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Hablamos en las ultimas dos publicaciones sobre el Sionismo el cual representa la primera solución radical con respecto a los problemas de intolerancia del siglo XIX para los judíos viviendo en Europa. (ver publicaciones «El Sionismo judío» y «3 visiones Sionistas» para más información).
En esta publicación vamos a dedicarnos a la segunda solución radical que es el Socialismo judío y para el final de esta publicación vamos a terminar comparando estas dos fuerzas e ideologías. De este modo entenderemos qué es el Sionismo y qué es el Socialismo, y ver como podemos vincular bajo un mismo techo ambas ideas con la creación de una ideología llamada “Sionismo Socialista”.
Karl Marx y los judíos
Antes de comenzar a hablar sobre las respuestas judías hacia el Socialismo o el Comunismo tenemos que dedicarnos al tema de Karl Marx.
Hemos mencionado su nombre ya varias veces en estas publicaciones junto al de Spinoza y Freud dentro de la definición de gente que definimos como judíos externos: eso es judíos que creían que para superar sus problemas de identidad judía en la modernidad había que trascender el judaísmo lo cual significa relegar el judaísmo en favor de un Ideal humanitario mas global.
Marx nació en una familia de judíos conversos que estaba totalmente asimilada y por lo tanto su biografía personal puede ser ubicada dentro del contexto histórico del judaísmo. Sumado a esto esta el hecho que además escribió sobre los judíos y el judaísmo. De todos modos argumentar que este tema de los judíos era un preocupación central de su tiempo y su energía sería por supuesto una exageración. Pero claramente uno puede aislar, como muchos historiadores han hecho, la cuestión judía en Marx y tratar de entenderla.
Así que eso es lo que vamos a hacer primero: ubicar a Marx, qué es el judaísmo según su propia comprensión, y qué rol desarrollan estos dos temas en el contexto del socialismo. De este modo espero que podamos comprender porque los seguidores judíos de Marx se sentían tan afín con sus ideales desde su propia perspectiva judía.
El tema judío ocupa muy poco dentro de la obra de Marx orientada mayoritariamente hacia el Capitalismo, la sociedad Europea y la estructura de la cultura Occidental.
Marx rechazó enfáticamente toda la tradición judeocristiana y entendió la religión en forma general como el resultado negativo del sistema capitalista. Del mismo modo que Spinoza había negado la herencia judeocristiana a favor de la razón como fundamento existencial aquí tenemos otro rechazo y repudio hacia la herencia religiosa occidental que emerge como fundamento de una visión económica del mundo. Su análisis de la condición judía por lo tanto esta basada en su análisis de la condición económica de la sociedad Europea.
El problema del antisemitismo, el gran “problema judío” en Europa, es debido según Marx a ese horrible sistema social que llamamos Capitalismo. El “problema judío” solo puede resolverse según Marx cuando el problema general, de la sociedad humana como un todo, se resuelva a través de la lucha de clases.
Y por lo tanto aquí nos queda claro que el tema judío para Marx es simplemente el reflejo de un tema mucho mayor de la condición humana como un todo. Hay una falta de equidad, la gente tiene que tomar conciencia de las diferencias sociales y el porqué de dichas diferencias. Solo con la creación de una sociedad igualitaria económicamente hablando, el problema del odio hacia los judíos que son marcados una y otra vez debido a su perfil económico en la historia, va a desaparecer. Si esto sucede todos podremos apreciarnos mejor ya que no van a existir mas esas distancias enormes entre los que tienen mas y los que tienen menos y los judíos podrán así ser uno más dentro mosaico económico del mundo. Esta es la idea con respecto a los judíos para Marx.
Las lecturas de Marx crean dos imágenes antisemitas contradictorias sobre los judíos
Pero lo irónico aquí es que el Marxismo y el Socialismo al intentar resolver el problema judío u ofrecer su propia solución a la condición de los judíos que no pueden integrarse en Europa, contribuye finalmente a una nueva forma de discurso antisemita creando dos imágenes que son totalmente contradictorias pero sin embargo existen simultáneamente.
Por un lado y debido a la presentación de las luchas de clase de Marx, nace la idea del judío como un explotador económico. Este es en realidad un tema muy viejo que se arrastra desde la Edad Media en la imagen medieval del judío como el prestamista, el judío tipo Shylock en «El Mercader de Venecia» de Shakespeare que sugiere una especie de judío que es un parásito que existe en el mundo para robarle la plata a los pobres cristianos.
Sin entrar en la Edad Media ya que no es un tema de estas publicaciones solo podríamos mencionar que el judío era entre otras cosas prestamista porque de hecho era lo único que podía hacer en ese momento histórico. La Iglesia y los cristianos tenían prohibido prestar dinero y el judío no podía realizar cualquier profesión que quisiera porque no se le permitía y estaba al margen de la sociedad. Es más, una de las cosas más curiosas de Shylock en «El Mercader de Venecia» de Shakespeare, es la imagen que la sociedad tenía del judío puesto que Shakespeare mismo concibe el personaje probablemente sin jamás haber visto un judío en su vida! Se sabe que Shakespeare nunca abandono Inglaterra y los judíos habían sido expulsados de Inglaterra en 1290, trescientos años antes que Shakespeare escribiera su novela. Los judíos tenían advertencia de pena de muerte si volvían a Inglaterra luego de la expulsión. Y por eso son muy pocas las posibilidades de que quedaran judíos en Inglaterra para ese entonces.
De todo modos esta idea e imagen revive en la modernidad y es utilizada por el antisemitismo económico moderno creado a partir de las luchas de clases y en el contexto de la literatura socialista. Lo que emerge ahora es una nueva imagen. Es la imagen del judío rico al estilo Rothschild. El judío capitalista. La imagen del judío que es rico, poderoso, un chupa sangre que no le importa nada sino explotar a sus trabajadores y lo único que quiere es extraer la plata de todos aquellos pobres trabajadores. La idea que los judíos lo único que les importa es el dinero sin observar todo el acervo cultural, filosófico, científico, tecnológico, ético, moral y el valor religioso de su historia milenaria es lo que se pone en primer plano ahora.
En pocas palabras gracias a las lecturas que se hacen de las obras de Marx nace la idea que aquellos que representan lo peor del mundo, eso que llamamos Capitalistas y se dedican a explotar a las masas para el beneficio de unos pocos, son los judíos.
Para esta lectura tendenciosa, si uno quiere encontrar la representación de ese demonio que explota a los trabajadores, claramente los judíos son los que están robándole la plata a los pobres cristianos de la humanidad. Según esta teoría un número que representa el 0,2% del planeta tierra esta dominando el mundo económico y el mundo económico mismo se deja explotar por esta minoría. Mas allá que en cualquier minoría siempre hay algunos que tienen mas dinero que otros, esta imagen construyó el inconsciente colectivo que todos los judíos del mundo son ricos y tienen mucho dinero. Algo que por supuesto es fácil de desmentir ya que lamentablemente también hay pobreza y judíos que no tienen qué comer en el mundo. Tal vez lo significativo es que la mayoría de los judíos que si tienen que comer generalmente se preocupan por los otros judíos que no tienen qué comer.
Pero esta imagen que acabamos de describir contribuye claramente con una nueva excusa para odiar al judío y esa imagen era porque el judío representaba el emblema del capitalismo tan odiado.
Por otro lado muchos judíos como describiremos en esta publicación se sentían afín con los ideales del socialismo. Y para mediados y finales del siglo XIX grandes números de jóvenes intelectuales judíos decidieron unirse a las causas socialistas o comunistas, es decir las versiones mas moderadas del socialismo o aquellas mas radicales y todo esto nos presenta un número importante de judíos afiliándose al socialismo.
Y con esto tenemos ahora la ironía más grande de todas: los judíos van a ser odiados por ser capitalistas o por ser socialistas.
Todas estas visiones del Socialismo eran nuevas y realmente podían ser radicales y extremas. Muchos de los judíos que adoptaron en forma extrema el socialismo eran odiados por seguir esos ideales. Y por lo tanto los judíos son ahora odiados por ser comunistas radicales o porque son capitalistas ricos y explotadores. Es decir que aquí ya no hay salida, los judíos pierden de los dos lados. Hagan lo que hagan serán condenados por el simple hecho de tomar alguna decisión.
Y esta es la famosa ironía que muestra que el socialismo se crea con el anhelo de eliminar del mundo estas diferencias sociales pero en el caso de los judíos ayudó a crear dos estereotipos muy marcados en el contexto del siglo XIX y XX.
Los judíos eran también odiados porque creían literalmente lo que los socialistas decían. Realmente creían en forma literal que todos serían iguales y nadie más sería odiado. Pero como bien sabemos nosotros hoy, este ideal jamás resulto. Esencialmente el fin de un tipo de jerarquía creo una nueva jerarquía de poder. Y como también sabemos siguió y sigue habiendo inequidad en el sistema socialista.
A nadie le gusta que le recuerden que sus ideales y las utopías que uno cree finalmente funcionaron en forma diferente a lo planeado. Pero de hecho esto era lo que los judíos representaban a su vez para el socialismo. El problema con los judíos era que ellos representaban una prueba viviente que las teorías socialistas no funcionaban y los judíos seguían siendo odiados más allá de los nuevos ideales. Esta era otra excusa más para odiar a los judíos quienes demostraban una y otra vez como las utopias construidas para un mundo mejor nunca funcionan con ellos. A los socialistas no les gustaba que los judíos sean una muestra que sus sueños no funcionaban en este mundo y parecía que en el fondo nadie creía que todos debemos tener las mismas condiciones sociales y la gente en realidad disfruta en su ser más profundo sentirse por encima de otros.
Sionismo vs. Socialismo
Pero de todos modos el socialismo y las ideas de Marx entusiasmaron y cautivaron a los judíos del siglo XIX.
Del mismo modo que el Sionismo juega un papel principal en el desarrollo del judaísmo moderno en el siglo XIX también lo hace el Socialismo. Es más podemos argumentar que para la segunda mitad del siglo XIX en Europa Oriental ambos ideales compiten por cual es mejor. Si uno tuviera la posibilidad de viajar en el tiempo y visitar una ciudad judía de Europa Oriental a finales del siglo XIX uno vería por un lado los judíos socialistas, por otro lado los sionistas y también otros grupos que no vamos a definir aquí pero todos estos estarían compitiendo unos con los otros.
Los siglo XIX y XX son impresionantemente ideológicos en términos generales en el mundo y sobre todo para los judíos. Solo piensen que en un lapso de cien o ciento cincuenta años vemos desarrollarse todas las corrientes religiosas actuales (ortodoxia, conservadurismo, reformismo) y al mismo tiempo el Sionismo, los judíos Socialistas y Comunistas y cada grupo de judíos sosteniendo cualquiera de estas ideologías con la bandera en alto y defendiendo sus ideales con tanta seriedad y compromiso que hoy resulta raro encontrar gente tan apasionada por sus ideales.
Los judíos que creyeron en el Socialismo realmente sentían apasionadamente que el mundo sería un lugar mejor si todos se comprometían con los ideales socialistas.
La pasión socialista
La pregunta que debemos hacernos nosotros es ¿por qué los judíos se sintieron tan atraídos al socialismo en forma tan remarcada comparado con otras minorías que no lo hicieron?
El mensaje utópico de Marx hizo eco en los judíos porque les recordaba el propio mensaje que enseña la Biblia. No creo que esta sea la razón principal pero si creo que es una razón muy importante para entender porque sintieron tanta atracción al socialismo.
Cuando uno lee los Profetas, Jeremías, Isaías, Ezequiel uno lee sobre la injusticia social y con esa interpretación uno luego lee Marx y puede tranquilamente asociar que en el fondo están preocupados por lo mismo. Ambos nos hablan de imperativos morales y por eso esta claro que los judíos transpolaron el ideal bíblico hacia las utopías socialistas del siglo XIX. Podríamos argumentar que el mensaje moral de la cultura judía podría incluso contribuir a lo que Marx estaba haciendo. Los judíos sentían una correlación entre su pasado milenario e histórico y un movimiento moderno que les permitía relacionar ambos mundos.
Pero también quiero argumentar que hay aquí un interés personal por parte de los judíos al sumarse al socialismo. El Socialismo representaba para los judíos una solución al problema del antisemitismo en Europa del siglo XIX y principios del XX. Ayudando a cambiar a la sociedad incorporando el socialismo los judíos realmente creían que podrían cambiar la cara de la sociedad y terminar con la intolerancia y odio hacia ellos.
En otras palabras sumarse al socialismo no era solo por el sentido de justicia que ellos presentían esta ideología, es decir ese sentido de moralidad que tan bien ellos conocían de los textos judíos, sino que surgía también de la noción que no quedaba otra solución ya. Los judíos sentían que la gente generalmente odiaba a los judíos y la sociedad por cuenta propia nunca iba a terminar de abrazar al diferente o al que no piensa como uno y por ende los judíos sentían que ya no podían vivir más en Europa bajo estas condiciones. Por lo tanto tenemos que irnos de Europa, exclamaban, y eso es lo que llevo a la creación del Sionismo, las migraciones o sino debemos dar vuelta la sociedad actual. La única manera en que esto último va a suceder es agitando las cosas. Los judíos por ende leían Marx en forma radical y apasionada y sentían que no es que había que disminuir el capitalismo sino que directamente había que hacerlo desaparecer por completo para así crear un nuevo mundo en el cual los judíos podrían vivir en paz.
El socialismo los dejo con la última esperanza que en una sociedad marcada por el odio hacia esta minoría, ellos podrían cambiar el mundo y encontrar su lugar.
El impacto histórico del Socialismo en los judíos
Lo que quiero hacer a continuación es hablar un poco sobre la historia y el impacto que tendrá el socialismo para miles de judíos en la modernidad. Sin explicar esto en detalle permitante ofrecerles algunos estadios destacados de este fenómeno para poder así sobre el final de la publicación ubicar el impacto del socialismo en la cultura judía.
La historia del Socialismo judío puede ser dividido en varias etapas.
Al comienzo, ubicándonos a mediados de 1850, los judíos se involucraron con los partidos socialistas y se sintieron atraídos al socialismo popular en Rusia. Algunos intelectuales socialistas judíos que vivían en la «Zona de Asentamiento», que mencionamos en la publicación sobre el Sionismo, se convirtieron en líderes dentro del socialismo judío. Pero en esta primera etapa realmente estamos hablando de un número muy pequeño de judíos que no funcionaban ni siquiera en forma corporativa u organizada y no se veían así mismos como “judíos socialistas” sino simplemente como socialistas o comunistas.
Para el año 1870 ya tenemos la creación de un grupo conocido como “La Unión Socialista Hebrea” primero en Alemania y luego nace otro circulo en Vilna. Estamos hablando de jóvenes socialistas judíos quienes creían que ésta era la manera para resolver sus problemas como así también los problemas de la sociedad como un todo.
El Bund
Ya para 1890 con el poder que toma el movimiento con el Marxismo en Rusia llevando finalmente a la Unión Soviética y con el resurgimiento del antisemitismo que hemos mencionando en la publicación anterior sobre los pogroms, es decir ataques hacia judíos, en los años 1881 y 1882 lo que emerge para finales del siglo XIX es una nueva institución particular en la vida judía llamada simplemente el “Bund”. Bund literalmente significa Unión o federación en Alemán (http://es.wikipedia.org/wiki/Bundismo).
El Bund fundado 1887 fue la mas prominente organización socialista judía. Durante los primeros años de la Unión Soviética luego de la Revolución Rusa de 1917 el Bund dejo una marca muy grande en la Unión Soviética misma pero principalmente en la cultura y la identidad judía.
Claramente la última etapa del socialismo nos lleva del Bund hasta el fin del mismo.
Esta etapa esta marcada por la presencia de judíos en los gremios que luego fueron transportados hacia el Continente Americano y hacia Israel que también tiene su impacto en un socialismo que forma parte de la visión Sionista y la sociedad israelí.
El crecimiento del Partido Laborista en Rusia era un claro ejemplo de cómo los judíos intentaban en la modernidad ser universalistas, es decir ser parte de la comunidad socialista como un todo y al mismo tiempo seguir siendo judíos.
El Bund y el yiddish
Pero lo que emerge a finales del siglo XIX con la creación del Bund es una toma de conciencia que sin importar cuan duro lo intenten, los judíos socialistas jamás serían aceptados por los partidos mas grandes. Es decir que pese a querer abierta y públicamente abrazar los ideales socialistas los judíos serán dejados al margen y tendrán que lidiar con su propia estructura y sus propios términos.
Lo que emerge irónicamente cuando el Bund es creado es que el mismo comienza aislarse más y más del resto de los movimientos socialistas y como resultado de esta situación el Bund se ve forzado a re-configurarse así mismo a la luz del Socialismo global. El Bund por lo tanto comienza a preocuparse principalmente por la parte Judía de la Unión Socialista dentro de la Zona de Asentamiento. Lo que esto significa es que si los judíos socialistas no pueden formar parte del socialismo a una escala mundial lo que van a ser es volver hacia su comunidad e intentar ofrecer esos ideales socialistas a la propia comunidad judía.
Irónicamente el Bund comienza a preocuparse por temas más abstractos como el legado de la tradición ancestral judía y especialmente se preocupa por un lenguaje que era común en el trabajador judío: el yiddish. Y acá hay punto muy importante que debemos destacar.
Como mencionamos en nuestras dos últimas publicaciones el lenguaje primario de la Haskala en Europa Oriental era el hebreo. El lenguaje en el que escribían y pensaban los Sionistas era el hebreo. Pero el lenguaje del Bund y de los judíos socialistas era el yiddish. El yiddish es un dialecto que es un híbrido entre un alemán antiguo y el hebreo pero es adaptado ahora al contexto de Europa Oriental y es hablado por varias generaciones como la lengua común de la gente común. Este es un lenguaje que luego creara su propia literatura y su propio renacimiento y termina teniendo su propia Haskala en yiddish en el contexto de Rusia a finales del siglo XIX.
Lo que es increíble en esta comunidad es la rivalidad entre estos dos idiomas judíos. Los socialistas adoptan el yiddish y los sionistas el hebreo. Pero lo que resulta interesante es que entre los intelectuales de este período uno encuentra gente era bilingüe o trilingüe. Es decir que escribían en yiddish con ciertos propósitos y luego en hebreo con otros propósitos e incluso escribían en ruso, polaco u otras idiomas.
Este es un mundo diferente al que conocemos hoy en el cual la gente escribía y creaba en múltiples lenguajes en forma simultánea y podemos decir que en este período el lenguaje judío que uno hablaba se convertía en algo central para definir el modo en que uno pensaba. El idioma elegido revela en este contexto las creencias sociales, políticas y religiosas de los individuos.
Y por lo tanto lo que es sumamente interesante del Bund es su promoción de la cultura yiddish. Según ellos los judíos deben aprender yiddish en las escuelas en oposición al hebreo y los textos rabínicos y de ese modo se intenta crear un modo de ser judío que refleje fielmente las aspiraciones del trabajador judío.
Eventualmente el Bund cedió en sus posiciones de defensa al proletariado y gradualmente fue cediendo y aceptando el concepto de propiedad privada. Es decir abandonó el frente mas radical del socialismo y adopto una aproximación mas gradual.
El legado del Socialismo judío: Sionismo Socialista
Pero la pregunta mas importante es ¿cuál es el legado del Socialismo judío para el judaísmo de la modernidad a finales del siglo XIX y principios del XX?
Y aquí quiero para cerrar vincular el Socialismo con el Sionismo ya que muchos pensadores Sionistas también se sentían a fin con el socialismo y de algún modo crearon una coalición entre ambas ideologías.
Dejenme nombrarles a uno de los hombres más destacados de esta coalición sionista y socialista. Estoy haciendo referencia a Aron David Gordon o como es más conocido A.D. Gordon (en inglés- http://en.wikipedia.org/wiki/A._D._Gordon). Este Gordon no debe ser confundido con el Gordon que mencionamos en nuestra publicación sobre el Sionismo. Estas son dos personas totalmente diferentes.
A.D. Gordon era un romántico. Leía a Tolstoy y amaba la tierra. El creía que el problema de la vida judía era que los judíos tradicionales y que leemos de la Tora no eran académicos como el ideal que instalo el judaísmo rabínico sino gente que trabaja la tierra y estaba en contacto con el suelo. El pueblo en su mayoría venía de una cultura agrícola y eran campesinos.
Según Gordon había que sacar a los judíos de las yeshivot y fuera de las academias de aprendizaje rabínico que solo los conecta con la parte racional y hacerlos trabajar el campo y que vuelvan a conectarse con la tierra. Gordon creía que volver a la tierra realmente transformaría sus almas a lo que eran originalmente. Gordon fue de los primeros en hablar de la creación del kibbutz. El legado del Socialismo Sionista es la creación de estas granjas colectivas en Israel con el objetivo no solo de crear una comunidad que sea económicamente sustentable sino crear pequeñas comunidades con ideales socialistas donde todos los miembros de la comunidad son iguales. El kibbutz ha sido un experimento maravilloso de la experiencia judía socialista y permitió unir los valores del Sionismo por un lado y los socialistas por otro lado. Gordon tuvo mucha influencia e importancia en la creación del kibbutz.
El judío yiddishe
Quiero finalmente dejarlos con la idea que el socialismo judío representó para muchos judíos una especie de religiosidad laboral ofreciendo una cultura secular enraizada en el yiddish y el trabajo de las manos en el campo en lugar de los cerebros intelectuales en las ciudades (lo cual era la herencia milenaria de la tradición rabínica).
Resulta muy difícil para mucha gente imaginar esto hoy ya que quedan pocos remanentes de esta cultura en un mundo centrado hoy en las grandes ciudades y el sistema capitalista. Pero si uno esta familiarizado con la cultura judía de las grandes capitales del mundo en los años 1920,1930 e incluso hasta 1950 uno escucha hablar del teatro yiddish, de la música en yiddish, la cultura del yiddish, la historia del trabajador yiddish, diarios en yiddish etc.
Uno descubre ahí una nueva forma de relacionarse con el judaísmo, un nuevo y diferente principio de identidad y pertenencia que no esta para nada relacionado con Dios, la Tora e Israel, aquello que venimos defiendo como la triada principal que permite encuadrar los problemas del judaísmo en la modernidad.
Todo esto fue el el legado del socialismo judío, el Bund y la cultura yiddish que nuestros abuelos y padres recuerdan en forma nostálgica hoy pero fue claramente una dimensión muy importante de la experiencia judía moderna tanto en el siglo XIX como en el siglo XX.