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Judíos & Judaísmo

antiguo, novedoso, sagrado.

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Esto es lo que creo

15/10/2011 por Diego Edelberg 5 comentarios

 

Recuerdo de niño la fábula en la que se le preguntaba al ciempiés qué pie movía primero cuando caminaba y la moraleja era que cuanto mas lo pensaba menos podía caminar.

La moraleja de esa fábula me ha acompañado porque de hecho mucho de los que somos y hacemos es tan irreflexivo que simplemente somos. Y no es hasta que alguien nos pregunta cómo hacemos lo que hacemos o quiénes somos que nos damos cuenta que operamos en forma tan inconsciente en este mundo.

Esta es la razón por la cual las preguntas directas tienden a paralizarnos y es el motivo por el cual en algunas entrevistas laborales hacen preguntas indirectas y tan extrañas como “si fueras un árbol ¿qué clase de árbol serías?”. Porque si nos preguntaran en forma directa “¿quién eres?” nos resultaría terriblemente difícil responder.

Pero aún así la pregunta “¿quién eres?” es una pregunta que todos deberíamos periódicamente hacernos como un ejercicio intelectual para afilar nuestra definición sobre nosotros mismos. De hecho deberíamos tener una idea de quiénes somos no solo para presentarlo al mundo sino y mas importante aún para entender de qué modo entendemos el mundo y la gente que nos rodea. Es muy importante asumir que miramos el mundo en forma subjetiva y tratar de entender y aceptar que filtramos lo que experimentamos de acuerdo a nuestros prejuicios, expectativas, pasiones, historias familiares e incluso nuestros propios esquemas de referencia.

La gente me pregunta a menudo: ¿cuál es el verdadero judaísmo?
Y hay tantas maneras de responder esta pregunta que la estrategia que voy a utilizar esta vez es presentarles ciertos elementos que son lo que yo personalmente creo y lo más importante es que ésta no es una definición acerca de aquello que no soy. Lamentablemente muchas veces nos definimos en negativos siendo de hecho ésta nuestra primera definición sobre quienes somos. Cuando somos niños comenzamos a darnos cuenta que no somos aquella otra persona. Cuando vamos a la escuela primaria y secundaria comenzamos a decirnos quiero ser como esa persona pero no quiero ser como esta otra persona.
Pero cuando uno alcanza un cierto nivel de madurez intelectual uno no debería decir más “lo que no soy es ortodoxo, conservador o reformista”. Esta es una imagen muy mala sobre nuestra propia definición. Una definición mas madura es la que exclama “esto es lo que creo”.
Así que aquí van mis creencias del judaísmo.

 

(1) Creo que la sabiduría judía es dinámica

La sabiduría judía no es estática sino dinámica. Sabio es el que se equivoca, aprende cosas nuevas y cambia. Esto nos lo enseña nuestra propia tradición en Yom Kippur, el día del Perdón, donde reconocemos que Todos (absolutamente Todos) nos hemos equivocado de algún modo u otro y pedimos que se acepte nuestra posibilidad de cambiar para aprender cosas nuevas sobre nosotros mismos.

(2) Creo en la historia

Entre el mosaico de creencias en las cuales el judaísmo forma parte de mi ser ninguna es mas importante que la noción que “creo en la historia”. Esto suena como una definición extraña porque todo el mundo cree en la historia. Todo el mundo cree que suceden cosas a lo largo del tiempo que modifican lo que va sucediendo. Esto es un hecho concreto y decir que uno cree en la historia suena hasta absurdo.

Pero a lo que hago referencia aquí es que creo que el judaísmo que el patriarca Abraham practicaba no era exactamente el mismo que Moisés practicaba cuando aún no se había entregado la Tora. El judaísmo que Moisés practicaba tampoco era exactamente el mismo que Rabbi Akiva practicaba luego de la destrucción del Templo cuando los Cohanim (Sacerdotes) se quedaron sin empleo por primera vez en la historia. Aún más, creo que el judaísmo de Rabbi Akiva no era exactamente el mismo que practicaba Maimonides en siglo XII en España y finalmente creo también que el judaísmo que practicaba Maimonides no es exactamente el mismo que practicamos nosotros hoy en la modernidad dónde vimos el nacimiento del movimiento ortodoxo, reformista, conservador, jabad luvabitch, el sionismo, etc.
Pero lo más importante de todo esto es que creo que esta realidad histórica no representa algo malo o peligroso sino por el contrario es algo positivo y bueno. De hecho es inevitable que esto suceda porque a medida que el mundo va cambiando, a menos que uno este congelado en el tiempo, uno cambia con el mundo mismo. Porque hay cosas que sabemos hoy, verdades de todo tipo incluyendo verdades espirituales, que algunos de nuestros ancestros, que eran tan humanos como nosotros, no sabían.
En el tiempo bíblico la esclavitud era aceptada. En la época en que los rabinos terminaban de redactar el Talmud, la esclavitud era aceptada. Hasta el siglo XVIII entre muchos judíos formados y bien educados la esclavitud era algo aceptado. Yo no creo que exista hoy ni una corriente o movimiento judío que defienda la esclavitud. Esta es una verdad histórica espiritual que encaja perfectamente con la creencia en la historia.
Por lo tanto creo también que el judaísmo de hoy es aún mas sabio que el pasado y creo esto por mi definición de la sabiduría que cree que aprendemos mas y nos convertimos en seres más sabios a medida que el mundo se equivoca, aprende cosas nuevas y cambia.
Por lo tanto la idea que el judaísmo ha sido siempre una sola cosa que nunca ha cambiado es una mentira. Tomando un solo ejemplo de los miles que hay, podemos fácilmente aceptar que quitar los instrumentos musicales de los servicios religiosos fue algo nuevo en la historia que sucedió después de la destrucción del Templo ya que es bien sabido y aceptado por la mayoría de los judíos que los Salmos eran cantados y acompañados con instrumentos musicales. Cambiar esto fue una decisión que alguien tomo y alteró la forma en la cual tradicionalmente se practicaba el judaísmo. Alguien cambio esto.
Y entonces es clarísimo que el judaísmo siempre ha cambiado y esto es algo bueno. Porque el día que deja de cambiar, deja de equivocarse y por lo tanto deja de aprender cosas nuevas.
La historia afecta a la tradición. Siempre lo ha hecho, siempre lo hará y siempre debería hacerlo y yo creo eso. No solo que creo eso sino que incluso aún mejor, no lo niego.

(3) Creo que uno no conoce de judaísmo si judaísmo es lo único que uno conoce

Del mismo modo que hablamos la lengua de la tierra en la que nacemos también absorbemos sus ideas y algunas de ellas están consonancia con nuestra tradición y otras no. Y este es el motivo por el cual Maimonides, uno de los más grandes filósofos de la historia judía, cita una y otra vez en su libro “La Guía de los Perplejos” a un hombre que el llama El filósofo y esa persona es Aristóteles. Aristóteles no era un judío. ¿Por qué esta Maimonides citándolo una y otra vez? Y la respuesta es que Maimonides sabía que Aristóteles también tenía cosas importantes para enseñarnos. En lo personal me resulta muy triste leer y escuchar a muchos de los rabinos de la actualidad quienes jamas citan a un pensador o filósofo que no sea judío. Y esto es una perdida y no una ganancia. Porque tal vez esto los sorprenda pero los judíos somos un poco más de 13 millones en un planeta que tiene mas de 6 billones de habitantes. Y es importante reconocer que el resto del planeta también tiene algo interesante para decir acerca del mundo. Y si uno cierra sus oídos no solo que no aumenta su fe, su piedad y su santidad sino que de hecho disminuye su conocimiento y su sabiduría.

Y en consecuencia creo que no es verdad que los extremistas en la historia son siempre los más auténticos.
Si uno no sabe nada de la historia de Babilonia por ejemplo, resulta muy difícil comprender el Talmud que fue escrito en Babilonia. Y este era el motivo por el cual Maimonides por ejemplo era un médico y sabía de ciencia, matemática y filosofía.
Rashi, el gran comentarista medieval, vendía vinos. Tenia un viñedo, trabajaba la tierra y comercializaba vinos. No solo eso sino que las hijas de Rashi usaban Tefilin en la Edad Media.

(4) Creo en el poder de la mente humana

Con esto me refiero a que creo en la capacidad de la mente humana para desafiar al judaísmo. Esto significa por ejemplo que la ciencia no es una amenaza para el judaísmo. La única razón por la cual la ciencia podría representar una amenaza al judaísmo es si el judaísmo no fuera verdadero. Pero como el judaísmo es verdadero el mismo puede incorporar los descubrimientos científicos porque es parte de cómo Dios creó el mundo. Si no fuera así no podríamos aceptar ni validar ninguno de los descubrimientos de la ciencia ya que la ciencia opera bajo el paradigma evolutivo en el cual las cosas no son estáticas sino totalmente dinámicas y cambiantes. La medicina que nos mantiene vivos, los antibióticos, las maravillas científicas que suceden en el día a día y que no dejan de sorprendernos, la electricidad, el hecho que la gente vive más gracias a los avances médicos, los avances en el terreno de la robótica, la inteligencia artificial, la nano-tecnología (haciendo los procesadores cada vez más pequeños, mas poderosos y mas baratos), las computadoras, la bio-tecnología, la neuro-ciencia, el descubrimiento del código genético, satélites, aviones y todos los demás campos científicos en los cuales los grandes pensadores que allí trabajan desde los fundamentos evolutivos nos sorprenden día a día y que nosotros creemos en ellos, nos beneficiamos y dependemos cada día más de sus avances ¿debemos luego al entrar a la sinagoga decir “pero todo eso no es verdad”?.

Creo que debemos regocijarnos en el poder de la mente humana para seguir descubriendo los secretos del mundo de Dios y no negar estas cosas. Maimonides estudió astronomía, estudio medicina, ciencia, filosofía y estaba convencido que cada cosa que uno descubría en el mundo solo reforzaba la fe y no la disminuía. Si algo es verdadero no puede contradecir nuestra tradición. Este el motivo por el cual Maimonides, la mente más brillante del judaísmo Medieval, sabía que si algo era absolutamente verdadero y la Tora contradecía esa verdad el re-interpretaba la Tora para poder incorporar dicha verdad.

 

(5) Creo que el judaísmo debe ser compartido en forma abierta con todo el mundo

Uno de los mandatos centrales del judaísmo es ser una or lagoim, es decir una luz entre las naciones o pueblos. Para ser una or lagoim debes vivir tu vida en forma abierta hacia las otras naciones o pueblos. Si la única gente con la que vivís son judíos ¿cómo se supone que vas a ser una or lagoim? Si la única gente con la que hablas son judíos, si lo único que estudias y sabes es sobre judaísmo entonces ¿qué tipo de mensaje podes compartir con las demás naciones?

El desafío del judaísmo es traerlo al mundo, no separarlo del mismo. Si los judíos tenemos algo importante que decir deberíamos estar gritándolo desde los balcones o los techos de las casas en lugar de andar susurrándolo unos a los otros. Si uno evita el mundo no-judío entonces uno contradice el mensaje de Dios quien te ha puesto en el mundo para que seas una “luz para todas las naciones”. Por lo tanto uno es más fiel al judaísmo cuando de forma correcta (recordando de dónde viene para saber a donde va) uno se mezcla con el entorno no-judío y va por ejemplo a una Universidad, trabaja con no-judíos, convive con gente diferente, ayuda al Estado no-judío al cual uno también pertenece y se convence a si mismo que la existencia del mundo no-judío no es una amenaza para mí sino un desafío para expandir y hacer crecer mi judaísmo a una plataforma aún más grande. Esta fue la misión de Abraham. Dios le pregunto qué hacía en Ur Kasdim. Dios le dijo que salga de ahí y esparza su mensaje por todo el mundo porque era algo importante que debía ser escuchado.

 

(6) Creo en el profundo y espiritual mensaje que contiene la Tora

Y esto significa que no creo que sea necesario pasarse horas debatiendo si la Tora fue escrita por Dios o no. De todos modos la Tora va ser siempre leída por humanos imperfectos que hacen lecturas interpretativas e imperfectas. Pero de hecho no creo que es necesario pasarse días enteros tratando de descubrir si hay un código secreto en la Tora como si Dios hubiera dejado pistas ocultas que solo las descubriríamos el día que inventáramos computadoras que pueden leer patrones algorítmicos o scanners de alta resolución.

La forma en la cual uno descubre el poder de la Tora es viendo cómo afecta la vida de las personas. Así es como uno descubre el profundo y maravilloso universo de la Tora. La verdad del mensaje de Dios en la Tora y la belleza de sus historias y enseñanzas no surgen cuando uno la analiza con una super-computadora o la expone a miles de combinaciones numéricas de la gematría -es decir la combinación de letras hebreas y números- para demostrar que en efecto es verdad porque no tiene ni un error y por eso hay que creer en ella. Sino por el contrario uno descubre que es verdad cuando ve la manera en que nuestros antepasados bíblicos se equivocan, aprenden cosas nuevas y cambian. Y por ende nosotros al leer una y otra vez la Tora nos equivocamos, aprendemos cosas nuevas y cambiamos.

 

(7) Creo que es fundamental reconocer la legitimidad del Estado Democrático Moderno de Israel

Pocos judíos estaban a favor del Sionismo en un momento histórico donde la mayoría de la comunidad internacional del mundo (algo que ya no queremos recordar) tenía miedo de dar ayuda al Movimiento Sionista mucho antes de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Hoy todos van a Israel y la sienten como propia. Jóvenes que pertenecen a corrientes que originariamente estaban totalmente en contra de la creación de un Estado Moderno Judío hoy hacen viajes espirituales y de estudio y visitan yeshivot gracias a la ayuda de muchos que no pensaron como sus primeros líderes rabínicos. Incluso hoy existen corrientes judías que no reconocen la legitimidad de Israel ni la fortaleza que significa para todos los judíos que vivimos en la diáspora tener un Estado Moderno en Israel. Creo que el modo en el cual los judíos contribuimos construyendo un Estado Judío es ayudando al Estado Democrático Moderno de Israel para que pueda esparcir su mensaje que es en definitiva el nuestro también.


(8) Creo que hay que celebrar la diversidad dentro del judaísmo

Creo en la lealtad a todos los judíos de todas las diferentes denominaciones e interpretaciones, de todas las corrientes sean ortodoxos, conservadores, reformistas, sionistas, seculares, reconstruccionistas, jasídicos, etc. todos ellos. No hay ningún judío ni ninguna corriente del judaísmo que cortaría del grupo porque creo que cada judío y cada corriente nos enriquece con diferentes valores y diferentes mensajes que son también importantes para el judaísmo. Al mismo tiempo hay que entender que es muy difícil evaluar al judío de al lado. A la gente le encanta jugar el juego de quién es un buen judío. Herzl jamas se puso un Tefilin en su vida. ¿Podemos decir que Herzl, el arquitecto del Sionismo judío a quien le debemos entre tantos otros la creación de Medinat Israel, no era un buen judío? ¿Devaluamos a Einstein porque no quería ni le interesaba ir a la Sinagoga? ¿Cómo puede uno evaluar quién hace una contribución a la tradición judía y al pueblo judío? No es tan simple.

Pero algo que si sabemos es que necesitamos el contrapunto de todas las voces del judaísmo porque siempre hemos hecho eso.

Quiero decirles una última cosa antes de concluir. La gente me pregunta ¿por qué los judíos no están unificados en un solo movimiento? ¿Por qué hay tantas corrientes tan diferentes entre los judíos? Y la respuesta es que primero y principal nunca estuvimos unificados. Lean la Tora, lean el Talmud, lean la historia judía y verán que los judíos siempre hemos peleando unos con los otros y es lo que hacemos y siempre hicimos. No es lo único que sabemos hacer pero es lo que hacemos. La ridícula idea que solíamos estar todos juntos y pensar del mismo modo en la antigüedad es un mito. ¿Saben por qué el Templo fue destruido según los Rabinos del Talmud? Por peleas internas y odio entre judíos. Peleas que existían miles de años antes que aparecieran los reformistas, los sionistas, los ortodoxos, etc.

La idea que los judíos tienen múltiples voces dentro de la tradición ha sido siempre verdadera y debemos de hecho ser un coro donde cada parte contribuye al todo de la obra de Dios.
Pero la idea importante aquí es que Dios no quiere un solo modo de ser, un solo modo de entender la vida, una sola manera de leer la Tora, una sola manera de entender la tradición judía e incluso una sola manera de entender lo que quiere porque si fuera así no nos hubiese creando tan diferentes los unos a los otros.  En la Mishna los Rabinos dicen que cuando un Rey estampa una moneda todas las demas monedas son iguales. Pero cuando el Rey de Reyes estampa un ser humano todos los demas seres humanos son diferentes.

Por lo tanto sean conscientes y no crean a quienes dicen que el judaísmo nunca cambió. Siempre ha cambiado y siempre cambiará.
Sean conscientes y no crean si alguien les dice que hay que hacer desaparecer cualquier parte, movimiento o corriente dentro del judaísmo. Necesitamos cada voz y cada discrepancia. Incluso cuando estamos violentamente en desacuerdo. Necesitamos el contrapunto de disonancias como parte de la obra de Dios porque eso es lo que nos ayudó a sobrevivir durante miles de años a todos los grandes imperios y civilizaciones del pasado sin enfrentarnos militarmente sino resistiendo culturalmente acompañándonos como una gran familia que como cualquier familia no siempre esta de acuerdo en todo pero se une en bendición para celebrar cada nacimiento, cada chico o chica que hace su bar o bat mitzvah, cada pareja que llega a la jupá y llorando cada alma, cada nombre que abandona nuestra familia (sin importar si es un soldado israelí secular que nunca comió kasher o el rabino mas obsesivo de la ley). Estos valores junto al poder interpretativo de textos y la recursividad del lenguaje nos han hecho eternos. Y si hay algo que podemos enseñarle al mundo es que ser una or lagoim significa abrazar lo diferente y celebrar la diversidad como hacemos dentro de nuestra propia familia. Esto esta en el corazón del judaísmo y es un mensaje maravilloso para compartir con un mundo que generalmente es indiferente con el sufrimiento ajeno e intolerante con aquel que piensa distinto. Nosotros no somos así. Nosotros abrazamos la diversidad porque entendemos que eso es ser parte de la familia humana.

No crean que la Tora no tiene el poder para transformar vidas. Lo hace continua y constantemente, siempre lo ha hecho y siempre lo hará. Solo hay que acercarse a ella y estudiarla para ver como nos transforma.

Y recuerden que nuestros hijos y la siguiente generación son nuestros constructores y son mejores constructores de mundo cuando entienden más que nosotros. Cuando no cierran sus mentes solamente al judaísmo y nosotros no les sugerimos que solo ahí esta el futuro. Porque el futuro, no aquel que se viene en 40 años, sino el que ya esta siendo hoy y del cual somos testigos de transformaciones radicales en todas las áreas de la ciencia y la tecnología requiere estar formado en el mundo en general y en la Tora. Ya que solo así, como una gran familia judía, continuaremos aprendiendo y aportando cada uno a su manera y en sus propias capacidades nuestras aproximaciones diferentes renovando el espíritu para seguir construyendo juntos y seguir equivocándonos, aprendiendo cosas nuevas y cambiando.

 

Archivado en: Educación Judía, Judaismo Hoy, Modernidad Judía Etiquetado como: "Guía de los perplejos", conservador, definicion sionismo, diferencias, historia de judios, israel, judaismo conservador, judaismo moderno, judaismo ortodoxo, judaismo reformista, judio reformista, judios comunistas, judios conversos, judios mesianicos, judios modernos, judios new age, judios socialistas karl marx judio, maimonides, mesianismo, modernidad, modernidad judia, ortodo, que es el socialismo judio, que es sionismo, Rabinos modernos, reformista, religion judia, religion judia historia, Sionismo, sionista, VERDADES HISTORICAS

El Socialismo Judío

09/10/2011 por Diego Edelberg 11 comentarios

 

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(Duración 26:31 – 25.5 MB)

Hablamos en las ultimas dos publicaciones sobre el Sionismo el cual representa la primera solución radical con respecto a los problemas de intolerancia del siglo XIX para los judíos viviendo en Europa. (ver publicaciones «El Sionismo judío» y «3 visiones Sionistas» para más información).

En esta publicación vamos a dedicarnos a la segunda solución radical que es el Socialismo judío y para el final de esta publicación vamos a terminar comparando estas dos fuerzas e ideologías. De este modo entenderemos qué es el Sionismo y qué es el Socialismo, y ver como podemos vincular bajo un mismo techo ambas ideas con la creación de una ideología llamada “Sionismo Socialista”.

 

 

Karl Marx y los judíos

Antes de comenzar a hablar sobre las respuestas judías hacia el Socialismo o el Comunismo tenemos que dedicarnos al tema de Karl Marx.

Hemos mencionado su nombre ya varias veces en estas publicaciones junto al de Spinoza y Freud dentro de la definición de gente que definimos como judíos externos: eso es judíos que creían que para superar sus problemas de identidad judía en la modernidad había que trascender el judaísmo lo cual significa relegar el judaísmo en favor de un Ideal humanitario mas global.

Marx nació en una familia de judíos conversos que estaba totalmente asimilada y por lo tanto su biografía personal puede ser ubicada dentro del contexto histórico del judaísmo. Sumado a esto esta el hecho que además escribió sobre los judíos y el judaísmo. De todos modos argumentar que este tema de  los judíos era un preocupación central de su tiempo y su energía sería por supuesto una exageración.  Pero claramente uno puede aislar, como muchos historiadores han hecho, la cuestión judía en Marx y tratar de entenderla.

Así que eso es lo que vamos a hacer primero: ubicar a Marx, qué es el judaísmo según su propia comprensión, y qué rol desarrollan estos dos temas en el contexto del socialismo. De este modo espero que podamos comprender porque los seguidores judíos de Marx se sentían tan afín con sus ideales desde su propia perspectiva judía.

El tema judío ocupa muy poco dentro de la obra de Marx orientada mayoritariamente hacia el Capitalismo, la sociedad Europea y la estructura de la cultura Occidental.

Marx rechazó enfáticamente toda la tradición judeocristiana y entendió la religión en forma general como el resultado negativo del sistema capitalista. Del mismo modo que Spinoza había negado la herencia judeocristiana a favor de la razón como fundamento existencial aquí tenemos otro rechazo y repudio hacia la herencia religiosa occidental que emerge como fundamento de una visión económica del mundo.  Su análisis de la condición judía por lo tanto esta basada en su análisis de la condición económica de la sociedad Europea.

El problema del antisemitismo, el gran “problema judío” en Europa, es debido según Marx a ese horrible sistema social que llamamos Capitalismo. El “problema judío” solo puede resolverse según Marx cuando el problema general, de la sociedad humana como un todo, se resuelva a través de la lucha de clases.

Y por lo tanto aquí nos queda claro que el tema judío para Marx es simplemente el reflejo de un tema mucho mayor de la condición humana como un todo. Hay una falta de equidad, la gente tiene que tomar conciencia de las diferencias sociales y el porqué de dichas diferencias. Solo con la creación de una sociedad igualitaria económicamente hablando, el problema del odio hacia los judíos que son marcados una y otra vez debido a su perfil económico en la historia, va a desaparecer. Si esto sucede todos podremos apreciarnos mejor ya que no van a existir mas esas distancias enormes entre los que tienen mas y los que tienen menos y los judíos podrán así ser uno más dentro mosaico económico del mundo. Esta es la idea con respecto a los judíos para Marx.

 

 

Las lecturas de Marx crean dos imágenes antisemitas contradictorias sobre los judíos

Pero lo irónico aquí es que el Marxismo y el Socialismo al intentar resolver el problema judío u ofrecer su propia solución a la condición de los judíos que no pueden integrarse en Europa, contribuye finalmente a una nueva forma de discurso antisemita creando dos imágenes que son totalmente contradictorias pero sin embargo existen simultáneamente.

Por un lado y debido a la presentación de las luchas de clase de Marx, nace la idea del judío como un explotador económico. Este es en realidad un tema muy viejo que se arrastra desde la Edad Media en la imagen medieval del judío como el prestamista, el judío tipo Shylock en «El Mercader de Venecia» de Shakespeare que sugiere una especie de judío que es un parásito que existe en el mundo para robarle la plata a los pobres cristianos.

Sin entrar en la Edad Media ya que no es un tema de estas publicaciones solo podríamos mencionar que el judío era entre otras cosas prestamista porque de hecho era lo único que podía hacer en ese momento histórico. La Iglesia y los cristianos tenían prohibido prestar dinero y el judío no podía realizar cualquier profesión que quisiera porque no se le permitía y estaba al margen de la sociedad. Es más, una de las cosas más curiosas de Shylock en «El Mercader de Venecia» de Shakespeare, es la imagen que la sociedad tenía del judío puesto que Shakespeare mismo concibe el personaje probablemente sin jamás haber visto un judío en su vida! Se sabe que Shakespeare nunca abandono Inglaterra y los judíos habían sido expulsados de Inglaterra en 1290, trescientos años antes que Shakespeare escribiera su novela. Los judíos tenían advertencia de pena de muerte si volvían a Inglaterra luego de la expulsión. Y por eso son muy pocas las posibilidades de que quedaran judíos en Inglaterra para ese entonces.

De todo modos esta idea e imagen revive en la modernidad y es utilizada por el antisemitismo económico moderno creado a partir de las luchas de clases y en el contexto de la literatura socialista. Lo que emerge ahora es una nueva imagen. Es la imagen del judío rico al estilo Rothschild. El judío capitalista. La imagen del judío que es rico, poderoso, un chupa sangre que no le importa nada sino explotar a sus trabajadores y lo único que quiere es extraer la plata de todos aquellos pobres trabajadores. La idea que los judíos lo único que les importa es el dinero sin observar todo el acervo cultural, filosófico, científico, tecnológico, ético, moral y el valor religioso de su historia milenaria es lo que se pone en primer plano ahora.

En pocas palabras gracias a las lecturas que se hacen de las obras de Marx nace la idea que aquellos que representan lo peor del mundo, eso que llamamos Capitalistas y se dedican a explotar a las masas para el beneficio de unos pocos, son los judíos.

Para esta lectura tendenciosa, si uno quiere encontrar la representación de ese demonio que explota a los trabajadores, claramente los judíos son los que están robándole la plata a los pobres cristianos de la humanidad. Según esta teoría un número que representa el 0,2% del planeta tierra esta dominando el mundo económico y el mundo económico mismo se deja explotar por esta minoría. Mas allá que en cualquier minoría siempre hay algunos que tienen mas dinero que otros, esta imagen construyó el inconsciente colectivo que todos los judíos del mundo son ricos y tienen mucho dinero. Algo que por supuesto es fácil de desmentir ya que lamentablemente también hay pobreza y judíos que no tienen qué comer en el mundo. Tal vez lo significativo es que la mayoría de los judíos que si tienen que comer generalmente se preocupan por los otros judíos que no tienen qué comer.
Pero esta imagen que acabamos de describir contribuye claramente con una nueva excusa para odiar al judío y esa imagen era porque el judío representaba el emblema del capitalismo tan odiado.

Por otro lado muchos judíos como describiremos en esta publicación se sentían afín con los ideales del socialismo. Y para mediados y finales del siglo XIX grandes números de jóvenes intelectuales judíos decidieron unirse a las causas socialistas o comunistas, es decir las versiones mas moderadas del socialismo o aquellas mas radicales y todo esto nos presenta un número importante de judíos afiliándose al socialismo.

Y con esto tenemos ahora la ironía más grande de todas: los judíos van a ser odiados por ser capitalistas o por ser socialistas.

Todas estas visiones del Socialismo eran nuevas y realmente podían ser radicales y extremas. Muchos de los judíos que adoptaron en forma extrema el socialismo eran odiados por seguir esos ideales. Y por lo tanto los judíos son ahora odiados por ser comunistas radicales o porque son capitalistas ricos y explotadores. Es decir que aquí ya no hay salida, los judíos pierden de los dos lados. Hagan lo que hagan serán condenados por el simple hecho de tomar alguna decisión.

Y esta es la famosa ironía que muestra que el socialismo se crea con el anhelo de eliminar del mundo estas diferencias sociales pero en el caso de los judíos ayudó a crear dos estereotipos muy marcados en el contexto del siglo XIX y XX.

Los judíos eran también odiados porque creían literalmente lo que los socialistas decían. Realmente creían en forma literal que todos serían iguales y nadie más sería odiado. Pero como bien sabemos nosotros hoy, este ideal jamás resulto. Esencialmente el fin de un tipo de jerarquía creo una nueva jerarquía de poder. Y como también sabemos siguió y sigue habiendo inequidad en el sistema socialista.

A nadie le gusta que le recuerden que sus ideales y las utopías que uno cree finalmente funcionaron en forma diferente a lo planeado. Pero de hecho esto era lo que los judíos representaban a su vez para el socialismo. El problema con los judíos era que ellos representaban una prueba viviente que las teorías socialistas no funcionaban y los judíos seguían siendo odiados más allá de los nuevos ideales. Esta era otra excusa más para odiar a los judíos quienes demostraban una y otra vez como las utopias construidas para un mundo mejor nunca funcionan con ellos. A los socialistas no les gustaba que los judíos sean una muestra que sus sueños no funcionaban en este mundo y parecía que en el fondo nadie creía que todos debemos tener las mismas condiciones sociales y la gente en  realidad disfruta en su ser más profundo sentirse por encima de otros.

 

 

Sionismo vs. Socialismo

Pero de todos modos el socialismo y las ideas de Marx entusiasmaron y cautivaron a los judíos del siglo XIX.

Del mismo modo que el Sionismo juega un papel principal en el desarrollo del judaísmo moderno en el siglo XIX también lo hace el Socialismo. Es más podemos argumentar que para la segunda mitad del siglo XIX en Europa Oriental ambos ideales compiten por cual es mejor. Si uno tuviera la posibilidad de viajar en el tiempo y visitar una ciudad judía de Europa Oriental a finales del siglo XIX uno vería por un lado los judíos socialistas, por otro lado los sionistas y también otros grupos que no vamos a definir aquí pero todos estos estarían compitiendo unos con los otros.

Los siglo XIX y XX son impresionantemente ideológicos en términos generales en el mundo y sobre todo para los judíos. Solo piensen que en un lapso de cien o ciento cincuenta años vemos desarrollarse todas las corrientes religiosas actuales (ortodoxia, conservadurismo, reformismo) y al mismo tiempo el Sionismo, los judíos Socialistas y Comunistas y cada grupo de judíos sosteniendo cualquiera de estas ideologías con la bandera en alto y  defendiendo sus ideales con tanta seriedad y compromiso que hoy resulta raro encontrar gente tan apasionada por sus ideales.

Los judíos que creyeron en el Socialismo realmente sentían apasionadamente que el mundo sería un lugar mejor si todos se comprometían con los ideales socialistas.

 

 

La pasión socialista

La pregunta que debemos hacernos nosotros es ¿por qué los judíos se sintieron tan atraídos al socialismo en forma tan remarcada comparado con otras minorías que no lo hicieron?

El mensaje utópico de Marx hizo eco en los judíos porque les recordaba el propio mensaje que enseña la Biblia. No creo que esta sea la razón principal pero si creo que es una razón muy importante para entender porque sintieron tanta atracción al socialismo.
Cuando uno lee los Profetas, Jeremías, Isaías, Ezequiel uno lee sobre la injusticia social y con esa interpretación uno luego lee Marx y puede tranquilamente asociar que en el fondo están preocupados por lo mismo. Ambos nos hablan de imperativos morales y por eso esta claro que los judíos transpolaron el ideal bíblico hacia las utopías socialistas del siglo XIX.  Podríamos argumentar que el mensaje moral de la cultura judía podría incluso contribuir a lo que Marx estaba haciendo. Los judíos sentían una correlación entre su pasado milenario e histórico y un movimiento moderno que les permitía relacionar ambos mundos.

Pero también quiero argumentar que hay aquí un interés personal por parte de los judíos al sumarse al socialismo. El Socialismo representaba para los judíos una solución al problema del antisemitismo en Europa del siglo XIX y principios del XX. Ayudando a cambiar a la sociedad incorporando el socialismo los judíos realmente creían que podrían cambiar la cara de la sociedad y terminar con la intolerancia y odio hacia ellos.

En otras palabras sumarse al socialismo no era solo por el sentido de justicia que ellos presentían esta ideología, es decir ese sentido de moralidad que tan bien ellos conocían de los textos judíos, sino que surgía también de la noción que no quedaba otra solución ya. Los judíos sentían que la gente generalmente odiaba a los judíos y la sociedad por cuenta propia nunca iba a terminar de abrazar al diferente o al que no piensa como uno y por ende los judíos sentían que ya no podían vivir más en Europa bajo estas condiciones. Por lo tanto tenemos que irnos de Europa, exclamaban, y eso es lo que llevo a la creación del Sionismo, las migraciones o sino debemos dar vuelta la sociedad actual. La única manera en que esto último va a suceder es agitando las cosas. Los judíos por ende leían Marx en forma radical y apasionada y sentían que no es que había que disminuir el capitalismo sino que directamente había que hacerlo desaparecer por completo para así crear un nuevo mundo en el cual los judíos podrían vivir en paz.
El socialismo los dejo con la última esperanza que en una sociedad marcada por el odio hacia esta minoría, ellos podrían cambiar el mundo y encontrar su lugar.

 

 

El impacto histórico del Socialismo en los judíos

Lo que quiero hacer a continuación es hablar un poco sobre la historia y el impacto que tendrá el socialismo para miles de judíos en la modernidad. Sin explicar esto en detalle permitante ofrecerles algunos estadios destacados de este fenómeno para poder así sobre el final de la publicación ubicar el impacto del socialismo en la cultura judía.

La historia del Socialismo judío puede ser dividido en varias etapas.

Al comienzo, ubicándonos a mediados de 1850, los judíos se involucraron con los partidos socialistas y se sintieron atraídos al socialismo popular en Rusia.  Algunos intelectuales socialistas judíos que vivían en la «Zona de Asentamiento», que mencionamos en la publicación sobre el Sionismo, se convirtieron en líderes dentro del socialismo judío. Pero en esta primera etapa realmente estamos hablando de un número muy pequeño de judíos que no funcionaban ni siquiera en forma corporativa u organizada y no se veían así mismos como “judíos socialistas” sino simplemente como socialistas o comunistas.

Para el año 1870 ya tenemos la creación de un grupo conocido como “La Unión Socialista Hebrea” primero en Alemania y luego nace otro circulo en Vilna. Estamos hablando de jóvenes socialistas judíos quienes creían que ésta era la manera para resolver sus problemas como así también los problemas de la sociedad como un todo.

 

 

El Bund

Ya para 1890 con el poder que toma el movimiento con el Marxismo en Rusia llevando finalmente a la Unión Soviética y con el resurgimiento del antisemitismo que hemos mencionando en la publicación anterior sobre los pogroms, es decir ataques hacia judíos, en los años 1881 y 1882 lo que emerge para finales del siglo XIX es una nueva institución particular en la vida judía llamada simplemente el “Bund”. Bund literalmente significa Unión o federación en Alemán (http://es.wikipedia.org/wiki/Bundismo).

El Bund fundado 1887 fue la mas prominente organización socialista judía. Durante los primeros años de la Unión Soviética luego de la Revolución Rusa de 1917 el Bund dejo una marca muy grande en la Unión Soviética misma pero principalmente en la cultura y la identidad judía.

Claramente la última etapa del socialismo nos lleva del Bund hasta el fin del mismo.
Esta etapa esta marcada por la presencia de judíos en los gremios que luego fueron transportados hacia el Continente Americano y hacia Israel que también tiene su impacto en un socialismo que forma parte de la visión Sionista y la sociedad israelí.
El crecimiento del Partido Laborista en Rusia era un claro ejemplo de cómo los judíos intentaban en la modernidad ser universalistas, es decir ser parte de la comunidad socialista como un todo y al mismo tiempo seguir siendo judíos.

 

 

El Bund y el yiddish

Pero lo que emerge a finales del siglo XIX con la creación del Bund es una toma de conciencia que sin importar cuan duro lo intenten, los judíos socialistas jamás serían aceptados por los partidos mas grandes. Es decir que pese a querer abierta y públicamente abrazar los ideales socialistas los judíos serán dejados al margen y tendrán que lidiar con su propia estructura y sus propios términos.

Lo que emerge irónicamente cuando el Bund es creado es que el mismo comienza aislarse más y más del resto de los movimientos socialistas y como resultado de esta situación el Bund se ve forzado a re-configurarse así mismo a la luz del Socialismo global.  El Bund por lo tanto comienza a preocuparse principalmente por la parte Judía de la Unión Socialista dentro de la Zona de Asentamiento. Lo que esto significa es que si los judíos socialistas no pueden formar parte del socialismo a una escala mundial lo que van a ser es volver hacia su comunidad e intentar ofrecer esos ideales socialistas a la propia comunidad judía.

Irónicamente el Bund comienza a preocuparse por temas más abstractos como el legado de la tradición ancestral judía y especialmente se preocupa por un lenguaje que era común en el trabajador judío: el yiddish.  Y acá hay punto muy importante que debemos destacar.

Como mencionamos en nuestras dos últimas publicaciones el lenguaje primario de la Haskala en Europa Oriental era el hebreo. El lenguaje en el que escribían y pensaban los Sionistas era el hebreo. Pero el lenguaje del Bund y de los judíos socialistas era el yiddish. El yiddish es un dialecto que es un híbrido entre un alemán antiguo y el hebreo pero es adaptado ahora al contexto de Europa Oriental y es hablado por varias generaciones como la lengua común de la gente común. Este es un lenguaje que luego creara su propia literatura y su propio renacimiento y termina teniendo su propia Haskala en yiddish en el contexto de Rusia a finales del siglo XIX.

Lo que es increíble en esta comunidad es la rivalidad entre estos dos idiomas judíos. Los socialistas adoptan el yiddish y los sionistas el hebreo. Pero lo que resulta interesante es que entre los intelectuales de este período uno encuentra gente era bilingüe o trilingüe. Es decir que escribían en yiddish con ciertos propósitos y luego en hebreo con otros propósitos e incluso escribían en ruso, polaco u otras idiomas.

Este es un mundo diferente al que conocemos hoy en el cual la gente escribía y creaba en múltiples lenguajes en forma simultánea y podemos decir que en este período el lenguaje judío que uno hablaba se convertía en algo central para definir el modo en que uno pensaba. El idioma elegido revela en este contexto las creencias sociales, políticas y religiosas de los individuos.

Y por lo tanto lo que es sumamente interesante del Bund es su promoción de la cultura yiddish. Según ellos los judíos deben aprender yiddish en las escuelas en oposición al hebreo y los textos rabínicos y de ese modo se intenta crear un modo de ser judío que refleje fielmente las aspiraciones del trabajador judío.

Eventualmente el Bund cedió en sus posiciones de defensa al proletariado y gradualmente fue cediendo y aceptando el concepto de propiedad privada. Es decir abandonó el frente mas radical del socialismo y adopto una aproximación mas gradual.

 

 

El legado del Socialismo judío: Sionismo Socialista

Pero la pregunta mas importante es ¿cuál es el legado del Socialismo judío para el judaísmo de la modernidad a finales del siglo XIX y principios del XX?

Y aquí quiero para cerrar vincular el Socialismo con el Sionismo ya que muchos pensadores Sionistas también se sentían a fin con el socialismo y de algún modo crearon una coalición entre ambas ideologías.

Dejenme nombrarles a uno de los hombres más destacados de esta coalición sionista y socialista. Estoy haciendo referencia a Aron David Gordon o como es más conocido A.D. Gordon (en inglés- http://en.wikipedia.org/wiki/A._D._Gordon). Este Gordon no debe ser confundido con el Gordon que mencionamos en nuestra publicación sobre el Sionismo. Estas son dos personas totalmente diferentes.

A.D. Gordon era un romántico. Leía a Tolstoy y amaba la tierra. El creía que el problema de la vida judía era que los judíos tradicionales y que leemos de la Tora no eran académicos como el ideal que instalo el judaísmo rabínico sino gente que trabaja la tierra y estaba en contacto con el suelo. El pueblo en su mayoría venía de una cultura agrícola y eran campesinos.

Según Gordon había que sacar a los judíos de las yeshivot y fuera de las academias de aprendizaje rabínico que solo los conecta con la parte racional y hacerlos trabajar el campo y que vuelvan a conectarse con la tierra. Gordon creía que volver a la tierra realmente transformaría sus almas a lo que eran originalmente. Gordon fue de los primeros en hablar de la creación del kibbutz. El legado del Socialismo Sionista es la creación de estas granjas colectivas en Israel con el objetivo no solo de crear una comunidad que sea económicamente sustentable sino crear pequeñas comunidades con ideales socialistas donde todos los miembros de la comunidad son iguales. El kibbutz ha sido un experimento maravilloso de la experiencia judía socialista y permitió unir los valores del Sionismo por un lado y los socialistas por otro lado. Gordon tuvo mucha influencia e importancia en la creación del kibbutz.

 

 

El judío yiddishe

Quiero finalmente dejarlos con la idea que el socialismo judío representó para muchos judíos una especie de religiosidad laboral ofreciendo una cultura secular enraizada en el yiddish y el trabajo de las manos en el campo en lugar de los cerebros intelectuales en las ciudades (lo cual era la herencia milenaria de la tradición rabínica).

Resulta muy difícil para mucha gente imaginar esto hoy ya que quedan pocos remanentes de esta cultura en un mundo centrado hoy en las grandes ciudades y el sistema capitalista. Pero si uno esta familiarizado con la cultura judía de las grandes capitales del mundo en los años 1920,1930 e incluso hasta 1950 uno escucha hablar del teatro yiddish, de la música en yiddish, la cultura del yiddish, la historia del trabajador yiddish, diarios en yiddish etc.

Uno descubre ahí una nueva forma de relacionarse con el judaísmo, un nuevo y diferente principio de identidad y pertenencia que no esta para nada relacionado con Dios, la Tora e Israel, aquello que venimos defiendo como la triada principal que permite encuadrar los problemas del judaísmo en la modernidad.

Todo esto fue el el legado del socialismo judío, el Bund y la cultura yiddish que nuestros abuelos y padres recuerdan en forma nostálgica hoy pero fue claramente una dimensión muy importante de la experiencia judía moderna tanto en el siglo XIX como en el siglo XX.

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