En la publicación anterior iniciamos la primera incursión para intentar comprender cómo entienden algunos judíos (particularmente los Reformistas y Conservadores) la Revelación de Dios y la Tora en la modernidad. Vale la pena volver a mencionar que estas comprensiones no son absolutas y en tanto no todos los judíos estamos completamente de acuerdo en cómo entendemos la Revelación ni cuánto o qué fue lo que se reveló. Es importante también mencionar que es un error declarar que sólo en la modernidad se comenzó a interpretar de formas distintas la Revelación de Dios. Simplemente basta recordar que para el Rabino medieval Ramban, Moisés recibió toda la historia de la Creación, los Patriarcas y Matriarcas, la historia de Iosef y sus hermanos y la historia del Éxodo de Egipto pero Dios no permitió que Moisés supiera lo que sucedería de allí en adelante. Según el Ramban la historia de Moises desde que bajó del Monte Sinaí y se encontró con el becerro de oro hasta el final de su vida fue sucediendo en forma gradual y fue escribiéndose gradualmente a medida que vivía su día a día. Su historia personal fue concluida junto con el final de la Tora (para más información sobre este tema ver esta publicación).
Es decir que las preguntas que nos estamos haciendo con respecto a cómo fue la Revelación y qué fue lo que se reveló no son preguntas novedosas. Los Rabinos medievales también “se agarraban la cabeza” con ciertos pasajes complejos de la Biblia. Por ejemplo si leemos la parashá Lej Lejá (Génesis 12:6) allí se menciona que durante el viaje de Abram “los cananeos estaban entonces en la tierra”. Esta simple frase escrita literalmente así parecería indicar que al momento puntual en que estaba siendo puesta por escrito los cananeos ya no existían o no estaban en la tierra (¡lo cual no sucedió hasta la muerte de Moisés!). En otras palabras, este pasaje escrito literalmente así presenta un gran obstáculo para quienes argumentan que Moisés recibió o escribió los primeros 5 libros de la Biblia en forma completa ya que los cananeos estaban firmemente controlando la Tierra Prometida cuando Moisés murió. Curiosamente quien nota este detalle no es un Rabino moderno sino el Rabino medieval Ibn Ezra al escribir en su comentario que tal vez los cananeos habían tomado la tierra de otros ocupantes anteriores y (literalmente escribe a continuación) “sino es así, este verso esconde un gran secreto”. Y el gran secreto obviamente es que Ibn Ezra tal vez creía que otro que Moisés había escrito este pasaje.
Así les mencioné en la publicación anterior que la mayoría de los judíos Reformistas y Conservadores no entienden la Revelación de Dios y la Tora (es decir aquello que fue revelado) en forma literal según describe la Tora entre los capítulos 19 al 24 del Éxodo sino en forma metafórica. También vuelvo a repetir que no podemos hacer ninguna generalización con respecto a estos temas y en consecuencia no podemos declarar que todos los Ortodoxos entienden o leen en forma literal la Revelación que figura en la Biblia. Algunos de ellos también comprenden todo este episodio como una descripción no literal sino imaginativa, poética o metafórica.
Vimos que una posible respuesta ante todo este evento es la que ofrece Heschel en su libro “Dios en la búsqueda del hombre” cuando declara: como un reporte de la revelación, la Biblia en sí es un midrash. Para Heschel Dios reveló la Tora pero lo que el pueblo de Israel tiene es la interpretación que nuestros antepasados hicieron de dicho evento. La palabra “interpretación” del modo que Heschel la entiende implica que el relato de la revelación no es históricamente certero; no es una crónica ni es literal sino que es justamente metafórico. Es un midrash, una interpretación humana de lo que ese evento significó filtrado por la comprensión y el lenguaje humano. Hacemos referencia a un intento por parte de los humanos de capturar un evento que fue mucho más que lo que las palabras pueden reducir.
Hay otra propuesta parecida a la de Heschel que encanta a muchos de los pensadores judíos modernos. Y esta propuesta es la de Franz Rosenzweig. Para Rosenzweig al momento de la Revelación Dios no revela un “contenido” sino una “presencia”. La revelación entonces no fue un objeto material o una substancia sino solamente una Revelación. Así el contenido principal de la revelación es la revelación en sí.
Tal vez podríamos preguntarnos ¿en qué sentido Heschel y Rosenzweig entienden la Revelación en forma diferente? Y la diferencia entre ambos radica en la noción que para Heschel Dios reveló una substancia, un objeto que llamamos Tora. Pero ese objeto que nosotros tenemos es tan solo el reflejo humano de la substancia original. Sin embargo para Rosenzweig la substancia de la revelación no fue la Tora sino la presencia de Dios en el espacio y el tiempo. Lo que Dios reveló para Rosenzweig fue Su Existencia en relación íntima con el pueblo de Israel. En consecuencia para Rosenzweig la Tora como texto, como “contenido”, no fue literal o explícitamente revelado sino que dicho contenido que nosotros poseemos representa el intento de capturar o reducir en palabras la experiencia comunitaria por parte de aquellos que sí experimentaron literalmente o realmente la Presencia y Revelación de Dios. En palabras más simples para Rosenzweig lo que tenemos escrito es la respuesta humana al fenómeno de la Revelación de Dios pero no el contenido literal de lo revelado.
Tal vez podríamos decir (utilizando una metáfora de nuestro tiempo) que para muchos judíos Reformistas, Conservadores o para aquellos que no leen el texto en forma literal, en el Sinaí Dios le dio a Moisés un “disco rígido o disco duro” vacío y le permitió a Moisés cargarle el contenido que consideraba apropiado. Dios proveyó del hardware y Moisés actualizó el software. La Revelación fue la entrega del “disco de Dios”. Lo humano fue lo que Moisés le cargó dentro. Esta metáfora es muy apropiada para nuestro tiempo y para comprender la contribución substancial humana de la Tora revelada por Dios.
sALUDOS:
ESTOY INTERESADO EN LA DATOS QUE TIENES…Y SUPONGO QUE TAMBIEN HAS TEWNIDO ALGUNA EXPERIENCIA…SI ES POSIBLE ME ENCANTARIA RECIBIRLA EN MI CORREO…GRACIAS
Hummm…no entendí mucho este comentario Julius.
Hola Diego!
La pregunta del post me remite a interpretar en el término “revelación” no tanto una interpretación que el hombre hace de la realidad, sino un hecho real, que sucedió (en tanto “signo” de Dios) y que uno puede o no reconocer. Creo que desde la modernidad se piensa el término “revelación” como una “experiencia” humana, como fuente de conocimiento de Dios que se revela en el alma del hombre. Para mí, se trata de un “misterio”…
Coincido con lo que expresaste en el post, y pienso que en la historia de las religiones se da cuenta de distintas interpretaciones de la Revelación de Dios.
¡Gracias por enriquecernos con tus escritos y pensamientos!.
Saludos.