ATENCIÓN: esta publicación contiene material que se recomienda no sea escuchado por menores de edad.
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Introducción al estudio del género
A partir de la próxima publicación haremos la última transición en esta serie de publicaciones donde comenzaremos a abandonar la edad media para ir moviéndonos lentamente hacia la modernidad temprana. El objetivo principal de toda esta serie ha sido no solo conocer la historia judía sino analizarla en comparación con el cristianismo y el islam viendo qué interacción tenían los miembros de dichas religiones con las otras y cómo se van influenciado mutuamente. Voy a hacer mucho hincapié para que puedan ustedes aprender a diferenciar entre el período medieval que estuvimos viendo hasta ahora con respecto a la modernidad temprana que es lo que se viene en las últimas publicaciones de esta serie. Por supuesto que vamos encontrar continuidad en algunos temas puesto que la historia es una sola y está atada con el pasado. Pero también veremos discontinuidades que son muy interesantes justamente porque permiten entender en qué sentido el judaísmo hoy es diferente al que se practicaba hace 1000 o 500 años atrás.
Pero antes de comenzar a hacer esta transición vamos a enfocarnos en un tema más sobre la vida de los judíos medievales que en lo personal es uno de los más fascinantes y de los que más me entusiasma al revisar el pasado. Este tema es realmente novedoso en la historiografía, es decir el estudio de la historia misma, pero justamente lo que cautiva del estudio académico es que está todo el tiempo cambiando y ajustándose. Y en especial esto ocurre con el estudio académico de la historia lo cual en sí mismo ya es todo un tema puesto que nos presenta con la necesidad de entender quién es el que está narrando la historia y qué le interesa que nosotros sepamos bajo su propia visión. En otras palabras, nuestra visión del pasado está siempre configurada y definida por el modo que nos vemos a nosotros mismos en el presente. Y este es el caso con todo este nuevo tipo de literatura que ha emergido en los últimos años sobre la historia de las mujeres, la historia del género, la sexualidad y la familia. Esta manera de ver la historia es apasionante justamente porque está filtrada no por los grandes nombres y textos sino por el estudio de la gente común y corriente, gente como cualquiera de nosotros. Esta aproximación a la historia nos presenta con una imagen mucho más real y humana de algo que sino es visto como ajeno o lejano. La idea de estudiar el pasado pensando en personas del mismo modo que pensamos en nosotros mismos, o en nuestros padres o abuelos cada uno de ellos y ellas con sus temores, ansiedades, certezas y desafíos nos permite aún más entender quiénes somos.
Esta aproximación ha sido ya explotada en las tradiciones cristianas e islámicas así que no estamos hablando de algo radicalmente nuevo pero lo cierto es que recién en los últimos años los historiadores han podido armar un material similar dentro del judaísmo para explorar historias familiares de los judíos medievales. El desafío principal por el cual esto llevó o lleva más tiempo es que muchas veces de donde se desprende este tipo de información es de comentarios a la Biblia y la literatura rabínica que no solo están en hebreo y se dedican a un contenido muy particular que no todos comprenden claramente sino que mucho de este material fue escrito con la idea que nunca iba a ser publicado o distribuido en forma masiva como vimos con RaShi y su escuela. Por lo tanto poder extraer de este tipo de literatura una realidad social, particularmente en las relaciones sobre hombres, mujeres y niños no es para nada una tarea sencilla. Precisa por parte del investigador un profundo conocimiento de la literatura rabínica y no es una casualidad que los especialistas en este área en los últimos años han sido mujeres. De hecho un fenómeno que se da cada vez con más frecuencia (lo cual presenta otro tipo de desafío) es que muchas de estas mujeres que tienen doctorados en Talmud e historia son mujeres ortodoxas para quienes el acceso a estos textos desde una perspectiva tradicional judía están prohibidos. Pero justamente las mujeres logran introducirse en todo este mismo material desde otra perspectiva diferente a la de sus maridos en las yeshivot y paradójicamente muchas de ellas terminan escribiendo disertaciones impresionantes y conocen tal vez más que sus propios maridos sobre la literatura rabínica misma. Y por supuesto que lo más interesante de todo esto es que la visión o lectura femenina es muy diferente a la masculina. La mujer es sensible a temas que los hombres pasamos por alto y puede leer muchas veces en forma diferente lo cual es una bendición dentro del mundo moderno que ha revolucionado el modo en que entendemos incluso el rol de la mujer judía en la historia.
Así que vamos a comenzar por meternos muy por encima en este nuevo tipo de aproximación y para eso voy a presentarles dos ejemplos de este tipo de literatura para que puedan apreciar el potencial que esto tiene al estudiar la historia judía desde la perspectiva del género, la familia y la sexualidad en la era medieval.
El estudio académico de la familia y la mujer judía medieval
Si recuerdan en nuestra tercer publicación mencioné algunas de las fuentes principales que estamos utilizando e hice hincapié en el Genizah del Cairo. En muchos textos del Genizah surge una imagen de la mujer judía completamente distinta a la que a veces la gente construye en la modernidad. Hay textos en el Genizah y otras fuentes donde se menciona a la mujer haciendo negocios o ayudando a sus maridos e incluso escuchamos de madres solteras lidiando con contratos comerciales. Por lo tanto la imagen de la mujer judía encerrada en la casa haciendo sopa de matzá es un estereotipo totalmente distorsionado o incluso moderno y no antiguo o medieval. De hecho las mujeres durante la historia también ganaban dinero o hacían sus negocios, trabajan la tierra si era necesario, contribuían claramente con la economía del hogar y la comunidad; viajaban si era necesario al hacer negocios importantes y ayudaban a sus maridos a ganar más dinero. Todo esto lo sabemos a partir de estos textos que realmente iluminan muchísimo más una época en la que imaginamos a la mujer como una simple compañera cuando en realidad era muchas veces la fuerza principal de la familia mucho más que los maridos. El Genizah como ya mencionamos es un material fascinante para descubrir todos estos temas y muchos más sobre la vida medieval bajo la órbita islámica.
Otro rol muy importante de las mujeres y que lo hablamos cuando analizamos la publicación sobre los judíos y las Cruzadas, es que las mujeres era muchas veces recordadas como mártires, dispuestas en momentos de crisis a asesinar a sus hijos y sus familias cuando sus maridos eran mas temerosos. No sé si esto es en realidad bueno o malo pero desde un punto de vista histórico nos muestra a la mujer como la encargada de afrontar las crisis familiares.
La historia de las mujeres desde un punto de vista histórico también ha sido realizado desde lo concerniente a la ley judía. En los últimos años ha surgido una material muy interesante sobre nida, eso es las leyes que involucran la menstruación analizando lo que separa el cuerpo femenino del cuerpo masculino. Particularmente lo que sería el “tiempo femenino” que se vive en forma distinta al masculino debido su ciclo mensual y cómo esto impacta en su estado de ánimo y sus decisiones. Este tema también se relaciona con lo que desde un punto de vista judío se define como pureza e impureza y es un tema que se absorbe también en el cristianismo y el islam. Por lo tanto también ha surgido una literatura muy especial sobre este tema comparando los ciclos femeninos desde distintos puntos de vista religiosos, ya sea cómo entiende el cristianismo o el islam este tema y se lo compara con el judaísmo y lo que sienten las mujeres judías mismas al respecto. De hecho las mujeres judías y las familias judías han sido comparadas en este último siglo con respecto a las mujeres cristianas y musulmanas.
(a) Las nodrizas judías
El estudio de las mujeres durante la edad media también nos ofrece una visión novedosa sobre la relación entre judíos, cristianos y musulmanes desde las relaciones que las mujeres tenían las unas con las otras lo cual era diferente a la relación que tenían los hombres. Podríamos mencionar como un ejemplo a Elisheva Baumgarten quien trabaja actualmente en la Universidad de Bar-Ilan en Israel.
Baumgarten escribió hace unos años una disertación sobre el lugar y rol de la mujer en la familia judía durante la Edad Media. Baumgarten nos presenta una perspectiva novedosa en un ensayo extraordinario que publica sobre la función de las nodrizas judías. Con esto nos referimos a mujeres judías que actuaban como nodrizas estando a cargo del proceso del nacimiento de los los hijos e hijas e incluso de ayudar a otras mujeres a parir.
Lo que Baumgarten descubre es que las mujeres estaban mayoritariamente a cargo de todo esto (y claramente podríamos comprenderlo en el contexto de los maridos no teniendo la menor idea sobre este tema o siendo espectadores como sucede generalmente hoy) y estas mujeres no solo guiaban a otras mujeres en todo el proceso de parir sino que ademas les enseñaban a los rabinos sobre la anatomía de las mujeres y los procedimientos técnicos para ayudar y dirigir a alguien para “dar a luz”.
Pero lo más destacado es que en los textos que Baumgarten analiza ella descubre sobre la relación entre nodrizas judías y nodrizas cristianas en la Edad Media. Es decir, que Baumgarten descubre textos en donde se pasan información y experiencias entre las unas y las otras.
Todo esto es muy importante porque si bien hemos hablado sobre el diálogo y las peleas sobre el judaísmo y el cristianismo siempre lo habíamos hecho desde la literatura masculina pero nunca lo habíamos hecho desde el contexto femenino y sobre qué es lo que estaba sucediendo entre mujeres en su cotidianidad. Gracias estas relaciones las mujeres judías y cristianas parecerían estar más conectadas y en forma distinta de lo que hacían tal vez sus maridos en un plano de argumentación más intelectual entre ambas religiones.
En todo esto vemos una relación novedosa sobre la interacción entre los judíos y los cristianos desde una perspectiva ahora que es femenina y sobre lo que las mujeres intercambiaban entre ellas.
Hay muchos ejemplos más que podría nombrarles pero simplemente estos nos ayudan a ver que existe claramente un nuevo academicismo, una nueva forma de ver el pasado, una nueva forma de incorporar la visión femenina en nuestro discurso de la historia y claramente este academicismo va a tener en las próximas generaciones, si bien ya lo posee hoy en día, un impacto tremendo en el modo que entendemos a los hombres y las mujeres en la tradición milenaria judía.
(b) La visión antropológica
La familia medieval judía ha sido también estudiada desde un punto de vista antropológico analizando las relaciones con otras religiones en relación a la vida ceremonial. Así tenemos obras como la de Ivan Marcus que describe distintos rituales medievales como por ejemplo el de la iniciación de los niños en el aprendizaje de la tradición judía donde se les regalaba una especie hoja con las letras hebreas y el profesor ponía miel sobre la hoja y los niños deben comer esa miel de ese modo relacionando la dulzura del aprendizaje. Marcus luego compara esto con la eucaristía cristiana y hace unos comentarios muy provocativos pero interesantes sobre cómo situar esta ceremonia en el contexto de la vida judía.
Por lo tanto contamos con todo un nuevo material en la actualidad sobre estas iniciaciones y otras costumbres medievales judías, libros sobre costumbres relacionadas con la muerte, de cómo los judíos vivían el día a día en sus hogares y como emergen todas estas costumbres desde el mundo antiguo y se van transformando en el período medieval.
(c ) Las metáforas femeninas de Dios
El tema del estudio contemplando el feminismo y el género también ha despertado todo un nuevo debate sobre la imagen de Dios como una representación solamente masculina. Tenemos desde la Creación Bíblica hasta la actualidad toda una literatura que lidia con el tema de las mujeres en personajes bíblicos como las matriarcas Sarah, Rebeca, Raquel y Leah, quienes están ahí y necesitan ser estudiadas y comprendidas en su propio contexto. Pero además uno debe comprender ahora cómo las actitudes rabínicas con respecto a las mujeres dio forma a la propia manera de ver la vida femenina.
Todos estos temas forman parte de una nueva exploración en la modernidad judía.
De lo que hablamos aquí no es solo del estudio de la historia judía. Sino que estamos haciendo hincapié en cómo las mujeres pueden crear nuevas poesías y nuevos textos que reflejan sus propios intereses y sus propias preocupaciones.
Algo que claramente nos permite ver esto es el impacto que han tenido estos temas en el Siddur, el libro de rezos, de los movimientos Reformista, Reconstruccionista e incluso Conservador.
Estos movimientos han re-escrito algunas partes de la liturgia para que ésta sea sensible al género femenino. Si bien podríamos argumentar que la liturgia y el rezo no es literal sino metafórico es clarísimo que todo este género es netamente masculino. Es decir, la plegaria judía que fue escrita por los rabinos, se dirige a Dios o aquello indefinible por el ser humano siempre en términos masculinos como “Él, Señor, Rey o Padre”.
Peor aún ¿por qué siempre le rezamos literalmente en nuestras plegarias al Dios de Abraham, Isaac y Jacob? ¿Qué hay de Sarah, Rebeca, Raquel y Leah? ¿Acaso ellas no son importantes en la historia judía? ¿Acaso Dios no es el Dios también de ellas? ¿Por qué es solo el Dios de los hombres?
Y de hecho estos temas han movilizado tanto a los judíos liberales que en la actualidad cuando recitamos las plegarias en nombre de estos ancestros judíos como garantes del pacto con Dios, si estamos en una Sinagoga Reformista por ejemplo, también agregamos la frase “Dios de las matriarcas”.
Hay un tema que es aún mas controversial con respecto a Dios siempre entendido como hombre y eso es cómo se han impregnado ciertos títulos y fórmulas en nuestra herencia milenaria. Si uno lo piensa un instante uno de los piutim (piut significa literalmente “poema litúrgico”) más famosos de nuestra tradición se llama “Avinu Malkenu” lo cual significa literalmente “nuestro padre, nuestro rey”. Soy consciente que uno no debe ser un “literalista” con respecto a la plegaria porque de hecho las palabras humanas ni siquiera alcanzan para definir a Dios ni poder reducir su nombre en sonidos. Tampoco quiero que se entienda que estoy proponiendo cambiar el texto del poema ni nada por el estilo. Simplemente estoy invitando a reflexionar ¿por qué creen que nunca nadie llamó a Dios “nuestra madre, nuestra reina”? ¿No hay acaso una necesidad de repensar esta liturgia de tal manera que tanto los hombres como las mujeres puedan sentirse que son participes de la tradición?
(d) La Shejina
Incluso se está recuperando hoy mucho más que antes (debido al auge de la Kabbalah en la modernidad) el lado femenino de Dios conocido en la tradición judía como la Shejina , es decir la Presencia Divina la cual es femenina. Y por lo tanto aquí vemos cómo es que los cabalistas construyen una sexualidad divina dentro de los textos del misticismo. Cuando analizamos las sefirot en nuestra publicación sobre Kabbalah en esta serie les dije que estas sefirot se encuentran en relación dialéctica e interactúan las unas con las otras. Dude de decirles en esa publicación -pero viene bien para lo que hablaremos en esta publicación- que dicha interacción sugiere una sexualidad. En otras palabras, muchos textos de la Kabbalah (e incluso fragmentos que Daniel Matt contaba que a veces no son traducidos del Zohar o de la literatura cabalística) lidian con una sexualidad cargada de imágenes y metáforas muy eróticas del mundo de la divinidad. Recordemos que según las enseñanzas de la Kabbalah, cada acción humana aquí en la tierra afecta el reino de la divinidad ya sea promoviendo o disminuyendo la unión (y nos referimos a una unión sexual metafórica) entre la Shejina y su pareja, el Hakadosh Baruj Hu, es decir el Santo Bendito es Él.
El legado ético de Eliezer ben Shmuel de Mainz
Todo esto hasta aquí ha sido una introducción para prepararnos al analizar los dos textos que voy a presentarles a continuación dentro de este campo fascinante de investigación que en los últimos años ha revolucionado el estudio académico del judaísmo.
Lo que quiero hacer es ilustrar las posibilidades que tiene este nuevo estudio ofreciéndoles dos textos que estoy seguro los van a intrigar y el segundo particularmente los va a sorprender y provocar puesto que muy inusual para el mundo medieval.
El primer texto que quiero presentarles fue escrito por un hombre llamado Eliezer ben Samuel de Mainz. Si lo recuerdan Mainz era donde estaba localizada una de las más importantes comunidades alemanas a lo largo del Río Rin (las otras dos eran Speyer y Worms donde había estudiado RaShI) y es en Mainz donde tan temprano como el siglo X emerge la primera academia rabínica de Rabeinu Gershom. Esta comunidad fue terriblemente afectada durante el período de las Cruzadas pero volvió a ser importante durante los siglos XII y XIII. Sin embargo cuando este texto fue escrito -y tenemos la fecha exacta que es el año 1357- esta comunidad estaba atravesando un declive importante. Una de las fechas que deben tener en cuenta mientras analizamos este texto es el año 1348 que es el año de la Peste Negra que diezmo no solo a la población europea sino también a esta comunidad judía de Meinz. Si lo recuerdan les comenté en la publicación anterior que los judíos había sido culpados por esta plaga, y por lo tanto esta comunidad en relación a la fecha del documento que vamos analizar había sido atacada y había perdido mucha gente como consecuencia de la peste por un lado y de los ataques hacia la comunidad por otras personas por otro lado.
El texto al que hago referencia pertenece a un judío que claramente conocía la obra de RaShI, de Maimonides, Rabeinu Tam, sabía de literatura rabínica y sin embargo no es un judío famoso. No tenemos nada más de esta persona que este texto que voy a leerlos y en consecuencia como dijimos al principio no pertenece a la literatura de elite que es la que leemos y conocemos generalmente sino que vamos a meternos en la visión del mundo de un judío común y corriente de la edad media viviendo en el norte de Europa.
El texto es lo que se conoce en hebreo como Tzvaa, eso es un legado ético. Un legado ético es un texto que encontramos en forma similar en el cristianismo, el islam y el judaísmo. En el judaísmo es un género literario que tiene una historia muy larga e históricamente siempre han sido hombres los que ha escrito estos textos. Cuando un hombre envejece en la tradición judía, escribe una especie de testamento ético que deja para sus hijos. Y esto se convierte en parte del legado que esta familia recibe junto con el dinero o los bienes materiales que esta persona ha logrado acumular durante su vida. En este texto el padre tiene la oportunidad de dejar el mensaje o el legado a través del cual quiere que ser recordado junto con las recomendaciones que quiere que sus hijos sigan en vida. Por supuesto que la mayoría de los legados éticos son idealizados y es muy común como parte de la naturaleza humana, tomar las palabras de la persona que partió como destacadas o más sabias que lo que en el día a día uno escucha. Y si encima de todo esto uno no tiene facilidad para transmitir un mensaje uno termina diciendo lo más esencial: se una buena persona, se obediente, no hagas daño, cuídate, etc. Es muy raro encontrar detalles específicos que describen las particularidades de una familia en este tipo de documento y del mundo circundante. Pero lo extraordinario de los fragmentos del texto que voy a compartir a continuación es que justamente hablan de temas mucho más amplios que tan solo consejos de vida.
Por lo tanto este es un texto escrito por un judío del cual no sabemos absolutamente nada más allá de lo que está escrito en este texto. Sabemos que el autor sobrevivió la Peste Negra y le deja un texto a sus hijos detallado cómo quiere que vivan el resto de sus vidas. Así que espiemos este mundo, que debo recordarles es un mundo muy privado y por eso estamos espiándolo. Eliezer no escribió este texto para que nosotros lo leamos públicamente en el siglo XXI. Está escrito solamente para miembros de la familia pero obviamente no hay familiares que puedan reclamar este texto y el mismo pertenece ahora como documento para la historia. Vamos a conocer así algo de la dinámica interna de la familia de Eliezer.
No voy a leerles todo el texto sino los comienzos de algunos párrafos y luego voy a leerles el último párrafo que es el más emotivo de todos. El texto comienza hablando en términos generales a todos sus hijos y luego se dirige a sus hijas. Eliezer escribe:
“Mis hijas deben obedecer escrupulosamente las leyes que se aplican a las mujeres: modestia, santidad, reverencia hacia sus esposos. Deben cuidadosamente cuidar los principios de su período menstrual y mantenerse separadas de sus maridos en dichos momentos. Las relaciones con sus maridos deben ser modestas, delicadas, con reverencia y silenciosas”.
Eliezer luego continúa detallado lo concerniente a los baños rituales, el rol de los maridos y en siguiente párrafo escribe una frase muy interesante que yo utilizo frecuentemente con mis alumnos hoy:
“Mis hijos e hijas deben vivir en comunidad evitando separarse de otros judíos para que sus hijos e hijas aprendan las formas del judaísmo”.
Esto significa que en estas pequeñas ciudades, destruidas por los ataques de las Cruzadas y la Peste, la necesidad de una comunidad era fundamental. No vivan solos, es el consejo de Elizer a sus hijos, vivan en comunidad. Hay algo de la experiencia religiosa que sólo puede ser sentido en el contexto de una comunidad social. Y por eso es interesante que ya en el siglo XIV (y en especial mirándolo desde la mirada actual con los desafíos de nuestro tiempo en las comunidades judías modernas) que Eliezer enfatice esto y nos los deje como un consejo: no vivas solo, busca otros judíos y viví con ellos celebrando la vida juntos.
Una de las obsesiones que aparece una y otra vez de aquí en adelante en el texto -y es clarísimo en el contexto de la Peste Negra- es la necesidad de estar limpio. Y esta limpieza material para Eliezer lleva a una limpieza espiritual. Eliezer es muy hábil al escribir y logra unificar y demostrar que ambas limpiezas están relacionadas. Pero esta obsesión por parte de Eliezer por la limpieza también está relacionada con la idea de estar saludable. Para él, estar bien de salud física y mental requiere que uno esté limpio. Así continúa escribiendo:
“Cada Viernes por la mañana mis hijos e hijas deben bañarse y limpiarse para honrar el Shabbat. Prender las velas en el momento adecuado y en invierno recordar de encender el fuego temprano antes que anochezca para evitar desacralizar el Shabbat. Para cumplir como corresponde con el Shabbat las mujeres deben preparar hermosas velas y evitar los juegos de apuestas. De hecho mis hijos nunca deberían relacionarse con dichos pasatiempos. Durante la semana y los tiempos libres pueden jugar e incluso mis hijas pueden hacerlo con sus amigas en Rosh Jodesh pero nunca por dinero”.
Por lo tanto el tema de hacer apuestas, a pesar de las horribles condiciones en las que vivían, es claramente un pasatiempo popular tanto como lo es hoy. Pero volviendo a la limpieza:
“Sean muy cuidadosos de mantener sus casas limpias y ordenadas. Yo siempre fui muy escrupuloso con respecto a esto. Porque bien sabido es que la enfermedad siempre se encuentra en los lugares más sucios«.
Luego de enfatizar la limpieza comienza a describir las demandas mínimas que un judío debería poseer. Recordemos que Eliezer no es un Rabino ni un intelectual. Sin embargo noten que interesante lo mucho que conocia Eliezer luego de una vida de estudio:
“Sean cuidadosos con la pronunciación de Bendiciones. Cada una de estas cualidades se vuelve un hábito para aquel que estudia Tora ya que el estudio de la Tora lleva a la nobleza del carácter. Así que estudien la Ley, obsérvenla, salúdenla y semana tras semana lean al menos la lectura semanal con el comentario de RaShI.”
“Manténganse alejados de conversaciones frívolas que comienzan siempre con tribulaciones y terminan en destrucciones. Tampoco se rodeen de aquellos que hablan sobre temas poco serios. En las festividades y principalmente en Shabbat hagan felices a la gente más pobre de la comunidad, los menos afortunados, las viudas y los huérfanos. Todos ellos deberían ser los invitados principales de sus mesas”.
Eliezer introduce aquí una frase que es fascinante, una especie de prescripción o receta para sobrevivir como judío en la edad media:
“Sean siempre aquellos que ven y no son vistos. Que escuchan y no son escuchados. No levanten sospechas. No acepten invitaciones a grandes banquetes excepto que sea por motivos de un casamiento, un comida en casa de quien está atravesando un período de duelo, en la celebración de un nuevo miembro en el pacto de Abraham o en una reunión en honor a los sabios de la comunidad”.
Finalmente llegamos al último párrafo. Esto es lo último que su padre quiere decirle a sus hijos antes de abandonar este mundo. Eliezer escribe el detalle de cómo quiere ser enterrado. Hemos llegado al momento más íntimo en la relación entre este padre y sus hijos e hijas. Esta es la parte que cuando la leo por un lado siento vergüenza de estar entrando en la privacidad de esta familia mientras la espío ya que claramente no fue escrito para nosotros. Al mismo tiempo siento una terrible atracción por lo profundo que es este texto y muchas veces les confieso que se me llenan los ojos de lagrimas cuando leo las últimas líneas.
“Le ruego a mi esposa, mis hijos e hijas y a toda la congregación, que no se recite ningún discurso funerario en mi honor. No carguen mi cuerpo en un transporte caro. Límpienme bien, peinen mi pelo, corten mis uñas del modo que siempre hice en mi vida para que pueda ir limpio a mi descanso eterno del mismo modo que fui limpio a la Sinagoga cada Shabbat de mi vida. A una distancia de 30 cúbitos de mi tumba deben poner mi cajón (o sarcófago) en en el suelo y llevarme hasta mi tumba tirando de una soga atada al cajón. Cada 4 cúbitos deben detenerse y esperar un momento. Haciendo esto 7 veces permitirán que mi alma pueda encontrar disculpas por mis errores en esta vida. Pónganme en el suelo al lado derecho de mi padre. Y si el espacio es muy pequeño estoy seguro que me ama lo suficiente para hacerme un lugar a su lado. Si esto es realmente imposible póngame a su izquierda o cerca de mi abuela Yuta. Si todo esto no termina resultando práctico, por favor entiérrenme al lado de mi hija”.
Asumo que han notado que al final estaba describiendo la pérdida de una hija que seguramente fue muy doloroso para nuestro querido Eliezer. Ella ya estaba enterrada y por eso estaba refiriéndose a ella. Sin animo de adivinar podemos especular que tal vez falleció durante la Peste Negra.
No todos los textos tienen el potencial que tiene este texto pero lo que es interesantísimo aquí es que tenemos una mezcla entre lo mundano y lo espiritual de un judío común y corriente (por llamarlo de alguna manera).
La sexualidad judía versus la sexualidad cristiana por el Rabino Itzjak ben Yedidiah
Ahora quiero ofrecerles algo que es muchísimo más provocador. Este segundo texto puede ser incluso utilizado desde el punto de vista de la historia de la sexualidad pero lo que me interesa es que veamos como un judío particular veía a su prójimo cristiano y el mundo cristiano en general. En otras palabra aquí también vamos a lidiar con otro texto sobre las relaciones entre judíos y cristianos.
El texto es bastante controversial y a pesar que jamás imaginé decir algo así en este blog sobre Judíos y Judaísmo, si hay menores de edad probablemente no deberían escuchar el siguiente fragmento. Mi excusa para presentarlo aquí es que está escrito en hebreo originalmente, es un comentario rabínico a la Biblia y fue escrito en el siglo XIII por el Rabino Itzjak ben Yedidiah que vivió en Provenza al sur de Francia. El texto que voy a traducir supongo por primera vez al español pertenece a una investigación que hizo el Rabino y Académico Marc Saperstein sobre este Rabino del siglo XIII y figura en su libro titulado ‘Decoding the Rabbis: A Thirteenth-Century Commentary on the Aggadah’ y fue publicado por Harvard University Press en 1980 así que este material ya tiene más de 30 años desde que fue encontrado y presentado al público en general. Lo más interesante de este texto es que quizás la mayoría de nosotros pensaría que los hombres y mujeres del medioevo no hablaban sobre sexo pero como verán a continuación lo hacían y bastante. Aquí va el texto:
Un hombre no circuncidado en la carne desea acostarse con una mujer de aspecto hermoso que le habla en forma seductora para atraerlo. Se impacienta su mente para estar con ella día tras día, cada vez más cansado en su intento de cumplir su deseo de acostarse con ella.
Ella finalmente va a la cama con el hombre que no ha sido circuncidado en la carne y apoya sus senos contra su pecho con gran pasión mientras él se mete dentro de ella repetidas veces a causa de su prepucio que es una barrera contra la eyaculación en el acto sexual. Así ella siente el placer y alcanza su orgasmo primero. Cuando un hombre no circuncidado se acuesta con ella y luego tiene que regresar a su casa, ella descaradamente lo agarra, aferrándose a sus genitales le dice: «Vuelve a hacer el amor conmigo». Esto es por el placer que ella encuentra en la relación sexual con él, desde los nervios de sus testículos – fuerte tendón de hierro y eyaculación- como la de un caballo que tira su esperma como una flecha. Ellos están unidos sin separarse y él le hace el amor dos veces y tres veces en una noche, sin embargo, el deseo no se sacia.
Y así actúa con ella noche tras noche. La actividad sexual le enflaquece su grasa corporal afectando su carne mientras dedica su cerebro por completo a la mujer, la cual es una cosa mala. Así su corazón se muere dentro de él, entre sus piernas se hunde y cae cada vez más profundo. Él es incapaz de ver la luz del rostro del Rey (Dios) porque los ojos del intelecto son revocados por las mujeres de manera que ahora no pueden ver la luz.
Pero cuando un hombre circuncidado desea la belleza de una mujer y se une a su esposa o otra mujer gentil en su apariencia, él se encontrará realizando su tarea de forma rápida, emitiendo su descendencia en cuanto inserta su corona. Si él se acuesta con ella una vez, duerme satisfecho. Y no sabrá ella de nuevo durante otros siete días. Esta es la forma en que un hombre circuncidado actúa una y otra vez con la mujer que ama. Él tiene un orgasmo primero y no se contiene su fuerza. Tan pronto como se inicia la relación sexual inmediatamente llega a su clímax.
Ella no tiene placer de él cuando se acuesta ni cuando se despierta. Incluso sería mejor para ella si él no la conociese ni se acercara a ella porque despierta su pasión en vano permaneciendo ella en un estado de deseo de su marido, avergonzada y confundida mientras que la semilla se encuentra todavía en su «reserva». Ella no tiene más que un orgasmo al año, excepto en raras ocasiones, a causa del gran calor y el fuego que arde en su interior. Así el hombre que dice: «Yo soy del Señor» no va a vaciar su cerebro a causa de su esposa o la esposa de su amigo. Ese hombre encontrará la gracia y buen favor puesto que su corazón es fuerte buscando a Dios. No temerá a la vista lo que está fuera y cuando Él le hable, él no se desviará. (Rabbi Isaac ben Yedaiah. Traducción del hebreo original por: Marc Saperstein. Decoding the Rabbis: A Thirteenth-Century Commentary on the Aggadah. Cambridge, Mass, and London, England: Harvard University Press, 1980: pp.97-98).
Debemos admitir que estamos frente a un texto realmente fascinante incluso si esto hubiese sido escrito hoy el siglo XXI. ¡Pero estamos hablando de un texto que fue escrito en siglo XIII, es decir el 1200! Este Rabino escribe sobre sexualidad en términos tan explícitos, describiendo las diferencias entre un hombre circuncidado y un hombre no circuncidado e incluso escribiendo cómo imagina él que un hombre y una mujer se satisfacen sexualmente en forma individual. Es tan increíble este texto que desde la modernidad podríamos incluso analizarlo desde un punto de vista psicológico.
Analizando este texto vemos que compara no solo la sexualidad sino la relación con Dios entre el judío que ha sido circuncidado en relación a un hombre que no ha sido circuncidado. En lo que respecta a lo sexual notamos que el texto celebra al judío por encima del cristiano puesto que realiza el acto sexual en forma rápida y eficiente. La idea central aquí es que el judío debe tener sexo rápido, disfrutar y satisfacerse sin importar lo que su esposa siente puesto que ella no es la importante aquí sino que lo más importante es que el hombre haga lo que tiene hacer y luego vaya a dedicarse a estudiar Tora o dedicarle el tiempo a lo más importante que es su vida espiritual o religiosa. Si bien el acto sexual es necesario es algo que de todos modos debe hacerse rápido para no prolongar demasiado el placer ya que según el Rabino Itzjak ben Yedidiah hacer eso es lo que lo mete a uno en problemas.
Lo más paradójico de toda esta descripción es que asume cierto estereotipo que termina siendo contrario a lo que generalmente asumimos de la sexualidad judía en relación a la sexualidad cristiana. El hombre cristiano es presentado aquí como un animal sexual con la fuerza de un caballo. Así es como este Rabino imagina a un cristiano. Mientras tanto el judío que está supuestamente siendo halagado aquí, es presentado como el amante poco afectuoso a quien no le interesa si su esposa está satisfecha sino que la misma es tratada como un objeto que está ahí solamente para satisfacerlo a él. El cristiano desde un perspectiva moderna sale mejor parado de todo este escenario: no está circuncidado y por eso puede aguantar más y hacer más feliz a la mujer permitiendo que ella llegue al orgasmo y desde la perspectiva femenina parecería ser mejor tener sexo con un cristiano que con un judío.
Y lo que es paradójico de todo esto es la presentación de este cristiano que es totalmente opuesto a la imagen tradicional que nosotros tenemos del cristianismo en general con el celibato por parte de los sacerdotes y la abstinencia sexual como un valor que está muy presente dentro del pensamiento cristiano. La visión convencional que siempre se compara con este tema es que los judíos disfrutan del sexo y los cristianos se abstienen lo más que pueden y el tema de la sexualidad para los cristianos si bien no es tabú o está prohibido hablar del tema, en términos generales es mucho más reservado. Más allá si es verdad o no que alguien podría realmente argumentar que los judíos disfrutan más del sexo que los cristianos -puesto que los judíos no le ponen ningún estigma real a la sexualidad mientras que el cristianismo si lo hace- este texto parecería contrariar ese estereotipo y dar completamente vuelta la imagen convencional. Lo que quiero decir con todo esto es que desde nuestra visión del siglo XXI y con la moral presentada en el crecimiento del feminismo, el cristiano (sexualmente hablando) termina siendo mejor que el judío a pesar que este texto está escrito con la idea ennoblecer al judío por encima del cristiano.
El texto obviamente tiene poco interés en la satisfacción sexual de la mujer y está más preocupado por el placer del hombre quien alcanza su orgasmo rápido mientras que ni si quiera importa si la mujer alguna vez disfruta de su sexualidad. La circuncisión entonces desde la perspectiva de este autor disminuye el encuentro sexual (de hecho esto es algo que Maimonides también había notado antes) y limita la sexualidad solamente a la procreación en favor de dedicar el tiempo hacia cosas más espirituales.
Por supuesto que no podemos generalizar ni al judío, ni al cristiano, ni q la sexualidad de ambos basándonos solamente en este texto. Pero lo que nos revela realmente este texto es la posibilidad de apreciar que hay diferentes puntos de vista sobre todos estos temas incluso en la edad media. Antes que definamos en una sola visión cuál es la opinión judía del sexo y cuál es la cristiana en la modernidad, este texto medieval nos revela que esa visión no siempre fue así. Lo que este texto nos ofrece entonces es el potencial de encontrar discusiones abiertas sobre la sexualidad incluso en el entorno obscuro del comentario rabínico. Es en ese sentido que nos encontramos frente a un tema que vale la pena considerar y reflexionar para superar la idea ingenua que muchos tienen que la gente del medioevo era diferente de nosotros. Hablaban abiertamente de un tema como la sexualidad que es tan preciado para nosotros como lo era para ellos.
En conclusión vemos que estos dos textos nos revelan la posibilidad y la potencialidad de introducirnos en una nueva o diferente manera de ver la cultura judía y la historia judía. Es mi deseo que presentándoles estos dos temas ustedes se sientan provocados a profundizar aún más en esta aproximación fascinante hacia la historia medieval judía.
hola Diego leyéndote me vino a memoria mi juventud o sea la pubertad donde las comparaciones entre la diferencia que tenia con respecto a la circuncicion ya comenzaba a afectar de alguna manera y tuve que recurrir a un urólogo amigo buscando en su explicación algo que me resulte beneficioso con respecto a mi diferencia , por supuesto comenzó por los beneficios de higiene pero cuando se refirió a la parte sexual en si me explico todo lo contrario con respecto al tratado del rabino Ben Yedaiah , y este medico me explico que tendría mas resistencia que el no circuncidado porque como tenia expuesto el glande que es como con el tiempo tendría algo asi como una callosidad(jaja) que comparativamente con el no circuncidado que lo tenia protegido y mas sensible lo haría con mas rapidez , eso que comento es algo tan personal que siempre lo tuve guardado hasta leerte hoy , lo cual me hizo sentir bien con esa diferencia, de alguna manera me hizo retrotraer a esa parte de mi vida, shavua tov y abrazos
Gracias por compatir este comentario íntimo Antonio.
Muchos de nosotros creemos lo mismo. Pero lo interesante para mí era descubrir un texto del medievo que veía esto totalmente invertido e incluso como algo digno para el judío.
Abrazo
Diego
Diego: Como todo lo que escribís y publicás está excelente!!!! Coincido con Antonio García en los beneficios sexuales que tiene el hombre circuncidado. Obviamente la perspectiva psicológica y social cambió a lo largo de los años, pero algo se mantuvo en nuestro pueblo: «la fidelidad a cumplir la Mitzvah de la circuncisión», y se le encontraron diferentes significados con el transcurso del tiempo. Lo más importante de la Mitzvah del Brit Milá es que el sexo hay que usarlo con Responsabilidad. Hace poco, en la Sinagoga, tuve una charla con los muchachos que hace poquito hicieron su Bar Mitzvah (13 años), justo esa charla fue después que leimos la parashá de Abraham sobre la Circuncisión. La pregunta fue: ¿Por qué para el Brit Milá se eligió el prepucio y no un agujerito en la oreja, o en la ceja (lugares donde pueden ir aros o piercing muy cancheros) o un pequeño corte en otra parte del cuerpo? Justo en esa edad en la que las hormonas estás que explotan, ahí me di cuenta lo importante que es hablarles bien sobre la sexualidad y la responsabilidad que implica, y que el sexo se tiene que usar para el bien. La circuncisión nos obliga a recordar todos los días que el sexo se Puede, se Debe y se Tiene que usar para el bien. Cuando digo que el sexo se tiene que usar para el bien, me refiero a que todo lo que hace una pareja debe ser con el mutuo consentimiento de esas dos personas que tienen libertad para elegir y discernir.
Gracias Mauricio.
Qué bendición que tienen esos chicos que tienen alguien que les habla de la importancia de la sexualidad como algo sagrado que también es parte de estar hechos a imagen y semejanza y por lo tanto debemos recordar que todo lo que hacemos puede ser incliado hacia el concepto de santidad. La sexualidad es placer físico y también debería ser espiritual con el fin de alcanzar la uníon más elevada en la que Dios también participa.
Saludos
Hace tiempo leí algunos textos gnósticos firmados por Samael Aun Weor, donde se refería a un arcano que llaman AZF, dicho principio aconseja evitar la eyaculación, prolongando lo más posible la relación sexual, con el objetivo de despertar lo que esta corriente mística nombra kundalini, que es el despertar del chacra superior, para llegar al nirvana o despertar de la consciencia.
Tiene alguna opinión sobre esto?