• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido
  • Saltar a la barra lateral principal
  • Saltar al pie de página

Judíos & Judaísmo

antiguo, novedoso, sagrado.

  • ¿Nuevo en el Blog?
  • Acerca del Autor

El Dios de Maimonides – La Existencia y Esencia de Dios

04/12/2012 por Diego Edelberg 7 comentarios

¿Alguna vez se imaginaron a qué tipo de Dios reza el prójimo? Todos rezamos al mismo Dios y sin embargo cada uno de nosotros piensa o siente algo diferente cuando hablamos de Dios. Por supuesto que esto no es un problema sino una gran riqueza. Pero no puedo dejar de intrigarme con qué piensa el otro cuando habla de Dios, La Energía, La Naturaleza o el nombre qué se les ocurra.

No sólo podemos jugar a imaginar el Dios del de al lado sino también el Dios de nuestros antepasados. ¿Cómo hacemos esto? Leyendo lo que ellos escribieron sobre Dios. Y se me ocurrió ayer ¿qué mejor que conectarse con Dios del modo que Maimonides lo hacía? ¿Es esto posible?

Primero unas breves palabras para refrescar la memoria. Maimonides fue un judío medieval notablemente influenciado por las filosofía griega que tanto amaba. Heredero de dos poderosas tradiciones -la judía y la griega- su objetivo fue el de reconciliar ambas. Para Maimonides la Verdad era una sola y como él sentía que ambas tradiciones eran verdaderas en lo que proponían, llegó a la conclusión que ambas debían estar diciendo la misma Verdad pero en diferentes idiomas. Por eso se dedicó a exponer lo que tenían en común en gran parte de su obra (para más sobre Maimonides ver mis publicaciones: MOISES MAIMONIDES Y SU FILOSOFÍA – PARTE 1 y MOISES MAIMONIDES Y SU FILOSOFÍA – PARTE 2)

Por el simple hecho de filosofar sobre la tradición judía Maimonides comenzó a imaginarse un Dios cada vez más abstracto, racional y metafísico. Para este tipo de pensamiento racional que Maimonides tenía lo más elevado que podemos alcanzar no es lo que sentimos sino lo que sabemos o podemos “conocer”. Así, pensando lo más complejo que podemos pensar, Maimonides declaró que Dios conoce su propio Ser, lo entiende tal cual es y no como un conocimiento externo a sí mismo. En conclusión Dios es Uno que conoce, es conocimiento y es el conocimiento de sí mismo- todo esto siendo Uno. 

Luego de la tortuosa exposición filosófica sobre Dios como Conocimiento Maimonides concluyó con su mayor contribución al pensamiento medieval filosófico: todo esto se encuentra más allá del poder del habla para expresar, más allá de la capacidad del oído para escuchar y más allá de la mente humana para comprender con claridad. En otras palabras, según Maimonides podemos pensar y racionalizar todo lo que queramos que de todos modos nunca vamos a poder comprender a Dios ni expresar “Su esencia”.

Imagino lo que estarán pensando: ¡¿QUÉ SIGNIFICA TODO ESTO?! ¿Cómo puedo rezarle a un Dios así? Nuevamente les recuerdo que estamos tratando de entender a qué idea de lo que es Dios le rezaba Maimonides.

Maimonides era tan humano como cualquiera de nosotros. Experimentaba la vida en forma similar. Tenía momentos alegres y momentos tristes. Certezas e incertidumbres. Miraba el mismo mundo que vemos nosotros, su naturaleza y su historia. Y por lo tanto su búsqueda era la misma que la nuestra: ¿cuál es la esencia de Dios? ¿a qué o a quién le estoy rezando?

Su propuesta fue entonces enfatizar la integridad total de la esencia de Dios. Nosotros nos entendemos a nosotros mismos, nuestras vidas y nuestro conocimiento como “cosas” separadas unas de las otras. Las tres representan aspectos de nuestra personalidad pero no son dependientes para existir. Mi conocimiento está separado de mi existencia puesto que hubo un “Diego” antes que yo supiera algo del mundo y seguirá habiendo un “Diego” cuando me haya olvidado gran parte de lo que se. El Conocimiento entonces no es intrínseco a mi esencia.

Pero esto no ocurre con Dios según Maimonides. Para Dios no existe el conocimiento como algo separado. Decir que Dios es Uno para Maimonides significa que Dios es el sujeto, el verbo y el objeto sucediendo al mismo tiempo en forma eterna y sin cambios. Para decirlo de otra forma, Dios es “conocimiento conociéndose a sí mismo”. Si lo más elevado para Maimonides era el Conocimiento no hay nada más cercano a lo absoluto que “el Conocimiento conociéndose”.

En la Tora la idea que Dios es Uno y Único implica una relación entre Israel y Dios o cómo Dios e Israel están exclusivamente comprometidos. La Tora no nos dice cómo es Dios. Pero con Maimonides la esencia de este Dios se ha convertido ahora en una articulación abstracta y filosófica. El Dios de Moises dejó de ser una conexión visceral y emocional y con Maimonides se convirtió en una sentencia filosófica que satisface la mente. Este Dios de Maimonides tiene mucho más de ideas aristotélicas que ideas bíblicas. Tal vez este haya sido uno de los motivos por el cual las enseñanzas de Maimonides generaron tanta controversia para sus contemporáneos y aún en mucho de nosotros.

¿Piensan ustedes en Dios de este modo al rezar? ¿Qué imagen de Dios tienen? ¿Les gustó la idea de Maimonides?

Archivado en: Dios de los judíos Etiquetado como: dios, judaismo, judios, maimonides, moises, Moises Maimonides, pensamiento medieval

Moises Maimonides y su filosofía – PARTE 2

05/11/2012 por Diego Edelberg 3 comentarios

 

https://2d532b30f1c286934a5355e0af94660a6617ed0e.googledrive.com/host/0BwoNe5vEDh4jU1RTYWtDY1Jlenc/Judaismo-Medieval-10.mp3
(Duración 18:04 – 17.3 MB)

 

Al final de la publicación anterior les comenté que para terminar de entender quién es Maimonides y cuál fue su contribución íbamos a explorar dos textos y comparar la posición de Maimonides por un lado con la de Yehuda Halevi por otro lado.

Mi objetivo es poder mostrarles ahora cómo Halevi y Maimonides (siendo ambos hijos de una misma cultura judía) entendieron en forma totalmente diferente la figura de Abraham el patriarca. Ustedes mismos podrán ver un contraste tan increíble que les permitirá entender la polaridad entre estos dos judíos medievales y en extensión en muchos judíos hasta el día de hoy.

 

Y para hacer esto entonces, vamos a explorar dos textos, uno escrito por Halevi (espero que recuerden lo que hablamos de Halevi en las publicaciones anteriores) y luego otro escrito por Maimonides. La belleza de estos textos es que ambos están hablando del mismo tema. Ambos textos se dedican a la figura de Abraham el patriarca.

 

Tanto Halevi como Maimonides reflexionan en sus textos en la figura de Abraham en lo que ellos consideran el símbolo y arquetipo ideal del judaísmo. Hablamos de la figura de Abraham como el padre de las religiones monoteístas y en especial como el “primer judío” que abraza la idea de un solo Dios.

 

Así que ahora voy a leer algo escrito por Yehuda Halevi.

Este fragmento pertenece al IV Libro del “Libro de los Jazaros” (el Sefer Ha Kuzari) que mencionamos en nuestra publicación anterior. El texto que voy a leerles se encuentra en medio de una discusión más grande pero en el contexto que vamos a ponerlo van a poder entenderlo claramente.

 

Si recuerdan el Libro de Halevi comienza con la historia de un Rey que en la búsqueda de la Verdad que se le revela en un sueño interroga a un filósofo, un cristiano un musulmán y un judío para encontrar el sentido de ese sueño (nuevamente para más información sobre el contexto del libro que estamos hablando les recomiendo que vuelvan a escuchar la publicación anterior sobre Halevi).

Halevi escribe:

 

…Abraham llevó su carga honestamente: su vida en Ur Kasdim, la emigración, la circuncisión, la separación de Ismael y la angustia del sacrificio de Isaac porque la influencia divina había llegado a él a través del gusto pero no a través de la razón. Abraham sintió que ni el más pequeño detalle podría escapar de Dios y fue recompensado rápidamente por su piedad y fue guiado en el camino correcto hasta el punto de que lo hizo todo en el orden dictado por Dios. ¿Cómo podía hacer otra cosa que despreciar su anterior racionalidad? Los sabios explican el versículo: «Y lo llevó fuera (Génesis 15:5)», para hacerle entender que debía ¡dejar el horóscopo o la astrología! Es decir que Dios le ordenó que abandonara sus investigaciones especulativas mirando las estrellas y otros asuntos similares y siguiera fielmente el objeto del que había gustado, como está escrito: טַעֲמוּ וּרְאוּ, כִּי-טוֹב יְהוָה/ Gustad y verás que bueno es Adonai” (Salmo 34:9)

 

Esta descripción de Halevi es muy interesante. ¿Quién era Abraham para Halevi? Abraham según Halevi era un hombre que había sido un filósofo y había realizado especulaciones racionales sobre Dios hasta el día que obtuvo una revelación y abandonó toda especulación racional. Abandonó la astrología, la astronomía, las ciencias, la filosofía, la especulación y el pensamiento racional para poder relacionarse con Dios a través del gusto. ¿Qué significa esto de gustar de Dios? La palabra hebrea que Halevi cita del Salmo 34 es tam que podemos traducir al español como “saborear, probar o degustar”.

Ahora cuando uno habla de saborear, probar o degustar a Dios claramente estamos haciendo hincapié en una relación física con Dios. Lo que indudablemente Halevi hace es sacarnos de ese tipo de Dios cerebral y filosófico y nos empuja hacia un Dios más visceral, un Dios que estamos “tocando”, sintiendo o saboreando. Tocar, sentir, degustar o saborear son acciones muy diferentes de especular o pensar acerca de Dios. En otras palabras lo que Halevi hace es poner la relación con Dios en un plano mucho más místico, mucho más experimental en oposición a un Dios racional o metafísico. Por supuesto que todo esto tiene coherencia con lo que dijimos de Halevi en la publicación anterior que nuevamente insisto que escuchen si no lo hicieron para que todo esto les cierre aún mejor.

Pero es muy interesante por parte de Halevi elegir esa frase del libro de los Salmos en el cual “sentimos, probamos, saboreamos o incluso podemos degustar” como medio para relacionarnos con Dios.

En definitiva esta es la figura de Abraham y su relación con Dios según Halevi y es el ideal que debemos seguir para relacionarnos verdaderamente con Dios. Para Halevi no debemos buscar a Dios a través de la razón o la especulación filosófica sino a través del sentimiento. ¿Y de quién aprendemos eso? Ni más ni menos que de Abraham el patriarca del pueblo judío.

 

 

Ahora quiero que vean cuán diferente es la figura de Abraham según Maimonides.

Y para eso voy a leerles nuevamente un fragmento del mismo libro que leímos al comienzo de la publicación anterior, el «Sefer HaMadá» (El Libro del Conocimiento) que trata sobre los conocimientos básicos y principales de la Tora y sirve como introducción al Mishné Tora que es su propio código sobre la Ley Judía.

De esta introducción quiero enfocarme ahora en una sección titulada Hiljot Avoda Kojavim (literalmente “Las Leyes sobre la idolatría de las estrellas).

El texto que voy a leerles es del Capitulo 1 Halajá 3.

 

Después que Abraham fue destetado, comenzó a explorar y pensar. Aún cuando era un niño comenzó a pensar [sin cesar] durante día y de la noche preguntándose: ¿Cómo es posible que la esfera gire sin que nadie la controle? ¿Quién está haciendo que gire? Ciertamente ella no es la causa que la hace girar en sí misma.

 

No tenía ni maestro, ni había nadie que pudiera informarle. Más bien, estaba sumido en Ur Kasdim entre estúpidos idólatras. Su padre, su madre y toda la gente alrededor de él eran adoradores de ídolos y él los adoraba por costumbre. [Sin embargo,] su corazón estaba explorando y comenzando a comprender.

 

Finalmente entendió el camino de la verdad y la justicia a través de su exacta comprensión. Se dio cuenta de que había un único Dios que controlaba la esfera, que este Dios había creado todo y que no hay otro Dios entre todas las otras entidades.

 

¿Pueden ustedes ver el Abraham que se imagina Maimonides? Solo piensen que según  Maimonides, luego que Abraham había sido destetado su mente ya comenzaba a reflexionar. Maimonides se imagina a un Abraham que en “pañales” comienza a meditar y hablar sobre las órbitas celestiales y hace astronomía y pensamiento racional.

Ésta es la imagen que Maimonides tiene de Abraham. Ésta es la esencia de la vida para Maimonides. Reflexionar, especular y alcanzar la verdad a través del pensamiento lógico.

 

Noten que maravilloso contraste tenemos aquí. Abraham es considerado en la tradición judía no solo el patriarca sino el prototipo y modelo a seguir de judío ideal.

Para Halevi ese Abraham nos enseña que el modelo a seguir debe ser el de alcanzar la Verdad saboreando, probando o sintiendo a Dios. Pero Maimonides -basándose en el midrash rabínico que Abraham de niño reflexiona y destruye todos los ídolos que tenía su padre y abandona su ciudad natal- nos dice que el modelo de Abraham que debemos seguir es el de la reflexión y el pensamiento racional. Debemos convertirnos en seres filosóficos desde niños según Maimonides para reflexionar y poder presentar un sistema racional del modo que lo hizo Abraham el gran patriarca para alcanzar así la verdad más elevada.

 

Esta es tal vez la forma más simple en la que podemos contrastar estas dos polaridades. Halevi como el judío que nos dice que la esencia de la fe religiosa y del judaísmo debe ser alcanzada a través del sentimiento (probando y saboreando a Dios) y por otro lado Maimonides que nos dice que la esencia de la fe religiosa es la especulación y el pensamiento racional de carácter filosófico con el objetivo de “alcanzar” a Dios a través de las ideas y la mente.

 

Otra manera para definir la esencia del ser judíos según estas dos polaridades es viendo la interacción que ambos tienen con el mundo que los rodea. Podríamos así definir a Halevi como el “judío cerrado” que cree que para encontrar la esencia de su identidad judía debe solamente buscar en la Tora, las mitzvot o mandamientos, el momento de la revelación en el Monte Sinaí y reflexionar solo dentro de la propia tradición  judía y sus textos sin preocuparse por lo que piensa o hace el mundo no-judío. Por otro lado podríamos definir a Maimonides como el “judío abierto” que cree que el judaísmo cobra vida cuando uno puede conectar y relacionar su propia estructura interna con el mundo circundante haciendo conexiones y correlaciones entre diferentes tradiciones, culturas e ideas. Maimonides por ejemplo toma lo mejor del pensamiento aristotélico y lo usa para tratar de entender el judaísmo en una forma mucho más profunda. Recuerden lo que dijimos al principio: para Maimonides el grado más elevado es el que se alcanza cuando uno puede filosofar sobre el texto judío y no solo leerlo y tragárselo porque la tradición manda, sino hacer el esfuerzo para entender su esencia y su estructura intelectual. Y eso es lo que Maimonides hizo a lo largo de toda su vida. Maimonides nos enseñó que es parte del judaísmo tomar las nociones que no son propias de la tradición (sino de la cultura que nos rodea, sea cual sea dicha cultura) y relacionarla y utilizarla como un medio para repensar la tradición y darle más vida trayendo nuevas comprensiones. Definitivamente esta es la aproximación de Maimonides hacia la identidad y la esencia del judaísmo. Y como dije al principio: Maimonides nos enseña que Aristóteles también tenía cosas importantes para enseñarnos y hoy en el siglo XXI resulta muy triste leer y escuchar a muchos de los rabinos de la actualidad y en especial a los Rabinos Ortodoxos y jasídicos quienes jamas citan a un pensador o filósofo que no sea judío. Y esto es una gran perdida y no una ganancia. Maimonides seguramente lo vería de este modo.

 

Para cerrar esta publicación debo contarles brevemente que ocurre cuando Maimonides muere en 1204 y eso es que surge un revuelo y una gran controversia con respecto a su obra. Parte de la controversia es que cuando los judíos en el Norte de Europa comienzan a leer en profundidad a Maimonides, es decir cuando los textos de Maimonides llegan a manos de judíos ashkenazim y su tradición interpretativa, estos judíos se dan cuenta realmente cuán subversivo y peligroso puede llegar a ser (hablaremos en profundidad de los judíos ashkenazim a partir de la próxima publicación). Como ya mencioné tenemos incluso un caso 1232 cuando la Guía de los Perplejos fue quemada. El desafío se impuso a los rabinos que continuaron a Maimonides puesto que ahora muchos de ellos tuvieron que continuar con un legado dificilísimo basado en la interpretación del judaísmo en forma filosófica.

La controversia sobre cómo entender a Maimonides se extendió por varios siglos y la realidad es que nunca ha terminado. Pero más allá de este dilema filosófico Maimonides sobrevive y se convierte en un símbolo para la tradición judía debido a su rol como legislador. Como el autor del Mishne Tora, Maimonides se convierte en uno de los judíos más famosos dentro de la historia judía. Incluso si a uno no le gusta Maimonides como filósofo uno debe aceptarlo y respetarlo por haber escrito una obra tan extraordinaria sobre la Ley Judía.

 

Creo que lo más significativo que podemos decir para cerrar esta publicación en la que comparamos a Maimonides con Halevi, no es solamente la comparación entre las diferentes comprensiones que cada uno de ellos tuvieron sobre la revelación, la razón, la Creación o entre un judaísmo abierto o cerrado hacia fuentes externas a la tradición, etc. sino y principalmente tenemos que ver a ambos como los generadores de dos tendencias muy fuertes que realmente definirán los siglos siguientes. Uno podría incluso argumentar que todo el pensamiento subsiguiente es de alguna manera un eco de este debate medieval entre Yehuda Halevi por un lado y Moises Maimonides por otro lado. Ambos de alguna manera representan esa tensión entre lo visceral y lo racional del judaísmo.

 

No es una casualidad que luego de la muerte de Maimonides veremos que emerge públicamente la Cabalá, es decir las corrientes místicas del judaísmo, en parte como una respuesta a la racionalidad que se había impuesto por Maimonides y la filosofía. Lo judíos leían a Maimonides luego de su muerte y se preguntaban “¿Este es legado? ¿Esto lo que debemos ser como judíos? ¿Volvernos seres racionales y filosóficos?”. Y justamente el emergente masivo de la Cabalá en el período posterior a la muerte de Maimonides intenta balancear la altísima racionalización que Maimonides había establecido.

Y este fenómeno entre sentimiento y racionalidad lo vamos ir viendo en ciclos que se repiten a lo largo de la historia incluso hasta el día de hoy.

Si ustedes han escuchado mi otra serie de publicaciones sobre el judaísmo Moderno, vemos que con Spinoza, Mendelsohn, los Académicos del Wissenchaft des Judentums -es decir la Ciencia del Judaísmo- y luego con los primeros rabinos Reformistas, Ortodoxos y Conservadores (judíos como Geiger, Hirsh, Frankel y Schechter) llegando hasta Hermann Cohen, todo el hincapié sobre qué es el judaísmo va ir hacia la razón y aquello que tiene sentido racionalmente puesto que los ideales de la modernidad se volverán a ver influenciados por el Iluminismo y la Ciencia Moderna. Pero luego vimos en la otra seria una contra-reacción hacia la razón con judíos como Leo Baeck, Martin Buber, Franz Rosezweig y Heschel quienes se van a dedicar a desarmar nuevamente la concepción que Dios es simplemente una idea fantaseada por la mente humana e intentarán volver a despertar el sentimiento que Dios es como un amigo que te escucha y con el que uno puede tener acceso directo sin necesidad de una especulación racional o de ser un intelectual. Estos judíos volverán a darle esa chispa de irracionalidad positiva que tanto auge tiene en nuestra actualidad con pensadores que dicen que no debemos dejarnos llevar solo por los paradigmas e ideales construidos socialmente o por expectativas que nos imponen sino que tenemos que abrazar al mundo como una totalidad y sentirnos, para ponerlo en términos cabalísticos o místicos, parte de toda la Creación.

Nosotros hoy vivimos en un maravilloso tiempo en el cual somos conscientes de estas dos polaridades y sabemos que para vivir una experiencia plena como judíos debemos siempre sostener ambas tensiones en simultáneo: la experiencia racional junto con la experiencia visceral o sentimental. Ambas constituyen la esencia del ser judío y ambas se encuentran presentes en esa dialéctica heredada de estos dos grandes que fueron Halevi y Maimonides.

 

Archivado en: Judaismo Medieval, Podcast Historia Judía Medieval Etiquetado como: Mishne Tora, Moises Maimonides, razon o fe, razon y fe, siglo x, spinoza, Yehuda Halevi

Moises Maimonides y su filosofía – PARTE 1

02/11/2012 por Diego Edelberg 3 comentarios

 

https://2d532b30f1c286934a5355e0af94660a6617ed0e.googledrive.com/host/0BwoNe5vEDh4jU1RTYWtDY1Jlenc/Judaismo-Medieval-09.mp3
(Duración 35:51 – 34.4 MB)

 

Con esta publicación llegamos al punto más elevado de la cultura judía en el mundo medieval islámico y eso nos lleva a uno de los judíos más importantes de la historia. Me refiero al famoso Moises Maimonides quien nació en 1135 y murió en 1204.

Entre los judíos Maimonides es conocido con el acrónimo de Rambam, eso es Rab Moshé ben Maimón y justamente una manera de saber si uno se ha consagrado en la historia judía es cuando uno logra tener su acrónimo, como es el caso de Maimonides.

Maimonides vivió durante el siglo XII y fue realmente una figura extraordinaria. Un hombre que no solo sabía de judaísmo sino de ciencia, medicina y filosofía. Maimonides fue definitivamente el médico, rabino y teólogo judío más célebre de la Edad Media y tuvo una enorme importancia como filósofo en el pensamiento medieval general.

Dedicarle solo una publicación en el contexto de nuestra serie sobre el Judaísmo Medieval es un injusticia y por lo tanto vamos dividir los temas que quiero presentarles en dos partes.

En la primera parte, es decir en esta publicación exploraremos un poco su pensamiento para entender quién era y cual fue su contribución a la historia judía.

Pero para que realmente podamos entender mejor quién era quiero presentarlo, en la próxima publicación, en el contexto de un maravilloso debate entre él y Yehuda Halevi -de quien hablamos en nuestra publicación anterior- para demostrarles que tenemos con estos dos judíos dos polaridades que expresan en su dialéctica algo de la esencia de esta fascinante cultura judía medieval en España bajo dominación islámica. Hablamos de una cultura que pudo influenciar de manera totalmente diferente a estos dos judíos que fueron el producto de esta misma cultura y lugar y sin embargo comprendieron lo que el judaísmo era de forma totalmente diferente.

 

La vida y obra de Maimonides refleja claramente los puntos más altos y más bajos de la relación entre judíos y musulmanes en la Edad Media. Maimonides nació en Cordoba, España, pero justo antes de su Bar Mitzva a los 13 años escapa de España debido a las persecuciones de las tribus bárbaras que mencionamos en publicaciones previas conocidas como “almohades”. Primero va hacia el Norte de Africa y finalmente se asienta en Egipto donde se convierte en el Médico principal del Visir (el primer ministro de Egipto) y posteriormente de la familia real. Gracias esto Maimonides se convierte en el judío más famoso de su generación dentro del ambiente egipcio.

Maimonides en su tiempo se gana la vida trabajando de médico y al igual que Hasdai ibn Shaprut (a quien mencionamos en publicaciones previas) vemos que la Medicina era tal vez la forma más elevada para establecerse no solo financieramente sino social, política y culturalmente como judío en el mundo medieval. El ejemplo de médicos judíos adquiriendo riqueza y prestigio se repite una y otra vez a lo largo de la historia judía incluso hasta la modernidad y como mencionamos también en publicaciones previas lo más común en la historia medieval judía es encontrar que los más grandes eruditos judíos eran en su mayoría médicos además de ser también rabinos, filósofos y poetas.

 

Lo que es fascinante de Maimonides es que ademas de realizar una espectacular carrera como médico fue también un escritor extraordinariamente prolífico.Y prolífico ni siquiera alcanza para describir la erudición de este hombre. Primero a los 20 años escribe un comentario sobre la Mishna (recuerden que la Mishna es el texto fundacional del judaísmo rabínico y la ley oral judía que explicamos en la segunda publicación sobre el Judaísmo Medieval). Luego de este comentario a la Misha Maimonides decide escribir su propio código de Ley Judía: un resumen de todas las discusiones talmúdicas organizadas por categorías y temas. Este código que el escribe lo titula Mishne Tora. Debemos ser cuidadosos de no confundir títulos y los nombres. El código de Maimonides se llama Mishne Tora pero no es ni la Tora ni la Mishna ya que estos son dos otros libros diferentes que ya hemos definido. Luego de ser escrito, el Mishne Tora (el Código de Leyes Judíasde Maimonides) gana una aceptación pública en forma precoz y se convierte rápidamente en uno de los textos fundacionales de la codificación de la Ley Judía, en especial para aquellos judíos sefaradies viviendo en España bajo la órbita islámica. Para ellos este texto se convertirá en pocas generaciones en el resumen principal de la Ley Judía. Y es bueno recordar que les comenté en la segunda publicación que a medida que avanzamos en la Edad Media vemos lentamente que los judíos comienzan a “cansarse” (por decirlo de alguna manera) de todas las discusiones rabínicas del Talmud y querrán ir directamente a Ley. Con esto no quiero sugerir que los judíos en la Edad Media no quieren estudiar más Talmud, pero si quiero sugerir que es llamativo el auge que tiene este tipo de literatura legalista en la Edad Media. Estos códigos legales que van surgiendo en la Edad Media lo que hacen en esencia es quitar del medio todas las discusiones, interpretaciones, midrashim e historias rabínicas para ir directo a la ley.

Parecería que los judíos en determinado momento de la Edad Media simplemente querrán saben cuál es la Ley, qué deben decir y qué deben hacer puesto que ya no quieren lidiar más con todas estas discusiones y verborragias rabínicas. Este es el motivo por el cual vemos un incremento importante en este tipo de literatura legal que se expande aún más, luego de la invención de la imprenta en la Modernidad Temprana.

 

Siguiendo este hilo de pensamiento sobre los códigos legales, muchos creen que Maimonides escribió el Mishne Tora, este compendio de Ley judía, porque quería justamente que la gente pudiera rápidamente dominar las sutilezas de las argumentaciones talmúdicas y así saber qué debían hacer como judíos y no perder el tiempo tratando de descifrar toda la Biblia y el Talmud. Pero lo más interesante es que los que sostienen esta teoría dicen que el objetivo final no era simplemente que todos pudieran cumplir con el judaísmo sino en realidad poder atravesar los principios de la Biblia y el Talmud para dedicarse plenamente al saber más elevado que para Maimonides era la filosofía.

Realmente no podemos saber si esto era del todo así ya que Maimonides nunca lo puso así por escrito. Pero lo que si está claro es que su otra gran obra que siguió al Mishne Tora nos demuestra la importancia que la filosofía tenía para él. Esta segunda obra se convirtió en un clásico de la filosofía judía y la filosofía medieval general. Este texto que estoy mencionando es conocida en hebreo como Moreh Nevujim y en español lleva el título envidiable de “La Guía de los Perplejos”. La Guía de los Perplejos tuvo un impacto transcendental en la historia no solo judía sino mundial ya que fue escrita originalmente en árabe, traducida luego al latín y luego a otras lenguas más. Incluso llego a influenciar a Santo Tomás de Aquino, al pensamiento escolástico cristiano y el pensamiento islámico medieval.

Y con esto tenemos un ejemplo maravilloso para poder apreciar cómo la filosofía medieval, como género literario, es incluso un género universal en el cual los mismos problemas, interrogantes, desafíos y soluciones que se ofrecen pueden encontrarse por igual en las tres tradiciones monoteístas. Es decir que un texto como La Guía de los Perplejos puede haber sido escrito por un judío pero es luego leído por ejemplo por alguien como Tomás de Aquino y aplicado dentro del pensamiento escolástico cristiano.

 

En la Modernidad vemos que el pensamiento de Maimonides es tan amplio que ha sido estudiado tanto como un referente de la Ley Judía como de la Filosofía judía. Y este dominio sobre ambos mundos (el halájico o legalista por un lado y el filosófico por otro lado) nos enfrenta con la pregunta más compleja sobre este gran hombre: ¿Cómo puede ser que Maimonides sea el mismo autor del Mishne Tora y “La guía de los perplejos”? Es decir, ¿cómo puede ser que sea el mismo hombre el que escribe un libro tan riguroso y conservador sobre la Ley Judía (como es el MIshne Tora) seguido por otro libro tremendamente atrevido y controversial como es “La guía de los perplejos” en el que compara la tradición judía con la tradición aristotélica intentando encontrar puntos en común entre ambas? Para que se den una idea de lo que estamos hablando solo piensen que La Guía de los Perplejos fue prohibida e incluso quemada por ciertos grupos judíos al poco tiempo de ser escrita.

 

Hace varios años Leo Strauss (un famoso académico que nació en Alemania y debido a la ocupación Nazi emigró a Estados Unidos donde enseñó y vivió allí hasta su muerte en 1973) escribió en forma provocativa que había en realidad dos Moises Maimonides (es decir no dos personas diferentes que firmaban como un mismo autor sino una sola persona que tenía dos facetas o dos personalidades distintas). Leo Strauss nos habla de un Maimonides que se presentaba dentro de la comunidad judía de una manera pero hacia el afuera de otra manera distinta. Es decir que para Strauss había un Maimonides que era el codificar de la Ley Judía revelada literalmente por Dios a Moises en la Tora por un lado, mientras que el mismo Maimonides usaba esta aproximación judía tradicional para protegerse de su verdadera esencia que era ser un filósofo subversivo.

Strauss terminó así argumentando que para leer a Maimonides correctamente uno debía leerlo en forma esotérica. Esto significaba que cuando uno leía a Maimonides uno siempre tenía que ser consciente que bajo los principios normativos y legales de la Ley judía que el estaba articulando había en realidad oculto un filósofo subversivo cuyo verdadero interés eran las verdades de la filosofía. Leído correctamente, lo que uno estaba viendo bajo su Mishne Tora -su riguroso código de Ley Judía- era en realidad una capa que cubría la Verdad que estaba para él en la filosofía.

El ensayo tremendamente provocativo de Strauss llevaba el titulo “cómo leer la Guia de los Perplejos” y en pocas palabras declaraba que leyendo en forma profunda, tratando de entender qué es lo que realmente estaba Maimonides tratando de comunicar, se notaba que había un mensaje que quienes no conocen de filosofía griega no podrán nunca entender. Y por lo tanto la verdad del judaísmo de Maimonides se expresa en términos “elitistas” y la grandeza de Maimonides era haber escrito un texto que simultáneamente le hablaba a dos audiencias distintas: por un lado los filósofos o los seres altamente racionales que pueden captar la verdad que Maimonides cree y que no es accesible para aquellos que no saben de filosofía; y por otro lado al judío tradicional que lee en el texto y a simple vista encuentra un encuadre netamente dogmático y tradicional que le dice qué hacer y qué no hacer para actuar como judío. Strauss argumentó que había una lectura para el público general que mostraba esa verdad que ellos necesitaban creer pero la verdadera lectura y comprensión sobre qué era lo que Maimonides quería expresar se abría para aquellos otros que podían leerlo correctamente y eso era teniendo conocimientos de filosofía. En este sentido Strauss argumentó que el Maimonides legalista que escribe un Código riguroso y detallado sobre la ley judía como es el Mishne Tora, esta en realidad llevando acabo una estrategia que le permita decir la verdad en la Guia de los Perplejos pero anteponiendo un Código de Ley que lo protege de aquellos que creen que en realidad es un filósofo subversivo. Finalmente para Strauss el verdadero Maimonides, aquel que se despliega para quienes pueden realmente comprenderlo, es el que cree que la verdad es la filosofía aristotélica mientras que las mitzvot o preceptos judíos y la practica del judaísmo en general, simplemente están ahí para protegerse de lo que uno verdaderamente cree.

 

Estas teorías de Leo Strauss han sido desafiadas por muchos autores. Entre ellos uno de los rabinos y académicos más grandes del siglo XX llamado Iztjak Twersky (o Isadore Twersky) quien fue un rabino Ortodoxo descendiente de una dinastía jasídica y al mismo tiempo trabajó gran parte de su vida como profesor en la Universidad de Hardvard. Twersky escribió, entre tantas otras obras, una larguísima introducción al Código de Ley judía escrito por Maimonides (el Mishne Tora) en la cual Twersky articula su propia posición frente a la herencia de Maimonides.

Otro que ha respondido en forma interesante a Strauss es David Hartmann y en ambos casos, el de Twersky y Hartmann la opinión es que en esencia hay un solo Maimonides. Incluso estos autores que le contestaron a Strauss declaran que si uno lee atentamente el Código de Ley junto con la Guia de los Perplejos uno llega a las mismas ideas.

Esto es así ya que el Código de Ley Judía de Maimonides comienza con una introducción muy interesante llamada “Sefer Hamada” que es en esencia una introducción filosófica con respecto a la Ley Judía en la que Maimonides expone cuales son los principios que deben ser articulados y comprendidos para luego intentar preguntarse por la Ley Judía. Twersky incluso argumenta que no solo en la introducción sino a través de todo el Mishne Tora hay asunciones filosóficas que pueden extraerse de este texto que supuestamente es “netamente halájico y poco místico”. Y en conclusión y en oposición a Strauss estos otros judíos argumentan que lo que uno encuentra en un libro también lo encuentra en el otro y no hay ningún filósofo subversivo sino que lo que realmente estaba haciendo Maimonides era reconciliar en una forma increíblemente sofisticada esta unión entre la tradición judía por un lado y la tradición racional medieval heredada de los griegos por otro lado. Dicho de otro forma Maimonides estaba intentando conciliar la fe y la razón.

Y esta última postura parece ser hoy la aceptada por la gran mayoría de judíos y académicos y eso es que en esencia hay un solo Maimonides. Pero al igual que todo lo que forma parte de la historia estas ideas siguen sujetas a investigación y justamente el academicismo y las lecturas particulares de Maimonides son un ejemplo maravilloso para demostrar cómo la gente tiende a interpretar y entender a Maimonides de acuerdo al modo que ven al mundo, el judaísmo y los presupuestos o los esquemas de referencia particulares que cada uno trae y entiende al leer el texto escrito. Realmente estas posturas que se asumen antes de leer el texto se sienten en la manera en la que la mayoría de la gente lee estos textos y por lo tanto el tema aún sigue en discusión sobre qué quiere decirnos realmente Maimonides. Y aunque muchos le han contestado a Leo Strauss su articulo aún sigue dando vueltas por la cabeza de muchos judíos.

 

 

 

Lo que quiero hacer para explicarles a Maimonides es presentarles su posición ante el judaísmo, la razón, la filosofía y la tradición judía en esta publicación y compararlo en la próxima publicación con la posición de Yehuda Halevi frente a estos mismos temas. Recuerden que hablamos de Halevi en nuestra publicación anterior.

Para hacer esto voy a usar tres ejemplos: uno tomado del Mishne Tora, es decir el Código de Ley Judía y otros dos de la Guia de los Perplejos. En la próxima publicación voy a leerles y analizar otros dos textos sobre un mismo tema escritos uno por Halevi y otro por Maimonides. Las posición completamente distinta entre estos dos pensadores escribiendo sobre un mismo tema nos permitirá entender claramente el contraste entre ellos aún siendo ambos hijos de un mismo período y lugar histórico en el desarrollo de la historia judía.

 

Comencemos entonces con el primer ejemplo tomado del Código de Ley Judía, el Mishne Tora y de la introducción de este libro conocida como Sefer Hamada (El libro del conocimiento). De esta introducción quiero enfocarme en una sección titulada Hiljot Talmud Tora (literalmente “Las Leyes para el estudio de la Tora).

El texto que voy a leerles es del Capitulo 1 Halajá 11. Este es el texto que Twersky -como ya mencionamos, uno de los más prominente rabinos Ortodoxos del siglo XX- hizo famoso demostrando claramente cual es la agenda y los objetivos de Maimonides.

El texto de Maimonides es en esta oportunidad una re-lectura de un texto Talmúdico escrito por los primeros rabinos siglos antes que él. El texto original Talmúdico dice que una persona está obligada a dividir su tiempo de estudio en tres partes: «un tercio se debe dedicar a la ley escrita, otro tercio a la Mishná y el tercer tercio a la Guemara» (fuente: Kidushin 30a). Ya definimos estos textos en nuestra segunda publicación pero básicamente lo que esta cita del Talmud nos esta indicando es que debemos dedicarnos a leer (a) la Tora Escrita, (b) la Mishna (que es el texto fundacional de la Ley Oral Judía) y (c) luego la explicación o derivación que los Rabinos hacen de la Mishna y que llamamos Guemara. En otras palabras la tradición hasta Maimonides nos decía: (1ero) Tora Escrita (o lo que llamamos Biblia Hebrea), (2do) Mishna (que es el texto que contiene la Ley Oral puesta por escrito) y (3ero) la Guemara (la expansión y elucubración de la Mishna o Ley Oral). Tora, Mishná, Guemara.

 

Pero quiero que noten como Maimonides toma este mismo texto que todos los judíos conocemos y lo re-interpreta de una manera distinta.

Maimonides en el Capitulo 1 Halajá 11 de su Mishne Tora escribe:

 

Una persona está obligada a dividir su tiempo de estudio en tres: un tercio se debe dedicar a la Ley Escrita; otro tercio a la Ley Oral; y el tercio restante para la comprensión y la conceptualización de la última derivación de un concepto desde sus raíces; infiriendo un concepto con respecto a otros conceptos comparándolos; entendiendo la Tora basándose en los principios de la exégesis bíblica hasta que uno aprecia la esencia de estos principios y cómo las prohibiciones y las demás decisiones que se recibieron de acuerdo a la tradición oral se pueden derivar para ser usados. Esto último se llama Talmud.

 

Observen lo que Maimonides ha hecho aquí. En la interpretación tradicional tenemos Tora o Biblia Hebrea, Mishna y Guemara. Pero Maimonides modifica esta interpretación y nos dice Ley Escrita, es decir la Tora o la Biblia Hebrea; luego Ley Oral (es decir que ha unido Misha y la Guemara en un solo paquete) y finalmente introduce esta nueva categoría que les leí sobre todas las comparaciones e inferencias que hay que hacer del texto y que el llama a todo eso “Talmud”. Maimonides también utiliza otra palabra para referirse a toda esta comprensión y conceptualización y la llama PaRDeS. PaRDeS es una palabra hebrea que se utiliza en el judaísmo para designar el estudio esotérico o místico, aquello considerado la capa más profunda que uno puede alcanzar de la interpretación de la literatura de textos judíos.

Lo que Twersky nos sugiere es que Maimonides realmente esta diciéndonos que el nivel más elevado que podemos alcanzar es llegar a la capa que permite la comprensión filosófica de los textos judíos. En otras palabras, según Twersky Maimonides esta diciéndonos que no debemos leer estos textos en forma simple, básica o para memorizarlos.  No alcanza con poder recitarlos de memoria o citarlos. No alcanza con repetir de memoria pasajes de la Biblia o la literatura rabínica sino que hay que realmente comprenderlos. Y para llegar a la esencia y la verdad de los mismos uno debe saber de filosofía para así entender su estructura intelectual. Para Maimonides, según Twersky, de eso se trata realmente el estudio judío y rabínico. El tercer nivel de aprendizaje judío luego de la Ley Escrita y la Ley Oral (y que es de hecho el más elevado que uno puede alcanzar) es aquel que está dado por la capacidad de realizar una exposición filosófica del texto que uno esta leyendo.

¿Por qué está Maimonides escribiendo y sugiriéndonos todo esto? Según Twersky Maimonides hace esto para dejarnos en claro que el nivel más elevado que uno puede alcanzar como judío es convertirse en un filósofo judío. Convertirse en un racionalista. Y el estudio más profundo que uno puede hacer, la lectura más veraz que uno puede alcanzar esta dada por las herramientas filosóficas que uno posee. Si esta interpretación de Twersky es correcta, entonces ya tenemos presentados los objetivos filosóficos de Maimonides en su Mishne Tora (que es su obra como legalista) anterior a presentarlos en La Guía de los Perplejos (que es en esencia su obra filosófica). En otras palabras, ese “filósofo subversivo” ya se presenta así mismo en un Código rígido de Ley y no en una obra filosófica.

 

El segundo texto no voy a leerlo sino que voy a contárselos.

Este texto de Maimonides es muy famoso dentro de la literatura judía y es conocido como “La Metáfora del Palacio”. La metáfora del Palacio aparece en el tercer libro de la Guía de los Perplejos en el capitulo 51. Nuevamente no voy a ser literal sino que voy a explicarles la metáfora con mis propias palabras.

Según la metáfora de Maimonides existe un Rey sentado en la habitación principal de un Palacio. Dentro de ese Palacio hay diferentes habitaciones que se encuentran cercanas a la habitación principal. Luego fuera del Palacio hay algunas casas cercanas al palacio. Luego hay un valle y en el fondo hay montañas mas alejadas con casas aún más alejadas  del palacio.

Maimonides va situado diferentes tipos de personas a lo largo de todo el paisaje que hemos descripto. Hay  quienes viven en las montañas y están muy lejos del Palacio, otros viven más cerca del Palacio y hay quienes viven dentro del Palacio en algunas de las habitaciones. Pero muy pocos llegan a la habitación principal y logran conocer cara a cara al Rey.

 

Maimonides es bastante explícito al explicar de que se trata su metáfora. El Rey es por supuesto Dios y las personas que están más o menos alejadas de Dios son de hecho distintos tipos de personas que existen en el mundo. En otras palabras la metáfora intenta explicar cómo los seres humanos pueden aproximarse a Dios y “alcanzarlo” en la forma más verdadera posible.

 

Debo aclararles que si bien Maimonides es un gran pensador también hay que ser sinceros que es bastante elitista en el sentido que para él hay gente que es racionalmente más inferior que otra y esa gente inferior tiene menos herramientas para conectarse con Dios que aquellos intelectuales como él. O para decirlo de otro modo para Maimonides claramente existe gente que es más inteligente y superior que otra gente que es estúpida e inferior. No quiero minimizar algo que está expuesto así por él mismo al leer sus textos. De alguna manera lo que siento cuando uno leo a Maimonides es que el cree que siempre tiene la razón en lo que dice y el que no está de acuerdo con él no solo que está siempre equivocado sino que además es un estúpido. En su grandeza Maimonides de todos modos no ahorra en denigrar a aquellos que no están de acuerdo con él.

 

En este sentido Maimonides claramente explica que la gente que se encuentra lejos del Palacio del Rey en la metáfora es la gente que ni siquiera cree en Dios. Gente que no tiene religión ni tampoco puede especular sobre Dios y ni siquiera ha recibido alguna tradición. Según Maimonides estas personas son seres irracionales que se encuentran por debajo del ser humano normal pero un poco por encima del mono. Les anticipe, Maimonides es bastante duro de tragar para algunas personas.

Después Maimonides describe a aquellos que tienen alguna religión pero esa religión está equivocada y por lo tanto para él estas personas son incluso peores que la primera categoría porque hasta pueden confundir a otros. (Por favor recordemos que Maimonides no es un hombre de la modernidad y por eso se nos impone leerlo en el contexto propio del hombre medieval. En dicho contexto medieval no es muy común el argumento que escuchamos hoy a menudo que dice algo así como “yo practico mi religión y no me importa si otros no creen que es verdad y para mi lo es”. Sino que en el contexto que estamos analizando nosotros aquí, para el hombre medieval o para Maimonides particularmente, lo que él cree es la única verdad y por lo tanto lo demás tiene que si o si ser falso. A diferencia del hombre medieval, el hombre moderno ha logrado transcender este tipo de ideal que hoy casi nos resulta mediocre. Hoy no necesitamos negar la verdad o religión del otro para conformar, practicar y creen en la propia. Hoy uno puede y debe seguir su propia religión sin la necesidad de exterminar o demostrar la falsedad de la religión del prójimo).

 

Pero lo más interesante de la metáfora del Palacio es las personas que Maimonides describe a continuación: los que se encuentran más cerca del palacio son los judíos normales, es decir aquellos que observan los mandamientos o mitzvot del judaísmo, son éticos, son buenas personas, no son inmorales, etc.

Pero después están aquellos que viven dentro del palacio en alguna de las habitaciones y son quienes estudian Talmud todo el día y son judíos extremadamente devotos pero así todo no llegan al cuarto principal del Rey. ¿Quién es el que consigue entrar al cuarto del Rey? Obviamente el filósofo que puede hacer especulaciones racionales y justificar a través de procesos lógicos la verdad que cree. O para decir esto mismo en forma explícita, alguien que sea como Maimonides.

La metáfora del Palacio nos muestra que para Maimonides existe una clara jerarquía en el mundo religioso y esa jerarquía esta establecida de acuerdo a la capacidad racional que uno posee. En definitiva solo siendo un filósofo judío uno alcanza la verdad mas elevada derivando su creencia a través de procesos lógicos y especulativos (ambas tareas propias del pensamiento filosófico) y no simplemente por tener fe y creer que es el judaísmo es verdad. Acá vemos como Maimonides continúa los pasos de Saadia que explicamos en las publicaciones previas en la cual uno debe ser un racionalista para ser un buen judío. De hecho para Maimonides decir que uno cree en el judaísmo sin poder explicar racionalmente su creencia no lo provee a uno de la capacidad necesaria para alcanzar la habitación en la que se encuentra Dios dentro de la metáfora del Palacio. Y al igual que Saadia había declarado en su libro filosófico no alcanza con la fe, uno debe poder racionalmente explicar la verdad que cree.

Solo una persona que tiene la capacidad intelectual necesaria, solo aquel que puede explicar absolutamente todo en forma racional -es decir un filósofo-, alguien como Maimonides mismo, puede finalmente entrar a la habitación del Rey y “alcanzar” (por así decir) al mismísimo Dios.

 

El tercer texto que quiero compartir con ustedes es también complicado pero voy presentarlo de todos modos porque nos permite entender claramente la diferencia entre Maimonides como filósofo y Saadia Gaon como filosofo.

El texto de este ejemplo pueden encontrarlo en el segundo libro de La Guia de los Perplejos capitulo 27 y este texto es un excelente ejemplo para entender sobre qué trata básicamente la filosofía medieval.

El texto lidia con el tema de la Creación. Como ustedes saben tanto en el judaísmo como el cristianismo y el islam hay una creencia muy profunda sobre la Creación del mundo. La manera en que estas tres religiones monoteístas entienden la Creación se denomina en latín como creatio ex nihilo o en hebreo lo definimos como iesh meain, es decir algo de la nada. Lo que esto significa es que cuando Dios creo el mundo lo creo de la nada. Como ustedes saben nadie “crea” literalmente nada sino que todos manipulamos algo que existe. Para poner un ejemplo muy básico, el carpintero que hace una mesa utiliza madera que ya existe en el mundo y no crea el mismo la madera sino que utiliza material preexistente, en este caso madera extraída de un árbol por ejemplo. Y de hecho si uno se fija en los textos de Aristóteles uno descubre que para la tradición griega hay una especie de materia preexistente en el mundo a través de la cual el equivalente de Dios en la filosofía griega (definido como Primer Motor inmóvil por Aristóteles mismo) crea el mundo. En otras palabras es ilógico pensar que si uno crea algo lo crea de la nada. La nada produce nada. Uno necesita de algo para producir algo. Así que pueden ver que estoy describiendo un verdadero problema del pensamiento racional filosófico. El judaísmo, el cristianismo y el islam argumentan que la Creación viene de la nada mientras que el pensamiento filosófico y científico dicen que eso no tiene sentido y que tiene que venir desde algo.

Pero la pregunta acá es ¿por qué es tan importante para las religiones argumentar que Dios crea de la nada? Y la respuesta es que si Dios esta creando de materia preexistente eso significa que Dios está limitado por algo que ya existe. Si fuera así Dios solo podría crear usando lo que existe. Pero el problema con este planteo es que la idea tradicional que tenemos de Dios en las tres religiones monoteístas es que Dios es ilimitado y todopoderoso y solo Dios pueda crear de la nada mientras que todo el resto de la Creación manipula lo preexistente.

 

Este es el problema que tenemos con la Creación y es en efecto uno de los debates principales que tenemos en gran parte de la filosofía medieval. Muchos filósofos medievales se enfrentaron de maneras distintas con este problema.

La solución de Maimonides a este problema representa realmente la culminación del pensamiento Medieval Filosófico que se inicia con Saadia y creo que este ejemplo además nos permitirá entender porque Maimonides es un filósofo mucho mas sofisticado que Saadia a quien definimos como un filósofo dogmático en nuestra publicación sobre su filosofía. Si recuerdan el problema con la filosofía de Saadia es que el definía de antemano la verdad que creía en lugar de seriamente intentar proveerse de una alternativa seria y que sea justa u honesta al problema.

 

Pero Maimonides para resolver este problema vuelve a darnos otra metáfora. En esta oportunidad nos pide que imaginemos un niño que nació y fue abandonado en una isla. El niño crece solo en la isla sin la compañía de nadie hasta que un buen día finalmente se encuentra con otro ser humano. Comienzan a discutir sobre el mundo hasta que el hombre abandonado en la isla le pregunta al otro “¿cómo es que llegue al mundo?”. La otra persona le da la explicación más común y corriente que todos conocemos: le dice que tenía padres quienes a través de una relación sexual lo concibieron a él y él se gesto en el vientre de su madre, etc. Al escuchar esta respuesta el hombre abandonado en la isla le dice que lo que le están diciendo es imposible, es totalmente ilógico, ¿cómo pudo haber respirado y vivido dentro de la panza de una mujer? Para este hombre que creció solo, sin haber visto nunca una mujer embarazada, lo que esta otra persona le está diciendo es imposible de comprender. Si debe guiarse por sus propias experiencias de lo que considera real o posible toda la idea de cómo vino al mundo descripta por esta otra persona resulta un absurdo.

 

Usando esta metáfora Maimonides no va a demostrarnos que la Creación viene de la nada (aún cuando el cree que realmente viene de la nada ya que sigue la creencia tradicional judía) sino que va a presentarnos su respuesta a través de lo que no podemos concluir racionalmente, es decir a partir de lo que nunca podremos entender debido a nuestras experiencias finitas. En otras palabras, teniendo en cuenta nuestra experiencia finita como humanos imperfectos no podemos ni podremos nunca saber qué pasó en el momento de la Creación. La filosofía no puede ofrecernos una respuesta que racionalmente satisfaga este planteo ya que hay un límite para lo que la racionalidad puede servirnos. Y como la filosofía tampoco puede darnos una respuesta final ni absoluta entonces así uno puede decidir libremente qué creer y aceptar la Creación según la visión tradicional judía puesto que la filosófica no es mas verdadera o lógica.

En síntesis Maimonides no consigue probar que Dios crea de la nada pero si consigue demostrar que por otro lado la racionalidad de la filosofía tampoco puede ofrecer una respuesta final a este dilema.

Aceptando que existe un límite real para la especulación racional filosófica que podemos hacer como seres humanos limitados e imperfectos, estamos capacitados según Maimonides, para conciliar religión y filosofía ya que ninguna de las dos puede darnos respuestas absolutas ni finales que demuestran que los argumentos de una son verdaderos mientras que la otra son falsos. De alguna manera nosotros podemos terminar eligiendo la respuesta que queramos porque ninguna de las dos posibilidades, es decir ni la fe religiosa o la razón filosófica, pueden proveernos de la respuesta verdadera.

Noten cuan diferente es esta presentación de Maimonides con respecto al intento de querer demostrar que tal cosa es igual a tal otra y por eso demostramos esto otro, etc. Esta es una aproximación diferente. Es un reconocimiento sincero que hay un punto en que inevitablemente llegamos a un callejón sin salida y ni la filosofía ni la religión pueden darnos respuestas absolutas que dejan en claro que una de ellas es verdadera y la otra es falsa. Y en conclusión la respuesta y solución para Maimonides es que honestamente no podemos resolver estos problemas en forma lógica ni racional. Pero reconocer que no podemos resolver este problema en forma lógica es para él la respuesta al problema. O para decir todo esto en la forma mas simple posible: la respuesta es que no hay respuesta. Y ahora que se que no hay respuesta tengo dos posibilidades: (a) decido creerme la respuesta tradicional judía (que es lo que hace Maimonides) o (b) por otro lado me creo cualquier otra respuesta que me guste puesto que de todos modos no puedo demostrar en forma racional ni lógica que el mundo tiene un Creador.

 

Concluyendo esta primera parte dedicada a Maimonides pudimos ver a través de sus escritos algo esencial de su personalidad:

  1. Maimonides antepone la racionalidad como medio para “alcanzar” a Dios y la verdad. La llegada a Dios no alcanza con la fe que no requiere explicación racional sino que para Maimonides, al igual que vimos con Saadia Gaón, la racionalidad es fundamental para justificar lo que uno cree. Uno debe esforzarse para intentar racionalmente explicar por qué cree lo que cree.
  2. Esta racionalidad que Maimonides aplica al judaísmo esta basada en el método filosófico que tiene como objetivo preguntarse por el “qué” de las cosas  y no sólo por el “por qué” de las cosas. Es decir que para Maimonides las verdaderas preguntas del nivel más elevado que uno puede alcanzar como judío no son solamente “cómo hay que hacer las cosas” ni “por qué hay que hacerlas”. Sino y más difícil de responder aún, la pregunta esencial que lleva al nivel más elevado de comprensión en los textos judíos (permitiendo al lector atravesar diferentes capas o niveles hasta arriba a la Verdad) se logra usando el método filosófico inspirando principalmente en la filosofía aristotélica que Maimonides tanto amaba y que se cuestiona por el “qué” de las cosas.
  3. Justamente aquí aprendemos que para Maimonides, uno debe leer, entender, comparar y utilizar textos escritos también por autores no-judíos siempre que estos le ayuden a uno a expandir su pensamiento. Maimonides nos enseña que el judaísmo cobra vida cuando uno puede conectar y relacionar su propia estructura interna con el mundo circundante haciendo conexiones y correlaciones entre diferentes tradiciones, culturas e ideas. Maimonides por ejemplo toma lo mejor del pensamiento aristotélico y lo usa para tratar de entender el judaísmo en una forma mucho más profunda. Recuerden lo que dijimos al principio: para Maimonides el grado más elevado es el que se alcanza cuando uno puede filosofar sobre el texto judío y no solo leerlo y tragárselo porque la tradición obliga, sino hacer el esfuerzo para entender su esencia y su estructura intelectual. Y eso es lo que Maimonides hizo a lo largo de toda su vida. Maimonides nos enseñó que es parte del judaísmo tomar las nociones que no son propias de la tradición (sino de la cultura que nos rodea, sea cual sea dicha cultura) y relacionarla y utilizarla como un medio para repensar la tradición y darle más vida trayendo nuevas comprensiones. De alguna manera, leer sólo textos escritos por autores judíos o sobre judaísmo sería ir en contra de la tradición judía, para Maimonides.
  4. Y por último antes de concluir debemos agregar que resulta aún más interesante ver que si bien para Maimonides hay una jerarquía en el mundo (en el cual hay gente más racional o inteligente que está más cerca de Dios mientras que hay otros más estúpidos e inferiores que se encuentran más alejados de Dios) la razón de todos modos no puede proveernos de las preguntas más profundas. El ejemplo aquí sería el que analizamos con la “Creación” y la imposibilidad de demostrar cómo el mundo fue creado (vimos que ni los argumentos científicos, ni religiosos, ni filosóficos pueden proveernos de una respuesta que racionalmente tengo sentido y que demuestre la verdad de un argumento y simultáneamente la falsedad de los otros argumentos). En este punto Maimonides parecería contradecirse en su obra al establecer la razón como lo más elevado que uno puede alcanzar y luego declarar que hay un límite para la especulación racional que uno puede hacer como ser humano finito e imperfecto.

 

En nuestra próxima publicación vamos finalmente a explorar los últimos textos para comparar la posición de Maimonides por un lado con la de Yehuda Halevi por otro lado. Y al hacer esto podremos reforzar cómo Halevi y Maimonides (siendo ambos hijos de una misma cultura judía española bajo dominación islámica o de un mismo contexto histórico, por así decirlo) entendieron en forma totalmente diferente la figura de Abraham el patriarca y como extensión de eso el ideal judío. Ustedes mismos podrán ver un contraste tan increíble que les permitirá entender la polaridad entre estos dos judíos medievales y  en muchos judíos hasta el día de hoy. Veremos en la próxima publicación como ambos son los generadores de dos tendencias muy fuertes que realmente definirán los siglos siguientes en la historia judía incluso hasta nuestros días. Uno podría argumentar que todo el pensamiento subsiguiente es de alguna manera un eco de este debate medieval que exploraremos en la próxima publicación donde compararemos a Yehuda Halevi por un lado y Moises Maimonides por otro lado.

 

Archivado en: Judaismo Medieval, Podcast Historia Judía Medieval Etiquetado como: "Guía de los perplejos", filosofia judia, filosofía medieval, historia judia, Mishne Tora, Moises Maimonides, mundo medieval, pensamiento medieval

Lo más leído

  • Ayin: el concepto de Dios como Nada en el Misticismo Judío
  • El órgano más poderoso del cuerpo
  • ¿Cuál es el significado más profundo de Sucot?
  • El Mejor Comentario de RaShi a Toda la Tora - Humildad, Ignorancia, Curiosidad y Asombro
  • Esto es lo que necesitas recordar para nunca quedarte solo
  • Qué pregunta debes cambiar para no tener miedo a la muerte
  • ¿Estás seguro que quieres ser libre para pensar y hacer lo que quieres?
  • La razón irracional de la Halaja: un sistema absurdo para lidiar con el absurdo
  • "El Violinista en el tejado estaba equivocado": porqué el judaísmo está espiritualmente ascendiendo más que nunca
  • ¡No mandes a tus hijos a ese colegio! La educación infinita y el juego del miedo educativo en Chile

¡EXPANDÍ TU SABIDURIA!

 

diostapa




Acerca del Autor

 Hola, soy Diego Edelberg, el fundador del blog Judios&Judaismo.com. Me apasiona todo lo relacionado con la música, el judaísmo, la interpretación, la educación, la mitología, la filosofía, la religión, la ciencia, la historia, el arte, la física, la cosmología, la evolución, la sociología, la epistemología, la metafísica, la cabalá y en especial aquello que resulta contradictorio, paradójico y absurdo. Para conocer más sobre mi y de qué se trata mi blog visitá la sección Acerca del Autor

Todas las Publicaciones

Nube de Etiquetas

antisemitismo biblia comunidad conciencia conservador conversos diferencias dios duda edad media educación judía el cristianismo el siglo xx en la Modernidad esencia existencia de dios expectativa hong kong israel Jerusalem judaismo judios kabbalah la biblia las religiones maimonides mandamiento midrash misticismo misticismo judío modernidad ortodoxo pesaj plegaria pueblo de israel rabino reformista religion sentido shema israel siglo xvi Sionismo spinoza talmud tora

No me sigas, conversemos

  • E-mail
  • Facebook
  • Google+
  • Twitter

Copyright © 2019 · Aspire Theme en Genesis Framework · WordPress · Iniciar sesión