Este año escribí sobre la lectura académica judía del Libro de Ester. En esta oportunidad y próximos a Shavuot le toca el turno al Libro de Ruth que es leído en esta festividad. Ruth y Ester son dos de los más famosos libros de la Biblia Hebrea. De hecho cuando uno lee un texto seguido del otro parecen muy similares. Ambos son pequeños cuentos que llevan el título de los personajes femeninos centrales. En cada uno de ellos la trama justamente gira en torno principalmente a las relaciones entre una mujer y uno o varios extranjeros.
Y entonces ¿qué es el judaísmo?
En la publicación anterior les conté cuál es el origen de la palabra judío y terminé con una pregunta: ¿cuándo fue la primera vez que apareció en la historia la palabra judaísmo entendida como las prácticas o costumbres de aquellos provenientes de Judea? En esta breve publicación exploraremos la respuesta a esta interrogante.
La primera vez que aparece en la historia la palabra «judaísmo» del modo que nosotros la entendemos hoy (eso es como una forma de vida o las costumbres de aquellos provenientes de Judea) es en el segundo Libro de los Macabeos. Este es un libro escrito por un judío viviendo bajo dominación griega. El libro narra la historia entre la batalla llevada acabo entre los judíos que ocupaban ese territorio en contra del ejercito Seléucida comandado por Antíoco IV Epífanes. El relato de esta historia refleja la primera batalla en la historia peleada por defender la libertad religiosa. Los judíos pelearon para poder continuar practicando sus propias costumbres y no ser absorbidos por la cultura griega que tendía a homogeneizar a los pueblos conquistados. Esto es lo que los judíos hasta el día de hoy conmemoramos en la festividad de Jánuca.
Lo que es más interesante y no tan sabido es que el segundo Libro de los Macabeos no solo posee por escrito la primera mención del judaísmo como un sistema de creencias y prácticas sino también la primera mención en la historia del helenismo, es decir del conjunto de características culturales que todos los pueblos griegos consideraban comunes y que los unían y diferenciaban en relación con otros pueblos. Y ya desde ese entonces comenzamos a notar una idea que va a ser característica en el pensamiento de los judíos hasta la actualidad: ser “el otro” o también ser “el distinto” en relación a otros ismos circundantes. Es decir ser «otro» en relación a culturas, sistemas, doctrinas, pensamientos, prácticas, idiomas e incluso condiciones sociales que nos rodean.
Ser «otro» no significa ser mejor ni peor sino ser realmente diferente. Muchos judíos nos sentimos así. Nos sentimos como “el otro” o “la otra” dentro de las sociedades en las que vivimos, en nuestros entornos de trabajo y en los más diversos escenarios posibles. Incluso cuando conocemos gente nueva estando de vacaciones siempre nos sentimos como “los extraños” y en forma inconsciente cuando nos presentamos sabemos que tenemos ese “algo” diferente que ni siquiera podemos explicar qué es. Para algunas personas ésta es una definición rara pero estoy seguro que muchos judíos estarían de acuerdo que ser judío es de alguna forma ser el otro o la otra.
Pero más allá de todos estos componentes geográficos, nacionalistas y étnicos que discutimos en las publicaciones sobre «qué es el judaísmo», debo decirles que el judaísmo también es una religión más. Si bien estuve explicándoles hasta ahora porque el judaísmo es más que una religión voy a explicarles en la próxima publicación en qué sentido también es una religión (sigo creyendo que Shamai tenía razón: ¡es mejor darle con palo en la cabeza al que intenta definir el judaísmo!).
Próximamente: ¡No reducirás el judaísmo a una sola definición!
En la sexta parte de esta serie veremos porque realmente cuesta tanto encontrar una definición sobre qué es el judaísmo.
¡Buena Semana!