¿Cómo se puede definir a Dios? No se puede. Definir la realidad última sería negar y profanar su infinito. Aunque el lenguaje insiste descaradamente en extender el reino semántico, Dios escapa a su ruido y sus garras una y otra vez.
Los místicos que celebran la inefabilidad divina, se sienten bastante cómodos con un Dios que se niega a ser atrapado por el lenguaje. Sin embargo, incluso ellos necesitan referirse a este anónimo Uno, al menos para comunicar su conciencia a los demás, para expresar un poco de lo que han descubierto. Una de sus estrategias favoritas es llamar a Dios «nada». Escuchamos este paradójico paradigma divino tanto en Oriente como Occidente: Nichts en Meister Eckhart, San Juan de la Cruz escribe sobre “la nada”, el taoísta wu y el budista sunyata y mu. Me centraré en esta publicación en el concepto místico judío de Ayin, «nada» (אַיִן). Como concepto teológico, Ayin emerge por primera vez en la Cabalá medieval. Más adelante en el jasidismo se enfatiza su significado psicológico y Ayin se convierte en un medio para la auto-transformación del ser humano.
La palabra «nada» connota negatividad y algo que no es, pero lo que el místico alude con la «nada divina» es que Dios es más grande que cualquier cosa que uno pueda imaginar. Es como ninguna otra cosa. Ya que el ser de Dios es incomprensible e inefable, la descripción menos ofensiva y más precisa que uno puede ofrecer es, paradójicamente, «nada». David ben Abraham ha-Lavan, un cabalista de siglo XIV, insiste en que «la nada [Ayin] es más existente que todo el ser [Yesh] del mundo». La mística de los cristianos contemporáneos a David ben Abraham ha-Lavan concuerdan en esta definición. El teólogo Bizantino Gregorio Palamás escribe: «Él no es el que está siendo, si aquello que no es Dios está siendo«. Meister Eckhart dice: «Las nadas divinas llenan el mundo entero; Su algo de todas maneras, no está en ninguna parte «.
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Los cabalistas no inventaron este estilo negativo de teología. Filón de Alejandría enseñó que Dios es incognoscible e indefinible. Los gnósticos se dirigen al dios oculto como «Inefable e inexpresable, nombrable por el silencio«. Tratando de superar a sus antecesores, el gnóstico alejandrino Basílides afirma que incluso la palabra «inefable» también dice demasiado. Dios «ni siquiera es inefable», sino más bien totalmente «sin nombre y no existente». Otro gnóstico explica esta negación final: «Tampoco es algo que existe, que uno podría saber. Sino que es otra cosa…es mejor que eso, es quien uno no puede conocer. Dios tiene una existencia inexistente». El filósofo místico Plotino atacó los gnósticos, pero él también sostiene que el Uno supera nuestras categorías más básicas y preciadas: «Incluso siendo no puede estar allí».
Juan Escoto Erigena, un místico cristiano del siglo IX influenciado por Plotino, fue quizás el primero en aplicar el término «nada» a Dios. Escribiendo en latín, él llama a Dios nihil, por lo que no se refiere a la falta sino a la trascendencia del ser. Debido a «lo inefable en el brillo incomprensible e inaccesible de la bondad divina…no resulta inapropiado llamarlo ‘nada’ «. Para Juan Erigena, la creación de la nada, ex nihilo, significa la procesión del ser diferenciado de la nada divina. En su esencia, se dice que lo divino no es, pero como lo que es procede a través de las causas primordiales, se convierte en todo lo que es. «Toda criatura visible puede ser llamada una teofanía, es decir, una aparición divina». Los Místicos cristianos medievales que hablan de la «nada divina», como Meister Eckhart y Jakob Böhme, están en deuda con Juan Escoto Erigena.
Los cabalistas también pueden haber sido influenciados por Juan Escoto Erigena, pero su maestro inmediato en el campo de la teología negativa fue Moisés Maimónides. Sobre la base de los filósofos islámicos Alfarabi y Avicena, Maimónides enseñó que Dios no tiene nada en común con cualquier otro ser. Dios «existe pero no a través de existencia», escribió en La Guía de los Perplejos. De hecho, Maimónides desarrolló todo un sistema de atributos negativos y animó a sus lectores a descubrir al Dios que no es:
Comprende que la descripción de Dios…por medio de negaciones es la descripción correcta…Te aproximas más cerca de la aprehensión de Él con cada incremento en las negaciones respecto a Él.
Los místicos judíos adoptaron la teoría de Maimónides de los atributos negativos, al menos en lo que se refiere a la infinita naturaleza de Dios. El cabalista Azriel de Gerona (siglo XIII) destaca la similitud entre los enfoques místicos y los enfoques filosóficos: «Los estudiosos de las preguntas [los filósofos] están de acuerdo con la afirmación de que nuestra comprensión es únicamente por medio del ‘no'».
La misma estrategia de negación proporciona un medio para indicar lo inefable. Los atributos negativos separan todo lo que es falso y nos dejan con un sentido positivo de nada. Aquí los místicos pretenden superar a los filósofos. Iosef Gikatilla exclama: «Qué duro trabajaron y se esforzaron aquellos que tendían a hablar de negación; pero ellos no sabían el sitio de negación!» Ayin se revela así como el único nombre apropiado a la esencia divina.
Esta revaluación de la nada se ve reforzada por una «mala lectura» intencional de varios versículos bíblicos en que aparece la palabra Ayin. En hebreo bíblico Ayin puede significar «dónde», como en la pregunta retórica de Job (28:12): “¿Dónde [me-ayin] se encuentra la sabiduría?» Los primeros cabalistas del siglo XIII transforman esta pregunta en una fórmula mística: «La sabiduría emerge de la nada [me-ayin]». Asher ben David escribe,»El poder interno se llama Ayin porque ni el pensamiento ni la reflexión lo capta. En cuanto a esto, Job dijo: ‘La sabiduría emerge de Ayin [me-ayin]». Como lo expresa Bajia ben Asher, el versículo debe entenderse «no como una pregunta sino como un anuncio o declaración”. Refractado a través de una lente mística, la pregunta de Job da su propia sorprendente respuesta. En palabras de Iosef Gikatilla,
La profundidad del ser primordial…se llama ayin…. Si uno pregunta, «¿Qué es?» la respuesta es, «Ayin», es decir, nadie puede entender nada al respecto. Es negado de toda concepción.
Los cabalistas identificaron Ayin con Keter Elion («Su corona más alta»), la primera de las diez sefirot, los atributos del ser divino. Moisés de León explica esta identificación y luego dibuja una analogía entre lo inefable de lo divino y lo humano:
Keter Elion es…la totalidad de toda la existencia, y todos se han cansado en su búsqueda por encontrarla…El cinturón de toda persona sabia es explotado por ella y para ella…trae todo ser….Todo sellado y oculto, totalmente desconocido para cualquiera, se llama Ayin, que significa que nadie sabe nada al respecto. Del mismo modo, nadie sabe algo sobre el alma humana; ella se encuentra en el estado de la nada, como se dice [Eclesiastés 3:19]: «La ventaja de lo humano sobre la bestia es Ayin»! Por medio de esta alma, el ser humano obtiene una ventaja sobre todos los demás criaturas y la gloria de eso es lo que se llama Ayin.
Dios y el alma humana comparten un infinito, una indeterminación inherente. Si el alma humana pudiera ser definida perdería su semejanza divina. Por nuestra mera naturaleza y existencia, participamos de Ayin.
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Para el cabalista, uno de los misterios más profundos es la transición de ayin a yesh, de la “nada» hacia “algo». Siguiendo los pasos de Juan Escoto Erigena y otros, los místicos reinterpretaron la creación ex nihilo como emanación de la esencia oculta de Dios. Hay un «algo» que emerge de la “nada», pero la “nada” rebosa de abrumadora realidad divina. El “algo” no es un objeto físico sino más bien el primer rayo de la sabiduría divina, que, como Job indica, nace de Ayin. Es el punto primordial el que inicia el desarrollo de Dios. En el palabras del Zohar (1:15a):
El flujo se abrió paso y no abrió paso su aura.
No se conocía en absoluto hasta que, bajo el impacto de hacerse paso, un punto alto y oculto brilló.
Más allá de ese punto, nada se sabe.
Por eso se llama Principio.
Las primeras palabras del Génesis, «En el principio» aluden a este primer punto, que es la segunda sefirah, la sabiduría divina. Aunque segundo, “parece ser el primero” y se llama «principio» porque la primera sefirah, Ayin, es incognoscible e incontable. En las palabras de Moisés de León, el punto es «el principio de la existencia”.
Cuando lo que está oculto despierta a la existencia, produce al principio algo que tiene el tamaño de la punta de una aguja; después, produce todo de allí…Esta es la sabiduría primordial emergiendo de Ayin.
La transición de ayin a yesh es el acto decisivo de la creación, el contexto real del Génesis. A medida que el tiempo avanza, la “nada” sirve como el medio de cada transformación, de todo nacimiento y muerte. Ayin representa la totalidad de las formas potenciales que pueden ser inherentes a la materia, cada una «invisible hasta su momento de innovación» cuando se trata de una piscina que se extiende desde un manantial.
A medida que la materia adopta nuevas formas, pasa por Ayin; así, el mundo se renueva constantemente. En las palabras de un cabalista, «La forma es despojada por el poder de Ayin”. En cada cambio, en cada brecha de existencia, el abismo de la nada se cruza y se hace visible por un momento fugaz.
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El místico anhela esta profundidad de ser, esta “sin forma” que es fuente de toda forma. Aunque los humanos «caminan en la multiplicidad” del mundo material, «el que asciende de las formas a la raíz debe recoger la multiplicidad…porque la raíz se extiende a través de cada forma que surge de ella en cualquier momento. Cuando las formas son destruidas, la raíz no se destruye».
¿Se puede conocer esta realidad más allá de las formas? Solo por medio de la ignorancia o, en palabras de David ben Iehuda Hejasid, “olvidando»:
La Causa de las Causas…es un lugar al que pertenecen la inconsciencia y el olvido. ¿Por qué? Porque abarcando todos los niveles y fuentes [las sefirot], uno puede buscar su realidad desde la profundidad de la sabiduría supernal. Desde allí se puede entender una cosa de otra. Sin embargo, en relación a la Causa de Causas, no hay ningún aspecto en ningún lado para su búsqueda o sondeo. Nada se puede saber porque está oculto y disimulado en el misterio de lo absoluto de la «nada». Por lo tanto, el olvido se refiere a la comprensión de este lugar. Así que abre los ojos para ver este gran e increíble secreto. ¡Feliz es aquel cuyos ojos brillan desde este secreto, en este mundo y en el mundo venidero!
Las sefirot son etapas de ascenso contemplativo; cada una sirve como foco de búsqueda mística. En el rastreo de la la realidad de cada sefirah, el místico descubre capas de ser dentro de sí mismo y en todo el cosmos. Sin embargo, hay un nivel más alto, un reino más profundo más allá de este enfoque que va paso a paso. En la etapa final el cabalista ya no diferencia una cosa de otra. El pensamiento conceptual, con todas sus distinciones y conexiones, se disuelve. Ezra y Azriel de Gerona llaman a la sefirah más alta «la aniquilación del pensamiento» (afisat ha-majshavah): «El pensamiento…se eleva para contemplar su propia interioridad hasta que su poder de comprensión es aniquilado”. Aquí el místico no puede comprender el conocimiento; más bien, bebe de la fuente a la que está unido. En las palabras de Isaac el Ciego, “Las esencias sutiles interiores, solo pueden ser contempladas por succión…no por conocimiento”.
Ayin no puede ser conocido. Si uno busca con demasiada ilusión y lo persigue, uno será superado por Ayin mismo, absorbido por el vórtice que crea. Ezra de Gerona advierte:
El pensamiento no puede ascender más alto que su propia fuente [la sefira de la sabiduría]. Quien se atreva a contemplar aquello a lo que el pensamiento no puede extenderse ni ascender sufrirá una de dos consecuencias: o bien confundirá su mente y destruirá su cuerpo o, debido a su obsesión mental por captar lo que no puede, su alma ascenderá y será separada [del cuerpo] y regresará a su raíz.
Isaac de Akko equilibra los aspectos positivos y negativos de la experiencia del retorno. Describe devekut (“el apegarse” a Dios) como «verter una jarra de agua en un manantial que fluye, haciendo que todo se convierta en uno». Sin embargo, Akko advierte a su lector que no se hunda en el océano de la más alta sefirah: «El esfuerzo debería ser contemplar pero escapar del ahogamiento…Tu alma ciertamente verá la luz divina y se pegará a ella mientras Ella mora en su palacio”.
El místico es vulnerable. Además, es responsable de la emanación divina. Debe asegurarse que las sefirot mismas no vuelvan a colapsar en la nada. A través del comportamiento justo, el ser humano estimula y mantiene el flujo de emanación; un mal comportamiento, por otro lado, puede tener efectos desastrosos: «Uno que transgrede devuelve los atributos de Ayin al mundo primordial, a su estado original de ser, y ya no emanará la bondad al mundo inferior».
Las profundidades de la nada son un peligro al acecho y una reserva de poder. “De las profundidades te llamo, יהוה”. Entendido místicamente, este versículo de los Salmos (130:1) describe un llanto humano no desde el propio estado de desesperación sino hacia las profundidades divinas en las que Dios yace escondiéndose, de donde Dios puede ser llamado. Esto no intenta negar la realidad del sufrimiento humano. Por el contrario, la adversidad nos lleva a apreciar los recursos que ofrece Ayin. «Los seres humanos deben agarrar rápidamente esta sefirah para asegurar curación para cada problema y mal, como está escrito, (Salmo 121:1): ‘Levanto mis ojos a las montañas; mi ayuda viene de ‘ayin’”
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En el jasidismo del siglo XVI, el material cabalístico es refundido y psicologizado; ahora el aspecto experimental de Ayin se vuelve prominente. El énfasis ya no está en las sefirot, el trabajo interior de la divinidad, sino en cómo percibir el mundo místicamente y cómo transformar el ego. Dov Ber, el Maggid («predicador») de Mezritch, alienta a sus seguidores a cambiar ani (אני, “Yo” en hebreo) por Ayin (אין), con el fin de disolver el ego separado en nada. Como veremos, este no es un proceso destructivo, sino más bien una dialéctica creativa. Según Dov Ber:
Hay que pensar en uno mismo como Ayin y olvidarse de uno mismo totalmente…entonces uno puede trascender el tiempo, elevándose al mundo del pensamiento, donde todo es igual: la vida y la muerte, el océano y la tierra seca. Pero eso no sucederá cuando uno está unido a la naturaleza material de este mundo…Si uno se piensa a sí mismo como algo…Dios no puede vestirse dentro de uno, porque Dios es infinito, y ningún recipiente puede contenerlo, a menos que uno piense en uno mismo como Ayin.
Debemos perecer el pensamiento imaginario que estamos separados de Dios. Defender el sentido independiente del yo es un signo falso para disimular el orgullo. La verdadera humildad implica la conciencia de Ayin. En las palabras de Isajar Ber de Zlotshov:
La esencia de la adoración de Dios y de todas las mitzvot es alcanzar el estado de humildad, es decir… comprender que todos los poderes físicos y mentales y el ser esencial de uno mismo dependen de los elementos divinos. Uno es simplemente un canal para los atributos divinos. Uno alcanza tal humildad a través del asombro de la inmensidad de Dios, a través de la realización que no hay lugar vacío de Dios. Entonces uno llega al estado de Ayin, que es el estado de humildad…Uno no tiene un yo independiente sino que es un ser contenido, por así decirlo, en el Creador…Este es el significado del versículo [Éxodo 3:6]: «Moisés escondió su cara, porque estaba asombrado…” A través de su experiencia de asombro, Moisés logró esconderse de su rostro, es decir, no percibió un yo independiente. ¡Todo era parte de la divinidad!
La experiencia de la «nada» no induce a un fijación en blanco; por el contrario engendra nueva vida a través de un ritmo de aniquilación y pensamiento. «Uno [debería] apartarse totalmente de ese objeto anterior del pensamiento yendo al lugar llamado ‘nada’, y luego un nuevo tema viene a la mente. Así, la transformación se produce sólo pasando por la nada”. En las palabras de uno de los discípulos del Maggid, «Cuando uno alcanza el nivel de…mirar a Ayin, el intelecto de uno es aniquilado… Después, cuando uno regresa al intelecto, se llena con emanación”. El grupo creativo de la nada es descripto como el «pre-consciente» (kadmut ha-sejel), lo que precede, supera e inspira tanto al lenguaje como al pensamiento mismo. Según Dov Ber:
El pensamiento requiere lo pre-consciente, que despierta el pensamiento para que pueda pensar. Este pre-consciente no puede ser agarrado…El pensamiento está contenido en letras que son vasijas, mientras que el pre-consciente está más allá de las letras, más allá de la capacidad de las vasijas. Este es el significado de: «La sabiduría surge de la nada [me-ayin]”.
Se espera que el místico rastree cada pensamiento, cada palabra, cada objeto de regreso a su fuente en Ayin. El mundo ya no aparece como esencialmente distinto de Dios. En la tradición jasídica de JaBaD el acosmismo se convierte en una enseñanza fundamental, «Esta es la base de toda la Torá: que yesh [el aparente «algo» del mundo] debe ser aniquilado en ayin«. “El propósito de la creación de los mundos desde ayin hasta yesh fue que se transformaran de yesh a ayin”. Esta transformación se realiza a través de la acción contemplativa. «En todo lo que hacen, incluso actos físicos como comer, los justos elevan las chispas sagradas, de la comida o cualquier otro objeto. Así transforman el yesh a ayin«.
Esta perspectiva mística no es nihilista ni anárquica. La materia no es destruida ni negada, más bien es animada, espiritualizada y revitalizada. La consciencia que la energía divina subyace la existencia material incrementa el flujo desde la fuente (ayin) a sus manifiestos (yesh). Dov Ber explica:
Cuando uno mira un objeto le trae bendiciones a ese objeto. Porque cuando uno contempla ese objeto, sabe que es…realmente absolutamente nada sin lo divino que lo está impregnando…Por medio de esta contemplación, se extrae mayor vitalidad a ese objeto desde la divinidad, desde la fuente de la vida, ya que el observador del objeto une ese algo con lo absoluto de Ayin, de la que todos los seres han sido tallados… Por otra parte . . . si uno mira ese objeto…y lo convierte en una cosa separada… Por su propia mirada, esa cosa queda separada de su raíz divina y su vitalidad.
Mundo, mente y ser se disuelven momentáneamente en Ayin y luego resurgen. Ayin no es la meta en sí misma; es el momento de transformación desde el ser a través del no ser hacia un nuevo ser. El Maggid transmite esto evocando la imagen de la semilla que se desintegra antes de brotar:
Cuando uno siembra una sola semilla, no puede brotar y producir muchas semillas hasta que su existencia queda anulada. Entonces se eleva a su raíz y puede recibir más que una sola dimensión de su existencia. Allí en su raíz, la semilla en sí misma se convierte en la fuente de muchas semillas.
Ayin es la raíz de todas las cosas, y «cuando uno trae cualquier cosa a su raíz, uno puede transformar esa cosa».»Primero [cada cosa] debe llegar al nivel de Ayin; solo entonces puede convertirse en otra cosa». La nada abarca toda la potencialidad. Cada nacimiento y renacimiento debe navegar por las profundidades de Ayin, como cuando un pichón emerge de un huevo: por un momento «no es ni pichón ni huevo». Mientras el ego humano se niega a reconocer su fuente divina, está confundiendo su parte con el todo y haciendo una afirmación falsa a lo que no puede ser captado. En las palabras de Menajem Mendel de Kotsk, «El ‘yo’ es un ladrón escondido». Cuando este ‘yo’ aparentemente separado es ayinizado, el efecto no es la extinción total, sino la aparición de una nueva forma, una imagen más perfectamente humana de lo divino. Solo cuando «la existencia de uno se anula…uno es llamado ‘humano’”.
Ayin es una ventana a la unidad que subyace y socava la apariencia múltiple del mundo. Las diez mil cosas que encontramos no son tan independientes ni fragmentadas como parecen. Hay una matriz invisible, un remolino que genera y recicla el ser. Quien se aventure en esta profundidad debe estar preparado para entregar lo que sabe y es, lo que sabía y era. El ego no puede soportar Ayin; no puedes revolcarte en «nada». En Ayin, por un momento eterno, todas las fronteras desaparecen. El «no» de Ayin aclara todo, haciendo espacio para un nuevo «sí», un nuevo yesh.
Nuestras imágenes familiares y confinadas de Dios se desvanecen en Ayin. Este ‘’nichts de los judíos», escribe el poeta Henry Vaughan, expone «la divinidad desnuda sin una cobertura”. Ayin implica al Dios más allá de Dios, (no es el fondo de la forma sino el fondo del fondo), el poder que es más cercano y más lejano de lo que llamamos [o nombramos] “Dios». Ayin simboliza la plenitud del ser que trasciende el ser en sí mismo, «el misterioso palacio de Ayin, en el que mora todo”. La realidad que anima y supera todas las cosas no puede ser capturada o nombrada, pero invocando a Ayin el místico es capaz de aludir al infinito, darle esa alef* a lo inefable.
*Recordemos que darle alef a lo inefable o innombrable es un extraordinario juego de palabras puesto que esta primera letra del alfabeto hebreo no tiene ninguna sonoridad. Depende del aire que se insufla en esa nada para que momentáneamente se haga yesh y vuelva a la nada.
Texto Original escrito por el Profesor Daniel Matt, » Ayin: The Concept of Nothingness in Jewish Mysticism». Traducción por Diego Edelberg
Luis Cerviño dice
Pretender englobar al Eterno en una palabra o definición es como limitarlo. D-os no cabe en una palabra, o en una frase, simplemente es.
Diego Edelberg dice
Así es. De todos modos es importante esforzarse como propone el texto para reducir todo yesh a un ayin alcanzando así la verdad profunda!
Gracias
Alexis dice
Muy bueno! Muchad Gracias Diego por compartirlo con todos!!!
Moshé Murillo dice
Exelente!
Cualquier descripción lo limita al mero sentido humano y tan solo es una nano villonesima idea de la nada.
Diego Edelberg dice
Así es, de todas maneras y como respondí arriba, vale mucho el esfuerzo para llegar ahí.
Diego Edelberg dice
Un placer!
Diego Edelberg dice
De nada! Un placer!
MANUEL GARCES O. dice
SHALOM DIEGO, QUE EL PODEROSO DE YISRAEL TE CONCEDA SABIDURIA E INTELIGENCIA PARA QUE SIGAS MOSTRANDO AL NO CREYENTE QUE DIOS SI EXISTE Y EL LO MANTIENE CON SU PODER EN EL ESPIRITU SANTO.
TE AGRADEZCO POR SEGUIR ENVIANDOME TUS ENSEÑANZAS, SOLO QUIERO SABER COMO DESCARGAR UN LIBRO TUYO QUE ME LLEGUE A MI CORREO LO HE SOLICITADO PERO NO ME LLEGA,POR FAVOR NO TE OLVIDES.
BENDICIONES PARA TI Y PARA TODA TU FAMILIA, ELP ADRE ETERNO YHWH ELOHIM, EN EL NOMBRE DEL MESIAS.
YISRAEL YERHUSHALAIM, LE OLAN VA-ED, PARA SIEMPRE ETERNA.
MANUEL.
Diego Edelberg dice
Gracias!
La manera de conseguir el ebook gratis es por email al suscribirse al blog. Deberías chequear el email que recibiste cuando te suscribiste que ahí esta!
Un abrazo
Nora dice
Compleja lectura … D-os es mi nada y todo… amo con todo mi corazón, alma y pensamiento a mi NADA!
No existe definición para mi NADA
Diego Edelberg dice
jajaja así es…NADA que agregar! 😀
HUGO ALEJANDRO ALVAREZ dice
Hola Diego,bendiciones y mucha paz en tu hogar. quiero decirte que es tremenda toda la sabiduría contenida en este texto y llegar hasta ese punto sublime de desintegración del yo,es hablar en una terminología muy avanzada;porque es prácticamente la reducción o la eliminación del ego, dentro de un esquema autoritario donde siempre prevalece el yo por encima de todo.Pienso que es un estado demasiado evolucionado en el que se da por completo la propia humillación del ego,y que el resultado del yo es nada;es tan demasiada la transparencia en este proceso evolutivo, que podríamos alcanzar una perfección espiritual y asemejarnos a Dios.
Diego Edelberg dice
Así es. Es un profundo aprendizaje sobre nuestro ego. Pero es importante no destruirlo del todo sino también saber usarlo con humildad.
Miguel Flores Lopez dice
Gracias Diego, por tus articulos pues tienen mucha ensenanzas
Ruben dice
En ani yachid adonay
Diego Edelberg dice
Más bien al revés: אין
Oscar dice
Siempre es muy enriquecedor leer tus artículos Diego y muchas gracias por compartirlos. En realidad me gustaría saber si tienes comentarios a cerca de las parashot. Me encantaria estudiar tu punto de vista.
Diego Edelberg dice
Enseño todas las semanas en mi comunidad parashat hashavua. Estoy pensando en armar un libro pronto sobre el tema!
Danilo López dice
Buen día
Shalom Uvrajah
Muchas gracias por tomarte el tiempo para compartir estos conceptos, mejor dicho más que conceptos, la verdad, muy agradecido………
Diego Edelberg dice
Un placer hacerlo! gracias por el mensaje!
Enrique dice
Estimado Diego, te agradezco sinceramente el envío de este sabio escrito; lo estoy leyendo con sumo interés. Por favor, sigue enviándome tus escritos que son como un bálsamo para mi espíritu. Gracias
Diego Edelberg dice
Así lo haré! Me alegra leer que es como un bálsamo.
Mikjahel dice
Los hombres no pueden inventar palabras para definir al Todopoderoso. Las palabras con que nos referimos a ÉL, como Elohim, Adonai, Dios, El Eterno, etcétera, son solamente títulos que no alcanzan a abarcar su grandeza y magnificencia.
Una sola palabra lo puede definir, su propio Nombre Sagrado, el cual ÉL dio a conocer a la humanidad cuando dijo a Moshé: «Yo Soy YHWH, el Dios de Avraham, Yitzhak y Yaakov».
Diego Edelberg dice
También esas 4 letras…y también Ayin
Lluiz Velez dice
…lectura muy iluminadora, destellante!
Carlos Julio Jara dice
Me encanto el escrito.. me gusta sentir a Dios, desde el silencio.
GABRIEL CRUZ SANCHEZ dice
Creo que la ciencia y la fe no se ponen de acuerdo
jose pabo fernandez dice
Creo que si, sólo que las forzamos para que no suceda. Pero Dios es Ciencia y la Ciencia es el resultado del desarrollo de la inteligencia tal y como la conocemos. El problema está, en mi opinión, en los atributos con los que adornamos a Dios y que existen sólo en en imaginario colectivo y que es evidente que no le corresponden. Pero si se los quitamos, y aceptamos que Dios es, simplemente, «el que es» y no el que nosotros queremos que sea, nos damos cuenta que la Ciencia es la mas grande y maravillosa forma de revelar Su existencia.
Ildefonso dice
Hola Diego
Hay una definición profunda y paradójica en Juan.
Dios es amor.
Carlos Humberto sierra t dice
Shalom Diego , en estos pocos años de caminar en las raíces Hebreas , he encontrado poco a poco que nuestro Elohim es el ser más sencillo de toda la creación y he ido sacando lentamente tantos velos de misterio que lo rodean , que en la mayoría son puestos por los hombres , tanto los que lo tratamos de explicar como los que lo vivimos .
Si El fuera insondable , no reconocible , si no supiéramos sus intenciones ? , como haríamos para Obedecerlo , para contener aunque fuera una pequeña porción pero suficiente de su naturaleza divina y aspirar a ser uno con El , como El quiere .
Para mi El es la suma de todo lo bueno y amoroso que existe , el solo deseo suyo de compartir con su Pueblo su amor , su trono y la obra de sus manos ( toda la creación y por toda la eternidad ) lo hace tan real y tangible espiritualmente que decir otra cosa sería contradecir su voluntad .
El es lo que El describe en su voluntad y en su plan perfecto para la creación .
Gracias por compartir estos temas que inquietan nuestro espíritu , bendiciones como siempre
Ioshiyahu Ben Iehuda
Jose Pellecer dice
Este post me ha dejado mucho en que pensar. Aun soy un bebe en mi conocimento del judaismo, y por lo tanto me cuesta un poco entender todo lo que en el expusiste, pero creo que tienes un punto muy valido.
En un libro (cuyo nombre no recuerdo) alguna vez lei que «Dios no existia» no por que no hubiera una primera causa o fuente de la creacion, sino por que «existir» como nosotros lo definimos es muy limitante y no transfiere bien lo que Dios «es» y si el «existe» es en un plano y en una forma muy diferente a la nuestra.
Este es mi entendimiento rustico del asunto en estos momentos, aun tengo mucho mas que aprender, pero tus entradas siempre me ayudan a pulir mi entendimiento y crecer mas. Y me encanta que incluyas elementos de otras tradiciones religiosas tambien. Hay mucho que aprender de las otras tradiciones :).
shabat shalom
Luis Gonzalez P. dice
Hola. Un poco largo. Gracias. Me puso a mover neuronas dormidas, y a escribir un texto paralelo. Como escribiendo frente al espejo.
La verdad de Dios. Una paradoja semántica.
Si Dios existe ¿se puede definir?, se preguntan el rabino. “No se puede. Dios, para el hombre, es una paradoja y un enigma”, lo que es y lo que hace. También lo es el hombre para el hombre mismo. Una paradoja y un enigma, complementarios.
En la negación hay una pregunta y una respuesta, ambas necesarias. ¿Puede definirlo? No. Es indefinible. Y al inicio de su búsqueda, como especie o como individuo, lo más cercano es “ayin”, nada. Lo que esta palabra define, no podría ser a Dios, que es indefinible, sino la incapacidad del hombre de hacerlo con sus propias palabras. Dios es indefinible, excepto para Dios mismo. “Yo soy el que soy” Yavhista, se acerca. Dios “Abba” cristiano, se acerca todavía más. No podemos tratar de definirlo, ni por nuestra capacidad ni desde nuestras limitaciones y palabras. “Dios es Nada”, es una acercamiento desde el principio de todo, ante la imposibilidad humana de hacerlo. Es necesario punto de partida. De otra forma corremos peligro de banalizarlo, ofenderlo, antropogizarlo, despreciarlo o amarlo como uno ama cualquier otra cosa, incluso como producto de consumo y descarte en nuestros días. Pero no se puede negar su Espíritu. Su gramática puede cambiar radicalmente la redacción humana herida por el fruto prohibido que era un conocimiento y una ortografía tóxica. Parecido a la oruga que se transforma en mariposa para vivir la vida. El gusano, lleno de venenos y devorador de ideas y cosas, vive en esa fase negativa, pero no es la única. La teofanía no asume, ni puede, la forma negativa. “Dios es todo” es más cercano al final del camino. Negarlo también es negar al hombre mismo.
Quedarse en este fórmula, impide, no sólo el intento de experimentarlo (teofanía), sino interrumpe el poder dejarse amar por Él. Establece una categoría, cuyo resultado y síntoma es la distancia, no el encuentro. La Nada, es lo pre-existente-no-existente a la Creación. Dios creo desde lo no existente. La oruga es, de cierta manera, una no existencia para la mariposa. El gnosticismo y la cábala medieval hebrea, se asocian al “neti-neti” buddhista, la verdad, no esto ni aquello. Implica fusión, disolución, perdida de identidad según el gnosticismo o la cosmovisión dualista del hinduismo mayavada (“todo es ilusión”). Válido como inicio, pero no punto de llegada y de comunión. Un principio energético y precario de la divinidad, y su búsqueda, un misticismo mental, más que del alma.
El que no es no puede relacionarse con Quien es. Requiere la negación, incluso de sí mismo. Incluso Dios puede auto-negarse (kénosis), como Cristo se niega, para encarnar y cumplir la obra del Padre. Dios puede negarse voluntariamente, pero no podemos negarlo. Nosotros nos podemos negar, base de la sabiduría y la necesaria humildad frente a la gloria de Dios, para describirlo como inefable. La Teofanía describe otra experiencia: El amor, no se basa en la negación, más de aquel que se niega por el bien del amado. Te niegas, tomas tu cruz y lo sigues hacia la casa del Padre. “Mi amado es mío y yo suya”, entona su canto el cantar de los Cantares. Allí no hay negación posible. Es entrega. ¿Negación? Sí, de todo aquellos que impida la entrega y la distancia en el huerto de los arboles frutales y su hermenéutica de cuatros fases: 1. El campo, el Lugar de la siembra. 2. Es el sueño del sembrador y siembra pensando en quien lo ha de comer. 3. Los tiempos, los procesos, los cuidados en la siembra y la siembra. 4. La siega, el trigo y la paja. El banquete de las bodas.
El Principio es siempre referencia de un proceso, pero el camino del Hombre lo conduce a la morada final. La curva de la vida, en la física no newtoniana y en la teología de la encarnación, se tocan y se asemejan. Porque la Ley (Torah) implica una negación, no así la Gracia, que el amor delineado en el mapa de la justicia.
Toda ley es por su naturaleza negativa. No es para entender, es para obedecer. Como una ley de transito. No cruzar la izquierda, cuando así lo establece, no pasar en rojo, no ir a más de 55 MPH. De los diez preceptos mosaicos (Decálogo, LXX) hay tres excepciones: (1), “Yo soy el Señor , Tu dios”., quien te sacó de la esclavitud” (…) y soy leal con “los que me aman y cumplen mis preceptos”, ya sea de Egipto como pueblo, o de nuestro Egipto personal (aquello que nos esclaviza). Celebremos este día, ambas liberaciones; (2), “Fíjate en el sábado para santificarlo (…) [porque] el séptimo [El Señor] descansó; por eso el Señor bendijo el sábado y lo santificó”.. , y (3) “Honra a tu padre y a tu madre”. Establecen lo que sí podemos hacer. Al inicio están los fundamentos de la ley, donde los siete restantes preceptos negativos no tendrían ningún sentido, sin ellos. Sólo definen responsabilidades relacionales. No hagas esto ni aquello en tus relaciones con los demás, practica la justicia con la viuda, los huérfanos. Haz caridad. Se justo, porque Dios es justo. Establece lo que esta prohibido para garantizar la convivencia y el orden social. Aunque no sepamos cómo ser justos, invita a evitar ser injusto. Evita hacer dañó.
Pablo de Tarso es más incisivo, al declarar que lo que esta prohibido define el mal. Es cierto, y por ello, en la búsqueda de la verdad, tiene sus límites y sus peligros. Pero la Gracia, define el bien, aclara los límites de la ley, y amplia el camino, la verdad y la vida. No se quedan, únicamente en el no, entiende también, y en su momento el sí teológico y ontológico. El bien se hace, El mal se evita.
Finalmente, la distancia entre verdad y la mentira no es cuestión de kilómetros, a veces es de milímetros, y menos aún. El camino del hombre tiene el ancho de la cuerda de un trapecista. El camino del “ayin”, es esa línea roja, terrible y dulce, con dos abismos, uno a cada lado. Una delgada cuerda que cuelga desde el principio hasta el final del camino humano. Negar, para asumir la propia incapacidad, y quedarse ahí hasta deslizarse por el tobogán del eternamente negado, un suicido eterno. Del otro, negarle a Dios la posibilidad de amarnos. Ambos lados niegan a Dios, y al hombre, en sus anhelo de buscarlo y encontrarlo, simultáneamente. Toda forma de ateísmo siempre son dos los que se terminan negando, los dos grandes desconocidos, nosotros mismos y Dios. La semilla, como la oruga, deben morir en su momento, pero cuando se miren al espejo ¿verán árbol y mariposa?
Israel, Roldán dice
Shalom.
Me ha sorprendido el artículo. Es interesante ver que el «Tao te king» y algunos escritos Zeng, tienen cierta similitud; igualmente, asumo que Borges le hizo un guiño a estos estudios del Zoar cuando escribió el cuento «El Aleph».
Sí, entender qué es, quién es Hashem, decir que es inefable, ni eso lo describe, decir «Es», tampoco. que es ayin/yesh (Nada/Todo)…
Si ya Él estaba antes del principio; pero, ¿cómo puedo decir «antes» si antes del principio no había ni tiempo porque el mismo tiempo fue creado por Hashem. He ahí una paradoja…
Ciertamente, contemplar el Ayin hasta eso es peligroso, la lógica no lo comprende, el sentir lo percibe pero en la negación del Ego.
El Eterno te siga bendiciendo.
Iván Durazno dice
Shalom Siempre es importante estar al día con el conocimiento.
Arturo dice
Gracias Diego es algo formidable el esfuerzo de resumir la historia y el contexto que das al Ayin y como avanzamos en NADA nuevamente gracias gracias y Shalom exelente
Jorge dice
Entonces, Dios esta fuera de toda existencia, wow!!!!!
ALIYA dice
Siento la chispa divina de DIOS siempre conmigo.
Sin palabras.MUCHAS GRACIAS…………………………….
Elkin López Rendón dice
Shalom Diego, no alcanzas a imaginar mi agradecimiento por este texto acerca de D-os. Cómo aclara mi angustia existencial. Gracias y muchas bendiciones.
Ramón dice
gracias, si es muy interesante.
AYN es ojo y la permutación es AYN: nada.
Lo que equivale a decir que se accede a la NADA a través del ojo interno, es decir, la meditación con las letras hebreas.
Shalom
Naftaly dice
La palabra Ayin ; es algo inentendible de poner un concepto y definirlo como tal ; en teoría podríamos decir que es infinito y más que eso ; también quiere decir ojo , o secreto ; quiere decir que esta por encima de la intelectualidad ; Y lo que podemos percibir en este mundo del 1% que es donde está la matería , ilusión , matríz ; vemos solo esa realidad; muchas de las veces , nuestra conciencia se conecta más con nuestro cuerpo , que con nuestra Neshamá . Vemos las cosas como si fueran reales ; pero en realidad no lo son ; por que nuestra percepción es diferente , y es el Ego que tendríamos que hacerlo trabajar y no que el ego nos trabaje a nosotros que nos hace ver todas cosas como mal ; Pero la realidad es que no existe el mal ni e4l bién ; solo existe la luz (creador ) nada más . Pero si nos afinamos a esa AYIN ( Nada ) ; podemos ser semejante a la LUZ (Creador ) . Mi amigo Diego Edelberg es muy buena lo que comparte ,me a hecho pensar de una manera mística al estudiar su material , gracias por estudiar con usted , Maestro.
RAMZDEL dice
Buen día Maestro, es un placer leer su información que nos comparte. Yo concuerdo que toda la vida desde el momento de la creación, se da por esa nada de lo que nos habla el texto, esa chispa divina de la mano de DIOS para crear un cuerpo perfecto y un mundo perfecto que tenemos, de igual manera que formamos parte de DIOS que lo es todo, lo mas grande y maravillo que hay en el universo.
Binyamin dice
Muy interesante, descubrir que El Creador no puede ser definido por el lenguaje humano, ya que así como no es comprendo que los cielos y la tierra salió de la nada. Nada de lo que captan nuestros sentidos pueden llegar a la escencia del Creador.
Binyamin dice
Muy interesante gracias por el estudio
Víctor Manuel García dice
Shalom Diego
Es motivante este tipo de artículos fuera de lo cotidiano y tradicional…ni mi conocimiento ni mi opinión serán profundos…pero considero que como seres humanos jamás lograremos percibir ni describir ni «atrapar» lo que es D´, ya que El nos trasciende, es nada y es todo, se mueve en otra dimensión, que yo llamo espiritual y únicamente tienen acceso aquellos que lo aman, lo anhelan y lo buscan y aun así solo logran captar una infinita parte de El…Una palabra me llama la aención; humildad, para llegar a El y permanecer en El…Gracias por estos artículos…
Albert dice
Me ha impresionado el curso de los matices históricos del pensamiento entrecruzado entre tantos autores. Qué lugar ocuparia Spinoza en el cuadro de pensadores? Su amor intelectual de Dios impregnó a tantos a partir del romanticismo …! Por otro lado no puedo dejar de pensar en Maimónides y su influencia en su aparente «racionalismo» …
Maria dice
Gracias Diego por tu envío, lo tengo que volver a leer varias veces. La primera idea que me surgió es que dios es AYN pero ¡Se ha revelado!!! Nos ha permitido entrar en su misterio.
En tus últimas entregas te dejé aquí un comentario y saludos por las fiestas, pero tengo la impresión de que no te han llegado…
Que el Señor te bendiga.
María Soledad dice
Al principio, no entendía mucho, pero me quedó clarísimo con los ejemplos de la semilla y el huevo. En verdad, es imposible describir con palabras la experiencia de conectar con la raíz, solo lo he vivido un par de veces y es sorprendente, es un flujo de conocimiento que no llega en forma de palabras, bueno mejor no trato de explicarlo.
Muchas gracias por el artículo!
Shalom!
Carol avila dice
Exelente analisis de Dios muchas gracias por compartirlo si Dios no se puede describir y uno esta unido a el de una forma interralacionada
Julio Alexis Jiron Santiago dice
Dios es muy grande poderoso y sabio para que una mente humana lo pueda conocer y definir.
Pero podemos verlo en sus obras: animales, plantas, universo y la Tierra, arte, ciencia, religiones. AMEN
BAKER TOV. DIEGO. TODA
JOSE PABLO FERNANDEZ dice
Es interesante ver cómo nos desgastamos buscando definir a Dios desde la perspectiva de lo que queremos que sea. Es como la baraita en el estudio del Talmud. Primero tenemos una mishná, segundo; la adornamos de infalibilidad y tercero, tenemos una baraita o sucesión de baraitas que tratan desesperadamente de no contradecir la mishná y lograr por algún milagro que el contenido se le amolde ( a la mishná ). El problema no está en las explicaciones acerca la baraita .. el problema está en otorgarle a la mishná un carácter inmutable. Con Dios para lo mismo. Dios es un relato. Todo, absolutamente todo lo que «creemos» saber De Dios es un invento; todo, no exista una sola palabra que no responda a. una creencia, prosa, canto o poema que existe única y exclusivamente porque hemos decidido creen en él. Dios es, luego, una decisión y un invento que existe en la imaginación colectiva de los hombres. Pero ¿existe Dios?. Contrario a lo que podrías creer en este momento de la lectura, yo afirmo que si existe, pero por razones diversas y me encanta cuando Moshé lo descubre y le pregunta a la fuerza que coloca las llamas en la zarza sin quemara que quién es. SOY EL QUE SOY. Wow, tenemos la respuesta al frente nuestro pero nuestra necedad, nuestro ego y nuestra necesidad de darle al relato una forma que nos de paz y nos arregle nuestros problemas termina siendo siempre victoriosa. DIOS ES EL QUE ES. Y, cuando resulta no ser el que es – porque no se amolda a nuestro concepto -, entonces nos desgranamos excusándolo por no cumplir nuestra expectativa pero ni por un instante dejamos la expectativa para aceptar la realidad. Dios es el que es, y definitivamente, no es aquello que hemos creado de él. Hemos sido nosotros, los seres humanos los que definimos que «al principio creó el hombre a Dios a su imagen y semejanza» y durante miles de años hemos tratado que este invento funcione y, cuando no lo logra escondemos su inutilidad ( la del modelo ) en el concepto de Fe y de misterio y convertimos la imagen De Dios en el destinatario de nuestras propias idolatrías y ese SOY EL QUE SOY, pasa a ser el SOY EL QUE TU DESEAS QUE SEA. Hombres .. nos mata la falta de humildad y el ego. Simplemente no podemos aceptar ser una criatura mas en un cosmos lleno de vida. no podemos. Veamos: ¿ Qué sabemos De Dios ? .. NADA, absolutamente NADA. Ergo, si nosotros no sabemos nada acerca De Dios – mas que los inventos y delirios personales y colectivos que nos hacen «sentirlo» – y a quien está nuestro lado le pasa lo mismo y tampoco sabe nada acerca De Dios y, si todos los sabios coinciden con que Dios es indescriptible, entonces ¿cómo es que todos si sabe qué quiere, cómo lo quiere y cuándo lo quiere ? .. Nunca he comprendido esto. Inventamos que Dios es un padre ( esta majadera tendencia a humanizarlo ) y entonces nos aconseja y nos regaña… No sabemos qué, quién, cómo o cuándo es Dios pero nos damos el tupé de hablar en su nombre. Bueno, te voy a contar que creo. a) Creo en aquello que puedo comprender a través de mis sentidos y el uso de la razón. Para algo los tengo ¿ no ?. Si mi razón y sentidos no me sirvieran para lograr entender que lo que no percibo o no existe o aun no lo he descubierto, entonces, ni mi razón ni mes sentidos tendrían, pues, sentido. b) Aquello que no existe pues no existe. Aquello que no he descubierto y que nadie ha descubierto – como podría ser un nuevo elemento de la tabla periódica que aun no sale a La Luz – pues desde un punto de vista intelegible aun no existe. c) Es evidente que existe un «algo» creador; me explico: Hay un universo, galaxias, sistemas, soles y planetas y en éste que vivo, hay organismos animados e inanimados. Nada se obtiene de la nada así que existe una fuerza creadora a la que llamo Dios. d) No se nada de esa fuerza creadora. Nadie sabe nada acerca de esa fuerza creadora. Nadie mucho menos los mercaderes de la fe, esos menos que ninguno. e) Sé que Dios – y esto es duro – no es la suma de los atributos que le hemos dado. Los conceptos de amor, justicia, omnisciencia y poder no se le pueden aplicar. Cada uno tiene una prueba en contrario. Si fuera justo y todo poderoso y nos amara como un padre, no permitiría la desigualdad ni la injusticia y muchos hornos no se habrían construido ni muchos judíos no habrían muerto en el holocausto ni en los 2000 años de persecuciones. Ni habrían existido guerras, ni miseria, ni hambre, ni peste. Las pruebas en contra de estos atributos es tan abrumadora que no comprendo cómo se sigue defendiendo el punto. Dios no es humano ni piensa como humano. De hecho, todo apunta a que ninguno de los atributos que le hemos inventado es cierto. ¿porqué los mantenemos?, bueno, no lo se. Supongo porque un Dios sin atributos no es fuente ni de poder ni de riqueza. Además, la fuerza de un relato imaginado depende de que se crea en él para calar en el imaginario. Una vez que se cree, la creencia es mas grande que el objeto de la creencia y ésta logra que convirtamos el aroma de rosas en una aparición mariana o una cura diferente a una enfermedad común se transforme en un milagro y el establecimiento de una nueva meta; buscar el sentido que Dios quiere para la vida de la persona que curó. Sé que son palabras duras y me disculpo por ello. En fin, miles de libros de argumentos a favor de la existencia de un Dios hecho a la medida de las necesidades humanas se desvanecen con sólo abrir la ventana en un día de tormenta o cuando algún criminal decide disparar el arma contra las sienes de un inocente. e) ¿ Qué mas sé ? Bueno, sé que existe una fuerza creadora, que no comprendo, que no creo que llegue a comprender en el transcurso de mi vida, que aquellos que dicen comprenderla tampoco la comprenden. También se que puedo percibir esa fuerza creadora a partir del resultado de la creación y que soy parte de esa creación. f) Se que, hasta donde sabemos al día de hoy, y hasta donde hemos aprendido a utilizar la «inteligencia» tal y como la conocemos, la materia y la energía no se crean ni se destruyen y como señalan Sagan y DeGrass Thyson, somos «polvo de estrellas». Nuestro ser, todo lo que somos y la energía que nos mueve ha estado encapsulada en un sistema, en un planeta que forma parte de un sistema que forma parte de una galaxia que forma parte de un universo que es parte de esa fuerza creadora. No me voy complicar con las ideas panteístas de Spinoza ( ni las que él tenía ni las que le han asignado ), ni quiero ingresar a analizar conceptos de filosofía de Nietze o Sasoferrato. .. quiero responder únicamente a mi observación y lo que mi inteligencia me indica utilizando algunos pocos principios, simples y básicos. Si lo hago, me doy cuenta que soy parte de un sistema; como una gota de agua en el océano o como un ladrillo en la pirámide. A ver, ¡no somos tan importantes!, pero a la vez, tenemos la oportunidad de entenderlo a simple vista y con solo un poco de meditación. Y ¿ qué papel tiene Dios en esta ecuación de pensamiento ? Pues es el creador y ya, listo. ES EL QUE ES. ¿Quieres ver milagros? observa las leyes de la física, ¿ Acaso puede existir algo mas maravilloso que la diferencia de pulso del tiempo al acercarse al horizonte de eventos de un agujero negro supermasivo capaz de doblarlo ? Dios es Dios; un «algo» creador cuya creación nos incluye y que, por cualquier razón – en realidad no importa cuál sea – nos permite entenderla tal y como nuestras capacidades lo permiten y que nos invita a vivir la vida que ha derivado en nosotros. En mi humilde opinión, agregarle algo mas, siquiera una coma, es agregarle un relato, un invento a la realidad y generar a partir de éste una creencia que nos hace volver al círculo vicioso de la lucubración innecesaria acerca de qué es o cómo es o cuándo es Dios. No lo vamos a saber. g) ¿Dirige Dios mi vida? Yo qué sé ! ¿ quién lo sabe? .. Si se que así como Dios no es la suma de los atributos que le hemos inventado para que calme nuestros temores, también se que Dios no es un amigo invisible pendiente de nuestras súplicas y dispuesto a alterar las reglas de la física universal ni la biología planetaria para cumplir mis deseos y olvidar los deseos de los demás. Eso si que lo se. 6.000.000 de almas pidieron libertar y vida y no la obtuvieron. h) ¿Rezo? Si, claro, pero hago una sola cosa; Dar Gracias porque para ser agradecido no necesito que el receptor de mi agradecimiento siquiera se de cuenta de cuánto le agradezco. El agradecimiento es un sentimiento propio, egoísta, alegra el alma porque devuelve el favor que has recibido al vivir, al respirar, al poder pensar y el poder descubrir tu entorno y dejo a Dios «ser el que es» sin esforzarme en el inútil esfuerzo de tratar de entenderlo y sin escuchar a los «peritos» que dicen conocerlo; a esos les huyo !
Yosef Mario dice
Saludos Diego, gracias por tus nuevas reflexiones y enseñánzas, esta vez: “Ayin: el concepto de Di-s como Nada en el Misticismo Judío”.
Este tema es de gran profundidad para poder comprender que HaShem Nuestro Creador tuvo que reducer el Gran Poder de Su Luz, para enviarnos Las Emanaciones Divinas De Su Creación, sus Siete Sefirot.
Somos simplemente un canal para los atributos divinos, que no hay lugar vacío de Dios. Entonces uno llega al estado de Ayin, que es el estado de humildad y así poder comprender que todos los poderes físicos y mentales y el ser esencial de uno mismo dependen de los elementos divinos.
Es muy cierto que Ayin implica al Di-s más allá de D-s, que no es el fondo de la forma sino el fondo del fondo, el poder que es más cercano y más lejano de lo que llamamos o nombramos “Di-s”.
Me despido hoy como tú, ¡Un abrazo y Shabat Shalom!
Yosef Mario
Jorge DelaVega dice
En Facebook Zohar Zoom Daniel Matt ofrece curso sobre Zohar.
Diego Edelberg dice
Hola Jorge,
Sí, estoy en contacto seguido con Dani Matt.
De hecho, el me autorizó para traducir este texto.
Es un gran maestro, amigo y luz para todos.
Un abrazo