¿Es el amor algo importante en la vida? Sí, lo es. Tal vez lo más importante. Sin embargo una de las cosas más difíciles de definir, entender y explicar sigue siendo el amor.
Lo mejor para de una vez por todas comprender qué es el amor es ir a buscar en la Torá. Entonces, ¿cuál es la primera mención de la palabra amor en la Biblia? Y la respuesta está en el libro de Génesis 22:5 cuando Dios le dice a Abraham que tome su único hijo, a quien ama, Isaac y lo lleve a la montaña para ofrecerlo como ofrenda de sacrificio a Dios.
Presentar por primera vez el amor de esta forma es extraño por dos razones. En primer lugar creo que muchos de nosotros esperamos que la primera mención sobre una relación amorosa en la Biblia sea entre un hombre y una mujer. Pero es entre un padre y un hijo. Y es pronunciada por Dios. Dios está diciendo al padre que ama a su hijo. Y segundo y más extraño aún es que el amor está siendo presentado en el contexto de un sacrificio y no como intimidad o romance. Y dicho sea de paso es el sacrificio más difícil que leemos en toda la Biblia: un padre que debe asesinar a su único hijo para ofrecerlo en un altar como sacrificio a Dios.
Quiero que por un momento nos olvidemos qué es lo que Abraham tiene que hacer (lo cuál es el tema de miles de sermones, libros y ensayos sobre el sentido de la fe) y sólo nos concentremos en el tema que «la primera mención del amor en la Torá está atada a la idea de sacrificio»
Si comprendemos esto llegaremos a reconocer que no podemos tener amor sin sacrificio. Si no estamos dispuestos a sacrificar algo por el otro entonces no estamos en una verdadera relación amorosa.
La ofrenda del sacrificio en hebreo se dice korban. Cuando ofrendamos algo a Dios estamos haciendo un korban y korban en hebreo significa literalmente «acercamiento». Cuando sacrificamos algo por el otro “nos acercamos” a ese otro. Y no podemos estar más cerca del otro si no estamos dispuestos a renunciar a algo para estar con ellos.
Esto es real para todas las relaciones amorosas: padres, hijos, cónyuges, amigos e incluso para la “comunidad judía”. Nadie ama a Israel, el pueblo judío, la comunidad judía o Dios si no les cuesta nada. Todo amor exige algo de nosotros. Y es una demanda que simultáneamente duele (porque cualquier cosa que uno tiene que dar duele) pero también alivia.
Cada vez que ponemos lo que la otra persona necesita o lo que nuestra comunidad necesita antes que nuestras necesidades personales estamos haciendo un korban. Y lo mejor es que cuando hacemos esto nuestro amor por dicha persona o causa aumenta y no disminuye. Porque es una ofrenda, un korban, un sacrificio y ahora sabemos que eso significa que nos estamos acercando más y más a aquello que amamos.
El amor exige sacrificio para poder existir. Cuando enseño a mis alumnos sobre el amor y cuál es la forma amorosa de operar en este mundo les digo que «el amor no es lo que recibes sino lo que das”.
Imaginen qué diferente sería el mundo si nos enseñaran primero “¿qué podemos ofrecer?” en lugar de “¿qué me llevo de esto?”
La Tora sigue siendo nuestra guía, manual y brújula. La primera vez que la Tora nos enseña qué es el amor nos está enseñando lo que significa dar.