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Judíos & Judaísmo

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Sostenedor y Contenedor de Paradojas y Contradicciones

03/12/2017 por Diego Edelberg 25 comentarios

A medida que más vivo, experimento, estudio, amo, sueño, sufro, acompaño personas y familias en el abanico de alegrías y tristezas que la vida como unidad indivisible nos propone; leo cientos de emails que me escriben de todo tipo y converso con otras personas y conmigo mismo me convenzo cada día más que mi imagen de Dios se ha tornado últimamente en «sostenedor y contenedor de paradojas y contradicciones».

La Tora misma nos dice en la parasha que leímos esta semana que, «No se dirá más tu nombre Iaacov sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres y has vencido» (Génesis 32:29). Ser Israel literalmente significa ser «luchadores» y la declaración del Shema que hacemos todos los días nos exige que entendamos la unicidad de las paradojas y contradicciones como parte de nuestra lucha. Todos enfrentamos contradicciones y paradojas como parte de la experiencia humana continuamente. Y ahí, en este instante de lucha que nos acontece una y otra vez, emerge ese Dios sostenedor y contenedor de paradojas y contradicciones.

Dios es el contenedor de todo lo que no podemos unir como humanos en nuestras disonancias cognitivas, nuestros procesos de desequilibrio constante, nuestros momentos de sinsentido y las expectativas no cumplidas que fantaseamos. Dios contiene y sostiene estas instancias.

El símbolo más claro de esta imagen es la famosa zarza que arde y no se consume. Es lo que llama la atención de Moisés en el contraste absoluto con su archienemigo el Faraón de Egipto. El Faraón representa ese Dios de lo binario, lo blanco o lo negro, lo bueno o lo malo, lo correcto o incorrecto, las mujeres o los hombres, los amos o los esclavos. Moisés emerge de ese mundo de amos o esclavos, de buenos o malos y se encuentra con este Dios que está en una zarza que se está quemando pero no se consume. ¡Vaya disonancia cognitiva que enfrentó Moisés!

Al igual que el Dios de Moisés, mi Dios últimamente es el que aparece en esa zarza que quema pero no se apaga porque habita en el intersticio, en ese entre-medio-de, en ese microsegundo antes que la momentánea disonancia se resuelva en la consonancia del siguiente acorde. Últimamente ahí me encuentro con Dios. Y confieso que con toda la tensión que acarrea ese momento de disonancia, es lo que me alimenta el alma y me da mucha satisfacción cuando volvemos a encontrarnos con Dios en ese punto del tiempo y el espacio.

Lo sé, quizás sería más simple decirles que nos encontramos en la sonrisa de mis hijos, la mirada y abrazo de mi esposa, los momentos de chistes y conversaciones con familia y amigos, celebrando y bendiciendo la vida en comunidad, cuando me despierto en la mañana y desayuno mirando la precordillera de los Andes desde el living de mi casa en Santiago de Chile, cuando estudio Tora, cuando sueño e imagino qué sorpresa me traerá la vida…sin dudas Dios está en todas estas experiencias y por eso fluyen tan rápido de mis dedos al escribirlas. Dios está siempre ahí.

Hoy quiero compartir este Dios contigo. Es un Dios que está presente si estás atravesando un momento sin resolución (¿acaso hay momentos resueltos?). Es un Dios que nos está llevando a los dos de la mano mientras caminamos por la cuerda floja al próximo punto de resolución momentánea y descanso muy breve. Es el sostenedor y contenedor de todas las contradicciones y paradojas que estamos viviendo. Solo quiero saber y me gustaría leer tu comentario, ¿también te encuentras con Dios en estas instancias?

Archivado en: Aforismos, Citas, Espiritualidad y Religión, Dios de los judíos, Espiritualidad, Rezo Judío ayer y hoy

Los Trece Atributos de Misericordia Divina

22/04/2014 por Diego Edelberg 46 comentarios


Como Jazán (Cantor Litúrgico) me resulta fundamental entender cada palabra que recito en mis plegarias. Soy extremadamente sensible a las interpretaciones del texto y hago un esfuerzo enorme para conectarme con el significado más profundo de cada parte que compone cada servicio religioso. Mi objetivo no es solo buscar la música apropiada que exprese lo que considero es la esencia de cada plegaria sino también transmitir a través de mi voz el poder que tienen las palabras.

Para quienes intentan descubrir estos mismos significados no puedo sino recomendar una vez más las obras del rabino y académico Lawrence Hoffman. En especial su serie My People’s Prayer Book, Vol. 1: TraditionalPrayers, Modern Commentaries–The Sh’ma and Its Blessings que consta de 10 volúmenes en los cuales el editor invita a rabinos y académicos para que expongan una visión histórica, teológica, cabalística, jasídica, filosófica, lingüística, bíblica, feminista, medieval y moderna basándose en las ediciones más antiguas de las plegarias judías preservadas en manuscritos anteriores a la imprenta. No solo eso sino que además el autor compara entre distintos Sidurim (libros de rezos) que utilizan judíos Reformistas, Ortodoxos, Conservadores, Reconstruccionistas y Jasídicos en diferentes partes del mundo contrastando las decisiones editoriales de cada grupo al momento de elegir entre el nusaj Ashkenaz, Sefarad, Edot HaMizraj y Ari-Zal (creo que esto mismo es una invitación a una publicación que intentaré abordar próximamente detallado estas diferencias). Pero sin dudas no hay una obra más completa y detallada que la de Hoffman sobre liturgia judía. Les recuerdo de todos modos que su obra está toda en inglés -y en hebreo por supuesto-.

Sin embargo gran parte del material y contenido de esta publicación está tomada de una clase con el Rabbi Zamek aquí en Hong Kong con quien compartimos la tarea comunitaria.

 

Los Trece Atributos de la Misericordia en el rezo judío

Uno de los momentos más plenos de la plegaria judía (todos son importantes pero este particularmente me conmueve muchísimo) sucede en la recitación de los Trece Atributos de la Misericordia Divina. Quizás es la primera vez que escuchan acerca de estos Atributos así que vamos a explorarlos en detalle porque realmente encierran un sentido profundo sobre Dios, Sú relación con Moisés y por sobre todo lo que la tradición judía ha hecho con estas palabras escritas en la Tora.

Y ya que estamos hablando de la plegaria comencemos ubicando los 13 Atributos en el contexto del rezo judío. Cuando las festividades judías caen en días de semana -es decir no en Shabat– durante Pesaj, Shavuot y Sucot (conocidas como Shalosh Regalim “Las 3 Fiestas de Peregrinaje” puesto que en épocas en las que existía el Gran Templo en Jerusalem se peregrinaba hacia allí en dichas fechas) y en Rosh Hashana, Iom Kipur y Hoshaná Rabá se inserta antes de la lectura publica de la Tora el siguiente versículo tomado literalmente de la Tora (Exodo 34:6-7) el cual debe ser recitado 3 veces:

(וַיַּעֲבֹר יְהוָה עַל-פָּנָיו, וַיִּקְרָא)    יְהוָה יְהוָה, אֵל רַחוּם וְחַנּוּן–אֶרֶךְ אַפַּיִם, וְרַב-חֶסֶד וֶאֱמֶת.  נֹצֵר חֶסֶד לָאֲלָפִים, נֹשֵׂא עָוֹן וָפֶשַׁע וְחַטָּאָה; וְנַקֵּה (לֹא יְנַקֶּה–פֹּקֵד עֲוֹן אָבוֹת עַל-בָּנִים וְעַל-בְּנֵי בָנִים, עַל-שִׁלֵּשִׁים וְעַל-רִבֵּעִים)

Esto se traduce (o se lee) literalmente como:

(Y pasando Dios por delante de él proclamó): Adonai, Adonai, Dios Misericordioso y Clemente, tardo de ira y grande en benevolencia y fidelidad; Quien prodiga misericordia por miles de generaciones, perdona la iniquidad, el pecado intencional y el error y purifica (sin embargo, Él no purifica todo el castigo pero visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y nietos, hasta la tercera y cuarta generación).

Es importante antes de seguir reconocer que toda traducción siempre es una traición. Por lo tanto del hebreo original al español hay una brecha inmensa de significados y más aún cuando muchas de estas palabras traducidas toman un tinte “cristiano” que suena tremendamente ajeno para los judíos. Por ejemplo escuchar que la Tora nos habla de lo que podríamos traducir como “gracia”, “misericordia”, “pecado”, “benevolencia” y “clemencia” es realmente extraño para un judío. Por eso me disculpo ante quienes son fanáticos de los textos originales. No me queda otra opción que traducirlos para poder impartir una enseñanza que tiene como objetivo llegar a lectores que no pueden leer desde el hebreo original.

Pero lo más importante de esta primera parte que relaciona los Atributos de Misericordia con el rezo es entender el motivo por el cual puse los paréntesis tanto en la cita del hebreo original como en mi traducción. Lo hice para mostrar que el texto original de la Tora contiene más palabras dentro de esa cita que sólo el fragmento que eligieron los rabinos insertar en el Sidur (libro de rezos). Justamente lo interesante es que en la recitación de estas palabras durante la plegaria no se menciona lo que está entre paréntesis.  Por supuesto que no debería sorprendernos que los rabinos hayan hecho este trabajo editorial al copiar el texto desde la Tora al Sidur. Los rabinos siempre se sintieron libres de tomar fragmentos de la Tora y el TaNaJ y utilizarlos como parte de los servicios religiosos incluso a veces modificando el sentido mismo del texto original (aquí pueden leer un ejemplo de esto mismo en la plegaria por la Creación: http://www.judiosyjudaismo.com/2013/03/la-creacion-en-la-plegaria-o-rezo-judio).

En la recitación de los 13 Atributos dentro de la plegaria el trabajo editorial de los rabinos es absolutamente entendible: sería terriblemente difícil pedirle a Dios que sea Misericordioso al mismo tiempo que exclamamos “Él no purifica todo el castigo pero visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y nietos hasta la tercera y cuarta generación”. Por dicho motivo los rabinos cortaron esa parte para que de alguna manera “nos olvidemos” que en el fondo Dios dijo que castigaría hasta la tercera y cuarta generación.

 

Los Trece Atributos de la Misericordia en Pesaj

Realmente la importancia de los Trece Atributos es fundamental dentro de la tradición judía haciendo de este pasaje uno de los más famosos de la Tora y del desarrollo intelectual de los rabinos a lo largo de toda la historia. Dicho sea de paso otro de los tantos lugares que se nos recuerda el valor de los Trece Atributos es entre las canciones que compartimos durante el Seder de Pesaj. Sobre el final de la mesa se acostumbra a entonar una canción acumulativa que va enumerando distintos constituyentes del judaísmo titulada Ejad Mi Iodea (literalmente ¿Uno quién conoce?). En muchos países donde se habla español o castellano se canta también una versión en ladino principalmente por un tema de familiaridad lingüística y no porque todos los judíos que viven en dichas locaciones hablan realmente ladino. En ladino Ejad Mi Iodea es conocida como Quien Supiese y Entendiese. Pero entre estas dos versiones hay una diferencia abismal: mientras que la versión en ladino concluye el número 13 diciendo “Trece años del Bar Mitzvah” la versión en hebreo exclama “¡Trece son los Atributos de Dios!”.

 

Los Trece Atributos en la Tora

Veamos ahora dónde aparecen realmente estos atributos y en qué contexto. Nos encontramos por primera vez con estos Atributos luego de un momento muy dramático dentro de la historia de los Israelitas en la Biblia. En el momento que Moisés desciende por primera vez del Monte Sinaí -conteniendo las primeras tablas de la Ley- se encuentra con un pueblo que se ha corrompido totalmente adorando lo que pasaría a ser conocido como el famoso Becerro De Oro (confieso que siempre me sentí incómodo con esta traducción de “becerro” y si les pasa lo mismo simplemente imaginen una estatuilla de oro hecha en la forma de una cría de vaca que no tiene más de tres años). Moisés cree que este pueblo ya está perdido luego de esto y que va a ser imposible que Dios los perdone. Sin embargo Dios una vez más -y gracias a las súplicas de Moisés- perdona. Acto seguido Dios le ordena a Moisés que vuelva a subir a la montaña que va a entregarle nuevamente las tablas pero esta vez será Moisés quien tendrá que esculpirlas y si bien esto da pie a otra larguísima discusión la metáfora de las segundas tablas es la forma que la Tora tiene para decirnos que se necesita la presencia humana dentro del texto porque nosotros somos los que vamos a tener que lidiar con el mismo y no Dios.

Pero antes de ponerse a esculpir el nuevo juego de tablas Moisés le hace a Dios no un pedido sino el pedido más sorprendente de toda la Biblia: “muéstrame tu forma (de ser y de lidiar con la humanidad)”. En palabras más simples, ¡Dios quiero verte y entenderte! (sea como sea que entendamos nosotros lo que significa “ver” y “entender”). Dios le responde que va a concebir su deseo de conocer Su forma y concederle además una visión parcial de la experiencia divina. La visión es parcial porque una visión completa nunca sería posible. Sería fatal incluso para Moisés mismo. En forma absolutamente antropomórfica Dios primero decide entonces otorgarle una visión y le dice que va a pasar a través de Moisés y “luego voy a quitar mi mano y tú verás Mi espalda; pero Mi cara no puede ser vista” (Éxodo 33:23). Hay tanto material en este pasaje que me estoy atando los dedos para no desviarme de los Trece Atributos, pero ni se imaginan la cantidad de interpretaciones que existen sobre qué significa que Moisés vio la espalda de Dios.

Después de “ver” a Dios viene la segunda parte, la de conocer la forma de lidiar con la humanidad lo que significa básicamente entender cómo Dios actúa. Nuevamente y en forma absolutamente antropomórfica “Dios bajó en una nube se paro con Moisés ahí y proclamó el nombre de Dios” (Éxodo 34:5). Lo que sigue a esta descripción es literalmente la cita que presenté al principio (“Y pasando Dios por delante de él proclamó: Adonai, Adonai, Dios Misericordioso [etc.]) es decir, los Trece Atributos de la Misericordia.

 

Comienza el Juego ¿sabemos contar?

Aunque no me crean recién ahora comienza la enseñanza central de toda esta publicación la cual empieza por preguntarnos ¿Cuáles son los 13 Atributos de la Misericordia? ¿Quién los enumeró? ¿Cómo se decidió la división de todas estas palabras en trece? Al igual que los famosos 613 mandamientos que no aparecen enumerados como una lista en la Tora y son derivados a partir de la Ley Oral, lo mismo sucede con los Trece Atributos de la Misericordia.

 

El desglose de Rabeinu Tam

El más famoso desglose es el que realizó el nieto de RaShI, Rabeinu Tam (comparto la traducción y la fonética hebrea para que se ubiquen):

  1. Adonai – yud-hei-vav-hei
  2. Adonai – yud-hei-vav-hei
  3. Dios – El
  4. Misericordioso – Rajúm
  5. Y Clemente – v’Janún
  6. Tardo de ira – Erej Apayim
  7. Y grande en benevolencia – v’Rav Jesed
  8. Y Fidelidad – v’Emet
  9. Quien prodiga misericordia por miles de generaciones – Notzer Jesed l’Alafim
  10. Perdona la iniquidad – Nose Avon
  11. Y el pecado intencional – v’Fesha
  12. Y el error – v’Jataah
  13. Y purifica – v’Nakeh

No todos los comentadores siguen exactamente este desglose pero el mismo se ha convertido en el más aceptado. Más allá de los números, tenemos otros comentarios muy interesantes con respecto a estos atributos. Por ejemplo, en el Talmud Rosh Hashana 17b se menciona que Dios al atravesar a Moisés en la nube lo bendijo compartiendo una visión profética en la que Dios mismo estaba envuelto en un talit como un líder de una plegaria pública mientras recitaba estos Trece Atributos de Misericordia. Haciendo esto Dios le dijo que cada vez que Israel errara debían decir estas palabras y Dios perdonaría. Así que si alguna vez están realmente en un caso de extrema urgencia y necesitan una salvación urgente ¡les recomiendo que se aprendan esta lista de memoria!

 

¿Por que están repetidos los primeros dos Atributos?

Me imagino que habrán notado que los dos primeros atributos son exactamente iguales. Dos veces seguidas se nos presenta el nombre de Dios y obviamente esto también llamó la atención de los rabinos en el Talmud. En el mismo lugar que se nos describe que los Trece Atributos son la fórmula que Dios le enseñó a Moises también se nos recuerda que Dios es el mismo antes y después que uno cometa un error o un “pecado” (la palabra pecado no existe en hebreo del modo que es entendida en el cristianismo, lo más cercano es “errar”). Por eso Dios es ‘misericordioso y clemente’. Nos conoce y sabe cuando hemos hecho algo malo pero también sabe lo bueno que podemos ser y hacer. En pocas palabras esto viene a aclararle a todos aquellos que pensaron que uno puede ir por allí haciendo cualquier cosa total después dice estas palabras y listo. Es lo que me recuerda cuando mis amigos no-judíos me dicen (e imaginan) sobre Iom Kipur “está buenísimo ser judío porque haces cualquier cosa, después vas pedís perdón y borrón y cuenta nueva”. No amigos, así no funciona la tradición y menos la conciencia de los judíos. No hay verdaderos atajos en la búsqueda de vivir una vida plena. Siempre le explico esto a mis amigos y es bueno recordarlo todos los días: así no funciona el mundo y muchísimo menos el proceso de arrepentimiento y espiritualidad en el judaísmo.

 

¿Por qué te arrepientes?

Pero la interpretación rabínica comienza a ponerse cada vez mejor tomando este mismo pasaje. Así el genial comentador Sforno nos enseña en su comentario una idea más profunda siguiendo la parte que los rabinos cortaron del texto original de la Tora en el Sidur. Al final de la recitación en la sinagoga decimos ‘purifica’ (Atributo #13). Pero como vimos la frase completa es “purifica, Él no purifica”. En qué quedamos ¿Dios purifica o no purifica?

Y Sforno nos dice que la respuesta depende de la intencionalidad con la cual recitamos estos atributos. Si es por amor a Dios ¡nuestros errores se convierten en méritos! Pero si es por miedo al castigo divino entonces no seremos purificados. Quizás la forma más simple de entender esto es cuando un niño hace algo malo y está más asustado por el castigo que recibirá que por la acción mala que ha realizado. Ahí la pregunta que deberíamos hacernos es ¿qué te preocupa más: el mal que hiciste o el castigo que recibirás por el mal que has hecho? El primero si se reconoce y se promete mejorarlo no solo que se perdona sino que se convierte en mérito. Pero el segundo no.

 

Al fondo del Mar

Si bien estos Atributos están saturados de poder y significado la tradición cuenta con lo que podríamos llamar una versión aún más elevada, suprema, mística o cabalística de estos mismos atributos. Esta versión Suprema la encontramos al final del Libro del Profeta Mija (Miqueas) 7:18-20 donde leemos:

¿Qué Dios es como Tú que perdona la maldad y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque ¡se deleita en misericordia! Él volverá a tener misericordia de nosotros; cubrirá nuestras iniquidades y echará (tashlij) todos nuestros pecados a las profundidades del mar. Mantendrá su fe con Jacob, la fidelidad con Abraham como Prometiste la misericordia a nuestros padres desde los días de antaño.

Sí, ya sé que no suena exactamente igual a los Trece Atributos de la Tora. Pero para la conciencia rabínica este final del Profeta representa realmente una versión Suprema y en hebreo realmente las palabras son casi las mismas. ¡Ah! Me olvidaba de comentar que la razón por la cual traduje la palabra echará (en hebreo tashlij) es justamente porque de aquí viene la famosa tradición de arrojar nuestros errores al mar el primer día de Rosh Hashaná por la tarde. Así comenzamos a deslumbrar lo que se viene puesto que los Trece Atributos no solo deben ser recitados sino puestos en práctica.

 

La Palmera de Débora

Uno de los cabalistas más importantes de la historia fue Moshe Cordovero quien tomando los Atributos Supremos de Mija decidió escribir un libro entero en la forma de un comentario sobre los Atributos de la Misericordia. El libro es breve pero increíblemente sofisticado y profundo (lo recomiendo como lectura durante el mes de Elul mientras uno se prepara para Rosh Hashaná y Iom Kipur). El título original hebreo es Tomer Devorah (La Palmera de Débora) y fue escrito en hebreo a mitad del siglo XVI en Israel. Este breve texto trata principalmente sobre la imitación de Dios a través de la adquisición de rasgos divinos, especialmente los de las Sefirot. La primera edición fue publicada en Venecia en 1588 y aunque este libro no es muy leído entre los judíos de hoy sigue siendo muy popular en la tradición musar (el estudio de la ética) que se centra en el cultivo individual de las midot (para más información sobre midot ver la publicación:  El Delicado Equilibrio – 48 Virtudes Necesarias Para Adquirir Tora)

Cordovero escribe en Tomer Devorah:

Hasta ahora hemos expuesto los Trece Atributos por los que el hombre se asemeja a su Creador. Estos son los Atributos Supremos de Misericordia (refiriéndose a los de Mija) y su propiedad especial es que así como el hombre se comporta aquí abajo para él, igual será digno de abrir la calidad de esos Atributos Supremos desde arriba. Como él se comporta, así será la afluencia de arriba y hará que esa calidad brille sobre la tierra” (Capítulo XIII).

Si han entendido este concepto maravilloso lo que hemos hecho es despegar en dos planos simultáneos: ya no se trata solo de recitar los atributos sino representarlos aquí en la Tierra afectando simultáneamente la forma que los mismos se despliegan en el reino de la divinidad. La misericordia, el perdón, y la fidelidad (entre algunos de los Atributos) no son tan solo palabras o ideas abstractas y divinas. Las mismas afectan ambos mundos funcionando, fusionándose y afectándose tanto desde «aquí abajo hacia arriba» como desde «allá arriba hacia abajo». ¡Apasionante!

 

Haz lo que yo hago Y lo que yo digo

Extendiéndonos en la idea de Cordovero tenemos también el comentario de Moshe Alshij quien vivió en el mismo círculo de místicos que Cordovero y fue discípulo de Iosef Caro. En su comentario al Libro de Números (BeMidbar) Capítulo 14 insiste una vez más en la idea que estos atributos deben ser realizados y no solo pronunciados. Del mismo modo que Dios actúa con bondad, compasión y gracia también nosotros debemos hacer lo mismo con estos Atributos y los restantes. Las palabras solas sin las acciones son ineficientes.

¿Pero entonces debemos recitar estas palabras o actuarlas del mismo modo que pretendemos que Dios las actúe sobre nosotros? La respuesta a esta pregunta es: si. ¡Ambas cosas!

 

La Música de los Trece Atributos de Misericordia

Finalmente creo que lo mejor es terminar esta publicación cantándoles los Trece Atributos de Misericordia. Si bien me escuchan siempre hablar en mis Podcasts o me leen en publicaciones como ésta, también les recuerdo que mi medio principal de comunicación sigue siendo mi canto. Existen muchas versiones musicales diferentes de este mismo texto y si bien debe ser cantando 3 veces aquí comparto al menos una versión (¡y les pido misericordia porque esta no es una grabación profesional sino grabada con micrófono de aire casero!):

http://www.judiosyjudaismo.com/wp-content/uploads/2014/04/13-Atributos.mp3

Archivado en: Biblia Hebrea: Tora, Profetas y Escrituras, Música Judía, Rezo Judío ayer y hoy Etiquetado como: 13 atributos de misericordia, ahora, espiritualidad, misericordia, misticismo judío, plegaria

J&J 004: El Rezo Judío – Estructura y significado de las plegarias judías

07/01/2014 por Diego Edelberg 32 comentarios

Rezar como judío

Hace unos días recibí un mail solicitándome algo que mucha gente me ha solicitado en los últimos años y en especial debido a mi profesión de Jazán (Cantor litúrgico): ¿cómo puedo entender el rezo judío?

Esta pregunta en realidad presenta uno de los desafíos más grandes para las personas que desean rezar dentro de un encuadre judío. Otras preguntas similares que me han hecho es ¿cuál es la estructura del Sidur (libro de rezo) y las plegarias judías? ¿Qué estamos pidiendo cada vez que rezamos? Es sorprendente notar la cantidad de gente que asiste a las sinagogas, recita las plegarias cantando en forma entusiasmada y cuando uno le pregunta si tienen idea realmente de lo que están diciendo o qué significan cada una de las palabras que conforman el Sidur la respuesta es invariablemente una mirada de sospecha. Quizás puede resultar ofensivo preguntarle a alguien que reza desde el corazón si realmente comprende qué es lo que está pidiendo. Pero si esta persona está utilizando el texto del Sidur como guión de referencia debería entender al menos qué creemos y pedimos los judíos. Muchas veces eso no salta a la vista incluso cuando uno conoce muy bien los textos del Sidur.

Una mirada más extraña recibe uno cuando pregunta si sabemos cómo fue el proceso a través del cual se fue configurando nuestro Sidur y sus plegarias. ¿Quién las escribió? ¿Cuándo? ¿En que siglo se agrego el último servicio a nuestro rezo? ¿Cuál fue el primer Sidur que se imprimió como libro? ¿Por qué el Alenu terminó agregándose al final de todos los servicios religiosos cuando originariamente fue compuesto para Rosh Hashana? ¿Quién escribió el Adon Olam y en qué año? ¿Por qué algunas citas de la Biblia aparecen modificadas dentro del Sidur?

Sorprendentemente muchas personas descubren que al entender el significado de lo que han recitado por años en el fondo no están tan seguros que realmente creen eso que piden a Dios.

En este nuevo Podcast nos aventuramos a explorar (como una introducción al tema) la estructura y el significado de las plegarias centrales del judaísmo. Además acompañando el Podcast agregué un Power Point que puede ser útil seguir mientras escuchan la presentación.

Si les interesa profundizar en este tema les recomiendo cualquier libro de Lawrence A. Hoffman (pero recuerden que están todos en inglés).

 

Podcast 004: El Rezo Judío – Estructura y significado de las plegarias judías

https://2d532b30f1c286934a5355e0af94660a6617ed0e.googledrive.com/host/0BwoNe5vEDh4jU1RTYWtDY1Jlenc/JJ-004_-El-Rezo-Judio-Estructura-y-significado-de-las-plegarias-judias.mp3

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¿No tendría más sentido que Iom Kipur venga antes que Rosh Hashana?

30/08/2013 por Diego Edelberg 19 comentarios

El único animal que no necesariamente golpea dos veces con la misma piedra

Estamos muy cerca de empezar un nuevo año de acuerdo al calendario judío (Rosh Hashana, literalmente Cabeza del Año). Para prepararnos ante tan importante evento los judíos hemos reflexionado durante el último mes sobre nuestras acciones pasadas. Así, luego de Rosh Hashana, volveremos a pedir perdón en “el día del perdón” (Iom Kipur) por los errores que como seres humanos todos nosotros (sí, ¡absolutamente todos sin excepción!) hemos cometido en la misión de cada día hacernos un poco mejor.

El objetivo de todo este ciclo no es necesariamente darnos una palmada en la espalda y decirnos un “y bueno, ya está, ya pasó…a otra cosa mariposa”. Muy por el contrario, la idea es poder tomar conciencia de qué hicimos mal para cuando nuevamente nos encontremos ante una situación similar en el nuevo año (y todos los que sigan) recordemos que nos habíamos comprometido de ahora en más a ser cuidadosos y no volver a chocar con la misma piedra dos veces. 

Pero hace poco me hicieron una pregunta muy interesante: si en Iom Kipur nos quitamos de encima todos los pecados arrastrados en el último año y empezamos una nueva página hasta el próximo Iom Kipur, ¿por qué no viene Iom Kipur antes que Rosh Hashana? ¿Acaso no nos sentiríamos mejor si empezáramos el nuevo año frescos y sin pecados sobre nuestras espaldas? 

 

¿Ante quién nos estamos disculpando?

Toda la temática central de la liturgia del rezo en Rosh Hashana gira en torno a la coronación de Dios como “El Rey Absoluto”. Por supuesto que llamar a Dios “Rey” es una simple metáfora que para aquellos que nunca vivimos bajo una monarquía no tiene mucho sentido. Para mí tendría mas fuerza coronar a Dios como “Presidente Absoluto”. Sin embargo tampoco alcanza esta última coronación metafórica para indicar a qué nos estamos refiriendo con todo estos títulos. En otras palabras, Dios no es literalmente un Rey ni tampoco es un Presidente. Dios es Dios.

Pero la imagen o metáfora de Dios como un Rey siempre fue muy fuerte para nuestros antepasados puesto que cuando ellos vivían el Rey era la persona más poderosa y en algunos casos era considerado el representante de Dios en la tierra. Si estaba ahí era porque Dios lo quería. Sin embargo cuando una imagen de Dios se vuelve social o moralmente inadecuada también termina volviéndose religiosamente inadecuada. Si las metáforas o imágenes de Dios tienen como objetivo facilitar nuestra conexión con Dios muchas metáforas lamentablemente terminan alejándonos de esa relación y en lugar de aclarar oscurecen.

Para nosotros hoy todo esto tiene otra simbología. Lo que estamos tratando de establecer utilizando todas estas imágenes y metáforas es que al fin de cuentas Dios es importante en nuestras vidas. Lo que se está enfatizando en realidad es cuál es la relación que vamos a tener con lo que hemos decidido llamar Dios, Rey de Reyes, Señor, Padre o Infinito (en el misticismo judío Dios es llamado Ein Sof, literalmente Sin Fin).

Por lo tanto antes de disculparnos con Dios tenemos que hacer el trabajo de restablecer a Dios en nuestra rutina y ponerlo como centro. Utilizando las ideas de Martin Buber podríamos decir que primero tenemos que reubicar a Dios como un sujeto en lugar de un objeto. De lo contrario sería como ir a pedirle perdón a un desconocido. Justamente el mundo está lleno de gente con la que no nos enojamos ni peleamos porque simplemente no nos importa. Y de esas personas no necesitamos sus disculpas ni su perdón. Solo nos enojamos con la gente que en el fondo queremos.

Rosh Hashana viene antes que Iom Kipur para que podamos primero reconocer a Dios como Dios y luego disculparnos ante Su Presencia.

Shana Tova Umetukah (Año Bueno y Dulce).

 

Archivado en: Calendario Hebreo (Luaj), Judaismo Hoy, Rezo Judío ayer y hoy Etiquetado como: con dios, martin buber, misticismo judío, rosh hashana

10 Consejos Para Rezar Mejor

09/05/2013 por Diego Edelberg 16 comentarios

1. Menos inspiración y más concentración

Si escuchamos por primera vez una sinfonía de Beethoven es muy poco probable que logremos captar todas las sutilezas y genialidades del compositor. Beethoven es considerado uno de los más sofisticados “arquitectos musicales” de la historia pero solamente podremos reconocer esto si hacemos el esfuerzo de estudiar el “patrón” que ha decido utilizar en cada una de sus obras.

Con la plegaria judía ocurre lo mismo. El Sidur (libro de rezos judíos) es una obra arte. Y como ocurre con cualquier obra de arte, el primer paso para saborearla es decidir indagar en su estructura y entender su poesía.  Para eso debemos separar entre “expresión” y “técnica” y entender que una cosa no va en detrimento de la otra sino que se complementan. Debemos estudiar los textos de nuestras plegarias fuera de los momentos en los que estamos utilizándolos para rezar. Así, cuando volvamos a utilizarlos, los mismos van a tener aún más sentido e inspirarnos mucho más.

Mi consejo es: del mismo modo que se sientan a leer un libro sobre historia u otros temas, siéntense con el Sidur a leerlo (¡incluso estudiar en el judaísmo es considerado como rezar!). Si consiguen el Sidur de la editorial Artscroll puede ser de gran ayuda por los comentarios.

 

 2. Debemos literalmente pedir y agradecer

Quizás pueda resultar obvio pero rezar es hablar con Dios. Y cuando uno habla con Dios no hay correcto o incorrecto. Solo hay que tener ganas de hacerlo. Uno tiene que pedir lo que quiere, anhela o desea. Pero también es fundamental reconocer y agradecer todo lo que uno ya tiene. No pienses la plegaria como algo que solo algunos saben y pueden hacer bien. Todos somos exactamente lo mismo ante el Creador: simples mortales que atraviesan momentos buenos y momentos no tan buenos.

 

 3. Relájate y no juzgues si lo estás haciendo bien o mal

Es muy difícil hablar con alguien en forma sincera si lo estamos juzgando. Lo mismo ocurre con nosotros mismos al rezar. Cuando hables con Dios no te juzgues. Simplemente deja que fluya. Lo que salga de tu boca o tus pensamientos es lo que tiene que salir (de todos modos Dios ya sabe lo que estás pensando en realidad así que no te preocupes por ser específico o políticamente correcto). Tampoco te desesperes si no conoces absolutamente todas las palabras del Sidur. Entrégate a lo que estás haciendo.

 

 4. Reza en comunidad

Tal vez en soledad podemos creer que nos conectamos más con Dios y en forma más personal o íntima. Pero para la tradición judía la conexión con Dios es aún más grande cuando rezamos con otras personas. Rezar mejor implica reconocer que es una responsabilidad hacerlo no solo por nosotros mismos y nuestras necesidades sino también por lo que los otros necesitan.

 

 5. Se humilde ante Dios

La vida del arrogante es terriblemente aburrida. No hay nada peor que creer que “las sabemos todas”. Pero la humildad no implica sentirse una insignificante criatura. Significa darse cuenta que todo el mundo fue creado para nuestro deleite y simultáneamente no somos más que polvo de la tierra. Sostener esta tensión es muy efectiva para entrar en un estado de humildad y reconocimiento ante lo efímero de nuestra existencia y la relativa pequeñez que a veces tienen “nuestros grandes problemas”.

 

6. Se apasionado

Estoy convencido que la pasión se transmite. Si han visto alguna vez las presentaciones de TED saben de lo que estoy hablando. Uno tiene que tener ese entusiasmo al rezar. Uno tiene que imaginar que literalmente se encuentra ante una Presencia que quiere lo mejor de nosotros. Aunque tengamos dudas sobre qué es realmente lo que estamos haciendo al rezar (o si realmente funcionan nuestros pedidos) no debemos perder el entusiasmo ni la pasión por lo que estamos haciendo. Por lo tanto debemos creer todo lo que estamos diciendo y haciendo en nuestras plegarias y no rezar solo por rutina o hábito.

 

7. Pedí ayuda

Todos sabemos lo mismo cuando llegamos al mundo: cero, nada. Ninguno de nosotros dijo Shema Israel como primera palabra. Rezar es otro arte más que debemos aprender en la vida. Pero no debemos caminar solos en la búsqueda. Todos hemos tenido maestros. Cualquier comunidad que tiene un Rabino ya tiene alguien capacitado para ayudarte a rezar mejor ¡pero tienes que pedir ayuda!

 

 8. Hay que desenchufarse un poco

En nuestra era esta idea ha recobrado un lugar muy importante. Cada día nos cuesta mas y más ponernos “offline” (fuera de línea) de nuestros teléfonos que ya son computadoras con Facebook, Email, Twitter, Linkedin y RSS que reciben actualizaciones cada medio segundo. Yo mismo padezco esa horrible rutina de mirar mi teléfono móvil cada un minuto aún ¡cuando no ha sonado ni he recibido nada! Por eso es importante aprender lentamente a soltar un poco la invasión de información. Hacerlo en el fondo es un acto de fe. Implica reconocer que el mundo sigue su curso aún cuando nosotros no estamos por unos instantes. Esto no significa que no nos importan los problemas del mundo y nos refugiamos en nuestras plegarias sino que por el contrario, el mundo nos necesita con nuestra mayor atención y dedicación posible. Justamente desenchufarnos es el acto que permite afilar y afinar nuestras conexiones para servir mejor en este mundo.

 

 9. Encuentra tú lugar físico

Dios es el mismo en todas partes. Pero nosotros no. Los lugares y la gente que nos rodea nos afectan en nuestras plegarias y concentración. Por eso en la tradición judía hay un concepto llamado makom kavua que no puede ser traducido literalmente al español pero lo más cercano sería algo así como “lugar permanente”. Este lugar no es simplemente una locación geográfica en el planeta sino que implica un estado presencial nuestro que se activa cuando estamos en determinados lugares y no otros. Hay mucha discusión en la tradición judía sobre qué constituye un makom kavua y si acaso la sinagoga en sí no es toda un makom kavua. Lo importante aquí es el mensaje que quiero transmitirles: si sienten realmente que hay lugares en los que se concentran y rezan mejor que otros entonces ¡úsenlos!

 

10. Simplemente sé quien eres

Si todas estas cosas te sobrepasan intentá estar (literalmente) donde estás. Sentí el peso de tu cuerpo sentado en la silla. Sentí tus pies conectando con la tierra. Sentí el aire que entra y sale de tu cuerpo. Sentí todas las emociones que pasan por tu mente. Cierra los ojos unos instantes. Entona alguna melodía tipo nigún (canción sin letra) que te haga sentir bien. Pregúntate quién hizo el mundo, quién eres tú, de dónde vienes, hacia dónde vas, qué quieres dejar como huella en este mundo, qué quieres que la gente recuerde cuando no estés más físicamente. Luego toma un respiro profundo y di gracias.

Pero no te quedes solamente con este último punto. Vuelve siempre al primero: menos inspiración y más concentración. Nuestro Sidur es una colección milenaria de deseos y agradecimientos que fueron creados por gente como vos y yo. Gente que tenía las mismas inquietudes y temores. El Sidur te está esperando. Siempre estuvo ahí. Solo necesita que lo leas.

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 Hola, soy Diego Edelberg, el fundador del blog Judios&Judaismo.com. Me apasiona todo lo relacionado con la música, el judaísmo, la interpretación, la educación, la mitología, la filosofía, la religión, la ciencia, la historia, el arte, la física, la cosmología, la evolución, la sociología, la epistemología, la metafísica, la cabalá y en especial aquello que resulta contradictorio, paradójico y absurdo. Para conocer más sobre mi y de qué se trata mi blog visitá la sección Acerca del Autor

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