¿Qué reveló? ¿Cómo lo hizo?
La verdadera pregunta que desvela a los judíos no es si Dios se reveló o no en la tierra sino qué reveló y cómo lo hizo. En este sentido cada uno parecería tener su propia versión. Algunos imaginan que Dios dictó toda la Tora letra por letra a Moisés (algo así como: alumno Moisés, ¡tome nota!). Otros creen que los “Diez Mandamientos” fueron grabados en piedra por la “mano” de Dios. Algunos dicen que además de dictar la Tora Dios susurró el Talmud en el oído de Moisés e incluso hay quienes sostienen que Dios no habló ni escribió (puesto que ambas cosas son un antropomorfismo o una metáfora) sino que Dios realmente inspiró a Moisés del mismo modo que la musa inspira al poeta o el compositor.
¿Qué debo creer?
Tal vez hay días que creas una cosa o la otra. Quizás por momentos no creas ninguna de estas versiones y confíes en otra personal. Si es así no te preocupes: esa es la manera judía de entender la Revelación. No hay dudas que algo tan importante como qué dijo Dios y cómo lo dijo nos expone a todos frente a un maravilloso debate sobre cómo entendemos el mundo, Dios y nuestras creencias. Pero sin importar nuestra interpretación todos los judíos estamos de acuerdo que algo pasó en el Monte Sinaí y fue muy importante para la historia judía y en extensión el mundo todo.
Los Dos Mandamientos y la alef
En el Talmud (Makot 23a-b) se nos relata que Dios ni siquiera entregó los Diez Mandamientos sino solo los dos primeros: Yo Soy Tú Dios…y….No tendrás otros dioses más allá de mí. Al fin de cuentas este relato nos enseña que si aceptamos estos dos mandamientos hemos aceptado la totalidad del judaísmo. La lógica del argumento plantea que si uno recuerda todo el tiempo que hay un Dios que participa en la historia y al mismo tiempo no hay ningún otro dios más allá de ese Dios entonces uno ya ha aceptado la esencia de lo que significa ser judío y caminar junto a Dios en el mundo.
Curiosamente la historia del Talmud no termina ahí. El Talmud continúa diciendo que en realidad tan solo basta con aceptar que Dios dijo “Yo Soy Tú Dios” para constituir nuestra fe y religión. Pero ni siquiera dijo todo eso, exclama el Talmud. Todo lo que Dios dijo es “Yo” (en hebreo anoji). Solo esa palabra hubiera sido suficiente porque afirma la importancia de la existencia de Dios.
En un comentario del siglo XIX por el Rabino jasídico Mendel de Rymanov (preservado por Gershom Sholem en su libro “On the Kabbalah and its Symbolism”), el Rabi Mendel declaró que Dios solo pronunció la primer letra de la primera palabra del primero de los Diez Mandamientos. Esta letra hebrea es la alef: ¡una letra que es muda o no tiene sonido! ¡Como si fuera una “hache” (h) en español!
Debemos insuflar el sentido
La alef es el encanto de la Revelación. El Rabi Mendel transformó la Revelación en una experiencia mística. Una experiencia cargada del potencial infinito de significados que no se excluyen ni son únicos sino múltiples y sagrados. Pero el trabajo final es de los seres humanos y no de Dios. Somos llamados a llenar ese “silencio” divino que Dios nos regaló. No todos estamos preparados para escuchar el hermoso sonido de la alef. Algunos solo escuchamos lo que queremos escuchar y entendemos lo que queremos entender.
Dios nos habla en forma personal teniendo en cuenta nuestras habilidades, sabiduría y preparación. Como mencioné en la publicación ¿Qué reveló Dios según los pensadores Modernos?:
….podríamos decir (utilizando una metáfora de nuestro tiempo) que para muchos judíos en el Sinaí Dios le dio a Moisés un “disco rígido o disco duro” vacío y le permitió a Moisés cargarle el contenido que consideraba apropiado. Dios proveyó del hardware y Moisés actualizó el software. La Revelación fue la entrega del “disco de Dios”. Lo humano fue lo que Moisés le cargó dentro. Esta metáfora es muy apropiada para nuestro tiempo y para comprender la contribución substancial humana de la Tora como texto revelado por Dios y sujeto ahora a las lecturas e interpretaciones imperfectas de los seres humanos.
Recién comienzo a leer tus notas, tengo mucho que aprender. Opino que Di-s está en nuestro corazón, en cada acto que realizamos. La nota que acabo de leer es tan clara, seguiré tus publicaciones. Gracias.-
Hola Cecilia,
¡Todos tenemos mucho que aprender todo el tiempo!
Bienvenida al Blog y no dudes en escribirme si estás interesada en algún tema particular.
¡Saludos y gracias!
Saludos: continuo leyendo y aprendiendo, creo q dios se nos muestra de diferentes formas solo q debemos entender los mensajes q nos envia.
Me gusta mucho la forma en la que expones tus ensenanzas, son claras y concisas no nos impones ningun concepto sino mas bien nos das la oportunidad de poder tomar nuestras propias decisiones de acuerdo a lo que hemos recibido. Siento que mi mente se ha abierto a recibir la revelacion de D»s en una forma sencilla y profunda. Gracias .
Tengo una duda respecto al uso del antropomorfismo (la calificaciòn fìsica o animica de D-os en este caso) en los escritos biblicos en español. Por qué se usa si no està permitido tal calificaciòn fìsica y animica de D-os en el judaismo. Serâ queal momento de traducir la Tora hebrea al idioma castellano se incurre en esa aparente contradicciòn?