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Judíos & Judaísmo

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Las 4 Premisas de la Interpretación Judía Tradicional

05/07/2015 por Diego Edelberg 30 comentarios

Estoy muy entusiasmado con la materia de verano que estoy haciendo para mi Maestría en Educación Judía. El título es «Enseñando Tanaj (Biblia Hebrea)». En la primer semana sentamos las bases de lo que va a ser toda la cursada utilizando lo que se conoce como «orientaciones». En la segunda semana hicimos un estudio de la historia judía durante todo el período que es descripto en la Biblia. En esta tercer semana estamos explorando una de las orientaciones más clásicas: la de la tradición interpretativa judía.

El tema de las orientaciones es absolutamente fascinante para mí. Ya escribí algo sobre este mismo tema en la publicación ¿Cómo leer la Tora? pero me gustaría ahondar aún más en este tema en esta publicación puesto que es central para todos aquellos que están interesados en aprender a leer la Biblia e incluso enseñarla. Pero, ¿qué es la teoría de las «orientaciones»? Básicamente se basa en comprender cómo nos predisponemos a entender un texto. He escrito numerosas veces que el lector del Tanaj es mucho más significativo que el texto en si mismo. La postura, orientación o creencia que nosotros asumimos con respecto al texto antes de leerlo definirá en gran medida qué entenderemos, buscaremos o esperaremos que el texto nos diga. Especialmente si ese texto es ni más ni menos que la Biblia o cualquier otro texto que de antemano consideremos «sagrado» (sea como sea que cada uno entiende esta idea de que determina «lo sagrado»).

La teoría de las orientaciones nos plantea a los educadores una pregunta mucho más compleja a la hora de enseñar estos textos: ¿es la educación judía la transmisión de información con el objetivo de la preservación? ¿O es la educación judía una iniciación que logra empoderar al estudiante en una conversación cuyo objetivo no es solamente acumular información sino apropiarla y amoldarla a su vida particular y única? En otras palabras, cuando enseñamos Tanaj de una generación a la otra, ¿queremos que se absorba un entendimiento dado o queremos nutrir a nuestros estudiantes con la capacidad de entrar en la conversación en forma activa de manera tal que puedan crear nuevas interpretaciones y nuevas formas de hacer de lo antiguo algo novedoso? No es lo mismo que un alumno sea considerado «exitoso» en su educación judía si solo se espera que pueda compartir/repetir lo que han dicho sus antepasados sobre el texto bíblico (y su tradición en general) a que esperemos que logre traer nuevos entendimientos sobre el mismo texto (y la tradición) agregando su propia voz particular. Es en el intento de responder esta pregunta que la teoría de las orientaciones puede ayudarnos al explorar cómo leemos y enseñamos la Biblia.

 

 

 

La orientación interpretativa judía

Existen diversas orientaciones que compartiré en otra publicación. Aquí quería enfocarme en la que podríamos considerar la interpretación más clásica de la tradición judía. Todo lo que compartiré a continuación pertenece al libro How to Read the Bible: A Guide to Scripture, Then and Now escrito por el extraordinario académico judío James Kugel. 

Kugel comienza recordándonos que los lectores siempre traen presupuestos a la hora de leer un texto y estos presupuestos cambian dependiendo de qué están leyendo. No todos los textos significan lo mismo. Cuando leemos un poema, un cuento, un ensayo, una carta o un diario, sabemos que cada uno de estos géneros puede llegar a utilizar las mismas palabras bajo convenciones literarias muy diferentes. Somos nosotros, los lectores, los que conocemos las convenciones que hay detrás de cada uno de estos géneros y en consecuencia interpretamos de acuerdo a lo que corresponde. No solo eso sino que un monólogo es muy diferente si está siendo presentando en un espectáculo de stand-up que en una sesión de terapia grupal. Para decir todo esto más fácil, el contexto afecta la interpretación del mensaje.

Así descubrimos en forma sorprendente que hasta la modernidad la mayoría de los judíos compartían una serie de expectativas muy similares sobre el texto bíblico. Nadie se sentó a formular estas expectativas porque las mismas eran simplemente asumidas del mismo modo que nosotros hoy asumiríamos en forma muy diferente un mensaje compartido en un espectáculo de stand-up y en una terapia grupal. De todos modos, observando todo el inmenso material que ha sobrevivido sobre la interpretación judía antigua y medieval, podemos entender lo que la mayoría de los intérpretes asumían sobre el texto de la Biblia. Lo que emerge es que todos asumían 4 premisas sobre cómo debía leerse la Biblia a pesar de las distancias geográficas y culturales entre estos intérpretes. Las 4 premisas son las que veremos a continuación.

 

 

Las 4 premisas de la interpretación judía tradicional

 

#1 El texto de la Biblia es críptico

Esto significa que no debemos asumir que lo que leemos significa exactamente lo que podríamos pensar que significa. Lo que leemos podría estar aludiendo a otra cosa que Dios (o los autores) escondieron de nosotros y por eso debemos ser capaces (o por lo menos hacer el esfuerzo) de descubrir lo que el texto «realmente» quiere decirnos.

 

#2 El significado del texto de la Biblia es eterno

Esto significa que el mensaje no sólo debe considerarse como un producto de un período o contexto histórico en particular sino como una expresión de algo que se relaciona con toda la historia en forma eterna.

 

#3 El texto de la Biblia es perfecto

No hay contradicción ni repeticiones. En las propias palabras de Kugel, la Biblia está saturada de omnisignificando. Todo es importante. Más importante es el hecho que esta premisa provoca en los lectores la siguiente situación: cuando algo no resuena con su propia cultura o comprensión entonces la comprensión del intérprete debe estar confundida porque ¡el texto no pueden estar equivocado!

 

#4 El texto de la Biblia fue dado por Dios

Aunque el texto no dice que Dios fue el autor, la tradición construyó este supuesto proporcionando al texto un nivel de autoridad incuestionable.

 

 

 

Las consecuencias de las 4 premisas

Cómo fue que estas 4 premisas se desarrollaron es imposible de explicar. El hecho es que se desarrollaron y lo hicieron tiempo antes que todos los libros que hoy pertenecen a la Biblia fueran agrupados en uno solo. La mayoría de los lectores modernos cuestionan la naturaleza de estas premisas y no necesariamente las adoptan en forma tan natural como lo hicieron los intérpretes antiguos. Pero es importante remarcar que estos intérpretes antiguos no aceptaban estas premisas sino que las asumían como tales. En su propia educación recibieron la instrucción que así era cómo la Biblia debía ser entendida del mismo modo que nosotros hoy asumimos como un mismo mensaje debe ser asumido en forma diferente dependiendo del contexto.

El poder de estas premisas se hace mucho más significativo si uno reflexiona hasta qué grado las mismas continúan coloreando la forma en la que la gente hoy lee la Biblia incluso si llegan a conclusiones totalmente diferentes a las de los antiguos intérpretes. Muchos judíos y cristianos continúan leyendo la Biblia como una especie de manual de vida o guía sobre cómo vivir (premisa #2). Estas personas no leen la Biblia como una reliquia del pasado. Muy por el contrario, están convencidos que lo que la Biblia tiene escrito se relaciona con sus vidas hoy, miles de años más tarde, e incluso la profecías que allí aparecen se están cumpliendo hoy mismo (otro aspecto de la premisa #2).

Sin decirlo explícitamente, la mayoría de los lectores asume que la Biblia tiene un mensaje coherente de principio a fin el cual no se contradice ni presenta errores (premisa #3). Muchos otros siempre responden diciendo que uno «no ha entendido el mensaje verdadero» de la Biblia porque está interpretándolo en forma errada. Esto significa que el significado no es necesariamente lo que uno lee. Incluso estas personas argumentan que el texto es a propósito críptico y difícil de comprender, como si Dios quisiera que su mensaje tan importante no sea simple de entender (premisa #1). Y finalmente la idea de inspiración divina (premisa #4) es la esencia  que da sentido y autoridad no solo al texto sino a todo lo que muchas personas necesitan creer para que el mismo sea relevante y sus vidas tengan sentido.

 

 

 

¿Leemos la Biblia o la filtramos por otras lecturas?

Más allá de lo que uno pueda pensar de las 4 premisas, no podemos negar que una vez que se instalaron cambiaron para siempre nuestra relación con el texto de la Biblia. Es más, algunas de estas interpretaciones han tenido una durabilidad sorprendente: han logrado que muchos lectores modernos no lean las historias en si mismas sino las filtren a través de estas 4 premisas asumidas por los intérpretes antiguos (sean estos intérpretes judíos o cristianos). Así encontramos que la gente cree muchísimas cosas que la Biblia nunca dijo, por ejemplo que Abraham fue el que descubrió que hay un solo Dios, que el Rey David era piadoso y escribió todo el libro de Salmos o que el Cantar de los Cantares es un largo poema de amor entre Dios y el pueblo de Israel. La Biblia no dice en forma literal absolutamente nada de todas estas cosas. Pero todas estas cosas emergen de la Biblia solo si es leída de acuerdo a las 4 premisas. Ese es el motivo por el cual hasta el día de hoy pisotear algunas de estas premisas puede ponerle los pelos de punta a más de uno.

Para concluir quiero saber, ¿leen ustedes el Tanaj con estas premisas?

Archivado en: Biblia Hebrea: Tora, Profetas y Escrituras, Educación Judía Etiquetado como: interpretación antigua judía, interpretación clásica judía, interpretacion de la biblia, interpretacion judía, pardes

Mi Biblia Favorita

05/02/2015 por Diego Edelberg 64 comentarios

41RSdqI4DmLHace un año que estoy enamorado de una Biblia: The Jewish Study Bible: Second Edition. Ya nombré esta obra en mi publicación 22 Libros y Podcasts sobre Judaísmo que utilizo diariamente y también cuando compartí Mi Revelación, Rebelión, Reconciliación y Revolución Bíblica. ¿Pero qué tiene esta Biblia que tanto me gusta? ¿Por qué voy a dedicarle una publicación solamente a ella?

Por dos razones. Primero, voy a comenzar a compartir más material de esta obra este año. Segundo, esta Biblia representa la unión de lo que forma la esencia de este blog y mi pensamiento: la fusión del estudio académico y la tradición rabínica. Y la palabra clave aquí es fusión. Porque la palabra fusión implica que ninguna aproximación es preferida por encima de la otra sino que ambas son utilizadas en forma honesta, potenciándose para descubrir la verdad más sincera en forma racional y emocional.

 

 

70 Caras para la Tora

Si hay algo que determina la lectura e interpretación de la Biblia por los judíos es el amor y la dedicación al estudio de la misma. La intensidad histórica con la que los judíos hemos estudiado esta obra nunca ha disminuido. Hasta el día de hoy -y especialmente con el estudio académico por parte de los judíos mismos- la Biblia ha recuperado su rol central en la modernidad.

La tradición de la interpretación bíblica, es decir el intento por comprender qué quiere decir el texto, ha sido fuente de una constante conversación (a veces en la forma de fuertes polémicas y controversias) entre participantes que atraviesan miles de años. En ningún momento la interpretación judía fue monolítica o unánime. Si hay una cosa que claramente demuestra la interpretación judía de la Biblia es la diversidad de aproximaciones y la multiplicidad de sentidos que la Biblia misma produce en lectores distribuidos por todo el mundo viviendo en condiciones sociales muy diferentes. La tradición misma declara que hay «70 caras para la Tora» (Bamidbar Rabba 13:15). Esto quiere decir que el texto está abierto a 70 interpretaciones diferentes siendo 70 un número que simboliza mucha cantidad además de integridad numérica.

En consecuencia no hay una interpretación judía oficial de la Biblia.

 

 

Características del Estudio Académico

Esta Biblia -que recomiendo comprar- se destaca por el hecho que todos los que han contribuido con sus comentarios no intentan armonizar sus opiniones con el fin que todo tenga una sola coherencia y manera unívoca de entender lo que el texto sugiere. Esta diferenciación es el sello fundamental del estudio académico que si bien no esta libre de subjetividad (¿qué cosa creada por humanos lo está?) es lo que lo diferencia justamente de la aproximación tradicional que posee lecturas «permitidas» y «prohibidas». Esta última visión «tradicional» con lecturas «válidas versus inválidas» es más tendenciosa y sucede con otras ediciones de la Biblia como las de Artscroll. Artscroll posee ediciones hermosas pero debemos ser siempre conscientes que es una editorial creada justamente con el objetivo de satisfacer el mercado del judaísmo Ortodoxo con obras que poseen comentarios sesgados que son un compendio de interpretaciones tradicionales las cuales evitan el estudio académico aún cuando sus editores hacen un esfuerzo enorme por cautivar al lector moderno con comentarios que parecen pseudo académicos pero están infundados y claramente no poseen elementos serios. Esto no quita que ciertas publicaciones de Artscroll son bellísimas: yo rezo en casa con el Sidur de esta editorial y tengo varios libros puesto que si bien muchas veces «salteo» los comentarios al pie de página, la compaginación y presentación de sus libros me gusta y mucho.

Pero los editores de mi Biblia favorita no declaran poseer la única versión correcta sino ofrecer una posibilidad más para relacionarnos con el texto. Todos estos editores son judíos y al igual que sus antepasados están seriamente comprometidos con el TaNaJ (la forma tradicional como llamamos a la Biblia). Este compromiso es una continuación natural de un proceso que todos los judíos han tenido, incluso desde el momento anterior a que los textos que hoy forman parte de un solo libro que llamamos «Biblia» (literalmente «colección de libros») fueran agrupados. Estas interpretaciones sobre todos estos textos han quedado preservadas en varias formas diferentes: traducciones tempranas al griego y arameo, los Rollos del Mar Muerto, la literatura rabínica y los comentarios medievales y modernos.

Los editores de esta Biblia continúan entonces con ese espíritu de interpretación respetando dos ideas centrales

  1. Ofrecer el mejor academicismo moderno de la Biblia reflejando el modo en el cual la misma es estudiada en las Universidades. Este deseo surge desde una profunda convicción que la aproximación académica no solo que no quebranta al judaísmo del modo que las generaciones previas argumentaron, sino que por el contrario lo potencia. De hecho, la Biblia misma es tan grande,  verdadera y profunda que puede tolerar y superar cualquier aproximación. Creer que no podría hacerlo es disminuir su valor como verdad.
  2. Preservar todo el abanico de interpretaciones posibles que reflejan el compromiso judío con la Biblia por los últimos 2000 años. Esto significa que para todos estos editores el comentario de los rabinos medievales no es considerado obsoleto o «fuera de moda» sino incorporado y estudiando con la misma seriedad con la cual se utilizan las herramientas modernas: contemplando en qué período histórico fue escrito cada comentario (es decir en qué año vivió quien escribió el comentario y cuál era el contexto social, político y religioso que lo llevó a interpretar de una manera y no otra).

 

 Counting Up The Oddities

 

La postura judía ante la Biblia

La esencia de la interpretación judía de esta obra está presente en el hecho que todos los académicos que han contribuido son judíos y comparten ciertas ideas en común:

  • Ven el Tanaj como una obra completa y no como una parte de algo más o el preludio del Nuevo Testamento. Para ellos la Biblia es el Tanaj, ni más ni menos.
  • Evitan palabras como «Bibla Hebrea» ya que es una redundancia desde la perspectiva judía: ¡los judíos no tenemos otra Biblia que la que está escrita en hebreo! Algunos cristianos la llaman «Biblia Hebrea» como sustituto de «Antiguo Testamento» para distinguir a la Biblia de las traducciones griegas o del «Nuevo Testamento».
  • Se toman muy en serio el texto tradicional masorético.
  • Utilizan solo los comentarios rabínicos como parte de la interpretación posicionándose así en el continuo más amplio de la exégesis judía
  • Explican cuando un pasaje bíblico ha influenciado una práctica judía y cómo cierta interpretación ha construido el sentido con el cual educamos en la comunidad judía

 

 

Cómo leer la Biblia

Así como no hay una sola interpretación autorizada, tampoco hay una sola traducción posible de la Biblia. De hecho, las traducciones han sido siempre menos importantes para los judíos que los cristianos porque las lecturas litúrgicas judías de la Biblia (incluso hasta el día de hoy) han sido siempre en el Hebreo original, un lenguaje que hasta hace unos siglos la mayoría de los judíos si bien no eran expertos en su gramática, al menos comprendían. Para los judíos la Biblia oficial es la versión del texto masorético; nunca ha sido reemplazado por alguna otra traducción oficial (como sucede por ejemplo con la Vulgata, la traducción oficial de la Iglesia Católica). De todos modos, como desde el período postbíblico muchos judíos ya no entendían el hebreo antiguo de la Biblia (para muchos ya en su propio contexto el hebreo era un idioma que no se utilizaba cotidianamente ni se entendía), comenzaron a surgir las primeras traducciones hechas por judíos para judíos.

Finalmente, uno de los desafíos más grandes al leer la Biblia de principio a fin es que, a pesar que parecería contener una historia que se desarrolla en forma cronológica, no hay una sola manera de leer esta obra en su totalidad. La Biblia es una colección de libros muy diferentes que fueron puestos todos juntos en uno solo por un grupo de editores quienes decidieron qué entraba y que no entraría. Esto se refleja ya en los diferentes órdenes que han sobrevivido en los manuscritos judíos y en los textos rabínicos. Hasta el día de hoy muchos prefieren leer material acerca de la Biblia antes de lidiar con el texto en si mismo. Para muchos judíos de ayer y hoy es más simple que alguien les lea y les interprete la Biblia en lugar de sentarse ellos mismos a intentar descifrar el significado por cuenta propia. En ese sentido mi Biblia favorita es maravillosa: posee ensayos sobre la historia de la interpretación judía, las traducciones judías, midrashim, el lugar de la Biblia en el pensamiento filosófico judío, el místico y en las tradiciones litúrgicas (cómo se utiliza la Biblia en el rezo y dentro del Sidur).

Aunque no trabajo para la editorial Jewish Publication Society que realizó esta espectacular versión de la Biblia, solo quiero nuevamente recomendar que adquieran una copia (¡si es que leen inglés!) porque voy a ir compartiendo mucho de lo que allí se encuentra. Es en este sentido que esta publicación persigue una doble finalidad: explicarles qué significa y distingue la aproximación académica de otras lecturas; y poder simplemente enlazar de ahora en adelante a esta misma publicación cada vez que siga utilizando mi Biblia favorita.

Me gustaría saber, ¿qué Biblia utilizan ustedes?

Archivado en: Biblia Hebrea: Tora, Profetas y Escrituras Etiquetado como: biblia, biblia hebrea, critica biblica, interpretacion de la biblia

PaRDeS y la Interpretación de la Biblia – Un Huerto Lleno de Deliciosas Palabras

09/07/2013 por Diego Edelberg 43 comentarios

 

Según la tradición judía todo lo que necesitamos saber en la vida está contenido en la Tora. Pero ¿cómo puede uno creer algo así? ¡La Tora tan solo representa los primeros cinco libros de la Biblia! ¿Es realmente un texto lo suficientemente completo como para contener todas las respuestas a nuestras preguntas existenciales?

 

¿Qué ves cuando me ves?

Para poder responder esta pregunta los primeros Rabinos nos enseñaron que la Tora es como un hermoso huerto. Si miramos un huerto, a la distancia no podemos distinguir más que un colorido paisaje. Pero si nos acercamos descubrimos que lo que parece una indistinguible masa de pasto en realidad tiene un potencial maravilloso lleno de hojas hermosas, flores y frutos deliciosos. Si nos aventuramos aún más vemos que los frutos tienen una piel que los recubre. Y si nos esforzamos un poco más pelamos las capas de piel que tiene cada fruto y recibimos una recompensa final que es un alimento delicioso que nos da vida. Así entendemos que lo que parece a simple vista un simple campo, dentro del mismo hay en realidad capas y capas de cosas maravillosas.

 

¿Qué significa la metáfora del PaRDeS?

Huerto en hebreo se dice pardes y esta palabra se encuentra claramente asociada a otra palabra: paraíso. Al arribar a este huerto de Tora la sensación es tan plena que uno siente por un instante fugaz que ¡ha alcanzado el paraíso! ¿Por qué sucede esto? ¿De dónde provienen todas estas ideas sobre capas y niveles cada vez más asombrosos y deliciosos de entendimiento? La metáfora o idea del huerto está asociada con la idea que cada una de las consonantes que forman la palabra pardes (P-R-D-S) son a su vez la letra inicial de cuatro palabras que refieren a diferentes capas o niveles de interpretación posible sobre el mismo texto de la Tora.

 

El Secreto de lo Posible

 

  • La primer letra (P) se refiere a la palabra Pshat (פְּשָׁט) la cual simboliza el sentido más simple del texto, aquel que salta a la vista tan solo por leer el texto sin pensar demasiado. Por ejemplo, cuando Adam desobedeció a Dios y comió del Árbol del Conocimiento hizo algo que sabía no debía hacer. Se sintió avergonzado y por eso decidió esconderse (Génesis 3:8-10)

 

  • La segunda letra (R) se refiere a la palabra Remez (רֶמֶז) que significa “insinuar”. Si reflexionamos en una historia o palabra de la Tora es muy probable que eventualmente la misma nos lleve a pensar acerca de algo más. A medida que repensamos las palabras en nuestra mente las mismas nos transportan hacia recuerdos u actos que hicimos en el pasado. Tal vez, como le sucedió a Adam, recordemos al leer su historia aquella vez que también nosotros nos sentimos avergonzados de algo que no debíamos hacer e intentamos ocultarlo. Así la historia de Adam “insinúa” algo que está directamente relacionado con nuestra vida.

 

  • La tercer letra (D) se refiere a la palabra Drash (דְּרַשׁ) que significa “interpretar”. De ese modo al leer las historias de la Tora las interpretamos como una lección para nuestras vidas. Continuando con el ejemplo de Adam, obviamente Dios sabe dónde Adam se esconde luego de sentir vergüenza. Sin embargo en el relato Dios le pregunta “¿Dónde estás?”. Si interpretamos este texto aprendemos que al hacer esta pregunta Dios quiere que Adam se de cuenta que al intentar esconderse de Dios está en realidad escondiéndose de sí mismo.

 

  • La cuarta y última letra (S) se refiere a la palabra Sod (סוֹד) que significa “secreto”. Esta capa final de sentido es secreta. Y su secreto no radica en el hecho que no puede ser contando o develado sino porque incluso cuando supuestamente hemos alcanzado o entendido su significado, el mismo continúa siendo un misterio. Siguiendo con nuestro relato, según la tradición rabínica Dios le dijo a Adam el día que se escondió que anterior a ese momento Adam era tan grande que podía extenderse desde una punta a la otra del universo; pero ahora y luego de su conducta indebida podía esconderse entre los árboles del jardín del Edén.

 

Un árbol de Vida

Estas cuatro categorías (la simple, la que insinúa algo más, la interpretativa y la secreta) forman la palabra PaRDeS que significa literalmente huerto. La Tora es el huerto del judaísmo. Este huerto está saturado de capas y capas de deliciosas sorpresas. Por eso al sumergirnos en estas palabras aprendemos qué debemos saber y hacer. Al decirnos cómo debemos vivir, la Tora se convierte en el fruto que debe ser pelado de sus cáscaras convirtiéndose en el alimento que nos sostiene. Por ese motivo los judíos llamamos a la Tora un “árbol de vida” (Etz Jaím) ya que de sus raíces brotan los mejores frutos.

Archivado en: Aforismos, Citas, Espiritualidad y Religión, Biblia Hebrea: Tora, Profetas y Escrituras, Cabalá, Judaismo Hoy Etiquetado como: dios, drash, interpretacion de la biblia, kabbalah, la tora, pshat, remez, sentido, sod

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Acerca del Autor

 Hola, soy Diego Edelberg, el fundador del blog Judios&Judaismo.com. Me apasiona todo lo relacionado con la música, el judaísmo, la interpretación, la educación, la mitología, la filosofía, la religión, la ciencia, la historia, el arte, la física, la cosmología, la evolución, la sociología, la epistemología, la metafísica, la cabalá y en especial aquello que resulta contradictorio, paradójico y absurdo. Para conocer más sobre mi y de qué se trata mi blog visitá la sección Acerca del Autor

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