(Duración 37:09 – 34 MB)
Al igual que en la publicación anterior sobre esta serie del Judaísmo Medieval, seguimos aún en el siglo XIV, es decir el período que va del 1300 al 1400, y lo que vamos a hacer en esta publicación es llegar hasta el 1500. A partir del 1500 vamos a demarcar justamente lo que ha sido el Judaísmo Medieval que hemos analizado hasta ahora para finalmente meternos en los inicios de la Modernidad Temprana lo cual nos llevará al final de toda esta serie que justamente termina con el fin de la Modernidad Temprana y el inicio de la Modernidad plena.
Para poder ver esta transición tenemos regresar ahora a España. En publicaciones previas analizamos el Judaísmo en España principalmente bajo la órbita islámica. Pero luego lo abandonamos cuando comenzamos a explorar la relación medieval entre judíos y cristianos viviendo en el Norte de Europa centrándonos en las relaciones entre judíos y cristianos por un lado y el el desarrollo de los patrones rabínicos medievales por otro lado.
La España Cristiana, Musulmana y Judía: ¿convivencia?
Sin embargo la historia de los judíos viviendo en la península ibérica es una parte crucial de la historia judía. Así que vamos a retomar ese tema a partir de esta publicación. Si lo recuerdan alrededor del siglo XI los cristianos comienzan a reconquistar la península ibérica que había estado desde el año 711 bajo control del Islam. Ya para el año 1085 los cristianos habían recuperado Toledo y desde ahí en adelante continuaron sus conquistas hasta que casi toda la península está en su control nuevamente. Por lo tanto cuando hablamos de los siglos XII, XIII y XIV estamos hablando principalmente de la España cristiana. Por supuesto que eso complica todo el escenario en relación a lo que describimos hasta ahora que diferenciaba a los sefaradim de los ashkezanim (si recuerdan estas nombres eran designaciones que definían variaciones regionales entre los judíos viviendo en distintas partes del mundo y relacionándose con dos religiones diferentes). De pronto lo hasta ahora ahora había sido islámico es ahora cristiano. O mejor dicho es una especie de híbrido donde conviven las tres culturas: tenemos musulmanes viviendo en España (de hecho Granada permanecerá bajo dominación islámica hasta 1492), judíos que hasta ahora habían vivido bajo dominación musulmana y ahora comenzarán a vivir bajo dominación cristiana también en España.
Los historiados que describen los siglos XII y XIII muchas veces presentan una idealización de este momento en la historia como si hubiera sido el único en el cual los judíos, los cristianos y los musulmanes vivían juntos. De hecho los historiadores utilizan la palabra “convivencia” entendiéndola como una tolerancia mutua entre las tres religiones. Así lo que intentan convencernos es que los judíos, musulmanes y cristianos se relacionaban y aprendían unos de los otros. Si bien es real que las tres religiones se encontraban durante este período conviviendo en un mismo pedazo de tierra, la idealización de la “convivencia” es exagerada. Y decimos que es exagerada porque la pregunta más importante que podemos hacernos cuando estudiamos la historia de los judíos en España es: ¿cómo puede ser que partiendo desde la “convivencia” -aún cuando puede ser una idealización- llegamos finalmente al odio racial, antisemitismo medieval, odio hacia el islam y a un nivel muy elevado de antagonismo entre estos grupos que los judíos y los musulmanes serán finalmente expulsados?. Y por supuesto ya que estamos nombrando esta fecha debemos remarcar que no solo marca un antes y un después para la historia de la humanidad sino también y particularmente para los judíos. ¿Cómo puede ser que vayamos de un extremo al otro? Justamente lo interesante de estudiar la historia de los judíos en España es ver estos extremos. La supuesta “convivencia” seguida de un deterioro espantoso llegando a tal punto que las minorías ya no serán toleradas. Por supuesto que responder esta pregunta no es fácil pero ésta es la pregunta o la tensión que quiero que tengan en presente a medida que vayamos explorando los eventos acontecidos en este período en esta publicación.
1391
El punto de arranque como ya les dije es alrededor de 1400 y de ahí quiero llevarlos hasta el 1500 cuando ya no quedarán más judíos viviendo en la península ibérica. Pero también es importante que recuerdan que la expulsión de España no es tan solo un evento aislado que sucede en forma localizada sino que representa la culminación de un proceso que venía sucediendo a lo largo de todo el Norte de Europa. Desde el 1200 en adelante los judíos son expulsados Inglaterra, Francia, las ciudades alemanas, partes de Italia, los estados papales, España y luego serán expulsados de Portugal. Por lo tanto el fenómeno de las expulsiones es un proceso que finalmente llega a un final muy amargo en 1492.
Veamos como comienza todo este proceso. Inicialmente los judíos que vivían en España alrededor del siglo XIV no eran molestados. Incluso luego de la Peste Negra que afectó muchas comunidades judías ya que los judíos mismos eran culpados (y vimos esto cuando analizamos las comunidades en el Norte y Centro de Europa en las publicaciones previas) los judíos en España vivían relativamente tranquilos junto a cristianos y musulmanes. Esta situación cambia en el año 1391. En el año 1391 en las áreas de Castilla y Aragón los judíos sufren un violento ataque. Esta fecha es incluso mencionada en una famosa carta escrita por el Rabino Jasdai Crescas quien lamenta estos ataques y comparte lo que está sucediendo con otros Rabinos que están en Avignon. Realmente es muy difícil para los historiadores hasta el día de hoy reconstruir por qué sucedió este ataque pero lo interesante en la carta del Rabino Crescas es que menciona que muchos judíos fueron lastimados pero muchos más fueron bautizados a la fuerza. Este último evento del bautismo va a ser crucial para ver lo que sucede en este último siglo de los judíos en España antes de ser expulsados. Claramente algunos de los elementos que mencionamos en nuestra publicación sobre el nacimiento del antisemitismo medieval están presentes también en el escenario español cristiano entre ellos la inestabilidad económica y el fanatismo religioso.
Pero lo que es único realmente de 1391 no es solamente cuán dolorosos fueron los ataques sino la respuesta sin precedentes históricos de las víctimas judías. Por primera vez en la historia judía un gran número de judíos -ya sea a la fuerza, como mencionaba el Rabino Crescas en su carta, o por salvar sus vidas- deciden convertirse al cristianismo. Muchas veces nos resulta para los judíos incomprensible esta respuesta por parte de las víctimas y tendemos por error a juzgar rápidamente a nuestros antepasados sin realmente entender la situación que estaban atravesando. Definitivamente vivir como judíos era muy difícil para estas personas. Sea lo que sea: odio religioso, político, económico, antisemitismo o anti-judaísmo (como quieran llamarlo) realmente era muy duro vivir como judío dadas estas condiciones sociales. Así que los números de judíos convirtiéndose al cristianismo comienzan a crecer en forma exponencial. Ahora por un instante les pido que comparen estas respuestas con la de los judíos de 1096 en las Cruzadas que si lo recuerdan en nuestra publicación sobre Los Judíos y las Cruzadas que ustedes pueden volver a escuchar en el blog, vimos que los judíos preferían morir como mártires antes de ser contaminados por el cristianismo. Hablamos en dicha publicación de kidush hashem la Santificación del Nombre de Dios en la cual los judíos preferían asesinarse en nombre de Dios antes de entregarse a otra fe. ¡Qué contraste increíble entre el comportamiento de las víctimas de 1096 y las de 1391! Pero sin dudas algo sucedió, algo se quebró en términos de la moral de la comunidad judía de 1391 en España. Y lo que sucede luego de estos ataques de 1391 cuando la comunidad comienza lentamente a recuperarse es que muchos judíos continúan convirtiéndose al cristianismo.
Los debates de 1412 a 1414 en Tortosa
El segundo momento crítico sucede un par de décadas más tarde en los años 1412 a 1414. Mencionamos estas fechas y este evento crítico como el tercer debate medieval entre judíos y cristianos. También si lo recuerdan, en la publicación sobre los debates medievales analizamos dos de los tres debates más famosos, los de Paris y Barcelona, y este el tercero que sucede en la ciudad de Tortosa. En esta ciudad se juntan todos los clérigos cristianos y organizan un gran evento donde van a humillar a los judíos y al judaísmo. En este caso no hay ningún líder judío como había sido Najmánides (o Ramban) en Barcelona que pueda hacer frente a este ataque feroz. En un período de dos años estos ataques verbales continúan hacia la comunidad judía. Van pasado los líderes judíos uno atrás del otro intentando defender la integridad del judaísmo en contra del cristianismo. Pero es una trampa. Tortosa estaba planeado de antemano y hoy en día contamos con toda la documentación de lo que sucedió allí que claramente presenta una derrota para la comunidad judía y un momento de mucha vergüenza que propulsa el número de judíos que no logra mantenerse fiel a sus raíces y se aproxima al bautismo.
Para mediados del siglo XV los números son increíbles. Casi un tercio de la comunidad judía de España -según las investigaciones de los más destacados historiadores- se ha convertido al cristianismo. Esto es algo que no tiene precedentes en la historia judía. Nunca antes había sucedido algo así. Consideren la vida de los judíos que se convertían al cristianismo, debía ser terriblemente difícil. La conversión realmente no era una opción que los judíos contemplaban abiertamente en la edad media. Sin embargo históricamente nos encontramos con un nuevo fenómeno dentro de la historia judía que es conocido o llamado por los historiadores el fenómeno de los “judíos conversos”. Si quieren utilizar un término despectivo que es usando en forma muy convencional aunque no es para nada neutral y no debería ser usado en realidad es la palabra “Marrano” que significa literalmente cerdo, obviamente esta es una forma muy despectiva para referirse a estas personas. Pero si ustedes se encuentran en libros u otras páginas de Internet con las palabras “marrano” o “converso” sepan que los historiadores o quien está escribiendo se está refiriendo a este mismo grupo. En resumen los “judíos conversos” son judíos que han entrado al mundo cristiano ya sea por la fuerza o por decisión propia.
El rechazo de los Nuevos Cristianos por los Antiguos Cristianos
El problema es que los “judíos conversos” una vez que han entrado al mundo cristianos trayendo toda su inteligencia y sus habilidades comerciales y fiscales que les permiten llegar a la cima social, económica o política se encuentran en una posición muy complicada. De pronto la población cristiana lo rechaza. No les permiten que tengan sus trabajos o que entren en sus rangos sociales solo porque se convirtieron al cristianismo. La ironía de todo esto es que incluso cuando sucede la conversión- que teóricamente es lo que la Iglesia de algún modo quería- los que se convierten no son socialmente o económicamente aceptados dentro del cristianismo. Y se convierten estas personas en un gran problema social para una antigua comunidad cristiana que no está preparada para asimilar a estos individuos dentro de su grupo.
Lo que emerge de este escenario medieval entrando a la modernidad temprana es muy interesante. De pronto tenemos tres comunidades: una antigua comunidad cristiana, una antigua comunidad judía y entre medio de estas dos la comunidad de los “judíos conversos” que paradójicamente vivían físicamente pegados a la comunidad judía pero espiritualmente fuera de la comunidad judía porque justamente ya no eran judíos sino conversos.
La Inquisición
Los historiadores en la modernidad no fueron los primeros en preguntarse por qué toda esta gente decidió convertirse¿Cuáles fueron sus motivaciones? ¿Por qué dejaron de pelear por su supervivencia y se entregaron a otra fe? ¿Eran sinceros cristianos o seguían cumpliendo en secreto las tradiciones judías? Estas difíciles preguntas precipitaron en el año 1481 la creación de una institución cristiana que tenía como objetivo buscar y eliminar los herejes en contra de la Iglesia. Establecida por Tomás de Torquemada, su foco principal fueron los marranos y luego los moriscos, es decir los musulmanes que fueron obligados a convertirse al cristianismo. Esta institución es referida históricamente como la Inquisición y el propósito de la Inquisición era (como su nombre lo indica) el de inquirir o indagar quiénes eran estas personas y evaluar si eran sinceras y castigarlas (incluso con torturas físicas y hasta la pena de muerte) si no eran sinceramente cristianos. La Inquisición se enraizó en los ideales de la Iglesia sobre qué representaba una herejía y el problema de los conversos dejo de ser solo social y se convirtió en un problema religioso.
La parte final de todo esto es la expulsión de los judíos. Y el documento de la expulsión (que dicho sea de paso pueden ver el manuscrito original en Internet http://www.sephardicstudies.org/decree.html) declara que el motivo por el cual España finalmente se deshace de los judíos es porque representan la antigua línea de vida de los conversos. En otras palabras, los “conversos” aún ven a los judíos dentro de su propia sociedad y pueden asociar los “conversos” sus propias tendencias judías con la comunidad judía que los rodea. Por lo tanto los reyes españoles firman el decreto de expulsión asumiendo que sacándose de encima a todos los judíos que quedan, los “conversos” que queden y sus hijos eventualmente se asimilaran en forma general al cristianismo español. Y de hecho esto es lo que sucedió en España. Luego de 1492 el problema se resuelve y los judíos escapaban para distintas partes, entre ellas Portugal donde los pone en una situación mucho más complicada y hablaremos de esto en breve. La mayoría de los judíos se mudan hacia el Imperio Otomano el cual les abre las puertas, otros van a ir para Italia y otros lugares de Europa.
Teorías sobre la Inquisición y los Conversos
¿Cómo explicamos nosotros el fenómeno de los “conversos”? Y aquí quiero presentarles algunas opiniones diferentes sobre el tema puesto que se debate muchísimo en la literatura de la historia judía en el siglo XX y es incluso hoy uno un tema popular particularmente en España.
- Algunos historiadores judíos entienden la “funcionalidad” de la Inquisición como algo que literalmente fue así. Esto significa que estos historiados realmente creían que muchos de los “conversos” realmente practicaban el judaísmo en forma oculta y la Iglesia tenía “razón” al juzgar estos individuos como herejes según su opinión. Y más allá que uno pueda estar en absoluto desacuerdo con la Inquisición y su intolerancia, lo que estos historiadores tratan de entender es si la Inquisición en sí misma tenía algo de razón en lo que estaba planteado (de hecho eso nos permitiría a nosotros saber si estas personas incluso seguían practicando el judaísmo en forma privada). Pero todas estas personas se vieron a sí mismas judías debido a que la tradición misma les permitía esto. Según la Halajá uno no puede dejar de ser judío. Hay una frase muy famosa en el Talmud que dice “af al pi shejata, israel hu” (Sanh. 44a) es decir, un judío que se desvía sigue siendo judío. Por lo tanto todas estas personas realmente creían que se habían desviado, se habían convertido al cristianismo en forma exterior y por motivos sociales, políticos y psicológicos pero hacia al interior seguían siendo judíos en su corazón: prendían velas los viernes por la noche, tomaban un poco de vino y hacían todas estas pequeñas cosas que se remitían a su tradición. Y ¿cómo es que nosotros sabemos todo esto? Porque la Inquisición conservó un archivo impresionante que estuvo cerrado por siglos pero en la modernidad se abrió para ser analizado por historiadores y académicos quienes descubrieron el tipo de preguntas que hacían los inquisidores. Los clérigos pasaban horas y horas taladrado a estas personas preguntándoles qué hacían los viernes, dónde iban los Sábados y analizaban si las acciones parecían judías. El nivel de detalle y preguntas era tan sofisticado para probar la herejía que incluso hace unos diez años se publicó un libro de recetas de cocina que se encontraron entre los archivos de la Inquisición ya que los inquisidores chequeaban incluso si lo que cocinaban las mujeres parecía comida judía. Aquí les dejo el enlace del libro por si les interesa comprarlo:
- Por otro lado hay otros historiadores (entre ellos Benzion Netanyahu que falleció hace dos años y es el padre del actual primer ministro de Israel) para quienes la Inquisición fue una fabricación. Esto significa que los “conversos” eran buenos cristianos y realmente se habían convertido y creían en el cristianismo. Y por eso la Inquisición había sido una fabricación creada para eliminar a este grupo social puesto que los mismos estaban tomando trabajos que antes solo hacían los cristianos, se estaban infiltrando entre la sociedad, estaban ganando prestigio y poder y por lo tanto la antigua sociedad cristiana necesitaba algún tipo de acusación en contra de los “conversos” para minimizar su crecimiento. Esto significa que las acusaciones de herejía eran una fabricación para realmente limitar el crecimiento político y social de los “conversos” culpándolos falsamente. Para estos historiadores los documentos de la Inquisición no deberían ser tomados en serio ni como recurso de investigación para entender qué paso puesto que fueron fabricados o inventados.
La realidad es que la mayoría de los historiadores no están de acuerdo con Netanyahu y son más cuidadosos con respecto a esta documentación. La razón principal para no descartar el archivo de la Inquisición es que estos documentos nunca fueron públicos hasta la modernidad. Nunca se usaron para propaganda antisemita o anti-judía. Muy por el contrario fueron meticulosamente protegidos, coleccionados y ocultados hasta el siglo XX cuando los historiadores comenzaron a profundizar en este material. Y por lo tanto asumir que los inquisidores estaban mintiendo implica que no eran serios en su religiosidad (más allá que nosotros consideremos que no es muy piadoso torturar gente de este modo como una forma religiosa). Pero desde la propia perspectiva religiosa de los inquisidores no tendría sentido fabricar evidencias. Los inquisidores eran clérigos, hombre de la Iglesia y sin importar cuán equivocados podemos considerar que eran sus acciones ellos actuaban según su propia moral religiosa. Desprestigiar el archivo de la Inquisición parecería así no mirar una fuente fundamental para entender la historia de los judíos durante este período.
En los últimos años ha crecido muchísimo el interés sobre todo este período y la Inquisición. Ha surgido tanto material que hoy en día se estudia en forma comparativa la historia de los “marranos y los moriscos” y es analizada desde un punto de vista mucho más global. La Inquisición viaja y persigue a todos los herejes: se instala en Venecia, Brasil, México, Portugal y continúa en funcionamiento por varios siglos más luego de este período que estamos analizando aquí. Y de alguna manera este tema entraría en la categoría de las relaciones judías y cristianas en los comienzos de la Modernidad Temprana. El fenómeno de los “conversos” no es algo que desaparece y estas víctimas van a ser rastreadas por todas partes. Los “conversos” eventualmente van a ser una pieza clave en el desarrollo de la Modernidad Temprana puesto que algunos de ellos retornarán al judaísmo, otros permanecerán cristianos e incluso en Amsterdam no serán obligados a seguir ninguna religión y serán de alguna manera los primeros hombres modernos que son seculares. Sin duda estas personas van a ir creando un espacio único entre el cristianismo y el judaísmo que nunca existió en el Judaísmo Medieval. Por eso el fenómeno de los “conversos” es una parte vital de aquello que llamaremos en las próximas publicaciones la experiencia judía en la Modernidad Temprana.
El sentimiento de la Expulsión: un antes y un después en la historia judía
En lo que queda de la publicación quiero enfocarme en la expulsión puesto que es lo que considero representa un antes y un después en la historia judía demarcando el final de una era y el comienzo de algo diferente. Como dije en mi primera publicación sobre esta serie del Judaísmo Medieval, es de gran ayuda dividir la historia en distintos periodos que posean rasgos comunes entre sí para hacerlos distintos a otros periodos. Pero siempre debemos recordar que estas fechas no son absolutas sino dependientes de quién está narrando la historia y qué evento decide enfatizar sobre los otros. El mundo de 1491 no era radicalmente diferente al de 1493. Necesitamos dividir la historia en períodos pero no debemos ser tan ingenuos como para pensar que absolutamente todo cambia de un día para el otro.
De todos modos hacer estas divisiones es útil para abarcar material más amplio y tener justamente una visión más general que nos permite de alguna manera dar un paso hacia atrás y observar todo el escenario para poder así hacernos las preguntas más profundas o más interesantes y no hundirnos en los detalles. Y de hecho digo todo esto porque justamente lo que quiero argumentar es que la expulsión de los judíos de España en 1492 realmente es un punto de inflexión en la historia judía. Tenemos que imaginar que luego de la expulsión realmente se cierra un capítulo en la historia judía y comenzamos uno nuevo con nuevos desafíos que no existían en la era medieval con respecto a lo social, lo político, lo económico e incluso lo religioso judío. Analizar estos cambios y comprenderlos va a ser el objetivo de lo que queda en esta serie del Judaísmo Medieval.
Como ya dijimos el edicto de expulsión tenía como primer objetivo deshacerse de los judíos para propulsar la asimilación de los “conversos” en la sociedad española. Esto lo que declara literalmente el edicto de expulsión. Los números sobre cuántos judíos fueron expulsados es casi imposible de determinar con certeza y los historiadores no han logrado ponerse de acuerdo con respecto a la cantidad. La mayoría de los que se fueron emigraron a Portugal donde el clima era muy parecido y la comida también. Pero tan solo cinco años después y de un día para el otro se les ofrece la posibilidad de irse o convertirse al cristianismo. Así otros tuvieron que nuevamente abandonar otro territorio pero los que se convirtieron obviamente no eran sinceros en su decisión pero habían sido forzados por un decreto. Este es el motivo por el cual el problema de los “conversos” y la Inquisición desaparece en España y reaparece de pronto en Lisboa.
Para la generación de los exiliados de España la sensación misma de la expulsión fue experimentada como un punto muy bajo en el devenir de la historia judía. A tal punto llegó el dolor de toda esta experiencia que muchos de los más grandes pensadores judíos de ese tiempo declararon que la llegada del Mesías era algo inminente ya hace 500 años atrás. Cuando uno lee los testimonios de estas personas que habían vivido todas sus vidas en España y provenían orgullosamente de generaciones de varios siglos viviendo en la tierra donde surgieron grandes pensadores de la historia judía como ibn Gabirol, ibn Ezra, Halevi y Maimonides que analizamos en esta serie, Bajia, Najmanides, Moises de León (a quien se le adjudica la escritura del Zohar), Baal ha-Turim entre tantas otras importantísimas personalidades que no estoy nombrando, pero lo que quiero que vean con todo esto es que realmente los judíos pasaron mucho tiempo de su historia en España y crearon realmente una cultura significativa en dicho lugar. Tuvieron tiempo para desplegar su comunidad, florecer y participar activamente en la conformación cultural de la España medieval. Y realmente lo que quiero que sienten es físicamente la sensación de decepción, tristeza, de sentir que uno debe abandonar realmente lo que considera su lugar en el mundo (el mismo lugar donde crecieron sus bisabuelos, abuelos, padres, etc.) la tierra de uno -más allá de lo que sentían estos judíos por la Tierra de Israel- y cerrar una etapa en la historia. Imaginen si mañana mismo ustedes tuvieran que agarran todo lo que tienen, respirar hondo e irse a vivir otro lugar tal vez lejos de la familia, los amigos, el clima y la cultura que a uno lo rodea le otorga una pertenencia.
La expulsión y el Mesías
Tal vez la articulación más triste de este momento es la que se encuentra en los escritos del líder principal de la comunidad Judía española durante la expulsión. Su nombre es Don Itzjak Abrabanel (1437-1508). Luego de la expulsión Abrabanel se asienta finalmente en Venecia en donde escribe un comentario espectacular sobre toda la Tora y escribe una trilogía sobre el Mesías. Para Abrabanel su generación había vivido el punto más bajo en la historia judía y por eso esto debía significar que las cosas se van a poner mejor. Para una visión teológica medieval como la de Abrabanel Dios estaba castigando a Su pueblo para finalmente regresarlos a la Tierra de Israel. La expulsión vista desde esta perspectiva era así un símbolo que algo grandioso estaba a punto de suceder y eso grandioso era la inminente llegada del Mesías (motivo por el cual Abrabanel escribe una trilogía sobre el tema).
Lo irónico de todo esto es que Abrabanel es además un líder político en su propio contexto. Trabajaba para el estado español y era allegado a los reyes españoles. Incluso los reyes españoles le ofrecen a Abrabanel la posibilidad de quedarse en en España mientras todo el resto de la comunidad estaba siendo expulsada. Pero por supuesto que Abrabanel rechazo la oferta. Por lo tanto tenemos una figura fascinante de un judío que trabaja para el Estado y escribe una trilogía mesiánica. Este es el tipo de mente que estamos hablando con una complejidad impresionante sobre cómo entiende el pasado, el presente y el futuro judío.
El Impacto de la comunidad judía sefaradí y los «conversos» para el resto de la historia
Quiero compartir la opinión de otros autores judíos que reflexionaron en su propio tiempo la tragedia de la expulsión de España. Por supuesto que estos autores nunca llamaron a este episodio el comienzo de la Modernidad Temprana pero nosotros vamos a hacerlo por muchos motivos pero principalmente porque esta migración va a finalizar un largo período de la historia de los judíos en Europa del Oeste mientras se mueven para Este. La expulsión de los judíos de España en 1492 da comienzo a una movilidad geográfica acelerada. Conduce a mayores contactos entre judíos con otros judíos de diferentes trasfondos, tradiciones, idiomas e incluso potencia el contacto entre judíos y no judíos. Al conocer más de cerca a otros judíos de otras latitudes los judíos mismos descubrirán no solo las similitudes sino las diferencias abismales entre los unos y los otros. Esta movilidad no solo debemos pensarla como un movimiento masivo de gente sino experimentarla en el plano individual. Hablamos de personas como cualquiera de nosotros que comienzan a moverse en forma constante por casi todas las comunidades judías de Europa. La circulación e intercambio de individuos, ideas, bienes materiales e instituciones fue principalmente el impacto más importante que la cultura sefaradi tuvo al redefinir la diáspora hasta nuestros días. Todos estos judíos sefaradies llevaron hacia nuevas partes del mundo siglos de experiencia manifestada en sus habilidades económicas. También afectaron drásticamente otras ramas del hacer humano como la industria textil, la vinícola, la banca, la impresión de libros, el comercio internacional y la administración fiscal.
Los judíos sefaradies se moverán hacia Italia, el Imperio Otomano, Europa Occidental e incluso llegarán eventualmente al continente Americano. Los desafíos de la Modernidad Temprana (que se derivan también de esta expulsión) presentarán por primera vez escenarios en los que se pondrá en duda la identidad judía. Y con esto nos referimos al caso de los judíos Conversos quienes entrarán en el espacio judío mundial después de haber nacido y vivido como cristianos. Estos judíos que -aunque suene raro- eran cristianos volverán a conectarse con el judaísmo en nuevos lugares en los cuales podrán ser judíos sin la presencia de la Inquisición. ¡Por primera vez en la historia será posible sostener dos religiones simultáneamente! Por eso las paradojas de estos individuos son fascinantes puesto que conservan parte de su identidad cristiana de nacimiento junto con su creencia y pensamiento judío que van descubriendo en lugares como Amsterdam, Praga, Venecia, Safed e incluso Esmirna. El cocktail que mezclará todos estos grupos étnicos por primera vez en la historia (sefaradim, ashkenazim, judíos Italianos, etc.) será el emergente lento del judío moderno definido por un mishmash o una mezcolanza de tradiciones que se influencian mutuamente en formas impredecibles.
¿Por qué es importante tomar conciencia de todo este período propulsado por la expulsión de los judíos de Sefarad? Simplemente porque es a través de examinar el pasado que podemos aprender acerca de nuestra situación actual. La historia de los judíos en Europa y en especial los que salieron de España es crucial para entender todo nuestro propio mundo.
Entender cómo se transmiten los valores comunitarios judíos a través del devenir histórico le da a uno un sentido más profundo del mundo contemporáneo. Y con esto tenemos un poderoso paralelismo: la imprenta que surge al poco tiempo de la expulsión de España será aprovechada por judíos sefaradies para publicar cientos de libros en ladino que circularán por todo el mundo uniendo tradiciones, interpretaciones y comentarios rabínicos que ni se conocían entre los judíos que vivían en Cracovia de los que vivían en el Norte de Africa. Sin ir más lejos todo esto es lo que permitirá la aparición del famoso Shuljan Aruj, el primer libro de Ley Judía que unifica tanto las tradiciones sefaradim como las ashkenazim bajo un canon supra-comunal. La tecnología de la imprenta realmente transformará la cultura judía del mismo modo que Internet (y el hecho que ustedes estén escuchando un Podcast o leyendo este texto en un sitio web) ha transformado la cultura judía nuevamente. Con sitios como Judíos y Judaísmo (entre tantos otros que están online) podemos observar la manera en la que los judíos transmitieron su propio patrimonio a través de libros impresos para luego corresponder el mismo fenómeno en la forma en que se empieza a transmitir nuestra herencia en los tiempos que corren.
Todo lo que he escrito y traducido en mi blog en los últimos tres años ha circulado por la comunidad judía y no judía de todas partes del mundo. Y como uno de los pensamientos recurrentes de cualquier académico, escritor o blogger es “¿quién me está escuchando o leyendo realmente?” la tecnología, obviamente, ha creado nuevas y sorprendentes oportunidades.
Las visiones pre-modernas sobre la expulsión
Pero quiero retomar estos dos autores judíos escribiendo en el siglo XVI sobre el significado de la expulsión para cerrar esta publicación. Uno de estos autores es Samuel Usque (http://es.wikipedia.org/wiki/Samuel_Usque) y el otro el Salomón ibn Verga (http://es.wikipedia.org/wiki/Salomón_ben_Verga). Ambos autores escribieron libros de historia así que con ello y en especial en nuestro viaje por la historia judía tenemos el nacimiento de un género muy interesante que comienza a emerger a medida que los judíos comienzan a reflexionar sobre su pasado ya en el siglo XVI. Estos dos autores intentaron comprender el pasado en relación al presente que estaban viviendo alrededor del 1500 utilizando la historia como un medio de consolación. En el caso de Usque tenemos un autor que era un “converso” y que al volver al judaísmo escribe un libro en portugués dirigido hacia otros “conversos” tratando de convencerlos que regresen al judaísmo. Según Usque las cosas se van a poner mejor. Para él si bien los “conversos” habían sufrido hasta ahora con las conversiones, la Inquisición y la no aceptación de este grupo por parte del mundo cristiano, Usque escribe que el Imperio Otomano está abriendo sus puertas a los judíos y la Tierra de Israel ahora vuelve a estar disponible para los judíos. Por lo tanto Usque les ruega que no se rindan. Que no abandonen y que vuelvan al judaísmo. Y la obra claramente está apuntada a los “conversos” ya que está escrita originalmente en portugués.
Las consecuencias del encerramiento
La obra de ibn Verga por otro lado está escrita en hebreo originalmente y es muy interesante. Los historiadores hoy creen que esta obra es la que muestra el desarrollo de una nueva conciencia que eventualmente se desplegara como la conciencia del judío en la modernidad. En su obra Verga también escribe historia y se dirige a los “conversos” y a los otros judíos por igual. Pero también reflexiona en el sentido de la tragedia de la expulsión y se pregunta ¿Por qué los judíos sufren tanto? ¿Por qué son víctimas constantes de persecuciones? ¿Por qué hay libaciones de sangre? ¿Por qué hay ataques constantes hacia los judíos? Y su respuesta por primera vez en la historia judía es muy diferente comparado con las respuestas que otros judíos hasta ese entonces habían ofrecido. Para Verga todo esto sucede no solamente porque Dios nos está castigando o porque para preparar el escenario para la llegada del Mesías hay que acarrear tanto sufrimiento sino porque los judíos mismos han actuado hasta ese entonces en forma sospechosa y privada. Por primera vez vamos a tener una visión sociológica presentada por un judío. Ibn Verga dice que si nos movemos todo el tiempo a puertas cerradas la gente va a sospechar incluso mucho más sobre lo que hacemos y creemos. Para él estas son las razones naturales por las cuales los judíos han sufrido tanto. Y lo más interesante es que en su libro no ofrece una prescripción sobre cómo salirse de esta situación pero lo está analizando y lo pone en las palabras de un personaje ficticio cristiano llamado Tomás quien se convierte en el narrador que explica el antisemitismo y el anti-judaísmo y una posible respuesta judía. La obra de ibn Verga fue publicada varias veces en el siglo XVI incluso hasta la modernidad pero lo más interesante es que nos ofrece uno de los primeros análisis sociológicos de las relaciones entre judíos y cristianos intentando enfrentarse con una de las preguntas más complejas para los judíos y no responderla solamente desde un punto de vista teológico (es decir, esto es lo que Dios quiere) sino entenderlo como el resultado de un proceso social entre judíos y cristianos quienes tienen que lidiar con el hecho que viven juntos en el mundo y si intentan encontrar la forma de comunicarse y entenderse mutuamente con sus diferencias podrán superar el odio irracional y crear una nueva armonía entre ambas religiones. Esta búsqueda no pudo alcanzarse tampoco en el siglo XVI pero de todos modos nos ofrece el potencial de examinar la pregunta sobre el lugar de los judíos en el mundo y la historia.