Como Jazán (Cantor Litúrgico) me resulta fundamental entender cada palabra que recito en mis plegarias. Soy extremadamente sensible a las interpretaciones del texto y hago un esfuerzo enorme para conectarme con el significado más profundo de cada parte que compone cada servicio religioso. Mi objetivo no es solo buscar la música apropiada que exprese lo que considero es la esencia de cada plegaria sino también transmitir a través de mi voz el poder que tienen las palabras.
Para quienes intentan descubrir estos mismos significados no puedo sino recomendar una vez más las obras del rabino y académico Lawrence Hoffman. En especial su serie My People’s Prayer Book, Vol. 1: TraditionalPrayers, Modern Commentaries–The Sh’ma and Its Blessings que consta de 10 volúmenes en los cuales el editor invita a rabinos y académicos para que expongan una visión histórica, teológica, cabalística, jasídica, filosófica, lingüística, bíblica, feminista, medieval y moderna basándose en las ediciones más antiguas de las plegarias judías preservadas en manuscritos anteriores a la imprenta. No solo eso sino que además el autor compara entre distintos Sidurim (libros de rezos) que utilizan judíos Reformistas, Ortodoxos, Conservadores, Reconstruccionistas y Jasídicos en diferentes partes del mundo contrastando las decisiones editoriales de cada grupo al momento de elegir entre el nusaj Ashkenaz, Sefarad, Edot HaMizraj y Ari-Zal (creo que esto mismo es una invitación a una publicación que intentaré abordar próximamente detallado estas diferencias). Pero sin dudas no hay una obra más completa y detallada que la de Hoffman sobre liturgia judía. Les recuerdo de todos modos que su obra está toda en inglés -y en hebreo por supuesto-.
Sin embargo gran parte del material y contenido de esta publicación está tomada de una clase con el Rabbi Zamek aquí en Hong Kong con quien compartimos la tarea comunitaria.
Los Trece Atributos de la Misericordia en el rezo judío
Uno de los momentos más plenos de la plegaria judía (todos son importantes pero este particularmente me conmueve muchísimo) sucede en la recitación de los Trece Atributos de la Misericordia Divina. Quizás es la primera vez que escuchan acerca de estos Atributos así que vamos a explorarlos en detalle porque realmente encierran un sentido profundo sobre Dios, Sú relación con Moisés y por sobre todo lo que la tradición judía ha hecho con estas palabras escritas en la Tora.
Y ya que estamos hablando de la plegaria comencemos ubicando los 13 Atributos en el contexto del rezo judío. Cuando las festividades judías caen en días de semana -es decir no en Shabat– durante Pesaj, Shavuot y Sucot (conocidas como Shalosh Regalim “Las 3 Fiestas de Peregrinaje” puesto que en épocas en las que existía el Gran Templo en Jerusalem se peregrinaba hacia allí en dichas fechas) y en Rosh Hashana, Iom Kipur y Hoshaná Rabá se inserta antes de la lectura publica de la Tora el siguiente versículo tomado literalmente de la Tora (Exodo 34:6-7) el cual debe ser recitado 3 veces:
(וַיַּעֲבֹר יְהוָה עַל-פָּנָיו, וַיִּקְרָא) יְהוָה יְהוָה, אֵל רַחוּם וְחַנּוּן–אֶרֶךְ אַפַּיִם, וְרַב-חֶסֶד וֶאֱמֶת. נֹצֵר חֶסֶד לָאֲלָפִים, נֹשֵׂא עָוֹן וָפֶשַׁע וְחַטָּאָה; וְנַקֵּה (לֹא יְנַקֶּה–פֹּקֵד עֲוֹן אָבוֹת עַל-בָּנִים וְעַל-בְּנֵי בָנִים, עַל-שִׁלֵּשִׁים וְעַל-רִבֵּעִים)
Esto se traduce (o se lee) literalmente como:
(Y pasando Dios por delante de él proclamó): Adonai, Adonai, Dios Misericordioso y Clemente, tardo de ira y grande en benevolencia y fidelidad; Quien prodiga misericordia por miles de generaciones, perdona la iniquidad, el pecado intencional y el error y purifica (sin embargo, Él no purifica todo el castigo pero visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y nietos, hasta la tercera y cuarta generación).
Es importante antes de seguir reconocer que toda traducción siempre es una traición. Por lo tanto del hebreo original al español hay una brecha inmensa de significados y más aún cuando muchas de estas palabras traducidas toman un tinte “cristiano” que suena tremendamente ajeno para los judíos. Por ejemplo escuchar que la Tora nos habla de lo que podríamos traducir como “gracia”, “misericordia”, “pecado”, “benevolencia” y “clemencia” es realmente extraño para un judío. Por eso me disculpo ante quienes son fanáticos de los textos originales. No me queda otra opción que traducirlos para poder impartir una enseñanza que tiene como objetivo llegar a lectores que no pueden leer desde el hebreo original.
Pero lo más importante de esta primera parte que relaciona los Atributos de Misericordia con el rezo es entender el motivo por el cual puse los paréntesis tanto en la cita del hebreo original como en mi traducción. Lo hice para mostrar que el texto original de la Tora contiene más palabras dentro de esa cita que sólo el fragmento que eligieron los rabinos insertar en el Sidur (libro de rezos). Justamente lo interesante es que en la recitación de estas palabras durante la plegaria no se menciona lo que está entre paréntesis. Por supuesto que no debería sorprendernos que los rabinos hayan hecho este trabajo editorial al copiar el texto desde la Tora al Sidur. Los rabinos siempre se sintieron libres de tomar fragmentos de la Tora y el TaNaJ y utilizarlos como parte de los servicios religiosos incluso a veces modificando el sentido mismo del texto original (aquí pueden leer un ejemplo de esto mismo en la plegaria por la Creación: http://www.judiosyjudaismo.com/2013/03/la-creacion-en-la-plegaria-o-rezo-judio).
En la recitación de los 13 Atributos dentro de la plegaria el trabajo editorial de los rabinos es absolutamente entendible: sería terriblemente difícil pedirle a Dios que sea Misericordioso al mismo tiempo que exclamamos “Él no purifica todo el castigo pero visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y nietos hasta la tercera y cuarta generación”. Por dicho motivo los rabinos cortaron esa parte para que de alguna manera “nos olvidemos” que en el fondo Dios dijo que castigaría hasta la tercera y cuarta generación.
Los Trece Atributos de la Misericordia en Pesaj
Realmente la importancia de los Trece Atributos es fundamental dentro de la tradición judía haciendo de este pasaje uno de los más famosos de la Tora y del desarrollo intelectual de los rabinos a lo largo de toda la historia. Dicho sea de paso otro de los tantos lugares que se nos recuerda el valor de los Trece Atributos es entre las canciones que compartimos durante el Seder de Pesaj. Sobre el final de la mesa se acostumbra a entonar una canción acumulativa que va enumerando distintos constituyentes del judaísmo titulada Ejad Mi Iodea (literalmente ¿Uno quién conoce?). En muchos países donde se habla español o castellano se canta también una versión en ladino principalmente por un tema de familiaridad lingüística y no porque todos los judíos que viven en dichas locaciones hablan realmente ladino. En ladino Ejad Mi Iodea es conocida como Quien Supiese y Entendiese. Pero entre estas dos versiones hay una diferencia abismal: mientras que la versión en ladino concluye el número 13 diciendo “Trece años del Bar Mitzvah” la versión en hebreo exclama “¡Trece son los Atributos de Dios!”.
Los Trece Atributos en la Tora
Veamos ahora dónde aparecen realmente estos atributos y en qué contexto. Nos encontramos por primera vez con estos Atributos luego de un momento muy dramático dentro de la historia de los Israelitas en la Biblia. En el momento que Moisés desciende por primera vez del Monte Sinaí -conteniendo las primeras tablas de la Ley- se encuentra con un pueblo que se ha corrompido totalmente adorando lo que pasaría a ser conocido como el famoso Becerro De Oro (confieso que siempre me sentí incómodo con esta traducción de “becerro” y si les pasa lo mismo simplemente imaginen una estatuilla de oro hecha en la forma de una cría de vaca que no tiene más de tres años). Moisés cree que este pueblo ya está perdido luego de esto y que va a ser imposible que Dios los perdone. Sin embargo Dios una vez más -y gracias a las súplicas de Moisés- perdona. Acto seguido Dios le ordena a Moisés que vuelva a subir a la montaña que va a entregarle nuevamente las tablas pero esta vez será Moisés quien tendrá que esculpirlas y si bien esto da pie a otra larguísima discusión la metáfora de las segundas tablas es la forma que la Tora tiene para decirnos que se necesita la presencia humana dentro del texto porque nosotros somos los que vamos a tener que lidiar con el mismo y no Dios.
Pero antes de ponerse a esculpir el nuevo juego de tablas Moisés le hace a Dios no un pedido sino el pedido más sorprendente de toda la Biblia: “muéstrame tu forma (de ser y de lidiar con la humanidad)”. En palabras más simples, ¡Dios quiero verte y entenderte! (sea como sea que entendamos nosotros lo que significa “ver” y “entender”). Dios le responde que va a concebir su deseo de conocer Su forma y concederle además una visión parcial de la experiencia divina. La visión es parcial porque una visión completa nunca sería posible. Sería fatal incluso para Moisés mismo. En forma absolutamente antropomórfica Dios primero decide entonces otorgarle una visión y le dice que va a pasar a través de Moisés y “luego voy a quitar mi mano y tú verás Mi espalda; pero Mi cara no puede ser vista” (Éxodo 33:23). Hay tanto material en este pasaje que me estoy atando los dedos para no desviarme de los Trece Atributos, pero ni se imaginan la cantidad de interpretaciones que existen sobre qué significa que Moisés vio la espalda de Dios.
Después de “ver” a Dios viene la segunda parte, la de conocer la forma de lidiar con la humanidad lo que significa básicamente entender cómo Dios actúa. Nuevamente y en forma absolutamente antropomórfica “Dios bajó en una nube se paro con Moisés ahí y proclamó el nombre de Dios” (Éxodo 34:5). Lo que sigue a esta descripción es literalmente la cita que presenté al principio (“Y pasando Dios por delante de él proclamó: Adonai, Adonai, Dios Misericordioso [etc.]) es decir, los Trece Atributos de la Misericordia.
Comienza el Juego ¿sabemos contar?
Aunque no me crean recién ahora comienza la enseñanza central de toda esta publicación la cual empieza por preguntarnos ¿Cuáles son los 13 Atributos de la Misericordia? ¿Quién los enumeró? ¿Cómo se decidió la división de todas estas palabras en trece? Al igual que los famosos 613 mandamientos que no aparecen enumerados como una lista en la Tora y son derivados a partir de la Ley Oral, lo mismo sucede con los Trece Atributos de la Misericordia.
El desglose de Rabeinu Tam
El más famoso desglose es el que realizó el nieto de RaShI, Rabeinu Tam (comparto la traducción y la fonética hebrea para que se ubiquen):
- Adonai – yud-hei-vav-hei
- Adonai – yud-hei-vav-hei
- Dios – El
- Misericordioso – Rajúm
- Y Clemente – v’Janún
- Tardo de ira – Erej Apayim
- Y grande en benevolencia – v’Rav Jesed
- Y Fidelidad – v’Emet
- Quien prodiga misericordia por miles de generaciones – Notzer Jesed l’Alafim
- Perdona la iniquidad – Nose Avon
- Y el pecado intencional – v’Fesha
- Y el error – v’Jataah
- Y purifica – v’Nakeh
No todos los comentadores siguen exactamente este desglose pero el mismo se ha convertido en el más aceptado. Más allá de los números, tenemos otros comentarios muy interesantes con respecto a estos atributos. Por ejemplo, en el Talmud Rosh Hashana 17b se menciona que Dios al atravesar a Moisés en la nube lo bendijo compartiendo una visión profética en la que Dios mismo estaba envuelto en un talit como un líder de una plegaria pública mientras recitaba estos Trece Atributos de Misericordia. Haciendo esto Dios le dijo que cada vez que Israel errara debían decir estas palabras y Dios perdonaría. Así que si alguna vez están realmente en un caso de extrema urgencia y necesitan una salvación urgente ¡les recomiendo que se aprendan esta lista de memoria!
¿Por que están repetidos los primeros dos Atributos?
Me imagino que habrán notado que los dos primeros atributos son exactamente iguales. Dos veces seguidas se nos presenta el nombre de Dios y obviamente esto también llamó la atención de los rabinos en el Talmud. En el mismo lugar que se nos describe que los Trece Atributos son la fórmula que Dios le enseñó a Moises también se nos recuerda que Dios es el mismo antes y después que uno cometa un error o un “pecado” (la palabra pecado no existe en hebreo del modo que es entendida en el cristianismo, lo más cercano es “errar”). Por eso Dios es ‘misericordioso y clemente’. Nos conoce y sabe cuando hemos hecho algo malo pero también sabe lo bueno que podemos ser y hacer. En pocas palabras esto viene a aclararle a todos aquellos que pensaron que uno puede ir por allí haciendo cualquier cosa total después dice estas palabras y listo. Es lo que me recuerda cuando mis amigos no-judíos me dicen (e imaginan) sobre Iom Kipur “está buenísimo ser judío porque haces cualquier cosa, después vas pedís perdón y borrón y cuenta nueva”. No amigos, así no funciona la tradición y menos la conciencia de los judíos. No hay verdaderos atajos en la búsqueda de vivir una vida plena. Siempre le explico esto a mis amigos y es bueno recordarlo todos los días: así no funciona el mundo y muchísimo menos el proceso de arrepentimiento y espiritualidad en el judaísmo.
¿Por qué te arrepientes?
Pero la interpretación rabínica comienza a ponerse cada vez mejor tomando este mismo pasaje. Así el genial comentador Sforno nos enseña en su comentario una idea más profunda siguiendo la parte que los rabinos cortaron del texto original de la Tora en el Sidur. Al final de la recitación en la sinagoga decimos ‘purifica’ (Atributo #13). Pero como vimos la frase completa es “purifica, Él no purifica”. En qué quedamos ¿Dios purifica o no purifica?
Y Sforno nos dice que la respuesta depende de la intencionalidad con la cual recitamos estos atributos. Si es por amor a Dios ¡nuestros errores se convierten en méritos! Pero si es por miedo al castigo divino entonces no seremos purificados. Quizás la forma más simple de entender esto es cuando un niño hace algo malo y está más asustado por el castigo que recibirá que por la acción mala que ha realizado. Ahí la pregunta que deberíamos hacernos es ¿qué te preocupa más: el mal que hiciste o el castigo que recibirás por el mal que has hecho? El primero si se reconoce y se promete mejorarlo no solo que se perdona sino que se convierte en mérito. Pero el segundo no.
Al fondo del Mar
Si bien estos Atributos están saturados de poder y significado la tradición cuenta con lo que podríamos llamar una versión aún más elevada, suprema, mística o cabalística de estos mismos atributos. Esta versión Suprema la encontramos al final del Libro del Profeta Mija (Miqueas) 7:18-20 donde leemos:
¿Qué Dios es como Tú que perdona la maldad y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque ¡se deleita en misericordia! Él volverá a tener misericordia de nosotros; cubrirá nuestras iniquidades y echará (tashlij) todos nuestros pecados a las profundidades del mar. Mantendrá su fe con Jacob, la fidelidad con Abraham como Prometiste la misericordia a nuestros padres desde los días de antaño.
Sí, ya sé que no suena exactamente igual a los Trece Atributos de la Tora. Pero para la conciencia rabínica este final del Profeta representa realmente una versión Suprema y en hebreo realmente las palabras son casi las mismas. ¡Ah! Me olvidaba de comentar que la razón por la cual traduje la palabra echará (en hebreo tashlij) es justamente porque de aquí viene la famosa tradición de arrojar nuestros errores al mar el primer día de Rosh Hashaná por la tarde. Así comenzamos a deslumbrar lo que se viene puesto que los Trece Atributos no solo deben ser recitados sino puestos en práctica.
La Palmera de Débora
Uno de los cabalistas más importantes de la historia fue Moshe Cordovero quien tomando los Atributos Supremos de Mija decidió escribir un libro entero en la forma de un comentario sobre los Atributos de la Misericordia. El libro es breve pero increíblemente sofisticado y profundo (lo recomiendo como lectura durante el mes de Elul mientras uno se prepara para Rosh Hashaná y Iom Kipur). El título original hebreo es Tomer Devorah (La Palmera de Débora) y fue escrito en hebreo a mitad del siglo XVI en Israel. Este breve texto trata principalmente sobre la imitación de Dios a través de la adquisición de rasgos divinos, especialmente los de las Sefirot. La primera edición fue publicada en Venecia en 1588 y aunque este libro no es muy leído entre los judíos de hoy sigue siendo muy popular en la tradición musar (el estudio de la ética) que se centra en el cultivo individual de las midot (para más información sobre midot ver la publicación: El Delicado Equilibrio – 48 Virtudes Necesarias Para Adquirir Tora)
Cordovero escribe en Tomer Devorah:
Hasta ahora hemos expuesto los Trece Atributos por los que el hombre se asemeja a su Creador. Estos son los Atributos Supremos de Misericordia (refiriéndose a los de Mija) y su propiedad especial es que así como el hombre se comporta aquí abajo para él, igual será digno de abrir la calidad de esos Atributos Supremos desde arriba. Como él se comporta, así será la afluencia de arriba y hará que esa calidad brille sobre la tierra” (Capítulo XIII).
Si han entendido este concepto maravilloso lo que hemos hecho es despegar en dos planos simultáneos: ya no se trata solo de recitar los atributos sino representarlos aquí en la Tierra afectando simultáneamente la forma que los mismos se despliegan en el reino de la divinidad. La misericordia, el perdón, y la fidelidad (entre algunos de los Atributos) no son tan solo palabras o ideas abstractas y divinas. Las mismas afectan ambos mundos funcionando, fusionándose y afectándose tanto desde «aquí abajo hacia arriba» como desde «allá arriba hacia abajo». ¡Apasionante!
Haz lo que yo hago Y lo que yo digo
Extendiéndonos en la idea de Cordovero tenemos también el comentario de Moshe Alshij quien vivió en el mismo círculo de místicos que Cordovero y fue discípulo de Iosef Caro. En su comentario al Libro de Números (BeMidbar) Capítulo 14 insiste una vez más en la idea que estos atributos deben ser realizados y no solo pronunciados. Del mismo modo que Dios actúa con bondad, compasión y gracia también nosotros debemos hacer lo mismo con estos Atributos y los restantes. Las palabras solas sin las acciones son ineficientes.
¿Pero entonces debemos recitar estas palabras o actuarlas del mismo modo que pretendemos que Dios las actúe sobre nosotros? La respuesta a esta pregunta es: si. ¡Ambas cosas!
La Música de los Trece Atributos de Misericordia
Finalmente creo que lo mejor es terminar esta publicación cantándoles los Trece Atributos de Misericordia. Si bien me escuchan siempre hablar en mis Podcasts o me leen en publicaciones como ésta, también les recuerdo que mi medio principal de comunicación sigue siendo mi canto. Existen muchas versiones musicales diferentes de este mismo texto y si bien debe ser cantando 3 veces aquí comparto al menos una versión (¡y les pido misericordia porque esta no es una grabación profesional sino grabada con micrófono de aire casero!):