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Judíos & Judaísmo

antiguo, novedoso, sagrado.

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Esto es lo que creo

15/10/2011 por Diego Edelberg 5 comentarios

 

Recuerdo de niño la fábula en la que se le preguntaba al ciempiés qué pie movía primero cuando caminaba y la moraleja era que cuanto mas lo pensaba menos podía caminar.

La moraleja de esa fábula me ha acompañado porque de hecho mucho de los que somos y hacemos es tan irreflexivo que simplemente somos. Y no es hasta que alguien nos pregunta cómo hacemos lo que hacemos o quiénes somos que nos damos cuenta que operamos en forma tan inconsciente en este mundo.

Esta es la razón por la cual las preguntas directas tienden a paralizarnos y es el motivo por el cual en algunas entrevistas laborales hacen preguntas indirectas y tan extrañas como “si fueras un árbol ¿qué clase de árbol serías?”. Porque si nos preguntaran en forma directa “¿quién eres?” nos resultaría terriblemente difícil responder.

Pero aún así la pregunta “¿quién eres?” es una pregunta que todos deberíamos periódicamente hacernos como un ejercicio intelectual para afilar nuestra definición sobre nosotros mismos. De hecho deberíamos tener una idea de quiénes somos no solo para presentarlo al mundo sino y mas importante aún para entender de qué modo entendemos el mundo y la gente que nos rodea. Es muy importante asumir que miramos el mundo en forma subjetiva y tratar de entender y aceptar que filtramos lo que experimentamos de acuerdo a nuestros prejuicios, expectativas, pasiones, historias familiares e incluso nuestros propios esquemas de referencia.

La gente me pregunta a menudo: ¿cuál es el verdadero judaísmo?
Y hay tantas maneras de responder esta pregunta que la estrategia que voy a utilizar esta vez es presentarles ciertos elementos que son lo que yo personalmente creo y lo más importante es que ésta no es una definición acerca de aquello que no soy. Lamentablemente muchas veces nos definimos en negativos siendo de hecho ésta nuestra primera definición sobre quienes somos. Cuando somos niños comenzamos a darnos cuenta que no somos aquella otra persona. Cuando vamos a la escuela primaria y secundaria comenzamos a decirnos quiero ser como esa persona pero no quiero ser como esta otra persona.
Pero cuando uno alcanza un cierto nivel de madurez intelectual uno no debería decir más “lo que no soy es ortodoxo, conservador o reformista”. Esta es una imagen muy mala sobre nuestra propia definición. Una definición mas madura es la que exclama “esto es lo que creo”.
Así que aquí van mis creencias del judaísmo.

 

(1) Creo que la sabiduría judía es dinámica

La sabiduría judía no es estática sino dinámica. Sabio es el que se equivoca, aprende cosas nuevas y cambia. Esto nos lo enseña nuestra propia tradición en Yom Kippur, el día del Perdón, donde reconocemos que Todos (absolutamente Todos) nos hemos equivocado de algún modo u otro y pedimos que se acepte nuestra posibilidad de cambiar para aprender cosas nuevas sobre nosotros mismos.

(2) Creo en la historia

Entre el mosaico de creencias en las cuales el judaísmo forma parte de mi ser ninguna es mas importante que la noción que “creo en la historia”. Esto suena como una definición extraña porque todo el mundo cree en la historia. Todo el mundo cree que suceden cosas a lo largo del tiempo que modifican lo que va sucediendo. Esto es un hecho concreto y decir que uno cree en la historia suena hasta absurdo.

Pero a lo que hago referencia aquí es que creo que el judaísmo que el patriarca Abraham practicaba no era exactamente el mismo que Moisés practicaba cuando aún no se había entregado la Tora. El judaísmo que Moisés practicaba tampoco era exactamente el mismo que Rabbi Akiva practicaba luego de la destrucción del Templo cuando los Cohanim (Sacerdotes) se quedaron sin empleo por primera vez en la historia. Aún más, creo que el judaísmo de Rabbi Akiva no era exactamente el mismo que practicaba Maimonides en siglo XII en España y finalmente creo también que el judaísmo que practicaba Maimonides no es exactamente el mismo que practicamos nosotros hoy en la modernidad dónde vimos el nacimiento del movimiento ortodoxo, reformista, conservador, jabad luvabitch, el sionismo, etc.
Pero lo más importante de todo esto es que creo que esta realidad histórica no representa algo malo o peligroso sino por el contrario es algo positivo y bueno. De hecho es inevitable que esto suceda porque a medida que el mundo va cambiando, a menos que uno este congelado en el tiempo, uno cambia con el mundo mismo. Porque hay cosas que sabemos hoy, verdades de todo tipo incluyendo verdades espirituales, que algunos de nuestros ancestros, que eran tan humanos como nosotros, no sabían.
En el tiempo bíblico la esclavitud era aceptada. En la época en que los rabinos terminaban de redactar el Talmud, la esclavitud era aceptada. Hasta el siglo XVIII entre muchos judíos formados y bien educados la esclavitud era algo aceptado. Yo no creo que exista hoy ni una corriente o movimiento judío que defienda la esclavitud. Esta es una verdad histórica espiritual que encaja perfectamente con la creencia en la historia.
Por lo tanto creo también que el judaísmo de hoy es aún mas sabio que el pasado y creo esto por mi definición de la sabiduría que cree que aprendemos mas y nos convertimos en seres más sabios a medida que el mundo se equivoca, aprende cosas nuevas y cambia.
Por lo tanto la idea que el judaísmo ha sido siempre una sola cosa que nunca ha cambiado es una mentira. Tomando un solo ejemplo de los miles que hay, podemos fácilmente aceptar que quitar los instrumentos musicales de los servicios religiosos fue algo nuevo en la historia que sucedió después de la destrucción del Templo ya que es bien sabido y aceptado por la mayoría de los judíos que los Salmos eran cantados y acompañados con instrumentos musicales. Cambiar esto fue una decisión que alguien tomo y alteró la forma en la cual tradicionalmente se practicaba el judaísmo. Alguien cambio esto.
Y entonces es clarísimo que el judaísmo siempre ha cambiado y esto es algo bueno. Porque el día que deja de cambiar, deja de equivocarse y por lo tanto deja de aprender cosas nuevas.
La historia afecta a la tradición. Siempre lo ha hecho, siempre lo hará y siempre debería hacerlo y yo creo eso. No solo que creo eso sino que incluso aún mejor, no lo niego.

(3) Creo que uno no conoce de judaísmo si judaísmo es lo único que uno conoce

Del mismo modo que hablamos la lengua de la tierra en la que nacemos también absorbemos sus ideas y algunas de ellas están consonancia con nuestra tradición y otras no. Y este es el motivo por el cual Maimonides, uno de los más grandes filósofos de la historia judía, cita una y otra vez en su libro “La Guía de los Perplejos” a un hombre que el llama El filósofo y esa persona es Aristóteles. Aristóteles no era un judío. ¿Por qué esta Maimonides citándolo una y otra vez? Y la respuesta es que Maimonides sabía que Aristóteles también tenía cosas importantes para enseñarnos. En lo personal me resulta muy triste leer y escuchar a muchos de los rabinos de la actualidad quienes jamas citan a un pensador o filósofo que no sea judío. Y esto es una perdida y no una ganancia. Porque tal vez esto los sorprenda pero los judíos somos un poco más de 13 millones en un planeta que tiene mas de 6 billones de habitantes. Y es importante reconocer que el resto del planeta también tiene algo interesante para decir acerca del mundo. Y si uno cierra sus oídos no solo que no aumenta su fe, su piedad y su santidad sino que de hecho disminuye su conocimiento y su sabiduría.

Y en consecuencia creo que no es verdad que los extremistas en la historia son siempre los más auténticos.
Si uno no sabe nada de la historia de Babilonia por ejemplo, resulta muy difícil comprender el Talmud que fue escrito en Babilonia. Y este era el motivo por el cual Maimonides por ejemplo era un médico y sabía de ciencia, matemática y filosofía.
Rashi, el gran comentarista medieval, vendía vinos. Tenia un viñedo, trabajaba la tierra y comercializaba vinos. No solo eso sino que las hijas de Rashi usaban Tefilin en la Edad Media.

(4) Creo en el poder de la mente humana

Con esto me refiero a que creo en la capacidad de la mente humana para desafiar al judaísmo. Esto significa por ejemplo que la ciencia no es una amenaza para el judaísmo. La única razón por la cual la ciencia podría representar una amenaza al judaísmo es si el judaísmo no fuera verdadero. Pero como el judaísmo es verdadero el mismo puede incorporar los descubrimientos científicos porque es parte de cómo Dios creó el mundo. Si no fuera así no podríamos aceptar ni validar ninguno de los descubrimientos de la ciencia ya que la ciencia opera bajo el paradigma evolutivo en el cual las cosas no son estáticas sino totalmente dinámicas y cambiantes. La medicina que nos mantiene vivos, los antibióticos, las maravillas científicas que suceden en el día a día y que no dejan de sorprendernos, la electricidad, el hecho que la gente vive más gracias a los avances médicos, los avances en el terreno de la robótica, la inteligencia artificial, la nano-tecnología (haciendo los procesadores cada vez más pequeños, mas poderosos y mas baratos), las computadoras, la bio-tecnología, la neuro-ciencia, el descubrimiento del código genético, satélites, aviones y todos los demás campos científicos en los cuales los grandes pensadores que allí trabajan desde los fundamentos evolutivos nos sorprenden día a día y que nosotros creemos en ellos, nos beneficiamos y dependemos cada día más de sus avances ¿debemos luego al entrar a la sinagoga decir “pero todo eso no es verdad”?.

Creo que debemos regocijarnos en el poder de la mente humana para seguir descubriendo los secretos del mundo de Dios y no negar estas cosas. Maimonides estudió astronomía, estudio medicina, ciencia, filosofía y estaba convencido que cada cosa que uno descubría en el mundo solo reforzaba la fe y no la disminuía. Si algo es verdadero no puede contradecir nuestra tradición. Este el motivo por el cual Maimonides, la mente más brillante del judaísmo Medieval, sabía que si algo era absolutamente verdadero y la Tora contradecía esa verdad el re-interpretaba la Tora para poder incorporar dicha verdad.

 

(5) Creo que el judaísmo debe ser compartido en forma abierta con todo el mundo

Uno de los mandatos centrales del judaísmo es ser una or lagoim, es decir una luz entre las naciones o pueblos. Para ser una or lagoim debes vivir tu vida en forma abierta hacia las otras naciones o pueblos. Si la única gente con la que vivís son judíos ¿cómo se supone que vas a ser una or lagoim? Si la única gente con la que hablas son judíos, si lo único que estudias y sabes es sobre judaísmo entonces ¿qué tipo de mensaje podes compartir con las demás naciones?

El desafío del judaísmo es traerlo al mundo, no separarlo del mismo. Si los judíos tenemos algo importante que decir deberíamos estar gritándolo desde los balcones o los techos de las casas en lugar de andar susurrándolo unos a los otros. Si uno evita el mundo no-judío entonces uno contradice el mensaje de Dios quien te ha puesto en el mundo para que seas una “luz para todas las naciones”. Por lo tanto uno es más fiel al judaísmo cuando de forma correcta (recordando de dónde viene para saber a donde va) uno se mezcla con el entorno no-judío y va por ejemplo a una Universidad, trabaja con no-judíos, convive con gente diferente, ayuda al Estado no-judío al cual uno también pertenece y se convence a si mismo que la existencia del mundo no-judío no es una amenaza para mí sino un desafío para expandir y hacer crecer mi judaísmo a una plataforma aún más grande. Esta fue la misión de Abraham. Dios le pregunto qué hacía en Ur Kasdim. Dios le dijo que salga de ahí y esparza su mensaje por todo el mundo porque era algo importante que debía ser escuchado.

 

(6) Creo en el profundo y espiritual mensaje que contiene la Tora

Y esto significa que no creo que sea necesario pasarse horas debatiendo si la Tora fue escrita por Dios o no. De todos modos la Tora va ser siempre leída por humanos imperfectos que hacen lecturas interpretativas e imperfectas. Pero de hecho no creo que es necesario pasarse días enteros tratando de descubrir si hay un código secreto en la Tora como si Dios hubiera dejado pistas ocultas que solo las descubriríamos el día que inventáramos computadoras que pueden leer patrones algorítmicos o scanners de alta resolución.

La forma en la cual uno descubre el poder de la Tora es viendo cómo afecta la vida de las personas. Así es como uno descubre el profundo y maravilloso universo de la Tora. La verdad del mensaje de Dios en la Tora y la belleza de sus historias y enseñanzas no surgen cuando uno la analiza con una super-computadora o la expone a miles de combinaciones numéricas de la gematría -es decir la combinación de letras hebreas y números- para demostrar que en efecto es verdad porque no tiene ni un error y por eso hay que creer en ella. Sino por el contrario uno descubre que es verdad cuando ve la manera en que nuestros antepasados bíblicos se equivocan, aprenden cosas nuevas y cambian. Y por ende nosotros al leer una y otra vez la Tora nos equivocamos, aprendemos cosas nuevas y cambiamos.

 

(7) Creo que es fundamental reconocer la legitimidad del Estado Democrático Moderno de Israel

Pocos judíos estaban a favor del Sionismo en un momento histórico donde la mayoría de la comunidad internacional del mundo (algo que ya no queremos recordar) tenía miedo de dar ayuda al Movimiento Sionista mucho antes de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Hoy todos van a Israel y la sienten como propia. Jóvenes que pertenecen a corrientes que originariamente estaban totalmente en contra de la creación de un Estado Moderno Judío hoy hacen viajes espirituales y de estudio y visitan yeshivot gracias a la ayuda de muchos que no pensaron como sus primeros líderes rabínicos. Incluso hoy existen corrientes judías que no reconocen la legitimidad de Israel ni la fortaleza que significa para todos los judíos que vivimos en la diáspora tener un Estado Moderno en Israel. Creo que el modo en el cual los judíos contribuimos construyendo un Estado Judío es ayudando al Estado Democrático Moderno de Israel para que pueda esparcir su mensaje que es en definitiva el nuestro también.


(8) Creo que hay que celebrar la diversidad dentro del judaísmo

Creo en la lealtad a todos los judíos de todas las diferentes denominaciones e interpretaciones, de todas las corrientes sean ortodoxos, conservadores, reformistas, sionistas, seculares, reconstruccionistas, jasídicos, etc. todos ellos. No hay ningún judío ni ninguna corriente del judaísmo que cortaría del grupo porque creo que cada judío y cada corriente nos enriquece con diferentes valores y diferentes mensajes que son también importantes para el judaísmo. Al mismo tiempo hay que entender que es muy difícil evaluar al judío de al lado. A la gente le encanta jugar el juego de quién es un buen judío. Herzl jamas se puso un Tefilin en su vida. ¿Podemos decir que Herzl, el arquitecto del Sionismo judío a quien le debemos entre tantos otros la creación de Medinat Israel, no era un buen judío? ¿Devaluamos a Einstein porque no quería ni le interesaba ir a la Sinagoga? ¿Cómo puede uno evaluar quién hace una contribución a la tradición judía y al pueblo judío? No es tan simple.

Pero algo que si sabemos es que necesitamos el contrapunto de todas las voces del judaísmo porque siempre hemos hecho eso.

Quiero decirles una última cosa antes de concluir. La gente me pregunta ¿por qué los judíos no están unificados en un solo movimiento? ¿Por qué hay tantas corrientes tan diferentes entre los judíos? Y la respuesta es que primero y principal nunca estuvimos unificados. Lean la Tora, lean el Talmud, lean la historia judía y verán que los judíos siempre hemos peleando unos con los otros y es lo que hacemos y siempre hicimos. No es lo único que sabemos hacer pero es lo que hacemos. La ridícula idea que solíamos estar todos juntos y pensar del mismo modo en la antigüedad es un mito. ¿Saben por qué el Templo fue destruido según los Rabinos del Talmud? Por peleas internas y odio entre judíos. Peleas que existían miles de años antes que aparecieran los reformistas, los sionistas, los ortodoxos, etc.

La idea que los judíos tienen múltiples voces dentro de la tradición ha sido siempre verdadera y debemos de hecho ser un coro donde cada parte contribuye al todo de la obra de Dios.
Pero la idea importante aquí es que Dios no quiere un solo modo de ser, un solo modo de entender la vida, una sola manera de leer la Tora, una sola manera de entender la tradición judía e incluso una sola manera de entender lo que quiere porque si fuera así no nos hubiese creando tan diferentes los unos a los otros.  En la Mishna los Rabinos dicen que cuando un Rey estampa una moneda todas las demas monedas son iguales. Pero cuando el Rey de Reyes estampa un ser humano todos los demas seres humanos son diferentes.

Por lo tanto sean conscientes y no crean a quienes dicen que el judaísmo nunca cambió. Siempre ha cambiado y siempre cambiará.
Sean conscientes y no crean si alguien les dice que hay que hacer desaparecer cualquier parte, movimiento o corriente dentro del judaísmo. Necesitamos cada voz y cada discrepancia. Incluso cuando estamos violentamente en desacuerdo. Necesitamos el contrapunto de disonancias como parte de la obra de Dios porque eso es lo que nos ayudó a sobrevivir durante miles de años a todos los grandes imperios y civilizaciones del pasado sin enfrentarnos militarmente sino resistiendo culturalmente acompañándonos como una gran familia que como cualquier familia no siempre esta de acuerdo en todo pero se une en bendición para celebrar cada nacimiento, cada chico o chica que hace su bar o bat mitzvah, cada pareja que llega a la jupá y llorando cada alma, cada nombre que abandona nuestra familia (sin importar si es un soldado israelí secular que nunca comió kasher o el rabino mas obsesivo de la ley). Estos valores junto al poder interpretativo de textos y la recursividad del lenguaje nos han hecho eternos. Y si hay algo que podemos enseñarle al mundo es que ser una or lagoim significa abrazar lo diferente y celebrar la diversidad como hacemos dentro de nuestra propia familia. Esto esta en el corazón del judaísmo y es un mensaje maravilloso para compartir con un mundo que generalmente es indiferente con el sufrimiento ajeno e intolerante con aquel que piensa distinto. Nosotros no somos así. Nosotros abrazamos la diversidad porque entendemos que eso es ser parte de la familia humana.

No crean que la Tora no tiene el poder para transformar vidas. Lo hace continua y constantemente, siempre lo ha hecho y siempre lo hará. Solo hay que acercarse a ella y estudiarla para ver como nos transforma.

Y recuerden que nuestros hijos y la siguiente generación son nuestros constructores y son mejores constructores de mundo cuando entienden más que nosotros. Cuando no cierran sus mentes solamente al judaísmo y nosotros no les sugerimos que solo ahí esta el futuro. Porque el futuro, no aquel que se viene en 40 años, sino el que ya esta siendo hoy y del cual somos testigos de transformaciones radicales en todas las áreas de la ciencia y la tecnología requiere estar formado en el mundo en general y en la Tora. Ya que solo así, como una gran familia judía, continuaremos aprendiendo y aportando cada uno a su manera y en sus propias capacidades nuestras aproximaciones diferentes renovando el espíritu para seguir construyendo juntos y seguir equivocándonos, aprendiendo cosas nuevas y cambiando.

 

Archivado en: Educación Judía, Judaismo Hoy, Modernidad Judía Etiquetado como: "Guía de los perplejos", conservador, definicion sionismo, diferencias, historia de judios, israel, judaismo conservador, judaismo moderno, judaismo ortodoxo, judaismo reformista, judio reformista, judios comunistas, judios conversos, judios mesianicos, judios modernos, judios new age, judios socialistas karl marx judio, maimonides, mesianismo, modernidad, modernidad judia, ortodo, que es el socialismo judio, que es sionismo, Rabinos modernos, reformista, religion judia, religion judia historia, Sionismo, sionista, VERDADES HISTORICAS

La Historia Judía según Graetz

15/07/2011 por Diego Edelberg 6 comentarios

 

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(Duración 29:38 – 28.5 MB)

Antes de abandonar el mundo de los académicos judíos del siglo XIX en Alemania vamos a dedicar una publicación entera a quien es tal vez la figura mas prominente de la escuela que hemos llamado Wissenchaft des Judentums es decir la Ciencia del Judaísmo.

Su nombre es Heinrich Graetz y lo mencionamos en nuestra primera publicación. Graetz es claramente el mas importante historiador judío del siglo XIX quien escribió una obra monumental sobre la historia de los judíos en 11 volúmenes ademas de escribir ensayos y contribuir notablemente en la cultura judía en la Alemania del siglo XIX.

Antes de considerar las diversas denominaciones que emergerán tales como el Reformismo, el Conservadurismo, la Neo Ortodoxia y sus pensadores mas representativos, creo conveniente ubicar a Graetz tanto para el desarrollo de su contexto histórico como en función a todos los desafíos ideológicos que afectaron al judaísmo entre 1800 y el 1900.

Dado Graetz vivió casi todo el siglo XIX, ya que nació en 1817 y murió en 1891, es significativo porque tenemos aquí un intelectual que emerge a principios del siglo escribiendo y reflexionando acerca de la historia de los judíos. Ya cercano al final de sus días fue  desafiado por sus ideas que de alguna manera expresaban una superioridad judía con respecto a otras religiones.

 

 

La Historia de los judíos

La historia de los judíos por Graetz fue escrita originalmente en Alemán y traducida luego a varios idiomas incluidos el hebreo. Esta historia se convirtió en el modelo standard sobre la historia judía en la modernidad tanto para académicos judíos como cristianos. Pocos historiadores han logrado imitar esta obra. Hemos entrado ahora al mundo de la especialización, lo que significa que ya muy pocos historiadores son capaces de escribir una historia que comienza en la antigüedad y llega hasta el mundo contemporáneo pero justamente es eso el gran logro de Heinrich Graetz.

En la Introducción a su obra Graetz profesa escribir una historia objetiva, claramente siguiendo la noción de lo que hablamos en nuestra publicación anterior de la “actitud científica de la modernidad”. Pero claramente la historia de Graetz no es tan objetiva como el profesa. Y claramente el sentido crítico que el dice que va a presentar no aparece como tal.

 

 

Historia no objetiva

Graetz al igual que Mendelssohn es un judío tradicional. Eso quiere decir que este es un judío que cree y esta comprometido con la observancia y practica de todos los mandamientos o mitzvot del judaísmo. En este sentido es muy difícil para un historiador lidiar con ciertos aspectos como la “revelación divina”, es decir la noción sobre si la Tora era de origine Divino o no, y qué hacer con la “Critica Bíblica” recuerden que este era el legado de Baruj Spinoza.

En términos generales la historia de Graetz sobre el periodo bíblico y el periodo posterior llamado el periodo rabínico, es muy conservador y ortodoxo en su comprensión de la historia. Esto demuestra claramente que hay limites para un judío tradicional al escribir o estudiar la historia. Y de hecho si hay algún propósito para el judío tradicional en estudiar la historia de su pueblo es básicamente para embellecer y demostrar la santidad de la tradición judía.

 

 

Justicia a través de la Historia

La historia es también una manera de poner las cosas en orden juzgando el mundo no-judío y las civilizaciones del pasado y del mundo en relación a cómo se comportaron a lo largo de la historia con la minoría judía. Y vale la pena reflexionar un poco mas sobre este punto porque tenemos acá una noción muy interesante sobre lo que implica el estudio y revisión del pasado y la historia.

El historiador no solo archiva la historia sino que el historiador también se convierte en el juez moral del universo social contemporáneo. El va a decidir quienes son los buenos y quienes son los malos. Quienes merecen ser reconocidos por sus acciones morales y quienes no. No solo eso, sino que para Graetz cómo se trató a la minoría judía a través de la historia es lo que se convierte en la vara que define esta situación sobre quiénes son los buenos y quienes son los malos de la película. Lo cual presenta una manera interesante sobre como estudiar las civilizaciones cristianas y musulmanes preguntándose cómo trataban a los judíos. Si los trataban mal entonces reciben un critica sobre su moral porque no estaban haciendo lo que debían hacer. Por otro lado si trataban a los judíos de forma positiva entonces son una civilización mas respetada y admirada. Y este es básicamente el tipo de historia que va a hacer Graetz.

 

La Historia «lacrimosa» de Graetz

Y de aquí se desprende el tipo de historia que él va a hacer: una historia lacrimosa.

Este concepto sobre una historia lacrimosa fue mencionado por otro gran historiador que también escribió una obra monumental como Graetz y su nombre es Salo Baron. Salo Baron, a quien mencionamos brevemente en la publicación anterior, enseño en la Universidad de Columbia y fue uno de los primeros historiadores judíos dentro de un contexto norteamericano.

Para él el punto de partida fue Graetz y el fue quien creo la frase “la visión lacrimosa de la historia”. Esto significa que la historia judía, principalmente para Graetz quien va a juzgar quienes son los buenos y quienes son los malos, es una historia de persecuciones, atrocidades, asesinatos, pogroms y de la difícil vida para los judíos debido a sus opresores cristianos y musulmanes a lo largo de la historia.

Para Salo Baron al encontrarse viviendo en un escenario totalmente distinto al de Graetz en el contexto de 1930 en los Estados Unidos, la historia debía ser mas que “lacrimosa”. Debía ser una historia sobre como los judíos habían sido bien tratados también. De cuán creativos eran los judíos, de como había grandes períodos de tranquilidad entre los períodos de pogroms, persecuciones y opresión.

Por lo tanto cuando pensamos en Graetz hoy, especialmente a través de la visión de su seguidor Salo Baron, asociamos esa versión lacrimosa como la predominante para presentar la historia judía y juzgar incluso al mundo contemporáneo. Y como veremos en esta publicación sus contemporáneos y colegas cristianos se sintieron terriblemente ofendidos por estas posturas de Graetz y se preguntaran: ¿Con que derecho este judío arrogante tiene derecho para decirnos a nosotros sobre nuestras limitaciones éticas y morales?

 

 

La Historia de las ideas

La historia también significa algo mas para Graetz. No solo limita su versión de la historia a esta postura lacrimosa que estamos describiendo. Sino también en la noción que la historia para él es la historia de las ideas. Si bien lo que nosotros estamos analizando en estas publicaciones es la historia de las ideas modernas, estamos siendo cuidadosos en observar los contextos sociales, económicos y políticos en las cuales están ideas emergen. Pero para Graetz la única historia que es valiosa es la historia de los rabinos, su legado intelectual, sus escritos y sus ideas.

Y por lo tanto si uno esta buscando el contexto social y económico de los judíos en Graetz no va a poder encontrarlo. Salo Baron va a intentar crear una historia social, política y religiosa de los judíos que por supuesto da cuenta de las limitaciones de la historia de Graetz. Y por ende Graetz no solo es importante en su propio contexto sino como un estimulo para aproximarse a la historia desde una perspectiva diferente a la de él y que de alguna manera contemple un panorama mas elevado o macro e inclusivo teniendo en cuenta lo que él no tuvo.

 

Gratz y los historiadores cristianos

Lo que es mas interesante de Graetz es que el no es simplemente un historiador sino también un judío que vive en el contexto del siglo XIX en Alemania y critica públicamente al cristianismo y su moral. Claramente el siglo XIX en Alemania representa un mundo tremendamente sensible y si uno se va a poner obsesivo en este tema se va meter en serios problemas.

Si bien el cristianismo estaba completamente secularizado ya para el siglo XIX aquellos que intentaban comprender el cristianismo y la historia eran principalmente cristianos, muchos de ellos de hecho cristianos piadosos y observantes de su religión. Incluso para el cristiano secular, la noción que un judío en Alemania publique una historia que claramente critica al cristianismo y su moral fue algo que no podían tolerar.

De hecho esto evoca una poderosa respuesta por el historiador que lidera la historia del cristianismo en el siglo XIX. Su nombre es Heinrich von Treitschke. En una obra que publica en 1818 titulada “Nuestros Judíos” no solo se las agarra con Graetz sino con todos los judíos de su generación que el siente que han ofendido el judaísmo.

Los judíos según von Treitschke han entrado al mundo occidental europeo del modo equivocado. Han entrado imponiendo su autoridad por sobre los cristianos en forma soberbia y arrogante presumiendo que son la conciencia moral de la humanidad. Y por lo tanto en esa arrogancia moral que acusa al cristianismo, estos escritos polémicos de Graetz no son buenos en absoluto y por ende para von Treitschke hay una necesidad de corregir estas criticas y presentar al cristianismo en forma positiva.

 

La Historia como campo de batalla

Lo que resulta interesante es que en este periodo del academicismo europeo la historia comienza a convertirse, incluso muchas veces y lamentablemente hasta el día de hoy, en el campo de batalla en donde se enfrentan los intelectuales para definir cual es la verdadera o mejor religión. En este caso al hacer esto estos dos historiadores reconstruyen y resucitan el debate medieval entre judíos y cristianos en el mundo contemporáneo!

Esto demasiado importante como para dejarlo pasar por alto sin antes leerles algo. Déjenme leerles von Treischke en sus propias palabras y tratar de analizar un párrafo de sus escritos los cuales sugieren de hecho el espíritu en el que el ataca a Graetz.

Voy a leer solo un pequeño párrafo pero la esencia de lo que estamos describiendo se hace muy clara. “Pienso de todos modos”, dice von Treischke, “ que algunos de mis amigos judíos admiten” (noten que cuando cualquiera habla de “mi amigo el judío” ya sabemos lo que se viene) “con mucha tristeza que recientemente un peligros espíritu de arrogancia ha renacido en sus círculos judíos para con respecto a nuestro nacionalismo que en tiempos pretéritos había sido beneficioso es ahora peligroso. Me refiero lector a la historia de los judíos por Graetz” (noten que no lo llama Heinrich Graetz o Profesor Graetz sino simplemente Graetz) “que furia fanática en contra su archienemigo el cristianismo. Que odio tan profundo hacia el carácter alemán. Desde Lutero hasta Goethe y Fichte. Que presumida y ofensiva critica. Acá se nos dice que toda la sabiduría y riqueza de nuestra tradición educada por Kant fue en realidad adjudicada a la humanidad por los judíos. El lenguaje de Lessing y Goethe se convierte en bello, sensible y espiritual gracias a personajes como Heine”.

Esta ultima linea requiere una explicación. A lo que von Treischke hace referencia es el Volumen 11, el ultimo Volumen de la historia de los judíos en cual Graetz finalmente presenta su entendimiento sobre la naturaleza de la civilización occidental y en particular la cultura alemana y cual es el rol que tienen los judíos en esta historia.

Hay unos capítulos realmente interesantes en este ultimo volumen. Particularmente el que habla de Heinrich Heine. Este individuo nació como judío pero se convirtió al cristianismo. Si recuerdan, a Heine lo nombramos en nuestra publicación anterior sobre la Ciencia del Judaísmo como uno de los miembros originales de la Verein for Wissenchaft der Juden quien abandona el judaísmo pero de todos modos su asociación con su pasado judío continuo a lo largo de toda su vida.

Lo que interesante es que Graetz toma a este individuo sin mencionar el hecho que se convirtió al cristianismo y lo convierte en el arquetipo judío. Y presenta todo un capitulo en el Volumen 11 en donde promociona los ideales de Heine, que son esencialmente liberales, y los establece como el paradigma, el corazón y el alma de la cultura alemana.

Que arrogancia hacer algo así según la perspectiva de von Treischke. Que desubicado es tomar gente que eligió abandonar el judaísmo para hacerse cristianos y volver a hacerlos judíos nuevamente y usarlos como ejemplos para presentar la moral, la belleza y el espíritu de la cultura alemana. De hecho este Volumen 11 es acerca de la contribución judía a la cultura occidental. Pero desde la perspectiva de von Treischke esto lo llevo a Graetz al modo equivocado de entender las cosas haciendo que un judío de alguna manera le quiera enseñar a sus contemporáneos cristianos sobre moral, ética e incluso su cultura y su pasado.

Estas ideas junto con las presentaciones anteriores que Graetz nos ha presentado sobre pogroms, persecuciones y atrocidades hacia el pueblo judío fue demasiado para von Treischke. Por supuesto que Graetz va luego a contestar y en varias ideas y vueltas toda esta situación llevo a Graetz, como ya mencionamos al comienzo de esta publicación, a un final no muy feliz cercano al final de sus días.

 

El cambio histórico en la vida de Graezt

Graetz no solo estaba sufriendo en carne propia los ataques de un historiador hacia su persona si no que estaba padeciendo los cambios de un nuevo mundo. Recuerden que mencionamos esto ya, y es que las primeras décadas del 1800 eran tiempos de mucha esperanza para los judíos con la creación de la Verain que hablamos en la publicación anterior, el comienzo de la emancipación, los primeros judíos que podían “trabajar” de lo que quieran y sumarse a las sociedades. Pero para finales del 1800 ya cercanos a 1880 1890 y como escucharemos posteriormente en nuestras próximas publicaciones, con el crecimiento del antisemitismo, con las nuevas reacciones de nuevos partidos políticos que tenían claramente lineas antisemitas, con una Alemania que comenzaba a moverse fuera de todos los derechos y privilegios que originalmente le habían ofrecido a los judíos y que llevaran finalmente el espantoso antisemitismo del siglo XX, Graetz estaba viendo un rechazo, un final a esa apertura que tanta esperanza traía. Las posibilidades que parecían positivas volvían a cerrarse.

Y por lo tanto este interesante debate no es solo un debate para la historia, sino es un debate acerca cómo ve uno a los judíos y el judaísmo el contexto de la Alemania contemporánea y la civilización occidental contemporánea.

 

 

La Historia judía como guia para crear un judío ideal moderno

Hablemos ahora del otro aspecto de Graetz que es su manera de ver la historia y el tipo de pensador racional que él era. Como ya mencione su historia no es una historia social, ni política, ni cultural del modo en que nosotros entendemos la historia hoy. Es una historia muy limitada sobre el pensamiento rabínico y sus escritos. Y del mismo modo que Leopold Zunz, a quien mencionamos en nuestra publicación anterior, ambos compartían una misma manera de entender el pasado judío.

Graetz tenía intenciones de relevar toda la moral y las enseñanzas éticas de los judíos a todo un grupo que de lectores judíos y cristianos que realmente ignoraban la literatura rabínica. Queda muy claro ahora que cuando uno escribe una obra en alemán o en una lengua vernácula no solo esta escribiendo cristianos sino que también esta escribiendo para judíos porque de hecho ya para el siglo XIX la mayoría de los judíos alemanes no podían leer hebreo. El hebreo era una lengua elitista una lengua que solo los intelectuales dominaban y por lo tanto escribir en alemán era una manera de educar a la humanidad y ya vimos esto en el caso de Mendelssohn quien escribió su comentario de la Tora en alemán para poder educar principalmente a los judíos alemanes.

Y por lo tanto Graetz tiene en mente no solo polemizar con los cristianos y poner las cosas en orden sino darle a los judíos un sentido de su valor en la historia, de su dignidad, sobre quienes son y porque deben conocer su pasado. Como racionalista Graetz era un fanático de Mendelssohn y de los judíos que se interesaban por la filosofía. Spinoza no es uno de sus favoritos y de hecho casi no lo va a mencionar en su historia pero la representación de la tradición judía, de lo mas elevado que para él es ser judío es el intelecto, el judío culto, el prototipo de Mendelssohn, aquel judío que esta comprometido con la observancia de mandamientos es decir las mitzvot y a la vez conoce en profundidad la filosofía y el conocimiento de las ciencias en general, el arte y el estudio académico. El típico judío erudito.

Quedan pocos judíos de este tipo que describe Graetz en la actualidad. Estos son judíos que pueden pasearse con mucha altura por el campo de la filosofía occidental, que conocen a fondo el terreno de las ciencias, el academicismo y a la vez son judíos devotos, observantes de mitzvot y practicantes del judaísmo. En este sentido Graetz es  un seguidor a su vez de Maimonides, ya que el también intento capturar el espíritu de su tiempo. Pero a diferencia de Maimonides, en lugar de hacerlo en el terreno de la filosofía lo hace en el de la historia y el historicismo. La historia se convertirá en uno de lo modelos para educar a los judíos y darles su identidad y pertenencia en el siglo XIX del modo que la filosofía había sido el modo utilizado para educar a los judíos en su identidad en el siglo XII en España.

 

 

Greatz y el misticismo

Así como Maimonides se convierte en el héroe de esta historia, los enemigos de Graetz no son solo los arrogantes historiadores cristianos, sino un tipo particular de judío con el que se siente tremendamente incomodo. Este judío es por supuesto el judío místico. El cabalista, el judío que es irracional.

En el tiempo de Graetz la mayor concentración de judíos de esta clase vivan en Europa Oriental ( es decir judíos que vivían en Rusia, Lithuania, Polonia, Ucrania, Hungría, Rumania, etc) y eran conocidos como los “jasidim“. Estos eran judíos que al igual que Graetz y Mendelsoh estaban comprometidos con las mitzvot es decir la observancia de las practicas rituales judías. Pero a diferencia de Graetz, estos judíos no vestían como el alemán contemporáneo sino como la nobleza polaca contemporánea, es decir que usaban sombrero negro, un traje oscuro, anteojos con marcos redondos y bastón. Estos judíos ademas poseían su propias costumbres y tradiciones que iban desde el terreno de la música hasta el de la cocina. Estos judíos amaban a sus Rabinos a un punto casi fanático y lo llamaban el tzadik (que quiere decir “el justo” en hebreo) quien representaba una especie de hombre cuasi milagroso que hacia cosas increíblemente extrañas o milagrosas y creía de hecho que la plegaria o el rezo era mas importante que el estudio y la racionalización y la ciencia que el promovía.

Cuando uno lee lo que el jasidismo significa para Graetz, uno puede leer a un historiador con todos sus prejuicios y sus propensiones y de golpe su historia ya no es mas esa historia objetiva que el propone y la clase de historiador que él dice ser. Para Graetz hay buenos judíos y malos judíos. Hay buenos cristianos y hay malos cristianos. El esta todo el tiempo asignado una especie de evaluación moral sobre cada individuo o grupo que esta describiendo. Y en este caso para Graetz los jasidicos son los judíos malos. Son judíos que según Graetz están atrasados y enfrascados en una especie de existencia tipo ghetto y para poder contribuir con la humanidad, sumarse al mundo moderno y a la cultura general  tienen que salir al mundo general desechando estos patrones de identidad judía por otros patrones que esta representados por los judíos modernos e intelectuales de Alemania como es él y su propio tiempo.

Graetz utiliza por lo tanto la historia para enfrentarse al cristianismo y otros judíos.

 

Ortodoxo si, jasidico no

Deberíamos agregar una dimensión mas a la historia según Graetz que es sumamente interesante y eso es que él era parte de un bloque de académicos conservadores que decían que los judíos reformistas habían usado la historia del modo incorrecto con la excusa de justificar su propia interpretación sobre el sentido del cambio y el devenir histórico que ellos reclamaban como el autentico judaísmo. No hemos hablado del judaísmo reformista en estas publicaciones lo haremos en la próxima publicación, pero quiero que tengan en mente que cuando Graetz escribe no solo se opone al jasidismo sino que se opone al reformismo.

Los reformistas según Graetz eran judíos que habían roto el pacto (el brit) con Dios y la tradición. Eran judíos que habían abandonado su compromiso con las mitzvot, las practicas judías y por lo tanto lo que tenemos acá no es solo una critica a la ortodoxia sino al mismo tiempo al reformismo. Esta clase de judaísmo es muy interesante porque acá todavía no estaban tan definidas las diversas corrientes del judaísmo que conocemos hoy y por ende Graetz resulta una figura sumamente interesante porque critica cualquier postura extrema.

Para Graetz ser judío implicaba estar comprometido totalmente con las practicas judías (nuevamente las mitzvot o mandamientos, es decir comer kasher, ponerse tefilin, etc)  y por ende los judíos reformistas habían utilizado de forma incorrecta el Wissenchaft des Judentums, La Ciencia del Judaísmo que hablamos en nuestra publicación anterior, utilizándola para justificar sus propios ideales.

Y acá Graetz se esta refiriendo específicamente a Abraham Geiger quien será la figura central de nuestra próxima publicación. Estos son judíos que Graetz dice están utilizando mal la historia. Para Graetz una buena utilización de la historia es la de estudiarla para defender la tradición judía. Y por ende Geiger esta haciendo una lectura completamente errónea de la historia y legitimando un judaísmo que no es autentico. El reformismo por ende para Graetz es inaceptable y la historia debe promover un judaísmo que permita cumplir las mitzvot y al mismo tiempo ser parte del mundo académico moderno.

 

 

El legado de Graetz

Finalmente quiero enfocarme sobre el legado de Graetz y de lo que hemos hablado en esta publicación. Graetz es importante por supuesto es su propio tiempo. Pero Graetz eleva muchas preguntas que resuenan en nosotros hasta el día de hoy.

Y acá quiero introducirnos en los minutos que nos quedan en un debate mas reciente entre dos historiadores que nos sugieren el legado de Graetz y los desafíos de escribir acerca de la historia judía siendo judíos en el contexto del siglo XXI.

Un importante intercambio de opiniones sucedió entre dos historiadores contemporáneos recientemente. Ambos viven en New York. Uno es Iosef Ierushalmi profesor de Historia Judía en la universidad de Columbia y el otro es Ismar Schorsch que es profesor también de historia judía en el Jewish Theological Seminary.

Estos dos historiadores entraron en un interesante debate acerca de la historia en general, la judía en particular y el lugar que ocupa Graetz como el padre de la historia judía y que rol juega este estudio en el devenir histórico judío contemporáneo.

Ierushalmi ha escrito un libro muy importante llamado Zajor acerca de la memoria colectiva.

Zajor significa “recuerdo” en hebreo y es la palabra bíblica utilizada para recordar. Ierushalmi en su libro hace una yuxtaposición entre la memoria y el recuerdo colectivo judío con la historia judía.

Los judíos según Ierushalmi han siempre recordado. Los judíos recuerdan el éxodo en la fiesta de Pesaj cuando fueron liberados de la opresión egipcia, los judíos recuerdan todo el tiempo el pacto que hicieron en el Monte Sinaí con Dios y recibieron la Tora; en pocas palabras desde la entrega de la Tora hasta el día de hoy lo que los judíos han hecho y hacen es recordar todo el tiempo su pasado y los eventos históricos y conmemorarlos a través de ciertas costumbres o actos puntuales.

Recordar es una manera de ser judío. De hecho cada una de las fiestas judías actuales se trata de recordar el pasado y relacionarlo con el presente. Y nuevamente el ejemplo por excelencia tal vez de esto que estamos describiendo es Pesaj o la Pascua judía.

Pero esa memoria colectiva, ese tipo de sacro recuerdo nos dice Ierushalmi es completamente distinto a lo que hace un historiador moderno. El historiador moderno tiene una postura en la cual debe secularizar la historia. Separarla de la aproximación judía tradicional de la que hablamos en nuestra primera publicación.

El historiador moderno debe mirar el pasado y asumir lo bueno y lo malo. Todo lo que allí aparece. No debe presuponer que una verdad o un grupo es el mejor o el peor. Debe pensar que todos son igualmente buenos y malos y estudiar lo mas objetivamente posible lo que sucedió. Mientras que la historia judía para muchos judíos se basa en seleccionar aquellas cosas que son significativas para el presente y para lo que ellos les conviene o les cierra, el historiador no tiene puede darse el lujo de tener limitaciones. Debe asumir y ver todo lo que hay allí fuera. Todo debe ser presentado para que sea una historia de verdad. Para Ierushalmi el mas consistente esfuerzo intelectual para los judíos de la modernidad es justamente escribir la historia debido a la ignorancia principal no solo de judíos sino del mundo con respecto a los judíos y por lo tanto Graetz es un gigante entre tantos otros de los grandes.

Pero la pregunta mas importante que surge es si es esto lo que necesitan los judíos. ¿Acaso los historiadores y el estudio moderno de la historia judía ayudan al crecimiento y la continuidad de los judíos o por el contrario este estudio de la historia y estos historiadores que ven la historia judía de este modo generan un corte?

Es decir,  ¿Se interrumpe ese apego de la memoria sagrada judía de la historia con el recuerdo y festejo de cada festividad histórica judía utilizando la aproximación moderna del estudio académico del judaísmo que contempla lo negativo o esas cosas que muchos deciden meter debajo de la alfombra? O para ponerlo en el lenguaje de Ierushalmi “los judíos no buscan generalmente el historicismo del pasado sino su contemporánea interpretación emocional”. Esta ultima frase es muy interesante. En simples palabras dice que los judíos miran al pasado en forma selectiva, subjetiva y emocional, mientras que los historiadores miran el pasado en forma total, objetiva y desapasionadamente. Y por ende Ierushalmi se hace a si mismo la pregunta “¿qué significa que soy un historiador judío?”, “¿a quién le estoy escribiendo o narrando la historia?” “¿quién lee esta historia sino le interesa conocer lo que paso sino lo que le gusta que le digan que sucedió?”

 

Schorsch esta en desacuerdo con Ierushalmi. Y Schorsch es en esencia el gran historiador y seguidor de Heinrich Graetz. Schorsch justamente utiliza a Graetz como un ejemplo para sugerir que Wissenchaft des Judentums, es decir la Ciencia del Judaísmo, es de hecho un emprendimiento que nace del corazón de los judíos.

Como vimos en el caso de Leopold Zunz y sus colegas y ahora en el caso de Heinrich Graetz, estos no eran historiadores objetivos de ninguna manera. Estos no eran historiadores que veían el pasado tan solo para ver el pasado. El academicismo que hicieron fue claramente subjetivo y estaba comprometido en entender el presente judío y proyectar el futuro judío. Todos ellos vieron su estudio judío y lo que hacían en correspondencia con lo que le pasaba al pueblo judío.

Y por lo tanto para Schorsch el estudio de la historia judía no daña la fe sino que por el contrario la fortalece. Del mismo modo que Mendelssohn siguiendo a Maimonides habían utilizado la filosofía y las corrientes contemporáneas para fortalecer y acercar al judaísmo incluso a los que mas alejados se encontraban y no encontraban el camino para acercarse, lo que yo estoy haciendo al enseñar historia judía, nos dice Schorsch, es hacer lo mismo. Hoy no es la filosofía lo que atrapa y cautiva a los judíos sino  la historia. A través de conocer la historia los judíos se van a volver mas conscientes de su propia identidad y pertenencia y no a través del procedimiento lógico racional que propone la filosofía. Por lo tanto al conocer objetivamente la historia su fe no va a resquebrajarse sino por el contrario va a hacer mas poderosa a través de este proceso de utilizar la historia como un medio para comprender la identidad y pertenencia judía.

Esta es una cuestión realmente interesantísima. Y el hecho que haya aparecido este debate hace pocos años y en nuestra era sugiere claramente que el legado de Graetz y el estudio de la historia y el historicismo judío continua siendo algo central en nuestros días.

Nosotros somos el producto del historicismo, de la conciencia intelectual moderna, y por ende el tema sobre si un historiador al hacer historia aumenta o sostiene la fe en lugar de dañarla y disminuirla sigue siendo una cuestión en nuestro tiempo.

La pregunta podemos asignársela o debérsela a Graetz pero también podríamos hacerlo como lo haremos en nuestra próxima publicación a Abraham Geiger.

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