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Judíos & Judaísmo

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La Unidad que está escondida por todos lados

24/04/2013 por Diego Edelberg 1 comentario

 

En la búsqueda espiritual judía nuestro objetivo es lograr unirnos con la Unidad Total. En palabras más simples, lo que debemos alcanzar es la comunión, identificación y conciencia de una realidad última que podríamos llamar -entre otras infinitas posibilidades- Dios. De hecho en el judaísmo esa Unidad Total es llamada “Dios”.

Pero para entender en profundidad esta idea resulta imprescindible atravesar las suposiciones infantiles que tenemos sobre lo que la palabra “Dios” significa. Si por un instante pensamos que realmente Dios es un “Viejito de barba sentado en las nubes”, un “Súper Poder”, un “Padre que nos protege”, un “Rey que nos juzga”, un “Amor absoluto”, un “Judío Gigante que hace todo bien” o simplemente una “Energía”, entonces acabamos de cometer el pecado de reducir y definir a Dios en nuestro pequeñísimo y efímero diccionario mental. Acabamos de convertirlo en una simple idea que es tan cambiante y volátil como nuestro paso por este mundo.

Al encasillar a Dios en una definición tenemos asegurada la manera más eficaz de desprendernos del desarrollo espiritual y de convencernos que Dios es simplemente una palabra o una idea fantaseada por la mente humana para expresar aquello que todos sentimos pero ningún filósofo o científico puede explicar realmente. Y lo inexplicable que todos sentimos es que: todo lo que existe en el universo solo existe porque está en relación con todo lo demás. Nada existe separado de algo. Menos nosotros, los seres humanos.

Para evitar caer en la trampa mental de hacer de Dios una idea o una definición, la mayoría de los grandes hombre de fe crearon a lo largo de miles de años enormes cantidades de reflexiones, meditaciones, contemplaciones, repeticiones de ciertas palabras, encantaciones, recitaciones de nombres divinos, plegarias o simplemente aconsejaron aprender a permanecer en ese fascinante y al mismo tiempo aterrador estado que llamamos “silencio”.

Pero para quienes estos ejercicios o técnicas resultan extremadamente ajenas o anticuadas quería ofrecerles otro método que tal vez los ayude. Definitivamente somos muchos los que nos cuesta “apagar” el ruido de nuestra mente para “prendernos” y “perdernos” en la unión mística. No hay que sentirse mal por esto. No es necesario modificar toda nuestra esencia para unirnos con la Unidad Total. Solo basta comenzar con  perder el miedo de modificar nuestros prejuicios.

Aunque no queramos serlo, somos tremendamente prejuicios no solo para juzgar a otros sino peor aún a nosotros mismos y nuestras ideas. El primer paso (que no requiere de mucha sofisticación ni de ejercicios de respiración o “poner la mente en blanco”) es simplemente decidir en forma voluntaria destruir nuestros prejuicios, ablandar nuestras expectativas, aceptar lo inconcebible y no creernos todo lo que pensamos.

Así comienza el viaje que transforma todo lo que experimentamos. Si estamos abiertos a desarrollar estas posturas frente a la vida descubrimos que rápidamente nos conectamos con la Unidad Total. Descubrimos que lo maravilloso y misterioso esta escondido por todas partes y por eso no es invisible sino presente. Al igual que nuestros pensamientos, todo lo que vemos, olemos, escuchamos, sentimos y experimentamos del mundo (árboles, animales, océanos, estrellas, seres humanos) son parte de la Unidad. Una mesa  de madera es así un árbol que ha sido procesado. El árbol sigue estando allí. En última instancia, la materia no es distinta de la energía sino que simplemente es energía que ha asumido temporalmente un patrón particular. La materia es básicamente energía en forma tangible y por lo tanto ambos (materia y energía) son en definitiva estados diferentes de un mismo continuo, nombres distintos para dos cosas que en esencia son la misma cosa: ¡la misma Unidad!

El mundo no es otra cosa que Dios ya que esta energía divina se oculta dentro de todas las formas que existen. Dios no es un ser independiente que hasta “allí afuera y arriba”. Ella está aquí, en la corteza de un árbol, en la voz de un amigo, en el ojo de un extraño. El mundo está lleno de Dios. Puesto que Dios está en todo uno puede servir a Dios a través de todo. En la búsqueda de la chispa divina descubrimos que lo común es realmente espectacular. Este es quizás y sólo quizás…el verdadero camino hacia la experiencia espiritual.

Archivado en: Aforismos, Citas, Espiritualidad y Religión, Judaismo Hoy Etiquetado como: conciencia, dios, el universo, expectativa, hombre de fe, la mente humana, pensamiento, plegaria, silencio

El Verdadero relato de la Creación del Mundo

07/03/2013 por Diego Edelberg 3 comentarios

La mayoría de las personas imaginan en formas diferentes la Creación del mundo. Lo que debemos asumir sin temor es que cada vez que intentemos hablar sobre cómo empezó el Universo vamos a terminar saliendo del reino espacial y temporal que habitamos y conocemos para entrar en otro reino totalmente distinto y desconocido: el de la poesía, el relato imaginario o el mito. Ni la mente humana ni el lenguaje como herramienta descriptiva pueden reducir en términos literales cómo fue que empezó todo.

 

En lo personal me sorprenden los presupuestos que algunos judíos y no-judíos también tienen sobre cómo aconteció la Creación. Así estuvimos analizando en las últimas publicaciones algunos conceptos que asombran a quienes conocen un solo relato de este episodio:

  1. Dios no crea “de la nada” sino que ordena material preexistente.
  2. Cuando hablamos de la Creación bíblica debemos especificar cuál de los dos relatos que se preservan en la Biblia estamos haciendo referencia.
  3. El material preexistente se opuso al ordenamiento de Dios.
  4. La Creación filtrada por los primeros Rabinos al crear la bendición cotidiana que celebra la Creación en la plegaria judía no solo es entendida en forma diferente a la narrada en la Biblia sino que además esta Creación acontece todos los días y en forma constante. Para la tradición rabínica Dios no solo creó sino que sigue creando a cada instante.

La búsqueda obsesiva con el fin de entender cómo empezó todo y cómo va a terminar impulsó a los seres humanos a lo largo de la historia dando como resultado diferentes relatos tanto científicos como religiosos. Si bien algunos científicos pueden sentirse terriblemente ofendidos que su hacer está siendo comparado aquí con el religioso, la realidad es que en lo que respecta al origen del Universo la ciencia solo puede describirnos qué sucedió luego del big bang ya que el big bang en sí o la descripción sobre qué había antes del big bang pertenece como ya dijimos al reino de la poesía y el mito.

Más allá de todos los intentos que hagamos para “volver en el tiempo” usando nuestra imaginación, llegaremos siempre a un callejón sin salida. Detrás de la pared que encierra ese callejón solo hay una cosa: misterio. Pero si bien más allá de esa pared nuestras mentes racionales o lógicas no pueden avanzar nuestro lenguaje e imaginación pueden hacerlo partiendo hacia el reino de lo mítico, lo imaginario y lo poético. Al leer la Creación bíblica o la descripción detallada del big bang estamos funcionando en forma imaginativa o metafórica pero no literal ni científica.

Todos los relatos imaginarios, míticos y poéticos sobre la Creación son verdaderos. Justamente la poesía y el mito son verdaderos porque su relato no es históricamente certero o real sino imaginario. Entendidos tal cual son (simples relatos imaginarios, poéticos o metafóricos) no intentan demostrar un hecho real sino ofrecer «sentido». Y en ese sentido nadie puede negar que son verdad. Así cada relato religioso o científico captura una parte de la Creación. De ambos relatos aprendemos que nuestro mundo mantiene un frágil balance natural e histórico. Aprendemos que nuestro mundo y nuestra vida parece ser un patrón ordenado que por momentos experimentamos también en forma tremendamente desordenada. Por encima de todo esto es innegable que los humanos somos algo especial en este entramado: aparentemente somos las únicas criaturas que escriben sobre el origen del mundo.

Pero hay una diferencia muy importante en el tipo de preguntas y respuestas que buscamos a través del relato científico y el relato religioso. Las respuestas bíblicas no están preocupadas por ofrecernos un listado bien detallado sobre cómo ocurrió todo sino de proveernos sentido a la inexplicable e inconcebible sorpresa de vivir. La religión es un intento muy humilde por parte del ser humano para recuperar el asombro por aquello que resulta misterioso y brindarle a ese misterio una suerte de reconocimiento y en el mejor de los casos agradecimiento.

Para nuestros antepasados judíos Dios nunca fue la conclusión del argumento sino el punto de partida. Para ellos y ellas había un Dios (o una Diosa) en el mundo y ese mundo era Su Obra Maestra. Nuestros antepasados no intentaban comprender a Dios desde su propia experiencia humana (lo cual era el objetivo del racionalismo medieval) sino comprender la propia experiencia humana a través de Dios.

Finalmente podríamos concluir aceptando que el conflicto entre creacionismo y evolucionismo no discute conclusiones sino suposiciones. Y como ya mencionamos, todas las suposiciones son igualmente poéticas, imaginarias y mitológicas. Todas las suposiciones en tanto son Verdad. Tal vez Dios creó el mundo utilizando átomos, partículas elementales o recurriendo a la física cuántica. Sin embargo todas estas cosas también son una construcción de la imaginación humana.

Archivado en: Biblia Hebrea: Tora, Profetas y Escrituras, Dios de los judíos Etiquetado como: antepasados, big bang, dios, el relato, la mente humana, origen del universo, plegaria, rezo

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Acerca del Autor

 Hola, soy Diego Edelberg, el fundador del blog Judios&Judaismo.com. Me apasiona todo lo relacionado con la música, el judaísmo, la interpretación, la educación, la mitología, la filosofía, la religión, la ciencia, la historia, el arte, la física, la cosmología, la evolución, la sociología, la epistemología, la metafísica, la cabalá y en especial aquello que resulta contradictorio, paradójico y absurdo. Para conocer más sobre mi y de qué se trata mi blog visitá la sección Acerca del Autor

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