Entendimiento Personalizado
En las últimas semanas estuvimos estudiando en la Maestría en Educación Judía un libro que se ha hecho muy popular en las tendencias educativas de los últimos diez años en Estados Unidos. Este libro se titula «Understanding by Design, Expanded 2nd Edition« y dicho título es casi imposible de traducir al español. Lo más cercano sería algo así como “Entendimiento Personalizado”. Lo que los autores (Wiggins y McTighe) ofrecen en su libro es una herramienta estructural para encuadrar las clases y potenciar el aprendizaje.
Los 2 errores más comunes de la educación
El encuadre de “Entendimiento Personalizado” es generalmente asociado con el concepto de “diseño inverso”. Si bien esto suena muy obvio e intuitivo, muchos educadores no lo toman tan en serio. El “diseño inverso” comienza por develar dos errores comunes que no reconocen la mayoría de los educadores:
- Confundir enseñar con aprender – esto significa que una persona puede saber muchísimo sobre un tema y creer que por eso sus alumnos están realmente aprendiendo al escucharlo. Pero el problema real es que quizás los alumnos ni siquiera están entendiendo.
- Confundir estar ocupado con estar entendiendo – esto significa que mantener a los estudiantes ocupados haciendo algo no necesariamente implica que están entendiendo el objetivo de lo que queremos enseñarles.
Diseño Inverso
Reconociendo estos dos errores muy comunes los autores proponen dar vuelta por completo el modo que preparamos una clase para asegurarnos constantemente que nuestros estudiantes están realmente des-cubriendo lo que queremos enseñarles. Así comienza el “diseño inverso”:
- Primero se plantea cuál es la Gran Idea que va a ser enseñada.
- Acto seguido se construyen las Preguntas Esenciales y los Entendimientos Duraderos (aquellos entendimientos que los alumnos y alumnas se llevarán al salir de la clase y permanecerán con ellos y ellas).
- Luego se organiza cómo se va evaluar que el estudiante está entendiendo (una buena evaluación no sólo es para el maestro sino también para el propio estudiante que va “auto-descubriendo” lo que ha aprendido).
- Y finalmente se desarrollan las Actividades propiamente dichas que tendrán como objetivo llegar a la Gran Idea considerado los pasos anteriores.
Cada una de estas partes del “diseño inverso” ocupa varios capítulos del libro. Una sección trata sobre cómo generar una Gran Idea y qué es realmente una Gran Idea. Otra sección ayuda a pensar las Preguntas Esenciales, organizar los Entendimientos Duraderos y lo mismo ocurre con el desarrollo de la Evaluación y las Actividades. Nuevamente, todo esto suena muy obvio y los autores mismos reconocen que no están inventando nada nuevo. Sin embargo les digo por experiencia que cuando uno se sienta a seguir paso por paso el encuadre de “Entendimiento Personalizado” descubre que en el fondo lleva bastante tiempo acostumbrarse pero una vez que uno le agarra un poco la mano realmente descubre que ¡es muy útil! Los autores también reconocen que este no debe ser el único modelo a ser utilizado. No hay que volverse un idólatra de este encuadre. Simplemente utilizarlo si resulta útil. Mi recomendación es que lo pongan en prueba y se fijen cómo se sienten.
Las 6 Facetas Del Entendimiento
Creo que todo esto es muy interesante e incluso este tipo de pensamiento puede replicarse para otras cosas de la vida también. Pero además de todo esto hay un capítulo en particular que me resultó fascinante y quería compartirlo. En este capítulo los autores se preguntan ¿qué es un entendimiento? Si queremos que nuestros estudiantes entiendan, nosotros mismos deberíamos saber antes qué significa entender algo.
Para resolver esto los autores comienzan por hacernos reflexionar si existe para nosotros diferencias significativas entre saber, conocer, intuir, descubrir y por encima de todo esto si hay una correlación entre estas palabras y lo que llamamos sabiduría. Los autores concluyen que el entendimiento finalmente no tiene un solo significado sino varios y nuestro uso sugiere que entendimiento no es un logro sino muchos que son revelados a través de diferentes evidencias.
Así los autores de “Entendimiento Personalizado” nos ofrecen lo que ellos titulan “Las 6 Facetas Del Entendimiento”:
Faceta #1 – Explicación
La Faceta #1 es la que muestra que el entendimiento no es tan solo conocimiento de los hechos sino inferencia con evidencia específica y lógica sobre el por qué y el cómo. El ejemplo más claro aquí es solicitarle al estudiante que explique (y no que tan solo aplique) por qué el teorema de Pitágoras demuestra una verdad matemática. El objetivo es probar que nuestro entendimiento es el que demuestra que algo “funciona”.
Faceta #2 – Interpretación
La Faceta #2 es la que muestra que el objetivo de la interpretación es el significado en sí mismo y no simplemente una sola explicación posible. Por ejemplo, las buenas historias que interpretamos al leer nos ayudan a darle sentido a nuestras vidas y todo lo que nos rodea. Los más profundos y trascendentes significados emergen por supuesto en la narrativa, las parábolas y los mitos que otorgan pertenencia y sentido. Una historia no es tan solo diversión; las mejores historias hacen que nuestras propias vidas sean más entendibles. Pero la diferencia central con la Faceta #1 es que las teorías son generales mientras las interpretaciones son contextuales y específicas. Siempre habrán tantos significados como intérpretes existan. Una teoría necesita ser verdad para funcionar; una historia solo necesita verosimilitud. La existencia de tres teorías competitivas para probar el mismo fenómeno físico es intelectualmente inaceptable, pero la existencia de muchas interpretaciones plausibles y diferentes de un mismo texto o evento no solo es aceptable sino enriquecedor. En conclusión los estudiantes deben entender la ambigüedad interpretativa que se encuentra más allá de un “verdadero o falso”. La enseñanza no puede reducirse solamente al aprendizaje de lo que un otro dice que es el significado de algo.
Faceta #3 – Aplicación
Esta Faceta #3 es la que comúnmente asociamos con el pensamiento de Jean Piaget. Aquí entendimiento significa utilizar conocimiento. Este entendimiento involucra aplicar nuestras ideas, conocimientos y acciones en un contexto determinado. Demostramos entendimiento aplicándolo, adaptándolo y personalizándolo. Este entendimiento no es repetición de información ni desempeño de prácticas dominadas. Es la aplicación apropiada de conceptos y principios hacia nuevas preguntas o problemas. Así los estudiantes entienden que nunca se alcanza ese “¡ya está!” solo porque uno se ha esforzado una vez. Los estudiantes deberán volver a aplicar ese entendimiento en nuevos y diferentes contextos constantemente.
Faceta #4 – Perspectiva
Entendimiento en esta faceta es ver las cosas desde una perspectiva desapasionada y desinteresada. El estudiante que alcanza cierta madurez intelectual reconoce que toda respuesta hacia cualquier pregunta compleja generalmente involucra un punto de vista. En consecuencia una respuesta es generalmente una posibilidad entre muchas otras posibilidades. La faceta de la Perspectiva involucra la acción de hacer tácitos los supuestos y explícitas las implicancias. Este entendimiento es el que desarrolla la pregunta “¿cómo entendemos esto desde otro punto de vista?”. Este entendimiento también incluye preguntas cómo ¿cuál es el punto de vista de esta persona, autor o maestro? ¿existen miradas diferentes sobre el mismo punto de vista? Si es así, ¿cómo justifica esta persona su punto de vista en comparación a los otros? Lo apasionante de la Faceta #4 es que nos muestra que entendimiento de algo desde un punto de vista determinado no necesariamente excluye entender lo mismo de otras maneras. El entendimiento de algo desde una manera determinada entonces es “correcto” o “incorrecto” desde una perspectiva particular en términos de lo que se busca. Los estudiantes deberían desarrollar la capacidad para confrontar teorías alternativas y diversos puntos de vista en relación a las Grandes Ideas entendiéndolas desde diversos puntos de vista que pueden incluso ser conflictivos entre ellos mismos. Todo entendimiento sobre un contenido determinado requiere considerar dicho contenido desde más de un solo punto de vista (siempre y cuando se esté tras la búsqueda de un entendimiento honesto que evita ocultar el des-cubrimiento).
Faceta #5 – Empatía
La empatía es un entendimiento muy importante. Es la habilidad de ponerse “en los zapatos del otro” para escapar las propias respuestas subjetivas intentando comprender al otro en su ser. Cuando nos esforzamos por entender otra persona, cultura o pueblo desarrollamos empatía. Esto no es tolerancia (no me gusta pero me lo aguanto) ni simpatía (no me gusta pero me parece simpático) sobre aquello que no tenemos control. Este entendimiento revela la disciplina que intenta enmascarar nuestros sentimientos y sentir como otros sienten y ver el mundo como lo ven otras personas. Es importante entender la diferencia entre la Faceta #4 (Perspectiva) y la Faceta #5 (Empatía). La Perspectiva tiene como finalidad distanciarse, intentar separarnos de nuestros prejuicios y suposiciones para ser más objetivos. La Empatía tiene como finalidad acercarse, intentar unirnos a los prejuicios y suposiciones del otro para “caminar en sus zapatos”. La Empatía es cálida; la Perspectiva es fría (pensamiento analítico desapegado). La Empatía es intelectualmente esencial para encontrar el significado de las ideas que probablemente rechazaríamos rápidamente debido a nuestros presupuestos. El estudiante que ha desarrollado su capacidad intelectual precisa el entendimiento de Empatía para entender “otros mundos”. De ese modo el estudiante abre su mente hacia ideas, experiencias y textos que podrían resultar extraños, ajenos o incluso intelectualmente inaceptables. La Empatía no solo sugiere un cambio intelectual sino emocional. Requiere entender que debemos respetar a la gente que es diferente de nosotros. Ese respeto provoca que abramos nuestros corazones y mentes para cuidadosamente considerar sus visiones cuando las mismas son diferentes a las nuestras. En pocas palabras la Empatía ayuda a los estudiantes a escapar del egocentrismo y el etnocentrismo con el fin de desarrollar una relación histórica con personas que vivieron y viven en diferentes partes del mundo y tal vez en tiempos muy distintos a los nuestros. La ausencia de la Faceta #5 en la formación educativa puede ayudarnos a entender el fundamentalismo (mi opinión y ninguna otra) y por ese motivo resulta muy difícil para algunas personas desarrollar este entendimiento bajo el argumento que en esencia “tú no puedes realmente comprenderlo”.
Faceta #6 – Conocimiento de sí mismo
El entendimiento más profundo finalmente es el que se relaciona con lo que llamamos sabiduría. Para entender cómo entendemos el mundo tenemos primero que entendernos a nosotros mismos. Es decir, cómo entendemos lo que no entendemos. Nuestra ceguera intelectual nos predispone hacia una determinada racionalización intelectual: la habilidad para interminablemente asimilar experiencias como creencias y hacer de las categorías que no parecen ideas válidas verdades objetivas. Así es como muy fácilmente continuamos verificando y validando una y otra vez nuestros modelos de entendimiento favoritos, teorías, analogías y puntos de vista que estamos convencidos “son así”. John Dewey definió como la maldición del pensamiento inmaduro estructurar la sabiduría como el pensamiento en términos de “esto o lo otro” como habitual en la educación. Ejemplos de esto lo percibimos en frases como “el profesor me odia y a ti te ama”, “la matemática no es para mujeres”, “el rugby es un deporte de animales”, “esto es un hecho”, “eso está mal”. La madurez de nuestros estudiantes emerge cuando pueden hablar más allá de categorías simplistas y ver los contrastes en diferencias inesperadas, idiosincracias o paradojas, ironías y sorpresas en otras personas e ideas. En el Aforismo 125 Wittgenstein escribe: “el hecho fundamental es que en el fondo creamos nuestras propias reglas…y luego cuando seguimos las reglas las cosas no terminan como las habíamos asumido. Por lo tanto estamos enredados en nuestras propias reglas. Este enredo en nuestras propias reglas es lo que queremos entender”. El entendimiento del conocimiento de uno mismo es fundamental porque demanda que nos cuestionemos honestamente cómo sabemos lo que sabemos, por qué creemos lo que creemos, cuáles son nuestros propios conocimientos y certezas. Esta disciplina requiere coraje y persistencia porque racionalizar nuestro entendimiento nos hace cuestionar y a veces tener que des-hacer nuestras creencias más profundas. El maestro debe prestar muchísima atención a sus prejuicios y reflexionar cómo y por qué enseña lo que enseña.
Las Implicancias de las 6 Facetas
El objetivo de reconocer las 6 Facetas del entendimiento es justamente evitar la ceguera de los 2 errores más comunes cuando estamos enseñando evitando caer en la peor forma de pensamiento para la educación: “porque yo lo entiendo voy a explicarte mi entendimiento haciendo la enseñanza y el aprendizaje más eficiente”. ¡Si tan solo fuera así de sencillo! Pero al reducir el entendimiento como la acumulación de información perpetuamos malentendidos acerca de la enseñanza: los estudiantes se convencen que su deber es memorizar entendimientos ajenos para luego utilizarlos y aplicarlos como hechos. Nuestra misión como educadores es ser facilitadores que proveen las herramientas para des-cubrir lo que se encuentra debajo de la superficie de los hechos y ponderar su significado. En esencia el significado no puede ser enseñado. Debe ser amoldado para el estudiante a través de un diseño efectivo y útil entrenado por el maestro. Concluyendo, los maestros deben diseñar el entendimiento para “enseñar” a los estudiantes que su tarea no es aprender hechos y desarrollar habilidades sino también cuestionar dichos hechos y su significado. Nuevamente el término des-cubrir resume el diseño pedagógico que debería guiar a los maestros hacia las Grandes Ideas haciendo del aprendizaje algo significativo y útil.