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Judíos & Judaísmo

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¿Quiénes fueron los Rabinos?

20/06/2014 por Diego Edelberg 5 comentarios

 

¿Son o fueron?

Quizás lo primero que llama la atención sobre esta publicación es el título. ¿Por qué hablo de quiénes fueron los Rabinos si aún los rabinos existen? La realidad es que no me estoy refiriendo a los rabinos que uno conoce hoy en día sino a los primeros y más antiguos maestros de la tradición judía en la historia, aquellos que inventaron el rol y el nombre de «Rabino». Sabemos que la Biblia Hebrea en ningún momento menciona a los Rabinos y por eso uno podría tranquilamente preguntarse ¿dónde y cuando surgieron los primeros rabinos de la historia? Y ya que estamos, ¿por qué y para qué surgieron?

 
 

Las raíces

Los primeros Rabinos de la historia fueron los que configuraron el judaísmo que nosotros hoy conocemos y practicamos basándose y continuando las enseñanzas de los fariseos. Por su puesto que los primeros Rabinos no llamaban a su propia tradición como rabínica puesto que el título “Rabino” no existía aún (recuerden que Hillel era llamada “el anciano” indicando «el sabio»). Pero eventualmente los fariseos desaparecieron o mutaron hacia los primeros Rabinos. Y cuando esto sucedió, a lo largo de los siglos siguientes este grupo de Rabinos adoptó títulos diferentes definidos por distintos tiempos y lugares.

 
 

Tannaim y la Mishna

El primer grupo de Rabinos que surgió de los fariseos vivió en la Tierra de Israel desde el año 70 de la Era Común (después de Jesús) hasta el 200. Este grupo es conocido como los tannaim (singular tanna). Fueron los tannaim los que escribieron la Mishna, el primer documento que sentó las bases de las enseñanzas Rabínicas e influenció en forma notable a todas las generaciones posteriores de judíos los cuales construyeron sobre dicho documento nuevas interpretaciones utilizándolo como guía autorizada. La palabra tanna significa maestro. 

 
 

Amoraim y la Guemara (Talmud)

El segundo grupo de Rabinos que continuó a los tannaim es conocido como los amoraim (singular amora) los cuales vivieron entre el 200 de la Era Común hasta el 550 tanto en la Tierra de Israel como en Babilonia (hoy en día Irak). Este segundo grupo se dedico durante casi 450 años a escribir comentarios sobre el texto de la Mishna. Estos comentarios son llamados Guemará y el estudio de la Mishna con la Guemara es lo que conocemos como Talmud. Junto con la Biblia Hebrea (el TaNaJ) y la Mishna, el Talmud forma la base de la cual se desprenden todas las ramas interpretativas del judaísmo como lo conocemos hoy. Amora también significa maestro pero hace referencia a un instructor de contenido oral.

 
 

Los Gueonim y las responsas

Finalmente el tercer grupo de primeros Rabinos que continuaron desde las raíces de los fariseos son los que históricamente pasaron a ser llamados Gueonim. Estos Rabinos vivieron entre el 600 y el 1000 de la Era Común también en Babilonia. Si los primeros Rabinos (los tannaim y lo amoraim) habían pasado siglos construyendo cómo debía ser el judaísmo rabínico, los Gueonim se encargaron de sistematizar y definir cómo es el judaísmo rabínico. Los Gueonim (singular Gaón) dieron por cerrado el contenido del Talmud para todas las generaciones siguientes y codificaron el rezo judío, el calendario y todo el complejo sistema de bendiciones, entre tantas cosas más. Pero en lugar de agregar nuevos comentarios al Talmud iniciaron ellos mismos un nuevo género de literatura rabínica conocido como responsa, es eso: respuestas directas a cartas que llegaban con preguntas que eran enviadas por judíos dispersos por el todo el mundo (Europa, Africa y Asia) preguntando justamente cómo practicar el judaísmo. Este género de responsas tuvo tanto éxito que de hecho los judíos aún lo utilizan como medio principal para debatir las prácticas judías. La palabra Gaón significa Su Excelencia.  

Archivado en: Educación Judía, Judaísmo Antiguo Etiquetado como: bagdad, fariseos, Halaja, Hillel, primeros rabinos, talmud

¿Quiénes fueron los fariseos?

16/06/2014 por Diego Edelberg 7 comentarios

 
 

Los primeros liberales bíblicos

Los fariseos fueron una especie de partido político-religioso en el antiguo Israel alrededor del momento en que Jesús nació. Hoy los consideramos “liberales” en el sentido que creían que el texto de la Biblia debía ser interpretado y no necesariamente entendido literalmente. Esta afirmación surgía de su declaración que junto con el inmutable texto de la Tora Escrita (revelada en el Sinaí por Dios a Moisés) también se había revelado una tradición oral que justamente consistía en una suerte de “sistema” para interpretar el texto de la Tora y derivar aplicaciones de la misma que no están literalmente escritas.

Los fariseos, influenciados por la filosofía griega, fueron también uno de los primeros grupos judíos en enseñar que hay vida después de la muerte (una noción que no figura en la Biblia Hebrea salvo un comentario final en el libro de Daniel que justamente fue escrito bajo dominio helénico/griego). Si bien en sus enseñanzas decían que en la vida después de la muerte Dios recompensaría a los justos, transmitieron a sus seguidores que debían servir a Dios sin esperar recompensa alguna sino por amor. En algún punto el judaísmo rabínico es el judaísmo que iniciaron los fariseos.

 
 

Las enseñanzas de los fariseos en Jesús

Hay muchos paralelismos entre los dichos de Jesús y las enseñanzas que nos llegaron de los fariseos. Por ejemplo, Jesús declaró que cada vez que dos personas se congregan en su nombre el está entre ellos. El paralelo fariseo de esto es que cuando dos judíos se sientan a estudiar las palabras de la Tora de Dios, la presencia divina habita entre ambos. Esto presenta el arquetipo en la diferencia de aproximación a la religión o la fe entre los judíos y los cristianos. Para los cristianos Dios está presente en el cuerpo y la vida de Jesús. Para los judíos Dios está presente entre las palabras de la Tora. La palabra para los judíos no se hace carne sino que permanece palabra en su sentido más complejo de abstracción.

 
 

Los saduceos, las visión negativa de los fariseos y las lecturas literales de la Biblia

El partido político-religioso más famoso que se opuso a los fariseos en su propio tiempo es el que conocemos como saduceos. Básicamente lo que los diferenciaba (¡lo cual no es poca cosa!) era su oposición a la idea de interpretar el texto de la Tora modificando su sentido literal. Los saduceos insistían en la estricta observancia de lo que está escrito en la Tora no agregando ni quitando nada de lo que ahí se lee.

Pero los fariseos son descriptos también en forma muy negativa en algunos fragmentos del Nuevo Testamento. Por eso muchos crecen con los ideales que este grupo fue lo peor del antiguo Israel. Sin embargo muchas de las enseñanzas principales de los fariseos salpicaron las ideas de una nueva religión que nacería siglos más tarde fusionando parte de la revelación Escrita y parte de lo que enseñaban los fariseos mismos agregando por su puesto nuevas profecías. Esta religión fue obviamente el cristianismo quien adoptó  de los fariseos (según académicos como Lawrence Hoffman) la idea que el atributo más importante de Dios era Su amor por los seres humanos. No solo eso sino que los fariseos fueron los primeros en introducir los servicios regulares de plegarias, el agradecimiento después de las comidas y un sistema comunitario de caridad para ayudar a los más pobres. Recordemos que antes que ese momento la manera para comunicarse con Dios en Israel era a través de un complejo sistema de sacrificios llevados a cabo únicamente por un familia cuya herencia estaba definida por un linaje hereditario (me refiero a los Cohanim o Sacerdotes).

 
 

Hillel el anciano

El fariseo más famoso fue un hombre llamado Hillel “el anciano” que nunca fue llamado Rabino puesto que aún los rabinos no existían como grupo. De Hillel tenemos una colección de dichos que figuran entre “Los Grandes Éxitos” de la herencia rabínica:

Sed de los discípulos de Aarón, que aman y procuran la paz, que aman a sus prójimos y los acercan a la Tora.

Quien busca el prestigio pierde su reputación; quien no aumenta [su estudio de la Tora], lo disminuye; quien se niega a enseñar [Tora] merece la muerte; y quien se aprovecha de la corona de la Tora, desaparecerá.

y la cita más famosa…

Si yo no estoy para mí, ¿quién lo estará? Y si estoy solo para mí, ¿qué soy? Y si no es ahora. ¿cuándo?

Una de las mejores publicaciones de este blog sobre todo este tema es un podcast de 35 minutos que explica el nacimiento y legado de los fariseos. Para profundizar el tema simplemente visiten el siguiente enlace: Nacimiento y Legado del Judaísmo Rabínico.

Archivado en: Educación Judía, Judaísmo Antiguo Etiquetado como: cohanim, el cristianismo, Hillel, midrash, rabinos, saduceos, sectas, talmud

¡El Rabino más pesado!

24/01/2014 por Diego Edelberg 1 comentario

Pirkei Avot

En este blog he escrito mucho acerca de qué es la Mishna en publicaciones como La importancia de entender qué es la Literatura Rabínica – Mishná, Guemará Talmud y Midrash y La Ley Judía y El Judaísmo Rabínico: breve historia de la Halaja

Pero en esta oportunidad quería dedicarme a resolver un misterio dentro de la Mishna misma, en uno de los tratados más preciados: Pirkei Avot. A diferencia de otros tratados más “rígidos” dentro de la Mishna, Pirkei Avot ha sido desde siempre uno de los favoritos de los judíos debido a que está compuesto por consejos de vida siguiendo la sabiduría de los primeros rabinos. El contenido central de este tratado lidia con temas de teología, ética y máximas de comportamiento existencial que son tan maravillosas que nunca pasan de moda. Es en este tratado por ejemplo, donde encontramos una de las frases más famosas de la literatura rabínica atribuida a Hillel:

Si yo no estoy para mí, ¿quién lo estará?

Y si yo estoy sólo para mí, ¿qué soy?

Y si no es ahora, ¿cuándo?

Sí, es increíble la simpleza y la profundidad de este pasaje. Creo que intentar analizarlo no tiene mucho sentido. Solo alcanza con leerlo para darse cuenta que estamos lidiando con una verdad absoluta de la existencia humana.

 

El Rabino más pesado

Sin embargo vamos a sumergirnos en otro pasaje de la Mishna. Y antes de explorarlo quiero contarles de dónde estoy usando mi fuente de referencia para entenderlo. La semana pasada terminé de leer Sage Tales: Wisdom and Wonder from the Rabbis of the Talmud, el último libro del Rabbi Burton Visotzky. Rabbi Visotzky visitó Hong Kong el año pasado y tuvimos la posibilidad de estudiar con él por una semana. Su especialidad es el Midrash y la verdad fue un placer sumergirse en dicha literatura de la mano de Visotzky. Cuando uno lo escucha hablar y enseñar siente que está ante una enciclopedia con piernas. Por eso antes de seguir presento aquí al Rabbi Visotzky porque lo que voy a compartir a continuación pertenece a su libro Sage Tales.

Pero antes que nada les aviso que si están pensando que el rabino más pesado es Visotzky les anticipo que no me refiero a él, sino a Rabí Eleazar ben Araj. En el capitulo 2 del Pirkei Avot en la Mishna leemos:

Raban Iojanán ben Zakai solía decir: si todos los sabios de Israel estuvieran en un platillo de una balanza, y Rabí Eliezer ben Húrkenos estuviera en el otro, él solo inclinaría la balanza a su favor. Aba Shaúl dijo en su nombre: si todos los sabios de Israel, incluyendo a Rabí Eliezer ben Húrkenos entre ellos, estuvieran en un platillo de una balanza, y Rabí Elezar ben Araj estuviera en el otro, él solo inclinaría la balanza a su favor. (Pirkei Avot 2)

No podemos dejar de preguntarnos por un instante sobre todas estas escalas. Obviamente nadie concibe que esto es literal sino metafórico o simbólico. Pero incluso lo metafórico requiere a veces de explicaciones. ¿Estaba Iojanán ben Zakai preocupado por la dieta de sus alumnos? ¿Qué estaba Iojanan ben Zakai imaginando cuando comparaba el peso de sus discípulos? ¿Realmente pensaba que alguno de ellos estaba con sobrepeso?

 

Concreto versus Abstracto

Podemos aventurar que Iojanan ben Zakai hablaba del intelecto que balanceaba entre sus alumnos. Pero no debemos olvidar que este texto pertenece a la “literatura oral” (es decir fue escrito mucho tiempo después) y por lo tanto la imaginación tiende a ser más concreta que abstracta. Esto sucede porque el pensamiento abstracto -como la matemática o la física a su nivel más elevado- requiere notación. Ese es el motivo por el cual en las universidades y laboratorios los científicos hablan entre ellos con una pizarra de por medio. La notación física hace posible la comunicación entre científicos de algo que es casi imposible de comprender “en el aire”. Claramente las ideas abstractas no sobreviven muy bien con la tradición oral. Es por eso que hoy nosotros podemos escribir sobre “la trascendencia espiritual de la divinidad” mientras que los Rabinos hablaban comparando a Dios con un rey de carne y hueso.

 

Un viaje en el tiempo

Entender esa sutileza entre lo concreto y lo abstracto nos va a permitir resolver el misterio en cuanto a las dietas y los pesos de nuestros rabinos. Vayamos a lo concreto: ¿qué vio Iojanan ben Zakai en Eleazar ben Araj?

Para responder en forma concreta esta pregunta vamos a tomarnos un crucero en el tiempo y recorrer el Mediterráneo en el siglo I de la Era Común. Estamos visitando un lugar que fue tan hermoso en su tiempo como lo es hoy, el sur de Italia. Allí nos encontramos con la ciudad de Pompeii o Pompeya. Como un buen guía turístico les cuento que esta ciudad se encontraba próxima a un monte llamado Vesubio el cual hizo erupción en el 79 de la Era Común enterrando bajo sus cenizas la ciudad entera y todo lo que allí habitaba. Lo impresionante de este episodio es que “congeló” a la ciudad en el tiempo. La ciudad fue luego excavada durante el siglo XIX y XX y se encontraron restos de personas y animales que habían quedado petrificados en las exactas mismas posiciones en las que se encontraban cuando fueron sepultados bajo 3 metros de ceniza volcánica.

 

El Magistrado y su curioso artefacto

Entre la información más interesante que los arqueólogos han descubierto de Pompeya es que la ciudad exportaba comida kasher principalmente a los judíos que estaban en la Israel bajo dominación Romana. Esto significa que había contacto directo entre la ciudad perdida de Pompeya y el mundo de los rabinos en el exacto momento en que Iójanan ben Zakai hablaba del peso de Elezar ben Araj.

Pompeya poseía un importantísimo mercado regulado imperialmente por una persona designada cuyo título era agoranomo, literalmente era la ley (nomo) del mercado (agora).  Su función era preservar la honestidad de los pesos y las medidas (a menos que, como sucede generalmente, estuviera aceptado coimas). En la modernidad los carniceros y los vendedores de frutas y verduras (para los que vivimos en Asia estos mercados a la calle son cosa de todos los días) utilizan balanzas electrónicas para medir el costo de lo que venden y asegurarse que cumplen con lo que prometen en cuestión de cantidad y precio. Generalmente dichas balanzas tienen un sello o sticker que asegura que han sido inspeccionadas por una autoridad.

Sin embargo, ¿cómo controlaba el agoranomo de Pompeya que las medidas de las balanzas de los vendedores eran precisas? La respuesta a esta pregunta es relevante y resuelve el misterio puesto que estamos hablando de medidas puestas en una balanza del mismo modo que Iójanan imaginaba a sus alumnos. Y finalmente develando el misterio, el supervisor de Pompeya se aseguraba que las medidas fueran precisas dejando su sello el cual consistía ¡en un pequeño busto de sí mismo!

 

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Archivado en: Biblia Hebrea: Tora, Profetas y Escrituras, Judaísmo Antiguo Etiquetado como: Hillel, Iojanan ben Zakai, midrash, mishna, pirkei avot, pompeya

¿Qué es Judío?

29/04/2013 por Diego Edelberg 216 comentarios

 

Comencemos este viaje de exploración dejando algo muy en claro: definir qué es el judío, qué es judío o qué es judaísmo en forma breve es todo un desafío. De hecho este emprendimiento me recuerda la historia de un hombre que quiere convertirse al judaísmo y decide entonces consultar a dos Rabinos llamados Hillel y Shamai solicitándoles que le enseñen todo lo que hay que saber acerca del judaísmo mientras se mantiene de pie usando solo una de sus piernas. El primer Rabino, Shamai, no tiene paciencia para una demanda tan estúpida y le pega con un palo en la cabeza. Por el contrario Hillel le responde con una frase que declara: ¿qué es el judaísmo? “lo que no te gusta que te hagan no se lo hagas a los demás; todo el resto es comentario, ahora ve y apréndelo”.

Más allá de la hermosa respuesta de Hillel estoy convencido que hay una certeza también en la respuesta de Shamai: es imposible definir o explicar todo el judaísmo mientras uno se mantiene de pie sobre una sola pierna. En otras palabras, es muy difícil dar una simple explicación o definición que satisfaga lo que el judaísmo es en su totalidad. Y esto es lo que creemos la mayoría de los judíos. Cada vez que intentamos definirlo diciendo “el judaísmo es: …” surge algo que nos contradice en nuestra definición mostrándonos que dicha supuesta contradicción también pertenece al conjunto que acabamos de limitar.

Tal vez si hay una única cosa con la que todos los judíos estamos de acuerdo a nivel «religioso» -y hasta me atrevo a decir que es la mejor definición sobre qué es el judaísmo- es que en esencia el judaísmo es un monoteísmo. Es decir que todos los judíos creemos que hay un solo Dios y los que no creemos en Dios no creemos en ningún Dios. Hasta ahora yo no escuche a ningún judío decir que “no cree en Dios pero si cree en muchos dioses”. Decir esto último es un absurdo para un judío y por ende hasta el judío no creyente cree que si creería en algo sería en Un solo Dios. Pero desde el aspecto «religioso» definir el judaísmo también ha sido uno de los más grandes desafíos a lo largo de toda la historia judía. Además debemos remarcar que el judaísmo no es la única «religión» monoteísta del mundo. Definirlo sólo como un monoteísmo parecería no hacerlo exclusivo o diferente a otras «religiones».

Como puedes ver he usado comillas («») para la palabra «religión». Por eso te dejo con una simple pregunta: ¿es realmente el judaísmo una religión? ¿Estamos conformes los judíos con la idea que el judaísmo es una más de las religiones que están disponibles en el mundo? Vamos a seguir explorando estas preguntas la semana que viene.

Próximamente Semana: ¿Es el judaísmo una religión?

En la segunda parte de esta serie veremos que el judaísmo es uno solo pero los judíos que practicamos el judaísmo somos muchos y muy diferentes  y por lo tanto cada judío hizo, hace y hará que un sólo judaísmo se convierta en realidad en múltiples “judaísmos” al momento de activarlo en forma práctica. 

¡Buena Semana!

Archivado en: Educación Judía Etiquetado como: esencia, Hillel, judaismo, judio, monoteísmo, rabino, solo dios

«Yo soy espiritual, pero no soy religioso»

17/11/2011 por Diego Edelberg 9 comentarios

 

En nuestra publicación anterior hablamos sobre qué entendemos cuando hablamos de religión o decimos que alguien es religioso. Hoy quiero hablarles de otra frase que se ha convertido en un clásico ya: yo soy espiritual pero no soy religioso. ¿Qué significa que uno se considera espiritual pero no religioso? ¿Cuántas veces oímos decir a alguien que se considera a si mismo un ser profundamente espiritual pero no religioso?

Primero y principal es importante mencionar que no tenemos históricamente ninguna palabra en hebreo para designar la palabra “espiritualidad”. Recién en la modernidad aparece esta palabra en el idioma hebreo. El hebreo Bíblico, Talmúdico y Medieval no sentía la necesidad de tener una palabra que designe la espiritualidad. En hebreo moderno se dice rujaniut (רוחניות) tomado de ruaj (que literalmente significa hálito o viento). Espiritualidad en hebreo es una invención del hebreo moderno porque de hecho la espiritualidad en el judaísmo es una idea que nace en la modernidad.

Pero ¿qué es la espiritualidad? La espiritualidad es aquello que está relacionado con cómo se siente uno en forma individual. La espiritualidad ocurre dentro de uno mismo. Si bien nadie tiene el derecho de atreverse a minimizar lo que pasa espiritualmente dentro de uno mismo hay un problema en declararse espiritual pero no religioso.

El problema radica en que la religión presupone la membresía y la participación dentro un grupo o conjunto mientras que la espiritualidad no lo hace. La espiritualidad asume que sea lo que sea que uno siente, si uno siente que ese algo es “elevado, trascendente, profundo, infinito, inexplicable, sublime, etc.” entonces es legitimo y nadie puede discutirlo. Ese algo es válido y de hecho es suficiente.

Yo puedo entender el deseo de no querer pertenecer a un grupo. Esto es un patrón que ocurre cada vez más en nuestros tiempos que no solo afecta a las religiones. Por ejemplo en los últimos años nos sorprende cada vez mas el crecimiento de partidos políticos que no se consideran parte de los mayoritarios en casi todos los países del mundo. El motivo por el cual esto ocurre es debido a que la gente hoy observa los partidos políticos y siente que ninguno lo representa en forma totalitaria. Y por lo tanto deciden separarse del partido político o de la política en general para cuando aparezca uno que les guste o se sientan identificados y poder entonces dar su voto. Por lo tanto esta tendencia moderna de ser un ser independiente y no formar parte ni comprometerse con ningún grupo es una tendencia social que ocurre a nivel global en la actualidad.

Pero ésta no es para nada una tendencia tradicionalmente judía. El judaísmo es una religión colectiva. Cuando uno lee la Biblia la mayoría de los castigos y recompensas son hacia todo el pueblo y están dirigidos a toda la comunidad y no a ciertos individuos. La Biblia presupone que lo que le pasa a una sola persona afecta a toda la sociedad. Y por lo tanto ser espiritual pero no ser religioso es removerse uno mismo de aquello que todos los demás están participando.

 

¿Recuerdan las famosas frases de Hillel en Pirkei Avot? Hillel comienza diciendo “si yo no estoy para mí ¿quién estará?”. Pero en la segunda parte de esa frase Hillel escribe “si estoy solo para mí ¿qué soy?”. Noten que cuando uno existe para su propia espiritualidad es algo tan terrible para Hillel que ni siquiera pueda darle un nombre a esa acción. Hillel nos interpela a preguntarnos sobre ese alguien que solo existe para si mismo: “¿qué es esa persona?”. A Hillel no se le ocurre cómo designar ni concebir que pueda existir alguien así y por eso decir que uno es espiritual pero no religioso es retirarse de la comunidad.

Alguien que es espiritual pero no religioso no se asocia a una comunidad ni se interesa por ser parte de la Comisión Directiva de una Institución religiosa. Alguien que es espiritual pero no religioso no siente que tiene que dar tzedakah. Alguien que es espiritual pero no religioso no siente que tiene que hacer mitzvot sino que le alcanza con sentirse de una cierta forma.

Y esta realidad que esta creciendo cada día más incluso entre los judíos representa una fragmentación de nuestra comunidad y una forma totalmente errada de entender como funciona el mundo.

Todo lo que hacemos afecta a la gente que nos rodea. No existe algo así como un ser humano cuyas acciones y creencias no se replican de alguna forma u otra en la vida de otras personas. Incluso la ausencia es una forma de estar presente y la no intención es también una intención.

Esto no quiere decir que para el judaísmo no es importante el modo en que uno siente su creencia. Uno de los sabios más grandes del Medioevo llamado Bajia ibn Paquda (http://es.wikipedia.org/wiki/Ibn_Paquda) escribió un libro llamado “Los deberes del corazón” en el cual el describe cómo debe uno sentirse en el proceso de hacer mitzvot. Cuando uno reza se supone que uno debe sentir algo. Cuando ayudamos a otra persona deberíamos sentir algo e incluso cuando decimos por ejemplo la bendición del encendido de velas en shabbat, el kidush o al cortar y compartir la jalá deberíamos sentir algo especial. Y como en el contexto medieval la gente estaba obsesionada en qué es lo que debían hacer el decide escribir un libro para también explicar cómo deberían sentirse al hacer mitzvot. Pero si Bajia hubiese vivido en nuestro tiempo jamás hubiese escrito un libro así.

En nuestros días y debido a (1) la influencia global del Cristianismo Protestante en cual el poder reside en el “espíritu y la emoción” y no en la “palabra de Dios y la obligación” y (2) gracias a todas las conveniencias del mundo moderno en el cual podemos fácilmente aislarnos y ya no necesitamos obsesionarnos con detalles sino simplemente “sentir” nos hemos convertido en unos maestros del sentimiento espiritual y la auto-ayuda. Libros como “El Secreto” son tan exitosos porque justamente no nos dicen que debemos sumarnos a la humanidad para mejorar el mundo sino que debemos concentrarnos en lo que deseamos en forma personal e individual y así el mundo vendrá hacia nosotros.

Hoy en día uno puede encerrarse en su casa o barrio privado y mirar televisión, navegar por Internet, tener el gimnasio, la pileta e incluso pedir comida a domicilio y realmente no necesitar ver ni estar con otro ser humano. Eso es lo que nos ha llevado a abandonar la idea que el impacto de la vida de uno esta dado por lo que uno hace y no lo que siente.

No alcanza tan solo con decir “siento que te amo” sino que hay actuar en forma amorosa. Y de hecho decir soy espiritual pero no soy religioso es como decir “siento cosas pero no tengo que hacer cosas”. El verdadero amor es una acción y no solo una emoción.

Todos los comentaristas judíos coinciden en que “amaras a tu prójimo como a ti mismo” del modo que aparece escrito en la Tora significa que debes actuar y tratar a los otros del modo que te tratas a ti mismo y no solo sentir algo por ellos. Esa es la forma judía de vivir la vida. Es una acción. Si la emoción luego sucede o no es irrelevante: uno tiene que actuar.

Este es el motivo por el cual tzedaka no es caridad. La caridad es un impulso dentro tuyo que dice “quiero ayudar a esta persona y por eso voy a dar”. Tzedaka que proviene de la palabra tzedek (justicia en hebreo) es una mitzva, un mandamiento, una obligación que dice que todo el mundo debe dar algo porque tal vez hoy no sientas esa caridad pero la persona que sufre igual necesita comer. Tal vez hoy no te sientas espiritualmente iluminado sintiendo que debes alimentar al que tiene hambre pero en el fondo es más importante que ellos coman a que te sientas caritativo y espiritual. En resumen la acción es mas importante que la emoción.

Muchos judíos que hacen una mitzva, incluso cuando no sentían ganas, confiesan que luego se sienten mejor incluso cuando Dios mismo sabía que no tenían ganas de hacerlo. La próxima vez que alguien les diga que es espiritual pregúntenle cuando fue la última vez que hizo tzedaka.

Este el motivo principal por el cual el judaísmo y los judíos de forma invariable cada vez que llegan a cualquier parte del mundo lo primero que hacen son instituciones: sinagogas, cementerios, federaciones, escuelas, centros de ayuda social, comedores, etc. porque sabemos que no alcanza con ser espiritual. Uno tiene que ser religioso.

 

En resumen lo que esta publicación esta tratando de mostrar es el narcisismo que existe al declarar que uno es espiritual y por ende no se involucra en nada que sea su propia experiencia de lo sublime. Esta experiencia es la antítesis de hacer mitzvot. Una mitzva es una acción que sucede en el mundo y afecta la vida religiosa. Y muchas veces aunque no sentís ganas de ayudar debes ayudar. ¿Cuantas veces hemos hecho cosas que no sentíamos ganas de hacer pero que otros necesitaban de corazón que hiciéramos? Eso no es ser hipócrita. Eso es ser religioso. Es actuar más allá de cómo te sentís o cómo te va a hacer sentir.

Por supuesto que no funciona todo el tiempo. Somos todos humanos. Nadie es perfecto y muchas veces estamos enojados o cansados pero aún así deberíamos saber como individuos y como comunidad que en el judaísmo no somos juzgados por cómo sentimos, aunque eso también es importante, sino que somos juzgados por lo que hacemos.

Así que deseo que comencemos a hacer más mitzvot para cuando Hillel nos pregunte la segunda pregunta “si solo estoy para mí ¿qué soy?” podamos responderle que entendimos el mensaje y podemos ahora responderle con su tercer pregunta “si no es ahora ¿cuándo?”

*Inspirado en las palabras del Rabbi David Wolpe

Archivado en: Judaismo Hoy Etiquetado como: comprometerse, Hillel, judaismo, judios, las religiones, mandamiento, modernidad

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Acerca del Autor

 Hola, soy Diego Edelberg, el fundador del blog Judios&Judaismo.com. Me apasiona todo lo relacionado con la música, el judaísmo, la interpretación, la educación, la mitología, la filosofía, la religión, la ciencia, la historia, el arte, la física, la cosmología, la evolución, la sociología, la epistemología, la metafísica, la cabalá y en especial aquello que resulta contradictorio, paradójico y absurdo. Para conocer más sobre mi y de qué se trata mi blog visitá la sección Acerca del Autor

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