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Judíos & Judaísmo

antiguo, novedoso, sagrado.

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Esto es lo que creo

15/10/2011 por Diego Edelberg 5 comentarios

 

Recuerdo de niño la fábula en la que se le preguntaba al ciempiés qué pie movía primero cuando caminaba y la moraleja era que cuanto mas lo pensaba menos podía caminar.

La moraleja de esa fábula me ha acompañado porque de hecho mucho de los que somos y hacemos es tan irreflexivo que simplemente somos. Y no es hasta que alguien nos pregunta cómo hacemos lo que hacemos o quiénes somos que nos damos cuenta que operamos en forma tan inconsciente en este mundo.

Esta es la razón por la cual las preguntas directas tienden a paralizarnos y es el motivo por el cual en algunas entrevistas laborales hacen preguntas indirectas y tan extrañas como “si fueras un árbol ¿qué clase de árbol serías?”. Porque si nos preguntaran en forma directa “¿quién eres?” nos resultaría terriblemente difícil responder.

Pero aún así la pregunta “¿quién eres?” es una pregunta que todos deberíamos periódicamente hacernos como un ejercicio intelectual para afilar nuestra definición sobre nosotros mismos. De hecho deberíamos tener una idea de quiénes somos no solo para presentarlo al mundo sino y mas importante aún para entender de qué modo entendemos el mundo y la gente que nos rodea. Es muy importante asumir que miramos el mundo en forma subjetiva y tratar de entender y aceptar que filtramos lo que experimentamos de acuerdo a nuestros prejuicios, expectativas, pasiones, historias familiares e incluso nuestros propios esquemas de referencia.

La gente me pregunta a menudo: ¿cuál es el verdadero judaísmo?
Y hay tantas maneras de responder esta pregunta que la estrategia que voy a utilizar esta vez es presentarles ciertos elementos que son lo que yo personalmente creo y lo más importante es que ésta no es una definición acerca de aquello que no soy. Lamentablemente muchas veces nos definimos en negativos siendo de hecho ésta nuestra primera definición sobre quienes somos. Cuando somos niños comenzamos a darnos cuenta que no somos aquella otra persona. Cuando vamos a la escuela primaria y secundaria comenzamos a decirnos quiero ser como esa persona pero no quiero ser como esta otra persona.
Pero cuando uno alcanza un cierto nivel de madurez intelectual uno no debería decir más “lo que no soy es ortodoxo, conservador o reformista”. Esta es una imagen muy mala sobre nuestra propia definición. Una definición mas madura es la que exclama “esto es lo que creo”.
Así que aquí van mis creencias del judaísmo.

 

(1) Creo que la sabiduría judía es dinámica

La sabiduría judía no es estática sino dinámica. Sabio es el que se equivoca, aprende cosas nuevas y cambia. Esto nos lo enseña nuestra propia tradición en Yom Kippur, el día del Perdón, donde reconocemos que Todos (absolutamente Todos) nos hemos equivocado de algún modo u otro y pedimos que se acepte nuestra posibilidad de cambiar para aprender cosas nuevas sobre nosotros mismos.

(2) Creo en la historia

Entre el mosaico de creencias en las cuales el judaísmo forma parte de mi ser ninguna es mas importante que la noción que “creo en la historia”. Esto suena como una definición extraña porque todo el mundo cree en la historia. Todo el mundo cree que suceden cosas a lo largo del tiempo que modifican lo que va sucediendo. Esto es un hecho concreto y decir que uno cree en la historia suena hasta absurdo.

Pero a lo que hago referencia aquí es que creo que el judaísmo que el patriarca Abraham practicaba no era exactamente el mismo que Moisés practicaba cuando aún no se había entregado la Tora. El judaísmo que Moisés practicaba tampoco era exactamente el mismo que Rabbi Akiva practicaba luego de la destrucción del Templo cuando los Cohanim (Sacerdotes) se quedaron sin empleo por primera vez en la historia. Aún más, creo que el judaísmo de Rabbi Akiva no era exactamente el mismo que practicaba Maimonides en siglo XII en España y finalmente creo también que el judaísmo que practicaba Maimonides no es exactamente el mismo que practicamos nosotros hoy en la modernidad dónde vimos el nacimiento del movimiento ortodoxo, reformista, conservador, jabad luvabitch, el sionismo, etc.
Pero lo más importante de todo esto es que creo que esta realidad histórica no representa algo malo o peligroso sino por el contrario es algo positivo y bueno. De hecho es inevitable que esto suceda porque a medida que el mundo va cambiando, a menos que uno este congelado en el tiempo, uno cambia con el mundo mismo. Porque hay cosas que sabemos hoy, verdades de todo tipo incluyendo verdades espirituales, que algunos de nuestros ancestros, que eran tan humanos como nosotros, no sabían.
En el tiempo bíblico la esclavitud era aceptada. En la época en que los rabinos terminaban de redactar el Talmud, la esclavitud era aceptada. Hasta el siglo XVIII entre muchos judíos formados y bien educados la esclavitud era algo aceptado. Yo no creo que exista hoy ni una corriente o movimiento judío que defienda la esclavitud. Esta es una verdad histórica espiritual que encaja perfectamente con la creencia en la historia.
Por lo tanto creo también que el judaísmo de hoy es aún mas sabio que el pasado y creo esto por mi definición de la sabiduría que cree que aprendemos mas y nos convertimos en seres más sabios a medida que el mundo se equivoca, aprende cosas nuevas y cambia.
Por lo tanto la idea que el judaísmo ha sido siempre una sola cosa que nunca ha cambiado es una mentira. Tomando un solo ejemplo de los miles que hay, podemos fácilmente aceptar que quitar los instrumentos musicales de los servicios religiosos fue algo nuevo en la historia que sucedió después de la destrucción del Templo ya que es bien sabido y aceptado por la mayoría de los judíos que los Salmos eran cantados y acompañados con instrumentos musicales. Cambiar esto fue una decisión que alguien tomo y alteró la forma en la cual tradicionalmente se practicaba el judaísmo. Alguien cambio esto.
Y entonces es clarísimo que el judaísmo siempre ha cambiado y esto es algo bueno. Porque el día que deja de cambiar, deja de equivocarse y por lo tanto deja de aprender cosas nuevas.
La historia afecta a la tradición. Siempre lo ha hecho, siempre lo hará y siempre debería hacerlo y yo creo eso. No solo que creo eso sino que incluso aún mejor, no lo niego.

(3) Creo que uno no conoce de judaísmo si judaísmo es lo único que uno conoce

Del mismo modo que hablamos la lengua de la tierra en la que nacemos también absorbemos sus ideas y algunas de ellas están consonancia con nuestra tradición y otras no. Y este es el motivo por el cual Maimonides, uno de los más grandes filósofos de la historia judía, cita una y otra vez en su libro “La Guía de los Perplejos” a un hombre que el llama El filósofo y esa persona es Aristóteles. Aristóteles no era un judío. ¿Por qué esta Maimonides citándolo una y otra vez? Y la respuesta es que Maimonides sabía que Aristóteles también tenía cosas importantes para enseñarnos. En lo personal me resulta muy triste leer y escuchar a muchos de los rabinos de la actualidad quienes jamas citan a un pensador o filósofo que no sea judío. Y esto es una perdida y no una ganancia. Porque tal vez esto los sorprenda pero los judíos somos un poco más de 13 millones en un planeta que tiene mas de 6 billones de habitantes. Y es importante reconocer que el resto del planeta también tiene algo interesante para decir acerca del mundo. Y si uno cierra sus oídos no solo que no aumenta su fe, su piedad y su santidad sino que de hecho disminuye su conocimiento y su sabiduría.

Y en consecuencia creo que no es verdad que los extremistas en la historia son siempre los más auténticos.
Si uno no sabe nada de la historia de Babilonia por ejemplo, resulta muy difícil comprender el Talmud que fue escrito en Babilonia. Y este era el motivo por el cual Maimonides por ejemplo era un médico y sabía de ciencia, matemática y filosofía.
Rashi, el gran comentarista medieval, vendía vinos. Tenia un viñedo, trabajaba la tierra y comercializaba vinos. No solo eso sino que las hijas de Rashi usaban Tefilin en la Edad Media.

(4) Creo en el poder de la mente humana

Con esto me refiero a que creo en la capacidad de la mente humana para desafiar al judaísmo. Esto significa por ejemplo que la ciencia no es una amenaza para el judaísmo. La única razón por la cual la ciencia podría representar una amenaza al judaísmo es si el judaísmo no fuera verdadero. Pero como el judaísmo es verdadero el mismo puede incorporar los descubrimientos científicos porque es parte de cómo Dios creó el mundo. Si no fuera así no podríamos aceptar ni validar ninguno de los descubrimientos de la ciencia ya que la ciencia opera bajo el paradigma evolutivo en el cual las cosas no son estáticas sino totalmente dinámicas y cambiantes. La medicina que nos mantiene vivos, los antibióticos, las maravillas científicas que suceden en el día a día y que no dejan de sorprendernos, la electricidad, el hecho que la gente vive más gracias a los avances médicos, los avances en el terreno de la robótica, la inteligencia artificial, la nano-tecnología (haciendo los procesadores cada vez más pequeños, mas poderosos y mas baratos), las computadoras, la bio-tecnología, la neuro-ciencia, el descubrimiento del código genético, satélites, aviones y todos los demás campos científicos en los cuales los grandes pensadores que allí trabajan desde los fundamentos evolutivos nos sorprenden día a día y que nosotros creemos en ellos, nos beneficiamos y dependemos cada día más de sus avances ¿debemos luego al entrar a la sinagoga decir “pero todo eso no es verdad”?.

Creo que debemos regocijarnos en el poder de la mente humana para seguir descubriendo los secretos del mundo de Dios y no negar estas cosas. Maimonides estudió astronomía, estudio medicina, ciencia, filosofía y estaba convencido que cada cosa que uno descubría en el mundo solo reforzaba la fe y no la disminuía. Si algo es verdadero no puede contradecir nuestra tradición. Este el motivo por el cual Maimonides, la mente más brillante del judaísmo Medieval, sabía que si algo era absolutamente verdadero y la Tora contradecía esa verdad el re-interpretaba la Tora para poder incorporar dicha verdad.

 

(5) Creo que el judaísmo debe ser compartido en forma abierta con todo el mundo

Uno de los mandatos centrales del judaísmo es ser una or lagoim, es decir una luz entre las naciones o pueblos. Para ser una or lagoim debes vivir tu vida en forma abierta hacia las otras naciones o pueblos. Si la única gente con la que vivís son judíos ¿cómo se supone que vas a ser una or lagoim? Si la única gente con la que hablas son judíos, si lo único que estudias y sabes es sobre judaísmo entonces ¿qué tipo de mensaje podes compartir con las demás naciones?

El desafío del judaísmo es traerlo al mundo, no separarlo del mismo. Si los judíos tenemos algo importante que decir deberíamos estar gritándolo desde los balcones o los techos de las casas en lugar de andar susurrándolo unos a los otros. Si uno evita el mundo no-judío entonces uno contradice el mensaje de Dios quien te ha puesto en el mundo para que seas una “luz para todas las naciones”. Por lo tanto uno es más fiel al judaísmo cuando de forma correcta (recordando de dónde viene para saber a donde va) uno se mezcla con el entorno no-judío y va por ejemplo a una Universidad, trabaja con no-judíos, convive con gente diferente, ayuda al Estado no-judío al cual uno también pertenece y se convence a si mismo que la existencia del mundo no-judío no es una amenaza para mí sino un desafío para expandir y hacer crecer mi judaísmo a una plataforma aún más grande. Esta fue la misión de Abraham. Dios le pregunto qué hacía en Ur Kasdim. Dios le dijo que salga de ahí y esparza su mensaje por todo el mundo porque era algo importante que debía ser escuchado.

 

(6) Creo en el profundo y espiritual mensaje que contiene la Tora

Y esto significa que no creo que sea necesario pasarse horas debatiendo si la Tora fue escrita por Dios o no. De todos modos la Tora va ser siempre leída por humanos imperfectos que hacen lecturas interpretativas e imperfectas. Pero de hecho no creo que es necesario pasarse días enteros tratando de descubrir si hay un código secreto en la Tora como si Dios hubiera dejado pistas ocultas que solo las descubriríamos el día que inventáramos computadoras que pueden leer patrones algorítmicos o scanners de alta resolución.

La forma en la cual uno descubre el poder de la Tora es viendo cómo afecta la vida de las personas. Así es como uno descubre el profundo y maravilloso universo de la Tora. La verdad del mensaje de Dios en la Tora y la belleza de sus historias y enseñanzas no surgen cuando uno la analiza con una super-computadora o la expone a miles de combinaciones numéricas de la gematría -es decir la combinación de letras hebreas y números- para demostrar que en efecto es verdad porque no tiene ni un error y por eso hay que creer en ella. Sino por el contrario uno descubre que es verdad cuando ve la manera en que nuestros antepasados bíblicos se equivocan, aprenden cosas nuevas y cambian. Y por ende nosotros al leer una y otra vez la Tora nos equivocamos, aprendemos cosas nuevas y cambiamos.

 

(7) Creo que es fundamental reconocer la legitimidad del Estado Democrático Moderno de Israel

Pocos judíos estaban a favor del Sionismo en un momento histórico donde la mayoría de la comunidad internacional del mundo (algo que ya no queremos recordar) tenía miedo de dar ayuda al Movimiento Sionista mucho antes de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Hoy todos van a Israel y la sienten como propia. Jóvenes que pertenecen a corrientes que originariamente estaban totalmente en contra de la creación de un Estado Moderno Judío hoy hacen viajes espirituales y de estudio y visitan yeshivot gracias a la ayuda de muchos que no pensaron como sus primeros líderes rabínicos. Incluso hoy existen corrientes judías que no reconocen la legitimidad de Israel ni la fortaleza que significa para todos los judíos que vivimos en la diáspora tener un Estado Moderno en Israel. Creo que el modo en el cual los judíos contribuimos construyendo un Estado Judío es ayudando al Estado Democrático Moderno de Israel para que pueda esparcir su mensaje que es en definitiva el nuestro también.


(8) Creo que hay que celebrar la diversidad dentro del judaísmo

Creo en la lealtad a todos los judíos de todas las diferentes denominaciones e interpretaciones, de todas las corrientes sean ortodoxos, conservadores, reformistas, sionistas, seculares, reconstruccionistas, jasídicos, etc. todos ellos. No hay ningún judío ni ninguna corriente del judaísmo que cortaría del grupo porque creo que cada judío y cada corriente nos enriquece con diferentes valores y diferentes mensajes que son también importantes para el judaísmo. Al mismo tiempo hay que entender que es muy difícil evaluar al judío de al lado. A la gente le encanta jugar el juego de quién es un buen judío. Herzl jamas se puso un Tefilin en su vida. ¿Podemos decir que Herzl, el arquitecto del Sionismo judío a quien le debemos entre tantos otros la creación de Medinat Israel, no era un buen judío? ¿Devaluamos a Einstein porque no quería ni le interesaba ir a la Sinagoga? ¿Cómo puede uno evaluar quién hace una contribución a la tradición judía y al pueblo judío? No es tan simple.

Pero algo que si sabemos es que necesitamos el contrapunto de todas las voces del judaísmo porque siempre hemos hecho eso.

Quiero decirles una última cosa antes de concluir. La gente me pregunta ¿por qué los judíos no están unificados en un solo movimiento? ¿Por qué hay tantas corrientes tan diferentes entre los judíos? Y la respuesta es que primero y principal nunca estuvimos unificados. Lean la Tora, lean el Talmud, lean la historia judía y verán que los judíos siempre hemos peleando unos con los otros y es lo que hacemos y siempre hicimos. No es lo único que sabemos hacer pero es lo que hacemos. La ridícula idea que solíamos estar todos juntos y pensar del mismo modo en la antigüedad es un mito. ¿Saben por qué el Templo fue destruido según los Rabinos del Talmud? Por peleas internas y odio entre judíos. Peleas que existían miles de años antes que aparecieran los reformistas, los sionistas, los ortodoxos, etc.

La idea que los judíos tienen múltiples voces dentro de la tradición ha sido siempre verdadera y debemos de hecho ser un coro donde cada parte contribuye al todo de la obra de Dios.
Pero la idea importante aquí es que Dios no quiere un solo modo de ser, un solo modo de entender la vida, una sola manera de leer la Tora, una sola manera de entender la tradición judía e incluso una sola manera de entender lo que quiere porque si fuera así no nos hubiese creando tan diferentes los unos a los otros.  En la Mishna los Rabinos dicen que cuando un Rey estampa una moneda todas las demas monedas son iguales. Pero cuando el Rey de Reyes estampa un ser humano todos los demas seres humanos son diferentes.

Por lo tanto sean conscientes y no crean a quienes dicen que el judaísmo nunca cambió. Siempre ha cambiado y siempre cambiará.
Sean conscientes y no crean si alguien les dice que hay que hacer desaparecer cualquier parte, movimiento o corriente dentro del judaísmo. Necesitamos cada voz y cada discrepancia. Incluso cuando estamos violentamente en desacuerdo. Necesitamos el contrapunto de disonancias como parte de la obra de Dios porque eso es lo que nos ayudó a sobrevivir durante miles de años a todos los grandes imperios y civilizaciones del pasado sin enfrentarnos militarmente sino resistiendo culturalmente acompañándonos como una gran familia que como cualquier familia no siempre esta de acuerdo en todo pero se une en bendición para celebrar cada nacimiento, cada chico o chica que hace su bar o bat mitzvah, cada pareja que llega a la jupá y llorando cada alma, cada nombre que abandona nuestra familia (sin importar si es un soldado israelí secular que nunca comió kasher o el rabino mas obsesivo de la ley). Estos valores junto al poder interpretativo de textos y la recursividad del lenguaje nos han hecho eternos. Y si hay algo que podemos enseñarle al mundo es que ser una or lagoim significa abrazar lo diferente y celebrar la diversidad como hacemos dentro de nuestra propia familia. Esto esta en el corazón del judaísmo y es un mensaje maravilloso para compartir con un mundo que generalmente es indiferente con el sufrimiento ajeno e intolerante con aquel que piensa distinto. Nosotros no somos así. Nosotros abrazamos la diversidad porque entendemos que eso es ser parte de la familia humana.

No crean que la Tora no tiene el poder para transformar vidas. Lo hace continua y constantemente, siempre lo ha hecho y siempre lo hará. Solo hay que acercarse a ella y estudiarla para ver como nos transforma.

Y recuerden que nuestros hijos y la siguiente generación son nuestros constructores y son mejores constructores de mundo cuando entienden más que nosotros. Cuando no cierran sus mentes solamente al judaísmo y nosotros no les sugerimos que solo ahí esta el futuro. Porque el futuro, no aquel que se viene en 40 años, sino el que ya esta siendo hoy y del cual somos testigos de transformaciones radicales en todas las áreas de la ciencia y la tecnología requiere estar formado en el mundo en general y en la Tora. Ya que solo así, como una gran familia judía, continuaremos aprendiendo y aportando cada uno a su manera y en sus propias capacidades nuestras aproximaciones diferentes renovando el espíritu para seguir construyendo juntos y seguir equivocándonos, aprendiendo cosas nuevas y cambiando.

 

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Introducción al Judaísmo Moderno

17/05/2011 por Diego Edelberg 11 comentarios

Si bien se ha desarrollado con la historia de la civilización mundial, la historia judía es única en un aspecto: su falta de territorio.
Este particular aspecto de la historia judía comienza en el año 586 a.C o AEC (Antes de Cristo o Antes de la Era Común) con el exilio del pueblo judío de la tierra de Israel a Babilonia. En el año 70 d.C o EC (Después de Cristo o Era Común) se exacerba aún mas este aspecto con la destrucción del segundo Templo por los romanos y la comunidad judía se esparce por todo el área conocida como la diáspora.
En 136 d.C o EC se vuelve aún más compleja la situación con la derrota de los judíos por Roma, la destrucción de una entidad independiente en la tierra de Israel y finalmente los judíos se esparcen ahora a lo largo de todo Medio Oriente y eventualmente hacia Europa, el norte de África y otros lugares. Éste es el más particular y fascinante aspecto de la historia judía.

Por miles de años viviendo sin un gobierno común, sin un lenguaje común, sin una tierra común ¿Cómo es que los judíos poseen una historia? ¿Hay realmente algo que los judíos tienen en común desde la Monarquía de Israel (desde el período bíblico digamos) hasta las comunidades judías de hoy?

Esta es una pregunta muy interesante ya que sin tener un territorio común y por un gran período de tiempo, los judíos se movieron de un país al otro trayendo con ellos su propia cultura pero al mismo tiempo absorbiendo de la cultura general un remarcado grado de costumbres ajenas a las propias.

¿Qué tienen en común los judíos de Babilonia o los judíos del Imperio Romano con los judíos del mundo árabe o los judíos del Medioevo cristiano o los judíos del Renacimiento italiano o los judíos del siglo XIX en Alemania?
Y ciertamente ¿Qué tienen en común los judíos hoy en el siglo XXI entre por ejemplo los que viven en Israel y los judíos viviendo en Argentina? Es más, cada comunidad aspira ser La comunidad pero ¿no hay diferencias en términos de fundamentos, asociaciones e interpretaciones?

No voy a responder a estas preguntas. Es más, no creo que pueda realmente hacerlo. Pero invito a reflexionar: ¿Podría ser que el judaísmo no quiere una definición porque eso le permite encontrar el enunciado que le sea coyunturalmente más conveniente? ¿Existe una sola cosa que todos los judíos tienen en común? ¿Hay alguna practica que alguien podría decir que todos los judíos realizan por igual? ¿Hay algo que todos los judíos sin excepción cumplen por igual?
Como dije, no voy a responder estas preguntas, pero simplemente quiero remarcar este asunto que es para mí el aspecto más fascinante de vivir sin una tierra común o vivir fuera de una tierra que consideran casa. Los judíos en este sentido parecerían ser los eternos expatriados.
Podríamos decir que la falta de territorio es el componente crucial de la singular experiencia judía.

El impacto de la modernidad

A pesar de la discontinuidad temporal y espacial histórica, los judíos de todos modos siempre actuaron como un grupo definido y consciente de si mismo. En otras palabras, actuaron como una corporación y eran tratados como una corporación.
En la Edad Media por ejemplo los judíos eran considerados una especie de corporación legal. Auto-gobernados por su propias leyes interpretados por los Rabinos y “tolerados” por gobiernos locales.

Esa forma de vida estaba determinada por el Calendario Judío (Luaj) y cada acción desde que nacían hasta que morían era de acuerdo a la Ley Judía. En el contexto de los judíos mudándose de lugar en lugar, de cultura a cultura, siempre llevaron su forma de vida a todos lados y llevaban consigo mismos este tipo de relación con sus propias Leyes y su propio Calendario.

Solo en la modernidad se comenzara a utilizar el calendario gregoriano por todo el mundo occidental. Es decir que hablar del año 2011 con tanta naturalidad como lo hacemos hoy es un fenómeno moderno. En la antigüedad, pueblos como los Mayas, los Incas, los musulmanes, los cristianos y los judíos (entre tantos otros grupos) usaban sus propios calendarios. Parte de reconocernos modernos es adoptar para nuestra vida cotidiana el calendario gregoriano con los nombres de la semana basados en Dioses mitológicos.

Solo en la modernidad y con la creación de los estados modernos los judíos comenzaron a recibir ciudadanías junto al resto de los habitantes que compartían el espacio geográfico con ellos y necesitaron por lo tanto redefinir su status social y como consecuencia de este proceso perdió fuerza la autorregulación judía por parte de su propia Ley. Recibir ese status de ciudadano fue un fenómeno de la modernidad y es un proceso histórico que sucedió mas allá del control que los judíos podían ejercer sobre sus propias  corporaciones provocando el debilitamiento de las mismas.

Este es un suceso que hoy ya no puede ser frenado a menos que los judíos renuncien a su ciudadanía (y en consecuencia se cambien de país para no ser arrestados por estar de forma ilegal en el país) o de algún modo desaparezca el concepto de ciudadano. Un ciudadano es alguien que ocupa un territorio determinado, habla una lengua determinada, es representado por un himno y una bandera determinada y tiene derechos y obligaciones para con respecto al Estado y el espacio que físicamente ocupa.

En los tiempos más recientes -nuevamente esto pone en primer plano el asunto sobre qué es lo que le sucedió a los judíos en los últimos cuatro siglos del mundo moderno- con el advenimiento de los estados modernos, el sentido de conciencia de grupo, de afiliación religiosa ha disminuido para muchos judíos. Ese sentido de ser Una comunidad (lo sean o no) parecería haberse extenuado en la actualidad.

Y por lo tanto el problema del judío viviendo en los últimos siglos es justamente el de definir qué es ser judío. ¿Cuál es la naturaleza de esta corporación? ¿Cómo explicarla si la situación ha cambiado en muchos aspectos?

La historia judía no sucede aislada del mundo

Estudiar la historia judía requiere algo que puede resultar obvio para muchos de Uds. pero necesito dejarlo bien claro.
Uno no puede estudiar la historia judía aislada de los eventos que suceden alrededor.

El judaísmo Medieval no puede entenderse (ni tampoco el pensamiento de los judíos medievales) sin consultar que sucedía en el mundo medieval global. Maimonides o Rashi no vivieron fuera del espacio y el tiempo y es esencial entender qué sucedía en el mundo y en donde ellos residían para entender cómo interpretan los textos judíos del modo que lo hicieron. Del mismo modo y tomando otro ejemplo, no se puede entender el Sionismo sin comprender el fenómeno global de los Nacionalismos como un suceso histórico mundial determinado que sucedió.
Tomamos esto por obvio pero como veremos a continuación, muchos judíos que han estudiado su pasado, lo han hecho como un fenómeno aislado.
Para realmente comprender esta comunidad, sus textos y su historia es necesario engancharse con el resto del mundo y ver los patrones de interacción y comunicación entre culturas. Algo que va sucediendo constantemente al definir la identidad judía.

La aproximación judía tradicional

Vamos  a presentar 2 formas de aproximarse a la historia judía.

Comenzaremos por lo que podríamos llamar la (1) aproximación judía tradicional. La aproximación judía tradicional esta incorporada en la asunción básica  heredada en la tradición judía per se.

Esa aproximación asume lo siguiente: la historia es un devenir lineal, comenzando con el principio del tiempo y desarrollándose como un Drama divino culminando con la llegada del Mesías en la era Mesiánica y el advenimiento de la historia y el mundo a un tiempo perfecto.
Básicamente comprender esta aproximación es comenzar con la Biblia.

¿Qué es la historia para esta aproximación tradicional? Es la historia de Dios y su relación con una comunidad sagrada, la comunidad sagrada de Israel, y el devenir de esa relación es la historia del pasado, el presente y el futuro judío.
Los eventos suceden no por factores sociales, políticos o económicos sino por la voluntad de Dios.  La voluntad de Dios es el principio gobernador de todo a través del cual determinamos cuales eventos suceden y porque suceden.
Por encima de todo esto, esta aproximación asume que la Biblia es en si misma un documento divino. Dictado por el mismo Dios y supone los principios básicos por los cuales Dios actúa.

Los causantes de la experiencia que los humanos tienen son dados en su relación con Dios: ¿son buenos, son morales, son correctos? o ¿son malos, son inmorales o son incorrectos? o ¿Hemos desobedecido a Dios? Esta es la pregunta Bíblica y Talmúdica. Un judío que vivía durante el período Bíblico o Medieval se preguntaba «¿qué hemos hecho para merecernos esto?». Y hay que entender esto para entender cómo pensaba este tipo de judío y ser humano en general.

Los factores sobre la ética y moral humana, es decir el modo en que los judíos se comportaban, definían más que ningún otro factor la naturaleza de la historia y por sobre todo la literalidad de la liturgia y el rezo judío.

Para esta aproximación, el exilio o la palabra hebrea galut es causado por los judíos al romper el pacto de compromiso con Dios.  Una causa que no va a ser superada hasta que Dios permita que se arrepientan y Él mande su propio Mesías.
La noción por lo tanto de exilio y arrepentimiento, de tierra y sin territorio que mencionamos al principio lleva ahora una carga teológica.

Claramente la noción de exilio no es solo estar físicamente fuera de la tierra de Israel sino que implica también una expulsión teológica: Dios está castigando. Has desobedecido, has roto el pacto y por ello Dios te está castigando obligándote a vivir en la diáspora, en el exilio (moral y físico) hasta que en algún punto regresaras cuando te hayas arrepentido de tus pecados.
Esta visión particular está impresa en toda la liturgia del libro de rezos judíos: «debido a nuestros pecados fuimos expulsados de nuestra tierra».

Notémoslo nuevamente: no fuimos expulsados por problemas políticos, sociales o económicos tanto internos como externos. Fuimos exiliados porque pecamos. Nuestra moral es la causa principal por la cual Dios interviene en la historia y la transforma para crear esta condición de estar sin territorio.

Esta visión hasta el período moderno era la visión predominante a través de la cual los judíos se habían visto a si mismos y habían entendido su condición y su devenir histórico. Esta visión le explicaba o justificaba a los judíos las condiciones de persecución, odio y animosidad hacia ellos como el resultado de Dios poniéndolos a prueba y castigándolos una  y otra vez con el exilio, forzándolos a castigarse por los pecados de sus antecesores.

La aproximación judía moderna

La segunda aproximación es la que estamos haciendo nosotros y es la que comienza con la modernidad.

Podríamos llamar ésta la (2) aproximación del siglo XIX. Nos estamos refiriendo a los primeros judíos que comenzaron a ver su propia historia desde una perspectiva distinta a la tradicional judía.

Estos judíos era conocidos como la Escuela u Organización de la “Ciencia del Judaísmo” (Wissenschaft des Judentums). Los miembros de la «Organización para la Ciencia del Judaísmo» del siglo XIX eran judíos académicos que intentaban ser lo mas objetivo posibles pero no lo eran ya que pre-establecían qué había y que no había que saber del judaísmo tomando esta decisión a la luz de la situación presente en la que se encontraban. Como la Ciencia racional era lo que estaba de moda en su momento estos judíos académicos no querían mostrar ciertos aspectos del judaísmo que resultaban irracionales como el «mesianismo» o el misticismo (Cabalá). Además todos estos intelectuales se encontraban viviendo un período muy peligroso debido al resurgimiento del antisemitismo en Alemania y Europa que estaba aumentando en el siglo XIX y hacía muy difícil la vida de los judíos.

El judío mas destacado y pionero en esta área de historia judía según una visión moderna es Heinrich Graetz. Graetz fue un importantísimo historiador judío que escribió 11 volúmenes sobre la historia de los judíos enseñando y delineado a todos los historiadores siguientes sobre cómo entender la historia judía.  Para Graetz la historia judía estaba compuesta de dos factores:

  1. una historia intelectual compuesta por Rabinos y pensadores sobre el pensamiento judío. No es ni una historia social, ni económica, ni política sobre los acontecimientos que delinearon la historia judía. Lo que le interesa a Graetz es descubrir cómo fueron apareciendo y pasando los textos judíos de una generación a la otra. Tratar de entender por qué cada judío entendió o interpreto los mismos pasajes bíblicos en forma diferente de acuerdo al tiempo que le toco vivir. Es una historia sobre las ideas judías a través de los siglos.
  2. El segundo factor de la Historia según Graetz se basa en “poner las cosas en orden”. Graetz estaba obsesionado en querer responder ¿por qué los judíos han sido tan mal tratados desde tiempos inmemorables? ¿Por qué siempre han sido odiados y perseguidos? ¿Por qué han sido privados de sus derechos? Claramente al querer responder estas preguntas lo que Graetz intentó hacer es demostrar que en realidad los judíos era modernos y debían ser bienvenidos por el mundo occidental. La historia de los judíos debía ordenarse y por ende su versión de la historia intenta “poner las cosas en orden”. La historia debía ser contada con propiedad para que los judíos no sean mas vistos como inferiores por el mundo occidental o como ciudadanos de segunda clase.

Y por eso lo que ocurre cuando uno lee a Graetz es que descubre que cada vez que él se enfrenta con algo que no entiende porque no resulta racional o moderno o significativo para la cultura de su propio tiempo decide “meterlo abajo de la alfombra” escondiendo o evitandolo.

Tomando un ejemplo concreto, Graetz no simpatizaba con el misticismo judío. No le gustaba la «Cabalá» o el «Mesianismo». A Graetz no le gustaba las cosas que resultaban irracionales porque de hecho para Graezt la religión era algo racional y gran parte de su obra intenta entender la historia judía en términos racionales. Por lo tanto si uno quiere conocer la historia del Misticismo judío y la Cabala el ultimo lugar para buscar es en Graetz porque no publicó aquello que no quería que la gente de su época viera como irracional o sin sentido.

No existe una historia objetiva

Estas son dos posibles aproximaciones a la historia judía: (1) la tradicional judía y (2) la moderna.

Como todas las cosas, las dos aproximaciones tienen cosas buenas y malas y un intento sincero debe considerar y superar las dos aproximaciones.

Decir que todo sucede por causas divinas (mas allá que yo pueda estar convencido totalmente de ello) no puede ofrecer un mínima comprensión sobre cómo se comportan las personas y las instituciones. Justificar todo debido a que Dios así lo quiere no estimularía el intento por querer comprender porque sucede lo que sucede y conllevaría de hecho a una constante repetición de los mismos errores o aciertos.

Tal vez al haber escrito esto debería mencionar algo aún mas importante: No existe una Historia Objetiva.

Este es el motivo por el cual tenemos historiadores releyendo  a otros historiadores pensando el pasado y lo que sucedió en el contexto del presente. Vivimos en el  siglo XXI aunque podamos hablar la Edad Media y por lo tanto debemos aceptar que somos seres subjetivos como cualquier otro ser subjetivo que existió en la historia y nunca podremos evitar entender lo que sucedió desde una perspectiva que esta de acuerdo con el tiempo que nos toca vivir y a nuestros propios esquemas de referencia basado en un tiempo y espacio totalmente distinto al de nuestros antepasados.

Lo que uno puede hacer como ser humano es esforzarse para darse cuenta cuando no esta siendo objetivo (debido a las propias pasiones y justificaciones que uno necesita para sostener la coherencia de estar de acuerdo con uno mismo en lo que dice y hace) y limitarse al querer presentar ciertos aspectos del pasado que realmente uno ignora.

Dios. Tora. Israel

Nuestro objetivo principal es concentrarnos en la historia judía de los últimos 400 años para poder entender el judaísmo que vivimos hoy. Para poder relacionar y comprender las distintas corrientes que fueron surgiendo en los últimos 400 años como respuesta al fenómeno de la modernidad vamos a utilizar una herramienta que nos va a ser de gran utilidad.

Esta herramienta la llamo la tríada (puesto que esta compuesta de tres elementos). Estos tres elementos son Dios, Tora e Israel.

Primero comenzaremos con Dios.

Toda la historia judía está relacionada con Dios. A su vez, Dios es un tema central en el pensamiento intelectual de la historia universal y en especial en la modernidad.

La pregunta principal que resurge en la modernidad es por supuesto: ¿hay un Dios? ¿Como sabemos que hay un Dios? Si Dios es quien hace que todo suceda (como vimos en la aproximación judía tradicional), si es Dios el que da la forma y permite que todo lo que tiene que suceder suceda, ¿cómo explicamos el sufrimiento, las persecuciones y aniquilamiento judíos? ¿Cómo se explica Dios en el contexto de un nuevo mundo que se auto-denomina secular? ¿Puedo ser judío y no creer en Dios? Si me reconozco humano y limitado, incapaz de realmente poder entender a Dios o explicar porque suceden las cosas, ¿Debo agradecerle por todo lo que sucede? ¿Debo decirle gracias desde los mas profundo de mi ser y con todas las intenciones de mi corazón aún cuando un terremoto seguido de un tsunami aniquila en un día miles niños?

Responder estas interrogantes es hoy no solo un tema para muchos judíos sino para cristianos e incluso musulmanes. ¿Cómo concibo el mundo secular moderno con Dios como parte del mismo si ambos son de algún modo antagónicos? Si Dios estaba en Auschwitz moviendo las piezas cósmicas para que eso sucediera, ¿como puedo amar ese Dios? Si Dios fue quien guío a Hitler a hacer lo que hizo, ¿cómo puedo decir que Hitler era culpable si es Dios el que realmente maneja y decide las cosas? Si no es así y el hombre elige o posee libre albedrío, ¿Qué rol o función desarrolla Dios? ¿Un simple y perverso observador?
Todas estas preguntas tienen hoy respuestas diferentes y responden a distintas maneras de articular lo judío en la modernidad.

La segunda cuestión es Torá.

Por Torá entendemos literalmente los cinco libros de Moisés (Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio).
Pero acá hacemos referencia a la Torá en un sentido mucho más amplio.

La Torá como el fundamento de lo que los judíos hacen, de la actividad judía. O para usar otra palabra, las mitzvot o mandamientos. Mandamientos rituales, mandamientos morales y mandamientos irracionales.

En otras palabras, qué es lo que Dios me pide que haga es la cuestión de Torá. Un judío en la era pre-moderna tenía clarísima la respuesta sobre qué es lo que Dios quería que hiciera: se trataba de cumplir con los 613 mandamientos que habían sido articulados por los Rabinos y puestos en la forma de un código que decía que los judíos deben observar estos mandamientos.

La pregunta que surge en la modernidad es: ¿los judíos deben seguir observando estos mandamientos? ¿aceptamos aún la tradición de una revelación divina? ¿los dictados de las leyes rabínicas? De hecho, si respondemos que no a estas preguntas, ¿cómo podemos definir la identidad judía? Si estos requisitos ya no son relevantes o válidos, ¿qué cosas hace un judío para expresar su particularidad judía? ¿Aprende hebreo? ¿Come “comida judía”? O ¿“se siente” judío? ¿socializa con judíos? ¿vive en Israel? ¿Qué hace? ¿Va a la sinagoga todos los días y con eso alcanza?

Qué hace a una persona judía es esta segunda cuestión sobre la Tora. Lo que intento decir es cómo definimos la practica judía. Decir quiero ser judío es una cosa. Hacer algo que es judío se convierte en la modernidad en una respuesta mucho mas compleja que los judíos tienen problemas en responder.

El tercer elemento de la tríada es Israel.

Y aquí hacemos referencia a Israel no en el sentido del País, aunque también es parte de la cuestión, sino de todo el tema que por siglos ha atravesado a los judíos y se ha potenciado a partir de la modernidad y es en cuestión la particularidad o singularidad judía.

En un mundo globalizado y universal, ¿por que deben los judíos permanecer separados y distintos de los demás? ¿por qué no pueden juntarse los judíos con los cristianos o musulmanes? ¿quien necesita nacionalismos? ¿quien necesita diferencias? ¿quien necesita categorías de separación entre judíos, cristianos, musulmanes? ¿por qué no pueden los judíos casarse con no judíos? ¿por que no podemos romper las barreras? ¿acaso no es que el amor todo lo puede?  Y por lo tanto en un mundo abierto donde todos somos hijos del mismo Dios, ¿por qué debemos decir que los judíos son diferentes a todos los demás?

Estas son todas preguntas muy difíciles en la modernidad. Antes de la modernidad estas preguntas ni siquiera surgían porque los judíos vivían segregados del resto de las comunidades y los cambios de la modernidad fueron impuestos sobre los judíos mas allá del control que ellos mismos podían ejercer. Antes de la modernidad los judíos sabían que eran judíos porque así eran definidos incluso por los no judíos. Los gobiernos cristianos y musulmanes sabían quienes eran los judíos. Eran ese grupo del libro (este título de «pueblo del libro» se lo pusieron los musulmanes).

Pero en la modernidad surge en la historia una necesidad de crear una cultura homogénea donde cualquiera es un alemán, un ingles, un francés o un argentino.

Por lo tanto este tercer elemento de la tríada se pregunta ¿por qué y para qué crear y sostener estas barreras de separación judía? ¿por qué y para qué preservar el judaísmo?

Y aquí surge la pregunta mas difícil: si es realmente la universalidad el ideal que perseguimos como humanidad, ¿para qué crear en la modernidad un estado judío independiente en la tierra de Israel. ¿Cual es la racionalidad de un estado singular y particular israelí? ¿Por qué miles de judíos sintieron la necesidad de crear un sitio separado para ellos que nada tiene que ver con el judaísmo de la monarquía de David sino con la democracia moderna? ¿Hay justificación para un nacionalismo israelí?

Conclusión de la Introducción

La modernidad es un suceso que aconteció en la historia y cambió drásticamente el tipo de preguntas que el judío comenzó a hacerse.

La pregunta mas difícil de la modernidad es responder ¿cual es el particularísimo o singularidad judía? ¿Que lo hace único o diferente? ¿Es acaso algo único o diferente?
Dios y la practica judía van a estar relacionados con cómo defino mi identidad judía.

Las preguntas más difíciles que un judío deberá responder ahora son: ¿Por qué tengo que ser distinto? ¿por qué tengo que estar separado? ¿Cómo hago para justificar esta noción de estar separado o ser diferente en un mundo que me presiona a llevar acabo una hermandad universal basada en el principio de la globalización y de la valorización de mi ser en un marco capitalista?

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