Llegamos al final de esta serie de 8 publicaciones. Y cerramos en nuestra era puesto que las interacciones entre lo divino, lo nacional y lo constitucional de los judíos que mencionamos en la publicación anterior continuaron a lo largo de toda la Edad Media llegando hasta la Modernidad. Pero la Modernidad inyectó nuevos tipos de ideales que modificaron dramáticamente el pensamiento y la definición sobre qué es el judaísmo.
Lo más significativo que hizo el pensamiento de la Modernidad a la tradición judía fue polarizarla en dos extremos: lo comunitario por un lado y lo religioso por otro lado. Por supuesto que estas ideas de la Modernidad tardaron siglos en desarrollarse plenamente, pero el momento más dramático fue a partir del año 1789 cuando sucedió la Revolución Francesa y bajo el grito de “libertad, igualdad y fraternidad” los judíos entre otras minorías comenzaron lentamente a recibir los mismos derechos y obligaciones que los demás ciudadanos a lo largo de todo Europa. Esto fue una espada de doble filo para la minoría judía y de hecho constituye aún gran parte de la discusión sobre identidad y pertenencia hasta nuestros días.
Lo que sucedió fue que luego de la experiencia de la Edad Media los judíos claramente querían sumarse ahora a las sociedades como seres modernos. Pero lo que no tenían muy claro era el precio que estaban pagando por ello. La Emancipación -ese proceso histórico iniciado por la sociedad europea que estimulaba a las minorías a que acepten ahora sus nuevos derechos como ciudadanos del Estado Moderno al mismo tiempo que los empujaba hacia los nuevos valores e ideales del Mundo Moderno- provocó que muchos judíos comenzaran a abandonar el lado étnico de su pasado y solo se aferren a lo religioso. Esto nuevamente cuestionó la esencia sobre qué es el judaísmo en contraste con el cristianismo y el islam en la Modernidad puesto que ahora uno podía ser un alemán cristiano o un alemán judío. Y esto se fue complicando cada vez más con las nuevas generaciones de judíos que nacían ya con estos ideales instalados. Uno ahora llegaba al mundo y era por definición social étnicamente francés y religiosamente judío, por ejemplo. Los judíos debíamos ahora lidiar con la dificultad de vivir en dos ambientes diferentes en forma simultánea: uno social y el otro religioso.
Los resultados de estas nuevas definiciones sobre cómo lidiar con ser “un ciudadano judío” o “un judío que ejerce la ciudadanía” fueron variados. En algunos casos esto llevo a la asimilación completa hacía el grupo mayoritario que obviamente no era judío y los judíos de alguna manera se evaporaron entre los ciudadanos europeos en dos o tres generaciones. En otros casos todo esto llevo a una reforma de ciertas practicas y creencias judías con el objetivo de ofrecerles a los judíos la posibilidad de adaptarse a las nuevas realidades sociales y culturales dando como resultado la creación de corrientes Ortodoxas, Reformistas y Conservadoras en relación a la tradición y los desafíos de la Modernidad y la Emancipación.
Pero en el siglo XIX nos encontramos finalmente con judíos que renegaron de todas las manifestaciones religiosas y el péndulo se movió completamente para el otro lado dándonos judíos obsesionados solamente por los elementos étnicos y nacionalistas de la tradición. Uno de los grupos que surgirá enfatizando lo étnico, lo nacionalista e intentando recuperar nuevamente lo geográfico del judaísmo es el famoso grupo Sionista. Los primeros sionistas jamás declararon que no se sentían judíos, sino que declaraban que el judaísmo ahora significaba volver a la tierra que figura en la Biblia, trabajar literalmente esa tierra como granjeros y dejar de ser solo intelectuales encerrados con los libros. ¡Lo paradójico fue que el espíritu popular del sionismo que dio como resultado la creación del Estado Moderno de Israel no fue totalmente religioso sino particularmente secular! De todos modos con el paso del tiempo el sionismo también desarrollaría un ala religiosa. La realidad es que el tema es muchísimo más complejo puesto que el Sionismo está constituido sobre ciertas paradojas que nunca terminan de resolverse y tal vez nunca terminen de resolverse. La paradoja central es el resultado del hecho que el Sionismo es un producto del deseo tradicional antiguo judío articulado dentro de un movimiento muy moderno. Surge de aspiraciones religiosas pasadas que no se articulan en la Edad Media sino en la Modernidad creando un nuevo contexto en el devenir histórico judío. (Para conocer más sobre el Sionismo les recomiendo mis publicaciones: El Sionismo y 3 visiones sionistas)
Definitivamente Shamai tenía razón. Ahora sabemos que la próxima vez que alguien nos pida que definamos el judaísmo tenemos que pegarle con un palo en la cabeza.
Pero ya que han leído todo esto y saben que es imposible definir el judaísmo en una sola oración o simplemente encasillarlo como una religión más voy a darles la definición que tanto anhelan. ¿Qué es el judaísmo? El judaísmo es una religión que posee componentes étnicos y nacionalistas, esta vinculado a una tierra y a un lenguaje particular.