Quiero proponerte un experimento muy sencillo: imagina un judío ideal.
¿imaginaste un hombre viejo con barba?
¿imaginaste una mujer?
¿imaginaste a alguien muy parecido a vos?
Muchos imaginan un hombre viejo con barba. Muy pocos piensan en una mujer incluso cuando el experimento es realizado con mujeres.
No te preocupes: nadie sabe lo que es un judío ideal. Ni siquiera quién es el mejor judío del mundo.
Pero lo que realmente debe llamarte la atención de este experimento es que nadie se elige ni se imagina a si mismo como el judío ideal.
¿Por qué rara vez nos elegimos como el mejor judío del mundo?
La mayoría de los judíos sienten la necesidad de compartir cuan mal judíos sienten que son e incluso la culpa que sienten por eso. Dado mi trabajo como Jazán experimento esto mas a menudo que otra gente. La gente muchas veces siente la necesidad de sincerarse conmigo y decirme (incluso a veces en forma desafiante) “yo no como kasher” esperando que yo me espante o les diga cuan mal judíos son. Y lo peor de todos es que piensan, fantasean e imaginan que existe otra persona que no es para nada como ellos y esa persona es el judío perfecto que ellos deberían ser.
En la Tora se menciona que la Tora misma “no esta en los cielos ni del otro lado del mar”. ¿Qué significa esto? Significa que no esta tan alejada que resulta imposible alcanzarla ni tampoco la tiene otra persona del otro lado del mar y por lo tanto no te pertenece. En otras palabras la Tora está aquí, al alcance de tu mano.
Creo que todos podemos estar de acuerdo que no existe ni nunca existió un judío ideal. Solo elegí el judío que quieras y descubrirás que en algún momento ha pecado. Abraham pecó, Moisés pecó, David pecó y en definitiva la mayoría de nuestros antepasados han pecado de alguna forma u otra. Y como no existe ningún judío en la historia que no haya pecado lo que eso significa es que ningún judío logrará nunca cumplir al 100% con Dios, la Tora y el pueblo de Israel.
Lo interesante de los textos judíos, en especial la liturgia del rezo que usamos, es que enfatizan la culpa y nos muestran que no importa el esfuerzo que hagamos siempre estaremos en falta. Nunca seremos seres “inmaculados” y libres de pecado. No existe algo así. Paradójicamente la mañana siguiente a Iom Kippur (el día del perdón) volvemos a pedir perdón en nuestras plegarias incluso cuando el día anterior estuvimos todo el día sin transgredir ninguna mitzva!
Supongo que la tradición judía no hace esto para deprimirnos sino por el contrario para darnos ánimo a mejorar y cambiar. Siempre hay oportunidades para “renacer” en nuestra tradición. En el judaísmo siempre hay lugar para decir “perdón, me equivoque, empecemos de nuevo”.
Pero como luego de años de repetir estos textos una y otra vez seguimos sintiendo que no somos o no podemos imaginarnos a nosotros mismos como “el judío ideal” voy a intentar otra estrategia para demostrarles que son mucho mejores judíos de lo que creen.
Primero y principal están leyendo un blog sobre Judíos & Judaísmo. Y el motivo por el cual continúan leyendo es porque en el fondo quieren ser mejores judíos de lo que creen que son y están esperando que en algún momento venga una conclusión por parte mía para decirles qué deben hacer para ser mejores judío. Si un título tan llamativo como el que elegí los ha traído hasta a aquí es porque les preocupa “no estar a la altura” de aquel “otro judío que es ideal” y que han fantaseado por todos estos años.
Pero lo más importante es que estar leyendo un blog sobre Judíos & Judaísmo no los descalifica del mérito de intentar ser mejores judíos. Y de hecho estudiar judaísmo (que es lo que están haciendo al leer este texto) es una de las mitzvot más importantes de nuestra tradición. Hacer una mitzva no la descalifica porque sea uno mismo quien la esta haciendo. Cada mitzva cuenta.
Todas las cosas que hacemos, ya sea tzedaka, enseñar judaísmo, trabajar como madrij o madrija, ayudar en escuelas, sinagogas e instituciones judías tanto en forma financiera como ofreciendo nuestro tiempo como voluntario, estudiar Tora, acompañar a gente que perdió un ser querido, ir a visitar enfermos, estar preocupado por lo que sucede en Israel, reaccionar frente al antisemitismo, escribir un libro de chistes judíos y preocuparse por la continuidad del pueblo judío entre tantas otras cosas, no tiene menos mérito ni deja de ser significativo si no comemos kasher.
Esa no es la manera en la cual la tradición judía funciona. En la tradición judía hay muchas mas reglas relacionadas con qué hace uno con su dinero que con qué se mete uno en la boca.
Si tuvieras que elegir entre un judío que come kasher pero no da ni un centavo ni ofrece su valioso tiempo para ayudar a gente que necesita comer puesto que esta ocupado estudiando Tora y otro judío que come cualquier cosa pero dona plata y tiempo para ayudar a sinagogas, escuelas e instituciones religiosas ¿a quién elegirías?
Sin la ayuda voluntaria y financiera hacia escuelas, sinagogas e instituciones ¿para qué existimos como judíos? ¿La razón de nuestra existencia judía es sólo para comer ciertas cosas que están permitidas?
Quiero que quede claro que no estoy diciendo que no importa si uno come kasher o no. Comer kasher es importante y necesario. Pero el punto aquí es que como estamos de acuerdo que ser un “judío perfecto” es imposible debemos tener en cuenta lo que estamos haciendo como judíos hoy ( ya que eso también suma a la tradición judía) en lugar de estar midiendo todas aquellas cosas que no hacemos diciéndonos “soy un mal judío porque no hago esto o lo otro”.
Donar alimentos, ropa o medicamentos a gente que no tiene no es algo tan difícil de hacer y es de hecho una gran mitzva. Si hacemos eso no estamos haciendo algo pequeño e insignificante para la tradición judía. No debemos decirnos que somos malos judíos si a pesar de haber donado alimentos la semana pasada no encendimos las velas este Shabbat.
Tal vez si volvieras ahora a imaginar lo que es un “judío ideal” harías más cosas que de hecho son ideales. Tal vez hasta podrías llegar a decirte a vos mismo “realmente soy un buen judío” y salir a celebrar eso con un almuerzo kasher.
Si tratas bien a los demás (cosa que espero hagas de alguna forma u otra todos los días) estas haciendo una mitzva. Educar niños en la tradición judía (mandándolos a una escuela judía o enseñándoles sobre nuestra tradición) es una de las mitzvot más importantes que existen. Decir simplemente “gracias Dios porque hoy me desperté, tengo comida para comer, un lugar donde dormir y ropa que vestir” es una de las mitzvot más impresionantes porque estas rezando y agradeciendo a Dios que tienes todo eso.
En lugar de pensar el judaísmo como un “todo o nada” piensa tu judaísmo como algo aditivo. Si comiste tres comidas kasher y la cuarta no lo fue no significa que las tres primeras ya no cuentan. Esta la misma psicología tonta que la gente que hace dieta utiliza cuando se cuidan toda la semana y el fin de semana comen un helado y piensan que todo el esfuerzo de la semana no sirvió para nada. El mundo y la tradición judía no funcionan así porque si fuera así seríamos un fracaso constantemente. Pensar así significaría que cada vez que uno se equivoca todo lo otro bueno que si hicimos y hacemos en la vida ya no cuenta y no tiene sentido. El mundo y la vida no operan bajo ese paradigma.
Somos constructores. Hacemos más cada día y podemos seguir haciendo más y más. Franz Rosenzweig decía que cuando alguien te pregunta si “practicas cierta mitzva” no debes responder “no”. Responde “aún no”. Pero tienes que creerte esto. De nada sirve decir todo el tiempo “aún no”. Tienes que tener el objetivo de construir sin sufrir viendo no lo que falta sino lo que has logrado.
Así que si todavía no hiciste esas cosas que consideras ideales comienza a hacerlas porque todavía tienes tiempo y de seguro vas a sumar mitzvot a tu vida al hacerlo. Si no vas a la sinagoga podes hoy mismo comenzar a hacerlo. Si no comiste kasher en toda tu vida podes empezar hoy mismo. Podes comer kasher una vez por mes, luego una vez cada quince días, luego una vez por semana, etc y te aseguro que comenzaras a “crecer” y sentir que construís.
No está en los cielos…
No está del otro lado del mar…
Dios no espera que seas el mejor judío del mundo. Dios solo espera que te hagas mejor de lo que eres porque sabe que no hay nadie que no pueda mejorar. El reino de lo perfecto es sólo de Dios y no de los humanos. Cualquier judío que te dice que estás en falta con el judaísmo esta simplemente reflejando en vos aquello que le molesta de él mismo. Ese judío no ha hecho este experimento y esta convencido que existe “un judío ideal” que no es él pero que esta mas cercano de serlo que vos mismo. ¿Te das cuenta que absurdo es esto?
Para mejorar no tienes que transformarte en un hombre viejo con barba (dicho sea de paso no tengo nada en contra de los hombres viejos con barba. De hecho muchos de los autores que leo son hombres viejos con barba!).
Vos podes ser vos mismo y aún así ser el judío que Dios quiere que seas. Paso a paso. Año tras año. Mitzva tras mitzva.
Si no está en los cielos y no está del otro lado del mar significa una sola cosa: está en vos.
Inspirado en: http://www.chabad.org/library/article_cdo/aid/1677732/jewish/Am-I-a-Jewish-Hypocrite.htm & «The Perfect Jew» del Rabbi David Wolpe