

Pero el problema con la sobreabundancia de información es perder la capacidad de distinguir qué es realmente lo que importa. Por eso aquí va en forma muy breve 3 lecciones fundamentales de Pesaj con lo más importante que tenemos que tener presente en los próximos días.

 

Las 3 Lecciones fundamentales de Pesaj

 

Todo comienza con una oración

Tal vez la frase que encapsula toda la festividad es la que se encuentra en la Hagadá misma:

«En cada generación uno debe verse a sí mismo como si hubiese salido de Egipto.» (Pesajim 116b)

El desafío es leer esto y sentirlo cuando, a diferencia de nuestros antepasados, estamos cómodamente sentados en una mesa comiendo exquisita comida que seguramente ninguno de los judíos que abandonaron Egipto jamás imaginó que existiría. La discontinuidad histórica con este episodio es tan inmensa que realmente se impone la pregunta ¿qué es lo que debemos realmente sentir o imaginar? ¿En qué sentido podemos imaginarnos saliendo de Egipto? 

 

 

 

#1 Sorpresa y asombro

El objetivo central del seder es sorprender a los más pequeños. La idea es que se pregunten ¿por qué es esta noche diferente de todas las demás? Sin embargo, en nuestra búsqueda por cerrar la brecha histórica con nuestros antepasados que salieron de Egipto intentando comprender cómo podemos sentir lo que ellos sintieron, nosotros mismos deberíamos preguntarnos lo mismo no solo esta noche sino a cada instante. No hay nada peor que perder la capacidad de asombrarse, de sorprenderse por lo increíble que es el mundo y nuestra existencia. Si podemos por un instante usar nuestra imaginación y construir – como si fuéramos niños otra vez- la escena que nos contaban en la mesa sobre las plagas y los milagros de la redención, entonces debemos luego replicar ese sentimiento con todo lo que nos rodea por el resto del año.

Desde la llegada de mi hija Hannah al mundo (¡hace tan solo 11 semanas!) me emociono a cada segundo cuando la veo mirar el mundo y pienso, ¿qué estará pensando ella? ¿cómo estará construyendo su realidad? ¿qué pensará cuando ve gente hablando, autos, árboles, agua, arena, cemento, edificios, aviones, abrazos, sonrisas, luz, computadoras, teléfonos, Skype con los abuelos y un papá que la mira enamorado directamente a los ojos? Hannah y yo vemos el mismo mundo. Pero al igual que los esclavos que emergen hacia una tierra prometida su mirada es la que me salva, me redime y me rescata como Dios ayudándome a recordar que debo volver a mirar el mundo como si fuera algo nuevo todos los días. Tal vez ese es el motivo por el cual los abuelos aman tanto a sus nietos. Una vez más y con la mirada renovada les recuerdan lo precioso que es vivir. Es muy simple y a veces triste acostumbrarse a todo.

Si podemos identificarnos con esta experiencia inconcebible e indescriptible que admiramos en los niños, el poeta o el artista que ve el mundo constantemente como una obra de arte, entonces habremos aprendido una de las lecciones fundamentales de Pesaj. No solo esta noche es diferente a todas las demás sino que cada respiro y momento es único,  diferente a todos los demás y por eso sagrado. Así la lección más sagrada que enseñamos a los niños en Pesaj es: nunca dejes de sorprenderte.

Quienes buscan a Dios podrán encontrarlo en todos lados si tan solo cambian la óptica de lo que es sorprendente y maravilloso. Estamos rodeados de belleza y milagros todo el tiempo. Sin embargo hemos reemplazado el asombro por la existencia por el asombro en la tecnología. Y aclaro que amo la tecnología. Pero me recuerdo siempre que ella está al servicio de mi vida y no yo al servicio de ella. Lo increíble no es asombrarnos por un reloj que también es computadora, teléfono y todo lo que se nos pueda imaginar. Lo increíble es asombrarnos que estamos vivos. Y en la conciencia de esta simple pero asombrosa reflexión está Dios acompañándonos a cada instante.

 

 

 

#2 Dejar ir

¿Qué es lo primero que los esclavos le dicen a Moisés apenas salen de Egipto? ¡Queremos volver! ¡Allí teníamos comida y «trabajo»! Así Moisés se pasa el resto de la Tora enseñándoles en esencia una sola lección: saquen Egipto de sus cabezas, miren lo que hay adelante ¡Cambien! ¡Transfórmense!

Esto no significa olvidar todo lo que uno aprendió en la vida porque si uno no sabe de dónde viene es muy difícil saber a dónde quiere ir ni reconocer cómo llegó a dónde llegó. Para mí lo más increíble del relato es que, a pesar de todo el esfuerzo y los milagros, se necesita finalmente un nueva generación porque la que sale de Egipto en el fondo nunca «salió» de su esclavitud.

Esta enseñanza es fundamental porque nos recuerda que, como le sucede al Faraón, al no poder concebir una realidad diferente, un mundo sin sus esclavos hebreos, termina no solo destruyéndose a sí mismo sino todo su imperio. Muchas veces aquello que pensamos nos da fuerza y debemos aferramos es lo que nos detiene para cambiar y hacernos mejores. En cada generación uno debe verse a sí mismo como si hubiese salido de Egipto significa aprender literalmente a soltar.

 

 

 

#3 Habitar el desierto

La lección #2 nos lleva directamente a esta última lección. Habitar el desierto de la vida significa que dejamos atrás aquello que creíamos nos daba fuerza para abrazar ahora la incertidumbre momentánea y la esperanza que la tierra prometida comienza apenas salimos de Egipto y no con la llegada. La Hagadá es un viaje en el cual nunca llegamos a ningún lado. Año tras año cerramos cantando «el próximo año en Jerusalem». Incluso si estamos en Jerusalem pedimos por una reconstruida Jerusalem. No hay final para el viaje de la vida. No hay llegada. Solamente una constante salida. Siempre estamos en Egipto y eso no es malo sino que significa habitar el desierto. Así como es un error sentarse a la mesa preguntándose, ¿cuándo comemos? ¿cuánto falta para que termine? Lo mismo nos puede pasar con la vida. Todo sucede en el camino. Realmente me sorprende lo apurados que estamos que no podemos ni siquiera esperar y compartir la Hagadá una vez al año. Cada instante que vivimos es y al mismo tiempo no es la tierra prometida.

 

 

 

Las lecciones fundamentales de Pesaj

Aprovechemos Pesaj para recordar que: a diferencia de un videojuego con «vidas infinitas» aquí tenemos una sola. Durante esta sola vida debemos aprender a apreciar las maravillas y milagros que nos rodean cada día. Encantarnos con lo espectacular que es compartir con familia y amigos. Sorprendernos con la belleza del mundo. Aferrarnos cuando estamos sueltos y soltarnos cuando estamos demasiado agarrados. Y a cada paso bendecir a quienes nos acompañan junto a quienes con profundo amor nos enseñaros, nos legaron valores, nos acompañaron durante un tiempo y si bien ya no están físicamente aquí siguen estando en el amor trascendente de lo compartido y que la muerte no puedo destruir puesto que al final y según Jad Gadiá la muerte misma morirá en manos de Dios.

Atesoremos el viaje habitando con amor y fe la incertidumbre del desierto. Estas son las lecciones centrales de Pesaj. Que tengamos todos hermosas fiestas.

¡Jag Sameaj!

Archivado en: Calendario Hebreo (Luaj) Etiquetado como: en cada generacion pesaj, esclavitud, las preguntas de pesaj, lecciones de Pesaj, liberación, pesaj, redención, seder de pesaj

Resolviendo misterios de Pesaj

27/03/2015 por Diego Edelberg 18 comentarios

Este Shabbat es Shabbat HaGadol, lo cual me recuerda que Pesaj ya está aquí. Pesaj nos trae a todos hermosos recuerdos, olores, risas, canciones, anhelos de liberación, matza, la memoria de seres queridos que ya no comparten la mesa con nosotros y por encima de todo esto mucha, pero mucha comida.

Si bien el año pasado escribí El Verdadero Sentido del Seder de Pesaj (una de las publicaciones más leídas del blog) en donde me enfoque más en el sentimiento familiar que expresa Pesaj, este año e influenciado por lecturas académicas que vengo compartiendo, quería enriquecer nuestra tradición fusionando los comentarios de dos de mis pensadores favoritos: Lawrence Hoffman y Marc Zvi Brettler.

A quienes les guste ser desafiados prepárense para un enriquecedor viaje en el cual voy a inspirarme utilizando y traduciendo fragmentos de esta publicación de Hoffman y esta otra de Brettler. De paso les recomiendo dos volúmenes infaltables para todos los que quieren comprender la historia de la Hagadáh, el texto que utilizamos como guía durante el seder (orden) de Pesaj: My People’s Passover Haggadah: Traditional Texts, Modern Commentaries Volume 1 y My People’s Passover Haggadah: Traditional Texts, Modern Commentaries Volume 2. Estos dos libros cuentan con la participación de estos autores y al igual que la serie en la que Hoffman editó 10 volúmenes sobre el Siddur, aquí también invita a rabinos y académicos para que expongan una visión histórica, teológica, cabalística, jasídica, filosófica, lingüística, bíblica, feminista, medieval y moderna basándose en las ediciones más antiguas de la Hagadáh preservadas en manuscritos anteriores a la imprenta. Así estos académicos fueron viendo como el texto de la Hagadáh (junto con la celebración de Pesaj) fue modificándose a lo largo del tiempo incorporando nuevos textos, canciones y costumbres. No solo eso sino que además los autores comparan entre distintas Hagadot que utilizan hoy judíos Reformistas, Ortodoxos, Conservadores, Reconstruccionistas y Jasídicos (Luvabitchers y Bretslav) en diferentes partes del mundo contrastando las decisiones editoriales de cada grupo.

 Resolviendo el misterios

 

La experiencia mitológica de Pesaj y Shabat HaGadol

Nadie sabe exactamente por qué este Shabbat se llama Gadol («grande»). La primera vez que aparece escrito este Shabbat de ese modo en la historia es en el Evangelio de Juan (¡de todos los lugares posibles!) y ninguna fuente judía lo utiliza hasta la Edad Media. Para cuando aparece escrito por primera vez en los textos judíos de la Edad Media ya nadie sabía mucho más sobre qué significaba debido a la distancia histórica. Entre las posibilidades, sin embargo, está la comprensión de que precede a la mayor fiesta en nuestro calendario: Pesaj marca el evento que nos dio nuestro nacimiento como pueblo e introdujo la libertad de la esclavitud como un valor supremo para toda la humanidad.

La realidad es que este «Gran Shabbat» fue establecido para ensayar de antemano la experiencia que narra la Hagadáh. Este Shabbat y particularmente su Haftarah (la lectura profética que se agrega luego de la lectura semanal de la Tora) anticipa la necesidad de recurrir a la experiencia mitológica en la cual no solo leemos algo qué sucedió sino que volvemos a sentir lo que está sucediendo ahora. En Pesaj tenemos que imaginarnos que estamos siendo liberados nuevamente.

Pero como la experiencia es justamente mitológica resulta un absurdo no experimentarla desde nuestra propia perspectiva histórica y personal. Por eso merece ser recreada en un lenguaje que nos emocione a nosotros también hoy. En palabras más simples, ningún judío hoy es literalmente un esclavo del Faraón egipcio y hace rato que ya fuimos salvados, recibimos la Tora y volvimos a la tierra prometida. Esto significa que para experimentar mitológicamente Pesaj debemos reinterpretar el sentido de la esclavitud en la idea que simbólicamente siempre somos esclavos de algo o alguien, la Tora es revelada cada vez que nos sentamos a estudiarla y la tierra prometida no es solamente una locación geográfica sino un estado espiritual que anhelamos alcanzar. Hay un Israel material y físico; y un Israel espiritual y transcendente.

 

 

Resolviendo el misterio de Pesaj

Repensar el sentido de Pesaj y actualizarlo en nuestro propio tiempo bajo la experiencia mitológica no es algo que los judíos hacemos en la modernidad solamente. Aunque el texto de la Hagadá cita con frecuencia la Biblia, no hay evidencia en la Biblia que existía en su propio momento histórico un texto conjunto para la narración de ritual del éxodo hasta que aparecen escritos en la Mishná y Tosefta (final del siglo II EC). La Hagadáh es sin dudas un texto creado por los rabinos. Sin embargo, la familiaridad con la Biblia, especialmente en lo que se refleja en el estudio académico de la Biblia, ayuda a resolver uno de los más famosos acertijos de la Hagadá. ¡Aquí vamos!

 

# Clave 1 – El hijo malvado

Es incontable la cantidad de respuestas que se han intentado ofrecer para resolver por qué el jajam (el hijo sabio) y el rasha (el hijo malvado) hacen preguntas casi idénticas pero consiguen respuestas tan diferentes. El rasha, el hijo malvado, pregunta:

«מה העבודה הזאת לכם»

literalmente «¿Qué significa este ritual para ustedes?»

Esta es la pregunta literal que figura en Éxodo (Shemot) 12:26 (la traducción es mía). Frente a esta pregunta la Hagadá nos dice que debemos acomodarle los dientes a este irrespetuoso hijo porque utiliza el pronombre hebreo de segunda persona plural, eso es lajem (ustedes), excluyéndose a sí mismo del relato y la experiencia mitológica. Para quienes no lo saben los judíos no le pegamos a nuestros hijos durante el seder (además ningún padre judío piensa que su hijo no es sino «un sabio»). Así que no se asusten porque el castigo corporal es simbólico como todo lo demás que ocurre durante el seder y esta escena es simplemente leída y actuada como una mini lección dentro de la magistral clase que es la Hagadáh.

#Clave 2 – El hijo sabio

El problema es que la pregunta del jajam, el hijo sabio, ¡también está en la segunda persona del plural! El jajam, el hijo sabio, pregunta:

«מה העדת והחקים ומשפטים אשר צוה  י-הוה א-להינו אתכם»

Literalmente «¿Qué significan los decretos, leyes y reglas que nuestro Dios os ha ordenado?»

Citando ahora Deuteronomio (Devarim) 6:20, el hijo sabio se excluye a sí mismo tanto como el hijo malvado. ¿Por qué es alabado entonces?

 

 

La Solución

La solución al problema es darse cuenta de que el texto bíblico cambió con el tiempo. Incluso en el momento en que las primeras partes de la Hagadáh fueron escritas el texto bíblico aún no estaba totalmente unificado ni de acuerdo con el texto masorético que ahora tenemos nosotros (para entender mejor qué es el texto masorético recomiendo leer La Verdad sobre Los Códigos Secretos de la Biblia). Estas diferencias se reflejan en la pluriformidad (lo contrario de «uniformidad») de los textos que se encuentran entre los Rollos del Mar Muerto y la Septuaginta, la traducción griega de la Biblia que fue realizada para la comunidad judía que vivía en el siglo III antes de Cristo o la Era Común en Alejandría, la cual ya no comprendía el hebreo bíblico tan claramente. Como lo he escrito varias veces, nuestra generación no es la primera en la historia que necesita traducciones de la Biblia al estilo Artscroll para poder entenderla.

Justamente la Septuaginta difiere en varios puntos con nuestro texto hebreo actual porque fue traducido de un texto hebreo diferente del masorético que se convirtió en el texto estándar de la tradición judía posterior (de hecho en muchos casos los Rollos del Mar Muerto han sacado a la luz el texto hebreo que probablemente fue utilizado por los traductores de la Septuaginta)

Desafortunadamente no han sobrevivido fragmentos en Rollos del Mar Muerto de Deuteronomio 6:20. Pero los manuscritos de la Septuaginta en relación a ese pasaje particular sugieren haber sido traducidos de un texto hebreo original que decía:

«¿Qué significan los decretos, leyes y normas que el Señor nuestro Dios ha puesto en nuestras manos?»

Así es, el texto hebreo que utilizó la Septuagina decía otanu en lugar de etjem. Esta lectura es probablemente la base de la drashah, la exposición en la Hagadáh que presenta la diferencia central entre la inclusión (nosotros – otanu) y la exclusión (ellos – etjem). Es por eso que es alabado el jajam puesto que el mismo se incluye a sí mismo en la comunidad aceptando la experiencia mitológica, mientras que el rasha es castigado. De hecho, algunos manuscritos de la Hagadáh (incluyendo la Hagadá de Maimonides), citan al hijo sabio diciendo «nosotros» en lugar de «ellos». En resumen, en la versión de la Septuaginta para Deuteronomio 6:20, el hijo en realidad dice “nosotros” y justamente esa es la lectura que se encuentra en las fuentes talmúdicas de la baraita (la Mejilta, Talmud de Jerusalén como así también en los manuscritos de la Hagada). En otras palabras, esta fue la lectura de referencia que se encuentra en los textos de la Torá citadas por los rabinos que primero enseñaron esta baraita. Y con esta lectura la pregunta del hijo sabio no causa problemas. Pero si lo hace si nos basamos en el texto masorético. Este es un caso raro y notable de una variante bíblica de lo que sería el texto estándar de la Tora que sobreviviría en la Edad Media cuando fue finalmente canonizado.

¿Realmente importa todo esto?

Brettler concluye su blog con la siguiente reflexión:

Todas las religiones cambian con el tiempo. Como judío observante este conocimiento me enriquece conectando mis patrones actuales de observancia, en gran parte construidas por los rabinos, a los patrones bíblicos anteriores. 

Dicho de otra manera, no vamos a utilizar un texto de la Hagadá que se basa en la Septuaginta simplemente porque ahora sabemos de dónde proviene esa tradición. Conocer sobre el origen de los textos no significa que ahora uno puede descartarlos. Si el estudio es serio uno debería utilizar todas las herramientas que están disponibles para conocer mejor sobre su propia tradición acercándose aún más a Dios del modo que Maimonides y RaShi lo hicieron en su propio contexto utilizando todo lo que conocían. Pero más conocimiento no implica menos fe. De hecho, la comprensión de todas estas características que la erudición bíblica académica moderna ha planteado nos ayuda a disfrutar aún más de Pesaj, aún cuando sabemos que no lo estamos conmemorando exactamente igual a como lo hicieron nuestros antepasados más antiguos. Seguramente eso mismo es lo que ellos querrían de nosotros: que Pesaj nos siga conmoviendo y sintamos que donde sea que vamos seguimos en Egipto (si les gustó esta última idea les recomiendo Respuestas Judías para el inconformismo crónico)

Archivado en: Calendario Hebreo (Luaj) Etiquetado como: las preguntas de pesaj, mitología, mitología judía, pesaj 2015, seder de pesaj, septuaginta, shabat hagadol

El Verdadero Sentido del Seder de Pesaj

12/04/2014 por Diego Edelberg 38 comentarios

 

Nosotros somos el Seder

Mientras leo la introducción a la Hagadá “Gates of Freedom” escrita por el genial Eugene B. Borowitz me inspiro, traduzco  sus ideas y comparto el entendimiento que el Seder de Pesaj confunde nuestras nociones tradicionales sobre las prácticas “religiosas” judías. Solo piensen que el Seder de Pesaj sucede en casa y no en la Sinagoga; es conducido por cualquiera y no necesariamente por un rabino o un jazan; involucra comer, cantar canciones infantiles y hacernos preguntas más que pedidos a Dios; requiere que bebamos más de lo que generalmente bebemos en una cena contemplando que no es porque deberíamos emborracharnos; nos emociona con relatos sobre esclavitud que nosotros mismos no hemos experimentado y nos sorprende con rituales interesantísimos; evoca tantos recuerdos familiares que son pocos los que piensan literalmente en Egipto durante la celebración; nos da la oportunidad de revivir una experiencia familiar o comunitaria que nos vuelve a transformar cada año tomando como referencia un ritual que comenzó ¡hace más de dos mil años!   

 

“te alegrarás en tu fiesta”

Muchas personas piensan que los temas más importantes demandan seriedad y observancia meticulosa. El Seder tiene un elemento profundo de dignidad humana y divina. Sentados alrededor de la mesa con familiares y amigos no solo reímos y compartimos un momento especial sino que también recordamos a aquellos que ya no comparten la cena con nosotros en este mundo. Pero también siempre delante nuestro debemos tener presente la regla principal que encuadra todas las celebraciones de peregrinaje judío cuando se iba hacia el Gran Templo: “vesamajtá bejaguéja”, literalmente “te alegrarás en tu fiesta” (Deuteronomio 16:14). Esto es un mandamiento. No deberíamos sentir que cumplimos con el Seder si no logramos tener un momento alegre en la mesa.  

 

¿Por qué es esta noche diferente de todas las demás?

¿Cómo hacemos para alegrarnos? ¿Cómo podríamos estar festejando mientras todavía hay gente oprimida que come el “pan de la pobreza” todo el año? Estas no son preguntas simples. Una y otra vez tenemos que extraer del mensaje de nuestra tradición el sentido de nuestras vidas tanto hacia el adentro como hacia el afuera. Los judíos sabemos que los ritos no suceden solos y también sabemos que el poder redentor no se libera del todo cuando incluso hacemos dichos rituales. La realidad es que uno no puede proponer reglas para alegrarse (lo cual explica por qué los Rabinos limitaron sus instrucciones con respecto a este mandamiento). Dejándonos la Hagadá como un texto incomparable de la historia para ser utilizado al potenciar nuestra misión en esta vida, nuestros Rabinos también dejaron a criterio personal responder las propias preguntas que nos conmueven. La alegría en algún punto pasa por el compartir las miradas, sonreírnos, comentar el texto en compañía de gente querida, con amor por lo que estamos haciendo esta noche y en la bendición más sagrada que es la posibilidad de vivir para compartir estos momentos.

 

No te liberes. Convive.

La prueba real de la noche de Pesaj yace menos en el agregado de placeres que en la superación de las adversidades. ¿Qué te molesta más? ¿Lo largo que es el relato? ¿Las discusiones políticas que nunca llegan a nada cuando dialogamos sobre el sentido de ser “libres”? ¿Esos familiares que no tienes ganas de ver porque repiten las mismas historia de siempre? ¿Cantar canciones infantiles todos desafinados? Todo esto también es parte de celebrar la herencia judía. Mi consejo: considera todos estos desafíos (y los propios) como una prueba hacia tu espiritualidad judía e intenta que esta festividad sea el modo que santificas lo que te molesta de tu propia tradición.

El modelo de celebración al fin de cuentas posee muchísimos ritos que quedan inscriptos en nuestras memorias pero no en nuestras Hagadot: otra vez el mantel se mancha con vino, se rompe una copa, uno de los más pequeños se larga a llorar en medio de la comida, el tío comenta que la mejor matza es la que se come con manteca y sal, la abuela cuenta cómo su mamá hacia el guefilte fish (perdón los sefaradim que están leyendo) y tenemos suerte si nuestras propias Hagadot no terminan llenas de pedazos de matza o manchadas con vino. ¿Podríamos evitar todo esto? Sí podríamos. Pero no sería Pesaj. Unas gotas de vino en el mantel no tienen la densidad como para ahogar la alegría de no ser esclavos. Y en realidad no lo admitimos pero estamos tan acostumbrados a todo esto que si nos falta lo extrañamos más que nada en este mundo.

 

Lo Ordinario con lo Extra-ordinario

Todo esto nos ayuda a construir ese maravilloso entramado que es el judaísmo, una tradición que nos permite integrar lo ordinario con lo extraordinario, lo antiguo con lo sagrado y lo sagrado con lo novedoso. Para los que estamos lejos de casa y la familia cada gota de vino representa alegría y extrañamiento. Pero es una bendición para Laila y para mí compartir el Seder con nuestra comunidad y amigos en Hong Kong y en lo personal queridos lectores con todos ustedes que hacen mi vida más alegre y más significativa.

¡Los quiero a todos y les deseo un Jag Pesaj Sameaj!

¡Alégrense!

Archivado en: Actualidad Judía, Judaismo Hoy Etiquetado como: comunidad, egipto, hong kong, pesaj, seder de pesaj

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Acerca del Autor

 Hola, soy Diego Edelberg, el fundador del blog Judios&Judaismo.com. Me apasiona todo lo relacionado con la música, el judaísmo, la interpretación, la educación, la mitología, la filosofía, la religión, la ciencia, la historia, el arte, la física, la cosmología, la evolución, la sociología, la epistemología, la metafísica, la cabalá y en especial aquello que resulta contradictorio, paradójico y absurdo. Para conocer más sobre mi y de qué se trata mi blog visitá la sección Acerca del Autor

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