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Judíos & Judaísmo

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La recompensa de Dios

29/11/2013 por Diego Edelberg 6 comentarios

 

La vida misma es Dios

Como Dios es parte de todo, la vida misma es parte de Dios. Este es el motivo por el cual existir implica sentir la presencia de Dios. Muchas veces debido a lo rutinario, nuestros prejuicios, nuestra extrema racionalidad combinada con esos momentos tristes en los que sentimos que no todo tiene sentido, la presencia de Dios se torna en ausencia para nosotros aún cuando Dios sigue ahí. Sin embargo sentimos una conexión muy directa con Dios cuando nace un bebé o cuando muere un ser querido. Esto último no quiere decir que lo único que Dios causa es que una persona muy amada por nosotros muera o un bebé nazca. Significa que la vida es en esencia la conciencia de la existencia de Dios.

En mi ebook “Dios está presente en este lugar y yo no lo sabía” escribí que:

“La noción que todas nuestras conversaciones sobre Dios están compuestas por metáforas creadas por seres humanos puede hacernos creer que los seres humanos hemos “inventado” a Dios. La respuesta a esta idea es un rotundo ¡no! Los seres humanos hemos des-cubierto a Dios y luego inventado metáforas para intentar caracterizar el Dios que experimentamos. Las metáforas mismas nacen desde un acto profundo que intenta des-cubrir esa experiencia genuina de realidad que nos transciende y que todos sentimos pero ningún filósofo puede explicarnos”.

Dios está donde lo dejamos entrar

Las formas en las que Dios opera están más allá del entendimiento humano. Nadie sabe cómo es Dios ni cuáles son Sus planes. Pero solo la experiencia de la existencia puede proveernos de Dios. En dicha experiencia rápidamente comprendemos que las fórmulas simples como “la gente que es buena y practica mitzvot (preceptos) va a ser recompensada” mientras que “la gente mala va a ser castigada” no parecen ser absolutamente ciertas.

En el Libro de Job se nos enseña sobre el sufrimiento y el misterio de Dios. El personaje ficticio de dicha historia sufre las peores desgracias imaginables aún cuando es considerado un hombre justo y recto. Job nunca maldice a Dios. Sus amigos creen que lo que le sucede es un castigo de Dios porque seguramente algo malo hizo. Solamente al final del Libro Dios comienza a hacerle una serie de preguntas sobre el mundo y la vida (Job 38:4). Así Job acepta que ser humano implica entender muy poquito sobre los misterios de la creación y por qué sucede lo que sucede. Ser humano comienza con la conciencia que es maravilloso simplemente el hecho de respirar y vivir. Al comprender esto Job se siente bendecido y agradecido por el solo hecho de poder amar, aprender, crecer y vivir. Una vez que esto sucede la felicidad y las bendiciones vuelven a ser activadas aún cuando siempre estuvieron ahí pero ante las dificultades no podían ser vistas o sentidas.

 

La recompensa en sí

Cuando niños aprendemos que nuestros padres nos castigan cuando hacemos algo malo   y nos recompensan cuando hicimos algo bueno. Cuando crecemos nos duele entender que esto no siempre es así. Sin embargo cuando uno alcanza un cierto nivel de madurez intelectual aprende que hacer el bien es la recompensa en sí misma. Se siente bien hacer el bien.

Lo mismo nos ocurre con Dios cuando crecemos. Alcanzar cierto nivel de madurez intelectual en nuestra relación con Dios implica aceptar (o sentir la necesidad de creer) que Dios nos quiere, está preocupado por cada uno de nosotros y nuestras vidas. Pero no castiga solamente a los malos y recompensa a los buenos.

Archivado en: Aforismos, Citas, Espiritualidad y Religión, Judaismo Hoy Etiquetado como: el libro de job, esencia, existencia de dios, felicidad, libro de job, presencia de dios, sufrimiento

¿Cómo ser feliz? El Secreto De La Felicidad

20/12/2012 por Diego Edelberg 3 comentarios

Ser feliz es tal vez lo más importante para cualquier ser humano. Cualquier persona que le preguntemos qué es lo que realmente quiere va a respondernos eventualmente: “ser feliz, vivir una buena vida”. Algunos pasamos toda la vida buscando la felicidad. A veces la encontramos pero no sabemos como retenerla.

Así y todo estoy convencido que todas las personas que conozco tienen una cosa en común. Todos quieren decir  lo siguiente mientras recuerden y rememoren su vida antes de morir:

“…yo tuve una buena y significante vida. A pesar de todas las cosas duras que tuve que atravesar y no fueron pocas, tuve una muy buena vida. En definitiva me voy tranquilo porque sé que he tenido una vida feliz…”

Todos quieren tener la posibilidad de decir estas palabras. Pero ¿cuándo deberíamos comenzar a preguntarnos sobre nuestra felicidad? ¿En los últimos cinco minutos de nuestra vida? Si sinceramente la felicidad es uno de nuestros objetivos ¿deberíamos comenzar a pensar en ella cuando hagamos nuestro último inventario o deberíamos empezar hoy mismo?

Comencemos con una pregunta simple, ¿se puede realmente definir la felicidad? La realidad es que lo que me hace feliz a mi puede no hacerle feliz a otra persona. Por eso vamos a responder esta pregunta de forma negativa, ¿qué no es la felicidad?

La felicidad no es lo siguiente:

  • «Mi felicidad depende que mi pareja sea buena conmigo y me respete»… entonces ¿quién es responsable de mi felicidad?
  • «Cuando pierda peso me voy a sentir tan feliz”…¿quién es responsable de mi felicidad en este otro caso?
  • “Cuando mi jefe me respete y aumente mi sueldo me voy a sentir tan feliz”… nuevamente, ¿quién está controlando mi felicidad?
  • “Cuando sea reconocido por mi entorno seré feliz”…
  • “Cuando tenga mas plata en mi cuenta bancaria y pueda acumular mas riqueza voy a ser feliz”…
  • “Cuando encuentre al hombre o la mujer de mi vida voy a ser la persona más feliz del mundo”…
  • “Cuando tenga mi propia casa voy a ser feliz”…

¿Pueden ver cual es el problema aquí? Si mi felicidad depende de mi pareja, de mi trabajo, de mi jefe, de la opinión de los demás o de mi cuenta bancaria, la felicidad es algo que esta fuera de mí y no está bajo mi control. Y si es algo que esta fuera de mi alcance y no depende de mí ¿para qué invertir tiempo y esfuerzo en cambiar ciertas cosas que me hacen infeliz si de todos modos no puedo realmente controlarlas?

El problema está en que si yo me convenzo que mi felicidad esta ahí afuera, quiero tener mas de eso que me falta, y en consecuencia inhabilito la posibilidad de disfrutar lo que ya tengo hoy dentro mío. En definitiva, siempre que ponga la felicidad en algo que esta fuera de mi, ella siempre será resbaladiza. Nunca podré retenerla y me pasaré la vida buscándola porque ella esta allá…lejos y afuera.

Lamentablemente medimos la felicidad según una referencia externa a nosotros mismos. Y precisamos de las condiciones más extremas para tomar conciencia y agradecer por los pequeños milagros cotidianos que hacen a nuestra existencia y de todo aquello que sí tenemos. Lo importate es siempre recordar que la falta que sentimos por el hecho de ser humanos inconformes debe ser balanceada con lo que si tenemos (vida, salud, familia y amigos).

Muchas veces me olvido que la felicidad es una opción que puedo elegir constantemente. Esa opción se basa en disfrutar de aquellas cosas que ya están sucediendo en mi vida lo cual darán el espacio necesario para disfrutar las nuevas cosas que están por venir.
La felicidad comienza con la conciencia que estoy físicamente vivo.

¿Salud? ¿Amor? ¿Dinero? Nada de eso es posible si no considero mi existencia el primer motivo fundamental de mi felicidad.

Archivado en: Judaismo Hoy Etiquetado como: cómo ser feliz, el secreto de la felicidad, felicidad, más feliz del mundo

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Acerca del Autor

 Hola, soy Diego Edelberg, el fundador del blog Judios&Judaismo.com. Me apasiona todo lo relacionado con la música, el judaísmo, la interpretación, la educación, la mitología, la filosofía, la religión, la ciencia, la historia, el arte, la física, la cosmología, la evolución, la sociología, la epistemología, la metafísica, la cabalá y en especial aquello que resulta contradictorio, paradójico y absurdo. Para conocer más sobre mi y de qué se trata mi blog visitá la sección Acerca del Autor

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